Partida Rol por web

Ars Diavoli Et Literari

Camino del señor

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15/09/2009, 09:46
Rodrigo de Rivas

Estoy de acuerdo con lo que vos sugerís, hemos llamado un poco la atención y apenas llevamos un día aquí, sería buena idea retirarse a ese discreto lugar y quizá más tarde tornar aquí, y charlar con otras personas, o incluso que alguno ronde la casa de los Salvatierra, yo mismo si lo deseáis.

Emilio ya ha saltado a la fama, es mejor que se aproxime a la vivienda alguien del que no se pueda sospechar, y la cruz de mi pecho me libra de toda duda.

Me dirijo pues al lugar, seguido de mi criado (que ya me había olvidado de él)

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15/09/2009, 11:08
Director

Os retiráis discretamente del lugar dejando atrás la puerta de la universidad. Un corto camino acaba en la plaza de Anaya a la sombra de lo que será la nueva catedral de Salamanca. A vuestra espalda se encuentra la universidad que acabáis de dejar.

La plaza de Anaya no esta demasiado concurrida a estas horas. Quizá el revuelo en la entrada de la universidad entretenga a los habituales de sus quehaceres de la sinhueso en tal lugar.

Notas de juego

Universidad de Salamanca - Plano ZonalNota histórica: La nueva catedral de Salamanca aún no está terminada de construir en la fecha en la que estáis (1625). La nueva catedral se empezó a construir en 1513 y se terminó en 1733 estando paradas las obras durante casi todo el siglo XVII (en el que nos encontramos en la partida)

Controrneado en azul (arriba a la izquierda) el edificio de la universidad de Salamanca, en amarillo (centro) la nueva catedral (en construcción) y en rojo (abajo) la catedral vieja.

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15/09/2009, 17:47
Ambrosio de Casares

El destino baraja y nosotros jugamos - comento con una sonrisilla irónica - Y según los moros está escrito, y no puede cambiarse. A lo hecho, pecho, añadiría. Mas no creo que de esta chavalería venga mal alguno, si acaso algún comentario mordaz sobre los viejos a los que gustaría rejuvenecer, que no podrá dañarnos pues no estaremos para oírlo.

Tendremos, sin embargo, que extremar la precaución con que damos nuestros pasos - continúo - Pues mucha casualidad es que, buscando a los Salvatierra, hayamos encontrado ya frío a un criado suyo, que bien podría haber sido de ayuda. Tengo oído de músico, como bien saben vuestras mercedes, y aquí alguien está tocando a rebato.

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16/09/2009, 14:18
Emilio de Vizuete y Olmedo

-¿Y qué piensan vuestras mercedes sobre los pasos a seguir ahora? Rodrigo parte para el señorío de los Salvatierra, quizás fuera buena idea para indagar, aunque no estoy seguro de que en los tiempos que corren se eche en demasiada falta a un criado. También es posible que alguien de buen porte se acerque blandiendo las credenciales que trajimos con Fray de la Rosa al alguacil y se interese por lo sucedido, ya que la gente mienta demasiado la autoría del diablo y aunque no parece trascendente hacer caso del miedo del populacho, siempre resulta meritorio investigar los dichos rumores.

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16/09/2009, 21:32
Alvaro del Monzón y Rodriguez

- Me temo que yo para el tema de blandir credenciales mal valgo. Pero acompañaré a quien deba ¿quizás a Don Rodrigo por si se encuentra con alguien que quiera rematar la faena con los Salvatierra? Vive dios que no es manco con el acero, pero desde luego dos espadas se cubren mejor las espaldas entre ellas. ¿Quizás debamos separarnos y reencontrarnos dentro de un rato en esta misma plaza?

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16/09/2009, 22:44
Rodrigo de Rivas

¿Me propone vuesamerced separarnos por la desconocida ciudad de Salamanca? ¿Dónde podría ir yo en mi absoluta ignorancia? Además Don Emilio me ha hecho entender que los Salvatierra no tienen casa en la ciudad, sino en el campo. No soy yo muy hombre de campo, pues más acostumbrado estoy a las ciudades y a los tablones de las galeras.

No quisiera alejarme de esta gente aquí, aunque agradeceré que sea Álvaro el que me acompañe.

Notas de juego

Sí que me lío con este lenguaje, propongo ir a la casa en cuestión, pero no solo y me ha parecido entender que está fuera de la ciudad (eso es lo que me ha echado para atrás)

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16/09/2009, 23:45
Alvaro del Monzón y Rodriguez

- Perdone vuesa merced, pero hace tan sólo un instante me pareció oiros que podríamos rondar la susodicha casa.- dice Alvaro algo confundido - Pero si es cuestión de seguir juntos, pues... vayamos pues a hablar con los corchetes. ¿Esas credenciales nos serán útiles o quizás la ley nos vea como unos entrometidos? Hay que pensar que los amigos que no hagamos hoy no nos ayudarán mañana...

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17/09/2009, 20:44
Ambrosio de Casares

No parece descabellada la idea de Don Emilio - sugiero - Y la cruz que en el pecho luce Don Rodrigo avalará la autoridad que nos proporcione el legajo. Pero vayamos con pies de plomo con la información que demos, que bien sabido es que el que camina huella deja, como bien apuntáis, Don Álvaro.

Así las cosas, bien vería tocar a la puerta más alta que nuestras credenciales nos permitan, pues cuanto más arriba más sabrán, y podrán contarnos, y menos en evidencia nos pondremos. Mil ojos, caballeros, que mucho nos jugamos si tomamos esta vía, y no hemos de rifar nuestro destino sin estar seguros. Una vez destapemos nuestras intenciones, será como jugar con las baraja del revés, pues habremos mostrado nuestras cartas..., y nunca mejor dicho. Esperemos que lo obtenido supere a lo arriesgado.

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18/09/2009, 11:36
Emilio de Vizuete y Olmedo

- Ya que sacamos a colación la honorable cruz de Santiago que luce don Rodrigo, ¿estaría de más que fuese esa credencial suficiente para poner interés en el asunto ante la corchetería? Un noble de honor y caballerosidad sin tacha, recién llegado a la ciudad en peregrinación a Santiago desde Cádiz, que ha parado a visitar la renombrada ciudad y a rezar unas oraciones en la catedral se encuentra con rumores del asesinato de un criado de nobles locales. Intrigado por el excesivo revuelo organizado por los corchetes ante la muerte de un plebeyo, su deber le conmina a ayudar en lo necesario a sus señores, para lo cual tiene que averiguar de quienes se trata. Si algo más le contaran ya de pasada, con más facilidades podría emplearse al entrevistarse con ellos. Mostremonos cautos en la cuestión de mentar a los Salvatierra nuevamente, y que sea esta nuestra excusa de aquí en adelante, ¿les paresce bien?

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18/09/2009, 11:52
Rodrigo de Rivas

Proponéis, según he creido entender Don Emilio, que un caballero como yo mienta ante las autoridades. No sé qué deciros, no es que tampoco suponga una mentira descarada sino más bien maquillar la realidad.

Que no es mala la idea ni mucho menos, mas no termina de agradarme del todo, aunque bien pensado ya mentí sobre mi nombre hace poco, y ningún reparo tuve entonces. ¡Ay, Don Rodrigo!

Pero la idea pese a todo me agrada, no el ejecutarla yo desde luego, que eso me incomoda un poco, mas no os preocupés, pues estoy dispuesto a cumplir. Además mi acento gallego -pese a haber estado mucho tiempo lejos de allí- favorecerá el teatro.

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18/09/2009, 20:30
Ambrosio de Casares

Escasa renta, ese "peregrino" interés, se me antoja..., para una vez que actuamos por derecho, quizá sea luego más arduo demostrar nuestra auténtica autoridad. No me entendáis mal, en cualquier otra ocasión aplaudiría con manos y pies vuestra notable iniciativa, amigo Emilio, pues sabéis que el engaño y la picaresca no me son ajenos, sin embargo, en este caso..., mucho más eficaz me parece ir con el miedo a la Santa Inquisición por delante. Con esos legajos por delante, pocas explicaciones habremos de dar, creo.

Por supuesto, es tan solo la opinión de un humilde bardo, que se plegará a la voluntad de vuestras mercedes -termino, con tono humilde.

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21/09/2009, 16:40
Alvaro del Monzón y Rodriguez

- Pues yo soy de la opinión de nuestros otros dos compadres, maese Ambrosio. Si bien nuestras credenciales reales pueden ser útiles preferiría guardarlas como un rey de bastos en la manga para cuando fallara lo demás. Si bien es cierto que con el nombre de la Inquisición por delante pocas puertas se atreverán a permanecer cerradas ¿no creéis que pronto se correría la voz de nuestra presencia en la ciudad y quizás nuestra presa diera por fugarse? Todos sabemos que en España otra cosa no tendremos, pero de correveydile está llena cualquier ciudad que se precie.

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21/09/2009, 19:45
Ambrosio de Casares

Mucho os gusta el juego, Don Álvaro - río divertido - pero recordad que el azar suele favorecer a quien sabe cortejarlo, jajaja...

Está bien, me plegaré pues al plan expuesto, y por la gracia de Nuestro Señor espero que funcione y haré lo que esté en mi mano para llevar adelante la estratagema..., creo que Dios gusta de los necios, por eso nos ha reunido - termino, bromeando.

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21/09/2009, 21:00
Alvaro del Monzón y Rodriguez

- Bueno, la última vez que mezclamos el juego con nuestra misión acabé con un par de palmos de acero en mi pecho... Espero que esta vez le toque a mis contrincantes, por eso del equilibrio de la fortuna...

Cuando Ambrosio menciona lo de los necios y la suerte no puedo evitar soltar una sonora carcajada:

- Si tal es así entonces las tenemos todas con nosotros. Debo reconocer que más de una vez, y de cien, me han llamado necio, así que si el río suena agua lleva. ¡A ver si eso nos favorece esta vez!

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21/09/2009, 22:42
Rodrigo de Rivas

Son gente experimentada, más habituada que yo a las andanzas de la ciudad. Guardar ese rey de bastos ha sido una gran idea. Yo como soldado soy poco dado a estos asuntos y como caballero, soy respetable, alejado de esta picaresca.

Sea pues, yo iré a sonsacar información a los corchetes, nada malo puede haber en un poco de curiosidad, digo yo. ¿Quién ,aparte de mi fiel criado, me acompañará? Espero que ninguno-estoy pensando en Don Álvaro- tenga problemas con la justicia en la ciudad. Mal comienzo sería ese para nuestro negocio.

¿Qué harán además los que no se acerquen a los corchetes?

 

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22/09/2009, 00:25
Alvaro del Monzón y Rodriguez

- ¿Quizás esperar en una taberna? Hay cosas que los corchetes no sabrán todavía pero de las que que el pueblo llano tiende  enterarse rápidamente. Quizás compartan la sabiduría local con alguien que pague el vino.

No puedo evitar pensar en que mientras les sonsaquemos la información podremos refrescar también nuestras gargantas.

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23/09/2009, 19:59
Ambrosio de Casares

Tan solo resta pues escoger ocupación - comento con una sonrisa - Creo que iré a la taberna, mejor lugar para un músico que el cuartel. Me atrevo a sugerir que Don Emilio, que conoce los entresijos de la ciudad mejor que nadie, podría acompañar a Don Rodrigo por si necesitara apoyo con su argumentación - añado, como si dudara de la capacidad del caballero de Santiago para manejar con soltura una farsa como la pretendida.

Quizá Don Álvaro podría acompañarme, tendremos los ojos y oídos bien abiertos a lo que sea menester averigüar. Aún recuerdo algunos lugares, y quizá me recuerden a mi también, pues largas noches he velado a las musas en esta notable ciudad - termino, esperando la decisión de los demás.

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24/09/2009, 13:41
Emilio de Vizuete y Olmedo

- Mal me sabe dejaros ir solos amigos míos, ¿seguro que no queréis que os acompañe? Conozco un par de tabernas bajando la cuesta hacia el río, cercanas a una ventilla donde cocinan buenos guisos de conejo, perdiz y ternera. Don Rodrigo tiene suficiente ingenio como para inquirir lo necesario mientras os acompaño y vuelvo. Dudo que obtener respuestas le lleve más tiempo del que tardo en regresar para guiarle a él también a las tabernas de la ribera.- sugiere Emilio, al parecer incómodo con la idea de tratar con alguaciles.

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24/09/2009, 13:53
Rodrigo de Rivas

Me sorprendo, y se me nota en la faz, de que ninguno de mis socios desee tratar con alguaciles: las razones del valentón puedo entenderlas, pero que nuestros dos letrados compañeros compartan la misma fobia, eso sí que es inesperado.

¡Pardiez! Veo que los servidores del Rey no son muy apreciados entre la gente... -cayo al comprobar que tal vez puedan ofenderse- Yo mismo tuve algunos encontronazos con ellos, en Nápoles en el año veintiuno, y el veintidós creo aunque eso fue de poca envergadura, mas no les tengo tal alergia, así que si lo desean puedo ir yo solo a inquirir la cuestión que aquí nos incumbe -me olvido por el momento de mi criado, al que no presta más atención de la necesaria-

¿Dónde, pues, podré encontrales?

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24/09/2009, 20:17
Ambrosio de Casares

No deben perturbaros nuestras palabras, Don Rodrigo. Nada es más difícil de dominar que la propia lengua... - comento tranquilizador, al notar la expresión del de Rivas - Si hay que ir a hablar con la Ley, sea, aunque poco me agrada, en verdad.  No permitiré que vuestra merced vague solo por estas callejuelas - y añado, con sorna - Alguna mujerzuela podría engatusaros, y quién sabe el tiempo que tendríamos que dedicar a dar con vos.

Yo mismo os acompañaré, aunque para servir de criado alguien tendrá que hacerse cargo de "La Paca", sería una nota discordante en mi papel de sirviente - añado, haciendo ademán de entregar mi guitarra a Don Emilio - Os ruego, eso sí, que la cuidéis como a una esposa..., o mejor aún, como a una hermana - termino, mirándole seriamente - pues la tengo en mucha estima.

Sé bien a qué tabernas se refiere el señor de Vizuete, por lo que don Rodrigo y yo podríamos ir en vuestra busca una vez hayamos acabado con nuestras pesquisas. La más cercana al río era más populosa, si no recuerdo mal.