Vesekor se sorprende ante tus palabras, pero rápidamente su expresión se vuelve benevolente y responde con tranquilidad.
-Comprendo tu punto de vista, Vehexa. Pero debes comprender que Sedenya, nuestra diosa, existe junto a tu dios caballo. ¿Quien hace que crezca la hierba que le alimenta? ¿Quien sostiene las estrellas que le guian? ¿Quien mueve el viento que agita sus crines? Todos los dioses existen y ninguno es mejor que otro; Simplemente debes comprender que no están solos, y la Diosa Roja es quien se encarga de unirlos a todos.
Dicho esto, marca una de las respuestas y te lee el siguiente supuesto.
- Es diosa sol la que hace eso. Pero no pasa nada - dice Vehexa con tranquilidad - Mi pueblo piensa que todo el mundo puede adorar a dios que quiera. Al igual que serpiente es diferente de perro y perro de hombre, no todos son igual de listos. Por eso para segundo supuesto no pasaría. Ni tercero. Ni cuarto.
-Muy bien, Vehexa. La simpleza de tu lógica es justo lo que faltaba para completar el grupo. Espero que sepas cuidar de tus compañeros. Podemos salir.
Cuando habeis terminado, Vesekor recoge vuestros exámenes y los revisa unos minutos.
- Muy bien Kilder. Has acertado todos los supuestos. Veo que comprendes las motivaciones y procedimientos del Imperio y la Diosa. Por ello, vas a ser el guia de la vexilla... Eso no te da ninguna autoridad sobre tus compañeros, pero si te hace responsable de sus actos, por lo que tendrás que procurar que todo salga bien. Loranda, parece que eres demasiado prudente. Un emisario debe ser firme en sus ideas para lograr que alguien crea en ellas. Y tu, Vehexa... Deja que hablen tus compañeros.
Dicho esto, Vesekor se pone más seri todavía y comienza a explicar:
-Somos el imperio. Desde el más humilde campesino hasta el más poderoso sultán, todos somos iguales bajo la Luna Roja, nuestra diosa. Será vuestro deber que eso se respete. Del mismo modo, todos debemos responder ante el emperador Argenteus, que gobierna el imperio desde hace siglos. Él solo responde ante Sedenya, la diosa roja que abraza y reúne a todos los dioses del mundo. Así pues, los dioses de la tierra son su piel y sus huesos, los dioses élficos son su cabello, los dioses de las tormentas bárbaros son su aliento... es por ello que el mundo debe comprender que sólo bajo el fulgor de la luna roja serán verdaderamente libres. Encontrareis oposición allá donde vayais, pero la lucha, aunque sea siempre el último recurso, estará presente y debereis ser capaces de vencer.
Vesekor se desinfla y prosigue algo más calmado.
-Retiraos, aguardad un par de dias y volved a reuniros conmigo porque os propondré la prueba previa a vuestro nombramiento. No será difícil, pero de su buen término dependerá que seais aceptados o no.
Lo siento, estoy muy rollero a estas horas de la mañana, pero si vais a formar parte de una fuerza de élite del imperio qué menos que saber lo más básico sobre el mismo.
Os dejo un dia o dos por si quereis charlar o cualquier cosa y continuamos.
Escucho atento las palabras de Vesekor mostrándome orgulloso por fuera, mientras que por dentro maldigo...
No quería que me saliese tan bien el examen, preferiría que Loranda hablase y fuese portavoz... igual le delego las competencias. Y bueno, ser el responsable de Vehexa, por Sedenya...
Vehexa gruñe algo y por un momento parece que va a levantarse, pero se controla y finalmente se queda mirando para otro lado con cara de disgusto
Escucho a Vesekor con atencion y sonrio sin que apenas se note al saber el resultado de mi prueba. Ciertamente me he mostrado prudente al responder, y al hacerlo sabia que mis ideas no coincidirian con las del imperio, pero siempre he sido fiel a mi misma y el poder no se me iba a subir a la cabeza.
-Enhorabuena, Kilder. Seras nuestro guia y el responsable de nuestros actos- le doy una palmadita en la espalda e inclino la cabeza ante el bromeando- Espero que Sedenya sepa guiar tus pasos para que no erremos en nuestra trayectoria, porque sin autoridad sobre nosotras no sera facil guiarnos- miro a Vehexa y aguanto la risa como puedo.
Que Kilder haya respondido con exactitud a las preguntas no me extraña, en mi interior se que lo hara bien, las bromas forman parte de la confianza que hay entre nosotros. Utilizando un tono de voz conciliador me dirijo a Vehexa.
-Alegrate, mujer. Kilder es inteligente y lo hara bien- se que nuestro amigo a veces muestra un comportamiento extraño, pero de momento no pienso preocuparme. Todo llegara y lo proximo es superar la prueba que nos proponga Vesekor.
- Yo no enfadada porque chico jefe, por eso contenta. Pero yo no respondo ante emperador o dios raro. -Vehexa murmura un gruñido
Contesto a Loranda haciendo aspavientos con una mano para que no me haga reverencias.
-Realmente ha sido sin querer, prefiero ir detrás que delante...
Me acerco a Vehexa, y le susurro en un oído:
-Si quieres convertirme ne un hombre, y volver con los caballos y esas cosas, tendrás que disimular un poco -en voz mas alta- igualmente, si mueres, y Serdenya te acoge entre sus brazos, te darás cuenta de que estabas equivocada. Ahora vayamos a esa prueba...
-Muy bien, me gusta vuestra disposición. -Exclama orgullosos Vesekor. -Vereis, existe un pequeño pueblo no muy al norte de aquí llamado Jotenheim. La población está bajo la tutela del Barón Cane, un noble fiel a Sedenya, propietario del lugar y sus tierras aledañas. Pero llegan rumores de que su gobierno no es del todo legal. Dicen que hay irregularidades en sus cuentas, así como cierta corrupción y abuso de poder por su parte y la de su guardia. Son solo rumores, pero de ser cierto se trataría de algo intolerable en el corazñon del imperio.
Hace una pausa para respirar profundo y ordenar sus ideas.
-Vuestra misión será la de instalaros en el pueblo de incógnito. Os hareis pasar por un mercader (Kilder), su esposa (Loranda) y su hij... guardaespaldas (Vehexa) y os alojareis en su posada. Una vez allí y sin despertar sospechas debereis descubrir si pasa algo fuera de lo común y obtener pruebas de ello. ¿Entendido? Para ello os entregaré 300 lunares a cada uno (eso es una pasta) y un documento que os acredita como emisarios lunares y miembros del ejército imperial; Pero cuidado, utilizadlo solo si la situación es extrema, ya que al hacerlo se descubrirá vuestro disfraz. Si teneis alguna duda, éste es el momento de expresarla. Si no es así, ya podeis partir. tened cuidado y sed discretos.
Vamos, que nos vamos a Jotenheim.
Cojo aire con fuerza como si no tuviese otra opción que seguir aquel plan, y digo:
-Cuando queráis...
Levanto el dedo discretamente.
-Yo veo a Vehexa, mas que como guardaespaldas, como una sobrina que ha venido de tierras lejanas para aprender las costumbres de la gente civilizada. Lo demas me parece todo correcto, señor. Supongo que deberemos comprar muestras de lo que sea que se supone que comercia "mi marido" para que todo resulte totalmente creible- bajo el dedo y guardo silencio.
Me quedo pensativo...
Hace tiempo que no tallo animales de madera... igual debería volver a empezar, para poder utilizarlos en este "trabajo"
-Funcionará, esposa, Loranda de Skar (mi apellido), y nuestra sobrina lejana. Desde ahora deberás utilizar servilletas. -le digo muy serio a Vehexa, sin poder reprimir una sonrisa al final-
Cuando estais listos, os habeis cambiado de ropa y habeis estudiado vuestros papeles, os proporcionan una carreta cargada de fardos de tela tirada por un burro y os encaminais hacia Jotenheim.
Se trata de un pueblo mediano, de unos 400 habitantes (aunque en sus afueras viven otros 300 en granjas y asentamientos semipermanentes) dedicado casi exclusivamente al comercio. Está situado a ambos lados de una carretera transitada y ello le convierte en un lugar de parada obligatorio para caminantes y viajeros, cosa que alimenta su actividad comercial.
En Jotenheim hay varias tabernas donde comer y beber, pero sólo una ofrece alojamiento a los viajeros: "El pulgar del gigante", que es donde os alojais. En su entrada puede verse un enorme dedo colgado a modo de letrero, aunque dudais que se trate de un verdadero dedo de gigante. Además de tabernas, el pueblo ofrece servicios diversos tales como venta de armas (algo habitualmente ilegal en el imperio), un mercado de esclavos (esto si es legal en todo el imperio y en Glorantha en general). Además hay dos hoteles (exclusivamente para dormir), herrerías, comercios varios, una escuela de artes marciales, un taller de alquimia, etc...
Lo siento chavalines, pero no tengo más tiempo. Hoy es el dia más importante de mi vida (según la revista Cosmopolitan) y me tengo que ir ya.
Os dejo que hableis, penseis o calleis y esta noche o mañana continúo.
Es vuestro segundo dia en Jotenheim. El primero lo empleasteis en dar un repaso general al lugar y haceros una idea aproximada de qué podeis encontraros y finalmente habeis decidido hospedaros en "El pulgar del gigante" con la esperanza de recabar la máxima información posible manteniendo vuestro disfraz.
Es de tarde y estais sentados en una de las mesas del local, en la planta baja. Hay otros siete clientes: Cuatro hombres beben en una mesa redonda del extremo opuesto a vosotros; En otra de las mesas hay un bagabundo o mendigo acompañado por una niña; El último es un hombre rechoncho y calvo que cubre sus ropas con una capa ancha.
Tiradas de Otear, porfi.
Mientras tomo una copa de vino aguado, hablo con las chicas, y les comento:
-Mmm, sólo me he percatado de venta de armas, lo cual es "ilegal", pero en cierto modo necesario, todo el mundo lo sabe...
Me quedo callado mirando algo que me ha llamado la atención...
Motivo: otear
Tirada: 1d100
Dificultad: 64-
Resultado: 47 (Exito)
Bajo la voz y respondo a Kilder
-Cierto, las armas son necesarias. Pero creo que eso no es lo que le preocupaba a Vesekor...-miro a mi alrededor observando a la gente que nos acompaña.
Motivo: otear
Tirada: 1d100
Dificultad: 33-
Resultado: 34 (Fracaso)
Vehexa está en silencio engullendo una pata de asado, parecía distraída hasta que deja de masticar mirando algo fijamente. Hace un movimiento para señalar el objeto de su atención - Ahí.
Motivo: otear
Tirada: 1d100
Dificultad: 71-
Resultado: 6 (Exito)
Hay algo extraño que os llama la atención en el local: Los cuatro hombres de la mesa del fondo no dejan de mirar al vagabundo y a la niña, como si los estuvieran estudiando. No perdeis de vista al grupo hasta que a la señal de uno de ellos, se levantan de forma violenta, volcando la mesa y haciendo que sus jarras de cerveza salgan volando por el aire con tal mala suerte que una de ellas se rompe justo a vuestros pies y os mancha las botas. Acto seguido, los rufianes sacan sus cuchillos y se encaran con el mendigo, que trata desesperadamente de calmarles mientras escuda a la pequeña.
Por si os lo preguntabais: La tirada de Otear servía para daros cuenta de que el ataque ha sido fortuito, sin mediación alguna del mendigo.
Vehexa se levanta profiriendo un sonoro rugido, mientras blande su enorme hacha sobre su cabeza - Dejar a hombre y niña o probar mi hacha!!!!