Partida Rol por web

¿Quien eres? ¿Que persigues? ¿Como empezaste? Empieza a escribir tu historia, sólo tú la puedes contar.

¿Qué quién soy? Solo un producto de esta nefasta sociedad, solo un pedazo de alimento chatarra que la cultura actual ha masticado engullido y regurgitado. Tuve la suerte de criarme en el ambiente menos violento de toda la sociedad actual, pero cuando fui creciendo vi de primera mano lo que el porvenir trae consigo, las consecuencias de un mundo capitalista que solo muestra el lado bueno a su círculo de consumistas. Pero el lado oscuro está lleno de terrores. Hambre, enfermedades y la propia muerte son las cosas menos horrorizantes que se encuentran allí afuera. Hay zonas en las que el anarquismo se ha convertido en libertinaje y los hombres dan riendas sueltas a toda clase de actos atroces. Algunos con un objetivo, puede que más o menos justificables, pero muchos otros solo por mera diversión, y porque pueden.

Vi de primera mano toda esa realidad, y comprendí que era producto de las corporaciones que controlan las grandes ciudades.

¿Qué persigo? Busco derribar las bases de la sociedad actual. Echar por tierra todo lo construido hasta el momento. No creo que se pueda superar la situación actual de otra forma. Borrón y cuenta nueva. Pero debo asegurarme de que los humanos que construyamos la nueva sociedad pueden estar a la altura.

Por eso formo parte de esta organización. La creación de una raza superior, el “superhombre” como la llamaba Nieztche es la respuesta. Claro está que no todos en la organización comparten mis objetivos, pero ya me encargaré de ello.

Y por otra parte, sabemos que los niveles más bajos de la hermandad está lleno de escoria de la más violenta. Pero es solo el motor para llevar a cabo los designios mayores. Cuando nos hagamos cargo de los hilos del destino de este mundo, el paso siguiente será purgar a la propia organización.

¿Delirios de grandeza? Claro, pero por lo menos tengo algo por lo que vivir, no sé si puedo decir lo mismo sobre ti. Pero no te resignes, no todo está perdido. Yo mismo he empezado desde abajo. Reclutado gracias a mis dotes para meter las narices donde no me llaman, fui ascendiendo hasta llegar a ser una de las bases de la organización, gracias a mis habilidades.

Siendo más joven, podías ver el mundo tan padre como era, con todos sus defectos y nunca te explicaste como los demás lo obviaban, como lo toleraban. Intentaste convencerlos, pero eras una sola voz entre muchas.
Te gustaba escribir tus ensayos en la red, tus ideas nihilistas y algo perturbadas(según algunos usuarios que te leían) cuando, por primera vez, alguien que parecía merecer la pena te contestó, se interesó por tu punto de vista, no tenía foto, la información de su perfil era mínima y probablemente inventada al 100%.
La verdad es que el tipo debía de ser un universitario de psicología, licenciado en filosofía o alguna humanidad por que la forma en que hablaba te desarmaba por completo.
En uno de tus mensajes te reto
“Desde detrás de la pantalla no derribas nada." te provocó "Solo perpetuas el status quo, vives amparado por tus privilegios con que naciste y te enrocas en tus axiomas radicales que has encontrado en las opiniones de otros, y no entiendes su significado, deberías salir a buscar tu verdad en vez de propagar una que no entiendes y solo repites”
Escribiste una respuesta furiosa, pero estar detras de una pantalla te daba la posibilidad de rectificar y antes de que enviaras el segundo mensaje te llego una dirección y pudiste observar que el usuario al otro lado se había desconectado.
¿Que era aquello? Investigaste un poco, pero no había información actualizada de aquella dirección desde hacía varios años, y la zona estaba fuera del centro corporativo. La verdad es que era un reto en toda regla. Aquella noche tre rajaste, era tarde, no tenías en mente el salir de casa cuando te habías sentado al ordenador, no sabías donde te quería llevar y la zona no era segura ni la conocías.
Al día siguiente tuviste otro mensaje idéntico, sencillamente la misma dirección otra vez, y así todos los días de esa semana hasta el jueves, cuando se te acabaron las excusas para no ir, estabas más intrigado por ese personaje que por otra cosa ¿Como sería? Te imaginabas un intelectual, después te habías imaginado un viejo profesor, quizá uno de tus compañeros de facultad...
Solo ibas a dar una vuelta, echar un vistazo ¿Qué podía pasar? Ya te habían atracado antes y habías perdido el miedo, nadie se complicaba la vida si no les obligabas.
Fuiste sin saber que esperar, pero no estabas preparado para lo que encontraste. La dirección era la de un tugurio, dentro había mucha gente, música en vivo a todo trapo, mucha gente bebiendo smash(una bebida alcohólica, embotellada en algún lugar de la ciudad y distribuida por una banda local, los rumores decían que llevaba anti congelante), parecía el refugio de una banda. Había un corrillo donde un aspirante a dios sabe que se pavoneaba y un hombre alto, desgarbado, con aspecto de punkie de los 90 apareció con dos perros enormes con gaans de carne, los sujeto mientras ladraban, babeaban y amenazaban con soltarse de un tiron para lanzarse sobre el joven aspirante, este se achanto un poco y todos rieron.
Creiste que no lo iban a hacer, pero soltaron a los perros y los perros cumplieron esa promesa tacita que habían hecho. El joven lo paso mal mientras todos apostaban, reian bebían, indolentes a lo que allí pasaba. Al final le quitaron los perros de encima, no estaba precisamente sano, pero sin demasiados miramientos lo echaron por la puerta, o a lo que quedaba de él.
Creiste que habías acabado allí, ya está, esta gente esta mal del tarro, cuando te diste la vuelta encontraste muy cerca tuyo mirandote al tipo de los perros. Evidentemente acojonó.

“Nunca te había visto por aqui colega” te dijo con cierta agresividad en la mirada “La primera noche que vienes tienes que pelear” añadió, trataste de dicr algo para evitar la confrontación, pero todos se revolucionaron a tu alrededor y tu voz quedó ahogada por los presentes.

“¡¿Queréis ver como me machaca?!” Pregunto a los presentes, por alguan razón, aunque tu interlocutor no parecia muy fuerte, solo muy alto, la gente no creyo que eso fuera posible, que tu le machacases.

“Lock!! Si quieres echar abajo el status quo no te basta con tener ideas radicales, tienes que ir más alla ¡¡¡tienes que volverte loco!!!” Te lo dijo dando brincos como si de un boxeador se tratase. ¿Acaso era el tu usuario fantasma? ¿Como conocía tu cara? Te distrajiste y te dio un puñetazo en toda la nariz, uno rápido que te retumbo en la cabeza y notaste sangre bajando por tu nariz, trataste de defenderte y otro... y un tercero

La sonrisa de tu contrincante te tocaba los huevos, los primeros puñetazos que no te esperabas te habían enfadado y la gente rugia a tu alrededor pidoiendo que te matara. Nunca habías estado tan enfadado y te lanzaste como un animal, embistiendo. Te esquivó con facilidad y te diste un golpe contra una mesa, no perdiste el tiempo y más enfadado y más rabioso volviste a la carga. Le diste un par de golpes, no te dijaste muy bien donde, estabas literamente cegado de rabia. Pero otro golpe te echo para atrás, en la ceja, empezsaste a sangrar por ella y empezaste a ver mal....

“Vamos anarquista de salon, enseñame como vas a echar abajo la sociedad” te grito por encima del barullo a vuestro alrededor. No habías venido a ser humillado, así que cogiste un taburete y arremetiste contra el, se lo partiste encima, y luego le pateaste en el suelo. Aún así, lo encajo bien y se levanto como si nada, para tu sorpresa.

Estabas cansado, dolorido, la sangre te caia por una ceja molestandote para ver y veías que te iba a caer una paliza, pero tu contrincante empezo a saltar con las manos arriba celebrando algo, eufórico.

“¡¡Esta loco!!” Proclamo

Y todos parecieron relajar la actitud volver a sus asuntos para tu sorpresa, algunos rieron y cada cual a su tema.

Te tendio la mano, te brindo cerveza y se presento como Tyler, mientras te daba hielo para la ceja. “Sé que las palabras se te dan bien, he leído tus ensallos, pero necesitaba saber si tienes esa chispa quenecesitabos para la revolución” te dijo, no estabas de humor, pero le escuchaste por la situación, por que te había zurrado y no querías que lo volviera hacer, pero conforme hablaba y le ibas respondiendo, volvió ese usuario de la red que habías conocido, poco a poco te fuiste dando cuenta de que este tio si que quería llevar acabo todo aquello, que no quería anarquistas de salón(como el había dicho anteriormente) a su lado. Estaba lo bastante loco para intentarlo y tenías que estar algo loco para acompañarle en aquel viaje.

Habías empezado aquella conversación pensando, con miedo, que iba a ser una formalidad para que no siguiera la pelea; te ibas a ir por la puerta a la mínima oportunidad y te ibas a olvidar de aquella noche de mierda, pero acabaste quedándote más de lo que esperabas, si iba a haber una revolución tu querías estar, querías ser parte del cambio.

No solo no te fuiste sino que acabaste volviendo y volviendo y volviendo.... hasta que un día por fin te pidieron que fueras a la trastienda y te propusieron un desafío de verdad.

A medida que repetía sus visitas al antro de los Portadores era más difícil regresar a la claustrofóbica pecera en que se estaba transformando su día a día en el distrito universitario. El semestre se iba a convertir en una tragedia, se saltaba la mayoría de las clases. Esto era así bien por culpa de las resacas o bien simplemente porque al cruzar el umbral del neuro cubículo que tenía asignado para sus clases le asaltaba un sudor frío  y unas náuseas que sólo desaparecían refugiándose en el baño y vomitando hasta quedarse vacío y débil. Empezaba a ser un problema serio sentarse delante de la pantalla a seguir el programa.  Aquello era grave, esa semana tenía una importante entrevista del departamento de recursos humanos de Petrochem. Eran ellos los que pagaban sus facturas desde que había entrado en su programa de reclutamiento. Pertenecía a una familia de asalariados corporativos, vivían bien,  pero sus padres no se podían permitir pagar las tarifas de aquella universidad ni sufragar el resto de sus gastos. Hacía cuatro años había vendido su alma junto a su brillante expediente académico  al demonio corporativo de Petrochem y ellos velaban por sus inversiones. Sabía de otros que se habían descarriado. Los conocía porque habían vuelto al redil después de unas vacaciones a base de cócteles químicos y lavados de cerebro en un bonito resort de la corporación en la Bahamas. Lo llamaban spa motivacional, pero era un puto centro de re adoctrinamiento para empleados poco motivados. Desde  su llegada a la NCU él pertenecía al grupo de alumnos colaboradores del doctor Middelton, una eminencia de la arquitectura neuroquímica del cerebro neuromante. Investigaba las posibles alteraciones fisiológicas y psicológicas resultado de la cyberconexión y cómo controlarlas de manera ventajosa. Entre otras lindezas que realizaban como parte de sus estudios estaban implantando en recién nacidos modificaciones neuronales de cristal líquido. Estaban diseñadas par crecer sincrónicamente con el cuerpo del niño y potenciar su sinapsis nerviosa. Había pasado que algunos críos no se habían acoplado bien al cristal líquido colocado en sus cabezas y se habían convertido en seres balbuceantes. Otros desarrollaron cyberpsicosis en pocos meses. Desacoplamiento prematuro inexacto, así lo denominaba el profesor Middelton. Era difícil olvidar la imagen de un bebe de meses manifestando cyberpsicosis hasta llegar a comerse sus propios miembros. El profesor contemplaba aquello con la mirada de un entomólogo que arranca las alas a una mariposa para saber si éstas cambian de color al separarse del cuerpo. Era inhumano, frío y calculador, perfecto para su trabajo para la corporación. Pero él no era así, había pasado por todo aquello con una meta, acceder a la corporación. Ahora esa meta estaba borrosa como un charco de agua sucia, muy sucia. Estaba hecho una mierda miserable porque su cerebro estaba diciéndole: colega, yo llego hasta aquí, si quieres seguir por este camino tendrás que hacerlo sin mí. Y eso había hecho. En el campus era fácil conseguir drogas, había tiendas para las legales, pero lo que te podían ofrecer los voodoo boys eran palabras mayores. Él conocía a ReaggeBoy de algunas fiestas, un día en el comedor se le acercó. Te veo hecho una jodida piltrafa, niño bonito, tengo justo lo que tú necesita s- le dijo sonriendo bajo sus sucias rastas sintéticas. Y vaya si lo tenía, a un precio exorbitado, por supuesto. Pero el Hydrojet había cumplido su cometido, le había mantenido en juego unos meses, despierto como un zorro en un gallinero. Lo paradójico es que ahora le estaba devorando las neuronas y provocando efectos secundarios más jodidos que las náuseas y vómitos del jodido estrés por el que había empezado a tomarlo. ReaggeBoy lo estaba exprimiendo como a un limón sacado de un microondas  estrujado con ayuda de un tenedor. Cuando ya no tuvo créditos con que pagar las dosis empezó a sacar algunos fármacos del profesor Middelton para ellos, pero aquello era ya como jugar con dinamita… lo iban a pillar. En cuanto le pasaran el polígrafo durante la entrevista iban a descubrir que su chico bonito hacia agua por todos lados. No iba a licenciarse, estaba enganchado al hydro, robaba fármacos de la corporación y no creía en lo más mínimo que el proyecto en que trabaja para ellos fuese algo distinto a una forma de crear esclavos felices desde la cuna. Así que con todos esos problemas y comeduras de coco se había arrojado a los brazos de los delirios de grandeza de los Portadores. Tyler parecía un tipo listo, más que listo, tanto como para no creerse muchas de las mierdas que iba soltando, pero lo que a él le gustaba del tipo era que lo veía un ser libre. Y no una puta hormiga como el sistema había hecho de él. Joder, lo envidiaba con cada puta fibra de su cuerpo. Sería estupendo que el mundo cambiara, y que los elefantes que quedasen en el jodido zoo volasen, pero siendo franco lo creía improbable. Pero mandarlo todo a la mierda, a tomar por el mismísimo culo, parecía un camino asequible y directo a la libertad.  Un boleto directo a Villa Hago Lo Que Me Da La Gana y Que Os Den Por El Ano Si No Os Gusta, putos negreros. Así que sólo quedaba un paso por dar, tal como Tyler le había dicho: tienes que volverte loco. Por eso fue a llorar sobre su hombro, porque él podía cortar el cordón umbilical y sacarlo al mundo renacido entre alaridos. Y eso hizo, justo lo que Tyler le pidió.

Al día siguiente se citó con ReaggeBoy en una discoteca habitual de trapicheo, lo llevó a la parte trasera del local cuando no había nadie. Fingiendo que tenía nueva financiación para su pequeño problema se llevó la mano al bolsillo, pero en lugar de la cartera sacó una navaja y le asestó varias puñaladas en la garganta al sorprendido pandillero que un instante después se desangraba incapaz de gritar. Poco podía hacer salvo intentar detener la sangre que brotaba a borbotones con las cuerdas vocales seccionadas como las tenía. Tomó la pequeña arma de bajo calibre del propio camello, su creditcard, un par de dosis de hydro que encontró  y su computadora de bolsillo. Aprovechando el ruido de la música le descerrajó un disparo en la cara para poner fin a su agonía muda. Arrojó sobre el cuerpo del desgraciado una baraja de cartas para incriminar a la banda de los Tahúres Rojos, que intentaban meter cabeza en el mercado de drogas del distrito de la Universidad de NC. Fue al baño, se cambió la ropa manchada por la que había ocultado siguiendo al pie de la letra el plan trazado con ayuda de Tyler. Descargó los datos de los clientes de ReaggeBoy en su computadora de bolsillo y lo envió a la dirección que Tayler le había dado. Aquella era una buena y lucrativa lista para quien supiese sacarle partido. Se metió un Hydro a modo de premio anticipado y sin más demora pidió un taxi para volver a la NCU.  Sin embargo realizó una pequeña parada en el gran puente de NC. Solicitó bajar justo en el centro del puente durante unos minutos para ver el paisaje. Pidió un pitillo y lo encendió con el encendedor del taxista que lo añadió mecánicamente a su cuenta. Justo antes de entrar de vuelta al vehículo  arrojó  al agua todo lo sustraído de los bolsillos de ReaggeBoy, menos la dosis de Hydro que le quedaba. Se dirigió directamente al laboratorio usando el pase de su compañero de equipo de investigación,  que  había sustraído del bolsillo de la bata del ingenuo de Wilson dejada atrás durante la comida el día de antes. Tyler le había dicho que se encargaría del que el pobre empollón de Wilson sintiese unas ganas irrefrenables de suicidarse aquella noche saltando desde el ático de su bloque de cubículos una hora más tarde. Se detuvo en el cuarto de la limpieza de la misma planta del laboratorio y después de abrirlo con la inestimable ayuda de una papelera tomó prestadas un par de garrafas de amoniaco. Volvió a usar el pase de seguridad para entrar en la oficina de trabajo del equipo de investigación, envió los archivos de trabajo desde los ordenadores a otra dirección que Tyler le había dado. Petrochem mataría por semejante información sin miramientos. Descargó un programa de destrucción entrópica de sistemas lógicos desde su computadora de bolsillo a los ordenadores de la sala. Tyler le había dicho al dárselo que se iba a propagar como la pólvora por el sistema de la NCU antes de que lo lograsen detener, y que iba a ser jodidamente lindo su trabajo. Lo ejecutó con una sonrisa en los labios. Envió las grabaciones de los niños implantados abriéndose la cabeza a golpes contra los barrotes de sus cunas al canal 24 horas, en algunas de ellas era fácil ver el anagrama de Petrochem en los uniformes de las enfermeras. Cargó todos los fármacos experimentales en una mochila. Impregnó todo con el amoniaco y lanzando  por encima de su hombro, sin siquiera volverse a mirar dónde caía, una estupenda bengala traída ex profeso con ese fin prendió una bonita fogata. Saltaron las alarmas antiincendios, pero el programa de destrucción entrópica ya estaba haciendo de las suyas y por eso los aspersores no se dispararon. El fuego con ayuda de los químicos se propagaba de lo lindo por tanto material sintético barato. Escondió la mochila en el lugar acordado con Tyler donde el fuego no podría consumirla y ya la recuperaría alguien de confianza. Fue al lavabo, se refrescó la cara y salió del edificio por las salidas de emergencia fingiendo estar tan asustado y desvalido como el resto de universitarios que eran escupidos de la enorme construcción por las puertas iluminadas por luces de emergencia. Fue a su habitación en el bloque de la residencia, se metió el Hydro que le quedaba y durmió como un recién nacido.

Lo despertaron unos agentes y se lo llevaron a la comisaría. Allí un abogado de la corporación Petrochem apareció para defenderlo, no se había presentado a la entrevista con el departamento de recursos humanos esa mañana y rápidamente lo habían encontrado detenido. La policía estaba ocupada con un problema de bandas en el distrito universitario, al parecer los Woodoo boys estaban masacrando tahúres Rojos en cada esquina en que los encontraban. El detective que lo había mandado detener pensaba interrogarlo por el incendio en la universidad, pero Wilson había aparecido estampado en la acera con un montón de panfletos anarquistas en los bolsillos y dejando una larga nota de suicidio describiendo con todo lujo de detalles sus planes de destrucción del aberrante experimento en que estaba envuelto. No había grabaciones de él en la universidad esa noche porque el virus entrópico inoculado por el anarquista había borrado todas las grabaciones de seguridad. Petrochem estaba intentando convertir las noticias de su implicación en los experimentos con niños en rumores inventados por un terrorista desquiciado suicida resentido con la corporación, un tal Wilson, que no era ni americano… lo último que quería la corporación era que él resultase implicado y saliese el nombre del profesor Middelton a la luz. Así que en unas horas y con algo de papeleo estaba en la calle. Dedicó una semana a perfeccionar su interpretación de un cuadro depresivo extremo y confesó al psiquiatra de la corporación su adicción al hydro. Esto supuso su expulsión inmediata del programa de caza de talentos de Petrochem, pero una cláusula de su contrato le obligaba a someterse a un borrado de memoria selectiva de cualquier información relevante de la corporación susceptible de ser vendida o comercializada en contra de los intereses de la misma. Aceptó someterse a la intervención después de despedirse de su familia, no se podía asegurar que el borrado saliese todo lo bien deseado, ni que realmente fuese selectivo. La corporación fijó una fecha para la intervención. Tyler se encargó de encontrar a alguien lo suficientemente tarado para presentarse en la clínica fingiendo que era él. Los datos metrobiológicos habían sido convenientemente hackeados y la farsa coló suavemente por los resquicios del sistema. Libre de las garras de Petrochem, dado por vegetal andante, y sin un crédito en la cuenta, Lock lo tenía todo listo para abrazar la causa de los Portadores. ¿Acaso había otra cosa que pudiera hacer?

Estabas en un bar, disfrutando de tus recién adquirida libertad, cuando al pedir otra cerveza pusieron varios vasos de chupito helados y una botella de vodka congelada delante de ti. Levantaste la vista de la barra al tiempo que volvías de tus pensamientos para encontrarte a Tyler.
Estas loco te dijo con una sonrisa de autosuficiencia. Cabreas a dos bandas jodes al pobre Wilson y le haces una peineta a una multinacional. dijo en voz alta. Por un momento te dio pánico, levantaste la cabeza para ver si alguien os había escuchado pero a tus lados estaban Lizzie y Bones, dos colegas de Tyler.
Bones era alto, musculoso y guapo, un gigante nórdico, te palmeo el hombro, en plan simpático. Lizzie era pequeña, delgada, y sería guapa si alguien no le hubiera rajado un lado de la cara de arriba a abajo, ella te devolvió una mirada hostil, aunque siempre que la habías visto habías optado por mantenerte alejado, siempre parecía cabreada.
En el resto del local había mas miembros de la banda. Y habían ido desplazando poco a poco a los que estaban antes que ellos. Habían tomado el local.
Mientras mirabas alrededor Tyler sirvió 4 chupitos y los repartió.
Pobre wilson, pensé que te ibas a rajar, que lo íbamos a hacer para nada.... Pero tienes pelotas. ¿Tu que dices Lizzie, tiene pelotas? pregunto socarrón

Eso solo lo hice una vez.... ¿Quieres dejarlo ya? le dijo bastante arisca a Tyler No voy a agarrar de los huevos a cualquiera que digas que tiene pelotas para que los puedas intimidar, haz tu trabajo, capullo Le espetó sin florituras.
Bones al margen de aquello le rió el comentario abiertamente.
Además el chaval ha cumplido. te empujo tu hombro con el suyo Si, que está loco; lo reconozco, me equivocaba con él junto con estas palabras paso un billete de 1000 por la barra(por delante de ti) a Bones, quien lo recogió sonriente.

Tyler se carcajeó también ante las formas ariscas de Lizzie
Le caes bien, menuda sorpresa. se sorprendió Tyler sacándole la lengua a Lizzie, y moviéndola de forma obscena, quien le respondió con una peineta ¿Entonces estás dentro, no? te preguntó de golpe Por que si has hecho todo esto y ahora te vas por libre, te monto un club de fans. te reconoció Tyler.
Te volvió a servir otro chupito, como si de un contrato se tratara; no estabas seguro si el se había bebido el suyo. El alcohol entraba frío y al segundo los vahos del alcohol se dejaban notar en tu garganta.
Si te quedas vamos a tener que arreglar cuentas con los vodoo y los tahures, igual es una oportunidad dijo pensativo.
Después una televisión en mute llamó vuestra atención, las imagines de los niños o sujetos de prueba estaba en las noticias.... todos guardasteis un silencio reverencial, proporcional al orgullo que sentíais por haber detenido esa atrocidad y proporcional también a el asco que os daban aquellas prácticas. Tyler apuro su chupito mientras miraba aquello, había rabia en sus ojos.

Te acabaste mudando con ellos al poco tiempo, era la opción más barata y la más coherente, no habías montado todo aquello, como había dicho Tyler para ir por libre. No volviste a tener movida en un tiempo, fiestas, ruido, algunas que otro chanchullo menor; Tyler insistió en este periodo de tiempo que no fueses sólo por la calle, que los tahures o los vodoo eran pandilleros, que acabarían sabiendo de ti o encontrarían raras algunas cosas y vendrían a apretarte las tuercas, su suspicacia te hizo suponer que habían hecho preguntas "nada de lo que preocuparse" dijo Tyler desestimando tus preocupaciones.
Lizzie y Bones fueron tus cuidadores ese tiempo, uno de ellos al menos siempre estaba contigo. Tyler y ellos dos parecían hermanos, había otro rollo que no había con el resto de la banda, y estar con ellos hizo que cogieras cierta familiaridad con ellos 3.
Bones era el mas distante, era simpatico, un colega, u buen hombre ed ala para ligar, para echarse unas risas, pero no te dejaba acercarte a el plano de lo realmente personal, se guardaba sus cosas.
Lizzie pareciendo la más arisca acabó siendo la que mas se abría a ti (tenía malas pulgas y era violenta, pero te trataba como a un amigo, así te enteraste que había sobrevivido hacía años a un ataque de los cuchillas sangrientas, ellos le habían dejado así, ella los había dejado peor)y Tyler...
Tyler era un tío ocupado, todos los días tenía show; él lo decía así; dirigir todo aquello parecía agotador, pero algo no te acababa de encajar, aquella banda no parecía tan grande; algo más tenía que estar pasando detrás de aquel telón.
No habías quemado todos los puentes tras de ti para quedarte entre bastidores, si no te decían lo que pasaba te incluirías tu mismo.

Lizzie era dura como el asfalto. Era tan dura que los tipos se apartaban a su paso como si una especie de aura de energía invisible los empujase proyectando una fuerza que los separase un metro de ella sólo con pestañear.

Desde que Lock la vio por primera vez supo que aquella mujer estaba hecha de un material muy especial. Como ocurriría con una aleación, había sucedido en ella una especie de transformación interna. Probablemente como resultado de agentes externos muy agresivos, tan agresivos como una cuchilla sangrienta. No  había duda de que alguien que sobrevive a un asalto de esos pirados de las cuchillas sangrientas tiene que estar hecho de otra pasta o tener más suerte que una pata de conejo del tamaño de California. Pero en el caso de Lizzie el resultado había sido una galvanización hasta la dureza del adamantium. Cuando Lock se paseaba al lado de ella se sentía como si llevase un chaleco de kevlar puesto.

Los primeros días Lock encontraba complicado evitar fijar sus ojos en aquella cicatriz que le cruzaba el rostro. Al contrario de lo que parecería lógico aquella enorme laceración no le parecía algo horrendo ni que hubiese que esconder. Aquellas marcas atrapaban su mirada como un imán, lo que al principio le hacía temer que ella se lo tomase a mal. Lock se preguntaba qué pensaría ella al respecto de la cicatriz. Podía suponer que la mostraba porque lo quería así. Pensó que si ella no se había hecho una modificación estética para hacerla desaparecer era porque la lucía con orgullo. En el momento que dejó de intentar disimular sus miradas hacia la cicatriz, ella pareció relajarse mucho más en su compañía. Sin embargo nunca le preguntó por la historia de esa cicatriz. Podía imaginar que otro tipo de  cicatrices que no se pueden borrar con cirugía tenían el mismo origen y podían no estar cerradas por completo. Lock sentía que había que respetar ese espacio hacia el interior de ella como todos los demás sentían que había que respetar el espacio alrededor de ella.

Lizzie, a pesar de esa imagen de témpano,  resultó ser una compañía muy grata. Lock venía de un mundo muy diferente al que ahora pretendía pertenecer, más que un guardaespaldas necesitaba con urgencia una profesora. Una profesora particular en el lado salvaje de la vida. Y eso fue en gran medida Lizzie para Lock. Fueron idea suya los tatuajes y el cambio de peinado, y por supuesto de estilo de ropa. Le mostró a qué lugares ir, la gente de la banda más de fiar, los territorios que evitar... Le explicó cómo funcionaba todo, y pagó la mayoría de las cosas que Lock necesitaba.

Precisamente ella fue la que empezó a llamarlo cariñosamente Shinyboy, lo decía porque le gustaba bromear con la idea de que estaba sacando brillo a Lock con sus consejos. Bones adquirió la misma costumbre inicialmente como burla, así que ese mote se quedó de forma permanente tan rápidamente como había llegado.

Lock intuía que su papel para los portadores iba a ser tener un pie a cada lado de la ciudad, uno en el lado corporativo y otro en el lado salvaje de las calles. Precisamente por eso no se dejó convencer de tatuarse partes difíciles de ocultar de su cuerpo. Si pensaba ser capaz de desaparecer cuando lo considerase oportuno una marca distintiva como la cicatriz de Lizzie era impensable.

Lock pensaba que había una cosa de la que los Portadores carecían y que necesitarían, alguien a quien enviar al otro lado y que no llamase la atención como una mosca en mitad de un tazón de leche. Algunas veces pensaba que esa había sido la razón por la que Tayler lo contactó en un primer momento. No se engañaba, Tayler no era la clase de tipos que se sienta delante de una pantalla a pasar el rato. Si en un principio lo contactó tenía que tener una idea clara del papel que quería para él en su organización.  Tenía mucho músculo a su disposición, pero de poco sirve mucha fuerza sin control, y eso bien lo sabían las corporaciones. Pero no podía saber lo que realmente pasaba por la cabeza de su nuevo jefe. Cuando intentaba adivinarlo terminaba con jaqueca y muy frustrado.

Una cosa tenía clara, no pensaba confiar en nadie con la inocencia de un corderito. Y Lizzie bien podía estar fingiendo todos aquellos cuidados por encargo de Tyler. El Lock de antes quizá se hubiese fiado de la nueva amistad que le brindaban sin pensar que había gato encerrado, pero el nuevo Lock simplemente era incapaz.

Como primera medida se las apañó para guardar uno de aquellos vasos de chupitos que últimamente tanto usaban en sus encuentros. Ahora era impensable pasar un rato por la sede del club sin meterse unos cuantos en el cuerpo, así que fue fácil distraer un par de ellos, después de una ronda. Uno de Lizzie y otro de Bones. El bueno de Bones, eran tan buena gente que Lock se sentía como un hijo de puta por dudar de él. Pero lo cierto es que no sabía nada de ellos, por muy amigos que parecieran ser ahora hace unas semanas no sabía ni de su existencia. Pensó que si averiguaba algo de ellos a través de sus fichas policiales o archivos gubernamentales sería algo por lo que empezar, al menos sabría si le mentían cuando finalmente le confiaran algún dato relevante de sus vidas.

Lock no era un genio de las computadoras, pero conocía algunos de la NCU. Sabía de un brillante estudiante que había sido expulsado por manipular la base de datos de notas de la NCU,  a cambio de una buena mordida. Al final lo habían pillado por un chivatazo porque el tipo entraba y salía de las bases de datos meándose en la cara de todos los programas de protección que se ponían por delante. Ahora trabajaba por libre, pero se movía por los mismos ambientes. No sería difícil localizarlo, el problema sería pagarle. Pero Lock tenía esperanzas en poder convencerle de alguna manera.

Por eso, la mañana que Bones y Lizzie le dijeron que estaban ocupados y no se verían hasta la tarde, pidió un taxi y se plantó en la NCU.  Aún tenía antiguos colegas que seguían trabajando en los laboratorios por lo que no sería difícil sacar muestras de ADN de los vasos. Pasarle los datos al hacker y ver qué podía hacer con ellos. Le diría que según lo que encontrara hablarían de un precio. Así se aseguraría de que trabajaba en el asunto aunque no le pagase por adelantado. Si daba con algo, esperaba tener tiempo de reunir unos créditos o inventar algo. Tampoco tenía mucho tiempo para todo aquello y no quería levantar las sospechas de los suyos. Una vez decidido que ese era el mejor plan que podía idear en tales circunstancias, lo ejecutó en esa misma mañana como quien lanza la caña con el cebo al mar esperando a ver si pica algo.

Una vez puesto todo en marcha se reunió con sus dos nuevos amigos y se comportó como siempre. Se sorprendió de lo fácil que le resultó hacer como si nada. Mientras la llamada del hacker se producía o no, Lock se entregó por completo a su tarea de ser un prometedor miembro de los Portadores porque ¿acaso no lo era?

Pasaba el tiempo y no acababa de llegar tu informe sobre esta gente, no sabías que esperar, encontrarías el típico historial de violencia callejera o eso imaginabas, al menos. Cuando sin venir a cuento un día Bones se sentó a tu lado e hizo un gesto a todos los demás para que se fueran, como era habitual, todos se marcharon perdiendo el culo.
¿Que te crees que estas haciendo? te pregunto sin miramientos. En serio, creías que esto no iba a pasar ¿Shinny? ¿Que esta conversación no iba a llegar? te dijo mirándote fijamente y mortalmente serio.
Era un tio enorme y siempre habías estado de guasa con él, ahora que parecía encabronado contigo te das cuenta de su envergadura y te preguntas por que le llamarían Bones, Lizzie te había contado por si misma toda su historia pero Bones no, seguro que al igual que la de Lizzie no había sido una historia agradable.
Mira, esto te lo digo también por tu bien, como no estes al 100% con esto vas a salir mal parado. tu mente vagaba por los distintos escenarios en que l situación podía acabar y Bones lo notó, chasqueó los dedos delante de tu cara para recuperar tu atención. Céntrate y escucha(seré directo para que no te pierdas, universitario). No sé que rollo te traes con Lizzie, pero sea cual sea, si le haces daño de cualquier manera te juro que te voy a doblar hasta que cojas en esa caja y después te tirare a reciclar, lo peor de todo es que cuando yo acabe contigo lo que te hará ella me hará parecer una masajista tailandesa. Así que más te vale contestarme ¿Que quieres de este royo que te traes con ella, shinny?
Tardaste un segundo más en procesar de lo que hablaba y tu corazón que se había detenido volvió a su ritmo habitual, estabas sudando, maldición, habías estado a punto de confesar.
Tío, no quiero que acabes como otros mamones que han ido por donde vas tú pensando que era una tía fácil, herida, de la que aprovecharse. Por eso quiero saber que no vas en esa onda. No te asustes... si tel o digo es por que en el fondo me caes bien, no entiendo por que has salido de la universidad para acabar en este agujero pero me caes bien, en serio... Bones había detectado que te habías asustado pero había mal interpretado la situación y había levantado el pie del acelerador.... ahora te tocaba escurrir el bulto.

Tío esas muestras que me has mandado deben estar corrompidas, detecto tu muestra de ADN, pero la de los demás tíos, me dijiste que eran 3, pues o son gemelos o solo detecto una que, por cierto, no está en el sistema.¿Seguro que cogiste bien las muestras? No vuelvas hacerme perder el tiempo, cada vez que hago esto me pueden pillar.

Lock se quedó petrificado al oír aquellas palabras como si una tarántula negra le estuviese trepando por el brazo. El ritmo cardíaco se le disparó. Su instinto luchaba por recuperar el control y encontrar la salida más rápida, la excusa perfecta. Había visto lo que las manazas de Bones podían hacer con los huesos de un hombre que no le resultase simpático. ¿Cómo coño se había enterado de  sus pesquisas? ¿Acaso Bones podía leer su mente? Cuando aquel mastodonte que era Bones se había sentado a su lado casi lo sorprende in fraganti leyendo el mensaje del loco de Harrys en su computadora de bolsillo.

Era un puto galimatías. ¿Muestras corruptas? ¿un solo patrón genético? ¿Qué mierdas estaba diciendo el muy hijo de puta?¿Clones? Imposible, ¿acaso aquellos tres eran familia? Pero eso tampoco explicaba aquellos resultados confusos. Algo se le estaba escapando, algo tan grande como el cráter de una jodida explosión nuclear. Y justo en ese instante aparece Bones con la historia de qué se estaba creyendo que hacía. Le iba a dar un puto infarto, joder. Tuvo que controlar cada puta fibra nerviosa de su cuerpo para no salir por patas cagando leches. Se quedó inmóvil como una maldita estatua de cera.

Cuando Bones se explicó un poco más el cielo se abrió y bajaron putos ángeles tocando la lira. Casi se parte de la risa, pero a pesar de los nervios se contuvo. Bones estaba muy serio y  grave al tocar el tema de Lizzie. Estaba claro que era un tema que no daba lugar a bromas. Bones protegiendo a la damita de hierro, era paradójico. ¿Protegiéndola de él? No, lo que realmente parecía aquello era  ridículo, especialmente dadas las circunstancias. ¿Celos? Sin embargo, no eran celos lo que Lock percibía a través de aquella advertencia. Era una especie de paternalismo que no le gustaba del todo.

Mira tío, voy a ser tan sincero contigo como lo has sido tú conmigo. Ya debes saber que he confiado mi vida en vuestras manos, las tuyas y las de Lizzie,  así que me alegra saber que te caigo bien. – una mano de Bones casi podía agarrarle la puta cara y estamparlo en la mesa, ¡como para no alegrarse de caerle bien! - No sé lo que te habrá contado Tyler, pero “este agujero”, como lo has llamado,  es el puto paraíso para mí. El mundo al que yo pertenecía me iba a volver loco, me estaba jodiendo la puta cabeza. Entiéndeme bien, no me tomes a broma. Decir que estaba con el agua al cuello es quedarse corto. Estaba tirado en medio de un jodido estanque de tiburones con una puta roca atada a los huevos. Por eso puedes estar seguro de que vas a toparte en esta banda con muy poca gente más comprometida que yo. – Lock miró fijamente los ojos del gigante ario que tenía delante. – Ahora que hemos aclarado esto, vamos a hablar de Lizzie, si es lo que quieres.

Después de apurar de un trago la cerveza que estaba bebiendo,  con gran efectismo aprovechando el movimiento para deslizar en su ropa el computador de bolsillo sin llamar la atención, continúa hablando. Ahora ya está más tranquilo,  está claro que Bones no sospecha nada de sus asuntos, continúa en tono conciliador.- Bones, colega, no me esperaba de ti que pensases eso de mí. Por un lado me alegra saber que te preocupas por Lizzie. Pero por otro, tío, me hundes en la miseria sabiendo que puedas creer que yo jugaría con Lizzie. Ahora sois como mis putos hermanos mayores. ¿Qué clase de pervertido de mierda puedes pensar que soy?¿Crees que jodería a mi propia hermana? Hermandad, tío, hablo de puta hermandad. Eso es sagrado. Lo es para mí. Así que sácate esos pájaros de la cabeza y escúchame bien con esas orejas tuyas. Sois mis putos hermanos, mataría por vosotros. No por cualquiera, por vosotros dos, por ti y por ella.

Lock ha ido sintiendo cómo Shinny ha ido apartando a la cuneta al universitario y tomando el control. Ya le ha pasado alguna vez desde que le abrió el cuello a Reaggeboy y su sangre empapó sus dedos con aquel tacto cálido y viscoso. Es como un mr. Hyde que se come a Jeckyll… Shinny se come a Lock. Ahora no está asustado, y las palabras salen de sus labios con seguridad en sí mismo.- Bones, tío, ya te he explicado que sois mis hermanos, lo que haría por vosotros. Pero, hermano, no vuelvas a amenazarme, ni en broma. Hay algo en mí, Bones, algo que crece y a veces toma el control. Y es feo… es feo y está jodidamente cabreado. Te quiero, hermano, pero no vuelvas a llamar a esa puerta, a no ser que estés dispuesto a arriesgarte a que te abra quien no esperas. – Shinny sonríe a Bones.- No tienes que preocuparte por nada, Lizzie es la última persona sobre la faz de la tierra a quien haría daño por nada del mundo. Tienes mi palabra, si te vale de algo.

Lock hace un gesto para que acerquen otro par de birras.- Ahora  que hemos aclarado esto yo también me siento mejor. Me alegro que sacaras el tema y lo hablásemos. También hay una cosa que me ha rondado la cabeza estos días. Bones, es el momento, me siento preparado, quiero saber más de esta banda, quiero estar dentro. Habla con Tyler, confío en que te escuche. Quiero ser un Portador de pleno derecho. No me importa la prueba que haya que pasar, estoy listo. Quiero subir de nivel, Bones, ¿me ayudarás? Piénsalo. Ahí llegan las birras, ahora relajémonos. Luego, si estás de humor vuelve a explicarme lo de cómo patear a un tío para que no se levante después de un buen directo a los morros, creo que no lo tengo tan claro como tú…

Bones te miro mientras hablabas y hablabas en silencio, frio como el hielo. Una vez después de soltar todo tu rollo y quedarte agusto solo entonces volvió a hablar.
Por partes: dijo apartando las dos cervezas a un lado
Ahora te toca escuchar: Acabas de llegar y todavía no lo sabes, pero Lizzie no necesita que la protejan, el consejo y la protección es para ti. Y me creo que tienes algo entre las piernas y no querría que eso pensara por ti, lo has entendido, o eso parece, asunto finalizado. No parecía más calmado.
Sé donde te encontramos, te vigilamos durante meses antes de contactarte, nadie entra en la NCU a ciegas para que un puto dron nos pegue un tiro a traición solo por pasear por esas bonitas avenidas llenas de olivos. No hace faltra que me lo cuentes. Ahora te miraba fijamente con una severidad inusitada hasta hoy.
Yo no amenazo a nadie. Igual que te doy consejos en otros aspectos, esto, es otro consejo. Además, no recuerdo tener que haber amenazado a nadie en mi vida. te ceriste esto, con machacar a algun gilipoyas podría poner a los otros en su sitio sin decir nada. Y no era de los habladores.
No soy la secretaria de Tyler, habla con el cuando le pilles por aqui, pero te diré una cosa, mientras te sigas metiendo mierda, tu credibilidad no crece. Y cuando te quites de encima toda ese veneno que te estas metiendo dentro si sigues teniendo ese demonio dentro de ti, te buscaré a alguien con quien practicar ese movimiento y con quien quitarte esa necesidad de violencia que dices que tienes. Pero no creo que Tyler se fijara en ti la primera vez opr tu talento para pelear.
Volvió a poner las cervezas entre vosotros.

- Joder, Bones. Tienes razón. No tenía derecho a hablarte así, ahora lo entiendo. No sé que me ha pasado . Me lo he tomado a la tremenda, lo siento.  Os esforzaís en cuidar de mí, os lo agradezco. No es tan fácil como pudieras creer dejar el hydro. Creo que estoy tomando sólo lo imprescindible. Pero eso es lo que diría cualquier puto yonki miserable. Ya sé que lo mío no es repartir leña, ¿pero qué coño es lo mío? - Lock pone cara de culpabilidad.

- Hagamos un trato, yo voy a intentar dejar el hydro lo antes posible, pero tú deja de tratarme como una princesita virginal. Ya sé... no tengo ni puta idea... tengo media hostia, pero no soy un puto inútil. Podéis enseñarme lo necesario. Y... Bones, lo que he dicho era en serio. Sois mis hermanos, es lo que siento. No pretendía ofenderte.

Lock se esfuerza en reconstruir el puente que creer haber cortado con sus palabras entre Bones y él. Pero no está seguro de que sea algo simple, no está seguro de que sea algo posible. Tampoco está seguro de que su estado nervioso sea culpa del hydro... realmente siente que Shinny está ahí, observando desde fuera y esperando su momento. Pero claro, eso no piensa decírselo a nadie. Y cuando lleva la botella a sus labios no puede evitar pensar si se cree sus propias palabras. No sabe nada de ellos, le tratan bien, le cuidan, pero no sabe quienes son... lo poco que sabe está en un mensaje y no tiene sentido.  De repente todo le parece humo.

Te miró durante un momento, en silencio, el gris de sus ojos te penetraba hasta la nuca.
Algun talento tendrás, no cualquier yonki jode a una corporación como has hecho tú te concedió Pero si no quieres que te trate como una princesita comenzó a decir pausadamente No te disculpes como una nenaza. Concluyó empezando a reírse, se reía de la cara que estabas poniendo, evidentemente.Bebe y calla dijo mientras reía, su sonrisa era contagiosa y mientras tú te reías con él, de ti mismo, te diste cuenta de que el carisma de Bones te podía hundir más rápido que sus puños y te preguntaste por que no era él, el jefe de la banda.

Aunque le quitaba hierro al asunto, a lo largo de esa tarde y de las siguientes notaste que Bones ya no estaba tan relajado contigo como antes. Seguía siendo cordial, amistoso incluso, con un royo de colega y alguien que siempre aportaba un buen rato y ayuda para casi cualquier situación; seguía siendo un colega, pero habías conseguido que te tratase como trataba a todos los demás de la banda, con la precaución suficiente como para sacar su pipa y vaciar el cargador sobre cualquiera.

No eras tonto, y comenzaste a notar que Lizzie, Tyler y otros tenían la misma actitud que Bones hacia la morralla general de la banda. Tyler rara vez bebía, Lizzie solo bebía con Tyler o Bones, y Bones, de los 3 era el que mas se codeaba con los integrantes mas llanos del movimiento, pero siempre conservando la distancia con sumo cuidado y una habilidad envidiable para disimular esa distancia.
Había otros que destacaban en la banda. Un viejo carcamal llamado Forst (parecía un oficial del ejercito retirado y en ocasiones cuando habría la boca un viejo cabrón con el que mejor no cruzarse), una jovencita recién llegada que le daba a la guitarra y tenía a todos entusiasmados con ella, que se llamaba Tayra, tú mismo, también parecías otra excepción a la norma, te diste cuenta que todos hablaban de ti, como esperando algo, a veces te agobiaba "baila mono baila" parecían decir sus expresiones de idiotas. Era como si no encajaras, ni tu ni nadie de relevancia en aquella banda. Pero de todos los que he escrito en este párrafo, tu eras el que menos relación tenía con el jefe de la banda de lejos, aunque siempre lo sentías cerca observándote.
Al margen de los ya nombrados hasta aquí había otros, que se dedicaban a ir y venir entre bambalinas, que no se detenían en el escenario, los identificaste como los sicarios de verdad, la mano de obra, el resto de la banda empezaba a parecerte atrezzo

Aquella conversación con Bones había tenido sus consecuencias. Para empezar había cambiado la percepción de Lock respecto aquel hombre. Al principio pensó que se trataba de músculo al servicio de Tayler, pero ahora le parecía tan evidente que había mucho más como para sentirse idiota por su primera impresión sobre él. Cuanto más lo observaba más se daba cuenta de que Bones no era un peón. Al menos había confirmado que había un plan pensado para él. Esto no era tranquilizador, pero marcaba un punto de inflexión. No estaba allí porque sí, su presencia allí obedecía a un objetivo. Lo malo era que no tenía ni idea de qué se trataba. 

Lock seguía dándole vueltas en su cabeza al fiasco del ADN. Aquello no tenía sentido para él. El resultado sumía a aquellos tres individuos en una halo de misterio casi novelesco. Era inquietante. Al parecer ellos lo sabían todo de él. Pero él no sabía nada de ellos... Y eso no sólo le preocupaba, sino que le molestaba.

A Lock no le iba el rollo de compadreo falso que empezaba a vislumbrar. ¿Qué sentido tenía todo ese numerito de pandilleros cuando parecía que había dos ligas muy distintas dentro de la banda?¿Qué coño querían los Portadores? Y sobre todo, ¿Qué cojones querían de él?

Aunque lo había prometido no se decidía a pasar del todo del hydro. Había demasiados gatos peleando en la azotea de su cabeza como para no necesitar algo de paz interior de vez en cuando. Pero lo hacía con discreción, así que pensaba que quizá no lo supiesen.

De cara a la galería seguía el juego de Bones y Lizzie. Se comportaba como ellos le decían e intentaba parecer uno más. Al parecer había otros como él que parecían recién llegados a la banda y que encajaban con menos facilidad que el pandillero medio. Frost parecía un hueso duro de roer, por ahora. Lock pensó que tal vez esa chica de la guitarra, la tal Tayra pudiese saber algo más que él de los tres cabecillas, de los planes de la banda o quién sabe qué más.

Pensó, además, que sería fácil de enterarse cuando actuaba la chica. Pasarse por el concierto y con la excusa de felicitarla por su talento invitarla a beber algo. No pensaba interrogarla ni tirarse al lodo como sería plantearle sus cuitas de buenas a primeras. Pero una charla amistosa le permitiría sondear el terreno y ver si más adelante había posibilidad de obtener información. Por lo pronto los dos eran nuevos en la banda, eso podía ser un buen punto de aproximación.

En uno de los ratos que pasaba con Lizzie, justo antes de despedirse se atrevió a dejar caer el asunto.  Quizá fuese poco inteligente alertar a Lizzie de lo que le pasaba por la cabeza, pero lo cierto es que eran ella y Bones los únicos con los que tenía confianza como para tratar el tema. Y de paso quizá Lizzie le diera su opnión de la chica. 

- Lizzie, he escuchado que hay una chica que toca de la banda que es dinamita pura. ¿La conoces? Seguro que sí, vaya tontería te he preguntado... Lo que quería saber es que opinas de ella... ya sabes.

Lizzie estaba de buen humor ese día y estaba distraída, vuestra conversación saltaba de un tema a otro. Cuando sacaste el tema notaste que la atencion de Lizzie aterrizó de golpe.
A veces pasa, Tyler atrae a alguna gatita al redil, no durará, se marchará solita cuando discuta por primera vez con Tyler. Ya ha pasado, y volver´´a a pasar. Esto no es para todos...¿Verdad? dijo con cara de cierto disgusto. ¿Aquello eran celos? ¿Desprecio por los turistas? ¿O sencillamente enemistad entre mujeres?
Pero si la quieres conocer se llama Tayra va y viene habitualmente. No te debería ser dificil; Luego te miró divertida. ¿O es que ya la has visto y te gusta?

Joder Lizzie, no te rías de mí. Nisiquiera he visto a la chica. Además bastantes problemas tengo como para complicarme más la vida. Hace tanto que no echo un polvo que quizá sea lo que necesite, pero para eso no necesito cortejar a nadie, sólo necesito un buen puñado de créditos.

Estaba pensando en ir a una actuación de ella. ¿Por qué no vienes conmigo? Así no me sentiré un puto bicho raro. Lock estaba un poco confuso con Lizzie, cuando estaba con ella no era raro que se sintiese cómodo y olvidara todas sus comeduras de tarro. Tenía que esforzarse en recordar que no se podía fiar de ella, y que probablemente ella no confiase en él. Le hubiese gustado saber cómo hacer para que ella supiese que era de fiar. Pero no sabía cómo hacerlo ni le daba ninguna pista al respecto. 

¿Dices que es la chica de Tyler? Entonces yo no soy su tipo, puedes estar tranquila. -le dice Lock guiñando exageradamente un ojo- O no, si tenías esperanzas de que se la sacase de encima al jefe. Lock presta atención a los ojos de ella por si aparece la sombra de los celos. Quizá sea su imaginación pero antes eso le pareció apreciar en el tono de sus palabras.

¿qué me dices?¿ te animas a mover el esqueleto? Lock ensaya unos pasos de baile cómicos... ¿hay más nuevos reclutas de interés? Empiezo a tener complejo de niño burbuja. Quizá sea hora de socializar un poco. Acepto recomendaciones, si las tienes.