Partida Rol por web

Al llegar al río te encuentras con 2 hombres en una balsa navegando al son de su canto. Solo están cubiertos con hojas pegadas a su cuerpo con barro seco. Mueven sus manos siguiendo la danza que tararean y el bote navega sin esfuerzo.

Continuo mi movimiento sigiloso por el bsoque tratando de seguir a las dos personas en la embarcacion sin ser visto.

Tal vez me guien hasta su aldea...

Una voz la despierta del que ha parecido ser el más profundo de sus sueños, ¿Dónde estoy? se preguntaba aturdida, sin llegar a comprender la situación, cuándo una serie de recuerdos la asaltaron, una sombra la sobresaltó en la habitación de la posada mientras dormía y luego la vista se le nubló sin poder hacer nada para remediarlo, Neizh, ¿dónde estás? lo buscó por aquel cuarto pero la oscuridad le impidió localizar nada que no fuese ella misma, ¿qué le habrá pasado? Estaba tan sumida en sus pensamientos, que no reparó en que la persona que la despertó seguía allí, se movía de un lado a otro desesperada por librarse de las cuerdas que la ataban y mordía fuertemente la mordaza que le impedía gritar de pura rabia, se arrastró hasta la figura e intentó golpearla con sus pies, haciendo uso de toda la fuerza que le era posible, ¿Qué le habéis hecho? intentaba gritarle, pero aquel trapo estaba atado demasiado fuerte.

Al arrastrarte hacia la figura notas que es un hombre vetido con ropas de la nación del fuego.
Te mira en tu intento y se sonríe, en eso notas un tirón, tus ataduras están enganchadas con una cadena que está soldada al puso del barco.
Tranquila señala el hombre no somos tan salvajes como ustedes, no pensamos maltratarte como hacen ustedes con sus prisioneros

Mordía la mordaza con fuerza y movía la boca para intentar aflojarla, solo cedió un tanto e intentó pronunciar lo más claro posible aquellas palabras:

- No sabes nada sobre mí - le dijo tajante - ¿Quién eres tú y qué quieres de mí? ¿Por qué estoy aquí? - preguntaba aceleradamente, apenas se entendían sus palabras, aunque esperaba que aquel hombre las contestase - Y, ¿qué le habéis hecho al chico que estaba conmigo? ¿Dónde está? - Sucia alimaña, te partiría la boca si estas cuerdas no me lo impidiesen.

Los hombres siguen navegando por el río cada vez más rápido, te cuesta seguirlos por la niebla, de pronto se detienen y hacen unos extraños movimientos levantando "burbujas de agua" con peces adentro...

Tu nombre es Akai ¿no es así? el hombre sonríe, no espera tu respuesta. El jóven está bien se cruza de brazos. De él si que no sabemos nada Se acerca a ti cautelosamente y te quita la mordasa.
Notas que el lugar donde estás se tambalea de un lado a otro, y eso te marea un poco.
Yo soy Bato, de la tribu agua dice mientras se aleja de tu alcance antes de que puedas hacer nada.
Se que el Rey Fuego te reclutó en privado parra una misión. Queremos saber cuál es esa misión...

Akai lanza una mirada de desprecio hacia el hombre al comprobar que es consciente de su identidad:

- Chico listo - dice con palabras que apenas se entienden.

Cuando se acerca hace ademán de darle una patada, pero se detiene al comprobar que solo intenta quitarle la mordaza, nota que la presión desaparece un tanto, aunque aún sigue atada a lo que parece un barco que irremediablemente se mueve de forma tosca.

- Así que Bato, de la tribu del agua. Bien, ya sabemos lo mismo el uno del otro, pero ¿por qué llevas ropa de esa nación a la que tanto odias? - dice con una pícara sonrisa.

El gesto de sus labios no cambia ni un ápice cuando podría dar todo por perdido, habían sido descubiertos, pero jugaba con ventaja, ellos no sabían que era lo que la había guiado hasta el castillo:

- Vaya, vaya, vaya y yo que creía que me conocías... - luego rió sonoramente y le dedicó una intensa mirada - Más quisiera yo que el mismísimo rey me reclutara para una misión, te equivocas de persona, deberías de reducir el sueldo de aquel que te haya informado de tal insensatez - luego siguió riendo como si la idea fuera absurda - ¿Qué es un infiltrado? A lo mejor los de mi nación le han ofrecido más dinero y te guía por falsas pistas - dijo burlona, aquella situación la divertía y en aquel rostro jamás se podría leer la mentira.

Nosotros no nos guiamos por dinero, no somos las bestias que ustedes son Luego sonríe.
Yo mismo leí el mensaje que la princesa mandó a tu casa
Sirve un vaso de agua de una jarra. ¿Tienes sed?

- Es cierto que esa carta llegó a mi casa pero no era debida a otra cosa que no fuese mi amarga insistencia... - se quedó callada como si aquello la incomodara - Está bien, te contaré el motivo por el que he llegado hasta aquí - luego tosió para aclararse la voz - Todo comenzó un otoño, hará ya año y medio de esta fecha. En ella descubrí la enfermedad que mi madre portaba y que cada día se hacía notar con más pesadez. Era extraña y prácticamente incurable, excepto por una persona, un cura de las tierras del aire. Pero para nuestra desgracia pedí a una gran suma de dinero a cambio de acabar con el mal que poco a poco se estaba llevando la vida de mi madre. Ya casi había perdido la esperanza, cuando llegó hasta mis oídos una gran noticia. La princesa ofrecía pequeños préstamos a sus súbditos, es decir prestaba dinero pero habías de devolverlo sino tu fin estaba asegurado, el mundo no sería lo suficientemente grande para esconderte y acabarías siendo esclavo. Mandé múltiples cartas haciendo esta petición, pero nunca hallaba respuesta alguna, hasta que aquel día cuando amanecía llegó hasta mis manos la que sería la salvación de la mujer que me dio la vida. Fue por eso que acabé en la capital del fuego: esa era la primera parte de mi plan, ahora debo completar la segunda: llegar hasta las tierras del aire.

Bato le sirvió un vaso de agua:

- No aceptaré nada que tú me ofrezcas - dijo cortante y desconfiada.

No sé si se lo habrá tragado, ha sido todo muy rápido y he tenido que improvisar. Espero que la mentira sobre la enfermedad sea tan eficaz como la de ¿ayer? ¿Cuánto tiempo llevaré aquí?

Tu madre parecía muy saludable cuando... se interrumpe te observa y su cara de odio está casi desvanecida, en su lugar parece que mostrara tristeza, NO, no es trsteza ¡Es compasión!

Cuando veo la extraña proeza de los hombres de la balsa ya no me quedan dudas, definitivamente son maestros agua, mi mision comienza ahora.

Aprovecho que estoy bien escondido y que ellos se detuvieron para sacar mi daga y hacer algunos jirones con mis ropas, para que parezca como si fui atacado por algun animal o bestia salvaje...

Luego sigo acercandome sigilosamente hasta la posicion de los susodichos, manteniendo una distancia segura para no ser visto.

Los hombres juntan unos cuantos peces en unos compartimientos hechos con caña y retoman la navegación, pero empiezan a moverse más rápido que antes, tanto que en unos segundos los perderás de vista...

Apenas ellos retoman la navegacion miro a mi alrededor algun resto de troncos o algo que pueda flotar en el agua y pueda servirme como "balsa improvisada" para seguir a los hombres por el mar.

No ves nada a tu alcance para formar una balsa, hechas a correr y piensas en tirarte a nadar tras ellos...

Sigo en carrera a los hombres en la balsa, tal vez sean mi unica oportunidad de llegar a una aldea agua. Debo detenerlos de alguna manera... tal vez.. si pudiera....

Poco a poco los hombres se alejan su velocidad navegando no tiene comparación con tu trote, de pronto el agua se torna turbulenta y de las profundidades del agua amarronada del arroyo sale una figura de unos tres o cuatro metros de alto, una criatura marrón verdosa, casi no se ve su piel ya que está llena de lodo. La criatura te observa o eso parece ya que es dificil saber si eso que te apunta son sus ojos.

Me paro en seco, tratando de esconderme en el ultimo segundo...

Tal vez no me vio..

Sigo escondiendome detras de los arboles, esperando los movimientos de la criatura de lodo. Moviendo la cabeza levemente fuera de mi "escondite" detras de los arboles para ver si de verdad me vio o aquello que parecian sus ojos no eran mas que marcas de barro en su rostro...