Partida Rol por web

Sientes la cabeza a punto de estallar y dandote vueltas, no recuerdas como has llegado a este lugar, ni que está pasando, apenas puedes sentir como te arrastran por el pasillo dos sujetos a los que la oscuridad y la propia neblina de tu mente, no te deja ver quienes son o que són, y solo rezas por que no tengan malas intenciones contigo en este estado de inmovilidad en la que te encuentras, pero en la forma que te arrastran no puede ser nada bueno...

Finalmente te dejan en una sala iluminada apenas por una vela que te ponen practicamente al lado cegandote, apenas puedes mover tus brazos y solo puedes cerrar tus ojos para no cegarte con el brillo. Una voz femenina agradable, pero potente y autoritaria te pregunta:- Te hemos llamado para que nos cuentes que ha pasado con el amuleto- A expensas de lo que respondas, pues ahora mismo apenas recuerdas quien eres, te dice:- Te hemos hecho un hechizo de Geas, solo la verdad te librara del sopor en el que te encuentras, dí todo lo que sabes del amuleto de las 5 piedras, desde el principio...- De repente recuerdas una cosa que te paso, una cripta donde las piedras lloraban. Y tu lengua por si solo empieza a contar lo que ocurrio entonces.

Notas tus parpados pesados como si una tonelada de polvo se hubiese instalado en ellos, tu cuerpo dolorido no presagia nada bueno, y casi esperas a que la siguiente patada te reviente el bazo, pero no llega. Abres los ojos ligeramente y solo ves oscuridad iluminada tenuemente por unos extraños farolillos de color azul acoplados en las paredes que lanzan una luz mortecina a las tumbas, cientos, miles de tumbas que te rodean, cuando miras hacia abajo te das cuenta de que estás encima de una de ellas y te dispones a saltar fuera. Nunca se sabe que puede pasar en una tumba, la última vez tu tio abuelo apunto estuvo de arrancarte la cabeza cuando ese nigromante estupido intento resucitarte el gato.
Si ha sido por un dia de borrachera, nunca te habías levantado en un sitio más extraño, mientes por supuesto, pero preferias que nadie se enterara que aparecistes en medio del carnaval en gayumbos bailando una especie de danza tradicional. Te miras a ver si te falta algo,y a excepción de la ropa, te falta todo. No ves ninguna referencia en el lugar a expción de cientos de tumbas a cada lado hasta que te alcanza la vista...

- ¡Caray! ¿Cómo he llegada hasta aquí? –murmuró casi sin aliento, sin saber si era por el dolor o por la telaraña de su mente. A veces le pasaban cosas así, por lo que al principio no se sorprendió hasta que…

- ¡Por todos los Dioses! –fue cogiendo fuerza su voz- Bien de tumbas…

Mirara a donde mirara sólo veía tumbas. Tantas que casi parecía irreal. Pero… ¿qué diantres hacía sobre una de ellas? ¡No, dentro de una! Descubierto tan macabra situación se apresuró a salir como pudo. Estaba realmente dolorido, y eso era tal vez lo que menos entendía. En aquel momento estar de rodillas era lo máximo que su cuerpo le permitía,  y al ver aquella tétrica atmósfera de azul mortecino lo tuvo claro.

- ¡Estoy muerto! –se miró las manos- ¿Por qué en la flor de la vida? –se llevó las manos a la cara y comenzó a comprender algo- Pero… ¡aish! –se sobresaltó al sentir su propia bofetada- Se supone que no debería doler. Bien engañados nos tienen los Sacerdotes… ¿Y mi ropa? Ya podían cambiarla a algo más elegante…

Poco a poco recobró la energía suficiente para ponerse en pie, y tras ojear la tumba donde estaba anteriormente decidió que nada haría allí parado.

- Vale, ¿y ahora qué? Esto va a ser como una mala pesadilla donde tengo que caminar y caminar hasta… ¡Ufff! ¡¿Por qué no me acuerdo de nada?! –alzó por primera vez su voz enojado y, con el puño alzado al techo de la catacumba, añadió- ¡Maldito seas Waylander! ¡Maldito el día que nuestros apellidos coincidieron!

Se había resignado tantas veces que apenas le importaba lo sucedido haría casi dos años. De buenas a primeras un poderoso Mago, eso lo sabría más tarde, llegó con la firme intención de matarlo. Pero no porque hubiera hecho nada malo, pues bien sabían sus allegados que era una buena persona; simplemente tenía en común algo con el verdadero objetivo del Mago: el apellido. Por lo visto Waylander era una especie de leyenda en las sombras, un Mago, o asesino, o no se sabe muy bien qué. La cuestión era que se suponía estaba en la zona, ¿y qué hizo el Mago cuando escuchó la súplica de Flynn? ¡Le maldijo!

- ¡Waylander y el cabronazo Mago de los…! –la frustración le impidió hablar más- No recuerdo nada… y siempre en el peor de los momentos. Ni siquiera sé cómo he muerto. Espera… sí, una voz femenina. ¡El amuleto de las cinco piedras! –golpeó el puño contra la palma de su mano satisfecho de recordar algo, pero…- ¡Tampoco recuerdo eso!

Derrotado su ánimo se echó a caminar sin más, sin ni siquiera mirar una dirección en concreto. Sólo veía tumbas y más tumbas.

Desanimado ante la sensación de que hagas lo que hagas la mala suerte está contigo, decides explorar el lugar, aunque sin saber demasiado a donde ir, no crees que por la localización del moho te indique el norte, porque por lo que ves en las tumbas, el norte estaría en todos sitios... Agradeciendo la pobre iluminación cuando te distes con una losa del suelo, y trás un cierto tiempo avanzando a la pata coja con mal sonantes, sigues tu periplo por el lugar. Durante diez minutos sigues avanzando por esta cripta, viendo solo tumbas y pilares que aguantan el techo, no parece haber nínguna criatura viva por el lugar...
Hasta que ves a lo lejos, varias figuras humanoides que se afanan sobre una tumba, están cubiertas con harapos, y al parecer están bastante interesadas en lo que hay dentro de la tumba. Lo que dicen lo comprendes, por lo que no estaras muy lejos de casa ¿no?. El más pequeño gime con una voz rasposa - Corre Bill, tenemos que salir antes de que los ghouls vuelva, ya sabes como han dejado al pobre Frank...- Al que le han hablado solo masculla:- Milenio de gambas y centollos, todos me siguen... malditos uniformados- Otra de las figuras claramente femenina suspira ante la tardanza de sus compañeros.

“¿Podría alguien tener una eternidad más patética?”, pensó desolado mientras comprobaba que aquel dolor no era normal. No si estaba muerto, claro.

- Aquí hay algo que falla –se llevó una mano a la barbilla a modo pensativo, para caer en cuenta que…- Tengo barba de tres o cuatro días. La bofetada me dolió, y casi me rompo el pie con esa maldita losa –gruñó por lo bajo- Es posible que…

Tras unos segundos de intensa reflexión cayó en lo evidente.

- ¡ESTOY  VIVO!

Alzó los puños en dirección al techo de la inmensa caverna mientras el júbilo resonaba por doquier. Era tal la emoción que la sonrisa le llegaba de oreja a oreja, y al cabo de algo más de diez minutos (aproximó después) algo le llamó la atención.

- ¿Pero qué demonios…? –dijo por lo bajo y enseguida se dio cuenta de que los humanoides con los que acababa de toparse tenían que conocer la salida.

- ¡¿Hola?! –se encaminó con aire alegre hacia ellos- Que gusto encontrarles –sonrió de oreja a oreja- Ya pensaba que nada iba a cambiar entre tanta tumba.

Se rascó la nuca mientras sonreía amigablemente. Estaba tan contento de ver algo distinto después de descubrir que no estaba muerto.

Las tres figuras se giran hacía a ti, por los trapos parecen mendigos, o por lo menos con el mismo poder adquisitivo que uno de ellos. Y los tres como si fuera una misma persona sacan rapidamente unos cuchillos oxidados, diciendote el más pequeño:- Buscate otro fiambre, tio, está zona es de los recuperadores de FosaNegra, si nos pasa algo vas a recibir lo tuyo- El más viejo te mira con un ojo blanquinoso y otro vacio completamente, mientrás que la chica, una pequeña muchacha de 15 años con cara sucia y ojos asustados, se empieza a quedar livida y exclama:- Tios... ese es el fiambre que hemos desvalijado, él que estaba encima de aquella tumba. ¡A vuelto a por nosotros!- Tanto el pequeñajo como la chica andan hacia atrás sin dejar de mirarte, bastante asustados...
La escena cada vez es más confunsa, cuando escuchas un sonido que te recuerda al de una cascada, pero que en vez de aguas reconoces como cientos de patitas. El viejo grita:- Las autoridades¡¡¡ Milenio de gamba¡¡¡ Esconderse- Como si fuera una orden se escabullen detrás de unas lapidas cercanas.

Lo cierto es que daban pena, pero cuando sacaron los cuchillos ese sentimiento desapareció (por muy oxidadas que estuvieran)

- ¡Eh! Calma, calma… Mis intenciones no son malas –dijo al tiempo que mostraba sus manos desarmadas.

No quería problemas, y más si esas personas desarrapadas eran su única alternativa de salir de allí. Pero entonces la joven, con voz trémula, reveló qué había sucedido con sus pertenencias.

- ¡¿CÓMO?! –expresó atónito más alto de lo que pretendía- Robado y dado por muerto… ¿por qué a mí? ¿Por qué?

Puso los brazos en jarra y afiló su mirada, cambiando su sonrisa por una fila blanca de dientes apretados.

- ¡Por supuesto que he venido a por vosotros! Quiero mis cosas, y estoy tan enfadado que me comeré esos cuchillos podridos y de paso a vosotros.

Durante el camino hasta llegar ahí había recordado una voz melosa, femenina. También que le habían pegado una paliza y poco más. Estaba tan frustrado que no podía contenerse. Entonces…

- ¿Qué es eso? ¿Guardias? Bien, se hará justicia miserables ladrones –les dijo al tiempo que adquiría una pose confiada- A menos que me lo devolváis ahora mismo.

Como respuesta los tres fueron a esconderse tras unas losas caídas, y parecían bastante asustados. Lo cierto es que aquel sonido no era normal, pero…

- ¿Qué ruido más raro?

Quedose mirando a los ladrones para luego mirar al lugar de donde provenía el ruido.

Trás haber descubierto que ha pasado con tus pertenencias (Aunque sin saber demasiado bien que haces por aquí) decides presionar a los "recuperadores" que es como se han denominado, aunque no te suena para nada el nombre de FosaNegra, pero supones que sera un matón que los tiene bajo su "protección". Cuando ibas por buen camino para intimidarlos para que te devolvieran las cosas. El sonido extraño que ha hecho esconderse a los tipejos te hace despertar tu curiosidad ¿Que podrá ser?.
La chica te grita desde su escondite:- Escondete imbecil, ¿O quieres ser un fiambre de verdad?- Antes de que puedas contestarle. Ves de donde proviene el sonido, cientos o quizas miles de ratas aparecen de uno de los corredores, como si fuera un rio de cuerpos peludos se expanden por todos los pasillos formados por tumbas, pero al cruzarse contigo, no te atacan, sino que como una roca en un rapido te quedas rodeada por esa marabunta de bestias, parecen escapar de algo, que pronto descubres, centenares de figuras humanoides de color albino cubiertas con harapos, se mueven como animales siguiendo y matando a las ratas que consiguen atrapar en una carrera loca, en una caza demencial.
Pronto pasan de largo todos, excepto un par de figuras que se quedan detrás y que se giran para mirarte con sonrisas de dientes afilados en sus bocas putrefactas, son no muertos, comedores de cadaveres y de vivos. Uno de ellos dice socarronamente:- Vaya, parece que tenemos comida más sustancial que las ratas- Y otro que tiene unas feas heridas que supuran sangre negra y pus chilla- Comida comida¡¡¡- Acercandose lentamente hacía a tí intentando rodearte.

Apenas logró escuchar la advertencia de la joven cuando una marabunta de ratas inundó el lugar. Por un instante creyó que su destino acabaría en aquel instante, devorado por miles de ratas horribles. Pero no ocurrió, pues al pasar de largo comprendió que estaban huyendo. ¿Pero de quién? La respuesta llegó tras las ratas como cientos de harapientos humanoides de piel tan blanca que daba grima.

Aquellos humanoides estaban a la caza de esas ratas, y lo peor era que… ¡se las estaban comiendo! Aquello hizo que se quedara con la boca abierta, incluso no había descripción para la expresión de su rostro. Pero en cuanto un par de aquellas cosas rezagadas se percataron de Flynn su expresión cambió… ¡no pintaba naaaaada bien!

- ¡Que me afeiten los huesos! –dijo entre dientes- Jejejeje… -rió preocupadamente mientras retrocedía hacia donde los ladrones se escondían- Si no me dais mis cosas, y por cosas me refiero a mi arco y flechas, delato vuestra posición.

Levantó la manos en aptitud amistosa cara a los humanoides, aunque sabía perfectamente que no le iba a servir de nada. Sólo necesitaba algo de tiempo para que aquellos no-muertos pensaran que era una presa fácil.

- ¡Me cagüen…! ¡Mi arco! –alzó la voz.

Las criaturas al verte en estado de indefesión se rien con ganas y se mofan:- Además carne fácil, al parecer el muy imbecil se ha dejado sus armas en manos ajenas jujuju- El otro ser empieza a olisquear el aire y con evidentes babas negruzcas cayendo de su boca grita:- ¡Hay más por aqui!-
La recuperadora chica grita:- Maldito comeliendres, ¡Te dije que te ocultaras!- Y se levanta con el cuchillo en la mano acompañado de sus dos compañeros, aunque por la forma que tiemblan de poco van a servir en una pelea, el recuperador bajo como un enano se quita el petate lanzandotelo, mientrás comenta sarcastico:- Ya que nos has metido en este problema, al menos sacanos de él...-
El más hablador de los bichos se lanza hacía tí con las garras prestas a arrancarte la cabeza, en tanto que el otro va a a por los 3 ladronzuelos que parecen evidentemente más debiles que tú.

Dos, eran sólo dos; pero jamás se había enfrentado a ese tipo de criatura en su vida. Aún así lo tuvo claro en cuanto cogió el carcaj, lo que necesitaba eran flechas bendecidas. Esperaba que los ladrones pudieran valerse unos instantes por su cuenta pues él ya tenía un oponente que abatir.

- ¡Que Tymora escupa en tu destino! –exclamó al instante que tensaba la cuerda de su arco. No es que hubiera tenido mucha suerte últimamente, pero siempre quedaba levantarse del suelo y seguir hacia delante. Por ello no iba a perecer a manos de aquellos apestosos no-muertos.

Cuando la flecha surcara el aire derecho a su enemigo y retrocedería un paso para mantener la distancia. Albergaba la esperanza de que Tymora había tocado su hombro en aquel momento. Pero...

Tymora se ríe de él XDDDDDD

No era difícil. No debía serlo. Tan solo tensar el arco, apuntar y dejar que la flecha se clavara en su enemigo… ¡pero ni esas era capaz! ¡Tymora le había abandonado!

- ¡¡Aaaaaaahhhh!! –gritó cuando la flecha resbaló de sus manos momentos antes de soltar la cuerda y terminó clavándose entre los dedos de sus pies- ¡Por las tetas de Tymora!

¿Cómo era posible? ¿A qué Dios había agraviado con tanta intensidad que se regocijaba en su desventura? Allí estaba, plantado ante un no-muerto con arco en mano y una flecha peligrosamente clavada entre los dedos de sus pies.

- ¡Me cagüen…!

Para tu desgracia el ghoul no espera a que te repongas y mientrás se rie como un loco, intenta despedazarte con sus largas garras, en tanto que oyes de la chica:- Pues buen defensor nos hemos encontrado- Mientrás que el otro ghoul se abalanza sobre el más pequeño que se defiende como puede, pero el ataque tira su daga y le destripa el estomago, dejandole en el suelo convaleciente. Los otros protegen a su amigo, pero poco pueden hacer más que mantenerlo lejos, mientrás que el ghoul babea ansioso.

Allí estaba, con una flecha clavada entre sus dedos y sufriendo una humillación tremenda mientras un ghouls intentaba destriparle. Cuando ya temía lo peor el no-muerto falló su ataque por muy poco, incluso diría que había sentido el roce de sus garras; pero no había dolor así que aún podía salir con vida de todo aquello.

- ¡Prepárate! –exclamó furioso consigo mismo al tiempo que su mano cogía no una, sino dos flechas. Si iba a fallar otra vez al menos lo haría a lo grande.

Con rapidez disparó las dos flechas benditas mientras sus pies se mantenían firmes, inmóviles ante la atención que requería el acto. Momentos antes de que la primera saliese supo que no era un buen tiro, pero el segundo…

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La primera flecha, falla por que el ghoul consigue darle a tu arco y desviarlo, pero para tu suerte, Tymora ha escuchado tus plegarias (o quizás tus exabrupto) y con un chasquido de huesos la segunda se clava hondo en el pecho, lo que hace que la criatura se detenga un momento en el que aulla con dolor, pues su carne empieza a quemarse por el contacto del metal bendecido. Quizás por la ira consigue acertarte por pura suerte, pero la sangre corre por tu brazo, sus malditas garras cortan como cuchillas, la criatura sonrie a pesar del dolor y te especta:- Pronto te voy a descuartizar por lo que has hecho-

En tanto los dos recolectores resisten contra el ghoul babeante, incluso el anciano le clava su daga hasta el mango aunque parece que la alimaña, pero la bestia les viene grande y se nota que suelen huir más que combatir, por lo que trás quitarse de encima el anciano y gruñir, vuelve a intentar destriparles el maldito ghoul.

Como intuyó la primera flecha falló su blanco, pero la segunda fue otro cantar… ¡el Cantar de Tymora! La única respuesta posible a las palabras de aquel ghoul era actuar, así que de la misma forma que la anterior su determinación no le hizo flaquear (aunque su rapidez fue otra cosa).

- ¡Maldito pellejo de pus! -¿y qué pasó? Otra catástrofe. Justo cuando disparó la primera flecha algo de gravilla desestabilizó uno de sus pies haciendo que la trayectoria del arco fuera hacia el suelo, volviendo a caer la flecha de forma bastante ridícula. Por consiguiente la segunda flecha no parecía que pudiera salvar la situación.

- ¡¡¿ Pero qué te he hecho, TYMORAAA ?!!

Su piel ya sabía de las garras de aquel engendro… ¿era ese su fin?

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La mala suerte te persigue al parecer, quizás tus maldiciones a Tymora han terminado devolviendotelo(nunca es buen gusto hablar de los pechos de una dama, y menos cuando es la diosa de la suerte) Por lo que tú primer tiro golpea en algún lugar indeterminado de la zona, cuando escuchas que algo gruñe... ALGO grande al que has acertado por error, el rugido subsiguiente llena la caverna en la que te encuentras. El ghoul se distrae y no te acierta, solamente gritando:- ¡Maldito idiota has despertado a un crocotoa!- Lo suficientemente distraido para que tu flecha le golpee en el pecho, lo que le arranca otro aullido, y ves como se da la vuelta para escapar entre las tumbas, no sabes si por el daño que le has provocado o por la bestia que viene hacía aqui.
Tus dos compañeros casuales parecen tener suerte, el viejo le ha golpeado de nuevo al ghoul está vez en el cuello lo que ha provocado que la bestia se aleje asustada, al ver que no le está resultando tan facil y al escuchar el rugido, se plantea el resultando la situación. Por lo que se da la vuelta para huir chillando.