Partida Rol por web

Aquellos que pisaban el despacho por primera vez notaron un súbito golpe visual, ahora que el hombre que les despistaba se había ido. Obras de arte, decoraciones caras y sobretodo muy poca coherencia entre los distintos elementos hacían de aquel lugar la habitación hortera mas cara que uno se podía imaginar. Con una gran Calma Asthon se sentó tras su mesa, una pieza victoriana de mármol con un precioso mac ultima generación en una esquina. Siéntese y comencemos, soy un tipo ocupado. Dijo al tiempo que señalaba un par de butacas de piel de leopardo y patas de marfil obviando la galantería o la educación propia de un anfitrión.

Tras tomar asiento la joven Linda saco una grabadora que colocó con total descaro encima de aquella mesa al tiempo que con una sonrisa se tomaba su tiempo para la primera pregunta.

Señor García, en primer lugar permítame agradecerle la oportunidad de esta entrevista. No todos los días se abre un local de tanta categoría en nuestra ciudad. La joven parecía estar perdiendo tiempo a posta como tratando de poner a prueba la resistencia del dueño del la discoteca. Una mirada fulgurante de este hizo que la joven de pronto se replantease su estrategia y tras tragar saliva comenzó con la entrevista de verdad.

Usted posee prestigiosas discotecas en Miami y Florida ¿Nuestro lectores desean saber que le ha llevado a abrir su negocio en nuestra ciudad?

Asthon tomó un momento para pensar, aunque esta pregunta parecía obvia para cualquier persona daba la impresión de que el dueño no la había preparado. La verdad, es que tengo algún que otro vinculo con esta ciudad. A parte, no podía concebir que una gran ciudad como esta obligase a sus habitantes a pasar la noche en garitos de mierda. Así que para ayudar a todos los habitantes de la ciudad decidí traerles la mejor discoteca de América. 

Linda hizo un pequeño gesto de sorpresa. Sin duda aquella iba a ser una entrevista directa con respuestas contundentes. Entiendo, y ¿qué es lo que ofrece su discoteca a quienes la visitan?

De nuevo Asthon necesito unos segundos para responder. Buena música, buen alcohol y buen espectáculo. Ademas de la oportunidad de encontrarse con personas importantes. Cualquiera que sea alguien en el mundo viene de fiesta a Electrosand. Por un momento Violet sintió un rastro de tristeza en la respuesta de Asthon, como si no todos los que son alguien estuviesen allí esa noche. Pero rápidamente Asthon lo cubrió. Y quien se crea demasiado bueno para mi discoteca se puede ir a la mierda.

La cara de Linda cada vez mostraba más y mas su impresión, aquello no era algo que una persona inteligente dijese en una entrevista en el periódico, comentarios como ese podían hundir hasta el mejor local. Igual la joven tenía que retocar un poco después la entrevista, o de fracasar el sitio tendría que enfrentarse a la furia de su dueño.

El tiempo iba pasando y otra serie de preguntas típicas fueron contestadas con un corto silencio para contestar seguido de alguna contestación tajante. la joven periodista y el atípico dueño repasaron desde los precios y horarios del lugar hasta los eventos programados para los próximos meses haciendo pequeñas paradas en la música y las bailarinas del lugar. 

Poco a poco la entrevista fue llegando a su fin, dejando una ultima pregunta que la joven lanzó con mucha picardía.

Para terminar nuestras lectoras quieren saber algo sobre usted, ¿Existe alguien especial en su vida?¿O aun esta esperando encontrar el amor? la pobre Violet no pudo evitar sonrojarse en ese momento pero por primera vez Asthon contestó rápido y sin pensarlo.

Estoy solo y seguiré solo. Se acabo la entrevista buenas noches. y señalando la puerta esperó con cara seria a que todos abandonasen la sala. 

Nathan pasó la noche algo perturbado por el suceso. Él pensaba que con Ibrainovich podría conseguir algo pero al parecer nada. Estuvo horas intentando entrar a gente que pareciera adinerada. Muchas veces incluso presentandose como el Sr. Memphis, e incluso consiguió dar alguna tarjeta de la empresa. Pero era obvio que allí la gente no solía ir por negocios. Y lo que consiguió Nathaniel, fue llevarse un cabreo de la ostia.... no solo se había sentido como una mosca cojonera, sino que además le acababa repercutiendo en su autoestima, y en el trabajo. "Puto trabajo de campo. ¡¡Ni siquiera me he podido divertir!!"

Tambaleante, acabó llegando a casa a las tantas de la mañana.

Edward se limitó a escuchar sin mucha pasión al gilipollas de García revolverse en su ego cual puerco lo hace en su mierda. Si el tipo le había caído mal en un principio, en este momento se podría decir que le caía MUY mal. El abogado no sabía mucho de periodismo, pero el material que su jefa estaba compilando valía poco o nada, eso lo sabía hasta Bradley.

Tras una exhibición de ego que se salía de todas las tablas de exhibiciones de ego (si es que existen las tablas que indican exhibiciones de ego), el sujeto les señaló la puerta con un ademán indiferente, como si el simple hecho de hacerlo fuera una molestia para él. Aunque el tipo fuera un gilipollas, y Edward no hubiera podido hacer alguna que otra pregunta, no le quedaba otra que salir de la sala. 

Al menos esperaba divertirse esa noche.

Llegó a la puerta del despacho de su jefe todavía resoplando. Esperó unos segundos hasta recuperar el aliento y llamó a la puerta. No abrió directamente pues no quería que le ocurriese lo mismo que dos noches atrás. Asthon se había enfadado mucho con ella por interrumpirle. Esperaría a que le respondiera, si es que todavía se encontraba allí...

Por favor, que me haya esperado... suplicaba Violet a Dios, Alá o a la deidad de los travestis. 

Pero, si el destino era caprichoso, Asthon lo era más y podía haberse marchado sin ningún reparo hacia su no tan secreta admiradora. 

La puerta se abrió casi a cámara lenta y Violet quedó sin el poco aliento que le quedaba después de la carrera. Gracias a dios, su jefe seguía ahí.

Las pintas ya eran otro cantar.

Al otro lado estaba Asthon embutido en un chándal de camuflaje con unas botas que parecían sacadas de los tres mosqueteros y un cinturón de balas falsas. Cinturón que, para que negarlo no sujetaba nada. Para completar el disfraz de cazador furtivo, encima de la mesa había un sombrero a lo Cocodrilo Dundy.

Asthon se giró con cara de Por tu culpa voy a llegar tarde. Y aún así le había esperado. Que mono~~ Sonaba muy serio y con prisas, así que mejor no hacerle enfadar. Más.

- Por fin llegas, Violet. Esto es muy importante y solo lo voy a repetir una vez. Uno de mis... el dueño de la discoteca dudó por un momento la siguiente palabra conocidos, necesita que le entregue algo muy urgentemente. Yo tengo algo mucho mas importante que hacer y no tengo a nadie en quien confíe lo suficiente para estos asuntos. Por suerte para mi tu no la cagaste en la entrega de las invitaciones aunque hubiese un rechazo y he pensado que tú podrías hacerlo.

Asthon metió la mano en uno de los cajones, colocando un discreto llavero (al menos para lo que era habitual en él) sobre la mesa.

- Estas llaves son de una furgoneta aparcada en un almacén a las afueras. La dirección esta apuntada en este sobre, así como el lugar a donde la tienes que llevar y la hora. Ve tranquila, no hagas nada raro y vuelve rápido. Si haces eso todo irá bien. ¿Alguna duda? No dejo tiempo para responder, poniéndose el sombrero y avanzando hacia la puerta Bien me alegro porque no tengo tiempo que perder, a él no le gusta que le hagan esperar y se cabrea mucho cuando pasa.

Violet tomó las llaves y el sobre. Estaba tan emocionada con el hecho de que su jefe la hubiera esperado que ni siquiera le molestó el hecho de que la utilizase de recadera. Asthon estaba taaaaaaaaaaaaaan mono (Kawaii~~) con aquel traje de cazador... Si por Violet fuera, su Gastón cazaría algún que otro conejo...

-Por supuesto, Asthon -respondió la muchacha jovialmente mientras estrujaba las llaves y el sobre contra su pecho, como si fuesen un autógrafo de alguna estrella buenorra del celuloide-. Todo se hará según tus órdenes. 

Antes de que el hijo gitano de Rambo saliera por la puerta, la bailarina se acercó a él y le depositó un suave beso en la mejilla. 

-Disfruta de tu viaje -sus ojos se humedecieron por la pena de no poder verlo durante unos cuantos días-. Yo me encargaré de que todo vaya bien.

Muy disimuladamente, y sin que Asthon se diera cuenta, Violet sacó una pequeña muestra de perfume de su bolso y roció la espalda de su jefe. 

Que sepan que este macho ya tiene hembra, pensó mientras marcaba su territorio. Menos mal que tenía aquel frasco, hubiera sido muy violento verla orinar sobre el muchacho. 

Cuando las fornidas espaldas de su adorado tesoro hubieron desaparecido en la lejanía, Violet abrió el sobre y leyó su contenido. 

Asthon miró a Violet, había notado de sobra el perfume. Aun así no dijo nada, quizás porque tuviese demasiada prisa quizás porque ya se había acostumbrado a las excentricidades de la bailarina. A una velocidad espasmosa abandonó el despacho dejando a Violet sola con la carta. El papel, a diferencia de Asthon en estos momentos, aun conservaba el aroma a hombre, como si la hubiese llevado guardada muy cerca de él.

Al abrir el sobre Violet pudo comprobar la gran prosa de Asthon en un texto sencillo pero lleno de significado.

Furgoneta: Almacen 42, muelle D.

Destino: Happy Sunshine. Camino del Arce s/n

Lunes, 18:45

Su Asthon era un Garcilaso de los tiempo modernos.

Pasó entre sus compañeros de trabajo sin ni siquiera fijarse en sus rostros, saludándolos automáticamente al pasar. Atravesó la zona VIP y llegó hasta la puerta del despacho de su jefe. 

Por favor, que no esté. Así podré dejarle una nota. 

Había cosas que era mejor decirlas con una breve nota: Compra pan. Ha llamado Mary. Ya no te quiero y me voy con mi profesor de pilates...

Llamó a la puerta con delicadeza y esperó. 

*Música de tensión. Súbito fundido a negro. To Be Continued*

La puerta se abrió sola tras los golpecitos de Violet. Al otro lado estaba Asthon hablando por telefono, y no parecía demasiado contento.

Me da igual quien la ha cagado, quiero que aparezca y quiero que aparezca ya. El dueño de la discoteca ni siquiera había reparado en la entrada de Violet. Nadie me jode, ¿lo entiendes? Y rodarán las cabezas que tengan que rodar. No voy a quedar yo como un idiota por culpa de las cagadas de otros.

Asthon colgó dando un golpe y giró la silla hasta encontrarse con la joven en la puerta. Ah, hola Violet pasa pasa, espero que no te haya asustado mi conversación. Ya me han avisado de que todo fue bien anoche. Siento que uno de mis chicos tuviera que tomar la furgoneta, pero bueno, ya estas acostumbrada a tomar taxis. Recuerda pasar todas las facturas a final de mes. Asthon no parecía para nada enfadado, mas bien frío, como si tuviese la mente en otros sitios.

Por primera vez Violet reparó en el cuarto, la mesa era nueva, así como la alfombra del suelo y el mac había sido sustituido por un portátil enorme marca IBM.

Bueno, espero que nada malo pasase en Happy Sunshine. Nunca me ha terminado de gustar esa gente pero los negocios son los negocios. 

El alivio se extendió por el rostro de Violet al saber que había sido alguien enviado por Asthon quien había cogido la furgoneta.

¡No me va a reñir!¡Yayyyyy!

Violet acarició con las yemas de los dedos el nuevo ordenador. A ella le gustaba mucho más el antiguo, de puro color blanco e insinuantes curvas. 

-Bueno, espero que nada malo pasase en Happy Sunshine. Nunca me ha terminado de gustar esa gente pero los negocios son los negocios.

¿Qué hago?¿Se lo cuento? Él debería saber lo que oí. Tratar con esa gente puede ser peligroso y no quiero que le pase nada. 

-Bueno, la verdad es que... -Violet se detuvo unos instantes, no era fácil contar que había escuchado a un hombre quejarse lastimeramente- Mientras dos armarios empotrados descargaban las cajas, escuché algo... Era una especie de quejido, un gemido. Como si alguien no lo estuviera pasando precisamente bien -ante la extraña expresión de su jefe, se apresuró a terminar su explicación-. Yo me hice la tonta, por supuesto y creo que se lo creyeron, aunque eran muy desconfiados. Me pareció todo muy raro. Para mí fue un gran alivio marcharme de allí -concluyó.

Happy Sunshine, menudo nombre para semejante Pasaje del Terror. 

-Y, ¿tú qué tal? ¿Por qué has cancelado tus vacaciones, es grave? -su tono de voz era el de una esposa preocupada porque su marido se va a la guerra. 

Qué bien le quedaría a su Gastón el traje de campaña, con ese culito respingón... *_*

Asthon miró impasible a Violet mientras ella explicaba sus andanzas por Happy Sunshine. Ni una pequeña muestra de sorpresa aparecía en su rostro a lo largo del relato. Cuando por fin Violet terminó se pasó la mano por la cara, como tratando de despejarse. Muy bien, lo más seguro es que no se dieran cuenta de lo que oíste, pero por si acaso creo que deberíamos sacarte de la ciudad. El joven dueño e la discoteca comenzó a pensar, era algo a lo que no estaba costumbrado por lo que tardó bastante en continuar la conversación.  Te enviaré a Miami, allí estarás a salvo hasta que sepamos de seguro si se dieron cuenta o no.

Espera un segundo tengo que hacer una llamada. Asthon cogió el telefono como si le costase levantarlo. Si, hola soy yo, necesito que investiguéis un par de asuntos,  y un viaje a Miami lo más discreto posible. No le digáis a él que os lo he pedido. En aquella llamada Asthon estaba mucho mas tranquilo, como si no quisiera que la persona que estaba al otro lado notase su nerviosismo.

¿Un viaje?¡A Miami!

Posiblemente era lo mejor que podía hacer, desaparecer unos días y esperar que las aguas se calmasen. Maldito Adonis de pelo engominado y rock-hard culo que la había metido en aquel lío. 

-¿Miami...? Sí, me parece bien. Podría tomarme unos días de vacaciones. 

Sol, playa y hombres de piel tostada. El plan no estaba nada mal. También podría visitar a su familia, por alguna extraña razón, aquella experiencia le había provocado una profunda añoranza de sus hermanos. Tenía una maleta llena regalos que había ido comprando pero que nunca había podido entregarles: una equipación de béisbol para Li, un precioso sombrero par a la pequeña Mai, un vibrador para Lena... 

¡Qué contentos se van a poner!

Reencontrarse con su padre iba a ser otra cosa. 

Nota mental: llevar sólo faldas por debajo de la rodilla. La última vez que me vio con minifalda utilizó los posavasos de porcelana como surikens...

-¿Cuándo me marcho? -era una pregunta y una petición. 

Asthon se levantó de la silla. Saldrás esta misma tarde, por el momento vuelve a tu casa y prepara todo lo que necesites. El dueño de la discoteca se veía muy tranquilo, para estar planeando sacar a una de sus bailarinas de la ciudad por miedo a Dios sabía que. No se atreverán a hacerte anda a plena luz del día. No es su estilo. A eso de las 5 llegará un coche a tu casa y te llevará al aeropuerto.

Había algo extraño en la mirada de Asthon, su Gaston no actuaba tan Friamente, lo que hubiera pasado para cancelar sus vacaciones tenía que haber sido muy gordo. Aunque Violet que había pasado bastante tiempo con él veía en sus ojos las ganas de salir a la calle y partir la boca al primero que se encontrara.... bueno, al primero, al segundo, al tercero... en Miami Asthon había enviado al hospital a muchos.

Violet atravesó las puertas de Electrosand, inundando la discoteca con la luz que desprendía ella misma. Sus tacones resonaron en la gran sala de baile vacía. Sus andares podían recordar al de aquellas modelos que desfilan como si estuviesen pisando uvas, un portento de elegancia equina. 

Cuando llegó a la oscura pared del despacho de su jefe, se detuvo, recolocó su escote y situó su busto en una posición que desafiaba a todas luces la fuerza de la gravedad. Estaba lista. 

La joven llamó a la puerta con delicada firmeza y esperó. 

Voy a ver a Asthon. Wiiiiiiiiiiiii. Voy a ver a Asthon. Wiiiiiiiiiiiii. Voy a ver a Asthon. Wiiiiiiiiiiiii.

Subes hasta tu torre del placer. Sin duda alguna Asthon ha pensado en todos los detalles. Mientras te diriges hacia el punto de reunión te percatas de que hay varias chicas que pasean por ahí.. en ropa no muy decente. Sin duda son bailarinas. Alguna de ellas parece muy feliz. No tan feliz como tu sin duda.

Todo el asuntillo con el taxista turba tu mente un poco. Qué maleducada puede llegar a ser la gente a veces.

Llegas a la puerta del despacho, está entre abierta. Parece que tu príncipe está hablando con alguien... por telefono ya que solo oyes su voz... su tibia voz. Bueno, no tan tibia. Parece enfadado. Alguien ha llegado tarde a trabajar.

¿Llamar a la puerta? ¿Tal vez intentar escuchar un poco más..? quién sabe qué será una buena idea..

Violet se deleitó con aquella voz varonil que no tenía nada que envidiar a la de Constantino Romero. Qué gran fuerza expresaba cuando estaba enfadado... aunque eso era algo que sólo podía apreciarse cuando la bronca no te la estaba echando a ti. 

Parece muy enfadado, no sé si será buena idea interrumpirle ahora mismo, no quiero acabar recibiendo la metralla de su explosivo carácter...

La bailarina de excesivos miembros se debatía entre su ardiente deseo de volver a ver el musculado cuerpo de su jefe y el temor a recibir un grito de los que hacen historia. 

Al final ganó la precaución y la muchacha decidió esperar a que su jefe terminase de hablar y calmase su ánimo. Y, para entretenerse mientras tanto, qué mejor que pegar la oreja muy disimuladamente y escuchar qué era lo que traía a su querido Gastón por el camino de la amargura. 

 - ¡No! ... ¡No! - oyes a Asthon negar en repetidas ocasiones - Es demasiado.. arriesgado, que me espere abajo.. hablaré con ella más tarde - dice y cuelga de golpe el teléfono.

Escuchas el toquetear de sus dedos la madera de la mesa. Está pensando. Suspira y se mueve en la silla, finalmente se levanta y en una simultaneidad casi simbiótica decides perdir permiso para entrar. Os encontráis de bruces en la entrada. Sonríe.

Sus ojos se clavan en los tuyos.

- Vaya.. ya te estaba esperando - dice haciendote un gesto para que entres en el despacho y se sienta en la silla ofreciendote otra. Todo un caballero. Y parecía tan enfadado.

- Espero que tu viaje haya.. estado bien - parece realmente intersado en tus vacaciones. - Ya siento... las circustancias bajo las que te marchaste... y espero que todo pueda volver.. a ser como antes - sonríe con algo de preocupación.

Chasquea la lengua.

- Tal vez tenga un trabajo para ti.. si quieres volver al trabajo nada más poner los pies en esta ciudad.. claro.

Se encontró frente a frente con su jefe, su rostro quedó a sólo unos centímetros del suyo. Podía oler y sentir su suave aliento en la mejilla. *_*

No había dejado de pensar ni uno sólo de los días de sus vacaciones en aquel adonis de cabello engominado, cejas depiladas y chándal de tela acrílica. 

Mi Gastón... ~~

Él le preguntó sobre sus vacaciones, pero la bailarina estaba tan embobada deleitándose con aquel angelical rostro que su mermada capacidad intelectual sólo le dejó sonreír y asentir alternativamente. 

- Tal vez tenga un trabajo para ti.. si quieres volver al trabajo nada más poner los pies en esta ciudad.. claro.

-Yo te hago los trabajos que haga falta -la frase salió de sus labios con tanta carga sexual que se ruborizó y se apresuró a corregirlo-. Al fin y al cabo soy tu querida empleada, ¿no?

¿Qué trabajo le encargaría su jefe? Con un poco de suerte necesitaría lencería negra y un par de zapatos de tacón bien afilado para llevarlo a cabo. 

Asthon se asombra y abre la boca ante tu inesperado comentario. Parece pensar tus palabras. Cuando te corriges con tanta rapidez sonríe y se inclina en la mesa mirándote a los ojos. Hace un gesto con la mano, como obviando el tema.

- La discoteca ha despertado mucho mucho interés.. - suspira - Y me temo que haya personas.. interesadas que puedan querer meter discordia.. o querer obtener información privilegiada.. - te mira - Tu eres una persona.. buena e inocente que siempre ha sido leal a mi figura.... y que no levanta sospechas - sonríe - Me gustaría que mantuvieras los ojos y los oídos abiertos.. sobretodo con la prensa.. tal vez quieran entrevistar a alguien para malmeter... - no parece tenerlo claro - Necesito que seas mis oidos en este sitio.. allí donde yo no puedo estar ni oir.. y sobretodo que me cuentes cualquier cosa que se pueda salir.. de lo normal - hace incapié en esta palabra.

Hace un gesto con la mano.

- Y volviendo al tema de los trabajos.... - dice con ambiguedad - ¿Todo tipo de trabajos? - pregunta sin dejar de mirarte. Parece... que hay ¿morbo? en su mirada.