Partida Rol por web

Galen recogió la mochila con su equipaje, volvió al complejo de la empresa CTI y se encontró con que sus compañeros bajaban por la rampa.

-El señor Thoran.-dijo el capitán otra vez con la falta de expresión que le caracterizaba. Como si la vida fuera una partida de Sabacc o hubieran matado los nervios de su cara.-Justo a tiempo. Deje su equipaje en alguna de las habitaciones de la tripulación y nos iremos a cenar. Allí nos conoceremos un poco mejor y les explicaré mi forma de llevar una nave.

- Es un placer. - asintió a modo de saludo mientras sonreía al hombre - Claro, ¿cual queda libre? - preguntó antes de echar a andar hacia el interior del carguero, parecía algo viejo, pero supuso que volaría.

Tardó un par de minutos en llegar hasta las cabinas y averiguar cual había quedado vacía, dejó sus cosas en el armarito que bloqueó antes de salir a tierra de nuevo y empezar a seguir al resto de la tripulación hacia el restaurante.

-Vaya, Capitán...-dijo Meredath algo mosca.-Ha tomado mi idea de antes sobre cenar y conocernos como algo casi obligatorio. ¿Hay algo que no sea trabajo?

La mujer os condujo por las calles del espaciopuerto, no era precisamente pequeño, ya que el planeta tenía varias compañías mercantes, pero el garito estaba en un punto estratégico a corta distancia de los hangares.  Por el camino os cruzasteis con todo tipo de mercaderes, pilotos y técnicos, droides y alienígenas. La luz del día animaba el lugar y en general era bastante diferente de cualquier agujero de contrabandistas. Pocos llevaban armas. ¡Hasta había policía, o Fuerza de Defensa! o lo que fuera en aquel planeta. Un cartel holográfico anunciaba el lugar y Meredath os lo señaló.

-Reservé para seis, no parece nada del otro mundo pero tienen un cocinero Ithoriano y es realmente bueno. 

El local se hallaba en los bajos de un edificio más grande que supusisteis algún tipo de hotel/alojamiento, al que se entraba por otra puerta. Dentro pudisteis ver varias barras de bebidas y salas de comidas, muy llenas en todos los casos. Siguiendo el pelo rubio de la mujer os instalasteis en una mesa redonda en un reservado donde había seis cubiertos. El primer detalle que notasteis fueron unas toallitas desengrasantes para las manos. ¡Alguien parecía recordar que la grasa de motor era venenosa! En el centro de la mesa había un datapad con el que se podía reservar la comida. Meredath señaló algunos platos y pedisteis bebidas y comida abundante.

-Bien... yo ya me presenté antes... Meredath Grass, nacida en un agujero que ninguno conoceréis llamado Vorusak VII ,estudios variados sobre ciencias y parchear seres que sangran, me encanta ver la galaxia y la forma más segura en éstos tiempos es aunque parezca mentira una compañía naviera normal ¿Qué me podéis decir de vosotros?. ¿Sois el hijo secreto del emperador? ¿Unos manitas con las hidrollaves? ¿Domináis seis millones de formas de incomunicación?

Un camarero llegó entonces con las bebidas.

Finn le pega un trago a la bebida y tras refrescarse el ganzate, responde.

- Finn Harriet. Me temo que no tengo una historia demasiado llamativa. Soy nativo de Raithal y no he tenido mucha suerte que digamos. Probe fortuna en la Armada, pero no era vida para mí.

Así que estoy esperando dirigir mi vida, encontrar un trabajo en condiciones, como este, y sentar la cabeza.

A Supisy no acababa de convencerle que un tipo estuviera todo el rato dándoles órdenes incluso para comer. Pero decidió callarse. No obstante, se alegró cuando alguien más de la tripulación lo decía en voz alta. No estaría sola, al menos en pensamiento. Seguro que todo esto era un trabajo fácil.

Salió la última de la Walkira. Trató de estirar al máximo sus horas de trabajo, pues quería tener la nave a punto para cualquier tipo de emergencia. Con el mono manchado, salió del interior de la nave con intención de ir a la cena. No pensaba arreglarse. Y si cualquiera de esos tipos le dirigía una palabra al respecto, se acordaría más tarde de sus prejuicios y apariencias.

Tras presentarse Finn el primero, Supisy consideró que no era el momento de hablar de su vida. Hizo un breve resumen y lo expuso a sus nuevos compañeros.

- Me llamo Supisy, ya lo sabeis. Soy mecánico, también lo sabeis. Y soy una Twi´lek... para quien no lo sepa. He trabajado otras veces de mecánico, pero no es la única manera de ganar créditos que conozco - Supuso que alguno, seguramente Shoram, le diría algo respecto a esa frase. Pero la dejó en el aire. Sería el primero en perder todos los créditos de su nuevo sueldo.

Shoram escucho los relatos hasta que llego el turno de la twi'lek. La frase con la que termino hizo que el contrabandista enarcara una ceja y asintiera un tanto sonriente. Pero su cara no miraba a la mujer sino que la atravesaba como recordando algo que las palabras de Supisy le habian llevado a su memoria. - Que razon tienes guapa- dijo nostalgicamente. - Bueno, yo soy Shoram y en mi vida me he ganado los creditos de muchas formas- dijo comenzando su presentacion, mientras miraba a los compañeros y deteniendose en la twi'lek-. He robado, matado, mentido, jugado y vendido hasta mi alma para poder vivir-prosiguio mirando ya su bebida con una sonrisa ironica en la boca. Su mirada duro unos segundos a los que acompaño un misterioso silencio. Pero al instante su cara cambio, sonrio abiertamente y dijo-. Naaa, soy piloto de naves comerciales...aunque no es la unica forma de ganar dinero yyy, si quereis nos lo jugamos con unas manos de cartas...o con cualquier otro juego- comento divertido mientras miraba a Supisy y luego a Meredath.

- Precisamente... - dijo Supisy. Después, miró a Meredath y sonrió, cómplice.

- Pues vengo de una roca arenosa, calurosa y seca llamada Socorro... - suspiró al pensar en esa mierda de planeta - Mi hermana sigue allí, está enferma por mi culpa. - explicó echándose atrás en su asiento mientras apoyaba su pierna izquierda sobre la derecha - Es por eso que hago estos trabajillos, para enviarle algo de dinero y que pueda subsistir sin tener que hacer nada denigrante. - volvió a suspirar recogiendo su copa y dando un trago - Estoy deseando volver para verla. - sonrió rebuscando en el bolsillo de su camisa su cajetilla de Carababba tabac - Soy piloto desde hace mucho, tuve mi propia nave, pero una maldita babosa Hutt me la robó, - añadió ladeando la cabeza para encenderse el cigarrillo - desde entonces he pilotado para otros, también he sido mercenario un par de veces... - terminó expulsando el humo que había inhalado.

El capitán había asentido a cada palabra que decíais, como si se formara su propia opinión de cada uno de vosotros. Nada más terminó Galen de hablar, os trajeron el pedido, y mientras olíais los apetitosos platos, Ohn terminó de un trago su bebida y se aclaró la voz.

-Tenéis mejor pinta que la última tripulación que tuve. Menuda gentuza... yo soy el cabrón más grande que jamás ha pisado una nave espacial. O eso dicen de mí. Exijo que la gente trabaje de forma profesional y seria, como todos. Pero sobre todo quiero... obediencia. Obediencia cuando los piratas intenten algo. Sólo haciendo lo que yo os diga viviréis. Eso es algo que han podido comprobar otros...

-Tenemos un trabajo sencillo, llevar una carga a Krann, la carga es valiosa pero totalmente legal, los asentamientos mineros tienen créditos de sobra y pueden pagar todos los componentes que les enviamos. Luego volveremos aquí... casi seguro de vacío.

-En el camino de vuelta, si veo que funcionáis... os diré una manera de ganar créditos totalmente legal. Un trabajo duro pero no peligroso y que os puede hacer ricos. Luego podréis comprar suerte, tirar fortunas a las cartas y comprar cachorritos de bantha de juguete para las hermanitas y todo.

-Solo si en el viaje de ida veo que servís para algo, no quiero trabajar con incompe...

-¿Un trabajo aparte y legal? ¿Pero...- interrumpió Meredath.

-Sí, el Director lo sabe y no pone pegas...  solo me cobra por el tiempo de la nave... pero sólo si valéis para algo. Deberéis demostrármelo...

- Pues más vale que esos piratas nos ataquen... - exhaló humo mientras sonreía con cierta sorna - Porque soy mejor tirador que mecánico y llegué tarde a solicitar el puesto de piloto... - murmuró mirando de soslayo a aquellos dos, que seguramente no eran ni de lejos tan buenos como él, volvió a dar otra calada a aquel cigarrillo antes de apagarlo y disponerse a comer.

Supisy miró a Galen con gesto serio. -  Oh... su hermanita está muy malita. Que buena es la gente - pensaba entre risas en su cabeza. Le aburría la gente que no hacía más que quejarse, de manera activa o pasiva, de su vida. Ella apreciaba la gente que vivía al límite, sin preocupaciones. Era lo que más le gustaba en la gente, pues... aunque idiotas la gran mayoría de ellos, al menos eran medianamente interesantes.

El capitán era otro al que le costaría aceptar.

Bla, bla, bla... Le daba mala espina. Y cuanto más le oía hablar, más le recordaba a gente sucia de los bajos fondos. O peor... a gente sucia que se hacía pasar por paramilitares o imperiales. Esa gente si que le repateaba. ¿Más que los otros? Quizás simplemente le aburría su actitud. Al final, todo era un problema de actitud.

Perdida en sus pensamientos, prestaba más atención a lo que ocurría a su alrededor que a lo que contaban sus futuros compañeros. Ella se dedicaría a lo que sabía... y trataría de no molestar ni que la molestaran. Solo quería ganar un dinero fácil. Y gastarselo jugando.

- Así que hay más trabajo... o por lo menos otro trabajo- comentó Anzak mirando al capitán-. Me gusta- comentó sonriente mientras apuraba su bebida.

Finn asintio un poco extrañado por lo raro de la propuesta del capitán.

- Bueno, todo lo que de dinero me interesa, pero rara vez lo legal y el dinero va unido ... salvo que sea muy peligroso, claro.

¿Y que soleis hacer cuando atacan los piratas?

Supisi, experta en percibir el ambiente de las salas y lugares en los que está (por algo se le da tan bien el sabacc), contempla como varios tipos malencarados han tomado posiciones en la barra cercana a la mesa y se llevan las manos a los bolsillos, como si fueran a sacar algo de ellos.

¿Y que soleis hacer cuando atacan los piratas?

La frase de Flinn resuena en el aire durante un segundo, y las palabras del capitán son interrumpidas por una voz que sale de la cercana barra.

-¡Si capitán! ¿Qué hace cuando hay piratas y le invaden ? ¿No despresuriza toda la nave menos su cabina, matando a su tripulación y escapando como un miserable?

Cinco o seis tipos vestidos con monos de vuelo de esos enormes con decenas de bolsillos y manchados de grasa se dan la vuelta desde la barra y se dirigen a vuestra mesa, algunos portan servo-brazos y herramientas...

El capitán, furioso, se dio la vuelta... -¡ME LIBRÉ DE UNA BANDA DE TRAIDORES QUE IBAN A VENDER MI NAVE Y MI CARGA A LOS PIRATAS, ESTABAN ENCAMADOS CON ELL...!

Los tipos, como si escucharan la lluvia caer, preparaban armas bastante afiladas. Su aliento a alcohol se podía oler desde la barra y...