Partida Rol por web

Durante un leve período de tiempo Verith se abstrajo en ese viaje que le separaba desde el hogar de Arcturus hasta el mercado. Muchas imágenes acudían a su cabeza, una niña, flores, música de fondo. La melodía resonaba en su cabeza mientras la mirada perdida iba hacia fuera del transporte, visualizando, casi sin ver a quienes caminaban por la calle. Una vida, cambios de edad, un hombre sin rostro, la fuerza daba lugar a la debilidad y finalmente la dama cerró los ojos mientras suspiraba, en lo que en otra vida podía ser una expiración.

Las palabras de Luthor le hicieron volver de su ensoñación, escuchando los comentarios referentes a su hermana. Verith asintió a sus palabras - Sabes que no habrá problema de que nos acompañe, que así sea - Sonrió la perfecta antes de acomodarse un poco más y escuchar el tema de las runas, Verith no sabía mucho de ellas - Espero que con las runas en las botas no me rompa los dientes - la sola imagen mental proyectada le hacía gracia - Aunque no creo que esta misión sea tan peligrosa, si no, no tendría sentido que me mandaran a mí precisamente - y es que lo normal era mandar soldados si estimaban algo particularmente grave, no a un médico.

Hicieron una parada antes de llegar al mercado, y es que si Lyra iba a acompañarles, lo justo era que participara de la aventura desde la propia organización. Verith solía estar mucho menos distraída cuando la joven estaba cerca, dándole gran parte de las atenciones durante el trayecto y pensando en el bienestar de la joven - Compra para Lyra algo de abrigo, la chaqueta que tiene le queda justa y necesita ir más desahogada, y un dulce, el chocolate que tanto le gusta... ¡Oh qué diablos!... Compra para todos... Por cierto, ¿no sería buena idea que tuviera ella también runas en las botas?... Creo que necesitarás más dinero... - y por ello hizo un desembolso mayor, no preocupándole en exceso el gasto de la aventura que estaba por comenzar.

Luthor era muy atento con las compras, siempre calibraba bien las necesidades de lo que iban a precisar. Verith nunca habría cogido cuerdas o alcohol, pero para eso estaba el humano, para recordar cosas que ella hubiera dejado pasar por alto. - ¿No deberíamos llevar comida por si acaso? No sé si con esto de la guerra vamos a tener problemas para que nos acojan en mesones... Y bueno, quizás no sea mala idea llevar un par de caballos para que el viaje sea más cómodo... ¿No crees?  - se fiaba de Luthor, si algo más faltaba él cubriría la necesidad.

Y así añadirían a la compra un par de monturas y alimento. La Dama por su parte llevaría al viaje material quirúrgico del hospital, así como drogas sedantes, antiinflamatorios, antibióticos y cédulas en caso de fracturas o roturas de piernas, llevando un botiquín muy completo para evitar incomodidades en caso de accidentes o lesión.

La Puerta del Dragón era la obra de nunca acabar. Se había destruido y construido varias veces durante los últimos veinte años. Ningún Arquitecto Perfecto quedaba a gusto con el resultado, todos criticaban algún detalle, algún mecanismo o alguna parte de la impresionante estructura.

Pero se habían hecho grandes avances, y seguía siendo una impresionante obra de la ingeniería moderna.

Las murallas se alzaban unos metros con planchas de acero soldadas como refuerzo de unas paredes de piedra pulida que terminaban en unos adornos puntiagudos en la parte superior. La Puerta en sí misma era un impresionante portón que había sido restaurado hacía cinco años, cambiando unas dobles puertas levadizas de cromo por las actuales abatibles de cobre y acero con un marco en de la misma aleación en un intento de emular la forma de dragones (aunque todo el mundo defendían que parecían lagartijas deformes en una extraña orgía animal) Las puertas se abrían hacia el interior y a esas horas de la mañana permanecían fuertemente cerradas; aún faltaban un par de horas para que las caravanas de peregrinos llegaran por la carretera del sur. Sin embargo, por uno de los laterales, fuertemente vigilado estaba la entrada de los ciudadanos.

Si venías desde fuera a pie, tendrías que pasar por esa pequeña puerta lateral que daba a un puesto de guardia, un sencillo control militar y sanitario que servía como aduana. Siempre había varios soldados y psíquicos de guardia; por orden del Consejo, todos los extranjeros debían pasar por ese lugar para ganarse su derecho a la ciudadanía; incluso los ya habitantes tenían que pasar por aquel lugar para justificar cada una de sus salidas; la desconfianza por el clima actual era tal que incluso para salir de la ciudad necesitabas un Permiso Especial del Consejo.

Un poco más lejos de la puerta, siguiendo la carretera principal, se situaban cuatro impresionantes atalayas de guardia; estructuras que igualmente habían sido reformadas y modificadas con nuevo cambio en la puerta. En una ocasión, un arquitecto sugirió que se quitaran y se pusieran balcones en las murallas como vigilancia, pero la idea fue destruida por un impresionante Behemoth que destrozó toda su obra en cuestión de dos días (más o menos el tiempo que tardaron en matar a la bestia) Desde entonces, las Atalayas se han quedado como primera línea de defensa; solo que ahora se estaban empezando a añadir puertas que cerraran el acceso a la ciudad antes de pasar al siguiente control. Parecía un despropósito y una enorme pérdida de materiales, pero también estaban ofreciendo trabajo a casi un centenar de humanos, entre obreros, ingenieros, soldadores y guardias que hacían las veces de escolta.

El viento de la mañana os sacudió con una fría ráfaga en cuanto pasáis la puerta de la aduana, el Verano se termina rápido, y aunque a medio día aun hace calor, las noches empiezan a ser frescas y tarda un tiempo en empezar el calor.

Hacía mucho que no salíais de la ciudad, y cambiar el olor de las calles, del hollín, de humanidad, por la fragancia libre y fresca de la naturaleza resultaba un cambio refrescante. El paisaje resulta un tanto desolador, hasta donde alcanza la vista es todo tierra salvaje, bañada por las primeras luces del día; la hierba mecida por el viento en ondulantes colinas bajas salpicadas por las últimas flores de la estación, algún bosque ocasional rompía el paisaje, y rompiendo la línea del horizonte estaban las Montañas Épsilon, majestuosas formaciones rocosas de color gris y tierra que se cubrían de blanco con la primera nieve del año.

Pasáis por el primer puesto de guardia sin ningún tipo de problema, los soldados habían sido avisados de vuestra presencia y ni tenéis que pasar por la tediosa burocracia a la que, de otra forma, os habrían sometido. Una vez pasáis por la discreta portezuela, uno de los soldados del exterior os escolta hasta la primera atalaya, donde aguardáis con impaciencia la llegada del resto de vuestro grupo.

La Dama Verith miraba la Puerta del Dragon con desaprobación. ¿No tenían mejores cosas en las que pensar los ingenieros que en hacer y deshacer aquella estructura una y otra vez? Sería mucho más práctico que agotasen sus esfuerzos en hacer hogares para todos aquellos que en la calle dormían. Aún así debía reconocer lo imponente de sus murallas, dando sensación de seguridad a todo aquel que habitaba en la ciudad, más con los puestos de atalaya siempre vigilantes.

La puerta de la aduana estaba abierta, como debía ser y con mucha vigilancia, algo que a Verith le gustaba. El control de la ciudad debía ser estricto si querían evitar problemas mayores, más en aquellos tiempos de incertidumbre y guerra.

- Lyra abrígate bien, hace frío - le dijo la perfecta a la niña humana que le acompañaba, antes de entrar en el puesto de guardia, mirando la Dama a los soldados con la seguridad que su cargo le dotaba, más sabiendo que por la importancia de la misión no le harían perder su precioso tiempo en nimiedades que pudieran disgustarla.

Verith observó al soldado que les acompañaba hasta la atalaya, elevando una ceja al conectar con sus pensamientos, y es que el tipo llevaba un tiempo más que amplio en dique seco, y parecía estar ansioso por mirar a una mujer, aunque fuera de cerca, no pudiendo evitar darle un recorrido visual a su cuerpo, parando adecuadamente en sus zonas más femeninas. Una suerte que no abrió la boca o hubiera sido motivo de disgusto.

Hubiese visto... Será salvaje.... En ocasiones la castración no es un mal método de control de malos pensamientos...

Suspiró y se calmó, ya estaba empezando a ser de nuevo difusa en sus pensamientos - Como odio esperar - dijo la pelirroja, y eso era toda una novedad, ella siempre solía llegar tarde. De hecho si Luthor no se preocupase a veces de despertarla, se quedaría en la cama durante largas horas, acomodada entre las sábanas - ¿Puedes creerlo?... Es el día del viaje y no hay nadie... - en realidad aún era pronto - Lyra, no te separes de mi o de Luthor durante el viaje, si alguien te pregunta cosas personales ya sabes que no debes responder, ¿de acuerdo? - acarició su mejilla con cariño, manteniendo un tono de voz suave y agradable con ella. Le preocupaba en exceso, entre otras cosas porque no conocía al resto de la gente que les acompañaría, pero si molestaban a la cría, iban a saber lo que era una perfecta cabreada.

Entrar en la ciudad era un trámite algo farragoso y pesado, pero aún así tocaba hacerlo si querías salir para curiosear. Lo que no contaba era con llegar tan justa de tiempo a la reunión. 

-Espero no llegar tarde...

Ande, a cierta velocidad, hasta llegar al lugar de la reunión. 

Como esperaba, no fui la primera en llegar, aunque sí la segunda. En aquel lugar había una joven de pelo encendido.

-¡Hola! Vaya, no soy la primera. ¿Qué tal? Me llamo Iria

Sonreí con entusiasmo mientras señalaba a la joven que me acompañaba.

-Esta es mi... Acompañante -dije tras dudar un segundo-. Alice. 

Esperé unos segundos de cortesía.

-Somos de Golden Ash-Tree. ¿Lo conoces? Por tu indumentaria no sabría decir si eres de aquí o de otra zona... ¿Eres una visitante también? ¿Qué te parece la ciudad? ¿No es impresionante? De dónde nosotras venimos no hay tanta, ya sabes, tecnología y esas cosas, así que todo es muy emocionante. ¡Todo está lleno de cosas nuevas!

Me detuve un momento. Estaba hablando mucho, tal vez demasiado... SEguramente demasiado. Podría pensar que estoy un poco loca, y no la culparía.

Por eso me limité a sonreír y, con un movimiento torpe, me aseguré que el broche que llevaba sobre la ropa se viese bien.

Y eso que había intentado ser el primero pero algo me decía muy internamente que probablemente estoy llegando tarde,algo que no se podía evitar se me dijo que debía llegar temprano pero no se me dijo el horario de partida así que supongo que con el tiempo estaba bien.

Tuve que ingresar por el lado lateral de Puerta de Dragón donde podía observar las Atalayas,hasta que dimos con unos guardias quienes pedían hacer un simple reconocimiento a lo cual accedí y mostré que tenía toda la documentación en regla.

Al dejarnos pasar volví a cerrar la ventana del coche y comencé a hablar con las gemelas:

-Es increíble como cambia este lugar cada cierto cada cierta cantidad de años,me pregunto porque los arquitectos Perfectos no unen criterio de una buen vez.

Luego de esa critica sin sentido mire a las gemelas nuevamente que junto con Sebas-Tian y el otro hombre serían quienes me cuidarían en todo momento.

Cuando llegásemos al punto de destino,bajaría del coche encargándole a Yarbis que despachara mis dos maletas,mientras las gemelas Sebas-Tian el otro hombre y yo llegamos a donde me debería de juntar con las demás personas.

A la primera persona que note fue una mujer pelirroja demasiado perfecta para ser humana,por lo que mi primera impresión de ella debía ser la correcta,la cual no estaba sola. Después note a otras dos mujeres no muy lejos de la primera por lo que supuse que todos estamos reunidos aquí por el mismo motivo.

Me acerque a la misteriosa mujer pelirroja junto con mi comité para presentarle mis saludos:

-Buenos días mi Lady,¿usted también esta aquí por la misión de reconocimiento?

De esta manera mataba a dos pájaros de un tiro obligaría a la mujer pelirroja a presentarse y el segundo objetivo es conseguir saber la información que ella sabía de lo que estábamos a punto de emprender.

Verith miró a la recién llegada que se presentaba, inevitable que su mirada se posara precisamente en el Emblema que portaba y reconocía, haciéndolo constar para que Luthor estuviera al tanto - Eres Perfecta de Golden Ash Tree, aunque creía que solo tres personas podían portar este símbolo, el gobernador, su mano derecha y la chamán... ¿Quién eres exactamente Iria?... - le preguntó con tanta educación como curiosidad.

La mirada de Verith se posó después en la acompañante de Iria, Alice, escrutando su rostro durante unos instantes antes de presentarse - Mi nombre es Verith, y ellos son Luthor Wayland y Lyra Wayland... Mis humanos... - marcó son suavidad el término "mis", no quería dejar al respecto duda alguna, las propiedades de los perfectos debían ser respetadas y cualquier daño a la propiedad tendría repercusiones. Aunque claro, no estaban allí para pelear entre ellas, si no por causa de una investigación importante y de la cual debían emitir un informe.

- Yo sí soy de aquí, mi especialidad es la medicina, soy jefa médico en el hospital de la ciudad. ¿A qué te dedicas Iria? ¿Y Alice? ¿Tiene alguna habilidad destacable? Es importante que nos conozcamos un poco para poder saber qué esperar los unos de los otros en esta misión. ¿No crees?.... - le preguntó, visualizando como alguien más aparecía y se unía a la causa.

Verith miró con interés al varón que se aproximaba, saludando con corrección y tratándola de la manera correcta, aunque olvidaba un detalle, dar su propio nombre - Buenos días, ¿con quién tengo el placer de hablar?.... - la dama elevó el mentón, no dijo su nombre aunque bien indicó que tendrían una causa común - Visto que pertenece a este grupo y no es casual su llegada matutina, no solo me gustaría conocer vuestro nombre, también procedencia, recomendación, habilidades y el motivo por el que porta dos maletas... No vamos de vacaciones....

Y aunque el tono de voz era adecuado, determinaba la fémina que ahí donde la veían, tenía un carácter muy prefecto, mostrándose seria en el primer contacto, algo que chocaba si se observaba el cómo trataba a su humana de menor edad, casi como si fuera una extensión de sí misma, manteniéndola al lado en todo momento, como en actitud defensiva.

Antes de partir de viaje, le hizo entrega a Dama Verith de las botas que le había comentado (Tienen 5 cargas) - Aquí tienes, son unas botas de aterrizaje. Esperemos que no las necesites - La runa que estaba en la suela brillaba levemente, un brillo que según se fuera desgastando el uso se iría apagando poco a poco. 

Luthor estaba algo intranquilo por el viaje, sentía que tenía poca información y las ganas que tenía su hermana de ver un proyecto como el Gran Arca le generaba aún más intranquilidad. 

Luthor llegaba a las puertas acompañado de Lyra y Dama Verith. Lyra, su hermana estaba emocionada, era una joven de unos 15 años que aún conservaba esa fascinación por el mundo el descubrimiento de cosas nuevas. Luthor, era un joven embozado, con ropas oscuras que generalmente generaba intranquilidad, acompañando su atuendo de una mirada fría y seria. En el lado izquierdo aunque oculto por su larga chaqueta se podía ver un mango de una pistola que sobresalía hacia delante permitiendo desenfundar con la mano derecha. Llevaban cuatro caballos, uno por persona y uno adicional cargado de equipaje, con mantas, cuerdas, sacos con alimentos y pellejos con agua y aceite. 

El joven Wayland ya conocía la puerta, de hecho conocía bien la ciudad, había invertido mucho tiempo en acostumbrarse a sus calles y sus gentes, aunque no había forjado muchas amistades, quizás algún contacto que le pasaba información cuando la necesitaba pero poco más. Siempre se había mostrado distante no queriendo estrechar lazos con nadie. El sombrío muchacho caminaba sujetando las bridas de su caballo y el caballo de carga en último lugar de la pequeña comitiva de la perfecta, iba pendiente de la zona y vigilando cada una de las miradas que les dedicara cualquiera entre la multitud. 

Después de la llegada, aparecieron dos jóvenes al parecer provenientes de Golden Ash-Tree, su actitud era inocente e inexperta, hablaba mucho, parecía nerviosa o impaciente, ambas cualidades poco halagüeñas a ojos de Luthor. Un leve gesto de cabeza a modo de saludo fue todo lo que obtuvo del curioso joven cuando Dama Verith lo presentó como "su" humano. Ese tipo de expresiones siempre arrancaban una leve mueca oculta por el embozo de la cara, entendía la necesidad de ese tipo de expresiones, pero no podía evitar ese malestar. Ojalá pudiera ser tan inocente como su hermana y tan despreocupado, pero no era una posibilidad. Alguien nuevo siempre era algo que vigilar y la fría mirada de Luthor dejaba claro que no confiaba fácilmente. 

El siguiente en aparecer era un hombre al parecer muy pagado de si mismo, le acompañaban dos mujeres, gemelas y dos hombres. Joder, no sé si vamos a investigar o a conquistar... 10 personas por los caminos llaman mucho la atención. Igual que con las otras dos jóvenes un leve gesto de cabeza fue todo el saludo que obtuvo el otro grupo que al parecer se les unía, estaba bien, Verith era quien atraía la atención, a fin de cuentas ella era la sociable y la conocida, Luthor era poco más que un ayudante a ojos del mundo y así estaba bien para todos. 

El comentario de Dama Verith a Iria, resultaba esclarecedor, quizás era útil aprender algo de política, aunque nunca le interesó demasiado. La pelirroja ya estaba desatando su encanto, en muchas ocasiones pensó que era demasiado bondadosa para este mundo, aunque no podía negar la suerte que había supuesto para él y su hermana el haber dado con ella en un momento tan crítico hace ya tanto tiempo. Aquel leve gesto era lo que obtendrían de él como saludo, él no era nadie y eso era adecuado así que se separó para comprobar las provisiones y asegurarse de que todo iba bien sujeto al caballo para que no hubiera sorpresas durante el viaje. Cogió un par de manzanas de la reserva y partiendo cada una en dos se las ofreció a los caballos en actitud distraída, para los caballos era como un dulce para los niños, les gustaba y les aportaba nutrientes para lo que estaba por venir, así además estarían tranquilos durante las presentaciones. Mientras, continuaba atento a cuanto les rodeaba y a todos los miembros que estaban cerca de Verith y Lyra.  

Un hombre, de aspecto particular, llegó. Iba bien acompañado, aunque todo su grupo permaneció en silencio mientras que él dedicaba todas sus atenciones hacia la mujer pelirroja. Ella se presentó, al igual que a sus dos acompañantes. "Sus humanos", por lo que ella era una Perfecta. Sonreí, con educación, aunque no me gustase aquel "posesivo" sobre ellos.

-Oh, ¿eres una Perfecta? Discúlpame, por el color de pelo de Lyra, pensé que erais hermanas. Perdóname por un error así -Sonreí, con educación-. Me alaga que pienses que soy una Perfecta, como tú, pero debo decirte que soy una humana normal y corriente. Solo tengo este emblema porque soy una emisaria de Golden Ash-Tree. 

Esperé unos segundos y, con un gesto de cabeza, saludé a todos los presentes.

-Esta es mi ayudante, Alice. En teoría estoy de viaje, para explorar otras zonas fuera de mi ciudad, pero mi tío prefirió que ella me acompañara. Sobre a lo que me dedico... -Sonreí con cierta vergüenza-, es una buena pregunta. Me gusta mucho leer..., y saber cosas..., e ir a sitios nuevos... No tengo una profesión como la tuya, me temo, aunque sé algunas cosas básicas de medicina. Hace unos días estuve en el hospital echando una mano en lo que podía. El caso, es que me han pedido que vaya a investigar lo que ha ocurrido en el Arca. Me dijeron que me acompañarían algunas personas para protegerme... -miré a todos, sobre todo al hombre del sombrero-. ¿Acaso son ustedes dichas personas?

La Perfecta era médico, por lo que siempre viene bien. Seguro que sabría mucho más que yo en ese aspecto. Su acompañante, Lyra, no parecía muy diestra en el combate; mientras que su hermano sí parecía más apto. Por su complexión, estatura y forma de moverse, me apostaría un kilo de nueces a que sabe defenderse muy bien.

Mientras que el hombre del sombrero... Bueno... PArecía más de esas personas que necesitan protección en lugar de proporcionarla... Por contra sus acompañantes sí parecían más dispuestos...

Un total de 10 personas. Muchos. Si queríamos hacer aquella misión y llegar al objetivo sin incidentes, desde luego éramos un grupo demasiado numeroso. 

-Se supone que soy una persona objetiva ante el conflicto, y por eso me quieren mandar para investigar. ¿Vosotros también sois emisarios de otras ciudades o investigadores?

Antes de que nadie pudiera responder, una mujer irrumpe corriendo de la puerta lateral, lleva capa de viaje y porta en sus manos una espada de empuñadura sencilla con una guarda de piel diseñada para llevar colgada del cinturón. El pelo corto de la mujer está revuelto por la carrera y cuando os da alcance respira aliviada.

-Perdonad por la intromisión- su voz está entrecortada por la falta de aliento, pero solo necesita un momento para recuperar la compostura- por un momento pensé que no llegaba y que los guardias me darían más problemas. Menos mal que conozco a uno de ellos…- la recién llegada dedica una sonrisa pícara y un giño a Iria, justo antes de hacerle entrega de la espada- Hemos hecho un buen trabajo, la inscripción debería funcionar correctamente, aunque solo he podido supervisar parte del trabajo. Hemos repasado el filo y la hemos añadido un pequeño encantamiento. Es lo menos que podía hacer por ti después de que me ayudaras en la mina.

Al sacar el arma, se puede ver una inscripción grabada a lo largo del filo, una serie de intrincadas runas labradas en las que aún se puede ver la magia imbuida crepitando en su superficie.

Con el arma entregada, la mujer estrecha a Iria con un cálido abrazo y estrechando la mano de su acompañante. Saluda educadamente al resto de integrantes y se despide volviendo por la puerta.

Un momento después, un soldado enorme se acerque hasta vosotros. Porta una gran espada a su espalda, rodelas acopladas en las muñequeras y la capa ondulante por el viento de la mañana está bordada con el símbolo de la guardia de la ciudad. El hombre os dedica una seria mirada a cada uno de vosotros antes de hablar.

-Me imagino que sois la expedición al Arca- la voz del hombre, profunda y segura, con sus facciones duras e increíblemente masculinas, dedica sobre todo una dura mirada a Dama Verith y a Saber- Tenía entendido que el Consejo mandaría a un pequeño contingente, y me encuentro con un desfile que parece que vayan de excursión – apunta con su dedo enguantado a los caballos de Dama Verith- lamento informales que la carretera principal hacia su destino se encuentra bloqueada por causas ajenas a nuestro control. No podrán llevar ni monturas ni vehículos, pero el Gremio ha diseñado una ruta más recta y segura que me gustaría compartir con su Excelencia- hace un gesto a Dama Verith para que la acompañe un poco más lejos del resto del grupo. Se nota claramente que no se encuentra cómodo con la tarea que le han asignado, o quizás cerca de tantos extraños.

Cuando estuvo a una distancia prudencial, le mostró un mapa especialmente diseñado que mostraba la zona sur de la región: en un extremo la ciudad, con las carreteras principales saliendo de ellas, zigzagueando a través de las montañas al sur y atravesando pequeñas explotaciones forestales, incluso las rutas principales que conectaban con las vecinas Golden Ash Tree al oeste y Tres Ríos hacia el este. Sin embargo, una de las carreteras aparecía con una enorme cruz roja. Con sumo cuidado, se había trazado una pequeña línea discontinua que indicaba un camino aparentemente más recto atravesando las montañas hasta que llegaba a una marcada del otro lado donde se podía leer claramente con letras muy elegantes “Gran Arca”. Ahora que lo tenía cerca, Dama Verith pudo distinguir el olor sutil en su aliento de flores bañadas en licor, una bebida alcohólica muy consumida entre los Perfectos, sabor agradable, sin demasiados efectos secundarios, pero alcohólica igualmente. Seguramente habría tomado un buen trago nada más levantarse.

-Me temo que tendrán que viajar a través de los Montes Épsilon- aclaró siguiendo la línea discontinua con el dedo- Hay una vieja ruta forestal que usaban los cazadores antes de construir la carretera. No tardarán demasiado en llegar hasta la falda del monte, y una vez estén allí, el camino se complica: el terreno esta poco transitado y puede resultar peligroso, y con las lluvias incluso puede haber algún desprendimiento, pero es un camino bastante más directo que seguir por la costa. Si siguen esta ruta llegarán hasta una cabaña de cazadores; buena gente incluso para ser Humanos. Desde allí podrán ver la Base de Construcción del Arca, y el descenso es bastante más sencillo – volvió a enrollar el mapa y se lo entregó a Dama Verith con cuidado- Si el tiempo lo permite no deberían tardar más de cinco días en completar el trayecto a pie.

Durante toda esta explicación, incluso las facciones del hombre se han endulzado y su voz estaba más tranquila y menos militarizada, pero todo vuelve a la normalidad cuando dirige su mirada a Saber.

-Tengo órdenes del Consejo de que la Expedición sólo puede estar formada por los “Activos Importantes” y un acompañante- Señala a la escolta de la comitiva de Saber y después al vehículo- Allí donde vas, “humano”- había veneno puro cuando pronuncia esa palabra- no necesitarás ni tanto equipaje ni tanta compañía- vuelve la mirada a Verith y de nuevo la trata con elegancia dulzura- Y me temo que uno de sus humanos no podrá acompañarla.

Luthor atendía a los caballos y Lyra se mantenía al lado de Verith mientras ella hablaba y comprendía que Iria no era Perfecta, tal y como el emblema podía haber dado a entender, relajándose considerablemente tras aquella realidad, algo que parecía más que evidente.

- Oh sí, una humana normal y corriente, de esas que se eligen para misiones particularmente especiales... - dejó caer la Dama pelirroja, dando a entender que si había sido seleccionada, era de todo menos vulgar aunque aquel dato le chirriaba demasiado. ¿Desde cuándo se le daban insignias especiales a humanos? ¿Y si el símbolo era robado?... No descartaría la opción si no fuera porque aquella misión era secreta - No tienes profesión... Vaya... Entonces, ¿para qué vales?... - la respuesta era medicina, otro detalle que no encajaba. O el grupo estaba fraguado a modo de parches y Arcturus era un completo imbécil, o Iria callaba más de lo que era conveniente.

No me gusta, todo esto es particularmente extraño...

- Te mandaron a investigar, ¿Quién o quiénes si puede saberse? - casi le da la risa cuando sugirió la joven que la Dama estaba allí para protegerla, eso mismo esperaba ella de los humanos - Puedo evitar que mueras si te hieren, pero de ahí a protegerte....

¿Por qué diablos me he metido en esta movida? ¿No tenía ya bastantes problemas con lo mío?...

Apareció en ese instante una mujer que tras hacerle un guiño a Iria, le dio una espada, dedicándole palabras de agradecimiento - Vaya, y eso que no sabías defenderte y eres médico... Y también investigadora.... - definitivamente ya no se fiaba de ella - Y ese arma es para usarlo como bisturí, ¿cierto?.... - Buscó a Luthor con la mirada, él la conocía bien y sabría la intranquilidad que en ese preciso instante sentía.

Por si fueran pocas diez personas apareció el guardia de la ciudad, un soldado de gran tamaño que les dedicaba una seria mirada. Verith elevó el mentón de forma orgullosa, para chulo él, diosa ella.

- Imagináis bien, somos los de la expedición... - respondió la Dama mirando al varón, suspirando ante la crítica abierta que les dedicaba - De acuerdo, nada de monturas para este viaje, es viable... - se apartó con el soldado para que le enseñase el mapa, comprendiendo por la cercanía de que había consumido alcohol, un gran detalle conocer su punto débil -... Os agradezco que os molestéis en mostrarme el camino y tenéis razón en que somos demasiados.... - sonrisa, miró a Iria -... Una humana no necesita a su acompañante, ni ese de ahí a su... "escolta"... Mis activos importantes son Iria, ese de ahí (Saber), y Luthor, mi acompañante es Lyra....  Somos cinco, todo reducido a la mitad, ¿contento?.... Aunque me gustaría cambiaros a vos por ese de ahí.... - señaló de nuevo a Saber, estaba claro que un cortesano no valía para mucho pero un soldado con tan buen porte, sí -... En cualquier caso deberíamos marchar ya, antes de que anochezca.... Iria, Luthor, Lyra... Vamos... Y tú también... - última señal para Saber - Alice, lleva las monturas a mi casa y que las cuiden bien....

Así fue como la perfecta comenzó a caminar, esperando que su panda de humanos, la siguieran. Toda altiva ella.

Mi amiga me entregó la espada y, antes de que pudiera decir nada, entró aquel soldado.

Dio órdenes y entregó un mapa a la pelirroja, que me estaba empezando a caer mal.

-No dije en ningún momento que no supiera defenderme. Al igual que no dije que fuera médico, solo que sabía algunas cosas de medicina. Si quieres, puedo revisarte los oídos, parece que los tienes algo taponados -añadí mientras sacaba de mi mochila otro mapa-. Si me permiten...

Extiendo el mapa para que todo el mundo lo viera. Estaba lleno de anotaciones, marcas y cosas escritas. 

-Como bien ha dicho el soldado, el camino está intransitado. La razón es que una riada lo ha dejado bloqueado -dije sin perder de vista al soldado y a la pelirroja-. Tendremos una primera jornada tranquilo por un bosque de coníferas, pero más adelante podremos encontrarnos con bandadas de pájaros daga o plantas animadas, así que deberíamos tener cuidado. Esta zona de aquí -proseguí señalando una parte con una gran equis-, debemos esquivarla a toda costa, ya que es tremendamente peligrosa. Como bien ha dicho el soldado tenemos una cabaña de cazadores donde podríamos descansar. Desde ahí solo nos llevará un par de horas descender por el risco norte, desde podremos ver el arca.

Después de que todos pudieran estudiar el mapa con cierta calma, lo volví a guardar en mi mochila.

-Sobre qué humanos sobran, creo que debería acompañarnos el más cualificado -Me giré hacia Lyra-. Perdona si parezco entrometida pero, usando la mismas palabras que tu Perfecta, ¿qué habilidades tienes? ¿De qué puedes sernos de ayuda? Porque, si no tienes nada de esto, usando las palabras de tu Perfecta -repetí-, ¿para qué nos podrías servir?

Después miré al del sombrero.

-Ocurre lo mismo con ustedes. ¿Qué saben hacer? Alice, con todo el cariño del mundo, creo que eres un miembro prescindible de esta expedición, de manera que puedes dejar el equipo que habíamos comprado y regresar a la posada. La señorita Perfecta tendrá que buscarse a otra persona que se ocupe de sus caballos. Yo he comprado algunas cosas básicas para el viaje, como una tienda de acampada o comida, pero me temo que no llevo sacos o lámparas para todos. Creo que deberíamos hacer un pequeño inventario antes de partir. 

Me detuve un momento y miré a todos los presentes.

-¿Qué les parece? Si creen que me he olvidado algo, o incluso que me he podido exceder, me lo pueden decir. Al fin y al cabo vamos a formar un grupo durante varios días y espero que podamos llevarnos bien. 

Asiento a lo que dice tanto Lady Verith como la joven humana llamada Iria,por lo que prestaba mucha atención a las palabras que se decían y como las usaban antes de contestar: -Es un gusto conocerla en persona finalmente señorita Iria representante del Golden Ash, debo admitir que cuando escuche que al fin una humana fue escogida para ese cargo ayude a su pronta elección y puesta en marcha para que pudiera ocupar el mismo. Aún no estaba diciendo mucho de mí y luego paso toda la parafernalia de la soldado rubia que vino a toda prisa, que se quedo sin aliento,lo único rescata-ble que pude escuchar fue la entrega de una espada que parecía mágica a Iria. Finalmente cuando el soldado hablo y dio todas sus instrucciones al igual que Lady Verith suspire pensando ¨¿es que acaso Perfectos tan inteligentes como Lord Arcturus y otros pocos son escasos entre los suyos?¨ si algo había aprendido bien estos años en el Consejo es que la jerarquía lo es todo,por lo que a continuación agregue: -Se equivoca usted, soy Saber Bright Portavoz del Consejo, solo respondo a Lord Arcturus,¿no me cree?. Pues bien mire. A continuación saco mi guante mostrando el anillo del consejo en mi mano derecha demostrando que lo que decía era tal cual. Se lo hacía ver no solo a Veigar sino también a Lady Verith,y seguí diciendo: -En cuanto a mi comitiva, tome, estos son los papeles de habilitación firmados y sellados por el mismo Lord Arcturus,¿algun otro problema?,o ¿algún otro papel que necesite para confirmar lo expuesto en la misiva de Lord Arcturus?. Por suerte que el día anterior le hice firmar varias misivas dandome la autoridad necesaria para pasar esos baches burocráticos molestos que a veces militares o burócratas tenían para impedir llevar a cabo la misión de manera correcta. Era obvio que Yarbis no podría venir con nosotros pero no perdería a mis escoltas solo porque a unos perfectos de pacotilla se les ocurría porque si,además estas misivas vienen firmadas por el mismo Lord Arcturus por lo que no podrían actuar tan abiertamente como quisieran. Las mismas les daban a entender a quienes las leyeran ¨tengan cuidado,les estoy observando desde la distancia¨. Finalmente con una sonrisa conciliadora mire a Lady Verith para decir: -Como ya escucho Lady Verith,este aquí presente responde al nombre de Saber Bright, de la casa noble de los Bright y actualmente Portavoz del Consejo, mi misión es investigar a fondo que paso en el ataque al Arca, en cuanto a mis habilidades, soy un experto en reunir información. Esperaba que con esa respuesta dejase contenta al menos por ahora a Lady Verith, respetuosamente hago una reverencia para alejarme de allí y acercarme a Iria haciendo una nueva reverencia agregando: -¿Me permite esta pieza mi Lady? Sin esperar su respuesta agarre su cintura y tome su mano para comenzar a bailar con ella en una tonada que solo oía en mi cabeza, no soltando mi agarre para mientras bailábamos susurrarle al oído: -Vuelve a cuestionarme sobre mis habilidades y no llegaras a ver la luz del día de mañana, que conste como advertencia. Dicho esto luego suelto mi agarre y me permito volver con mi comitiva.

La joven del pelo azul comenzó a charlar amigablemente con Dama Verith, siempre venía bien tener buena relación con gente con la que se va a viajar, aunque a Luthor de primeras no le hiciera mucha gracia dejar la "invisibilidad" que supone para él vivir en una ciudad como esa. Creer que Lyra era su hermana era algo más habitual de lo que pudiera parecer, les pasaba de vez en cuando y por norma general Luthor no ponía mucho empeño en corregirlo, al fin y al cabo le daba igual eso. Al parecer era una humana, enviada de otra ciudad, bueno, cuantos menos perfectos mejor, al menos era el pensamiento habitual del joven Wayland, si respetaba a Verith era por lo que había hecho tanto por su hermana como por él, pero desde luego no por su cargo. Aún recordaba la entrevista con Lord Comosellamepijodeloshuevos, un típico representante de aquella calaña. 

La chica del pelo azul parecía un poco perdida en el protocolo o la política de la ciudad, o eso o era una persona muy importante siendo humana para dar a entender que ellos estaban para protegerla, aunque no era importante, Luthor se mantenía vigilante, pues si se despertaba cierto lado de Dama Verith podrían surgir problemas y al menos esos problemas mejor dejarlos para fuera de la ciudad. Empezaban las cosas sospechosas, Iria había sido enviada por ser objetiva ante la situación, parecía el mismo rollo que le habían contado a la pelirroja perfecta, sólo faltara que le hubieran dicho lo mismo a Saber y ya estaba claro que las cosas ni cuajaban ni pintaban bien, si se necesitan tantos ojos neutrales, es porque se espera que no lo sean. 

Al aparecer a todo correr la muchacha rubia, Luthor con cierto disimulo echa la mano hacia la espalda a la altura del cinturón alarmado, aunque sus gestos apenas lo muestren gracias al embozo, al ver como se desenvuelve la situación vuelve a una pose más relajada. Interesante manera de desperdiciar talento en unas runas. Le entregaron a Iria una espada con runas.

Un soldado, que por la pinta parece un perfecto, lo único que este en vez de ser un estirado de mierda era un tocacojones, aunque razón tenía en el aspecto de los números, un contingente tan grande era imposible que pasara desapercibido, nada útil en una situación de guerra. El soldado se equivocaba, fuera quien fuera si pensaba que iba a dejar a su hermana atrás, por suerte Dama Verith intervino. Luthor ponía especial atención a la actitud con Iria, la cosa podía pintar mal si se dejaba explotar a la perfecta y era algo que no convenía. El sombrío Wayland iba a interceder cuando Iria mentó a Lyra, el ritmo de Luthor cambió, acelerando el paso hasta ponerse entre Lyra y Verith pero un poco por delante, mirando fijamente a los ojos a todos, con una mirada fría, desapasionada e implacable - Lyra viene - empezó a decir con una voz grave y profunda, agravada por el embozo que cubría su boca - Porque Dama Verith dice que viene, sus habilidades son necesarias, porque así lo ha dicho la prefecta que ha designado el consejo - Desde luego no tenía intención de discutir más allá de lo necesario, tampoco sabía las habilidades del resto, pero suponía que ninguno de los presentes fuera tan hábil en ingeniería como ella, aunque no era algo que saldría de su boca. Nadie aparte de Verith y su hermana sabían más de lo necesario sobre él o sobre su hermana y así es como quería que fuera. En gran medida le repateaba, tener que usar el hecho de que fuera una perfecto Dama Verith y mucho más respaldar la autoridad de un consejo al que jamás había llegado a respetar, pero las máscaras están para llevarlas en todo momento. Su actitud, estando al frente de Verith y Lyra era tensa, no la actitud relajada de antes, no iba a permitir que ninguna de las dos fuera infravalorada, y desde luego, la situación acalorada no venía bien para contener a la perfecta. Apenas la había visto estallar dos veces, y no era algo que se muriera de ganas de ver, había hecho su papel ante el guardia tocapelotas y había que mantenerlo. 

La actitud de Saber, como representante del consejo y una infinidad de blablabla, estupendo, un político lameculos de lord pijodeloscojones. Estaba claro que el viaje no iba a ser todo lo placentero que esperaba, si había algo que odiara más que un humano que servía a los perfectos, era uno que tuviera un rango de noble por bailarles el agua, no, desde luego no iba a ser un viaje agradable. Saber empezó a soltar la retahíla de perfectos que respaldaban su presencia allí y cuan importante era el lord pijodeloscojones, bueno, si quería seguir en segundo plano durante el viaje, esa sería una batalla que dejaría para el guardia, al menos no había cuestionado la presencia de su hermana... no podía dejarla sola en esa ciudad, ahí no podría protegerla... Se mantuvo firme, decidido e impertérrito ante Iria, en realidad pensaba que había actuado sin maldad, pero a fin de cuentas había dos buenas razones para actuar así, contener la ira de la pelirroja y desde luego defender a la otra pelirroja, su hermana. 

Estaba claro que el comienzo del viaje iba a ser del todo menos tranquilo. Ya comenzaba a forjarse un conflicto, y es que Iria, de manera un tanto altiva y excesivamente impertinente respondió a la Perfecta, denotando que no estaba de acuerdo con sus palabras, gesto que provocaron en Verith que se frunciera su ceño, y eso bien sabía Luthor, podía traer problemas, así que intervino SU humano, interponiéndose entre la Dama y la joven de pelo azulado, marcando con grave tono de voz que Lyra iba, tal y como Verith había indicado, y que ella como perfecta tenía el control de la situación. Estaba al mando de la comitiva, le pesara a quien le pesase.

- Está bien Luthor, está bien... - su voz sonaba muy pero que muy calmada. ¿Se habría tomado sus hierbas hoy o acaso estaba fraguándose tormenta? Solo el tiempo podría darle la respuesta correcta al joven, mientras que Lyra, dio un par de pasos hacia atrás, conocedora del genio de la Dama, irónico que nunca fuera contra ella - Bien, bien, bien... Soldado, puede retirarse si lo desea, es buen momento para que discipline a los humanos bajo mi mando.... - Aquella afrenta había sido pública y, por más emblemas que la humana tuviera, el castigo por hablar de esa manera a una Perfecta era la muerte.

Verith esperó que el varón se retirase para mirar a Iria con una expresión muy difícil de interpretar, pero sus palabras resonaron claras, firmes y sobre todo no admitían discusión - Una Perfecta no necesita revisar sus oídos, querida, soy biológicamente mejor que tú y eso no es discutible. Es un hecho que debes tener presente antes de abrir la boca para decir nimiedades que nada aportan a esta misión - mirada fría - Lyra no sobra, pero tu opinión sobre quien debe ir sí. Yo soy la Perfecta, las decisiones son mías, te gusten o no y vamos a dejar los posicionamientos claros desde el principio... En esta ciudad los perfectos mandan y los humanos obedecen, de no ser así se disciplinan y la pena más benigna es la muerte rápida e indolora... Querida, que sea la última vez que te enfrentas a mi persona en público, de lo contrario no volveré a pedírtelo de manera amigable.... Deus....

Tras decir aquel nombre algo sucedería, y tras ello esperaba que todo se tornase más calmado - Y como iba diciendo Alice, vas a llevar mis caballos a casa, de lo contrario me quejaré en el consejo de vuestra negativa a obedecer y bueno, no habrá perfecto que pueda interceder por vos, la ley se os echará encima y las consecuencias de la insurrección también - suspiró, el tono de voz se relajaba más, Luthor podía notarlo - Cuando termines de llevar mis caballos, estimada Alice, supongo que tendrás cosas qué hacer, por dónde te muevas no creo que sea algo que le interese a mucha gente, tanto si quieres quedarte dentro de la ciudad algo que no tiene sentido pues no eres de aquí, o ir a tu hogar de origen que creo que nos pilla de camino.... - aquella frase era significativa, a la Dama en realidad no le importaba que fuera Alice, de hecho podía buscar alguna forma ingeniosa de reunirse posteriormente con ellos, pero claro, no anteponía a SUS humanos, frente a cualquier otro y delante del soldado jamás podría decir otra cosa más que lo pronunciado.

Ya había puesto en su lugar a Iria, ahora le faltaba el otro tipo, el cual por fin se había presentado, dejando claro la posición que ocupaba en la sociedad - Bien Saber Bright le informo, en esta misión mando yo, y a partir de ahora respondes ante mí porque le hago un favor a Arcturus con mi presencia aquí, si dudas de ello siempre puedo decir que no voy de viaje por culpa del humano portavoz, ¿quieres saber las consecuencias de ello o te las imaginas sin que te lo explique?.... - sonrisa amplia, le tenía cogido del escroto con las yemitas de los dedos, un tironcito y.... ¿dolía? - Así que comencemos a llevarnos bien y esos papeles tan bien firmaditos guárdamelos para cuando necesite ir al baño, me serán de utilidad... - escuchó la función del hombre y no estaba impresionada, tan solo era una pieza más de aquel ajedrez gigante donde todos colaboraban.

Lo que no estimaba Verith era que el varón iba a acercarse a Iria y amenazarle. Y sí, los Perfectos tenían un oído particularmente fino, tanto como para escuchar el susurro sin casi esfuerzo alguno*

- Saber te lo diré una sola vez. Aquí la única que amenaza soy yo, o el equipo que viene conmigo comienza a comportarse de manera más unida, u os aseguro que el fracaso lo tendremos desde el primer momento, y no estoy acostumbrada a que las situaciones escapen a mi control.... - miró a Iria -... Si eres lista y no dudo que lo seas verás muchos días nuevos, me ha gustado el comentario sobre tu mapa, muéstramelo de nuevo.... - y cuando lo hiciera señalaría un punto del mismo - Mira la falda del monte Épsilon, ¿no es un sitio encantador donde pueden haber reencuentros?... - mirada de reojo a Alice, no podía ser más explícita sin decir nada extra.

Verith puso la mano en el hombro de Luthor, necesitaba comprobar que estaba relajado, y era un gesto que determinaba que ella lo estaba. No necesitaban decirse nada, la comprensión venía de fondo.

Sonrió ante lo dicho por la Perfecta por lo que asiento y luego me pongo en mi lugar solo para indicarle a las gemelas y a los dos soldados que venían conmigo con un gesto que solo yo y ellos conocían lo que debían de hacer, luego de eso retorne a mi posición y solo lleve la maleta que contenía dos cambios de ropa la tienda de campaña ,los zapatos, las raciones de comida y todo lo necesario para prepararme te cuando yo quisiera. Ya estaba bastante acostumbrado a ser humillado por Perfectos que se creían estar en la cima de la cadena alimenticia, lo cual era correcto pero a la vez inexacto. Solo necesitaba juntas las pruebas necesarias para demostrar lo inútil que resultaba tener a Lady Verith en el Consejo. Ella no lo sabía pero había hecho preparar un monóculo especial el cual servía de herramienta de grabación de video y audio en todo momento. Como había leído alguna vez ¨Si te conoces pero no conoces al enemigo perderás tus batallas en un 50% de los casos ,pero si te conoces y conoces al enemigo entonces tus batallas las ganaras siempre¨. Tenía que agradecer a Lady Verith sin hacer muchos movimientos ella ya me estaba mostrando su verdadera personalidad, de las que son mas fáciles de manipular y usar, ella es arrogante, autoritaria, soberbia y sobre todo no tiene el suficiente temperamento para decir que es una persona calmada. Tener esa clase de enemigo lo hace a uno aprovecharse de sus desventajas, este análisis lo hacía con respecto de otros perfectos y perfectas que conocí a lo largo de mi vida. Por lo que ocultaba mis verdaderos pensamientos en lo mas profundo de mi mente.

Vale. La Tirada para bailar serían 6 no 7. Destreza 4, Interpretación 2. Dificultad 5 (has echo bastantes bailes y estás suficientemente familiarizados con ellos, y más con lo que pretende.

Te dejo repetir la tirada (nadie la visto y aquí no ha pasado nada) y de paso me sirve como Pequeño tutorial de acciones y ejemplo de Tirada Enfrentada. (voy a tirar yo por Saber)

Una vez echas, casi, todas las presentaciones, resultaba un grupo de lo más... Peculiar. Desde luego no me esperaba algo así cuando hablé con el consejo. Pero, las sorpresas no paraban, y me vi inmersa en un baile con el Señor Brigth.

-Oh, no esperaba bailar.

Con una sonrisa amplia, de alguien que ha bailado decenas y decenas de veces, le acompaño... Pero enseguida empieza a pasar algo raro... Es como si mis pies se empezaran a moverse más rápido de lo normal... Como descordinados... Haciendo movimientos extraños... Raros... Y, en un giro demasiado fuerte, termino de bruces contra el suelo en una postura muy cómica.

Como respuesta, me empiezo a reír a carcajada limpia. De forma sonora, estridente y llamativa.

-Ay... -empiezo a decir sin poder contenerme-, perdóneme Señor Brigth... -proseguí sin poder cortar las risas-. Me temo que estoy demasiado... demasiado acostumbrada a esos horribles vestidos... -Más risas-. ¡Pesan una barbaridad! ¡De verdad! No sé si alguna vez se ha puesto uno, pero se quejan de las armaduras pesadas, ¡pero no tienen nada que ver con uno de esos horribles vestidos! -Más risas-. Me temo que he hecho la misma fuerza que cuando uso uno, y no me he acoplado a usted. Discúlpeme. Desde luego estoy segura de que es usted un excelente bailarín. Todo ha sido culpa mía.

Secándome un par de lágrimas que recorrían mi rostro, me puse en pie con una gran sonrisa.

-Creo que he empezado con mal pie, así que déjenme corregir mi error. Me llamo Iria. En nuestra ciudad hay un pequeño ritual en el que, los jóvenes de mi edad, tienen que explorar otras regiones para aprender y decidir si quieren regresar. Yo me encontraba en este viaje cuando el gobierno de la ciudad me hizo llamar. Me habían nombrado emisaria de Golden y pedían mi ayuda, como alguien objetivo, para investigar lo ocurrido en el Arca. -Tras esto miré a la señorita Verith-. Le pido disculpas por mi comportamiento, Perfecta. Soy la nieta del gobernador de Golden y, como tal, estoy acostumbrada a un trato más igualitario con los Perfectos de allí. Entiendo que estoy en otra ciudad, con otras costumbres y otras formas de actuar, así que le pido disculpas si me he extralimitado en algún aspecto. 

Tras aquello miré a Alice.

-Haz lo que la Perfecta te ha pedido, por favor. Y, cuando termines, por favor escribe al abuelo y a mi tío. Seguro que estarán deseando saber noticias mías. Infórmales sobre la situación y el pequeño mal entendido que he tenido con la Perfecta Verith. 

Después me dirigí al Señor Brigth.

-De nuevo -comencé con un pequeño ataque de risa-, disculpe mi torpeza. Le prometo que suelo ser más diestra en este tipo de lindes. -Tras aquello miré su maleta-. Si me permite la observación, esa maleta no es muy adecuada para el camino que tenemos por delante. Si lo desea, puede coger la mochila de Alice. Seguro que va mucho más cómodo con ella. Aunque solo es un ofrecimiento.

Respiré unos segundos y cerré los ojos, como si estuviera encajando todas las piezas.

-Tenemos un Portavoz del consejo, el cual dice ser bueno reuniendo información; yo soy emisaria de Golden Ash-tree y, además de ser algo diestra con la espada, tengo conocimientos sobre, bueno, bastantes cosas, por lo que la información también es mi punto fuerte. Por eso tenía curiosidad por las habilidades de los presentes, para poder crear un perfil de grupo y poder determinar los puntos fuertes y débiles antes diferentes situaciones. -Después de aquello respiré, intenté relajarme y miré a la Perfecta-. No dudo que sea una excelente médico, Señorita, pero no sé si posee los conocimientos necesarios para poder liderar esta expedición. Cada uno destaca en uno o varios campos y creo que, por el bien de todos, lo más lógico sería que las decisiones se basasen en dichas competencias, no en el cargo que ostentamos. De manera que todos deberíamos ceder en ciertas cosas por el bien de la misión y por nuestra seguridad.

Saqué el mapa y lo abrí para que todos pudieran verlo.

-Por lo poco que les conozco, permítanme el atrevimiento de decir que nos falta cierta potencia de combate. Por eso creo que el señor Wayland sería una buena incorporación al equipo. También nos vendría bien alguien más que pudiera luchar cuerpo a cuerpo -dije aquello mirando a la comitiva del consejero-. ¿Alguno de sus acompañantes encaja en dicho cometido, Señor? -después volví al mapa-. Al igual que creo que, si alguien sabe orientarse en un bosque o en una montaña, es el momento que lo diga. Por lo que sé, el camino está claro, pero prefiero tener un plan B por si nos perdemos; por lo que creo que es importante que llevemos a alguien que sepa orientarse. Además de alguien que sepa sobre tecno-magia, dado que vamos a investigar eso: el Arca. Yo no sé absolutamente nada de tecnología, no es algo que usemos en mi región, de manera que no puedo serles de ayuda. ¿Alguien podría valer para este cometido? Al igual que si alguien sabe sobre magia, creo que es el momento de decirlo.

Me retiré un segundo e intente ver si me había dejado algo...

-Perdónenme si me he excedido en algo, pero todo me huele muy... Raro, con esta misión; y prefiero ir bien preparada para que todos podamos volver y tomarnos algo en una buena taberna.

Desde el momento en que se retiró el soldado comenzáis a notar una sensación extraña, como si de pronto los oídos se taponaran y el aire estuviera más denso. Se os taponan los oídos como con un ruido blanco de fondo; no es doloroso y no parece afectar realmente a vuestra capacidad de audición, pero la sensación es, cuanto menos, extraña.

Cuanto más habla la Perfecta, más parece torcerse el mundo a su alrededor. Su posición calmada parece disimular un poder oculto capaz de hacer crujir el metal de la puerta y las atalayas cercanas, incluso el propio suelo parece vibrar con una ira reprimida de Dama Verith.

El ruido de fondo aumenta, al igual que los crujidos del propio paisaje y el aire comienza a tomar matices casi sólidos. Os cuesta respirar y la presión parece insoportable.

Cuando se vuelve a dirigir a Iria, el ambiente empieza a calmarse, el aire es más respirable y el metal deja de crujir, aunque la sensación de presión tarda un poco más en dispersarse. Vuestro instinto más primario parece relajarse junto la situación, y os da la impresión de que podría haber sido mucho peor.