Partida Rol por web

Tras los sombríos acontecimientos que tuvieran lugar en tu fallido regreso a Silvermoon desde Eternlund, las cosas no hicieron màs que complicarse...

...La primer medida de los "bandidos" fue amordazarte y, tras poner grilletes a tus manos, encapucharte... La idea era lògicamente que no supieras donde estabas, y por sobre todas las cosas, que no pudieras conjurar.

Fuiste trasportada en las ancas de un caballo hasta algùn lugar boscoso, por olor, y los ruidos que pudiste percibir...

Allì, pasaste parte de la noche en el piso, pero tapada con una manta, al costado de una fogata.

Tus captores dialogaron, e incluso discutieron largo y tendido.

No pudiste descansar ni un poco... Obviamente.

Al despuntar el alba, fuiste cargada en algùn tipo de transporte, màs precisamente en una especie de cajuela y escuchaste  como uno de los individuos (cuya dentadura estaba en muy mal estado, pudiste intuìr por como pronunciaba la z por la s) te gritaba al oìdo

PRECIOSURA QUE LO SEPAS! NADIE VA A BUSCARTE Y NADIE VA A RESCATARTE ASIQUE MEJOR NI INTENTES HACER RUIDO O TE CORTO UNA DE ESAS HERMOSAS OREJITAS PUNTUDAS 

JAJJAJAJAJAJ!!!

Amèn de su amenaza, te ponen el pico de una "bota" para que tomes agua... Cosa que tras casi día y medio amordazada, haces desesperadas... Poco tiempo despuès pierdes el conocimiento... Contenìa sin duda algún tipo de somnifero.

Tiempo despuès, despiertas aùn màs sedienta, con un dolor de cabeza y extremidades terrible... Repiten el procedimiento... Aùn a sabiendas del espùreo contenido del liquido, la sed puede màs...

Tu estado es muy lejano al deseado... Aparentemente dìas en un cajòn, sin tener momento para atender tus necesidades personales hacen mella hasta en la màs hermosa elfa solar...

Recièn a la quinta vez, de noche, te quitan la capucha y la mordaza... No tienes idea de cuanto tiempo ha transcurrido, pero puedes ver al de los dientes podridos acercarte un trozo de carne mal cocido... El hambre es voraz, y no reparas en buenos modales, mordiendo la presa cual si fueras un lobo...

Nada responde el hombretòn regordete... Y confirmas tu sospecha... Tiene los dientes podridos.

Ya niña, ahora a limpiarte jajajaja

Te ata cual perro a un arbol, y de un arroyo saca agua helada para baldearte...

JAJA YA APESTABAS PRIMOR JAJAJA ASÌ NO ME DAN NI DOS DÁNTERES  POR TI! JAJAJA

Resulta menos humillante estar atada contra un arbol recibiendo baldazos que estar en un cajon absolutamente sucia... Y por si fuera poco, que tu captor diga "Dánteres" y no monedas de oro u otro argot te lleva a pensar que estas en la nueva tierra de los comerciantes... Pero lo mejor, en tal terrible situaciòn, es que ves de soslayo tus pertenencias un una bolsa mal cerrada.

Nuevamente sedada, nuevamente en la caja recorriendo el camino, tan solo puedes percibir el mundo de manera borrosa con tus atontados sentidos.

Todo este trajinar se repite una vez màs... Ya ni tienes idea de  tu ubicaciòn... Estás delgada y desmejorada. Tus ropas percudidas y sucias... Pero al menos estas (pobremente) alimentada e hidratada.

Cuando, segùn tus càlculos, està por llegar la noche con alimentos, escuchas gritos y aullidos... Minutos despuès, el hombretòn te saca de la cajuela, te quita la capucha y, lo ves aterrado

Lo siento pequeña, mi vida vale màs que una entrega... Maldito mi empleo de transportador...

Dice apresurado, dejandote fuera de la cajuela, y montando en el caballo que tiraba de la humilde carreta con el compartimiento secreto... Te deja sola en el bosque, y parte a la carrera... Puedes escuchar como se aproximan bestias aullantes...

Resultan ser trasgos... Una docena de ellos... Y dos semiorcos... Armados hasta los dientes... Uno de los trasgos dispara una jabalina a tu captor, y perfora el cuarto derecho de su  caballo... Pero eso no impide que (aùn imitando los demàs el ejemplo) el nota escape...

Piensas lo peor... Ahora sì que llega tu hora... Pero, tus conocimientos ideomaticos logran que entiendas (aunque lo disimules) lo que hablan.

Rj. wir,st ñs vsttrys, ytsrt ypfp ñp fr bsñpt sñ vinoñ. Rdr hptfp rdvs`p `rtp `strvr wir mp rts msfs nirmp ksks ,ots wir kpus mpd js frksfp KSKS rñ krgr rdysts vpmyrmyp" Drhitp ñr dsvs nirms `sdys*

Minutos màs tarde, te llevan en medio de la noche al hombro de uno de los semiorcos hasta un sitio en el que una roca ocupa un claro del bosque... Una roca de mas o menos dos metros por uno...

Como no te cubrieron la cabeza, puedes ver todo cuanto sucede... Uno de los trasgos lleva la bolsa con tus pertenencias.

El semiorco te deja caer al piso, y, entre los dos pieles verdes empujan como si nada la piedra a un costado... Ahora sì, te meten a su guarida.

Entran todos, y ves una primer caverna natural, iluminada por antorchas, de la que salen dos pasadizos... Uno al fondo de la misma, el otro a la derecha... El de la derecha està en sombras, el otro, iluminado.

Los trasgos con botìn se van a por el pasillo de la derecha, los semiorcos por el del final de la caverna... Pasan por otra caverna natural màs, tambièn iluminada, en la que ves los "dormideros" de los trasgos, y de los semiorcos... Cuentas quince camas pequeñas y dos grandes.

Una puerta de madera separa el corredor de lo que hay màs allà.

El semiorco que te lleva saca una llave de entre sus ropas y abre la misma... Lo que ves ahì no hace sino sorprenderte... Una habitaciòn civilizada, con un escritorio, una cama, tinaja, y tres jaulas... Una de ellas ocupada, las otras dos no... Allì vas a parar...

Uno de los enormes individuos te quita la mordaza

Eh elfa, no causes problemas y te trataremos bien hasta que el jefe diga otra cosa.

Dice y te cierra la puerta de la jaula, sin percatarse de los grilletes que aùn te apresan.

Neeshka emitió un gruñido de dolor cuando dio con sus huesos en el duro suelo de la celda pero se negó a gritar. Tras tanto tiempo de cautiverio, su aguante físico se había visto muy mermado y el hecho de que la tratasen como si fuese un costal de harina no ayudaba.

Todavía tenía las manos atrapadas con los grilletes así que le costó un poco enderezarse hasta quedar sentada sobre sus talones. Cuando levantó la cabeza, la larga cascada de cabellos dorados cayó por ambos lados de su rostro, cubriéndole a medias la cara, miró de reojo la puerta de la celda por la que había desaparecido el semiorco, los ojos de la elfa echaban chispas, no literalmente... pero casi.

"¿Que no cause problemas?... ¡¿y qué problemas se supone que te voy a causar estando famélica, atada y enjaulada especie de pseudo-babosa de pantano?!" pensó mientras se frotaba las magulladas muñecas para aliviar el dolor como buenamente podía "Me libro de los idiotas para que me capturen los estúpidos, ¡qué suerte la mía!"

Lo cierto es que, gustosa les habría invocado una tormenta de meteoritos encima pero tal proeza escapaba a sus capacidades. Le dolía hasta el último hueso del cuerpo, estaba mareada y se sentía débil... definitivamente era difícil imaginar algo peor, ni si quiera sabía cuánto tiempo llevaba cautiva. Se frotó la sien con los dedos de una mano para aclarar sus pensamientos y casi por casualidad recordó algo que le pareció haber oído cuando aquella turba de semiorcos y trasgos la había capturado.

"¿C... Calimsham? ¡Oh, Corelon! ¿Pero dónde demonios estoy?"

Suspiró abatida hundiendo los hombros y dejando caer de nuevo la cabeza, como si el mero hecho de mantenerla alta fuese un esfuerzo demasiado exigente para ella. Todo había ido mal desde aquél día, todo, lo había perdido todo; su identidad, su honor, su hermano, hasta su libertad...

"Si les pagaron entonces es que no nos atacaron por casualidad... tengo que salir de aquí como sea, ¡Soy una Albargéntea, no pienso pasar el resto de mis días como esclava de nadie!"

Pese a que su ánimo estaba bajo mínimos, su altivo orgullo era indoblegable... así que se arrastró medio en cuclillas hasta la puerta de la celda, no por nada en especial sino porque le costaba hasta tenerse en pie. Recordaba que una de las jaulas cercanas estaba ocupada aunque no le había dado tiempo a ver mucho más, antes de nada, quería inspeccionar bien los alrededores, aunque fuese desde una celda...

No pasa mucho tiempo hasta que descubres en el otro cautivo a un anciano.
-mpoluto y atletico. El mismo ni levanta la cabeza antes ni después de que
Entren los semiorcos.
Apenas unos instantes luego, se escucha la llave abrir la cerradura de la
puerta de madera, y al abrirse la misma, entra el semiorco que te cargaba,
un trasgo con mejor equipo que los asaltantes de tu anterior captor, y un
Joven mediano muy pertrechado.
Los dos primeros miran al mediano, serios. El semiorco habla
-Jefe, esta es la mujer que llevaba el nota al que asaltamos hace un rato...
Dice como a la espera de aprobación... A lo que agrega:
-Ya estaba asi...
El trasgo mira de brazos cruzados, impertérrito.

Negando con la cabeza el mediano te observa
-absolutamente hermosa (sentencia) cambien la paja de la celda, pongan agua caliente en la tinaja
y busquen ropas nuevas entre el botín. En la pila de los mercaderes de Cormyr, alli hay seguro. Y t
tu (dice al trasgo) trae comida abundante.
Los lugartenientes del mediano se retiran, diligentes.
-Ahora dime, elfa, tienes nombre, verdad? Mi nombre es Luminosio, y este grupo de bobos sin cura
son mis asociados, o meras herramientas jeje. Me dicen que te traían cautiva... Cual es tu
historia?

En cuanto escuchó que alguien abría la puerta, Neeshka se retiró hasta el fondo de la celda. Sentada aún sobre las rodillas y apretando la espalda contra una esquina observó fijamente a sus captores cuando éstos aparecieron en el umbral. No parecía querer que la tocasen pero tampoco había atisbo ninguno de miedo en sus ojos, cansancio sí, y mucho... pero no miedo. Es más, miraba a aquél trío con el ceño fruncido y una dignidad totalmente impensable en un prisionero.

"¿Un Mediano?" pensó escrutando al hombrezuelo "¿El líder de esta turba de mastodontes descerebrados es un maldito retaco que no levanta medio palmo del suelo? ¡Y qué más!"

No es que le despertasen mucha simpatía, el que la viesen bonita también podía ser una razón para venderla como esclava en algún mercado de mala muerte y el hecho de que de pronto fueran tan "misteriosamente" amables no ayudaba si no a aumentar la desconfianza de la elfa. El mediano le había dicho su nombre, al menos podía concederle eso pero no pensaba meter su apellido en el lote... si daba la casualidad de que a alguien le sonaba, no quería que su familia se viese envuelta en el bochorno de tener que pagar un rescate ni ella pasar por tal humillación.

—Neeshka... —murmuró con voz apagada tras varios segundos de silencio—me llamo Neeshka y mi historia es tan simple como que fui capturada por unos energúmenos y ahora lo he sido por otros.

Después de haber sido tratado de una manera tan pobre durante tanto tiempo, era difícil que alguien no estuviese irascible. Se volvió a frotar las muñecas pues le dolían con el roce de los grilletes pero en ningún momento dejaba de mirar con los ojos tan entornados que parecían dos finas rendijas verdes a su interlocutor.

—¿Dónde... estoy y quién demonios sois vosotros?—miraba furtivamente a un lado y a otro de vez en cuando, como si quiesiera ubicarse aunque obviamente dentro de la celda era imposible ya que no se veía más que paredes. Prefería hacer creer que no entendía el trasgoide, así con suerte igual podía enterarse de más cosas sin que sus captores tomasen medidas para no ser escuchados—¿Qué pensais hacer conmigo?

-jajaja vaya filo tiene esa lengua.
Con un silbido del mediano aparecen dos trasgos por la puerta, armados con mazas y jabalinas.
-voy a quitarte esos grilletes, no intentes nada raro. Voy a venderte a algùn noble acaudalado... Pero
Para eso te necesito en buena forma. Me resulta curioso que no sepas donde estas... Pues, te obsequio.
Con el saber de que estas en Mulhorand!
Dice serio y abre la celda, secundado por sus secuaces. Se acuclilla a tu lado y, de su cinto saca un
Estuche con infinidad de pequeñas ganzuas.
-una numero ocho, y una tres harán el prodigio!
Dice autocomplacido por su habilidad.
Los grilletes se abren, causandote gran dolor... Cosa que genera risa en los trasgos.
-silencio idiotas! Traigan hojas de s"pr brts y pasenselas por los barrotes.
Dice mientras se pone de pie para cerrar la reja y quedar del otro lado
-la hoja que han a traerte curara tus muÑecas. Debes pelarla y frotare con la sabia de la misma.

—.........

Los ojos de Neeshka se volvieron tan grandes como puños al escuchar aquello.

"¿Mulhorand? ¡Eso está a semanas de viaje de Luna Plateada!" tragó saliva mientras su rostrose volvía ligeramente más pálido de lo que de por sí ya era "¿Cuánto tiempo llevo presa?"

A la elfa se le cayó el alma a los pies. Había pasado todo aquél trayecto horrible a oscuras casi, entre que iba metida en un cajón y no podía ver los alrededores, había perdido tanto la noción del tiempo como del lugar... ¿Tan lejos había ido a parar?

"¿Y... ahora qué hago?" se mantenía en tensión mientras el mediano le quitaba los grilletes, no tenía sentido intentar nada raro como él decía, a fin de cuentas había dos trasgos armados con javalinas apuntándola a menos de dos metros de distancia "Dioses... ¿Cómo voy a salir de aquí?"

Suspiró abatida apoyando un hombro contra la pared y fijando los ojos en un punto indeterminado del suelo, la verdad es que no tenía muchas opciones, se encontraba en una cueva repleta de trasgos y semiorcos armados hasta los dientes, no podría salir sola de allí ni en broma.
Si ya le había parecido que Calimsham era un destino muy lejano cuando lo escuchó, Mulhorand era más del doble... y si quería recuperar su libertad, primero debería de recuperar la forma aunque al menos eso parecía que iba a tener arreglo.
Mientras se frotaba las muñecas magulladas esperando a que le trajesen la susodicha hoja se puso a pensar... Según tenía entendido, los únicos lugares en los que se podían vender esclavos impunemente eran Puerto Calavera que estaba bajo Aguas Profundas, Zhay y Calimsham.

Irónicamente se vio deseando que la llevasen al mismo lugar en el que sus captores querían llevarla en un principio: Calimsham. Zhay estaba aún más lejos y en cuanto a Puerto Calavera... ¿Es que era posible salir de aquella antesala al infierno? no quería ni imaginarlo.

Los trasgos entran con la hoja, el mediano te dice que en instantes estaría el agua caliente en la
Tina, y que entrarían la misma a la celda, para luego retirarse.
Durante un breve lapso de tiempo la cámara natural quedo en silencio... Luego, el hombre de la
Otra celda (sin levantar la cabeza) se dirigió a ti
-neeshka eh? No estas en Mulhorand, sino en Amn... Muy cerca de la ciudad en la que valgo cinco mil
Danteres... Piezas de oro... Maldita sea... De donde vienes mujer?
Puedes ver que al nota no lo han tratado tan bien como prometen hacer contigo.

La cabeza de la elfa se levantó de golpe soltando un respingo cuando escuchó que le hablaban desde la otra celda. Tenía el corazón en un puño pero pese a no ser mucho, aquello era lo mejor que había oído en todo el día... o al menos prefería pensar que quien decía la verdad era aquel prisionero: En realidad estaba en Amn.

"¡Esa... rata de medio palmo!" apretó los dientes con rabia y se sentó descansando la espalda contra la pared y las piernas flexionadas "¿se creerá que colándome tamaño embuste me va quitar los ánimos por si intento fugarme o qué?"

Lo cierto es que sí que la había puesto bastante nerviosa, pero en ningún momento pensaba rendirse.

—Vengo del... norte, muy al norte—murmuró apoyando ambos codos sobre las rodillas. Sentía con alivio que, tras frotarlas con la savia de aquella hoja, las muñecas le dolían infinitamente menos—¿Q... Quién es usted?

"¿Ha dicho que vale cinco mil piezas de oro?"

-Humf...
Resopla indignado ante la natural desconfianza, al tiempo que alza la cabeza mostrando una
arrogancia en sus ojos de noble engreido.
-Thonok es mi familia, Trolibald mi nombre. Mi tio es dueño de medio Pùrskul... Y si no ha mandado
Una legion a buscarme es porque no desea mover el avispero... En fin... Escuche que ya estabas en
cautiverio... Por qué motivo?
Pregunta sin demasiado interes, pero alegre en el fondo de tener algo que hacer.

Neeshka permaneció unos segundos callada antes de responder. Fueran quienes fueran aquellos tipos, apuntaban alto...

—Me capturaron porque yo también valgo bastantes piezas de oro—era una forma como cualquier otra de decir que su sangre no era la de una pueblerina común  y corriente—y si nadie ha mandado una legión a buscarme es porque... —suspiró—... creen que estoy muerta.

Agachó un poco la cabeza entre los hombros. Pensar aquello le provocaba una mezcla extraña de desolación y rabia. Es mas, pasó un instante considerable antes de que finalmente preguntase.

—¿Qué "avispero"?

No le sonaba ningún cúmulo reciente de conflictos en ningún lugar, o al menos que ella supiera...

El prisionero no se sorprende ante tus palabras.
-Las casas rivales... En Amn el riesgo de un comerciante de peso puede mandar sus negocios mas a pique
que una seguidilla de malos negocios... Sabes de donde viene la palabra credito? De credere... Bufff...
Y por si fuera poco... (Notas que se debate entre contarte o no lo que tiene para decir, pero que la
soledad de "amistades" pesa mas, y se va de boca) ...por si fuera poco me asaltaron cuando volvía de
comprar en el mercado negro de Tethyr una valiosisima pieza de arte arcana... Un idolo! Ay de mi...
No tiene sentido ocultarte esto mujer (carraspea, tras haber olvidado por un segundo tus palabras) ejem,
Mi señora, que no cuesta nada mantener los buenos modos... Despues de todo, sin ellos somos igual que las
Bestias que nos tienen cautivos. El idolo, vaya, lo viera mi señora, pagamos por el dos mil Roldones...
Es un objeto para obsequiar... Maldita sea mi mala estampa (dice frustrado) lo he perdido...
De èl depende en gran medida un importante trato...
Volviendo a recuperar la compostura, Trolibald entrecruza los dedos como en una plegaria
-Os pido...reserva en este sentido. No puedo imaginar lo que harian estos salvajes por conseguir tal
pieza. Pero, decidme, qué tan al norte se encuentra vuestro hogar? Cuàl es vuestra familia?

—¿Perdido?—Neeshka enarcó una de sus perfiladas cejas—¿Quiere decir... antes de que le asaltaran estos tipos?

"Supongo que de no ser así estos maleantes ya lo tendrían... ¿son  bandidos entonces?"

La elfa suspiró cuando le fue pedida discreción, la verdad es que en aquél momento le daba exactamente igual cualquier historia sobre ídolos mágicos asíq ue no tení amayor problema en callarse la boca con respecto al tema.

—Sí, claro...

El humano al menos le había contado su historia y, al margen de que fuese cierta o no, no veía por qué aquél tipo podía interesarle tanto quién era ella pero ahora que lo pensaba mejor... ¿qué importaba? su padre era un Solar demasiado altivo como para ceder ante el chantaje de unos rateros y más si creía que su hija estaba muerta desde hace tiempo. Además, que tenía los ánimos bajo mínimos, no albergaba mucho optimismo con respecto a la gran mayoría de cosas.

—Soy una Albargéntea—murmuró con pesar apoyando la barbilla sobre las rodillas—y mi hogar era Luna Plateada.

El hombre se pone de pie, y ves las magulladuras y heridas a medio curar que sin duda le hicieran
hace pocos dias.
-Miento si os digo que nunca he oído de vuestra sangre. Son nobles de antaño (no como nosotros
Piensa, pero calla) vaya jugarreta del destino... Sabed que una vez fuera de esta jaula inmunda os
libraré de todo cautiverio,como que me llamo Trolibald Thonok!
Ahora, volviendo a tomar asiento, contesta a tu pregunta
-si, al verme superado intente escapar a todo galope, y casi lo consigo, de no ser por una trampa que
otros de estos energumenos tenian camino abajo... O al menos eso creo, ya que al humano que me
ataco no lo he visto... Y los trasgos, pues, son todos iguales.
En eso se abre la puerta, y el trasgo mejor pertrechado entra primero (trolibald vuelve a su
postura de resignación) entran los dos enormes semiorcos, y dos trasgos mas, con jabalinas.

Mientras uno de los trasgos abre la celda, los otros dos te apuntan.
Asimismo, los semiorcos levantan la tinaja y la meten dentro de tu celda.
El trasgo de la llave se retira, y si bien la celda queda abierta, pasa menos de un minuto hasta
que una cadena de trasgos con baldes con agua caliente comiencen a llenar la tina...
Cuando la misma esta a 3/4 de su capacidad, te dejan sola en tu celda...incluso, hay un cepillo
áspero.
El ultimo trasgo en irse musita en su idioma
-$ryryr sjo r"gs

Neeshka en un principio no dijo nada, tal vez algo sorprendida por el honor que mostraba tener aquél humano para con los de su sangre y eso que no la había visto antes en su vida.

—Gracias s- ...

La frase se le interrumpió en ese momento cuando volvieron a entrar en su celda, no obstante se apretujó de nuevo contra la esquina, mirando ceñuda a los trasgos aunque hizo como si no entendiese el trasgoide ya que no se movió inmediatamente, no era difícil pensar que había asociado simplemente para qué servía el agua...
Esperó a que todos se hubiesen ido aunque por supuesto aquello no era una terma de primera calidad, no le gustaba estar sucia así que se adecentó como buenamente pudo, también mojó sa larga melena dorada que tras haberla escurrido quedó húmeda pero lucía mil veces mejor y había recuperado el brillo. Incluso lavó desgastada túnica al final aunque tuviese que ponérsela algo húmeda.

Al menos ya tenía un aspecto muchísimo más presentable al haberse quitado el polvo del camino... pero sus pensamientos continuaban igual de lúgubres. Se sentía cansada así que hizo un poco de bulto de paja contra una esquina y se acomodó lo mejor que pudo allí.

No le quedaba otra que esperar.

Poco se extiende la espera, ya que la llave vuelve a girar y es el mediano el que aparece... Para tu sorpresa
Tu libro de conjuros en sus manos.
-Vaya vaya vaya... No negarás que es tuyo, verdad? Dime, qué màs omitiste contarme?
Dice para luego levantar la vista de los inteligibles símbolos de tu libro
-oh! Otra sorpresa... Vaya que eres una cosita hermosa eh!

Neeshka permanecía con la espalda recostada sobre el montón de paja en la esquina. No tenía nada mejor que hacer a fin de cuentas aunque cuando el mediano entró y vio su libro de conjuros, pareció hundir un poco la espalda en la paja, hasta apretó lso dientes y lo miró con los ojos entornados. Era obvio que no le gustaba verlo en manos "indignas".

—¿Omitir? no recuerdo haber contado nada como para omitir algo—respondió con aquella imborrable dignidad pese a su condición de prisionera—además ¿qué se supone que debería "contarle" a quien me quiere vender al mejor postor? ¿mis aficiones? os recuerdo que me habéis secuestrado.

Se cruzó de brazos soltando un resoplido indignado.