Partida Rol por web

El camino siguió ascendente, constante y relativamente tranquilo a juzgar por el lugar en el que se encontraban. Pero la guardia estaba más atenta a los demonios ocultos en el interior que a los caminos que se dirigían por el subsuelo hacia este entorno antiguo y letal. -¿A dónde vamos?- preguntó Yzlin tras varios minutos de marcha. La humana se encontraba herida y cansada, pero no profirió queja alguna. Simplemente se limitó a seguirte en silencio.

Un repentino calor en una de tus bolsas te indicó que Arachne ya estaba de regreso.

Por fin dejáis atrás el aire de las profundidades y vuestros pulmones se hinchan con el olor de la floresta de un frondoso bosque. Las setas de las profundidades dan paso al musgo verde y lleno de vida. Unos escalones ascienden hasta la superficie e Yzlin comprendió que no os dirigís hacia la ciudad. Pero no añadió más preguntas. Al otro lado de esas escaleras se encuentra la basta extensión llamada por los Arkhanianos "Bosque de las Bestias" que ya se encontraba allí mucho tiempo antes de la fundación de la ciudad. Un lugar anciano y no exento de peligros.

El bosque es un lugar peligroso, si, pero para mi era un segundo hogar, justo aquí hacía mucho había empezado una revuelta que le hizo frente antes a los demonios, y que, con suerte, podría hacerlo de nuevo, todo lo que necesitaba era encontrar el camino correcto, y lo primero que debía hacer para ello era  encontrar los rastros de otras criaturas inteligentes... 

Encuentras pisadas de caballos, botas de hombres, huellas de elfos y un sin fin de criaturas y señales que embotan tus sentidos (lobos, zorros, armadillos, aves...) y pisadas de criaturas aún más grandes, enormes que dejan profundas huellas en la tierra húmeda. 

Lo primero sería encaminarnos hacia la ciudad, en el camino  me fijaría en el tipo de rastros que podría encontrar, seguramente todo el alboroto habrá llamado la atención, así que por el momento solo habría que estar alerta

Como si hubiera estado sumida en una ensoñación, al despertar respiré el aire del bosque que inundó mis pulmones. Aún tenía la herida, pero no sangraba gracias a la tela de araña que la cubría. -Necesito descansar un momento- dije, fue entonces cuando recordé lo ocurrido -¿Te he dado las gracias?- no lo recordaba. Sentía los hechos de las últimas horas como si hubieran ocurrido mucho tiempo atrás.

-Sí, pero decirlo no es suficiente.-

-Tus compañeros te han salvado la vida, otra vez-

-Págales con dolor-

-Págales con hechos-

-Para eso están los compañeros-

Dejé que Ahradiel me ayudara a levantarme -Un sentimiento agridulce hay en mí. ¿Dónde estamos? Es muy hermoso, me recuerda a mi hogar.- Tras descansar unos minutos, no estaba dispuesta a continuar la marcha pero... -¿qué otra opción tenía?- Los bosques podían ser muy peligrosos y este no iba a ser la excepción.

Me detuve un momento para que Yzlin pudiese descansar, ciertamente podía ser abrumador el bosque cuando estabas herido y no del todo en tus 5, a decir verdad incluso a mi a veces me resultaba intimidante, pero no teníamos demasiado tiempo, debíamos llegar a la ciudad y de ser posible, sin ser vistos - tienes fuerzas para sostenerte? te cargaré si necesitas descansar, pero debemos seguir en movimiento, y respecto a darme las gracias, me basta con saber que estás de una pieza aún, si podemos llegar al parque Ruina de viajero y a la arboleda, puedo contar con que los druidas nos ayuden a sanarte- me detuve un momento aprovechando que aquella mujer descansaba para tantear el terreno en el que nos encontrábamos, no podía bajar ni un momento la guardia, y quizá en esa parte del bosque hubiesen algunas plantas... o el veneno de algún animal que le redujese el dolor o la fatiga, valía la pena buscar

La tranquilidad latente del bosque, la sensación de vidas que son conscientes de vuestra presencia y están ahí, quietas en sus madrigueras debajo de vosotros, observando desde arriba a que los intrusos continúen su camino antes de proseguir con su canto.

Yzlin puede sostenerse y caminar, aunque está débil. Ahradiel se afana en encontrar huellas que delaten la presencia de posibles amenazas (o aliados) en la inmensidad del bosque, así como plantas o cualquier recurso que la fauna y flora cercana pudiera ofrecer en beneficios de Yzlin. En su rastreo y búsqueda se topa con unas marcas en la tierra que no conoce. Surcos profundos como heridas componen seis pares de huellas producidas por largas garras que cogen la tierra y la arrancan dejando un agujero similar a cuando se arranca de raíz un árbol pequeño.

Las marcas van en dirección contraria al camino hacia Arkhania hasta el punto en el que os encontráis hasta que se detienen y dan la vuelta para regresar.

Un poco más adelante, desde vuestra perspectiva, veis un frondoso arbusto cuidadosamente arreglado y podado, ha sido esculpido con la forma de un león.

Me detuve en seco tras ver el arbusto y con una mano indiqué a Yzlin que esperase, no tenía idea de lo que pudiera ser aquello o si fuese hostil o inteligente, no quería arriesgarnos - iré solo a corroborar que es, si me ataca corre en dirección a la ciudad, intentaré darte tiempo-  y sin más preparación que mis sentidos en alerta, me acerqué a inspeccionar aquella posible criatura 

-¿Eso era sensato?- Yzlin posó la mano en el hombro de Ahradiel. -No, si algo me ataca y me mata en el proceso yo regresaré a la prisión. Eso no te pasará a ti. Es más, su tu alma va a Necrópolis será una mancha más en mi lista de cosas mal hechas. No lo pienso permitir. Voy yo, tú saca el arco y cúbreme en la distancia ¿sí?-

Aquello era lo mejor, a mis ojos. Di un beso en la mejilla al elfo a modo de gratitud y me coloqué delante de él recurriendo a mis dotes arcanas. Cuando el cosquilleo llegó a las palmas, comencá a avanzar hacia aquel seto perfectamente recortado. -Su creador maneja bien las tijeras, de eso no hay duda-.

La base del seto de león no cuadra con las marcas encontradas en la tierra. Puede que tenga la virtud de cambiar de tamaño o incluso de forma. Puedes distinguir que el juego de seis huellas corresponden al mismo ser. Una criatura con seis patas que remueve la tierra allá por donde pasa.

Yzlin toma la delantera y, mientras la mujer avanza, tu mente evoca recuerdos de días de un presente ya pasado. En otra versión de la ciudad. Las conversaciones de los druidas de cómo podrían defender la frontera del bosque: -plantas convertidas en guardianes-

El seto con forma de león está a varios metros. La ligera brisa lo mueve y pareciera que sus ojos os miran. Atentos como estáis a este guardián no deparáis en las amenazas que os rodean. Los brezales de batalla son los verdaderos autores de esas huellas. Tanto los setos con formas de animales como estas criaturas vegetales animadas guardan la frontera con la ciudad y todos ellos encuentran hostil sólo a aquella que no es ciudadana de Arkhania: Yzlin. Por lo que se ensañan con ella haciendo que regrese a la prisión.

No podías hacer nada por Yzlin. Ahora que la única amenaza (a ojos de los guardianes vegetales) ha sido eliminada. Tienes camino franco hacia la ciudad.

Como ciudadano de Arkhania, las guardas fronterizas no te hacen ningún mal. Apenas tardas una hora en llegar al Parque. Te abasteces y usas un águila como montura.

Está todo muy silenciosos y quizá un poco vacío. Un soldado de La Guardia Roja te localiza -Ve a la Universidad- te anuncia -Allí hay dos presos: Lythrai Fonn'Aster y la armadura Socar- comenta muy atento a sus alrededores -Se están preparando mágicamente para hacer frente a los demonios. Es vital localizar a los demonios y acabar con ellos.-