Partida Rol por web

Apocalipsis

En algún lugar...

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23/12/2009, 17:16
Director

Centro de Investigación Biológica de Fair Oaks, 22 de diciembre de 2012

El cuervo se posó cerca del cartel de entrada, graznando y batiendo sus alas. Un guardia de seguridad veía la televisión desde la caseta de entrada al complejo. Estaba atardeciendo, y el tráfico de entrada a esa hora era nulo. En la televisión, el conocido programa de humor de Jay Leno, con Britney Spears como invitada. La mano del guardia se metió dentro de la bolsa de fritos, y luego se vió la placa con su apellido, sobre uno de los bolsillos de la pechera del uniforme: Campion. 

Se escuchó una risita divertida, acompasada con la risa del público emitida a través de la televisión. La tipica coña a modo de chorrada, metiéndose con el engorde de la cantante durante la primera mitad de la pasada década. Luego, se comenzó a escuchar la alarma de seguridad del complejo, y el guardia dió un brinco, derramando los fritos en el suelo mientras se abalanzaba sobre el panel de control, que reflejaba la visión las cámaras de seguridad del interior en tiempo real.

Aquello era el puto caos. Habían muertos del subnivel 5 al subnivel 2, y en el 1 el doctor Harris, jefe de las instalaciones, le hablaba por el micro del sistema de alarma de la pared, mirando a la cámara.

-¡Alerta de nivel rojo! ¡Ha habido una brecha de seguridad!

El hombre miró con desesperación, quizá consciente de que iba a morir en cuestión de minutos.

-Hemos iniciado el protocolo de sellado de la instalación. ¡Charles, cierra la verja exterior, deprisa!

Mientras corría hacia afuera, todavía pudo escuchar una última frase del doctor:

-Oh, Dios mío. ¡Están cayendo como moscas!

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23/12/2009, 17:16
Charles Campion

Jodidos tecnócratas. Hijos de puta.

Eso pensaba Charles mientras corría en un esprint hasta el módulo habitacional, que no era otra cosa que una serie de casitas unifamiliares aledañas al complejo, donde vivían algunos de los científicos con sus familias. Ellos han iniciado esto, creyéndose dioses con sus putos experimentos.

Con tan negros pensamientos, corrió como alma que lleva al viento hasta el jardín de su hogar, buscando lo que más le importaba en este mundo. Su mujer estaba en el salón, planchando y viendo la tele, y le miró con incredulidad mientras llegaba a todo correr.

-Cariño, ¿Pero que demonios...? -comenzó a decir.

Charles corrió hasta el armario, y buscó su cartera con la tarjeta de crédito.

-¡Sam, coge a la niña y sus cosas, y VÁMONOS YA!

No había tiempo para las explicaciones, porque la alarma se reprodujo en cuestión de segundos en el módulo habitacional. Hubieron carreras, gritos lejanos y el llanto de la niña, que no comprendía haber sido arrancada del primer sueño en su cama. Charles ni siquiera se detuvo a mirarla, porque lo que hizo enseguida fue salir y meterse dentro de su coche, arrancando el motor. Su mujer e hija subieron inmediatamente, y él se limitó a decir:

-Poneos el cinturón y agarraos.

Dió un acelerón y un volantazo, y el coche derrapó sobre la gravilla. Luego, en un espacio de menos de 100 metros, el coche aceleró hasta el límite de sus posibilidades, mientras Charles accionaba el mando que cerraba la verja exterior. Esta fue cerrándose lentamente, y a pesar de la velocidad, todo parecía indicar que no llegaría a tiempo para pasarla.

-¡Ve más despacio, Charles! -dijo su mujer- ¡Vas a matarnos!

El sudor frío recorría la frente del guardia, que apretó la mandíbula y maniobró para situarse en el costado opuesto de la valla. El coche pasó a toda velocidad, pero la trasera impactó con la valla, jodiendo el mecanismo. La puerta se quedó a 50 centímetros de cerrarse por completo, pero ellos ya estaban fuera, y se alejaban.

Charles respiró fuerte, escuchando el llanto de la niña. Luego las miró a ella y a su mujer.

-Tranquilas... todo va a salir bien.

O eso es lo que él quería creer.

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23/12/2009, 17:16
Director

La verja seguía abierta, y comenzó a a escucharse los ecos del remake de una vieja canción de Blue Oyster Cult, reproducida por la radio dentro de la caseta.

Todo estaba tal y como Charles lo había dejado en su precipitada huida, e incluso uno de los monitores tenía encima unos cuantos fritos de los que se habían caído. La bolsa estaba hecha añicos bajo la silla, y las cámaras de seguridad seguían funcionando. Lo que estas revelaron, era estremecedor.

Absolutamente toda la instalación, planta por planta, estaba llena de muertos. Muertos de piel blancuzca y ojos claros, con oídos sangrantes y expresiones vacías. Muchos eran científicos de bata blanca, que habían muerto de diferentes maneras. Unos seguían en su puesto de trabajo, mientras los centrifugadores seguían funcionando y agitando los reactivos. La televisión del comedor seguía encendida, reproduciendo la imagen del concurso Jeopardy!, inalterable de momento a aquella masacre.

Otros, habían muerto intentando salir del complejo, y estaban tendidos con las manos apoyadas en las puertas futuristas de metacrilato y acero, selladas para la posteridad.

Y, afuera, el osito de peluche de la hija de Charles había caído, olvidado frente a la verja. El cuervo que se había posado sobre el cartel de la instalación aterrizó junto al entrañable animal de tela, y lo golpeó con su pico mientras agitaba sus alas, triunfante.

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23/12/2009, 17:16
Director

Unos zapatos pisaron el suelo pulido del pasillo, con paso marcial. El hombre llevaba un uniforme de chaqueta negra y pantalones azul marina, "clase A" del Ejército de los EEUU, lleno de galones y con una chaqueta que tenía dos fourrageres*. Dos guardia en uniforme de camuflaje urbano le saludaron a las puertas de una inmensa sala de control. Las puertas eran de cristal, y en ellas se leía: "US Departement of Defence. The Pentagon. Chemical Warfare Control Center".

Luego, los guardias abrieron la puerta, dejándole entrar. La actividad dentro de la sala era frenética. Se trata de una serie de módulos de trabajo con ordenadores de última generación, con una gigantesca pantalla al fondo de la sala, formada por otras más pequeñas, y que podía o no ofrecer una imagen conjunta. Los técnicos que operaban las computadoras eran personal del ejército, hombres y mujeres en uniforme "de servicio".

El oficial que entró en la sala, con rango de mayor (una hoja de roble dorada), subió unas breves escaleras hasta el despacho del hombre al mando. que tenía un amplio ventanal desde el que controlar visualmente la sala. La puerta tenía un letrero que rezaba: "General Edwin J.Hammer".

Notas de juego

*Cordel de mención a unidades distinguidas

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23/12/2009, 17:17
My. Trenton

El oficial se quitó la gorra de plato, picando a la puerta con discreción. No podría decirse que estaba nervioso a simple vista, pero en la situación en la que se encontraba el sabía bien que era puro negro y si no temblaba posiblemente fuese porque él estaba allí, y aquel hombre le infundía tal respeto que lograba hacerle olvidar cualquier cosa.

  Con vo queda, preguntó...

-¿General? - No fue un susurro, le echaba huevos, aunque ahora sentía que era lo que más le faltaba. El valor.

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23/12/2009, 17:17
Gral. Hammer

El general estaba en mangas de camisa, sentado en su escritorio y con el PC encendido. Ya le había visto llegar desde lejos, así que no le sorprendió. Parecía bastante cabreado o desesperado. Quizá ambas cosas a la vez.

-Déjate de rollos y cierra la puerta.

Una vez lo tuvo firme delante de él, tomó un informe en una carpeta, avanzándolo hacia su inferior.

-Lester Woodrow, el chico de oro del Pentágono, ha estado examinando el complejo. Dice que los primeros en morir tardaron segundos en caer. Segundos. Los que pudieron ponerse las máscaras antigás murieron en el plazo de doce minutos, el resto lo hizo en seis. ¿Te lo puedes creer?

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23/12/2009, 17:19
My. Trenton

El general estaba cabreado, y tenía muchas razones para estarlo. Una brecha de seguridad de aquellas características era una afrenta a toda su dilatada carrera. La chaqueta de servicio repleta de medallas que estaba colgada en el perchero daban fe de ello. Se aclaró la garganta.

-El patógeno es solo una versión aumentada de la gripe, señor. Pero al parecer sus efectos son devastadores.

Hizo ademán de entregarle la carpeta que traía bajo el brazo.

-En cuanto al vigilante...

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23/12/2009, 17:19
Gral. Hammer

El general golpeó la mesa, fúrico. Aquello le sacaba de sus casillas.

-¡Ese puto gilipollas! Era un código rojo, joder. Y no tuvo otra jodida idea que coger a su familia y largarse. Ese hombre es un cobarde y un gilipollas.

Apoyó la espalda en la silla, pinzándose los labios mientras negaba con la cabeza. Dejó que el mayor pusiera el informe sobre la mesa.

-Tengo ganas de que aparezca ese hijo de puta, y de que esté vivo. Porque si lo está, voy a colgarle de...

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23/12/2009, 17:19
My. Trenton

El mayor carraspeó, interrumpiéndole. Le señaló el informe, y de hecho abrió la carpeta.

-Eso quería decirle, mi general. Hemos encontrado al vigilante. Se había estrellado en un pueblecito de Indiana con su coche. El servicio de salud local nos avisó. Estaba muerto, él y su familia. Unos ciudadanos locales le auxiliaron.

 

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23/12/2009, 17:20
Gral. Hammer

El general parpadeó, incrédulo. Su tono de voz lo confirmó.

-¿¿Indiana?? ¿Pero como coño se las ha arreglado para recorrer casi el puto país en diagonal?

Negó con la cabeza.

-La esperanza de contener esta epidemia murió en la primera estación de servicio en la que ese cabrón parara a comprar un sandwich.

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23/12/2009, 17:21
My. Trenton

Aquello era muy grave. El "Proyecto Azul" era una investigación de guerra bacteriológica basada en virus comunes, con el fin de enmascarar su utilización de cara al público. Una poderosa arma para someter naciones enteras sin tener que utilizar aviones, soldados o tanques.

Las palabras del general le pesaron en el alma. Pero aun así se obligó a responder.

-Señor. Con el debido respeto... no podemos pensar así.

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23/12/2009, 17:21
Gral. Hammer

El general asintió, masajeándose las sienes. Debían pensar que la epidemia era contenible o el país estaría jodido. Pero muy jodido.

-Tienes razón -dijo, respirando hondo.

Le miró luego.

-Hay que poner en cuarentena ese pueblo, llevar tropas con equipo de contención y cavar un foso alrededor.

Se acercó a mirar el cristal, y la pantalla, que ya reflejaba un nombre en el perfil del estado de Indiana: Kendallville.

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23/12/2009, 17:21
My. Trenton

Trenton sonrió, complacido por su propia eficiencia.

-Esa operación ya ha sido iniciada. Las tropas llegarán al lugar en menos de 16 horas.

 Se irguió, convencido de que había hecho bien su trabajo. Le importaba su familia, sus amigos, sus conocidos, pero tenía que ser valiente, Hammer apreciaba esa virtud, entre otras, y estaba orgulloso de servirle a él y a su país. No podía echar a correr y esconder la cabeza bajo tierra como un avestruz, tenía que salir adelante, y lo haría haciendo las cosas como Dios manda.

  General. No se rinda. Debemos combatir.

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23/12/2009, 17:22
Gral. Hammer

El general asintió, aprobador. Aquello era velocidad de reacción. Así es que como se vencía a las epidemias.

-¿Y que excusa se os ha ocurrido para hacerlo? En pleno día de navidad...

   Sus reacciones eran impredecibles, no fue una, ni dos, ni tres las veces que acarició su mentón con el dedo índice y corazón, su mirada, se debatía entre Trenton y la pantalla del ordenador. La luz que emitía bañaba el rostro de Hammer y sus rasgos y expresiones hacían que las sombras un juego macabro que iba desde las sonrisas hasta el ceño fruncido de un oficial enfadado...o más que enfadado colérico.

 Su mirada era mate, fria, y ni el brillo del monitor conseguía hacerla brillar. Tenía mucho en que pensar.

  ¡Joder!...¡en la putas navidades!

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23/12/2009, 17:22
My. Trenton

El mayor siguió con la mirada al general, que había dado un paseo por la habitación para sentarse de nuevo.

-Gripe aviar, una nueva cepa.

 Era una mirada de respeto, esperaba que aceptase de buen grado una explicación oficial como aquella, se ajustaba a la perfección, además tenían hasta los jodidos panfletos de información preparados. Ahora todo se movía vertiginosamente a su alrededor, y un segundo significaba cientos de vidas. No iba a fallar, se lo debía a él y a su país.

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23/12/2009, 17:23
Gral. Hammer

Hammer se rió. La suya era una risa irónica, mordaz, desesperada.

-Nueva si que es, y hace muy bien su trabajo.

Entonces, miró al mayor Trenton a los ojos, apoyando los brazos en la mesa.

-Haremos lo que sea necesario, mayor. Quiero que informe directamente al presidente. El destino de la nación está en juego.

Trenton le saludó, marchándose del lugar. Luego, su ordenanza entró, llevando en la mano un pen-drive con unos datos. Pero el general siguió mirando afuera, al puntito en el mapa, y pensó en que la apacible vida de los ciudadanos de Kendallville había llegado a su fin.

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31/12/2009, 03:53
Director

24 de diciembre de 2012

Los soldados estaban formados fuera, en la explanada, mientras los copos de nieve caían, indolentes, sobre el pavimento. Los 7 toneladas estaban detrás, y al otro lado de la copiosa formación, los Humvee, los MRAP, unas tanquetas LAV 25 y unos cuantos tanques M1 Abrahms, entre otros vehículos.

El vaho que exudaban las respiraciones de los soldados eran lo único que rompía la tranquilidad de la noche. Los focos estaban encendidos, y todos pudieron escuchar las aspas del helicóptero sobrevolándoles, hasta aterrizar poco más allá, en un helipuerto dispuesto a tal efecto.

El hombre bajó del helicóptero, colocándose su casco lightweith con camuflaje urbano y caminando hacia los soldados, mientras le acompañaban otros milirates que le habían recibido con un saludo marcial. Los hombres no miraron en aquella dirección, cuando la voz del sargento mayor resonó.

-¡Atención, el coronel! ¡FIRMES!

Cientos de botas chocaron al unísono, y los cuerpos se tensaron. Los hombres estaban atentos.

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31/12/2009, 04:09
Coronel Price

-Descansen -dijo.

Mientras obedecína, el coronel caminó hacia uno de los camiones, subiéndose al espacio de carga. Todos se giraron para mirarle. El hombre fue franco con ellos.

-Se que día es hoy, y nadie ha perdido la cabeza. Soy el primero que estaba cenando con su familia y pensando en el regalo que le iba a dar a mi hijo. Pero los Estados Unidos acaban de entrar en guerra.

Hubo murmullos, y el coronel se agachó para abrir una caja, y sacar una mascarilla protectora de un traque NBQ que había dentro de una caja a su lado, y se la mostró.

-El Pentágono ha informado de que en virus, nombre en clave "proyecto azul", ha sido liberado accidentalmente de uno de nuestros centros de experimentación biológica. El centro de control de enfermedades nos ha dicho que el foco de infección está ubicado en un pequeño pueblo de Indiana, llamado Kendallville.

Les miró a los ojos.

-Bien. Esa brecha de seguridad no existe, caballeros. Desde ahora y oficialmente, se trata de una nueva cepa de la gripe porcina. Esa es la versión que debemos dar, si nos preguntan.

Bajó la mano un momento.

-El virus es altamente contagioso, y al parecer mortal. Por ello, realizaremos una inserción en la zona con trajes NBQ y colaborando con equipos de seguridad del centro de control de enfermedades. Nuestra misión será blindar ese pueblo, ponerlo en cuarentena total. Nadie entra, nadie sale.

Los hombres parpadearon, sorprendidos por la naturaleza de aquella misión.

-No se engañen. Esto es una guerra, caballeros. Una guerra contra uno de los enemigos más poderosos que ha tenido este país a lo largo de su historia. Un enemigo pequeño, invisible, que puede acabar con la población de estados enteros. Pero eso no sucederá.

Sonrió un momento.

-Eso no sucederá, porque nosotros lo impediremos. Estados Unidos está en guerra contra ese virus. Y nosotros, ganaremos esa guerra. ¡Hooah!

Respondieron al saludo del ejército como un solo hombre. El coronel sonrió, mirando su reloj.

-El nombre oficial de esta operación es "Muro Hermético". Recibirán instrucciones de sus oficiales durante el trayecto.

Se dió la vuelta, y el sargento mayor iba a ordenar romper filas, cuando el coronel pareció percatarse de un detalle, y volvió a mirarles.

-Ah. Feliz Navidad a todos.

Los soldados entraron en los transportes, mientras el coronel volvía acercarse al helicóptero. Su adjunto, el mayor Sorenson, le pasó una copia del plan de actuación. El coronel hizo un gesto.

-Quiero que los hombres se pongan los trajes NBQ cuando estemos a 100 km del objetivo. Ni siquiera los del Pentágono saben si esa mierda se propaga a larga distancia por el aire.

El mayor asintió, palmeando su hombro, y el coronel miró la base al alejarse, y como esta se oscurecía bajo la noche y la tormenta de nieve.

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06/01/2010, 03:16
Barack Obama

Apareció la imagen del presidente en el televisor. La cámara hizo un breve recorrido por el despacho, con planos medios, y luego el presidente miró en dirección a la cámara que le enfocaba de frente. Las banderas quedaban estrategicamente situadas detrás de él.

-Estimados conciudadanos y conciudadanas, residentes y extranjeros de paso en los Estados Unidos -comenzó a decir.

Hubo un momento de silencio, y cambiaron de plano.

-Es que me dirijo a vosotros, no para felicitaros estas fiestas navideñas, sino para poneros al corriente de una gravísima amenaza que afronta en estos momentos nuestra gran nación.

Cambió de plano.

-Un grupo terrorista sin identificar, quizá varios de ellos, ha lanzado un arma biológica muy poderosa contra los Estados Unidos, una enfermedad que se extiende rápidamente. Nuestros científicos la han llamado "la supergripe", porque sus síntomas son parecidos a los de una gripe clásica.

-Se ha iniciado una operación para contener el virus, una operación que ha sido ratificada por el Senado en una sesión de emergencia. Entre las medidas tomadas se encuentra la declaración de la ley marcial en este país, hasta que la crisis sea resuelta.

La cámara cambió de nuevo de plano, y el presidente entrelazó sus dedos sobre la mesa.

-La ley marcial no había sido declarada en los Estados Unidos desde la Guerra de Secesión, ya que su mismo concepto puede erosionar potencialmente la convivencia ciudadana. Por ello, junto al ejército se han desplegado fuerzas policiales locales, estatales y federales, además de equipos de contención de enfermedades de todas las ramas de nuestras fuerzas de seguridad.

El plano cambió.

-Este mensaje, ciudadanos y ciudadanas, os lo emito en directo, dada la premura de la situación que vivimos. Os doy mi palabra, como presidente de los Estados Unidos de América, que este virus será vencido, y que perseguiremos a los perpetradores de este cruel ataque a nuestra nación. Entrentanto, los ciudadanos deberán...

Entonces, el cámara comenzó a toser, y el presidente se quedó callado, tenso. Otro de los presentes en la sala tosió también, y la cámara se movió violentamente. Unos agentes del servicio secreto se personaron a la carrera, y la cámara aún seguía emitiendo cuando comenzaron a llevarse al presidente, dándole una máscara antigás.

El logo de la Casa Blanca se vió entonces, y un letrero que rezaba "Problemas con la emisión, manténganse atentos".