Partida Rol por web

Bakunyu Ushimimi

Escena 3 - Dream Island, el resorte definitivo

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23/03/2014, 18:59
Director

Oculto en la otra cara de la colina sinuforme, el resort se extiende a lo largo de toda su ladera más suave y hasta llegar a la misma playa. Allí, abajo, se ven unos bungalows de aspecto “nativo” (que luego comprobaréis que cuentan con todas las comodidades en su interior, incluyendo un amplio jacuzzi de 2 plazas, una cama de matrimonio de lujo, aire acondicionado, minibar...).

En la ladera otros edificios similares pero de mayores dimensiones resultan no ser otra cosa que un comedor central, las cocinas, lavandería, un generador, mantenimiento, limpieza y alojamiento para el personal.

Destaca, además, un edificio moderno, de cristal oscuro y hormigón, donde se ubica la administración del resort, un pequeño casino, así como su clínica privada. Todo apunta a que dicho edificio es la joya de la corona del resort.

Luego están, por supuesto, las distracciones:

La piscina central, con su bar, sus hamacas, sombrillas y demás parafernalia propia de un hotel de alto standing. Todo pese a la proximidad más que patente del mar...

Por otro lado está el personal femenino de Dream Island. Para empezar hay un claro desequilibrio a su favor, copando los puestos de limpieza, camareras y barmans. Para continuar decir que todas son una preciosidad sería claramente infravalorarlas, pues además de ser de una mezcolanza de nacionalidades y etnias, se puede apreciar claramente una tendencia: todas tienen unas curvas que hacen que pudieran categorizarse no ya como simples modelos, sino como modelos de lencería. Todas poseen, al menos, una copa D de sujetador, sin ni un gramo de grasa alejado de los “lugares que cuentan”.

El personal masculino, en general compuesto por hombres morenos, de cuerpos esbeltos, atléticos y bien musculados, se dedica a tareas de mantenimiento, instrucción de danza, actividades acuáticas, salvavidas de la piscina... y seguridad, esta última visible, esos sí, sólo en el edificio de Administración (aquel mazacote de hormigón y cristal que, recordemos, tiene en su interior un casino).

El último elemento de la ecuación son los clientes: abundan los hombres de cierta edad, en general fofos y con esa forma de actuar llena de seguridad y como si el mundo les perteneciera que les delata como líderes de empresas y/o ricachones. Resulta curioso y hasta divertido ver sus caras de sorpresa, felicidad o éxtasis al ver al personal femenino de Dream Island, o a sus esposas o parejas recién reformadas a un ideal de belleza más acorde con el lugar.

Las clientas, en cambio, al parecer disfrutan de una estancia idílica llena de comodidades, en una isla paradisíaca y reparten su tiempo entre broncearse o bañarse en la piscina, la playa, jugar en el casino o tomar clases de baile y otras actividades lúdicas auspiciadas por el resort mientras se recuperan de sus intervenciones quirúrgicas.

No hay caras largas, discusiones o gritos en Dream Island. Bueno, al menos no gritos que no sean de placer.

Notas de juego

Y tras el parón, seguimos...

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24/07/2014, 21:59
Kyo Mori

El viaje había sido bastante corto, tal y como había prometido el buen hombre del hidroavión. A pesar de que la pareja que nos acompañaba, que insistió en establecer una mortalmente aburrida charla acerca de los mil y un temas mas exasperántemente aburridos temas tales como su maravilloso décimo aniversario de su enlace, lo bien que se lo estaban pasando, lo bonito que era el cielo y lo bien que nos veíamos como pareja, la providencia me fué amable. Anna estaba entre la pareja y yo, permitiéndome un aislamiento que completé al ponerme los auriculares y ponerme a escuchar algo de música mientras mi mente divagaba entre el caso y nuestro supuesto "viaje de parejitas".

Mientras la pegadiza canción de Rhett & Link me permitía alejar la mente de la silueta de mi atractiva acompañante, empecé a enfocarme en el caso. La visita a Lactocorp, así como las pesquisas realizadas en el hotel Caneel Bay, y en el propio Saint John me había dejado un par de cosas claras acerca de nuestra "fugitiva". 1º La señorita O'Bolic tenia un gusto exquisito. Una isla remota, casi paradisíaca, convenientemente alejado de su lugar de trabajo dejaba claro su intento de poner toda la tierra de por medio que fuera posible. 2º Pretendía perderse en un lugar paradisíaco, frecuentado por turistas de alto estanding, le permitiría camuflarse y perderse en la isla sin mucho problema. 3º La pierna de Anna, me estaba volviendo loco. Si piel ligeramente bronceada por el sol seguía refulgiendo como un faro para mi. Y hablando de faros, el sol también se había dado un paseo por su bien servido busto, asi como por ese rostro suyo, afilado, enmarcado por esa melena rubia, ligeramente despeinada por el trayecto, movida por el aire que se colaba por la ventanilla, sus labios brillaban, apetecibles y jugosos como el primer mordisco de una fruta exótica...

Por suerte un bamboleo que marco el final del trayecto, me permitió poder alejar la vista de Anna. Maldita sea, Kyo, céntrate. Anna era una compañera de trabajo. Y menos mal que todas las compañeras no eran como ella, o la economía se habría ido a la mierda hace mucho tiempo. Me iba a levantar del asiento, cuando me fije en que mi mano había acabado sobre ese muslo desnudo que me había dejado totalmente fuera de juego hace apenas unos segundos. Me quedé en blanco unos instantes hasta que amagué una sonrisa. La presión sobre su pierna se convirtió en una caricia, que se deslizó por esa piel de marfil, descendiendo poco a poco... Hasta dar con el cierre de su cinturón... Liberándola del arnés de seguridad.

-Es el tiempo de tomar tierra... Querida.- Susurré a su oído mientras los auriculares salían de mis orejas con un tirón para acabar guardados en un apropiado gurruño en mi bolsillo. Me había ataviado con unas bermudas de color beige con unos cuantos bolsillos apropiadamente repletos de diversos utensilios, aderezados con una camisa negra entreabierta, para ventilar y disipar en parte el maldito calor de esta isla. Bajé del trasto con un suspiro de alivio, y me estiré desperezando los músculos medio dormidos por el vuelo. A pesar de ello, le tendí la mano a mi acompañante para ayudarla a bajar del aparato.

El resort, era algo extramundano. Demasiada tentación junta. Morenas, rubias, castañas y pelirrojas, a cada cual mas y mas peligrosa, como decía un viejo amigo. Desde luego, los hay que saben hacerlo pero que muy muy bien en este tipo de sitios... Como gesto reflejo, me llevé la mano al bolsillo trasero izquierdo. La baraja de cartas seguían en su sitio. Me serían de utilidad si quería distraer a las mozas del lugar y conseguir... Información. Si eso. Información era lo que estaba buscando. 

Negué con la cabeza y pasé el brazo por la cintura de Anna. Hacerlo me costó mas de lo que pareció. Sería una pantomima, pero desde luego estaba a medio camino entre el miedo escénico y la excitación. Mucha excitación. Esto acabará conmigo, no tenía ninguna duda.

-Tranquila tesoro. Algo me dice que seguirás destacando entre ellas... Creo que alguna ya te mira con envidia.- Me acerqué para darle lo que parecía un beso bao la oreja, pero quedando mis labios ocultos por esa cascada de oro que tenía por cabello, aproveché para susurrarle un par de cosas.- Empieza el reto. O'Bolic podría estar aquí todavía. Mas nos vale tener los ojos bien abiertos.- Me separé de ella en cuanto terminé de hablar para avanzar un par de pasos. Con algo de suerte no se notaría que estaba tan colorado como un europeo en una playa del meridiano.

Notas de juego

Perdonad la hora y el post, pero hoy me han dado una mala noticia del trabajo y no estaba al 100%

Me esmeraré mucho mas a partir de ahora.

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25/07/2014, 12:53
Anna Hayami Williams

Me coloco junto a Kyo en el hidroavión, esperando a que la máquina se ponga en marcha. Frente a nosotros, otra pareja que se presenta y trata de establecer relación con nosotros. El jefe, a su manera, trata de evadirse de la situación y me deja a mí al cargo: no es exactamente de esa manera, pero cuanto más amables seamos, más facilidades tendremos -en el caso de que la visita se complicara un poco-. Asiento y voy respondiendo a sus comentarios: realmente llegan a ser una pareja encantadora, pero a la misma vez son mortalmente aburridos; no puedo evitar echar más de una mirada fugaz a Kyo mientras le envidia me corroe. Aún así, mi sonrisa no desaparece y rezo porque el viaje sea tan corto como esperaba. 

-Disculpad a mi marido, no le gustan mucho los viajes y se pone nervioso. Le han recomendado que escuche algo relajante para evitar pensar en el trayecto- comento mientras toco levemente la pierna del jefe.  Por muy natural que deba parecer este hecho, yo no puedo evitar sentir un cosquilleo en la mano, por lo que unos instantes después me separo. 

Empiezo a pensar en O'Bolic mientras la pareja me relata sus planes en los próximos días. ¿Qué estará haciendo ahora mismo? ¿Habrá contratado algún tipo de vigilancia especial? ¿Por qué ha venido a un lugar como este? El aviso de que hemos llegado a nuestro destino me saca de mi ensimismamiento y comento. Vaya, el viaje ha sido bastante corto. Cuando la compañía es buena, el tiempo pasa volando- río dulcemente. Es en ese instante en el que siento la mano de Kyo sobre mi pierna y noto como la sangre se concentra en esa zona. Realmente ha sido un movimiento que no preveía y, pese a que me gusta más de lo que reconocería en voz alta, le dedico una sonrisa amable. Claro, cariño, menos mal que el viaje ha sido corto. Y, en mi interior, sé que de haber sido más largo habría acabado mandando al cuerno a aquella pareja y pidiéndole al jefe que me dejara apoyarme en su brazo para dormirme. ¡Maldita sea! Ahora lamento que haya durado tan poco. 

Me levanto cuando Kyo ha dado unos pasos y me coloco bien la falda beige de tubo que llevo; esta va acompañada de una camisa blanca que lleva un par de botones desabrochados por la zona del pecho, tanto por el calor sofocante que puede llegar a hacer como porque realmente esos botones no llegan a cerrarme.  Unas sandalias negras de tacón bajo cierran el conjunto escogido para la visita a Dream Island. Por suerte, salgo antes que la pareja que nos ha acompañado y cojo la mano de Kyo para salir. 

Se nos presenta una mujer pelirroja que parece ser nuestra guía por el lugar. Ginger- repito para mis adentros-, el nombre le va perfecto.  Me despido rápidamente de la pareja que nos ha acompañado -que ahora parece estar en medio de una disputa porque el marido ha mirado como no debía a alguien, o eso me ha parecido escuchar- y comienzo a andar al lado del jefe.  Unos minutos después, estamos en Dream Island. 

El paisaje es, cuanto menos, llamativo: no solo por la infinidad de lujos que parece poseer, sino por las personas que componen el lugar: ricachones, mujeres exóticas y hombres de cuerpos trabajados. Esto parece ser más bien un paraíso sexual que un lugar de relajación y vacaciones. Desde luego no veo ningún niño, por lo que no es un lugar de visita familiar, sino más bien para escapar de la familia.  Pese a todo eso, yo tengo ya fichado al jefe, aunque la misma palabra implica la relación en la que debemos basarnos.  Noto la mano de Kyo sobre la cintura y cojo aire: este hombre acabará con mi paciencia y mi cordura, sin lugar a dudas. Noto su cabeza deslizándose hasta acercarse a mi cuello y me susurra: una mala elección para mí, que tengo el cuello sensible; intento mirar a algún lado y buscar algo que me distraiga más que su aliento rozándome, pero es imposible, por lo que muevo levemente el cuello hacia sus labios justamente cuando se separa. No sé si lo hace para ponerme nerviosa o si es solo parte del trabajo, pero a él se le ve tan confiado que me avergüenzo de estar como una quinceañera. El nombre de O'Bolic vuelve a ponerme en guardia y miro disimuladamente a ambos lados. 

Se aleja antes de que pueda responderle y me doy un segundo para respirar y seguirle. Le alcanzo y agarro suavemente su mano mientras sigo echando un vistazo a lo que nos rodea, aunque por desgracia para mí él sigue siendo el centro de atención. No quiero levantar ninguna sospecha sobre nuestra guía, así que continúo con la conversación: Espero que luego no te pases todo el día rodeado de esas mujeres, cariño. Estoy bastante segura de que podrías pasar por uno de los trabajadores, y con lo que me ha costado conseguirte...- bromeo. Evito mirarle ahora que lo tengo cogido de la mano porque sé que una sonrisa suya me derretiría y me haría pedirle cosas fuera del contrato laboral. 

Con suerte, pronto llegaremos a la habitación y podremos trazar alguna clase de plan. Aunque llegar a la habitación implica que volveremos a quedarnos a solas, lo que implica más tensión para mí. 

Notas de juego

Ha estado genial jefe, así que no te preocupes ^^. 

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28/07/2014, 16:24
Director

Estando ambos en buena forma, el paseo, a pesar de la ascensión inicial, contribuye más a despertaros agradablemente que a cansaros. El aire limpio, salado y húmedo propio de la zona y de esta islita en particular os abre los pulmones y os hace sentir sanos y llenos de energía, a diferencia del ambiente polucionado de Tokio.

Los Pond, o más bien la señora Pond (Sarah), mantienen su cháchara intrascendente, esa mujer sufre de verborrea. Sólo un último comentario de ella os hace volver a prestarle atención cuando su marido se separa un momento para hablar con la guía.

-¿Han oído hablar de esta clínica? –dice señalando al único edificio de aspecto moderno del complejo- He oído que es una maravilla y que casi todos los procesos que utilizan los hacen sin cirugía, “naturales”, y que han invertido un montón de millones en eso. Nosotros contratamos un pac estético especial, con derecho a tres remodelaciones, así que me voy a hacer un lifting para quitarme algunos años de la cara, arreglarme los pómulos y, esta es la parte que le encanta a mi Jota Jota –aquí dirige la mirada al cielo, como pidiendo ayuda celestial para aceptar a su marido con todos sus defectos- aumentarme los pechos. Creo que me los pondré bien grandes, a ver si así consigo que este zafio que tengo por marido deje de mirar a otras mujeres… ¿Y ustedes? ¿Han venido al resort sólo por placer o van a arreglar alguna cosilla? –la mirada de doña Sarah se desvía hacia Anna, a cuyo cuerpo somete a un severo y mal disimulado escrutinio, tratando de averiguar sin que se lo dijera qué era lo que pretendía cambiar.

Es entonces cuando su marido regresa de hablar con vuestra guía portando una llave dorada cual trofeo de pesca.

-Bueno, bueno, no os queremos molestar más. Divertíos –dice al fin, volviéndose hacia su marido con clara intención de encontrar algo que criticar.

A continuación es la pelirroja, Ginger, quien toma la palabra:

-Permitanme que les conduzca a su bungalow.

El trayecto no dura ni un minuto y es en ligera pendiente hacia el mar, deteniéndose frente al número 8. Extrae una suntuosa llave dorada como la que le habéis visto al señor Pond y abre la puerta de la pequeña casa. Se puede recorrer casi toda de un único vistazo y a pesar de todo resulta bastante lujosa: Una enorme cama de matrimonio preside la habitación, con telas vaporosas a manera de mosquiteras, grandes, suaves y suntosos cojines, así como un mullido colchón de última generación, de los que no sólo son hiper-cómodos, sino que además no se calientan por contacto. Minibar que luego podréis comprobar que está lleno de bebidas de las mejores marcas, un surtido de helados y una variedad de refrescos no alcohólicos. El jacuzzi, apartado pero en la misma habitación (junto con una ducha y un excusado separados por una mampara con efecto de aguas “censurante” que permite que no se vea más que la silueta al otro lado), es lo suficientemente amplio para que quepan cómodamente 2 personas voluminosas (podrían apretujarse 4 sin demasiada complicación). A su lado unas toallas blancas y suaves como si hubieran sido sacadas de un anuncio con la marca Resort Dream Island bordada. Ginger os enseña además un armario de grandes dimensiones empotrado en la pared y disimulado con la misma, así como que lo que inicialmente habíais tomado por un gran cuadro es en realidad una pantalla plana con acceso a cientos de canales de televisión. Una mesita portátil ante la cama puede desdoblarse como mesa sobre la cama y de momento está adornada con una selección de frutas tropicales de vivos colores. Y, por supuesto, lo que ni se ve ni se escucha, pero se siente estupendamente, es el aire acondicionado, también con su propio mando en la mesita.

-Las maletas se las traerán en seguida. Si necesitan algo, *lo que sea*, no duden en ponerse en contacto con recepción o cualquier empleado, ellos les ayudarán encantados –dice la pelirroja con una sonrisa cómplice probablemente practicada y usada mil veces; y, en efecto, a cada lado de la cama hay un terminal inalámbrico de teléfono- Nos ocuparemos de todo, no tienen que preocuparse de pagar bebida o comida en el recinto, entra dentro de su pack. Los gastos realizados en el casino sí son aparte, me temo, y según he visto en su ficha no han contratado todavía ningún servicio de nuestra clínica. No tengan miedo, todos sus servicios son naturales y no invasivos, además de tener precios muy razonables. La primera cita y el servicio de spa del edificio son completamente gratuitos… Sean bienvenidos a Dream Island, señores Mori –finaliza vuestra guía, haciendo una pequeña reverencia al estilo japonés, con la espalda bien recta. Y por fin se va, cerrando la puerta tras de si.

De repente os encontráis solos en la suntuosa habitación de matrimonio, en completo silencio. Algo habrá que hacer. Ese algo podría ser trabajo… o no.

Notas de juego

Ni rastro de O'Bolick durante el paseo.

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05/08/2014, 23:41
Kyo Mori

Dream Island ¿Eh? Mas que un sueño esto va a ser una pesadilla. Estar rodeado de tanta mujer hará que mis procesos cognitivos se vayan al traste. Ya notaba como la sangre abandonaba mi cerebro para dirigirse a zonas mas... Bajas. No voy a durar ni cinco minutos, lo veo venir...

Pese a poner toda mi atención, y mis cinco sentidos en la tarea, no logro ver ni rastro de la presa. Desde luego no está entre las mujeres que hemos visto hasta ahora, aunque la cotorra del avión me había echo pensar en una noticia realmente escalofriante. Este lugar era una clínica de cirugía. Aquí es donde los que tienen dinero se compran caras nuevas. Y lo que no son caras, por que viendo el panorama en la piscina, desde luego con tanto mostrador sería todo un reto encontrar a un barman menos predispuesto a trabajar aquí.

Por suerte, la señorita Ginger viene a descolocar mi percepción nuevamente. Otra pelirroja tetona. Estoy condenado a quedarme sin ninguna misera gota de sangre lejos de la zona baja de mi anatomía. Cerré los ojos unos instantes para serenarme. una frase del gran Bruce Lee me viene a la mente, como traida por un ángel. 

-Vacía tu copa para que pueda ser llenada; quédate sin nada para ganar la totalidad...- Musito para mí. Noto como poco a poco vuelvo a ser yo mismo, por lo que amago una sonrisa y aferro la cintura de Anna de nuevo. Hablando del diablo y sus tentaciones, aquí hay algo que no necesita ni un solo cambio.- Muy amable, señorita Ginger. Estoy seguro de que mi esposa está deseando relajarse un poco tras el viaje.Y no creo que necesite ningún tipo de arreglo. Es imposible mejorar la perfección.

De tal forma, simulando la feliz pareja de casados que muy a mi pesar no somos, aproveché el corto paseo para tratar de ver mas allá de las mujeres del paraíso en el que estábamos metidos hasta el cuello, pero lo cierto es que era cuanto menos imposible. Y desde luego, una vez dentro de esa lujosa estancia, las cosas tomaron otro matiz. Como no, era una habitación para parejitas recién casadas podridas de dinero y con ganas de no salir de la habitación.

-No dude en que la avisaremos si necesitamos cualquier tipo de... Ayuda.-Me permití una sonrisa al despedir a la exuberante mujer empleando el mismo tono que ella había empleado con nosotros.- Bueno... Parece que estamos solos Anna. Al fín. Llevo deseando hacer esto desde que nos subimos al avión.

Crucé la estancia, acercándome a ella, con la mirada fija, olvidándome al instante de las maletas y de cualquier tipo de decoro. Tenía muy claro que no iba a dejar pasar la situacion ni un solo segundo mas. Ya habia aguantado demasiado tiempo sin hacer lo que el cuerpo me pedía. Posé las mano sobre la suave superficie, acariciando con deseo y a placer, hasta perder toda sensación y abandonarme al placer... Y tirarme sobre la cama con un gemido de cansancio y satisfacción. Me podría permitir esta falta de profesionalidad.

-Nos espera una tarea hercúlea, Anna. Mejor será que nos relajemos cuanto podamos antes de ponernos manos a la obra. 

Notas de juego

Perdón por la tardanza.

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11/08/2014, 12:54
Anna Hayami Williams

El camino, por suerte para nosotros, no se hace demasiado largo. La azafata camina con elegancia guiándonos y dejando a ambos lados del precioso paraíso en el que nos encontramos las distintas atracciones que ofrecen. Vaya... impresionante; cualquier mujer tendría envidia de ellas- pienso fijándome en el personal del hotel, pero lo cierto es que no me afecta en absoluto. Una debía aprender a quererse a sí misma, con defectos incluidos.  El vistazo en la búsqueda de O'Bolic es infructuoso, pero la compañía hace que merezca la pena el paseo.  Suspiro justo antes de que nuestra anfitriona nos abra la puerta de la habitación y espero la orden del jefe para entrar. 

La pregunta de la mujer me deja levemente descolocada y la respuesta de Kyo no hace nada por mejorarlo, salvo por el hecho de que provoca una sonrisa sincera en mi rostro. Ya ve lo bien que me tiene cuidada mi marido... pero no descarto el hacerles una visita. Estar a la altura de un hombre como este no es tarea fácil- comento tocando levemente su brazo. No podíamos cerrarnos a la opción de visitar un lugar como ese, porque no teníamos ni rastro de O'Bolic.  Sería bastante más fácil colarse por allí haciendo ver lo interesada que estaba antes que intentar espiarlo de una manera más indirecta y ser sometidos al juicio de todas las cámaras que nos esperarían.  Luego Kyo la despide con una de sus sonrisas encantadoras que podían tener enamoradas a medio japón y yo le hice un gesto con la mano. Gracias por todo, pero creo que por lo pronto estaremos bastante ocupados...- sonrío y espero a que la mujer se marche.

Cuando se marcha aprovecho para inspeccionar la habitación con más interés, sobre todo porque Kyo ha tomado el lugar que yo quería para mí en estos momentos, y tumbarme junto a él no era una opción. Antes de comenzar a recorrer nuestro nuevo nido me quité los zapatos para estar más cómoda y me aflojé un poco la blusa, la cual notaba apretada desde que nos habíamos sentado en el viaje.  Sí que nos hemos tomado unas buenas vacaciones, jefe- le digo mientras camino por la habitación mirando la zona de la tele y luego reposando mi mirada en el minibar; sin duda alguna me acerco y busco algún zumo. Hay que aprovecharse ahora que podemos... luego quizá tengamos investigaciones mucho menos lujosas.  ¿Quieres algo, Kyo?- pregunto dedicándole una mirada cuando todavía estoy inclinada viendo el mueble.  En caso afirmativo se lo acerco y luego continúo con mi examen, pasando ahora al jacuzzi. No puedo evitar soltar un suspiro al verlo y, por desgracia, al imaginar la correspondiente escena de ambos en ese lugar. Toso levemente, como si el zumo se me hubiera ido por algún camino y por una extraña razón empiezo a pensar que el aire acondicionado no está haciendo bien su trabajo.  Toco con la punta de los dedos las toallas que permanecen impolutas esperando a ser usadas. Este jacuzzi tengo que aprovecharlo... siempre puedo invitar al jefe a...¡Calla!- niego con la cabeza y decido que la cama es lo suficientemente grande para los dos para que no resulte incómodo que me tumbe, así que me dirijo a ella y me dejo caer, tal y como había hecho el jefe unos instantes atrás, no sin antes dejar el zumo en la mesa.

-Ni rastro de O'Bolic, jefe...- le murmuro mientras mis ojos se posan en él-  Espero que no le haya dado por hacerse un arreglo facial o estaremos totalmente perdidos, aunque estoy segura de que a ti no se te escaparía- le dedico un halago cargado de sinceridad- Al menos tenemos algunos detalles de ella... por no hablar de tu encanto natural con las mujeres, seguro que puedes obtener información, pero recuerda que estamos casados por el momento. Le sonrío y miro entonces al techo. Quizá deberíamos mirar las instalaciones y buscarla, y eso incluye la clínica... ya sabes, diciendo que necesito un arreglillo.. aunque no pienso tocarme nada de nada, estas mujeres parecen sacadas de los cómics. Prefiero la naturalidad- esto último lo digo más para mí que para él. Creo que tenemos acceso a casi todo lo que nos rodea, así que echar un vistazo no será tan difícil, ¿no? El único problema es que no se me ocurre cómo preguntar por ella sin llamar la atención... porque supongo que esperará que alguien la esté buscando. Siempre podemos utilizar un señuelo o algo- me encojo de hombros, esperando su respuesta.

Vuelvo a fijar mi atención en él, esta vez recorriendo su cuerpo con una mirada fugaz y no puedo evitar morderme el labio. Instantáneamente desvío la mirada de él y suspiro. Lo cierto es que la habitación está bastante bien... pero debe ser increíblemente cara- comento para pensar en otra cosa distinta a lo que se me estaba ocurriendo relacionado con esta cama. 

Notas de juego

¡Perdón! >-<

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13/08/2014, 17:13
Director

Notas de juego

Cuando podáis, por favor, concretadme un plan de acción...

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31/08/2014, 09:35
Director

La soledad de la habitación para el joven “matrimonio” no dura demasiado. Como había anunciado Ginger al poco llega el servicio con vuestras maletas. Y vaya servicio. El botones es un joven de interesantes rasgos faciales fruto de la mezcla racial y con un cuerpo de muy buen ver, con una llamativa musculatura que parece esculpida en su torso, resultado sin duda de innumerables horas de gimnasio. Por alguna razón desconocida, fruto de una excéntrica interpretación de las regulaciones sobre vestimenta o tal vez de una rebeldía consentida, el chico sólo lleva una chaquetilla de cuero fina que no hace nada por cubrir su torso perfecto y unos pantaloncitos cortos que se ciñen a su anatomía como una segunda piel, revelando que es un chico muy bien dotado en los aspectos “importantes” (trasero y… lo que no es trasero).

-Buenos días –dice en español caribeño con una sonrisa arrebatadora acompañada de un guiño divertido a quien le abre- Sus maletas –continúa en inglés con ese curioso acento de la zona.

Deposita las maletas sin ningún esfuerzo donde le decís (o en su defecto en medio de la habitación) y se vuelve hacia la puerta, pero se gira en el último momento antes de salir.

-¿Puedo decirle algo, señorita? –pregunta y sin esperar respuesta se acerca hasta Anna y le susurra algo al oído.

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31/08/2014, 09:37
Hugo

-Últimamente pasan cosas raras en el resorte y he escuchado su nombre de boca del director de seguridad esta mañana antes de que llegaran. Ya han desaparecido tres mujeres. Vayan con mucho cuidado.

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31/08/2014, 09:45
Director

Y de nuevo antes de que podáis reaccionar, el botones se escabulle hacia el exterior del bungalow.

-Que tengan una feliz estancia en Dream Island.

Y ahora ya estáis con toda vuestra ropa, el equipo, vuestros pasaportes y demás en la habitación. Solos de nuevo. Con el susurro del aire acondicionado y el sonido del mar rompiendo contra la playa a sólo unas decenas de metros. Sin ruido de tráfico, sirenas, gritos de niños o cualquier otro indeseable o estresante sonido. Y pensar que sólo hace un par de días estabais en Tokio...

Entonces ahora toca relajarse investigar en el resorte, ¿no?

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31/08/2014, 21:02
Anna Hayami Williams

Antes de que responda Kyo suena la puerta; lo veo tan cansado que decido ir yo misma a abrir la puerta. Me levanto y me ajusto la falda, de espaldas a él, así como la camiseta -no quería que un desconocido me viera con las ropas mal colocadas, aunque fuera debido a haberme tumbado en la cama-. Al abrir la puerta no puedo evitar sorprenderme al tener a lo que parece ser un trabajador del hotel con ese aspecto; mis ojos recorren inconscientemente su cuerpo, quizá porque estaba tan tensa con el jefe que cualquier figura masculina me llamaba poderosamente la atención, aunque debía reconocer que el hombre no estaba nada pero nada mal, aunque para mí Kyo jugaba a otro nivel, tal vez porque se me resistía tanto.  Le recibo con una sonrisa cálida y me muevo para dejarle pasar y así poder examinarle desde la retaguardia con bastante disimulo; si el jefe no quería nada -pese a todos los encuentros que llevábamos desde este viaje- no había motivo para no alegrarme la vista, aunque fuesemos una feliz pareja.

 La ropa del hombre deja poco a la imaginación y puedo observar casi con perfección su trasero, pero evito ser descarada;  dirijo una mirada a Kyo para ver qué le parece el empleado y presto atención a lo que dice. Buenos días - respondo en un inglés fluido- pase, por favor.  Puede dejar las maletas ahí, si no le importa- señalo la zona del armario y espero a que las deposite.  La vista es claramente espectacular mientras las deja y yo decido que en este lugar debe ser imposible no desviar la atención hacia el servicio, lo que hace que me pregunte hasta cuánto pueden involucrarse con los clientes o si en el propio contrato aparecen los límites del mismo. 

Cuando va a marcharse le dedico una sonrisa cordial y justamente antes de despedirse se decide por acercarse hasta mí y me dice algo al oído. Permanezco totalmente quieta ante la cercanía aunque no puedo evitar oler la fragancia que desprende, algo que me encanta en los hombres. Asiento levemente cuando me susurra aquello y carraspeo ligeramente cuando se desplaza y se despide de nosotros con esas palabras, cerrando la puerta tras de sí.  Miro a Kyo y le dedico una sonrisa encantadora- Creo que tenemos algo. Espera.  Sin decir más, me dirijo hacia el exterior de nuestra gran habitación para dar al encuentro del botones. 

 

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31/08/2014, 22:01
Anna Hayami Williams
Sólo para el director

Mis pasos me encaminan a las afueras de la estancia sin darme cuenta de que no llevo zapatos, no al menos hasta que he dado un par de pasos fuera del lugar y he cerrado detrás mía.  Confío en que no me pase factura y no tenga la mala suerte de pisar algo que me cause una herida, pero creo que este sitio está lo suficientemente cuidado como para evitar esos problemas. Compruebo que la camisa tenga un par de botones desabrochados, los suficientes como para dejar ver parte del escote que llevo: si quiero conseguir información cualquier cosa era válida, o eso me había enseñado el jefe. Mis ojos buscan al botones que ha dejado nuestra habitación para saber más acerca del tema que nos preocupa, aunque reconozco que estando sola también puedo deleitarme más de las vistas que me proporcionaba.  Cuando doy con él me acerco con paso ligero- ¡Disculpa, creo que se te ha olvidado algo!- le digo, puesto que no sé si hay ojos en todas partes. 

Me acerco hasta él colocándome bien el pelo y manteniendo una sonrisa abierta en el rostro: una tenía que saber utilizar sus armas cuando estaba sola.  Respecto a lo de antes... gracias, de verdad, has sido toda una ayuda- intento no abordar el tema abiertamente, porque tengo la sensación de que nos pueden estar oyendo.  Este lugar es fascinante, de verdad, aunque pone a prueba la autoestima de cualquier persona que venga al resort, incluso la mía- miro un poco hacia un lado, esperando el momento en el que no haya mucha gente circulando.  Cuando veo la oportunidad me acerco para susurrarle tal y como él hizo antes conmigo- ¿Crees que podrías hablarme un poco de eso de las desapariciones? Me ha dejado un poco intranquila, y curiosa. Te estaría muy agradecida si pudieras ponerme un poco al corriente- comento dándole especial énfasis a la parte de mi agradecimiento.  Acaricio levemente su hombro cuando me alejo: prefería que pensaran los que podían estar vigilándonos que intentaba seducirle antes que meterle en problemas. 

Notas de juego

Voy a suponer que lo encuentro, pero no te cortes si prefieres dejar el misterio en el aire. Es solo por hacer algo hasta que kyo vuelva a dar señales... xD 

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01/09/2014, 16:01
Director

Alcanzas al botones cañón antes de que pueda irse muy lejos, prácticamente en la puerta del bungalow,  y cierras tras de ti, dejando los oídos probablemente ansiosos de tu bien amado jefe (así como su posible ayuda, eso sí). Tus pies desnudos acarician la superficie de piedra todavía fresca de la entrada, sin mayor problema. De todas maneras todos los caminos del resort estaban así y el resto, cubierto de hierba. Salvo la playa, claro.

Tus manejos con la camisa hace que lo primero que el botones vea al girarse no sean tus ojos, pero por estrecho margen, es un gran profesional. Su cara de facciones exóticas muestra cierta sorpresa al verte allí fuera, pero se recompone rápidamente. Bueno, más o menos, su mirada se pasea "discretamente" por tu exuberante cuerpo mientras le hablas. No parece muy centrado pero sí bien dispuesto, desarmado por tu tu sonrisa y tu golpe de efecto melenil.

-Señorita, cualquier cosa por usted. Tengo un descanso en 15 min. Si quiere podemos "hablar" -guiño- en la playa de piedra pasando la de arena de los clientes. Sólo se llega nadando...

 

- Tiradas (1)

Notas de juego

He hecho la tirada por ti, aplicando el bono de la dote Atractiva (+4) a tu Diplomacia. ¡¡Lo tienes a tu merced!!

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01/09/2014, 16:30
Anna Hayami Williams
Sólo para el director

Parece que mi plan funciona, o al menos las miradas del botones sobre mi cuerpo me dan la confianza suficiente para seguir con el plan.  Las distancias cortas son mi mejor arma, así que permanezco de esa manera mientras lo escucho hablar; parece que voy a tener la reunión que quiero, aunque no podré contar con la ayuda del jefe. Si todo sale bien... tendré algún motivo por el que pueda sentirse orgulloso y, quizá, agradecido conmigo. ¿Qué podía salir mal? Sabía defenderme, o eso esperaba si se daba el caso. Miro con algo de descaro la zona de su pecho, mostrando un interés que realmente no es fingido, debido a que el hombre es atractivo hasta rabiar. Le guiño un ojo, divertida con la situación, y asiento. Está bien, nos veremos ahí entonces. No me hagas esperar mucho, ¿de acuerdo?- le comento con un tono parecido a una súplica y le sonrío de manera encantadora. Soy bastante impaciente cuando algo me interesa. 

Me giro y empiezo a caminar de nuevo hacia la cabaña, moviendo con sensualidad mis caderas; seguramente esté mirando y no quiero que pierda el interés. Debía coger el bikini y decirle los detalles al jefe antes de marcharme; él podría aprovechar para investigar otros asuntos. 

Notas de juego

¡Anda! ¡Qué pedazo de tirada! Puedes continuar tú con las tiradas si siguen como esa, ¿eh? ^^ ¿Posteo al jefe diciendo que cojo las cosas y me voy? Es que con el atraso que llevamos me gustaría seguir por lo menos por mi cuenta... xD 

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01/09/2014, 16:44
Director

Notas de juego

Para mayor facilidad supondremos que el jefe está todavía tirado en la cama y si te das prisa no puede entretenerte... Postea tu paso por la habitación y seguimos en la playa.

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01/09/2014, 17:09
Anna Hayami Williams

Apenas pasan unos minutos antes de que vuelva a la habitación en la que me encontraba con el jefe.  Me acerco hasta mi maleta, sin perder tiempo, y la abro allí en medio, mostrando diversas faldas, blusas, vestidos y quizá algún que otro pantalón corto, pero yo estaba en la búsqueda de mi siguiente arma: un bikini. Escojo el negro que el jefe ya había visto y me metí en el baño, aunque con las prisas empiezo a quitarme la ropa antes de llegar al mismo, dejando la blusa en el suelo de la estancia que compartíamos. Verás- le digo cuando me he adentrado en el baño- se me ha apetecido ir a darme un baño, cariño. Si aquel trabajador me había hablado en susurros eso significaba que podía haber micros en la estancia, y no quería meternos en problemas-  Tú puedes aprovechar para echar un vistazo por aquí si quieres, pero no mires demasiado a las trabajadoras. Ya sé que tipo de mujeres te gustan, por eso me elegiste a mí- bromeo y compruebo que el bikini está bien puesto. No quería perder tiempo, así que salí del baño solamente con eso. 

Sé que lo que debo hacer ahora es lo más incómodo de todo, pero no descartaba que pudiera haber cámaras en la habitación. Me acerco a Kyo con paso tranquilo y una sonrisa triunfal y, sin dudarlo, beso sus labios con ganas: una pareja debía besarse a menudo, ¿no? Aunque quizá yo tenía más ganas de las que el papel me pedía. Me acerco a su oído y le susurro, aunque antes me muerdo el labio para impedir volver a lanzarme sobre los suyos- Estaré en la playa de la Roca, pasando la playa de la arena. No tengo muy claro si nos están espiando ahora mismo, pero tengo una pista- no puedo evitar que mis palabras suenen algo entrecortadas, porque tenerlo tan cerca me excita bastante.   Me alejo de él y cojo una toalla que usaré para ir a la playa- ¡Eso es lo que pienso hacerte si no miras demasiado a todas esas provocativas mujeres! Así que más te vale esperar a la noche, cariño.  Antes de marcharme cojo unas chanclas cómodas para poder andar por el lugar y me encamino rápidamente hacia la puerta, para evitar tentaciones; abro, le lanzo un beso desde la seguridad de que voy a salir, y me marcho a seguir con lo que tenía planeado. 

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01/09/2014, 18:19
Anna Hayami Williams
Sólo para el director

Suspiro una vez estoy fuera, y sola. Tenía tantas ganas de entrar que me decidí por desaparecer de los alrededores de la cabaña cuanto antes, andando a paso ligero. ¿Por qué la vida me había puesto en una situación tan difícil? Un jefe buenorro, una isla llena de tíos atractivos... y yo, soltera y entera, no hacía nada con nadie. La vida era una continua broma tras otra, pero sin gracia alguna.  Me encamino sin tener muy claro hacia dónde me dirijo, porque no sé dónde están las playas que el botones ha mencionado. Para evitar perder el tiempo me decido por preguntarle a alguien con pocas palabras que dónde se encuentra la playa de arena para el uso y disfrute de los clientes.  Después de dar las gracias cordialmente me alejo del lugar y mis piernas me guían hasta la susodicha playa, aunque mi objetivo es llegar a la playa de las rocas.  Me detengo unos instantes para observar el paisaje y alegrarme la vista de ser preciso, pero tengo una misión pendiente y quiero que el jefe esté contento. 

Cuando me encuentro en la playa de arena recuerdo lo que el hombre dijo y decido dejar la toalla en medio de la arena: no creo que un montón de ricachones vayan a intentar robarla.  Me dejo el pelo suelto y me acerco a la orilla tras colocarme bien el bikini para mojarme los pies, aunque camino con paso firme hasta el agua. Siento alguna que otra mirada clavada en mi cuerpo, pero no me molesta, sino más bien lo contrario: tantas horas de trabajo tenían su recompensa. Me sumerjo en el agua y comienzo a nadar hacia la playa de las rocas: con suerte podría saber pronto qué estaba pasando. Y, de paso, me alegraría la vista.  Esperaba que el jefe reuniera información por su parte. 

Notas de juego

Post cortos, pero así avanzamos. 

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07/09/2014, 13:10
Director

Las playas se revelan muy cercanas a vuestro bungalow, a unas pocas decenas de metros. No era de extrañar que el sonido del mar llegara hasta vosotros. Siendo este el lado "suave" de la isla, el que desciende más lentamente hacia el mar, éste ha formado una playa de arena que se extiende tal vez una quincena de metros hacia el interior de la isla, pero se prolonga muchos metros hacia el interior del mar, creando un efecto cromático precioso en las aguas poco profundas. Seguramente uno puede caminar al menos 50 ó 100 metros hacia el interior del mar sin que le cubra, o al menos pudiendo hacer buceo sin bombona de manera cómoda y atractiva.

A lo ancho ya es otra cosa. Las dimensiones reducidas de la isla hace que la playa sea más bien abigarrada, con sombrillas de paja y madera, tumbonas de gran calidad y un chiringuito de playa que distribuye bebidas entre los clientes. Aunque no habrá más de 20 ó 30 personas en la exclusivísima playa, ya parece bastante llena. Uno de esos hombres buenorros del servicio, un caribeño de piel tostada, pelo oscuro ondulado, músculos definidos y culo respingón está masajeando a una de las clientas en su hamaca, amasando su piel con aceite de coco y arrancando gemiditos de placer de la misma con sus hábiles y fuertes manos. Una pareja de lo que se diría modelos juega en el agua con un frisbee, forcejeando con el agua para atrapar el disco.

La playa de rocas, oculta tras la propia isla, que hace de barrera natural de la playa de arena, se encuentra a escasos 50 metros nadando, sorteando aquella barrera de piedra del "acantilado". Aunque sigue formando parte de la propia isla, el giro necesario para llegar hasta ella la coloca ya en una corriente suficiente, una que ha limpiado la arena que acaba depositada en el banco arenoso de la playa cercana. Cosas curiosas de la naturaleza. Las rocas que forman la playa son lisas y se calientan al sol, por lo que pronto probablemente se conviertan en algo poco agradable para la piel desnuda. Sin embargo resulta sencillo encontrar refugio del sol caribeño entre las rocas más grandes, sin duda desprendidas de la isla, y apenas hay vegetación que pueda molestar. El rugido del mar resulta tranquilizador y desde aquí no puede verse ningún otro cliente. Un lugar discreto e ideal para hacer cosas clandestinas...

Hugo no tarda en aparecer, emergiendo de entre las aguas como un dios griego, sus músculos cincelados en carne brillantes por el agua que le resbala por la piel broncínea.

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07/09/2014, 13:10
Hugo

-¿Señora Mori? -pregunta con su cálida voz de acento caribeño- Ah, está ahí.

El hombre se aproxima a ti, caminando con cuidado entre las rocas hasta detenerse a una distancia de conversación demasiado cercana a lo que estás acostumbrada, una distancia a la que incluso puedes oler su aroma corporal, fruto de la mezcla de la salitre, su olor a "macho" y la ahora débil fragancia de una colonia exótica.

-Temí que no fuera a venir. No tengo mucho tiempo. No puedo decirle mucho más de lo que le insinué en su bungalow, en el resort han desaparecido algunas clientas. El rumor entre el "staff" es que se sometieron a una operación para agrandarse los pechos y nunca volvieron a su habitación. No han abandonado la isla, o no lo han hecho por los medios habituales. Es muy raro. A mi me da en la nariz que tiene que ver con una americana que cuando llegó se fue directa a hablar con el director del resort, que, cosa rara, estaba aquí. Desde entonces en la clínica han estado actuando muy raro...

Hugo entonces, empático y preocupado, alza la mano para tocarte el hombro.

-Me ha caído usted muy bien desde el primer momento, Anna, tiene usted una sonrisa preciosa, un cuerpo de infarto y parece una persona especial, no como las otras clientas. Si no tuviera marido yo... -dice cogiéndote con firmeza del hombro, clavando su mirada de ojos oscuros en la tuya, el deseo corroyéndole el alma.

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07/09/2014, 22:58
Kyo Mori

Apenas habíamos despedido a la despampanante Ginger, cuando otra no tan encantadora visita cruzó el umbral de la puerta. Un maromo, un auténtico armario caribeño trayendo nuestras maletas con menos ropa que el mismísimo Tarzán. Mientras entra y deja las maletas me yergo sobre la cama y me siento sobre la misma sin quitarle el ojo de encima. 

-Tienes razón, querida, encontrar a nuestra vieja amiga será un aliciente divertido en este viaje. ¡Quien nos diría que acabariamos en el mismo resort!- Comento esbozando una sonrisa traviesa. Me levanté en cuanto el joven hizo ademán de irse para cerrarle la puerta en las narices, pero en el último momento, hizo algo imprevisto... Y que me resultó extremadamente molesto. Se dió la vuelta y le susurró algo a Ana al oido. Por algún motivo me sentí como si  el estómago se me hubiera convertido en una bola de plomo fundido, frio y caliente al mismo tiempo. 

Entrecerré los ojos mientras se largaba del lugar, quedándome con su cara para futuras investigaciones. Luego Ana empezó a actuar de manera un tanto extraña, aunque en absoluto desagradable, empezando por una deliciosa muestra de lo que oculta la ropa de mi ayudante, un desfile de traje de baño, en la cual debería poder puntuarla con un 11 y luego un inesperado beso.- Eh... Muy bien... Andate con cuidado Ana... Por favor.

De golpe y porrazo me encontraba solo en la habitación, sin nada que hacer, con la mente en blanco y un problema de testosterona que amenazaba con causarme muchas molestias. De modo que aferré el teléfono de la habitación y marqué el número.

-¿Recepción? Con la señorita Ginger por favor.

Notas de juego

Perdon por lo escueto.