Partida Rol por web

Ars Diavoli Et Literari

De una noche salmantina

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07/12/2009, 11:41
Director

Don Álvaro lanza dos estocadas sobre su par pero este hábilmente consigue chocar aceros en las dos ocasiones. Don Álvaro es un buen tirador pero el valentón contra el que riñe no maneja nada mal la herreruza.

Por su parte don Ambrosio lanza una estocada contra el embozado que aún se mantiene en el suelo. En respuesta esta intenta rodar por el suelo pero la ropera del bardo acaba clavada en el costado del fulano haciendo a este soltar su espada y retorcerse de dolor.

¡Qué te lleven los demonios mal nacido! —grita desde el suelo llevándose las manos al costado.

La tajada de don Rodrigo es precisa y su defensor no logra apartar el acero antes de que la mojada acabe instalándose en el vientre del valentón, que berrea como un cerdo y, a la desesperada lanza una estocada contra la ropera del noble. El embozado da un par de pasos atrás con la espada en ristre y se mira la herida. Jadea abundantemente y mira alrededor antes de decidir salir por las de Villadiego. Corre cojitranco a causa de las heridas alejándose de su par.

Don Emilio lanza su espada sobre el vientre del valentón pero, un instante antes de confirmar la mojada la punta de la hoja de la espada de su par desvía la del joven dejandole con tres palmos de narices. A renglón seguido tuerce la muñeca y levanta la ropera haciendo un feo tajo sobre la oreja del goliardo. Acto seguido y a la vista de la situación da un par de pasos atrás y tras enfundar la espada coge el mismo camino que su amigo.

Es pues que la cosa termina con don Álvaro batiéndose a espada contra uno de los valentones y don Ambrosio con la misma amenazando la vida de su tullido enemigo. De otro lado, don Emilio sufre las consecuencias de sus heridas sangrando abundantemente encima de la oreja izquierda.

Don Rodrigo por su parte, observa como el valentón con el que se batía toma el camino más lejano al de los valientes.

 

- Tiradas (11)

Notas de juego

VELOCIDAD (orden de acción) - ASALTO 3

  1. Álvaro (12)
  2. Ambrosio (12)
  3. Rodrigo (12)
  4. Emilio (9)
  5. Embozado 1  (8)
  6. Embozado 3 (8)
  7. Embozado 4 (2)
  8. Embozado 2 (0)

Embozado 1 (Álvaro): Para los dos ataques. TOTAL: 3 bríos perdidos

Embozado 2 (Ambrosio): Defensa completa: esquivar. 7 - 2 = 5 puntos de bríos. TOTAL: 11

Embozado 3 (Emilio): Parada. TOTAL: 3. Huyendo.

Embozado 4 (Rodrigo): 7 - 2 = 5 puntos de daño. Total: 10. Huyendo.


Álvaro: efectivamente se pueden parar dos ataques. Para hacerlo hay que declarar una defensa completa. En ese caso se puede elegir entre hacer dos defensas distintas contra un mismo ataque (parada y esquiva, por ejemplo), dos defensas frente a dos ataques distintos, una defensa con una +3 o una defensa y entrar o salir del combate cerrado.

Ambrosio: Supongo que vuestra merced sabe que atacar a un combatiente caído no es de buen hidalgo, ¿verdad?

Rodrigo: Tienes toda la razón. Efectivamente es como dices: +3 al daño.

Emilio: Debes hacer una tirada de brios para evitar caer aturdido (-3 a todas tus acciones). Tienes además, todas tus habilidades así como tu movimiento, reducidas a la mitad a causa del exceso de heridas. Esto seguirá así hasta que consigas colocar tus bríos por encima de la mitad.

TODOS: Recordar, todos los que tengáis la ventaja Espadachín, tenéis un +1 a la defensa a partir del segundo turno de combate contra un mismo oponente. Los embozados tienen esta ventaja.

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07/12/2009, 18:33
Ambrosio de Casares

Hete aquí que has perdido los nervios, Ambrosio. Yacía postrado, eso no fue lo que te enseñó tu padre - pienso, algo arrepentido de haber atacado a mi enemigo caído - Pero eso éste no tiene por qué saberlo, así me tomará más en serio.

Tú, piltrafa - digo con voz ronca, dirigiéndome a mi contendiente con la punta de la ropera peligrosamente cerca de su rostro- Ya me estás diciendo ahora mismo quién te encargó el trabajo o termino ahora mismo lo que he empezado, que yo solo soy cortés para quien conmigo lo es, y tú creo que no sabes ni lo que significa esa palabra...

Y el bicho, claro. Tenemos a ese..., bicho - continúo - cuéntame de paso lo que sepas de ese engendro peludo, y no te olvides nada si en algo valoras tu miserable vida, que ya bien a las claras ha quedado que no te has sorprendido al verlo pasar, y eso es que ya le habías visto antes porque una cosa tan fea difícilmente haría que la cabeza de nadie permaneciese en su sitio, y las vuestras sabían bien a lo que estaban...

Notas de juego

La verdad es que no me di cuenta de que estaba en el suelo, pero qué le vamos a hacer. Por algo Ambrosio es impulsivo, ejem...

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07/12/2009, 19:46
Rodrigo de Rivas

Tras la huidiza respuesta que el valentón, más que valiente, ha dado a mis estocadas. el efecto que ha provocado en otro de sus amigos, y el lamentable aspecto del adversario de Don Ambrosio -que no parece querer dar cuartel, como dice la marinería, ni al gato del arráez- sólo el enemigo de Don Álvaro representa un verdadero riesgo, y pretendo solucionarle en un Amén. Con la mano izquierda saco la pistola y apunto con ella a la cabeza del valentón.

Amén

¡Tú, hideputa, las manos y el acero lejos!

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10/12/2009, 12:49
Emilio de Vizuete y Olmedo

Con el asaltante puesto en fuga pocos quedan en pie. Con mucho esfuerzo para no ver empañada en sangre la vista hasta que su sentido se oscurezca desvaneciéndose, Emilio se acerca hasta Ambrosio que bien dominado tiene al suyo por la blanca. Herreruza gacha y mano en la sien, ambas manchadas de rojo, parece haberse vuelto parco en palabras tras quedarle demudado el semblante.

- Hágase caso de mi amigo. Por menos, cerdos más diestros ha llevado al matadero.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Superada con efecto 3 (no sé si el penalizador influía también en esta tirada).

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11/12/2009, 16:28
Director

El primer valetón, amenazado por la blanca de Don Ambrosio, se arrastra hacia atrás apoyandose en la manos para acelerar el paso. Arrastrando la raída tela del trasero de los pantalones consigue dar con la espalda de uno de los muros que flanquean la calleja.

No se de que me habla vuestra merced. A mi me pagan por tirar de acero y eso es lo que he venido a hacer... con poca suerte esta vez. ¡Vive Dios!

Poco a poco intenta ponerse en pie hasta poder hablar cara a cara, al mismo nivel, con el hombre que le amenaza con la espada en ristre.

Nos ofrecieron una bolsa de dinero por no hacer preguntas y así fue que no las hicimos. Ni conozco al hombre que nos pretendió ni ganas de hacerlo mientras suelte los amigos con premura.

 

Por otro lado la exclamación de Don Rodrigo hace congelar bruscamente el lance del último valentón sobre Don Álvaro. El arma hizo sus efectos y lo único que se oyó fue el tintineo de la ropera del mozo en su golpear contra el suelo.

Sin mediar palabra, el valetón camina un par de pasos hacia atrás antes de unirse al camino de sus valientes compañeros.

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14/12/2009, 15:47
Alvaro del Monzón y Rodriguez

Miro de reojo el arma de mi compañero. Aunque gusto de tirar acero no soy de mente cerril que deseche una ventaja clara en el combate. El honor para los héroes de dramas y comedias, la vida es más jodida y no da cuartel a los imbéciles enamorados de las gestas de fantasía escritas por individuos que en su vida han tenido que cruzar los hierros buscando desesperadamente ver el amanecer siguiente.

Sin embargo, y pese a que la situación está controlada, mi arma no desciende. Sigue presta a cualquier traición que pueda venir de los capturados o de quien quiera acudir en su ayuda mientras silencioso escucho el interrogatorio.

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14/12/2009, 19:20
Ambrosio de Casares

¿Con qué orden, para qué te pagaron, miserable? - pregunto indignado - Me estás tomando por lerdo, o por borrico. Mira que me importa muy poco pagar por ti cuando me vea ante San Pedro, seguro que no vales ni un ardite de cobre... - añado, blandiendo amenazadoramente mi acero ante su nariz.

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14/12/2009, 22:42
Rodrigo de Rivas

Va a parecer que ser atacados e interrogar heridos va a ser tradición, una tradición que resulta molesta. Y lo más preocupante es que hemos visto al mismísimo diablo.

Desviando la pistola hacia el moribundo, dudo un instante y al final la guardo. Es hora de comportarse con decencia.

Lo que nos atañe es esa figura que se ha escapado por aquella dirección, y a la que ya no podemos seguir el rastro.

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15/12/2009, 16:10
Director

El jaque maldice su condición de tullido por no poder darselas de bravo corredor.

Nuestra espada para cubrir la retirada de ... lo que fuera eso que perseguían vuestras mercedes. Que fueran vuacedes el objeto del lance es únicamente fruto de la casualidad. Al menos no entraba entre nuestros planes cruzar espada contra individuo particular.

El hombre parece ser sincero o apreciar bien poco su vida. Más parece lo primero que lo segundo por la continua mirada que tiene sobre la ropera de Don Ambrosio que todavía le amenaza.

¡Vive Dios, que no se que más pueda contarles! —se excusa—, ni se quien es el demonio ese que persiguen, ni quiero saberlo.

Acabada la súplica se persigna apresuradamente.

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15/12/2009, 17:57
Ambrosio de Casares

Ahora mismo me vas a decir el aspecto que tenía quien os pagó, todo lo que recuerdes. Y mira bien mis ojos... - digo muy despacio acercando mi rostro al del postrado todo lo que la longitud de la ropera me permite - porque te juro que como vuelvan a verte delante de ellos cuando termines de responder acabo lo que he empezado...

Vayámonos, señores - digo echando un ojo arriba y abajo de la calle, recogiendo las espadas del que ha huido y la del caído - Veamos si alguna pista nos ha dejado ese ser informe. En cuanto a éste, por mi puede volver a su agujero arrastrándose, o morirse aquí, lo que prefiera.

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16/12/2009, 09:32
Alvaro del Monzón y Rodriguez

Imaginando la respuesta de los matasietes, pues nadie contrata asesinos a cara descubierta, miro calle arriba por donde desapareció... quien quiera que fuese. A estas alturas de la jugada ya debe estar lejos.

- Vayamos pues... pero no soy optimista en lo que encontremos. Aún así ¿qué opción nos queda?

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17/12/2009, 13:43
Director

No le vi la cara... se comunicó con nosotros por una nota traída por un mensajero.

Fueron las últimas palabras que se oyeron antes de la huida a la carrera del matasiete.

Sin rastro ya de aparente amenaza alrededor miráis calle arriba, por donde huyó la figura demoníaca y calle abajo, del lugar donde venís.

La riña os ha llevado poco más de media hora así que queda todavía tiempo hasta vuestra cita con el fraile Juan.

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22/12/2009, 20:47
Emilio de Vizuete y Olmedo

Emilio, algo trémulo el semblante, se comporta como si no estuviera manándole la sangre tras la oreja por la brecha abierta en la lid. Huido el último jaque dejando tras de sí menos palabras que respuestas, envaina su acero para iniciar nuevamente la marcha tras el Fraile Juan. Tocando el hombro de Ambrosio con ánimo pacífico, pero con cautela en el proceder le insta a resguardar su hierro.

- Amigo, bien la presencia diabólica os ha debido nublar el buen juicio que tenéis. Se os ha ido la mano un tanto con ese truhán, aunque bien me he de suponer que más por exceso de ardores que por falta de hidalguía. Os halláis entre camaradas, no precisáis más la espada por ahora.

Mientras el bardo se ocupa de su yerro y los que hubieran sido de nuestros retadores, que buen dinero podrá de ellas sacarse, el jovenzuelo parece conservar la mente en marcha pese a todo.

- Bien urdida fue la emboscada por quien tuviera el patronazgo de esos bellacos. Habríamos de suponer que tratándose auténticamente del Diablo nadie habría de pagar su retirada, pues no tendría nada que ocultar a quien lo siguiera. Alguien ha de estar manejando algunos hilos con bastante ingenio en esta ciudad, y parece tener dinero como para permitírselo. Me intriga de donde vendrá ese diablo, pero ha de ser tan dificil como averiguar donde se hallará a estas alturas. Vayamos a ver a Fray Juan, amigos. Tal vez nos sea de ayuda.

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22/12/2009, 23:07
Rodrigo de Rivas

Lástima, opino que tal vez hubiera sido lo correcto enviar a presidio al herido, es el octavo espadachín que dejamos escapar desde nuestro primer encuentro, y no conviene tener tantos rencores acerados por ahí.

Pues la gente humilde carece de honor y suelen vengarse con muchos amigos de vez.

Es posible, como ya había estado pensando, que la figura no fuese más que un hombre disfrazado, pero ya que no podamos saber dónde va tal vez podríamos observar los alrededores para intuir de dónde venía, y me estoy refiriendo a la casa de un gentilhumbre o de un noble incluso, pues tal y como nos dice Don Emilio, los implicados han de ser gente de dinero, y de poder.

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23/12/2009, 00:13
Ambrosio de Casares

Miro a Emilio como un trastornado, ahora que estamos a solas los compadres. Al oír sus palabras, parece que vuelvo en mí y mi voz se endulza un tanto.

No es eso, mozalbete... - respondo al de Vizuete, haciendo una pausa y con los ojos algo húmedos, mirándole sin verle mientras el acero volviendo a su funda, temblorosamente - es que tanto gañan buscándonos los hígados sinrazón, tanto demonio cornudo y peludo por la calle, tanto criado colgado de centenarios robles en mitad de la Sacra y Pontifícia Universidad..., han acabado con la poca moral que me quedaba.

Y ése que corre como puede, al que ahora podemos llamar infeliz porque no han sido exitosas sus tareas, lo ha pagado en llantos de la manceba a la que le toque coserle las rasgaduras - añado, mirando ahora con determinación al zagal - Y vos mismo, que sangráis como una gorrina, o yo, o Álvaro o Don Rodrigo, podríamos estar en su lugar, o fríos sobre las piedras. Duro es el oficio que hemos elegido, no conoce Dios, ni honor..., sólo sabe de hierros y de manos hábiles.

Mejor idea es esa - termino, como si nada hubiera ocurrido - Vayamos. Sin duda ese Satán deja rastros bien visibles a su paso...

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28/12/2009, 01:05
Emilio de Vizuete y Olmedo

- Razón no puede faltaros Ambrosio. Desde que comenzamos nuestras andanzas con patronazgo de la Iglesia hemos topado con hierro en demasía. Así quiera el Señor que no acabemos peor de lo que estamos y, como bien señaláis, guardémonos nosotros mismos mientras Él se decide.

Emilio, visto el ánimo de su camarada más compuesto esboza una sonrisa. No es hombre de guardar rencores, pues ruindades más abyectas y con más intención guían blancas, horcas y teas en menos desesperadas situaciones.

- ¡Ea! Abreviemos los lances, que me castiga la sed la garganta. ¡Si he de desangrarme como gorrino en día de matanza, por lo menos regadme con vino!- ríe con frescura el muchacho.

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04/01/2010, 16:59
Alvaro del Monzón y Rodriguez

- Que sea dulce el vino y no agrio.- acompaño con una palmada en el hombro de Ambrosio esta frase - Los lances del acero son frecuentes en mi vida pero debemos mantener la calma. ¡Vayamos a ver a ese fraile para ponerlo al día! 

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04/01/2010, 22:25
Fray Juan de la Rosa

Vuestro destino se vuelve a cruzar con el destino de los beodos y nuevamente os dirigir a visitar el santuario de éstos. Esta vez más en busca de alguien que de algo para remojar el gaznate.

La fría noche se ve ahora acompañada de una fuerte descarga de lluvia decorada por instantes por rayos y truenos. Tan rápido como os pueden llevar vuestros pies os presentáis en la hostería del puente más rápido de lo pactado.

Solicitáis atención del fraile Juan. Os recibe en primera instancia pero antes de haceros pasar a la habitación os insta a esperar

Aún es pronto —dice sin siquiera miraros a los ojos.

La puerta se cierra delante de vuestras narices y sólo queda el recuerdo del ojeroso rostro del pater.

Cerca de una hora más tarde el tal fraile baja a buscaros al salón de la taberna asomando tras una cortina que cubre las escaleras de subida a las habitaciones. Entendéis el gesto y pronto estáis en la habitación donde hace poco el fraile estudiaba el diabólico libro. Éste descansa sobre un atril que se encuentra sobre la mesa donde descansa una palmatoria prácticamente consumida.

Y bien, ¿tienen alguna nueva? —dice intentando recuperar el alterado ritmo cardíaco.

Notas de juego

Volvemos!!!

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05/01/2010, 11:07
Alvaro del Monzón y Rodriguez

No puedo dejar de sentirme inquieto ante la presencia del libro. Espero a que mis compañeros hablen mal disimulando el escalofrío que me produce, tras los últimos encuentros, toda cosa que tenga relación con el príncipe de las tinieblas. Aparte de eso la actitud del fraile es cuanto menos sospechosa...

 

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05/01/2010, 11:27
Rodrigo de Rivas

Padre -comento en voz baja, como si las paredes escucharan, y preocupado- ¿cree que es aconsejable leer...eso en este sitio? ¿No estaría más seguro en alguna iglesia de nuestro Señor? Lo digo porque hoy hemos tenido un desagradable encuentro con Satán.

Me santiguo nada más decirlo con rápida y auténtica devoción.

O alguien que pretenedía parentar ser él, pues en cuanto percibió nuestra presencia huyó, ayudado de unos vulgares matasietes; pero no sin antes mostrarnos sus ojos, rojos y maléficos como él solo. Una visión muy turbadora, y más para alguien piadoso. Es posible que no fuere más que un hombre disfrazado del Daiblo, pero nunca se sabe.