Partida Rol por web

Comenzais a buscar en la sala intentando descubrir algun tipo de pasadizo oculto o algo que se os haya pasado por alto a simple vista pero por mucho que lo intentais no encontrais nada especial o que os llame la atención

Ataulfo contempló la situación, si ya no había más recintos, ocultos o no, todo estaba acabado entonces - habría que buscar el modo de hacer que los malhechores no se ocultaran aquí. Puede ser peligroso - comentó cubriéndose el corte que había sufrido.

 Me encojo de hombros por las palabras de Ataulfo tras nuestra infructuosa búsqueda

-la única forma de que estas cuevas no sean ocupadas de nuevo sería derrumbar la entrada, y aún así acabarían siendo reocupadas con el tiempo. Si quereis estudiaremos la entrada, auqnue no tengo muchas esperanzas-

"Deacuerdo entonces. Vayámonos a descansar, que bien merecido lo tenemos.

Rezaré a Petra para que proteja este lugar y lo bendiga para que no se vuelvan a ver los horrores que se han vivido aquí" - susurró Vasily, cerrando los ojos y concentrándose.

-Vale, vamonos, de todas formas no creo que haya nada más de interés aquí y si en la torre o casa del mago ese que se menciona en la carta.-

tras su infructuosa búsqueda, Romualdo opta por enfundar su espada, y girarse mirando el resto de sus compañeros con gesto desconcertado.

-Pues parece que aqui no hay nada mas, asi que como bien decís lo mejor será salir de aqui y regresar al pueblo, allí podemos organizarnos de nuevo y planear nuestro siguiente curso de acción.-

Una vez convencidos de que no queda mucha mas que investigar en las lugubres cavernas en las que estais comenzais a subir las escaleras y poco a poco el ambiente comienza a ser menos humedo y el aire comienza a oler un poco mejor. Pronto llegais a la sala del trono del difunto jefe orco Jerkis y avanzando por los laberinticos pasillos buscais la salida hasta que pronto llegais a la salida veis el exterior de la zona de colinas y podeis oler a limpio y a hierba mojada, parece que ha llovido mientras estabais en el interior del dungeon.

 Duren estaba muy callado, durante todo el camino. Su rostro mostraba una actitud pensativa, sin duda algo le estaba rondando la cabeza. Estaba herido y apenas había podido contribuir demasiado en el combate, pero recuperó algo de vitalidad al volver a la superficie y respirar aire puro. Se aclaró la garganta y se dirigió a sus compañeros.

- Peligrosos caminos hemos compartido juntos amigos. - empezó a explicar el elfo - Bravos aventureros hemos sido y fama hemos adquirido, no cabe duda. Sin embargo, tengo que contaros algo, pues me temo, y muy a mi pesar que nuestro camino ahora se va a separar. - el elfo hablaba con voz seria, pero que a la vez sonaba melodiosa y sonante, como la mayoría de los de su raza.

- Me temo que aún no estoy preparado para los retos que aún quedan por delante vuestro, y he tomado una decisión. Voy a volver a mi tierra para seguir con mis lecciones mágicas y entrenamiento de combate. Mi vida será mucho mas larga que la mayoría, pero a los de mi raza, tardamos mas tiempo en perfeccionar este tipo de artes. 

Dicho esto, miró a los ojos a cada uno de sus compañeros, que habían vivido aventuras y luchado juntos durante un tiempo. Asintió a cada uno de ellos en señal de respeto y a la vez despedida.

- Quizá nuestros caminos se vuelvan a cruzar en unos años.

- ¡Adiós amigos!

Se giró y emprendió su camino. Seguramente no quería alargar la despedida, pues sentía pena por ello, pero en el fondo sabía que era el camino que tenía que elegir.

Al salir al exterior Romualdo no perdió la oportunidad de inhalar una profunda bocanada del fresco aire del exterior, incluso se agachó mojando su mano con la hierba para luego frotarse el rostro, refrescándose y despertando sus sentidos. En pleno disfrute se encontraba cuando las palabras de Druen atraen su atención, y el joven guerrero cambia su gesto de alegria por uno de total desconcierto ante la repentina despedida del elfo, quien parte sin darles tiempo a despedirse.

-Que os vaya bien Druen, ha sido un honor compartir mi acero con vos!!!- Le grita Romualdo tras lo que mira sorprendido al resto, al fin y al cabo ellos le conocen mejor y tras encogerse de hombres se arrodilla conun pequeño gesto de dolor junto al halfling.

-Bueno, mi pequeño amigo, es hora de que recuperes esa sonrisa, ya hemos pasado lo peor, es hora de dsifrutar de una mas que merecida recompensa, tu tío seguro estará ansioso por verte y escuchar el relato de tu valentía en la cueva - Le dice mientras le alborota el pelo con la mano.

Siriel saludó al elfo y le deseó suerte

Sonrió a Rom cuando le alborotó el pelo...¿somos héroes también, Rom? Ayudé a derrotar al clérigo malvado ¿verdad?

-Por supuesto Siriel, ya te dije que en batalla todos somos iguales, hombres, elfos o halflings-.Observo como se va Druen con un pesar en el alma pero sin expresarlo al exterior.-Y cuando estás cansado, deseas ir con los tuyos-. Girándose hacia él lo mira directamente a los ojos.-¿Crees que tu tío tendrá suficiente bebida gratis para calmar la sed de unos héroes.?-

Con los ojos todavía cerrados y con la cara hacia el cielo, intentado sentir el olor a hierba húmeda, comenzó a oir las palabras de Druen.

Abrió entonces los ojos y dirigió su mirada hacia su compañero...

Vio con tristeza como había empezado a caminar y no volvía la cabeza atrás.

"Que Petra guíe sus pasos" - le deseó en apenas un susurro. "Adiós compañero."

La partida del elfo es una sorpresa y un inconveniente, a saber si habriamos podido vencer a Jerkins sin el

-¿antes de irte podrías enseñarme aquel hechizo de sueño? fue muy util-

Poco a poco ascendían, saliendo de aquel rancio ambiente al que se había acabado por acostumbrar. Tras pasar varias cámaras, finalmente alcanzaron la salida donde todo seguía estando húmedo, pero mucho más fresco - vaya, parece que los Dioses han llorado la muerte del clérigo - ironizó, pero entonces el elfo entonó su cántico de despedida.

Tras oir aquellas emocionadas palabras, Ataulfo respondió - si esa es tu decisión, pero creo que aprenderías más con nosotros que entre tus anodinos parientes - dijo en clara referencia a la tranquilidad que aguardaba, y parecía ansiar, al elfo. Cuando éste tomó su camino, haciendo caso omiso a las palabras de nadie, Ataulfo se volvió hacia el resto del grupo - la presión le ha podido. Se ha sentido débil en varios momentos y a temido por su vida. Se lo he notado en su mirada - dijo en un tono algo insensible y dolilo - no creo que pudiera aguantar mucho más tiempo a nuestro lado - concluyó.

Luego, soltó sus cosas, como había hecho Romualdo, se refrescó el rostro con el agua que aún no había caído al suelo y se mantenía en las plantas de alrededor, y respondió a Duncan - te equivocas, no todos somos iguales, cada uno tiene su valor, únicamente que todos tienen la misma posibilidad de morir - dijo con un amago de sonrisa socarrona. Y luego contestóa Siriel - no serás un héroe hasta que te aclamen así por tus méritos o por ser el único que pueda contarlo - le dijo al halfling removiéndole el cabello con sus manos - así que vamos a contar lo valiente que has sido y contra este ejército de no-muertos con el que has acabado - el tono algo más suave, intentaba tranquilizar su agitada vuelta a la superficie.

Depues de ver como la figura del elfo se pierde en la distancia comenzais a caminar el dirección a Stallanford con la intención de conseguir vuestra merecida recompensa, ademas de desansar y reponeros de vuestras heridas.

Tras unas horas de viaje comenzais a ver simbolos civilización como campos sembrados y pequeñas columnas de humo blanco procedente de las cocinas de las granjas cercanas. Al poco rato llegais a la plaza del pueblo rodeados de los niños del pueblo que han sido los primeros en veros llegar y no dudan en acercarse a vostros para admiraros con evidente respeto. Pronto la gente adulta se une a ellos y de las ruinas del templo quemado surge el clerigo Alaric limpiandose las manos en un delantal de cuero que lleva vuesto y cuando os ve se acerca a vosotros a felicitaros.

- ¡Mis valientes lo habeis conseguido!, ¡habeis regresado con vida y por vuestras sonrisas la misión se ha saldado con exito! - pero su cara muda en preocupación - Pero veo que el elfo no esta con vosotros, ¿acaso ha muerto en la batalal contra esos engengros devoradores de cadaveres? -

-No, decidió volver con su gente y aprender más acerca de la magia y el mundo-.Duncan lo sujeta por un brazo y lo aparta de la gente.-Cuando podríamos hablar en privado?-.

- Pues un poco mas tarde si lo deseas cuando haya hablado con Vasily, ¿deseas consejo espiritual hijo mio? -

Romualdo recibió al clérigo con una amplia sonrisa en el rostro, de hecho, cuando se encontraban casi a los pies del poblado, el guerrero dejó que los intensos olores que abundaban en el aire llenaran sus pulmones, incluso se detuvo casi saboreando cada uno de ellos.

Cuando Alaric terminó la pregunta, se adelantó un paso hacia él -Necesitaría que alguien revisara nuestras heridas, si es posible, este maldito mordisco comienza a ser algo mas que molesto- Señala la herida de la pierna, que aún sangra a pesar del rudimentario vendaje que se había hecho. -Y después poder comer algo sería de agradecer.-

Romualdo se calló un segundo y miró al halfling pero al poco encaró de nuevo al sacerdote - Además alguien debería avisar a Brandy que su sobrino ha regresado, y sin duda ha sido todo un valiente!!- dijo señalando a Siriel.

El halflin sonrió al escuchar las palabras de Rom....seguro que tiene comida y bebida para todos nosotros, y además, tengo que enseñarle mi trofeo.- dijo alzando el escudo del clérigo malvado