Partida Rol por web

El camino del genio no es fácil, y el destino de un hombre que persigue fines superiores es exigente.
Donde comenzó la andadura de Markus? Que baches encontró? como llego hasta donde está y que va a hacer en adelante?

Los buenos tiempos

Así los llaman ahora, aunque por aquel entonces a nadie le parecían tan buenos. Un joven Markus entraba por entonces en la facultad, dispuesto a comenzar sus estudios en Ingeniería Biomédica. Inocente, de buena familia, con dinero para pagarle una plaza en la mejor universidad de Night City. Markus pronto se sintió como en casa. Era un buen alumno, inteligente, rápido, de manos ágiles. Eficaz tanto en el cálculo como pipeta en mano, prometía ser de los mejores de su promoción. No decepcionó a nadie. Al menos en ese sentido.

Sus primeros coqueteos con la Ideología comenzaron en el tercer año de carrera. Grupos de reunión clandestinos se formaban en aulas abiertas a altas horas de la noche, cuando las clases ya habían terminado, y nadie vigilaba ya los pasillos. De algún modo, aquellos rebeldes abrían las puertas y se colaban allí. Markus encontró uno de estos grupos por casualidad, y pronto se interesó por sus ideas. Eugenesia, superioridad racial a través de la selección genética. Él mismo había pensado muchas veces en aquello, y en las reuniones introdujo muchas ideas novedosas, como la posibilidad de modificar a un individuo con tecnología moderna sin alterar su esencia. Aquellas ideas eran rechazadas por muchos, pero atrajeron el interés de un intelectual que pronto le tomó como pupilo.

El doctor Hermann Feindsland era un hombre brillante. De origen alemán, catedrático de la universidad, gozaba de gran reputación debido a sus investigaciones en el área de la genética. Tomó a Markus como estudiante antes de que este hubiese terminado la carrera. Markus aprendió muchísimo bajo la tutela de Feindsland. Las ideas, por otra parte, quedaban para las conversaciones privadas. La teoría era apasionante, pero Markus no sabía que pronto se pasaría a la práctica.

El doctor Herman siempre fue un gran mentor, pues conseguía dirigir a la gente hacia las ideas antes de que ellas se dieran cuenta del camino por el que los estaba llevando, lo viste hacer con mucha gente, pero tras dejar de ser guiados por el doctor, la mayoría se desperdigaba, se perdía o daba vueltas en torno a lo mismo.
Tú por el contrario no, tu evolucionaste, desde las primeras ideas que puede que el doctor te metiera en la cabeza, o puede que no, cambiaste mucho. Saliste de debajo de su ala y te emancipaste rápidamente.
Tu tesis en medicina trataba sobre mejoras genéticas(más concretamente una serie de cualidades que harían al ser humano acelerar su evolución, por que no aprender de la naturaleza, la única que había conseguido hacer evolucionar al hombre desde el chimpancé) al principio muchos se rieron, pues sonaba a cuento, pero al ver tus datos, en tus primeras publicaciones, la cosa cambió, algunas corporaciones se interesaron por ti y no habías publicado más que un 1% de tu estudio. Antes de haberte licenciado parecías tener la vida resuelta. Si que eran los buenos tiempos, entonces el doctor Herman te organizo una encerrona para presentarte a un amigo suyo, uno que según él te iba a encantar conocer.
El tipo te dijo que se llamaba el arquitecto, era mayor, su pelo, aunque poblado era blanco, con algunas motas de color, tenía arrugas ene l rostro y alrededor de los ojos, pero era corpulento y vestía con elegancia, un traje gris de tres piezas y llevaba un bastón que no usaba para apoyarse, caminaba con soltura sobre sus zapatos relucientes; en un principio te pareció que fuera pretencioso, pero a los 15 minutos de conversación sabías que este tío era de los tuyos. Tenía teorías darwinianas sobre la evolución de la razón "la genética a extinguido a la mayoría de los animales de esta raza, el Neanderthal extinguió al cromagnon, y así sucesivamente hasta hoy, día en que el hombre ha extinguido a todo y todos, si esto sigue así. La genética debe volver a dar otro paso para solventar ese problema antes de que sea tarde" esas palabras aunque no te asustaron te impactaron, pues parecía de que veladamente hablaba de un ¿genocidio? Pero la verdad. es que la super población del mundo era la verdadera fuente de todos los problemas.
Te propuso una cosa, hacer lo que quedaba de tu tesis, sin alterar, en el departamento del doctor Herman, financiación, dirigir completamente tu linea de investigación, una beca para ti, pero claro, a cambio ... claro que había un a cambio. A cambio te incorporarías, tu y el resultado de tu tesis en un pequeño experimento que tenía en mente. Claro, los resultados d eso experimento serían confidenciales, y no podía decirle nada al respecto hasta que dijeses que si, pero te podía asegurar que sabía que habías nacido para llevarlo a cabo.
Tu colega y amigo el doctor Herman asintió cuando le miraste como diciendo "Es la decisión correcta".
Dijiste que te lo tenías que pensar pero ya estabas seguro que dirías que si, al día siguiente estabas ansioso por decir que si, y lamentabas no haberlo hecho ya, aun así trataste de hacerte el duro para que no se pensara que podía coaccionarte. Estabas emocionado, dirigir tu tesis al 100% poner tu los limites, tener la financiación que necesitabas para llevar acabo tus experimentos, la única pega era el proyecto extra, pero seguro que no sería un proyecto cualquiera, quizá fuera la extravagancia de un viejo, pero podía resultar útil.
El proyecto adicional no tenía nombre, 7413R y era en esencia un macro estudio que trataba de aislar los genes que afectaban a las diferentes capacidades tanto físicas como cognitivas, inmunológicas, su capacidad para vivir más o su capacidad de envejecer mejor o peor(o para no envejecer) e incluso sociales de los seres humanos(el genoma se había desentrañado a principios del siglo 21, pero no había habido grandes avances al respecto desde entonces, la maldita religión(No se puede alterar la obra De Dios) o la ética(¿era justo hacer una raza superior de la que seguramente solo participarían los privilegiados?) habían frenado todos los proyectos de esta Indole(La única otra empresa que se atrevía era Biotécnica, su sede estaba en Europa, cosa que era un inconveniente para ti, y además se ramificaba con las mejoras cibernéticas y estaba bajo un atento escrutinio de la federación Europea, pues temían la experimentación con humanos), tener esta oportunidad te pareció una suerte). También había una parte de el estudio que se restringía a otras razas y otra más que se limitaba a los pulpos.
El arquitecto decía que los genes era la tinta con que Dios había creado a los hombres y ellos iban a descifrar su lenguaje para reescribir el hombre aún más perfecto de lo que Dios podía ser.

Cita:

Tesis

Markus Heisemberg entró a trabajar para el doctor Feindsland sin poner demasiados reparos. Era el sueño de su vida hecho realidad, al fin y al cabo. El proyecto "extra" que le fue asignado le dio acceso a bastantes recursos, algo de lo que muchos otros estudiantes en posiciones similares no disfrutaban. Markus se entregó al proyecto, decidido a sacar lo mejor de sí mismo. Las jornadas eran largas, comenzando a primera hora de la mañana y finalizando mucho después de la cena. Experimentos, cálculos de diversa índole, repeticiones, lectura de artículos... Markus se volcaba, aprovechando los tiempos de espera entre ensayos para leer sobre los últimos avances o discutir ideas con el arquitecto.

La relación con aquel tipo era extraña, pero sus ideas sedujeron a Markus desde muy pronto. El joven científico discutía encarnizadamente, elaborando complicados argumentos a partir de sus conocimientos de genética. La mezcla de razas hacía difícil diferenciar los límites, pero el Arquitecto le presionaba para buscar la frontera correcta, y él seguía analizando. Gracias la financiación y los oscuros contactos de Feindsland, Markus logró numerosas muestras de pacientes procedentes de diferentes regiones y etnias, y comenzó a trabajar en los que se llamarían más tarde "Criterios de xenoexclusión". Las bases de un test auténtico para reconocer al verdadero ser humano, al margen de la mezcla. A medida que desarrollaban aquellos criterios, usando técnicas de agrupado por similaridad dentro de la expresión de genes asociados a fenotipos puros, las conversaciones se iban volviendo más excitantes. Las posibilidades se abrían frente a ellos, dibujando el camino de una selección genética que permitiría el perfeccionamiento del individuo sin violar su pureza.

La tranquilidad y concentración inicial se vieron brevemente perturbados por la llegada de Emily Gordon al laboratorio. Una joven estudiante, prometedora como lo había sido él, y muy atractiva. Rubia, ojos verdes, pelo rizado, y una radiante sonrisa que pronto conquistó a Markus. El joven estudiante la escogió entre varios aspirantes, asegurando a su jefe que era la mejor preparada, aunque sus motivos iban más allá de lo meramente profesional. Emily resultó ser una buena elección en lo técnico: tenía manos firmes, dedos rápidos, y una destreza y cuidado sin igual en el laboratorio. Markus se ocupaba de supervisarla, y de las largas horas de trabajo juntos surgió una relación amorosa en la que Markus se desfogó de las carencias afectivas causadas por el intenso trabajo. Pese a todo, aquello no causó grandes retrasos en el avance de la tesis de Markus, ya que la perspectiva del sexo a media noche en un laboratorio vacío espoleaba sus mentes a lo largo de los extenuantes días de trabajo.

Tantas horas y dedicación daban prontos resultados. Markus refinó varias técnicas de edición genética, demostrando su aplicabilidad en células humanas, y publicó sus resultados, junto con potenciales fines terapeúticos (el principal interés de las revistas científicas de la época) en importantes revistas. Acudió a conferencias, y su trabajo recibió reconocimiento de iguales y superiores. Pero buena parte del mismo quedó oculto, pues la edición genética de células humanas no gozaba del visto bueno de la comunidad científica si no era para fines terapeúticos. Era evidente que nadie aprobaría el estudio de mejoras fenotípicas que se llevaba a cabo en su laboratorio, un estudio que daría lugar a una mejora selectiva, al aumento de la fuerza, la resistencia, la tolerancia a diversas toxinas, la capacidad, incluso, de metabolizar agentes tóxicos a través de la respiración. Todo aquello era intolerable para el público general, pero era el foco de la investigación que se llevaba a cabo en privado. Y Markus no lo puso todo allí: aún quedaban algunas ideas por poner a prueba...

Magnífico dijo aquel hombre con entusiasmo sin ponerte en antecedentes mientras atravesaba la puerta leyendo un informe ¿Te das cuenta de que es esto? te pregunto de forma retórica El hombre esta diseñado para vivir 200 años, pero nos morimos de un envenenamiento lento, parte de ese envenenamiento son desechos de nuestros propio cuerpo degradado... pero con esto... golpeó con la punta del dedo el informe que leía.
Un biologo me ha ratificado que podríamos haber encontrado un gen responsable de la regeneración celular, si la mejorásemos... imagínate... la inmortalidad. Te miro como un lobo mira a un cordero, tenía una presa delante y era un depredador. Lo pudiste ver en su mirada.
Lo que vino a continuación era un guion de una escena que ya habías vivido alguna vez, el propuso un experimento descabellado, con un propósito infantil y fantasioso, este tipo a veces con una aproximación tan científica se emocionaba y se dejaba llevar por la imaginación; tú le desalentaste, para controlar sus expectativas "la inmortalidad es una palabra demasiado grande" le dijiste con mesura y tacto.
El insistió y como pagaba el laboratorio y por que su entusiasmo era contagioso tu empezaste valorar la idea de contentarle, la verdad es que sus premisas eran descabelladas y con una base de realidad. De la falsedad no se puede ir a la verdad sino es por casualidad, pero de la verdad se puede llegar a todas partes, es una premisa lógica sobre la que se basa todas las reglas de las formulaciones de la lógica de predicados.
Al final tú mismo te descubriste entusiasmado y excitado con la idea, este hombre tenía este efecto en ti. Te hacía volar, aunque era momentos puntuales. Tus estudios y los datos del experimento 7413R combinaban perfectamente, y os había convertido en socios simbióticos.

El experimento no salió como se esperaba, la cicatrización de los especímenes de simios mejoro exponencialmente y seguramente su esperanza de vida sería mucho más de lo normal, pero no por ello serían inmortales, quedaba mucho para la perfección, pero tu siempre tenías que ir más allá, no?

Los resultados de aquellos experimentos eran sorprendentes en todos los sentidos, aunque las predicciones de Markus no resultaban del todo desatinadas. Los especímenes podían soportar fuertes cargas de daño corporal, recuperándose en tiempos muy inferiores a los habituales, lo que requería un cambio en los mecanismos estructurales de regeneración de tejidos, y una aceleración del crecimiento que llevaba, en algunos casos, al desarrollo de peligrosos tumores. Nada que no se pudiera controlar mediante un proceso de evolución dirigida. Markus tardó un tiempo en decidirse a llevar sus pruebas al prototipo 7413R, pero cuando lo hizo no quedó decepcionado. No habría inmortalidad, pero sí una capacidad de regeneración fuera de cualquier límite actualmente conocido.

Días más tarde, comentaba aquellos avances con el profesor, tomando un café en la facultad. La conversación se desarrollaba en voz baja, ya que no querían que aquellos experimentos se conociesen. La discreción era una cualidad habitual en los investigadores, y no resultaba extraño que hablasen en un tono que fuese difícil de escuchar para otros.

- Los experimentos de regeneración tisular han sido un éxito. - decía Markus - Tuve que ajustar los complejos MHC para asegurar la tolerancia del individuo a los injertos, y poner todo el proceso bajo un regulador basado en adrenalina para controlar la proliferación celular. Pero el efecto es realmente espléndido.

- Estoy sorprendido, doctor Heisemberg. - a Feinsdland le gustaba dirigirse a las personas por su título, para que otros tuviesen la deferencia de destacar el suyo - Desde su doctorado, no ha parado de conseguir logros excelentes.

- La financiación es una ayuda, no lo puedo negar. - Markus sonreía al recordar al Arquitecto - Nuestro amigo el Arquitecto tiene ideas revolucionarias, aunque no comprenda del todo los límites.

- Quizá esa ignorancia de los límites es la inspiración que necesita un científico falto de ideas. A menudo las dificultades técnicas nos ciegan, doctor.

- Sin duda, profesor.

Parecía un buen día para ellos, aunque las noticias que llegaban de todas partes últimamente hablaban únicamente de caos y destrucción. Una época extraña para seguir desarrollando el conocimiento. Cuando Markus se reunía con el profesor, solían evadir esos temas. Feindsland decía que era como hablar del tiempo. Sin embargo, aquel día parecía interesado en mencionarlo...

- Corren tiempos extraños, Markus. La financiación sigue adelante, pero el Arquitecto ha de tener otros planes. No se puede pagar una investigación así cuando las cosas van tan mal... al menos, no sin un objetivo ulterior.

Markus observó intrigado, aunque ya imaginaba que su trabajo no estaba destinado al fin puramente teórico. El profesor siguió hablando.

- Durante los últimos meses, han habido algunas reuniones. Tenemos una filosofía fuerte, una base teórica sobre la que construir un futuro para esta especie moribunda. Pero eso no es suficiente. Nuestra filosofía necesita músculo.

Heisemberg no dijo nada. Aquello no le sorprendía del todo, y tampoco le desagradaba. Las calles se habían vuelto peligrosas, incluso para alguien con dinero como él. El mundo se agitaba, y sentía que debía hacer algo por cambiar las cosas, pero no sabía cómo podía influir desde su laboratorio. El profesor, sin embargo, parecía tener una idea.

- Creo que deberías acercarte a una de estas reuniones, más pronto que tarde. No esperes nada impresionante, no son académicos. Pero son... permeables a ciertas ideas.

Markus se tomó su tiempo, pero al fin asintió.

- De acuerdo, profesor. Cuente conmigo.

Músculo para la filosofía.... menudo eufemismo. Aquello era musculo sin filosofía, pero entre el mar de borregos que te rodeaba, había 3 figuras claves que hacían a todos los presentes repetir lo que ellos decían, y aquellos no eran precisamente ilustrados, pero podías ver lo que había querido decir tu amigo el profesor.

Aquella gente, reunidos en aquel tugurio arañaban la superficie de hacia donde volaban tus ideas, hablaban de supremacía racial, acuñaban frases que les sonaban molonas y que creían que podían tener gancho, sus discursos eran vacíos, sólo servían para atraer borregos. Pero incluso los borregos podían resultar útiles.

Tardaron unas cuantas visitas en asimilar la idea de que la raza eran genes y que la raza superior eran los genes superiores... claro que mal interpretaron el mensaje, se sentían más listos diciendo las cosas a tu manera.
Entre ellos, claro había individuos carismáticos que tenían una visión superior, pero sus miras se centraban en las calles, aquella organización era un medio para un fin, sobrevivir y ser el rey de su pequeña colina, durante un tiempo soñasteis con susurrar la verdad en su oído e impulsarles más allá de lo que jamás hubieran soñado.

Aquella gente ansiosa por ser especial se interesaron rápidamente por las mejoras genéticas, no tardo el día en llegar en que el jefe de todos ellos, un tipo llamado barracuda, un bestia con carisma que había destrozado a cualquiera que amenazase su liderazgo hasta día de hoy se acercó zalamero.

Y dime, Mark: ¿Esas mejoras genéticas de que son capaces? ¿Que podrían hacer por nosotros sus ilustres estudios de los que he oído hablar tanto a su compañero y a usted? había intentado hacía tiempo que hicieseis drogas para él, obviamente os negasteis, ese día creísteis ver en sus ojos como decidía si matar a uno de vosotros para obligar al otro a hacer lo que el decía o por el contrario no desperdiciar todavía lo que podía ser un buen recurso.

Barracuda era un bruto, pero no era tonto, era un superviviente y sabía evaluar bien las situaciones. También sabíais que solía demostrar su autoridad con contundencia.

Markus nunca alcanzó a saber en qué momento exacto aquel asunto se tornó real.

Él siempre había sido un académico. Se había sentido halagado por las palabras de sus colegas y extasiado por el ejercicio mental de idear nuevos modelos genéticos. La financiación del Arquitecto le había permitido llevar sus ideas al límite en un modelo vivo, y aquello le había transmitido la sensación de ser Dios. Pero Markus Heisemberg no era ningún ser divino, y algo en el fondo de su ser se lo recordaba cada día, aunque cada vez con menor fuerza.

El día que quedó a solas frente a Barracuda, sin embargo, pudo sentir su mortalidad. Fue una sensación fugaz, pero que quedó agarrada a su pecho durante horas. Aquella mirada asesina, aquellos músculos poderosos capaces de destrozarle de un solo golpe. El joven Heisemberg comprendía ahora que el juego se había tornado muy real. La brutalidad de aquel antro, de todos los que escuchaban sus mensajes, día a día... aquello era la vida y la muerte en las calles.

- Las posibilidades son numerosas, amigo Barracuda. - Markus sonrió, aunque tuvo que encontrar en su interior el valor para hablar con naturalidad ante aquel bruto; algo le decía, sin embargo, que sólo así podría sobrevivir - Imagina, por ejemplo, un cuerpo cuyas heridas se cierren rápidamente, impidiendo la pérdida de sangre. O músculos tan poderosos que podrían levantar un coche en vilo.

Markus jugó aquella carta. La brutalidad, simple y llana. Era lo que aquellos hombres buscaban, y no verían más allá. Sencillez y salvajismo. Eran los Soldados de la República platónica.

- Las personas adecuadas, con las mejoras adecuadas, pueden hacer de nuestro pequeño grupo una fuerza de gran poder en esta ciudad.

En el mundo, tal vez. Pero Markus se guardó las grandes aspiraciones para sí mismo. No convenía sembrar ciertas ambiciones en la mente equivocada.

Barracuda dejó que os extendierais todo cuanto quisisteis con vuestras explicaciones, con una paciencia inusitada en él, su interés debía ser real, no solía emplear tanta paciencia con casi nada.
Debajo de todo esos lazos y adornos, doctores, todo esto suena a experimentación ilegal en humanos.
Con aquellas palabras os interrumpió, como siempre, contundente y brutal, así dejaba claro que vuestros nobles ideales tenían un fin oscuro y os rebajaba a su nivel. Os quitó con unas palabras cualquier atisbo de superioridad moral. Y por un instante no supisteis que pensar de que iba a pasar a continuación, a la sombrad e Barracuda os sentisteis pequeños y frágiles.
Haréis una lista de lo que necesitáis y de donde creéis que podríamos conseguirlo, además, empezaremos a reclutar nobs, y serán vuestros pacientes 0, pero para conseguir todas esas cosas necesitamos cash; cash para armas, parea vehículos, para aplastar a los inmortal, robarles su territorio, ser los putos jefes, por que tal como están las cosas si empezamos a hacer cosas raras ellos vendrán a por nosotros, y no queremos que su investigación se vea afectada... Os miro con cierta gravedad tratando de desplazar una idea en vuestras cabezas y lo estaba consiguiendo, ya os había indicado cual era la forma que el consideraba más fácil para hacer dinero, montar el laboratorio de drogas, meta, speed, neurosis o cualquier otra droga. Sóloq ue esta vez, aparentaba dejaros una opción para proponer algún curso de acción alternativo.
Evidentemente quería que vosotros solitos llegaseis a su misma conclusión, era un movimiento inteligente para tratar a la gente de la calle, pero vosotros estabais acostumbrados a las reuniones, a los comités presupuestario; reuniones tensas donde aunque no hubiera violencia la gente se jugaba su futuro con la misma intensidad que en las calles.
Podemos conseguir ese dinero... digamos 50 de los grandes... dijo tu ex profesor, a veces te seguía dando lecciones. Menciono aquella cifra con respeto, pero los dos sabíais que era una minucia, podías conseguir 2 veces más con facilidad, pero Barracuda que no esperaba otra cosa salvo que le dierais la razón abrio mucho los ojos delatando que no estaba pensando ni en la mitad de esa suma. Que tontería... seguro que a su modo irá mucho mejor. Rectificó hábilmente dejando que fuera Barracuda quien tuviera que pedirlo, era un tipo dominante, que pensase que tenía el control.
La verdad es que Barracuda no era para tomar a la ligera, se recupero de la impresión casi al segundo y permaneció impertérrito. Fingió durante un instante sopesar pros y contras.
Sabe doctor, normalmente no haría esto, normalmente no me gusta que me regalen nada, pero si ya tienen el dinero, sería mas rápido que montar toda la operación de distribución. Le reconoció. Me gustaría ver de veras que puede hacer por la humanidad sus estudios, claro.
Aquella noche sellasteis un pacto con Barracuda con un apretón de manos.
Barracuda se sentía el ganador, pero no acababa de comprender la complejidad y el alcance de vuestros verdaderos propósitos.

Las semanas siguientes, hicisteis una transferencia, y los ecos de el dinero moviendo se no tardaron en resonar por doquier. Una guerra de bandas estalló en las calles. Empezaron en los territorios de los inmortal, pero igual que hienas, en cuanto se olió la sangre, los carroñeros salieron de debajo de las piedras, bandas pequeñas, bandas grandes, empezaron a pelear por todo y la violencia se extendió por toda la ciudad como la pólvora, durante casi 3 meses hubo disturbios y tiroteos diarios, centenares de heridos, decenas de polis muertos, incendios, bajas colaterales. La violencia estaba 24 horas en las noticias locales.Expertos criminólogos analizaban la balanza de poder que había entre las bandas y de como unos recién llegados a la ecuación la habían alterado, aún no se sabían su nombre, pero si que habían visto su simbolo en grafitis en las paredes. Una helice de adn.

Fueron tiempos excitantes. El nivel de vida de la sociedad había descendido en general, y la violencia se apoderaba de las calles. Las investigaciones producían algunos réditos, y el grupo disfrutaba de una boyanza económica que no se traducía en un estilo de vida más lujoso. Todo era más sucio, las calles olían mal, las refinerías trabajaban a tope, la grasa se acumulaba en los cuerpos. Markus, que siempre había pertenecido a una familia acomodada, se vio de repente obligado a trasladarse a un pequeño piso. Las necesidades de sus operaciones chocaban con la cómoda vida en el extrarradio, y los precios de los alquileres dejaban pocas opciones. Aquello parecía un piso franco.

Quizá lo era.

La violencia sistemática que azotaba la zona pronto se hizo notar. Markus se consiguió un chaleco kevlar, y se apuntó a un local de tiro con la intención de tener, aunque fuese, una oportunidad remota de poder protegerse. Pero no le hizo demasiada falta, ya que Barracuda se encargó de que un par de matones custodiasen su piso día y noche.

El empeoramiento de su nivel de vida no le importó demasiado. Aquella matanza indiscriminada le estaba dando sujetos con los que probar todo tipo de técnicas, que hasta entonces sólo había podido ejecutar en placas de petri sobre líneas celulares. Los tipos a veces llegaban malheridos, y otras veces, símplemente, dispuestos a ser mejorados. Los medicamentos biológicos ejercían un importante impacto en el organismo de los que los recibían, pero los efectos secundarios nunca se notaban demasiado pronto (ya se ocupaba Markus de suministrarles dosis adecuadas de inhibidores genéticos que impidiesen una excesiva replicación). Aquellos "elegidos" pronto morían en las calles, y nadie podía decir si era culpa de los innumerables golpes que recibían, o de la rápida descomposición orgánica causada por los reagentes utilizados. Y lo que todos tenían claro es que aquellos hombres eran como bestias, y por cada uno de ellos que moría, se cobraban diez víctimas.

El trabajo mantenía a Markus ocupado día y noche. Su piso se había convertido en una improvisada clínica, y pronto tuvo que empezar a sacar dinero de los fondos para sobornar a los policías que asomaban el hocico. El asunto era demasiado turbio, y les estaba costando demasiado dinero. Al cabo de un tiempo, Barracuda se dio una pasada por allí. Fue una noche cualquiera: sirenas en las calles, muertos en las esquinas, gente calentándose al fuego junto a contenedores metálicos... la mole entró por la puerta, mientras los tipos que esperaban su turno se hacían a un lado. Todos conocían al lider.

- Me han llegado noticias de su pequeña clínica, doctor Heisemberg.  - dijo, con la altanería que siempre mostraba - He de decir que estoy satisfecho con los resultados. Hay talento en su trabajo, aunque diría que aún requiere de cierto refinamiento.

- Los especímenes están muy alterados. - dijo el doctor - Drogas, alcohol, heridas, infecciones. Dificulta el proceso. Tener que trabajar a pie de campo tampoco lo hace fácil.

- Entiendo el problema. Por suerte para usted, vamos a trasladar el centro de operaciones a otro lugar. Este piso está muy comprometido.

Markus observó a Barracuda. El tipo no se lo pensaba dos veces, y decía las cosas como si fueran órdenes. Markus entendía que era un líder, y que por eso hacía las cosas así. Pero no se dejaría pisotear.

- Necesitaría comprobar que es adecuado para el trabajo.

Barracuda le miró fijamente durante un instante, y Markus se preguntó qué estaría pensando. Aquel tipo daba verdadero miedo, pero el doctor no se amedrentó. Sabía que si se achicaba pronto estaría a merced de aquella bestia, y no había trabajado tanto para terminar convirtiéndose en un esclavo.

- De acuerdo. Creo que le gustará, doctor. Es una vieja estación de metro.

La clinica quedó a trás, el nuevo emplazamiento era más discreto, más fácil de vigilar, mas privado, pero una vez asentado y ya oficialmente trasladado te diste cuenta que quizás hubiera sido mejor no hacerlo. La banda de Barracuda controlaba todas las manzanas aledañas y le obedecían con miedo lealtad y respeto. Quizá era un bruto, pero tendías a menospreciarlo y ahora eso te había llevado a aquella situación.
Cuando fuiste plenamente consciente de dicha situación ya te habías mudado hacía meses, la discusión estalló por un detalle del tamaño de un dedal.
Barracuda siempre falto de escrúpulos y atento te empezó a llevar a niños, huérfanos, o niños secuestrados, aquello te pareció demasiado, había convenciones éticas que aún te importaba respetar.
La discusión comenzó como casi siempre.
Con barracuda entrando en tu espacio como un elefante.

Doctor, me ha llegado a mis oídos de que está descontento con el último lote de voluntarios. Entró hablando como si sólo vivieras para cuando el entrara por la puerta.
No espero para contestarse a sí mismo.
Especímenes alterados, drogas, heridas, alcohol, enfermedades, infecciones... dijo enumerando con los dedos Fueron sus palabras y ahora me dicen que no los quiere. lo acababas de decir apenas unas horas atrás, sin duda te tenía vigilado, entonces surgió una duda, una idea en tu cabeza.
¿Me estará espiando en mi laboratorio también? ¿Me estará robando mis conocimientos? sólo pensarlo te puso frenético. Se suponía que esta era tu operación.

Markus observó al bruto con recelo. Sabía que una mala palabra y aquel loco perdería la cabeza con él. Pero no estaba dispuesto a dejarse amedrentar.

- Barracuda. - sonrió forzadamente - Me alegro de que estés al día en mis investigaciones.

Se obligó a mantener la calma. Rezumaba rabia. Aquel matón de medio pelo no comprendía correctamente lo que ocurría en su laboratorio, pero procuraba vigilarle de cerca. ¿Creía que iba a controlarle a él? Aquel proyecto no era nada sin su trabajo. No habría verdaderos hombres, ni su pandilla llegaría a ninguna parte.

- No me entiendas mal, Barracuda. Ese hatajo de despojos es un campo de trabajo excelente para las pruebas iniciales, pero todo es demasiado impredecible. Necesitamos control, al menos durante los experimentos.

Le miró directamente.

- Piénsalo bien: ¿este es el superhombre que buscamos? ¿Un montón de drogadictos y borrachos? Necesitamos una moral más elevada entre los aspirantes.

En su interior, Markus estaba tenso, aunque procuraba no mostrar miedo. Sabía que Barracuda podía reaccionar violentamente...

Barracuda se situó estratégicamente en un lugar en que tardaras en abalanzarte sobre el y pudiera ponerse a cubierto de cualquier proyectil que pudieras disparar. No te perdía ojo, como un lobo mira una oveja.
El superhombre de hoy tendrá que hacer concesiones en pos del super hombre de mañana... dijo muy despacio, vocalizando perfectamente cada silaba con fuerza controlada; sin duda contigo este hombre hacia un ejercicio de contención que denotaba que no era un bruto descerebrado, sino un estratega calculado.
Cuando sepamos que no vamos a dejar a los aspirantes hechos puré le traeré a la flor y nata de la banda y no; no le voy a dar a los cabrones que se oponen a mi para que los mejore genéticamente ¿Así que a donde nos lleva eso? A los desconsolados, a los desamparados, a los indefensos. Si no quiere enfermos, drogadictos o heridos, si quiere especímenes sin alterar, deberemos recurrir a los jóvenes, su vida sería corta de todos modos, abandonados en la calle, debiera ver el horfanato de donde salen, esto parecerá su lujosa casa en comparación. dijo aquello sin inmutarse ¿Que clase de monstruo no tiene empatía por los niños como para ni pararse a tragar saliva a la hora de proponer semejante aberración?
Sospechaste que vio en tus ojos la vacilación, la reticencia por que antes de articular tu siguiente palabra añadió:
Doctor, siempre me pone las cosas difíciles, y no tiene por que ser así, deberíamos remar en la misma dirección. dijo aquello inclinándose hacia delante en un movimiento lento, apoyándose en la mesa con su peso con sus dos enormes manos, el metal gimió quejándose de aquello.

Markus no quería arrugarse ante aquel gigante, pero no pudo contener el impulso de echarse hacia atrás al verle hacer crujir el metal. Era evidente que aquella bestia podía destrozarle con la fuerza de sus manos, y el doctor no quería comprobarlo en sus carnes. Tragó saliva, y vio la mirada de satisfacción en el rostro del bruto al comprobar que le había intimidado. Pero se repuso, encontrando valor donde no creía tenerlo.

- Nunca hemos remado en direcciones distintas. - dijo, sin saber bien de dónde sacaba las agallas para seguir plantando cara - Pero si forzamos unos remos podridos, pronto estaremos a la deriva. - ¿era él quien hablaba? Casi no podía creerlo. - Culpamos a mis procedimientos de la muerte de los aspirantes, pero esta se debe a la impredecibilidad del proceso. Todas esas drogas alteran el metabolismo, hacen que la predicción génica falle, supeditan al azar el destino de esos hombres. - le temblaba la voz, pero seguía hablando - Queremos lo mismo, Barracuda. Pero no parecemos estar dispuestos a sacrificar lo mismo.

Era un órdago, un gambito final, que le daría independencia de aquel bestia, o le llevaría a engrosar la lista de desaparecidos en aquella época aciaga en la que vivían.

Barracuda te miro, y hubo satisfacción en su rostro cuando te tembló la voz, creíste que era la señal de que iba a abalanzarse sobre ti, pero te equivocaste. No lo hizo.
¿Que no quiero arriesgar? te bajó el ordago de pleno, sonreía enigmático y con malicia. ¿A mis hombres? ¿A mis aliados? Claro que no. espetó de golpe sin darte tiempo a contestar.
Pero está bien, no quiere tullidos, no quiere heridos, no quiere borrachos ni drogadictos y no quiere niños. Esto se ha acabado. Se incorporó de su pose, avalanzado sobre la mesa, donde habían estado sus manos abiertas, había huecos donde se habían apoyado sus dedos anteriormente. Se sacudió las manos como sacudiéndose el polvo de ellas dando a entender lo que sus palabras ya te habían dicho.
Ahora solo queda pensar que hacer que hago con las sobras. Toda esa gente que he traído, esos niños, por que su pequeño experimento debe seguir siendo secreto.... seguía largando sin dejarte intervenir y aún contenías la respiración, al principio por que pensabas que la violencia estaba a punto de estallar, ahora por que empezabas a comprender lo que estaba diciendo...
Es una pena, en el lote que le traje hay dos chavales, uno alto rubio y fuerte, un protector nato, deberías haber visto como protegía a su amiguita; otra niña, no es especial, pero tiene la cara marcada, sobrevivió a un ataque de los cuchillas sangrientas, pensé que esos dos tendrían la fuerza de voluntad para aguantar perfectamente sus tratamientos, el uno junto al otro. Ahora tendré que ver a que proxeneta o traficante de órganos se los vendo. Clavó su mirada en tus ojos mientras reconocías a la pareja del último lote de que hablaba(era por lo desvalidos que parecían lo que había removido tu conciencia); los dos asustados, juntos, protegiéndose el uno al otro, tan necesitados el uno del otro como cualquier mamífero de respirar aire.
Creíste recordar que alguien había dicho que la niña se llamaba Lizzie, no recordabas el nombre del niño, solo su mirada furiosa, su empecinamiento por proteger a su amiga ¿Su hermana quizá?
Bueno doctor, ha sido un placer. Recoja sus cosas, debemos empezar a desmantelar todo esto. Asegurarnos de que todo quede entre nosotros. Su ordago era mayor que el tuyo o quizá no lo era en absoluto. Le habíais financiado, probablemente se hubiera montado con los beneficios de sus saqueos el laboratorio de drogas que quería en un principio y toda esta mierda le interesase bien poco.
Igual, sencillamente, estaba cortando por lo sano un negocio del que podía sacar poca o ninguna rentabilidad a su criterio. O sencillamente te chantajeaba, Barracuda era un hombre de muchas facetas, como ibas averiguando a tu pesar conforme más tratabas con él. Sin duda había aprendido mucho de vosotros en poco tiempo, el Barracuda original, el que visteis la primera vez no le hubiera dado la vuelta a la situación ¿O quizá os había engañado desde el minuto 1?

Markus sintió rabia. Aquel bastardo había cogido su dinero sin pensárselo dos veces, había hecho crecer su negocio con sus medios, y a la mínima queja la tomaba con él. Estaba claro que el tipo no era trigo limpio. La furia se interpuso en el camino del miedo.

- Claro, recojamos esto. - espetó Markus - Mejor, quémalo todo. Me preguntó qué harán los cuchillas sangrientas cuando sepan que tienen la oportunidad de mejorar a la gente de su banda. Creo que, con lo desesperados que están, tendrán interés en el asunto.

Markus miraba fijamente a Barracuda. Quizá el mastodonte intentase despedazarle con sus propias manos. El lugar estaba lleno de reagentes peligrosos y agentes biológicos genéticamente modificados que podrían terminar con el asunto rápidamente. Un frasco roto, y una sangrienta diarrea acabaría con todos los presentes.

- No es un mal negocio, al fin y al cabo. En vez de invertir mi fortuna, podría sacarles algo por mis servicios. - mantenía la mirada, hablando despacio - No me importaba gastar el dinero, porque creía que teníamos una causa. Pero sin mi - sin nosotros - no hay causa. No hay superhombre. No hay nada. Claro que ninguna causa alcanzarse sin un pleno compromiso por parte de todos sus miembros. Quién no quiere arriesgar...

Se encogió de hombros, echando mano de uno de los frascos, como si se dispusiera a recogerlo todo.

Barracuda esperó allí de pie inmobil, en silencio, con una sonrisa autosuficiente hasta que llegaron unos cuantos matones de su banda en cuestión de unos segundos.
El doctor se marcha ahora dijo a sus hombres que no parecieron sorprendidos, sino como la conclusión esperada mas bien.
Sus hombres, diligentes, se acercaron a ti desde varias direcciones, iban armados y eran combatientes expertos. Poner a prueba sus habilidades era inutil y como una persona razonable que eras no quisiste ponerlos aprueba. No te dejaron llevar nada y no te dejaron tocar nada más de tu antiguo laboratorio. Te escoltaron fuera mientras barracuda supervisaba el “desaolojo”.
Intente acercarse a otras bandas si lo desea, doctor. dijo cuando te echaban del edificio Pero si insiste en declararme la guerra, por favor, tenga en cuenta que tengo registros de todas las transacciones economicas que hemos tenido, testigos de sus experimentaciones ilegales en humanos.... Lo puedo convertir en una mezcla entre el doctor menguele y un socio fundador de al qaeda junots. Su vida acabará tan pronto como llegue a mis oidos que dice nada malo de mi. Piense en ello doctor, y si le da por entrar en razón, estaré encantado en recibir al hijo prodigo. Reflexione sobre mi infinita poaciencia y las ventajas de trabajar para mi. esa fue su despedida mientras te escoltaban fuera. Todos miraban y nadie decía nada. Pasaste por delante de la jaula donde estaban los niños del horfanato. La niña de la cicatriz te miró con fiereza. Esa mirada te acompañaría las próximas noches.

Abandonaste las calles circundantes al complejo, la gente sabía quien eras y por eso te dejaron pasar, también sabias que nadie en varias manzanas te dejarían volver a acercarte. Todo el material, tus notas... te ibas con las manos en los bolsillos.
Durante las próximas semanas no pudiste cerrar los ojos sin pensar en como te había robado todo ese canalla, pensaste muchas ideas descabelladas, algunas calificables de locuras, solo podías pensar en eso y en la mirada de aquellos niños, de aquella niña ¿Que les habría hecho esa mala bestia?
AL cabo de unos días se acerco Emily a hbalar contigo, vuestra relación se había visto afectada por tus estudios y tu obsesión, tener una doble vida pasaba factura.
Te veo atribulado Mark dijo sentandose en tu mesa del comedor de la residencia a la hora del desayuno No duermes bien, se ve. Cuantame que te pasa
Como siempre estaba impecable, de punta en blanco, con sus labios y ojos maquillados y su pelo perfectamente peinado. Siempre que la veías pensabsas que en otra vida pudiste ser un martir para merecer haberla tenido en tu vida.