Partida Rol por web

—Pues dáselas de comer a los perros —respondió aquella voz grave, en un tono desdeñoso—. Los dioses saben que no le harán ascos a una rata.

Berenice no tenía forma de ayudar en aquel plan y por eso no había comentado nada hasta el momento. De todos, era la única que podría haber pasado por encima de la trampa sin sufrir daño; pero, precisamente, de todos ellos era la única incapaz de hacer daño a nadie, de modo que aunque hubiese llegado al otro lado, estaría intentando convencer al guardia de que se había perdido casualmente en la cueva, en lugar de dejarlo inconsciente de un contundente mazazo.

Secundó el plan de Kora y se apartaron cuando Galatea lanzó su conjuración. La rata desapareció por el pasillo y activó la trampa, tal y como esperaban. En silencio, aguardaron resultados, hasta que aquella voz recorrió la caverna hasta alcanzar los oídos de Berenice. Tardó medio segundo en reconocerla y al instante, un aluvión de recuerdos pasaron por su mente. Se llevó las manos a la boca para contener un gemido ahogado y se apartó de sus amigos, conmocionada, sintiendo que el cuerpo se le entumecía y el corazón comenzaba a golpearle el pecho con fuerza. Ella no lo veía, pero también se le habían erizado las plumas de las alas.

Aedelwulf. Esa voz era la de su Aedelwulf. Esa voz que le hacía cosquillas en los oídos y le calentaba la sangre hasta dejarle la cabeza completamente aturdida. El calor en el corazón fue lo más significativo, como tan vergonzoso y culpable fue la sacudida que sintió en el vientre. Su primer impulso fue correr hacia él para ver si estaba bien. Estaba vivo. Estaba a salvo. Pero su lado racional, los sonidos de la cueva y el del arroyo ahogado entre las cavernas la trajo de vuelta al presente. Estaba vivo, pero estaba allí. Y no estaban en el Cormanthor, no estaban en las ruinas subterráneas, no estaban ellos dos solos en aquel lugar apartando donde no importaba absolutamente nada más que ellos, ni existía siquiera el mundo real que había fuera. Sintió las lágrimas escociéndole los ojos, pero resolvió que no eran de tristeza; sus lágrimas eran de alegría infinita y felicidad imposible. Tragó saliva con fuerza, le dolía el pecho y el cuerpo, y le costó demasiado tiempo recuperar la compostura frente a los demás.

Respiró hondo y asintió cuando alguien le preguntó si estaba bien. Todavía estaba ciega y medio sorda debido a la impresión.

-El hombre que habla con el guardia -murmuró con la voz enronquecida, a través del conjuro-. Le conozco. Me conoce. Es un licántropo. Es peligroso. Muy peligroso. Se llama Aedelwulf. Es... Fuimos... Nosotros... Intentó matarme -declaró, sorprendiéndose ella misma al hablar, por primera vez, de ello-. Pero no era él. No. Yo tampoco era yo. Me salieron las alas de repente. Él me atacó...

Se pasó la mano por la cara para secar el sudor que le bajaba por la frente y resopló. Descolgó la maza y la empuñó con fuerza. También levantó el escudo.

-Dejemos inconsciente al guardia, primero. Intentad no confrontar a Aedelwulf, se enfada fácil. Hablaré con él. Seguro que le han capturado y nos puede ayudar.

No suena como si estuviera preso... respondió Rya. Muy al contrario, hablaba con él con toda familiaridad, y a Rya no le parecía la familiaridad del preso con quien lleva largo tiempo vigilándole. Además, Galatea había dicho que entre los hombres que habían atacado el círculo se contaba un licántropo. 

Con suerte, se dijo la paladina, sería el único. Y con más suerte, Berenice sería capaz de evitar que se las vieran con él.

¿Es de esas trampas encantadas que se rearman solas? preguntó a Savinian. Y a todos: ¿Salimos? 

Galatea levantó ambas palmas en gesto de pedir un momento ante el intento de exposición de Berenice. No es que hubiese sido muy clara explicándose.

—Un momento—dijo—. "Intentó matarme", "es muy peligroso" y añado, "está hablando tranquilamente con los tipos que han aniquilado el Círculo de los Cedros" no son algo que me resulte compatible con "Nos puede ayudar".

Volvió a bajarlas y frunció ligeramente el ceño. Felinal había dicho que uno de los atacantes olía a depredador y el tal Beowoulf, Aedelwulf, o como diablos se llamase tenía todas las papeletas para encajar en el puesto. Sumado a las sospechas de que la manada de Malar pudiera estar involucrada por haberse desplazado a la zona hacía que no le gustase nada cómo estaba sonando aquello.

—Por favor, Bere, explícate bien—añadió sin hostilidad pero con firmeza—. Porque ahora mismo lo que quiero de ese tipo es una explicación... y dependiendo de cuál sea no puedo prometer que no quiera algo más.

—No —le respondió Savinian a Rya, a través del conjuro—. Es una trampa mecánica, y de las toscas. No va a estar rearmada. Pero tal y como ha sonado debe ser un foso que podría estar aún abierto. Tendrás que saltar por encima de él, pero al menos sabrás dónde empieza y dónde acaba.

La selunita miró a su compañera sin saber muy bien qué decir o cómo explicarse. Abrió la boca y la cerró, varias veces, buscando las palabras. Al final se encogió de hombros.

-No sabía que era un licántropo, yo solo le conocí como un hombre -dijo en voz baja, sonrojándose exageradamente-. No sé nada de él, excepto... que... bueno, nosotros... Estuve con él en el bosque de Cormanthor. Caímos en unas ruinas y quedamos atrapados en una ciudad subterránea durante no sé el tiempo. Allí encontré a mi madre, me reveló quién era yo y nos trajo de vuelta al Plano Material. Nuestras naturalezas se manifestaron, mi parte celestial y su parte animal; y me atacó, pero no sé la razón. No recuerdo nada de ese suceso, nada, pero pudo haberme matado y no lo hizo, porque desperté a salvo en el Templo. Es un buen hombre y un guerrero formidable. Quizá esté preso, quizá no, quizá esté detrás de este horror -manifestó con un nudo en la garganta-, así que no puedo contarte más cosas, porque no lo sé.

Miró a Rya y asintió.

-Sí, vamos. Tenemos que obtener respuestas sobre lo sucedido.

Galatea se quedó en silencio un instante, aún con el ceño ligeramente fruncido. Le daba igual el pasado de aquel tipo y por desgracia el trozo que conocía Berenice de éste no lanzaba cabos hacia el presente, porque lo que le interesaba era el presente. ¿Qué demonios hacía allí y cuáles eran sus intenciones? Pero esa respuesta no la tenían todavía. Y que su amiga hubiera mencionado la posibilidad de pedirle "ayuda" no la convencía en absoluto.

—Ser muy peligroso, estar aquí, y ser un buen hombre siguen sin cuadrarme—dijo finalmente, de nuevo sin hostilidad pero sin cambiar la expresión—. Así que me vais a disculpar que por ahora mantenga el recelo. Y también lo dicho.

Hizo un ligero gesto de mano mirando a Rya, como quien cede el paso, cuando ésta preguntó si entraban. No era su intención hostigar a Berenice y estaban todos de acuerdo al menos en que necesitaban respuestas así que el único modo de obtenerlas era avanzando.

—Pero en marcha. Averigüemos de qué va todo esto.

Podemos darle el beneficio de la duda, Bere, pero si está con los que atacaron el Círculo, no nos ha de temblar la mano, advirtió Rya. 

Las explicaciones de Berenice solo consiguieron aumentar la suspicacia de la paladina, pero si su amiga creía sinceramente que ese hombre era bueno, Rya no iba a condenarle antes de escucharlo, ni a desperdiciar la ocasión de verse libres de un poderoso oponente. 

Con cuidado, dijo a Sésperis. Rya se puso en cabeza de los Escudos y, con un gesto, conjuró una sencilla barrera mágica; uno de sus sortilegios más viejos, el que le había fallado en Harrowdale, en un incidente que no era capaz de olvidar todavía. Sésperis plegó las alas y avanzó por el túnel con cuidadosa lentitud, ocupándolo por completo con su envergadura. 

El mercenario obedeció al hombre que Berenice había llamado 'Aedelwulf', y se fue hacia el pasillo del oeste. Lanzó un alarido cuando la rata convocada por Galatea le mordió en el gemelo.

—¡Joder, la puta rata me ha mordido!

Oísteis risas del otro lado de la caverna, y chanzas a costa del centinela. Pese al mordisco, el mercenario llegó a su destino, abrió una puerta metálica con un chirrido y de la jaula brotó un perro enorme con el pelaje de color gris, los ojos amarillos y los dientes negros y afilados. Era casi tan grande como un caballo, pero mantenía su cuerpo musculoso cerca del suelo mientras se movía, como si estuviera acostumbrado a moverse por los túneles. El sabueso cogió a la rata con las fauces y fue a tragársela entera cuando de pronto... desapareció, finalizado el conjuro.

—¡Eh, es magia! ¡La rata ha desaparecido!

Fue justo el momento en el que Rya y Sésperis aparecieron por la entrada de la caverna.

Asalto #1 (en el que dejáis que el mercenario y la rata "bailen")

Rata terrible ataca al mercenario, pero falla (ataque 7)

Mercenario mueve provocando el ataque de oportunidad de la rata terrible, que le asesta un golpe crítico (ataque 24, confirmación 15; daño 4). Mercenario falla la TS Fort y está incubando Fiebre de la mugre (1 día). Llega a F13 donde abre una jaula.

Sabueso de las Profundidades Feral sale de la jaula y mueve a la intersección I-J/11-12 y mata a la rata terrible (ataque 22, daño 17).

Rya lanza Escudo.

Galatea adquiere forma de águila.

Kora activa canción de bardo.

Berenice activa devoción por la protección y lanza Escudo de la fe sobre Galatea.

Me faltan iniciativas y posiciones para seguir resolviendo asalto 2 del combate. Decídmelo en el Off-Topic, si sois tan amables.

(X) Galatea: 55/55 (Convicción 2 horas, Cuchichear mensaje 88 minutos, Escudo de la fe +3 6 minutos, Forma de águila, Inspirar valor +2)

(X) Áscalon: 45/45 (Convicción 2 horas, Inspirar valor +2)

Mientras Rya conjuraba sus defensas mágicas, Galatea emitió una luminiscencia verde que de nuevo dejó entrever que su silueta cambiaba; la druida se tornó repentinamente más pequeña y estiró dos largas alas plumosas. Transformada en águila, voló todo lo alto que pudo sobre la trampa para observar lo que ocurría en la sala contigua.

La rata terrible había más que cumplido su misión y ahora llegaban más mercenarios confundidos sobre qué rayos pasaba. Pero aquel perro extraño... ¿otra vez colmillos negros? Ya investigarían aquello después.

Agitó las garras en el aire como si rascase algo invisible con ellas y un muro de humo oscuro se materializó repentinamente entre los guardias y ellos.

Galatea vuela a O12 y lanza Muro de Humo aquí. TS Frot CD 16 para quien lo cruce o nauseado 1 round.

-Bueno, bueno, bueno, ¿qué tenemos aquí? -comentó Kora, animada, colocando el laúd de su espalda en sus manos-. Uníos a la fiesta, amigos, hay sitio para todos.

Comenzó a tararear y rasgó las cuerdas del instrumento, una animada música comenzó a sonar en la mente de sus compañeros. Una música que los demás no podían escuchar, porque ni siquiera podían ver a la bardo.

-Rya, la elegida de Mystra, la gran guerrera sobre su dragón alado, desciende sobre los enemigos como un rayo rasga la noche. Que la gracia de la Señora de los Misterios guíe tu mano, acaba con los enemigos que pueblan el bosque de Velar. Oh, la gran Rya, la hechicera, la doncella de la batalla, la hermosa guerrera mágica...

Y siguió durante un buen rato lanzando elogios sobre Rya.

Aedelwulf inspiró profundamente, venteando el aire con sus fosas nasales. Había un aroma en el aire que había captado su atención.

—Ese olor...

El olor hizo la bestia despertara en su interior, revolviéndose, pugnando por ser liberada para comenzar la cacería. La matanza. Aedelwulf la mantuvo a raya durante unos instantes.

—Vosotros dos mantened la línea, ¡los demás, preparaos! ¡Ya sabéis lo que hacer!

Las últimas palabras fueron pronunciadas por una boca que ya no era humana sino otra cosa, un morro bestial. Gruñidos y babeos precedieron a un largo aullido que reverberó por toda la caverna, helando la sangre de vuestras venas.

A las órdenes de Aedelwulf, dos mercenarios emergieron del muro de humo que había creado Galatea, no muy afectados por los vapores nocivos del hechizo. Del otro lado, el centinela abrió otra jaula liberando a otro de esos perros enormes de dientes negros.

El que había tratado de devorar a la rata avanzó hasta Rya, deteniéndose al borde del poso mientras le enseñaba sus enormes caninos, tan grandes como el dedo corazón de la paladina. Tenía el pelaje erizado y los ojos inyectados en sangre.

Savinian retrasa acción hasta después de Áscalon.

Dos mercenarios atraviesan el muro de humo de Galatea, pasando sendas TS Fort (16, 16). Emergen en P11 y P12 respectivamente.

Mercenario F13 mueve a C12 y abre una jaula.

No veis lo que hacen el resto de mercenarios.

Sabueso de las Profundidades Feral sale de la jaula y mueve a la intersección G-H/11-12.

Sabueso de las Profundidades Feral I11 da un paso de 5' y prepara acción.

¡Turno de Rya, Sésperis y Áscalon!

Oh, para, vas a hacer que me sonroje, dijo Rya, soltando una carcajada. La extraña música sin sonido, y las palabras de Kora apartaron cualquier duda de la paladina y su leal Sésperis. La dragonnel saltó al abismo, dio un golpe con las alas y se posó al otro lado, encarando al enorme sabueso.

Venimos en busca de quienes atacaron el Círculo de los Cedros. Rendid las armas si sois inocentes, pues no hemos llegado con ánimo misericordioso para villanos recalcitrantes, advirtió, alzando la voz. Sabiendo que las palabras, por sí solas, no solían mover las voluntades pertinaces, la paladina recibió el ataque del mastín de las profundidades, y respondió con un demoledor golpazo de su garrote encantado.

He tirado los pg temporales de inspirar grandeza, aunque ahora me fijo en que ya los habías aplicado. Lo que no veo es la tirada.

Sésperis y Rya mueven a L-M-9-10 (si puede ser, dando un rodeo para evitar provocar AdO).
Rya ataca a perrico con ataque poderoso -5. Ataque 26, daño 31.
Sésperis ataca a perrico con mordisco. Ataque 14 (supongo que falla).

El sabueso de las profundidades le lanzó una dentellada a Rya cuando emergió del pasillo y le volvió a atacar cuando se posó al otro lado de la trampa. Sendos ataques no pudieron penetrar las múltiples capas de defensas sortílegas de la paladina de Mystra.

Ataque de oportunidad, fallo.

Acción preparada: ataque, fallo.

Áscalon emitió una serie de gañidos ansiosos mientras daba pasos a un lado y a otro; no veía claro que tuviera espacio para cruzar.

Pos eso, que no hay mucho sitio/espacio para pasar el foso así que de momento el lolbo (que no lobo) se queda donde está.

Savinian se acercó hasta la entrada y extrajo de su bolsita de componentes un sombrero en miniatura. Trazó un centelleante círculo en el aire y extendió un dedo en dirección al sabueso feral. Un haz de luz amarilla salió disparado de su dedo índice y acertó de lleno en el animal, que cayó abatido inmediatamente, lanzando espumarajos por la boca.

Savinian avanza hasta M13 y lanza Rayo de estupidez sobre el sabueso con el que está combatiendo Rya (ataque de toque 24, éxito). Le hace 3 puntos de daño a Inteligencia y lo mata en el acto.

Felinal retrasa iniciativa.

¡Turno de Berenice, Galatea y Kora!

La voz del hombre causó otro estremecimiento en Berenice, que se llevó una mano al pecho para suavizar la presión que sentía en el corazón.

-Que la luz de la luna nos proteja.

Berenice extrajo una perla de su mochila y se la colocó sobre la frente. Cuando su brillo se apagó, agitó las alas para elevarse por encima de la trampa y se detuvo en mitad de la encrucijada, manteniéndose en el aire para que los soldados del suelo no pudieran herirla. El brillo plateado de Selûne brotaba de ella como la luz de la luna en mitad de un bosque.

Galatea había volado por encima de las cabezas de sus oponentes para evitar que la alcanzaran pero el techo resultó ser demasiado bajo. No obstante, al escuchar el aullido, giró sobre si misma y se aproximó hacia donde Rya estaba.

En su forma de águila, conservaba una mancha de plumaje plateado sobre la cabeza, la cual en ese momento comenzó a crecer hasta teñir todo su cuerpo. La figura de águila pareció descomponerse cuando descendió a un par de palmos del suelo, volviéndose rápidamente mucho más grande y musculosa; las plumas, el pico, y las alas desaparecieron dando lugar a pelaje, hocico, y brazos con zarpas; lo que aterrizó con un sonido contundente en tierra fue su forma híbrida. 

Rugió en dirección a los mercenarios, aunque quizá fuera el instinto vestigial de la sangre de lobo que la hacía querer "contestar" a un aullido en lugar de callar en sumisión.

Galatea vuela hasta M8 donde aterriza y cambia a forma híbrida.

Kora no veía nada, saltó por encima de Savinian para poder averiguar lo que estaba pasando, pero no había forma de encontrar a los enemigos.

-Rya, preciosa, ¡sigue así, lo estás haciendo genial!

Escuchasteis los sonidos de las botas de los mercenarios del otro lado del muro de humo alejarse. El centinela que había liberado a los sabuesos hizo lo propio y desapareció por el pasadizo del norte. Uno de los mercenarios que quedaban del otro lado de la barricada se acercó a Berenice le lanzó una estocada a Berenice en el muslo, pero su arma resultó poco efectiva contra la semi celestial. Su compañero preparó una ballesta para disparar desde la seguridad de la cobertura.

El sabueso de las profundidades se lanzó sobre Sésperis y le mordió en una pata con fiereza salvaje.

El movimiento de Galatea provoca dos ataques de oportunidad de los mercenarios, pero fallan (ataques 17 y 12).

Mercenario C12 mueve hacia arriba y desaparece por el pasillo del norte.

Mercenario P11 mueve a Ñ8 desenvainando una segunda espada corta y ataca a Berenice, golpea, pero no confirma el crítico (ataque 26, confirmación 15). Daño: 5, reducido a 0 por la RD.

Mercenario P12 envaina su espada corta, coge su ballesta y la carga.

Sabueso de las Profundidades Feral mueve J-K/11-12 y ataca a Sésperis (ataque 26) asestándole 13 puntos de daño.

¡Turno de Rya, Sésperis, Kora y Áscalon!