Media hora después los tres aventureros van en una de las furgonetas del UnderItak en dirección al gimnasio que, según la información extraída por el doctor gracias a los carnés, parece ser propiedad del propio Milton O'Rourke. Se llamaba Deporte en Familia: Karate y está ubicado a las afueras de la Gran Manzana, concretamente en la Avda. Central de New Jersey.
Liza conduce la furgoneta mientras Adriana no deja de mirar por el retrovisor en todo momento. Demasiadas sorpresas se ha encontrado ya en las calles de la ciudad. Tal y como está el tráfico del mediodía les llevará cerca de media hora salir de Nueva York y entrar en New Jersey. Por su parte Fredric está en la parte de atrás de la furgoneta. Desde que salisteis del UnderItak no ha vuelto a decir nada más. Simplemente mira fijamente la foto de O'Rourke del carné deportivo.
Sigo hasta el lugar cuya dirección indica el carné del tipo en cuestión. Una vez allí, si no veo nada raro aparco.
-Bueno, Adriana, vamos a comprobar qué hay ahí dentro... y si ese Milton es Quest, como pareces creer, Fredric... ¿Trajes de faena, o queréis entrar en plan despistado...?
-Sera mejor ir de pasisano, ya he tenido demasiadas sorpresas, esta vez vayamos sobre seguro, si entramos con os trajes de faena la gente se alertara y tendremos problemas. Recordad bien la cara de ese tipo, no quiero que se nos escape, si hay problemas siempre nos queda la baza de que soy agente de la ley. ¿ estais todos deacuerdo o teneis un plan mejor ?
Aqui tambien tengo jurisdicccion ?
La furgoneta está aparcada frente a un gimnasio. Desde fuera no se ve nada extraño. Se encuentra en el bajo de un local y una gran cristalera con motivos orientales da al exterior. A través de ella se puede ver una oficina de recepción y un pasillo con máquina de cocacola que seguro que lleva hacia el tatami.
En la recepción una chica joven repasa unos listados. A esta hora de la mañana parece que no hay mucho movimiento.
No Adriana, aquí no tienes jurisdicción.
- Maldita escoria negra... Imitar a los japoneses. ¿Para eso hemos ganado la guerra?
Fredric parece musitar algo, hablando consigo mismo.
- Si tu amiguita quiere entrar por las buenas para buscar justificación que después nos deje entrar a todos a mi manera yo no tengo inconveniente. Puedo esperar un poco más antes de destrozar ese local y al negrata que lo regenta.
Miro de soslayo a Fredric, pero no digo nada. Es lo mismo, sé perfectamente que hará lo que quiera, en el momento que quiera.
Doy un vistazo al sitio, y a los alrededores. Luego a Adriana.
-Está bien. Entremos nosotras, tal cual. Pero ya me dirás cual es el plan... no vamos a preguntar directamente por O'Rourke, supongo. ¿O eso es lo que estás pensando?
-Si entramos preguntando por el seguro que no nos dicen nada, pero yo podria entrar para apuntarme al Gym y con la escusa de que me enseñe las instalaciones puedo echar un vistazo al sitio. Esa seria una manera de hacerlo, luego queda la mas directa que es la de entrar a decirle que he enconrado su DNI y que vengo a devolverlo
-Bien. Podemos hacer eso, y entramos por separado. No nos conocemos. Entra tú primero, con el carnet, y luego entro yo, preguntando por clases de rehabilitación. Siendo un Gym "familiar" no será extraño. Siendo dos es más fácil que tengan que recurrir a él para atendernos al mismo tiempo. ¿te parece?
Es muy buena idea. dame un par o tres de minutos antes de entrar Adriana habre la puerta de la furgoneta, se baja y se dirige hacia el interior del Gymnasio
( no posteo mas esperando a que me des paso a la escena )
Adriana desciende del coche y entra en el gimnasio, dejando a sus compañeros en la furgoneta.
La chica que está revisando los listados levanta la vista y muestra una franca sonrisa:
- Buenos días... ¿puedo ayudarla en algo?
Marca tus mensajes como solo para el director mientras no entre Liza al gimnasio.
Liza y Fredric esperan durante un momento a que Adriana cruce la calle y entre en el gimnasio. En el momento que Liza ve que Adriana ya está dentro y parece hablar con la mujer de recepción echa una mirada al retrovisor para comentarle algo a Fredric pero ¡no está! Ese demente descerebrado ha debido bajar cuando Liza estaba atenta a la entrada de Adriana en el gimnasio. ¡Y no se ve rastro de él! ¿Qué demonios tendrá pensado hacer? Liza maldice por lo bajo por haber bajado la guardia tan solo unos segundos...
Jeje.
Cuando contestes marca Mensaje solo para el director, ya que estás ahora mismo sola.
Maldita sea... pienso para mis adentros. No hay manera no ya de que Fredric se considere parte de un equipo. Es que no hay manera ni de que piense en que no está solo.
Suspiro, y, a pesar de todo, me sonrío. No esperaba otra cosa.
-Doc, Fredric se ha escabullido. Adriana está dentro, y yo voy ahora. En unos minutos...
Sigo mirando a Adriana dentro del gimnasio, y espero un par de minutos. Luego bajo de la camioneta, renqueando. Me acerco al local, y entro.
-Buenos dias, - dice Adriana- a ver si me puede ayudar y asi quizas pueda solucionar dos problemas de una vez. La primera cuestion es que me he encontrado esto y venia a devolverlo -Adriana se saca el carnet del bolsillo. NO puede evitar echar un vistazo a su alrdedor para ver salidas posibles y hacerse una idea del local, tambien -Alegrame el dia y asoma la naroiz por aqui- penso para si, mientras estaba mirando a ver si veia al tipo que habia perdido el carnet y tambien si habia algun cartelillo con el nombre de la chica
La mujer, una muchacha de pelo moreno y aspecto sereno, levanta la vista de los papeles. Coge el carné sin entender muy bien de que va la cosa, pero al ver la foto sonríe:
- Ah, pero si es el carné del señor O'Rourke...- levanta la vista mirando a Adriana - Ha sido muy amable al traerlo. El señor O'Rourke no está en estos momentos pero seguro que le agradecerá el detalle. Si me da su nombre y un teléfono le diré que le llame para transmitirle su agradecimiento..
Mientras la mujer habla Adriana echa un vistazo alrededor. Desde donde está puede ver un ventanal que da al tatami principal. No hay nadie ahora mismo en él. A un lado de la mesa de la secretaria hay un pasillo estrecho, en el que destaca una pequeña máquina de café, y que sigue hacia lo que parecen unas escaleras que llevan a una planta baja. Quizás al tatami se acceda desde abajo. Si hay alguna oficina más no se encuentra en esta planta.
Simultáneamente a la entrega de su carné la puerta de la calle se abre y es Liza la que acaba de entrar, apoyándose en su bastón. Mira hacia Adriana como si no la conociera.
- Me temo lo peor, querida... Ese tipo es como un perro sin bozal...
Liza entra en el local y ve que Adriana está de pie, frente a la mesa. La secretaria que la atiende está sonriendo con el carné de O'Rourke en sus manos. Liza llega a escuchar lo último que le dice: '...transmitirle su agradecimiento'
Adriana parece más atenta en el aspecto del local que en lo que le dice realmente la mujer. Liza también echa un vistazo: desde donde está puede ver un ventanal que da al tatami principal. No hay nadie ahora mismo en él. A un lado de la mesa de la secretaria hay un pasillo estrecho, en el que destaca una pequeña máquina de café, y que sigue hacia lo que parecen unas escaleras que llevan a una planta baja. Quizás al tatami se acceda desde abajo. Si hay alguna oficina más no se encuentra en esta planta.
Estáis las dos en la misma escena, por lo que ya no es necesario desmarcar a nadie cuando habléis/actuéis.
Me adelanto renqueando, y me coloco algo detrás de Adriana, escuchando lo que está diciendo la chica.
Como si fuera una de esas personas algo impertinentes que creen que tienen derechos adquiridos por naturaleza, a los pocos segundos interrumpo la conversación.
-Señorita, perdone, ¿hay alguien más que pueda atenderme? Veo que está usted ocupada...
-Vera prefiero darselo yo misma, sabe, si me dice donde le puedo encontrar