Partida Rol por web

Al ver que Chuck vuelve a ponerse lívido les digo a él y a Maria. – Si a Maria le parece bien ya la ayudaré yo cuando con Rafa lo hayamos trasladado al dormitorio. Mientras busca el cuchillo.

Recordando él que llevo. – ¿Maria puede servir este? – Enseñándole uno de sus cuchillos jamoneros.

Luego ayudo a Rafa con el chico y vuelvo a ayudar a Maria o registro la habitación según decidan ella y Chuck.

María mira a Santi y le sonríe. - No te preocupes, se que aguantara, ademas yo soy la que voy a hacer lo difícil. De todos modos esto nos va a servir de ayuda a los dos.... María mira de nuevo a la mujer. A mi para saber que tan buena soy y a Chuck para ser mas fuerte. Comenta refiriéndose a lo que ya vieron ellos dos en la estación de metro y que ellos no vieron al estar en el túnel.

La pelirroja mira de nuevo a Santi cuando este comenta lo del cuchillo. - Gracias, pero necesitare uno mas pequeño, ese es demasiado grande para lo que quiero hacer. Pero si quieres puedes buscar la linterna y de paso mirar que mas puedes encontrar en la casa. Cosas que tu creas que nos puedan ser de utilidad ahora o mas adelante.

Turno 28.

Tras echar un vistazo a Selena, Scott y Rafa, María se pone el gorrito de líder y empieza a sugerir órdenes. Seguramente con el tino adecuado, teniendo en cuenta que los restantes miembros del grupo la obedecen sin rechistar. Suponiendo que la chica afroeuropea tiene más posibilidades de salvarse que el muchacho con la cabeza abierta, propone que sea ella la beneficiada del botiquín, y Chuck busca algo de material extra para atenderla.

Santi pregunta acerca de la posible profesión de los dos malheridos, pero no busca información al respecto en la casa y tampoco es algo que pueda saberse a simple vista. Sus vestimentas eran caras y ejecutivas, así que quizás se dedicaban a los negocios o eran comerciales de alguna empresa. U obreros de la construcción con un gusto inusual por la etiqueta en sus horas libres. Quién sabe.

Rafa, contemplando la posibilidad de que el escogido para la muerte decida no quedarse muerto del todo, le ata las manos tras la espalda a Scott. Éste, con la manipulación, comienza a convulsionar con la respiración agitada hasta que Santi y Rafa lo dejan sobre la cama del dormitorio. Luego sigue muriéndose de manera menos escandalosa, con un ojo abierto, otro cerrado y una mueca extraña en su atractivo rostro.

Al principio parece que va a ser Chuck quien vaya a recoger a Nerea en el piso de arriba, pero finalmente es Rafa quien sale por la puerta, tras coger algo de ropa normal y corriente y el pedazo de escopeta que el viejo estuvo usando como bate de béisbol hace un momento. Al agarrarla se da cuenta de que el cañón está bastante torcido, y de que una grieta ancha recorre la madera barnizada de punta a punta. Me temo que el arma se ha convertido en una escopeta jodía. En los bolsillos del Sr. Mendoza podéis encontrar 12 cartuchos de escopeta, una estampita de la Virgen de Guadalupe y un viscoso pedazo de cerebro.

(Sigue...)

Rafa sale por la puerta y sube las escaleras, dirigiéndose al piso de arriba, al ático de María. Sin embargo, cuando está subiendo escalones cree escuchar un extraño rumor escaleras abajo, y se dirige hacia el descansillo para ver qué lo produce.

Mientras tanto María se ha puesto manos a la obra. Con la ayuda del material que hay en el botiquín se pone a trabajar sobre el cuerpo de Selena retirando la blusa destrozada. Limpia la herida, coge unas pinzas, retira las postas de su cuerpo, lava la zona, usa las gasas sobre las heridas abiertas, y las ciñe con esparadrapo sobre el abdomen de la joven. Un trabajo estupendo, sólo le quedarán dos pequeñas cicatrices. Después de terminar, Selena abre los ojos poco a poco y mira alrededor confusa.

(Sigue...)

"¿Mm?", dice antes de intentar incorporarse. Cuando lo hace pega un chillido corto, y vuelve a caer de espaldas llevándose la mano a las gasas. Después se queda inmóvil, respirando con profundidad un momento. Mira alrededor, observa la sangre y los sesos que inundan todo el lugar, y dirige una mirada interrogativa a María, que se encuentra sobre ella. A pesar de estar dolorida, herida, confusa y medio desnuda, llama la atención la integridad que demuestra.

(Sigue...)

En ese momento Rafa, que se encuentra mirando las escaleras que bajan al piso de abajo, descubre la razón del murmullo. El descansillo de abajo está plagado de zombis que parecen haber subido desde las viviendas inferiores, como si algo hubiera llamado su atención hacia arriba. Cuenta un total de doce criaturas pululando de un lado para otro. Dos de los monstruos comienzan a subir torpemente las escaleras hacia el descansillo en el que se encuentra; afortunadamente no le han escuchado, pero puede observar cómo la procesión empieza a formarse detrás de ellos. Las criaturas suben y suben, y pronto estarán con vosotros.

¿Qué hará Rafa?. ¿Qué haréis los demás?. Selena puede caminar, pero con ayuda. Hasta que descanse 24 horas no podrá valerse por sí misma. Y Nerea sigue en el piso de arriba.

Es vuestro turno, y vuestra decisión.

Rafa, no queriendo perder más tiempo, y que Nerea permaneciera sola, estaba a punto de partir escaleras arriba con una brazada de ropa en una mano, la escopeta en la otra aferrada cual porra pero con el peso apoyado en su hombro, y los bolsillos llenos de cartuchos.

Si el viejo tenía esa escopeta, tal vez tuviera otras por coleccionismo, o para caza menor...

Estaba sumido en esos pensamientos cuando escucho un ahogado rumor que llegaba de las parte inferior de las escalera, dio un vistazo con precaución y descubrió las formas que avanzaban torpemente escaleras arriba.

¡Mierda!

Sin perder tiempo regresó al piso de los guiris, donde estaban el resto y cerró la puerta con cuidado esperando no hacer ruido. Una vez hecho eso se acercó al resto y entre susurros apresurados les informó.

-Más cosas de esas subiendo por las escaleras. ¡Atentos!

Dijo mientras tiraba la ropa sobre un sofá. Y se acercaba a la rectangular mesa del comedor.

-Tenemos que enfrentarnos a ellos, no podemos dejar que suban a por la pequeña, además tarde o temprano tendremos que hacerles frente, pues elijamos como, si montamos una barricada en la entrada del comedor, ellos no podran entrar todos a la vez, pero nosotros sí que les podremos hacer frente siendo más en el salón.

Sonaba como una locura, pero el hombre no podía evitar pensar en qué pasaría si los... muertos vivientes terminaban por llegar arriba y se encontraban con Nerea, esa aún podía esconderese... pero aún así...

Por un momento me quedo sorprendido.

¿Pero saben abrir las puertas?

Reacciono manteniendo los pensamientos confusos sobre lo que ocurre en un segundo plano. – Ahora te ayudo a llevar la mesa, aunque mejor la tumbamos no nos pasen por abajo.

Si todavía no están a la vista los zombis me giro hacía dentro un instante buscando un teléfono fijo.

Veo uno y a lo mejor funcionan todavía al ir por cable.

– Maria, – señalándoselo, – prueba si funciona y llama a tu piso para advertir a Nerea que cierre bien y no se le ocurra salir.

Maria se queda paralizada al escuchar a Rafa cuando entra de nuevo al piso y comenta lo que vio en las escaleras. Pero el gemido de la chica al despertar hace que reaccione. - Cariño te termino de operar, quiero que estés tranquila ¿Vale?. 

María camina hacia la entrada de la casa y les hace un gesto a los demás para que salgan de la cocina. - No podemos quedarnos aquí con la intención de luchar con esos seres, no sabemos cuantos son. Si nos encerramos en el salón que vamos a hacer tirarles figuras y marcos de fotos. 

Maria mira hacia la puerta y poco después se gira de nuevo hacia ellos. ¿Y si tiramos algo por el hueco de la escalera? El ruido haría que los que van mas atrás se marchen y quizá con suerte todos, pero si no es así podríamos intentar cargarnos al resto o quizá dejarlos encerrados en el piso.

Oí la situación que Rafa expuso, y lo de atrincherarse, aunque no lo veía mal del todo; solo serviría para retener un poco a la masa de zombis, no detenerla -Yo estoy con María, lo mejor será echar algo por el hueco de la escalera he intentar deshacernos de todos los no-muertos que podamos, y luego ir a por Nerea- les dije.

Luego, cogí la botella de ginebra con la que desinfecté el cuchillo para María, y fui a buscar la ropa que Rafa dejó en el sofá. Intenté recordar todo lo que sabía de las pelis, videojuegos y libros sobre zombis y supervivencia que tenia en la cabeza... y parece que funcionó algo. Con mi triste navaja recorté parte de la ropa a modo de trapo, y lo empapé en ginebra. Luego taponé la botella de ginebra con el trapo manteniendo uno trozo asomando -Espero que no te importase mucho esa ropa- le dije a Rafa una vez acabé y les mostré el resultado al grupo: un cóctel molotov.

-Solo nos hace falta prender el extremo y lanzarlo a las escaleras... y luego correr llevando a la chica hacia el ático a buscar a la niña. ¿Alguno tiene un mechero?- indiqué a mis compañeros; espero que alguno tenga mechero... porque si no, a menos que la cocina sea de gas, el cóctel va a ser algo inútil.

No me acaba de convencer lo de lanzar objetos para hacer ruido ya que pienso que aun atraerán a mas pero la propuesta de Chuck me deja estupefacto.

– Tranquilizate un instante Chuck, las llamas van hacia arriba y este edificio parece bastante nuevo no de hace unos siglos. Estará lleno de tabiques de pladur y pinturas plásticas. Si acercas una llama a un plástico arde, se funde o se trasforma en un gas letal.

Escuchando a sus compañeros le hubiera gustado tener más tiempo para buscar una alternativa.

-Algunos estaban en plantas inferiores, pero otros ya estaban casi en el rellano... con el tiempo de entrar y avisaros ya deben estar en esta planta, en cuando nos vean sus gruñidos altertarán al resto...

Mierda!!. Exclama María sin poder responder a Chuck al escuchar a Santi decir que esta casi en la puerta los primeros. Necesito que uno de vosotros cargue a la chica y la deje en el sofá del salón si nos vamos a atrincherar alli. Los demás será mejor que cojamos algo para defendernos.

Sin añadir nada mas María entra en la cocina. -Cariño vamos a llevarte al salón, al sofá.... Necesito que estés tranquila y no te preocupes por nada. Nosotros nos vamos a encargar de todo.... María busca la escoba y el mocho en la cocina o galería y tras coger el cuchillo que utilizo para operar a la chica se dirige al salón. 

Una vez en el salón busca el cable del teléfono o de alguna lampara y lo utiliza para atar el cuchillo en la punta de la escoba. - Esto se podría usar como lanza para defendernos sin estar cerca de ellos.

Me quedo un momento planteándome como moverla sin que se le abran las heridas.

Se me ocurre una pero no sería nada elegante y lo mismo vuelven a quejarse de demasiado brusco.

– Para moverla sólo si la cojo en brazos, ¿no le saltarán los puntos? También la puedo coger de los pies y arrastrarla pero seguramente con el mismo resultado.

Mientras espero una respuesta busco con la vista algún objeto con mas alcance que mi cuchillo o donde atarlo como ha hecho Maria.

-Genial Rafa, encima de rechazar mi idea ahora propones arrastrar a una herida...- le dije con cierto hastío a Rafa dejando el cóctel en el suelo, luego me dirigí a María mientras me acercaba a la herida -Dejamela, la cargaré yo hacia el sofa- le respondí.

Luego cargué a la herida y la traté de levantar hasta el salón -Id haciendome algo de hueco en el salón- les dije para poder dejar a la paciente en el sofá o algún lado cuando llegase.

Turno 29.

Rafa vuelve como puede al interior del piso, y propone combatir a los doce zombis armando una barricada en la puerta del mismo. Al principio estalla un pequeño caos, en el que cada cual expone distintas ideas, pero finalmente todos colaboran para amontonar muebles y cachibaches en la puerta abierta de la entrada, haciendo el ruido suficiente como para que los dos zombis que subían por las escaleras los vieran y comenzaran a gemir lastimosamente. Los demás, (que estaban abajo), se unen a sus compañeros lo más rápido que pueden, subiendo las escaleras en lenta procesión.

Chuck, mientras tanto, se ha puesto a hacer de Mc Guiver y está preparando un cocktel molotov con una botella de ginebra, con intención de lanzarsela al grupo de atacantes. María termina de remendar a Serena, y le dice que la van a dejar en el sillón del salón y que no se preocupe por nada, mientras la marabunta de zombis se aproxima entre chillidos y agitar de brazos. Sus torsos se pueden ver tropezando en el descansillo a través de la improvisada empalizada, en plano americano.

(Sigue...)

La joven gira la cabeza y ve a la espantosa comitiva aproximándose, para después observar a María con una mueca extraña; "Oh, claro, no me preocupo por nada, ya veo que está todo bajo control...".

(Sigue...)

En ese momento Santi la recoge del suelo, mientras ella aprieta los dientes. Cuando la mira, sin embargo, asiente dándole permiso para su traslado con cara de "puedo aguantarlo". Santi la levanta y se la lleva con una carrerita hasta el salón mientras ella cierra los ojos y aguanta como puede; la venda que le comprime el abdomen está impecablemente ceñida y sus heridas bien cerradas, así que no hay peligro. Teniendo en cuenta que Selena sólo lleva los pantalones, su portador tiene una curiosa vista de sus grandes senos temblando como flanes gigantes, contenidos en el sostén, hasta que la deposita en el sillón. Una vez allí la joven afroeuropea hace un esfuerzo para sentarse y se queda observando la puerta con una expresión asustada.

Los zombis llegan, y tal como esperabais se estrellan contra la barricada y comienzan a escalarla torpemente. Sólo pueden pasar de dos en dos, y de hecho dos de ellos llegan, acompañados de muchos más detrás de ellos. ¡Estáis en combate!.

Genial, ya han entrado; y gracias a Santi no me ha dado tiempo a frenarles con el cóctel molotov... y ni loco lo voy a tirar aquí dentro -Gracias Santi, ahora mismo podríamos haberlos quemado; ahora no es opción, gracias- le dije con sarcasmo. Me quité la cazadora y se la deje al lado de Selene; semidesnuda no es que nos vaya a servir mucho, asi tiene algo de protección y me aseguro de que no me la rompan.

Saque mi navaja de mierda (por que si, era una mierda y no iba a usar un coctel a modo de garrote) y traté de retener a uno de los dos zombis que entraron a base de mini cortes y puñaladitas... no era buen plan, la verdad; pero es algo.