Partida Rol por web

Astérope

La Invasión.

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09/07/2021, 12:23
Nikita Pontecorvo

Media hora antes

Una vez Adam y Branwen hubieron desaparecido tras la improvisada cortina que buscaba procurarles algo de intimidad y recogimiento, Nikita se ocupó de disminuir la intensidad de la luz de la estancia. Trató de apagar las luces que ambos tenían más cerca. Casi prefería el ambiente que se había generado en el búnker cuando aún no había corriente y tenían que apañárselas con la lámpara de gas y las velas. La luz eléctrica le resultaba fría y el ambiente que creaba lo relacionaba, de forma más o menos inconsciente, con las terribles noticias que no habían dejado de llegar. Ahora solo el cuervo se ocupaba ya de continuo de los monitores.

Nikita buscó con la mirada a Bediviere y la vio sentada en el suelo en un rincón. Lo miraba también a él y le hacía una señal acariciando el suelo a su lado. En su rostro podía ver las huellas del dolor infringido en las últimas horas desde que todo empezara e incluso antes, cuando Mariam le había dicho cuál era su origen y las peores sospechas parecían hacerse realidad.

Nikita se sentó a su lado. Habría querido que el resto del mundo desapareciera. Acariciarla, escucharla, besarla y abrazarla durante horas. Después de haber visto en las cámaras de vigilancia que también había incendios en Sassaneva, se alegraba infinitamente de que se hubieran movido hasta allí. También sabía que era sumamente importante que estuvieran todos juntos para lo que estaba por venir, pero cómo habría deseado al mismo tiempo poder estar a solas con ella.

El chico retiró con cuidado el pelo de Bediviere para dejar a la vista su amado perfil, y le dio despacio tres pequeños besos sobre los lunares que encontró en sus mejillas y la comisura de sus labios, como tanto le gustaba que le hiciera ella. Tomó la mano de la chica entre las suyas y rozó su oreja con la nariz, acariciándola lentamente.

Amor mío… —susurró mientras le apretaba la mano con más fuerza. Buscó sus ojos con la propia mirada algo vidriosa por el dolor compartido y el cansancio, pero encendida también por la emoción de estar juntos y estar vivos.

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09/07/2021, 13:38
Bediviere Lafayette

Media hora antes

Suspiró, al sentirlo cerca. Respiró hondo y despacio con cada uno de sus besos, mientras cerraba los ojos durante un instante, tras las gafas. Los sentía cansados y ardientes, por la falta de sueño, y por haber llorado tanto que podría haberse quedado seca. 

Quizá por eso no lloraba en ese instante, a pesar de que el tacto de la punta de su nariz, acariciándola, y su voz susurrante y suave nombrándola forjasen un nudo en su garganta, pensó. Su mano apretaba la propia. No sabía de dónde sacaba la fuerza. 

Volvió a abrir los ojos para encontrarse con su mirada de ojos grises, empañada. Besó la comisura de sus labios, devolviéndole aquel gesto devoto, y percibiendo cómo también sus pupilas humedecían. 

Necesito que pare el mundo... Que pare todo esto. Aunque sea un instante.confesó, apoyándose contra su hombro. 

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09/07/2021, 14:13
Nikita Pontecorvo

Media hora antes

Sintió el tacto de la chica contra su hombro y él sostuvo la mano que le había tomado con una de las suyas mientras con la otra comenzaba a juguetear con sus dedos, acariciándolos con delicadeza. Sonrió melancólicamente mientras la oía decirle que necesitaba que se parase el tiempo, recordando las veces que él había pensado que ellos dos, juntos, eran capaces de conseguirlo, como la noche en su coche antes de que todo se precipitara. Y la verdad es que seguía pensándolo pues, en aquel instante, en medio de todo, estar sentado a su lado, poder tocarla, sentir su aroma y su calor, le confería un ánimo especial, era el bálsamo que aligeraba su corazón no importaba lo que pasara. Y era raro decirlo, pero podía agradecer de todo aquel apocalipsis ser capaz al menos de escuchar la preciosa voz de la chica, su timbre sedoso roto que hacía que sintiera como si le acariciara cuando le hablaba.

Vivía con ella en un tiempo propio. Sí. Y viviría con ella en un espacio propio aunque ahí fuera anularan la tierra entera y no quedara un lugar que pudieran pisar, pensó. Mientras la tuviera a ella poseería el corazón del Paraíso.

Supo que Bediviere se sentiría como si hubiera desaparecido el suelo bajo sus pies junto a su identidad, su familia y su amada ciudad. Lo sabía por el vértigo que él mismo había sentido hasta averiguar por Mariam que no era un intercambiado y por las noticias, que Morrisley seguía existiendo sobre el mapa, al menos hasta el momento. Habría querido regalarle a ella todo aquello.

Quiero que sepas que todo lo mío es tuyo. Todo.

Sin soltar su mano, pasó el brazo sobre los hombros de la chica y comenzó a acariciarle el pelo.

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09/07/2021, 20:38
Bediviere Lafayette

Media hora antes

Fue ella en ese instante quien aferró su mano con fuerza, mientras contraía los labios en una fina línea contenida. 

Sí, se sentía con los pies en el aire. Desposeída. Desterrada de una forma que no era capaz de explicar. Como una repentina extranjera de todas partes. Las caricias, sobre su pelo, apretaron el nudo en su garganta. Las palabras que le dedicaba la llenaban de congoja.

- Mi noble y hermoso sidhe...-dijo, con un hilo de voz, frotando la mejilla contra su hombro, guardando silencio, mientras respiraba profunda y entrecortadamente- Te diría lo mismo. Pero me temo que no puedo ofrecerte demasiado. Por no tener no tengo clara ni mi identidad. Pero oye, si no ha acabado en el fondo del estómago de una serpiente gigante, te puedo prestar mi coche.-añadió, con sorna e ironía, mientras se le escapaban las lágrimas.

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09/07/2021, 22:52
Nikita Pontecorvo

Media hora antes

Bediviere sintió agitarse ligeramente el hombro de Nikita debido a una risa muda. Su comentario le había hecho sonreír y giró la cara para darle un beso en el pelo. Se dio cuenta entonces que la chica volvía a llorar y la mano que tocaba su pelo empezó a acariciar su rostro enjugando suavemente las lágrimas.

Es posible que lo necesite si algún dragón ha decidido apoyar su culo encima del mío —respondió. La verdad es que la duda sobre qué habría sido de los coches no había ocupado mucho sus pensamientos con todo lo que estaba pasando—. Lo echaría de menos, sospecho que te enamoraste de mí por él —le pareció buena idea aligerar la conversación—. Espero poder compensarte de algún modo si podemos darlo por perdido. ¿Sabes?, lo conseguí en una subasta de la policía, un chivatazo de un colega. Fue una ganga. Mi idea era ponerlo a punto y venderlo para ganar algo de pasta, pero luego fui incapaz —comentó con un suspiro—. Creo que yo también me enamoré de él.

Y luego había recorrido con el BMW casi toda la isla. Pero aquello ya no quiso decirlo en voz alta. Daba gracias ahora de haber llevado a Bediviere a Svriano y a Morrisley, haber llegado a enseñarle algo de su amada isla antes de que todo estallara y fuera imposible saber, no solo qué quedaría en pie, sino si podrían moverse libremente de nuevo. Branwen había dicho que los iban a aislar de alguna manera según su padre. Senabre que el contraataque no duraría más de una semana. Nikita no tenía nada claro ni era capaz de pensar demasiado a una semana vista. Incluso el consejo de Vicassy de no dejarse matar podía parecer un mensaje sencillo, pero sus vidas no lo eran. Branwen y Adam se la estaban jugando en aquel mismo momento y el resto recibiría pronto la invitación al palacio de los Muertos… ¿Qué podía ir mal, verdad? Miró a Carme sabiendo que había sido un milagro, literalmente, que no hubiera acabado como ella. Nikita echó la cabeza hacia atrás, la apoyó sobre la pared y respiró hondo. Espera que aquel palacio no se convirtiera para ellos en el "castillo de irás y no volverás".

Antes fuiste mi escudo —dijo de pronto retomando sus pensamientos en lugar de su anterior conversación—. Sentí arder el tatuaje en mi cuello y luego tu sombra cubriéndome… Tu sombra que ha traído hasta aquí a los chicos —dijo mirando hacia Adam y Branwen que parecían ya dormidos y luego de nuevo a Bediviere—. No es simplemente algo oscuro o a lo que debamos tener respeto, aunque sea eso también. Es parte de ti, y también de mí ahora. Y nos queda todo por saber —buscó los ojos de la chica—. Yo te ayudaré a descubrirte y tú me ayudarás a mí. Y averiguaremos de lo que somos capaces.

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10/07/2021, 00:43
Ingvild Hoem

La rasposa y gutural voz de Brygresa ocasionó que diera un respingo.

—Gato malo y pulgoso —la amonestó, aunque sin dejar de acariciarla.

Bediviere tampoco podía sustraerse a la tentación de tocarla. Aquel pelaje tan sedoso requería de un peine a la altura de las circunstancias, por lo que se dirigió al pequeño baño del búnker, eludiendo la improvisada carpa. Ahora que Bry era un tigre, Bediviere un hada acuática y hasta a Nikita lo asistía un cuervo,  Ingvild se alegró de comprobar frente al espejo del baño que su propio espíritu animal se estaba finalmente materializando.

—Soy un panda —dijo sacando por unos instantes la cabeza del lavabo y mirando a sus amigos.

Tal vez fuera cliche afirmar esto de personas con profusas ojeras, pero en el caso de Ingvild y su rostro redondo la comparación era inquietantemente certera, al punto que un antiguo novio solía llamarla como su "pequeña panda peluda" (ignorad el mote). Observó con algo de envidia a la pareja de tortolitos debajo de la carpa. No dormir le estaba pasando factura, pero al menos la parte correspondiente a su pelaje se encontraba bajo control1.

Regresó peine en mano y comenzó a pasarlo por el lomo de su amiga, mientras reflexionaba sobre los eventos del día.

—Tiene que haber algo que podamos hacer. Gracias al viaje en el tiempo sabemos que no se detendrán con Astérope, por más que ahora digan eso. Me gustaría saber qué hay de cierto sobre el exilio que sufrieron a manos de la humanidad en el pasado... deberían existir cuentos al respecto en algún lado.

Tal vez no fuera importante, pero le inquietaba posicionarse o mediar entre distintos bandos sin tener clara una posición histórica, por lo que pasó los siguientes minutos peinando el lomo de Brygresa con una mano mientras con la otra buscaba en el móvil información sobre el folklore de distintas culturas.

Notas de juego

1 El mote no se refiere a lo que uno podría creer; long story, ignoradlo.

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11/07/2021, 00:14
Bediviere Lafayette

Media hora antes

Aquel amago de risa le supo dulce, mientras notaba cómo sus dedos se deslizaban despacio, por sus mejillas. Suspiró, mientras lo escuchaba. Había llorado tanto en las últimas horas que se preguntaba si no notaría surcos en sus mejillas. Pensó en que pudieran verla los demás, pero luego se dijo que a aquellas alturas todos ellos sabían que tras su aspecto oscuro y serio, casi adusto, se escondía una chica de lágrima fácil con el temple un poco roto. Y el primero, seguramente, en haberse dado cuenta, era el mismo Nikita. Ella misma se lo había dejado caer el día de la fiesta.

- Ah, ¿estoy enamorada de ti?preguntó, con una malicia algo empañada por la circunstancia- Con qué facilidad te sale de la boca... Me parece que te gusta mucho decirlo.-dijo, enarcando ligeramente una ceja y ajustándose las gafas.

Es verdad que el coche te dio muchos puntos.-reconoció- Pero no por los motivos típicos.-lo miró de soslayo, con aquellos ojos del color de la tormenta, aún húmedos, y un leve sonrojo asomó en su cara- Ver que conducías algo antiguo, con personalidad propia y bien cuidado me dijo mucho de ti. Me habló de que eras una persona cuidadosa. De que tenías un alma sabia y sensible y de que no te dejarías influir por lo que opinase la mayoría. Y de que... Si tus manos eran capaces de mantener así ese coche, serían pródigas en otros muchos sentidos.-confesó, encogiéndose de hombros, dibujando una media sonrisa- No pienses mal. O bueno sí... Pero no sólo me refiero a eso. -apuntó, aún con malicia templada- Espero que se encuentre de una pieza. Después de lo que hemos vivido ahí dentro... Me siento tan segura dentro de tu coche. Joder, que volví a nacer en él. No es para menos. 

Luego su gesto se volvió más serio, cuando lo escuchó hablar de su sombra. De cómo lo había protegido. De cómo había sido capaz de conformar un portal- Te protegí yo. Te protegió tu abuelo. La bendición del starets y... Creo que también endureciste.-dijo, un tanto insegura- No sé. La guadaña sonó como si chocase con algo duro y resistente. Como un diamante. Yo creo que también fuiste capaz de hacer eso, y todo, en conjunto, te protegió. -se acomodó, contra su hombro, y desvió la mirada. No quería enfrentarlo mientras recordaba que había estado a punto de perderlo a él también- No sé qué habría hecho si te llega a haber matado. Si se llega a haber quedado con tu alma...-sintió un profundo escalofrío recorrerle la espalda y, durante un instante, las pupilas le volvieron a arder. Tragó saliva, y no quiso añadir nada más sobre el tema. Ambos debían sospechar que quizá no habría sabido sobrellevarlo. 

Asintió- Es parte de mí, y de ti. Y por eso pude protegerte y avisarte. Sabía que sería más fácil concentrarme en tu presencia que en la de cualquier otro. Porque llevas una parte de mí, dentro de ti.-dijo, volviendo a mirarlo- Y creo que comienzo a entender que esa oscuridad, esa esencia de lo abisal que vive dentro de mí... No es buena, ni es mala, y a la vez, potencialmente, es ambas. Seré yo, será mi intención, mis emociones, mis ideas al respecto... Las que la vuelvan un bálsamo cálido o una pesadilla sin luz. -explicó, exponiendo la conclusión a la que había llegado- Creo que soy algo situado en lo profundo de la escala de grises. Y me asusta... Ser capaz de hacer todas esas cosas y pensar que seguramente sean más, y muchas peligrosas. Pero ahora mismo, y a pesar de todo lo que he perdido, me alegra haber sido capaz de ser útil hoy. Gracias a mi sombra. -y al decir aquello, se le volvían a escapar inevitablemente las lágrimas.

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11/07/2021, 01:48
Nikita Pontecorvo

Media hora antes

El tono malicioso de la voz de Bediviere, aún con la tristeza prendida de su garganta —esa forma burlona suya de prodigar los cumplidos—, podía escucharla ahora Nikita claramente, como todo lo que provenía de ella. La sonrisa del chico se amplió al escuchar cómo se burlaba al comentar lo mucho que parecía gustarle decir que estaba enamorada de él.

Me gusta mucho más oírlo que decirlo—replicó feliz en medio de toda aquella tribulación mientras escuchaba todos los detalles de su personalidad que ella decía haber desentrañado al encontrarse con su coche. Le encantó, pura y llanamente, y esperó que tuviera razón en todo o, al menos, que siguiera pensando siempre así de él. Al escuchar que esperaba que el coche estuviera de una pieza, Nikita asintió. Aún en medio de una guerra su mente, o tal vez su corazón, se rebelaba, negándose a aceptar que no pudiera "secuestrarla" algún día y desaparecer juntos siguiendo cualquier carretera. Desde que lo habían hablado en su coche —y recordaba bien todo lo que había sentido aquella mañana de camino a las montañas, cuando su corazón había comenzado a desatarse sin remedio—, aquello formaba parte de sus fantasías particulares y no se desharía de ellas solo porque se hubiera desatado la Tercera Guerra Mundial.

Nikita asentía levemente cuando Bediviere enumeraba todo lo que le había protegido frente al Pescador. Recordándolo, vino también a sus pensamientos la primera vez que lo había visto en la sala del DJ y la forma en que, tan solo mirarlo, entumecía sus músculos y amenazaba con helarle el corazón. Al enfrentar de nuevo su figura hacía unas horas pensó que aquello era el fin, que por eso le había producido tanto pavor verlo la primera vez, como si hubiera sido un augurio y fuera la Muerte misma quien lo mataría bajo aquella forma. Le había dado la horrible sensación de que se cerraba un círculo. Pero el amor que lo protegía —el amor sí, bajo tantas formas—, no lo había permitido. Y aún así su lucha personal con los Reyes de los Muertos no había terminado todavía… Un escalofrío lo recorrió por un instante pero de nuevo guardó silencio al respecto. Más aún cuando la oyó decir que no sabía lo que habría hecho si aquella cosa le hubiera robado el alma. La abrazó entonces, apretándola contra sí y besándole en el pelo, rogando que todo cuanto lo había protegido lo hiciera de nuevo si hiciera falta llegado el momento.

Cuando la chica le respondió acerca de su sombra, Nikita la escuchó con atención. Cuando ella terminó de hablar se tomó su tiempo besando despacio sus ojos y su rostro hasta que sintió que las lágrimas dejaban de correr por él.

Creo que sencillamente forma parte de tu naturaleza —comentó después—.Hay algo en ti, lo dijo Mariam, en tu sangre, una especie de disolvente universal. En ese momento me sonó a que podrías ser el vehículo de muchas cosas, y que tu sombra podría tener en verdad muchas formas. Ella lo dijo también, ¿recuerdas? Desde un veneno a un elixir maravilloso. Y todavía me convenció más de que no sería para mí un veneno jamás. Pero claro, yo tengo el antídoto… —dijo bajando aún más el tono y entornando los ojos, teatralizando como si le hiciera una confidencia. Trataba de hacerla sonreír.

Su boca dibujó entonces una sonrisa afilada y sus ojos la miraron directos, tanto que aunque no dijera qué estaba pensando, imaginó que la chica sabría exactamente qué ocupaba sus pensamientos en aquel instante. Porque sí, beber de ese otro cáliz también formaba parte de sus fantasías, aunque estas hechas realidad. Y no iba a apartarlas tampoco de su cabeza solo porque se hubiera desatado la Tercera Guerra Mundial.

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11/07/2021, 05:44
Bryony J. White

Escuchó con atención la descripción que hacía Bediviere de su aspecto, pues sin un espejo le costaba hacerse a la idea de cómo se la veía desde fuera. Y luego, cuando la americana habló de su suavidad y del miedo que daba, un sonido extraño que parecía una risa brotó de la garganta del enorme felino. 

—Pues... me noto más ágil y flexible. Y más fuerte. Y es como si mis sentidos se hubieran agudizado, algo así. Todo huele mucho más y tengo como un poco de hambre —dijo, banalizando esa voracidad que se revolvía bajo su piel—. Pero sigo siendo yo. Es raro de narices —resumió.

Le parecía gracioso que la acariciasen y a pesar del hambre, le gustaba esa sensación que dejaban sus manos en su pelaje, así que se dejó hacer, incluso cuando Ingvild apareció con un peine para ella. Se tumbó a su lado y escuchó muy atentamente lo que explicaba Nikita sobre las tres formas. Ella solo había visto a Adam con máscara y a Adam oscuro, pero recordaba la descripción de lo de los tentáculos y se alegraba infinito de ser un elegante gato gigante y no un bicho sacado de una peli de serie B. 

—Vale, eso tiene mucho sentido —le dijo al chico—. Bediviere también tiene tres, la de humana, la del pelo verde y la sombra gigante. ¿Y sabéis cómo se hace para volver a una forma normal? No me quejo de que me miméis, pero echo de menos mi móvil.

Tras decir eso, se fijó en Ingvild y se quedó callada un par de segundos, pensando.

—Si consigo contactar con el poeta le preguntaré. Y al amigo de Marta, el de las leyendas. Quizá Mariam o el amigo de Bediviere sepan algo también. 

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11/07/2021, 13:47
Bediviere Lafayette

Negó con el rostro, ante la pregunta muda de Nikita, quizá un tanto más sonrojada que antes. Tomó aire, profundamente, y vio cómo Ingvild se dirigía al baño- No creo que sea una pantera. Ni ningún felino que exista en la fauna que conocemos. Es una mezcla de varios y a la vez ninguno. Quizá imita alguna especie feer. 

Enarcó una ceja cuando dijo que parecía un Panda- Creo que todos podríamos pasar por pandas, ahora mismo.-replicó, y recogió sus rodillas con los brazos, mientras la noruega peinaba a Bry.

En realidad creo que la sombra no era una forma. Era una proyección. Mi cuerpo seguía siendo el que tengo, en mi piso, y en ese momento tenía aspecto de rusalka, con los ojos negros y el pelo rojo. Mi sombra sola fue la que viajó aquí.-explicó, pensativa- Pero creo que sí tengo tres formas, igualmente. La máscara, la forma de rusalka, y además, Mariam me explicó que las ninfas de agua dulce podían convertirse en peces, o en algo híbrido entre pez y humano. Pero dado lo abisales que parecen mis movidas capaz que tengo forma de sirena gótica rollo oscuro con luces raras como las de la fauna de las fosa de las marianas, o de pez horroroso de las profundidades. No he podido probarlo, aunque me gustaría ver qué pasa si lo hago.-confesó, mirando de reojo a Carme y a Frida- Si quieres cambiar de forma creo que es cuestión de voluntad. No sé, piensa en que quieres tener otra de tus formas y quizá funciona.-indicó, encogiéndose de hombros- Aunque así estás muy mona y dudo que alguien se atreva a meterse con nosotros con esos colmillazos que tienes y esas zarpas. -apuntó.

Asintió luego, escuchando hablar a las chicas- Le preguntaré a Sento si sabe algo.-dijo, sacando el móvil de su bolsillo para escribir un mensaje a su compañero de piso. Después de todo, si lo entretenía lo ayudaría a estar despierto.

Pregunta para un arqueólogo profesional como tú y dedicado además a las ruinas atlantes. 

Estamos dándole vueltas al coco. Se supone que a los pueblos feer los exiliaron hace mucho tiempo y que antes vivían aquí, en la superficie. Y bueno, dado que no paran de hablar de Neptuno y de la Atlántida y de que les pertenece, podría ser que los atlantes fueran una población feer. ¿Se conoce algún relato o leyenda sobre cómo o por qué desaparecieron los atlantes? Algo que nos pueda decir que llevó a las hadas a abandonar la superficie.

Por cierto, hemos descubierto que viven bajo la tierra. En cuevas enormes con ciudades y todo. Quizá lo de Agartha no estaba tan ido de la olla. 

PD: No te lo dije antes, pero me alegro de que estés de una pieza. 

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11/07/2021, 22:51
Nikita Pontecorvo

Nikita escuchó con atención cómo las chicas debatían sobre las diferentes formas. Le resultaba muy curioso ser capaz de escuchar con claridad a Bry precisamente ahora que su voz era tan extraña como cabía esperar de un felino que hablara. Se sentó en el suelo junto a Bediviere mientras Ingvild peinaba el lomo de la británica, escuchando las elucubraciones de su chica acerca de su posible forma acuática. Aunque había cierta sorna en sus palabras quién podía saber lo que aún llegarían a descubrir sobre sí mismos.

A lo mejor tú puedes ver algo de las formas que no conocemos aún. Si es que existen —dijo mirando a Bryony—. El anillo te mostró ayer nuestro aspecto sin la máscara y otras cosas, aquellas figuras que dibujaste —añadió mirando a sus dedos, ahora garras, pensando si el anillo estaría en la misma "dimensión" o lo que fuera en la que estuviera su ropa—. Tal vez si se lo pides pueda enseñarte también si tenemos alguna otra forma. Igual te resulta más sencillo ahora que tienes los sentidos agudizados, vete a saber —y mientras hablaba con aquella familiaridad a la chica transformada en animal volvía a alucinar con las cosas a las que comenzaban a acostumbrarse. Eso si es que el estado de ánimo indefinible que tenía en aquel momento podía considerarse acostumbrarse.

La idea de Ingvild acerca de buscar información sobre el exilio de las hadas empezó a cundir y Bediviere y ella se pusieron manos a la obra. Bry nombró a Mariam y Nikita se quedó pensativo.

Es probable que ella sepa algo, al menos seguramente cuáles son las leyendas de las propias hadas al respecto. Parece saber mucho de ellas y ha tenido contacto con los descendientes de ese antepasado mío de que me habló desde hace al menos trescientos años o más si han pasado catorce generaciones. Pero dudo que quiera decirnos nada por el teléfono.

De todos modos Nikita lo sacó de su bolsillo y se puso a escribir:

Necesitamos hablar contigo. Ya debes saber que tenemos una invitación bastante delicada que tiene que llegar el jueves, podría ser vital saber más antes de eso. Espero que estés bien.

Luego se quedó mirando al cuervo.

Por cierto, tu "chico" y yo tenemos una conexión de lo más peculiar. Ya me hablarás también de eso.

Levantó la vista del teléfono para hablar ahora a Ingvild:

Es evidente que pretenden tomar las siete sedes al mismo tiempo. Gracias a vosotras sabemos que lo lograrán y estoy de acuerdo con Vicassy en que si en seis años no se irá todo a la mierda es que deben llegar a un equilibrio por amenaza de destrucción mutua. Y gracias a toda esa información tal vez Branwen y Adam puedan salvar muchas vidas. Y… —dudó un momento si decir lo que le había contado a Senabre hacía un momento pero, ¿qué sentido tenía reservar nada?—. Sospecho cuál es el arma de destrucción masiva que tienen las hadas para empatar a los humanos en hijoputismo. Creo que pueden producir terremotos —sentenció—. Y no lo digo solo por el maremoto, que igual era efecto del paso que abrieron los Pescadores de Almas, etc. Esta madrugada pasada, cuando empezó todo, hubo un temblor de tierra muy ligero. Pero a pesar de no notarse apenas el movimiento hubo algo más… No sé ni explicarlo, igual vosotras lo sentisteis también… —miró alrededor buscando la respuesta en sus rostros—. Era como si de pronto hubieran cambiado de sitio los puntos cardinales o el eje de giro de la Tierra —al decir aquello su gesto era de frustración. En verdad la costaba explicarse al respecto—. Y ahora sabemos lo de las ciudades subterráneas y sus gemas del sol… Parecen dominar bien las fuerzas telúricas. Le he contado mis sospechas a Senabre y me ha dicho que chamanes de todo el mundo le han confirmado que los espíritus subterráneos han estado esquivos —le resultaba imposible ocultar su congoja—. Como sea: si son capaces de provocar terremotos y deben empatar el poder destructivo de las bombas termobáricas, es posible que provoquen la destrucción de algún lugar para demostrar su poder y forzar el equilibrio. Senabre me ha dicho que pasaría la información a las autoridades pero no sé si saberlo servirá para salvar a alguien, si habría tiempo si atacaran así —la angustia y el miedo se transparentaron en sus ojos cuando miró a Ingvild, pues ella había hablado de que debían hacer algo. Bajó la mirada y después se giró hacia la improvisada habitación de Branwen y Adam—. Espero que ellos lo logren al menos. No será poca cosa.

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12/07/2021, 09:31
Adam Dyer

No... —apuntó tajante a la propuesta de Branwen. 

Desconocía el motivo por el que no habían aparecido en Derl, eso estaba claro. A pesar de sus desvelos, de su concentración... él no era un mago como ella. El viaje al Otro lado funcionaba de algún modo que aún no lograba controlar pero sí creía entrever por entre las costuras del asunto, como se las ingeniaba para unir los puntos en diferentes planos. Como el precario juego de hundir la flota en el que se usaban coordenadas y se plegaba el papel para ver si el impacto había sido certero. Esa parecía ser la mecánica cuántica tras la magia feérica. Quizá, indagando un poco más, se podría incluso llegar a la conclusión de que, probablemente, ni siquiera viajasen sino que solo "plegasen el espacio en torno a ellos" como en las novelas de Herbert. Pero sí parecía haber un patrón y Adam, al ver aquella algarabía entorno a los barcos, supo al instante cuál era ese código que, como en Matrix, se escondía tras la realidad.

No te separes de mí por nada del mundo. —dijo con los ojos clavados en los contrarios mientras apretaba la mano de su chica con fuerza. Y así, decidido, se fue directa a la muchedumbre. Miraba a todos lados, por doquier, con unos ojos incisivos y ávidos de encontrar lo que pensaba que iba a encontrar de un momento a otro. Una cara conocida. Allí, tan lejos y, a la vez, en un lugar al que por otro lado pertenecía. Estaba convencido con una fe absolutamente ciega. Buscaba su propia cara entre la muchedumbre. 

La otra vez llegué a Edöla por un motivo. Y hasta ahora no he sabido cuál... por alguna razón, nada más llegar me topé con Anastasia, la novia de Denis, mi hermano. Prácticamente al minuto de llegar. ¿No te parece demasiada casualidad? Creo que él es el enlace que me ancla a este mundo. Creo que la impronta que él dejó en ella era tan fuerte que eso me atrajo hasta ese lugar. Y si ahora estamos aquí, a los pies de un barco que carga gente para viajar a aquel lado, a nuestro lado, es porque él, el propio Denis, tiene que estar aquí. Anastasia lo dijo, quería ir a buscar sus padres... quería subir a un barco de polizón. Esto no es Derl y estoy casi seguro que tampoco es Edöla. El Sueño me ha traído hasta aquí por él... tiene que ser por él.

Adam hablaba azorado... casi al borde de la exaltación. Cuando emprendió su segundo viaje al mundo de las hadas no tenía en mente a su hermano. El asunto de las bombas y salvar la Horatura le pareció suficientemente importante como para centrarse en aquello. Y sin embargo, ahora que estaba allí entendía que había algo que hacer allí. Como en las aventuras gráficas de los noventa. Si había llegado allí era porque allí se escondía una pieza clave de aquel puzle. Y esperaba, suponía y también deseaba que esa pieza fuera él.

Abre bien los ojos, mi amor. 

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12/07/2021, 10:54
Sento

Lo único serio que encontró Ingvild en Internet hablaba de aculturación en relación con leyendas de santos evangelizadores del cristianismo antiguo. Lo demás eran pupurris sin fundamento, desde alienígenas que iban y venían con las tormentas de cometas a una muy curiosa de un planeta que rotaba dentro de nuestro planeta como una bola dentro de un hueco esférico y que a veces coincidía con puertas —verdaderos agujeros— por los que podían venir.

Sento pensaba que culturas como la de los atlantes eran muy anteriores a esas leyendas y que por fuerza éstas mezclaban muchos temas distintos. Sí veía posible que algunos de los reyes atlantes fueran feer, y que hubo una época en que ambas razas estuvieron en contacto, o incluso mezcladas en los mismos pueblos.

En sus mensajes también hizo alusión a la teoría del pequeño planeta rodando como una canica dentro del nuestro, diciendo en broma que estaba entre esa y la que decía que las hadas son un montaje de la CÍA para la dominación mundial y que en realidad "siguen sin existir".

Bryony sintió que podía volver a su forma humana y de desearlo lo consiguió sin ningún esfuerzo*.

Notas de juego

(*) En el siguiente post Morgian decide en qué forma está su personaje. Quien postee antes de ella que asuma que lo hace en su forma actual (tigresa-feer)

1 de 2

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12/07/2021, 10:55
Mariam Daquino

El cuervo voló a una esquina y se posó en el hombro de una bruja que había allí, fumando en pipa. Era imposible saber cuándo había aparecido exactamente, aunque parecía haberlo hecho hace poco porque el búnker todavía no olía a su tabaco.

Las que la habían visto antes la reconocieron inmediatamente como Mariam, pero sin su indumentaria de "policía judicial". Iba descalza, vestía una túnica verde pálido con capucha —que no tenía puesta— y llevaba consigo un zurrón de esparto, varias calabazas —a modo de cantimploras—, un sombrero de mimbre que parecía un plato con un pico en su centro —y que llevaba colgado a la espalda— y una barita mágica hecha a partir de una raíz con la que tamborileaba el suelo.

—Uf, qué ganas tenía de un poco de relax. Bonita choza… Guapa, guapa.

Se incorporó buscando la mirada de la dueña, hasta que Frida le hizo un gesto de asentimiento con la cabeza. Continuó hablando con su voz, típica de los que han bebido y fumado demasiado en la vida.

—Hola chicos. He traído un poco de maría-quita-sueño. Es mejor que la que han desarrollado los americanos con ingeniería genética, metiéndole nosequé del café, para sus marines. La mía es cien por cien ecológica y natural y te deja pegar alguna cabezadita en plan grogi-colocón sin que te conviertas en un souvenir de Atlaneva.

Notas de juego

El dibujo del centro sería la túnica con la capucha puesta y sin sombrero y la figura sería con todo el conjunto puesto.

2 de 2

Ya podéis postear.

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12/07/2021, 11:39
Bediviere Lafayette

Media hora antes

Notó sus brazos, rodeándola, y fue como si la aferrasen a la tierra. En ese momento en el que se sentía desposeída, una extranjera de todas partes, saberse contra su pecho, le daba una referencia incuestionable e inquebrantable. 

Parpadeó, al sentirse de pronto sin gafas, y cerró los ojos al percibir cómo su boca se derramaba, despacio, por su rostro, secándole las lágrimas. ¿Habría sombra igualmente en sus lágrimas? ¿Eran igual que su sangre, como un disolvente universal?

Se preguntó aquello mientras lo escuchaba, y al mirarlo de nuevo se encontró con sus pupilas fijas, y con su sonrisa afilada. En efecto, él tenía el antídoto, se recordó, mientras el sonrojo aumentaba varios tonos en sus mejillas, y una media sonrisa se dibujaba en su boca carnosa- Pues yo creo que ese antídoto es como la antitetánica. Que te tienes que poner una dosis de recuerdo de vez en cuando... Por si acaso.-dijo, estirando un tanto aquellas palabras y llevando la mano a sus labios finos, para acariciarlos, despacio, con la yema del pulgar.

En Svriano, nos bañamos juntos. Y no te ahogué. Y tampoco hubo un simple atisbo de pensamiento al respecto, eso te lo puedo jurar.-dijo, suspirando- Supongo que los arrebatos son mas propios de las ninfas del agua que no han sido criadas en la superficie. Aunque arrebatarme... Me arrebataste, eso seguro.-comentó, pensativa y jocosa a un mismo tiempo- ¿Te atreverías a volver a bañarte conmigo? Allí, en nuestro lago. Tengo que saber qué se siente al estar en el agua ahora que sé lo que soy...

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12/07/2021, 11:40
Bediviere Lafayette

Bediviere comunicó a los demás lo que respondía Sento y contestaba una vez más. Sospechaba que el tema le interesaba y de alguna manera, sentía que si le escribía lo entretenía y evitaba que se durmiera. 

Han estado mezclados siempre. Hay muchos descendientes, de cruces entre hadas y humanos, que nacen actualmente con herencia feer (no hay híbridos, o se es, o no se es, es algo que salta generacionalmente, parece) y hay otros tantos intercambiados. feer que no saben que lo son, y que de pequeños sustituyeron a otro crio que era humano, teniendo su aspecto exacto.  Ya conozco casos de ambos supuestos. Nunca se fueron. Sólo se escondieron o perdieron la noción de lo que eran. 

Hay mucha gente descubriendo que su vida era una mentira, a día de hoy. Lo que ha pasado ha revelado muchas verdades. Creo que un porcentaje importante de la población terrestre es feer o de herencia feer. Así que no estamos viendo una guerra entre una raza venida de otro planeta y la humanidad. Es más bien, una guerra civil a gran escala. Algo más fratricida. 

Y mientras escribía, escuchaba a Nikita, a su lado. Lo miraba, pensativa- ¿Puede que sintieras eso porque estás más relacionado con la tierra? Al ser lo que eres. -preguntó, enarcando ligeramente una ceja- Yo sentí que no era algo normal. Pero no llegué a percibir todo a esa escala. Pero ahora que lo dices... ¿Recordáis el árbol de cobre? Cuando Ingvild intentó quitarlo una fuerza enorme la tiró hacia atrás. Y estábamos lejos del epicentro, que estaba en medio del mar. Podrían ser esas fuerzas telúricas que ellos controlaban, las que se filtraron por el árbol y tiraron a Ingvild al suelo. Y además el chisme empezó a sonar antes del terremoto... Y sentimos que era una especie de alarma y que estaba relacionado con las luces y todo lo que estaba ocurriendo. -expuso- Se lo dieron a Bry porque sabían que iba a pasar algo gordo. Como deferencia. Para darle la oportunidad de huir si empezaba a sonar. -afirmó, concluyendo aquello mientras miraba a la británica en forma de gran felino feer. 

Entonces escuchó la voz de Mariam, a su espalda. No le sorprendió. Por alguna razón había entendido que si aquel cuervo estaba ahí y estaba relacionado con Mariam, Mariam podía aparecer cuando le diese la gana. Y escuchar su voz cuando abrieron el portal le confirmaba que sus sentidos y su presencia estaba vinculada a la del pequeño animal que había estado observando las pantallas.

Mariam.-asintió, a modo de saludo, con ese reconocimiento de mujer a matriarca que ya se había dado antes entre ambas. Le aliviaba verla entera. No la conocía demasiado, pero le caía bien. Y si bien su aparición no fue una sorpresa, su ropa sí lo era- Bonita túnica.-apuntó, sin saber exactamente cómo hacer referencia al hecho de que fuese vestida de bruja antigua, o lo que fuese aquella indumentaria. 

Chicas, ella es la amiga de Nikita de la que os hemos hablado, Mariam.-la presentó, con un gesto de su mano- Ellas son Frida, Carme, Bryony e Ingvild. Y esos dos ahí tumbados son Adam y Branwen. Bryony suele parecerse más a nosotros, pero hoy hemos descubierto que también es un gato enorme. -comentó, suspirando. ¿Cuánto más vivirían y descubrirían aquel día? No lo sabía. Pero era necesario saber más. Y por ello, ahora, con aquella extraña mujer que se había ganado su simpatía presente, sentía que las oportunidades de responder preguntas importantes aumentaban. 

Me alegra verte de una pieza. Siéntate con nosotros si quieres, antes de que te cosamos a preguntas. Tenemos comida y bebida. Y lo que traes creo que nos es muy necesario. No hemos dormido nada desde ayer.

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12/07/2021, 12:01
Nikita Pontecorvo

Media hora antes

Los labios de Nikita se estiraron en una sonrisa mientras ella los acariciaba con su pulgar. La contemplaba con los ojos encendidos.

Estoy de acuerdo. Y creo que necesito una nueva dosis más pronto que tarde —insinuó acercándose a su boca. La rozó con la suya primero y atrapó después por un instante su labio inferior. Suspiró resignado al separarse. Cómo hubiera querido estar a solas con ella.

Asintió con gravedad a su pregunta.

Sí, volvería contigo a nuestro lago. Me encantaría poder hacerlo —aseguró mirándola a los ojos para que percibiera la decisión en sus palabras—. ¿Sabes?, no habría ido sin ti hasta allí, no me habría atrevido a adentrarme solo —le sonrió—. Y ahora tengo la sensación de que ese lugar existe para nosotros. Bueno, ya puedes recordarme lo cursi que soy —añadió con un tono algo más burlón, pero el brillo de sus ojos no lo acompañaba. Hubo en ellos como un destello nublado que desapareció en un instante para volver a mirarla con arrobo.

¿Puedo pedirte algo? —se giró para observar un momento a las chicas que estaban en otro lado de la sala. Después volvió sobre los ojos de Bediviere, enrojecidos por las lágrimas y aún así tan hermosos como siempre. Le colocó de nuevo las gafas con cuidado y sonrió al ver el resultado. Le encantaba el aire de bibliotecaria terriblemente sexi que le daban—. Me gustaría volver a oírte cantar ahora que puedo escucharte. Si en algún momento te apeteciera hacerlo, claro.

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12/07/2021, 13:11
Denis

Adam encontró a Denis zarandeando una valla que daba acceso a una rampa de embarque, junto con una especie de hobbit, un tío demasiado flaco como para estar seguro de que fuera humano y una humana desdentada de las palas que aprovechaba el hueco para silbar con potencia.

Vestía con ropa "occidental" moderna, menos el pelo, que lo llevaba rapadado de los lados y un poco largo de arriba. Tenía aire de punki de los ochenta buscando trabajo.

Un montón de gente acudía hacia allí, como si aquellos tres hubieran descubierto un punto débil desde el que acceder al barco. Al otro lado de la valla, tres fusileros vestidos de marineros del siglo diecinueve —boina y camiseta a rallas incluida— comenzaron a dar culatazos contra la alambrada tratando de golpearles las manos a los que protestaban y así dejaran de moverla.

La voz de Denis sonó por encima de la multitud, soltando consignas revolucionarias como una ametralladora.

—¡Que el Consejo de los Reinos deponga a la Duma Imperial! ¡Viva la Revolución de los Siervos! ¡Muerte a la Burguesía imperialista que sacrifica a los Siervos mientras sigue engordando su capital y aumentando su poder! ¡Revolución! ¡Muerte a la Duma Imperial!

Al oír esa voz idéntica a la de Adam, Branwen también reconoció al gemelo. Estaban a apenas diez metros de él y la cosa se ponía más y más tensa.

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12/07/2021, 22:08
Bediviere Lafayette

Media hora antes

El suspiro fue compartido al percibir el tacto de sus boca sobre sus labios. Se le entrecortaba, al notar que atrapaba el inferior. Recordaba que una de las primeras cosas que había hecho, al besarla por primera vez, era morder su labio, atraparlo como un preludio o una sugerencia, o quizá como una petición para que se dejase arrastrar por él. 

Y se habría dejado arrastrar en aquel instante. Se habría escondido del mundo bajo su piel, dejando que todo se parase mientras se cobijaba en su calor y en sus suspiros. Y quizá él podía saber que precísamente eso pensaba, al mirarla a los ojos y encontrar sus pupilas anhelantes y oscurecidas, a pesar de que todo alrededor pareciera estar estallando en pedazos. 

Rozaba su cuello, despacio, con la punta de su nariz, y notaba cómo el corazón se le encogía al escucharlo responder con aquella determinación. Al volver a mirarlo, y ser capaz de paladear la honestidad de sus palabras. Había tenido miedo de que la temiese, después del malentendido que había habido entre ambos la tarde anterior. Pero no había miedo en sus pupilas grises. 

- No creo que tenga que recordarte que eres cursi. Es tan evidente que sería redundante que lo dijera.-dijo, con aquel tono burlón y una sonrisa- Pero... Es y será nuestro lago. Siempre. Pase lo que pase, con el mundo o con nosotros, lo recordaré así. -acariciaba su pelo, notando que su sonrisa y sus ojos no se acompasaban. Seguramente debía pensar que aquel lago jamás volvería a ser el mismo. Que no sabía si volverían siquiera alguna vez a ver esas lagunas de agua turquesa. Y ella tampoco podía evitar pensar algo así, pero habían jurado ante aquella estampa, y ella era un caballero. Jamás se olvidaría de ese día, ni de esa laguna. 

Asintió al oirlo preguntar si podía pedirle algo. Lo vio mirar hacia las chicas y se sonrojó incluso antes de que le pusiera las gafas y la mirase con aquella sonrisa, y también antes de que le pidiese que cantase de nuevo para él. Que cantase para que pudiera escucharla de verdad. 

Bediviere contempló a Nikita en silencio, respirando hondo. Aquello de cantar le costaba. Era como si el pedazo de alma que se encargaba de tener ganas de cantar canciones, se le hubiese roto. Pero lo miraba y se decía que sólo una desalmada podría haberle dicho que no. Y se dijo que se acordaría, de que había cantado para él precísamente en ese momento, tal y como el hecho de que Bryan la hubiese hecho cantar Lucy in the sky with diamons fuese lo primero que había venido a su mente, cuando él le había pedido que le preguntase por cualquier día de su vida juntos. De todos los días, escogió ese. Y quizá, si Nikita llegaba a hacerle la misma pregunta, ella escogería precísamente ese instante. 

No puedo decirle que no a un sordo melómano.-dijo, tras un silencio prolongado, en el que claramente estuvo sopesando su respuesta- Pero me lo cobraré. Más adelante. Hoy... Te lo perdono. Por ser tú.-suspiró, y se acomodó para arrullarlo. Para atraerlo hacia su pecho. No quería que la mirase a la cara mientras cantaba- Voy a cantar bajito. Porque lo voy a hacer sólo para ti. Voy a cantar para ti... Y para tu coche, que esperemos que no esté debajo del culo de un dragón.-dijo, de nuevo jocosa, acariciando una vez más su pelo.

Y entonces guardó silencio otra vez. Respiraba, y lo acariciaba, y reunía el coraje y la voz. Se preguntó, durante un instante, qué debía cantar, en aquel día gris en el que el mundo los había barrido y se sentía en medio de la nada. Y recordó, de forma diáfana y clara, lo mucho que la había reconfortado la voz de Morrissey la noche en la que habían surcado las aguas. 

Había escuchado aquella canción durante todo su viaje a Toulouse y casi cada noche antes de dormir. Pero no se lo había dicho. Así que aquella sería una concesión, y también una suerte de confesión. 

Oh, mother... I can feel... The soil falling over my head... 

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12/07/2021, 22:55
Branwen Glyndwr

Le dedicó una mirada interrogativa, achicada su apertura tratando de captar la raíz de la razón de la negativa de Adam. A veces los pensamientos tenían tortuosas sendas hacia la luz, y por eso acostumbraba a darles tiempo. Para que lo que expresara la boca se encontrara con el contexto.

Este era muy evidente cuando al final se ponía bajo el prisma de la perspectiva de Adam. Si se cogía con ánimo crítico y constructivo tenía toda la lógica de la forma de actuar. Vinieron hasta aquí en un sueño. Bien hay que saber muchas habilidades para cabalgar a voluntad un sueño. Ella venía como alegre polizón, pero el que dominaba el asunto era Adam. Así que se recosió el lazo de dedos cuando medio pidió, medio ordeno que por todo lo que pudieran no se separaran uno del otro.

- Por nada del mundo - y no había miedo en su tono solo comprensión. Él tenía la responsabilidad de concentrarse en el timón y ella la de ayudarle descargándole de otras distracciones, cuidando de sí misma, lo que pudiera. Le sonrió con afectuosa solidaridad, no del todo despejada de la preocupación que arrastraba de cinco minutos antes - ¿No te parece que siempre vas a donde tenías que ir? ¿Al sueño correcto? Deberíamos darle una pensada cuando tengamos un respiro - le comentó con la calidez del asombro. Luego asintió bajándose las gafas - Vale, Miro - manifestó decidida barriendo con los ojos a las masas - ¿Como lo rec...?

Una media sonrisa irónica le iluminó los labios, y se trasladó a la leve ojeada que compartió con su chico. Adam lo había encontrado aunque, bien mirado, era como si siguieran hollando por la lógica del sueño. Facilitándoles la vía de menor resistencia del punto A al punto D.

- Ha sido impresionante - murmuró con admiración, pero también, cerrando la línea de sus rasgos, camino de la neutra estampa que le era propia a su seriedad - ha sido muy sutil - y prestando atención a lo que el gemelo de su chico vociferaba añadió, con la fina corteza en la voz de quien está escuchando y entendiendo y haciéndose partícipe - y también esta siendo ... Instructivo.

Allí estaba el muchacho. Casi idéntico a Adam. Más baqueteado o de forma distinta, lo que a Branwen le significó en reconocer los porqués por los que gravitó hacia Adam y no lo hubiera hecho hacia Denis. Y eso que como un vendaval apasionado el hermanastro de su novio le estaba barriendo la hojarasca que nublaba mucho de lo que desconocía de los Feer.

De un plumazo dio la idea de la existencia de un Imperio, de una agrupación de Reinos, de un equilibrio de poder entre ambos, de una economía decimonónica de clases serviles, de estratos capitalistas, del posible impulso victoriano de dominio y sometimiento y de la mecha corta que les quedaban a unos y a otros (y la minúscula cantidad de metros que les podían separar del punto de deflagración social). Con sencillez habia activado su hervor proletario en la sangre.

Sin embargo, la potencial presencia de la violencia la perturbó, y la incierta reacción del hermanastro de Adam la preocupó. No se veía como para ofrecer lo que estaban pidiendo (si el muchacho estaba obtusamente dedicado al ideal que bramaba, justamente ellos podrían ser vistos como lo contrario y el enemigo y empezó a meditar que así era por como había dejado atrás anastasia) a no ser que todo fuera una manipulación para abrirse paso a la libertad (loable objetivo), sin atenerse a los medios y las consecuencias (lo que a ojos de Branwen sería deleznable aun siendo comprensible).

Lo observó actuar, gesticular, siendo él abriendo su expresión hacia los otros y mientras lo hizo, intento pillar si aquel chico, nadaba en suficientes aguas de sinceridad o estaba guardando la ropa en la orilla seca de los engaños a la busca de su oportunidad.

Paralelamente, practicó en silencio en el fondo de la boca una frase para descargar una distracción que fuera necesaria para salvarles el culo.

No quería hacerle daño a la mano de su chico, pero no pudo evitar seguir teniéndola atrapada con los nudillos blancos de tensión.