Partida Rol por web

El combate se recrudece por momentos a nuestro alrededor. Las explosiones en el silencio sepulcral del espacio infinito se suceden reflejadas en la pantalla y en los oscuros iris de Lattice.

- ¡Mantengan la posición y concentren el fuego sobre la basestar cercana! - Ordeno por el intercomunicador a la gemela de la Pillar.

Sin necesidad de dar más órdenes, ambos destructores abren fuego al unísono de nuevo.

Moviéndose la nave como si fuera un colibrí en plena primavera, la Takeshi, se desplaza entre toda esa marabunta de naves capital y cazas para defender el ataque de los cazas enemigos y misiles que quieren acabar con ellos. siendo los Raptors los encargados de dar el golpe de gracia.

Las dos Tigers mantienen a raya a las hordas Cylon y a sus naves nodrizas, las Basestar, mediante su cortina de fuego y baterías principales. Gracias  asu cobertura la Takeshi puede moverse con rapidez entre el colosal enemigo pero siempre asediado por oleadas de raiders que intentan derribar a la pequeña Defender. El ataque de la nave y sus Raptors consiguen destruir una basestar previamente dañada y desbandar un numeroso grupo de cazas enemigos. 

De todas formas una pequeña victoria queda ensombrecida por las bajas coloniales. Un crucero Genesis y la nave científica clase Celestra pasan a la historia bajo el fuego de los misiles enemigos. En cada segundo decenas de vidas humanas se pierden en el vacio del espacio.

El campo de batalla se convierte en un caos absoluto, los sistemas DRADIS son incapaces de diferenciar amigos y enemigos en las pantallas y tan solo se ven cientos, miles de puntos de colores como de si un virus se tratara. La Nabucodonosor incapaz de maniobrar debido a sus multiples daños dispará sus baterías principales y secundarias hacia los objetivos que tiene en línea. Los raptor y vipers después de su brutal primer ataque ahora se encuentran rodeados de ridder y se afanan por sobrevivir. Recarguen los raptor con cargas nucleares y saquenlos cuanto antes

Los últimos misiles de la Takeshi se daban por perdidos por salir del campo de batalla en dirección al espacio abierto finalmente dan la vuelta según su programación de disparo para terminar impactando una basestar en la retaguardia Cylon que sin las apropiadas defensas es destruida sin remedio.

En la otra punta del escenario de batalla la Nabucodonosor dispara con todo lo que tiene pero sus ataques son bloqueados por la ola interminable de raiders cylons y tan solo sus vipers logran detener brevemente al enemigo.

La flota Cylon enfoca sus ataques en los débiles y pronto el grupo Mintaka es diezmado por el fuego nuclear. Vuestros oficiales al mando apenas pueden contener al enemigo y mantener las naves en una sola pieza. Por ello solo son meros espectadores de la destrucción de más de una docena de naves Coloniales.  Las alarmas no cesan, las consolas y paneles estallan en cortocircuitos y los pasillos pronto se llenan de humo y llamas.

Cuando todo se daba por perdido y la superioridad numérica era abrumadora los dioses de Kobol traen su bendición sobre los valientes defensores coloniales. Sobre el campo de batalla comienzan a emerger de un salto FTL una treintena de naves y el número sigue en aumento…

Los sensores identifican a los recién llegados como la Decima Flota Colonial dirigida por la BS Hermes. Dentro del grupo se encuentra para vuestra sorpresa la Defender Hatsu.

Inmediatamente las primeras naves en aparecer comienzan a desplegar sus fuerzas tratando de realizar una maniobra de pinzas sobre el desprevenido enemigo.

La BS Hermes sin perder tiempo abre un canal seguro hacia el Grupo E. – Habla el comandante Henderson desde la BS Hermes. Acudimos en su ayuda, solo resistan un poco. Ahora triplicamos en número al oponente. La comandante Nagakawa de la Defender Hastu asumirá el mando del grupo E en caso que el comandante Sonnenzorn se encuentre incapacitado.  Son órdenes de la Comodoro Lovett. – sin aguardar respuesta alguna Henderson cierra el canal y comienza a disparar con las baterías principales de la Hermes a la Basestar más cercana.

- Que los Vipers se desplacen hacia el Sector 62, hay mucha actividad enemiga en ese sector. Formación Delta 35º-45º. Prioricen el ataque a misiles y la supervivencia. - Recordó Matt a sus ahora pilotos. En el holograma, los vipers cambiaron de posición para enfrentarse a un numeroso grupo de raiders. Matt mantenía la fe de que aquella batalla podía ganarse. Seguía agarrado al panel táctico como si fuera su único punto de apoyo y la vida le fuera en ello.

- Unidad de raptor, descarguen última tanda de misiles y vuelvan al nido para aprovisionar. - Observó el panel táctico, cerrando los ojos por un momento mientras tomaba aire. Notaba el aire enrarecido, y posiblemente la energía estuviera desviandose desde el soporte vital al controld e armas.

- Disparen misiles contra las Basestar situadas en el Sector 89. Disparen los misiles nucleares 5 y 6 contra las Basestar más alejadas del Sector 91. Programenlas para que detonen de forma inmediata si la otra es derribada. Si no alcanza la Baestar se llevará a unos cuantos raiders por el camino. - Aquello comenzaba a ser odio por el odio. Matt estaba comenzando a verse en la desesperada según el DRADIS iba mostrando como se iban apagando las luces que señalizaban varias naves de la flota Mintaka.

Aunque deseaba poder evacuar a los supervivientes, no tenía efectivos ni soporte vital para hacerlo. Primero deberían derrotar al enemigo, y después se encargaría del rescate. Entonces ocurrió el milagro.

- Es necesario acabar con las Basestar dañadas antes de que puedan lanzar el resto de sus raiders o desplieguen sus armas atomicas. La prioridad la tiene el grupo pequeño. Repito, la propridad de ataque esta en las basestar del sector 2. Una vez destruidas podremos utilizar la saturaciond e fuego contra... - No terminó la frase cuando Dala le interrumpió.

- ¡Señor! ¡Señales de Salto FTL! ¡Al menos treinta! - En aquel momento, la desesperación invadió el cuerpo y el corazón del comandante en funciones, cuando mirando el DRADIS, las señales comenzaron a tornarse verdes. Una oleada de esperanza hizo que el comandante alzara el mentón. - Gracias a todos los Dioses de Kobold... -

Pronto la balanza cambia de inclinación pero el problema todavía persiste: el enemigo aun los tiene en la mira hasta que sus colmillos cambien de presa hacia una mucho mayor en cantidad pero mientras tanto deben resistir sus embates.

La Phoenix aprovecha la llegada de los refuerzos e intenta desbalancear al enemigo pero la basestar desvía todos sus ataques, incluso los nucleares y tan solo las baterías dan en el blanco dañando seriamente las bahías de lanzamiento.

Acto seguido todo el enemigo ataca en completa sincronía, solo como las maquinas pueden hacerlo.

La debilidad de las ligeras Orion estaba siendo puesta a prueba, aunque sus pilotos dieran lo mejor de sí mismos, poco podían hacer contra una gran flota cylon. Las órdenes de ataque se vieron intercaladas entre las órdenes de estabilización, reduciendo su agresividad en pos de la supervivencia. Fue cuando repentinamente hizo acto de presencia su salvación en forma de ironía, dejando una fuerte sensación confusa en el comandante. Debe ser una broma… ¿ha dicho comodoro Lovett? Sus pensamientos rebotaron en alto entre el asombro del CIC de la nave, acallados por los continuos zumbidos de las innumerables alarmas. No obstante el tiempo real requiso su atención y dejó ese asunto a un lado. Vamos oficiales, todos los niveles deben volver a consigna, deprisa. Mantened fuego supresivo contra las basestars, aprovechemos esta oportunidad. En su voz se apreciaba el orgullo de la raza humana aún inmerso en tan complejo escenario, amigos o enemigos, estaban juntos por la supervivencia.

La embestida de los Raiders deja una profunda huella en las débiles defensas coloniales. Muchos Vipers son destruidos en la defensa y los raiders logran cruzar la línea defensiva.

Afortunadamente todas las naves de batalla logran defenderse del ataque de las basestars con excepción de la Defender Takeshi. La pequeña nave recibe varios impactos en áreas secundarias hasta quedar inutilizada. Solo sus vipers pueden protegerla del enemigo.

El fuego enemigo llueve cual zarpazos de una bestia herida enfrentándose a su trágico final. Las baterías de defensa entonan su son frenéticamente y el espacio se convierte en un crisol de explosiones silenciosas.

Las Tigres muestran sus dientes y se defienden con orgullo, pero el fuego concentrado de las basestars es demasiado para las baterías de la Pillar, que se ven pronto desbordadas por la lluvia de muerte cylon.

A la Takeshi le estaban dado hasta en el carnet de identidad, pero su función estaba echa, había repartido estopa por todo el firmamento y eso quedaría en los anales de la historia de como se lanzo contra tres basestar impactando con misiles nucleares a las 3.

Las defensas flaquearon y otra oleada mas hubiese sido el fin del grupo E pero afortunadamente la Hatsu encabezando la Decima flota lograron salvar la situación. Pronto el enemigo comienza a ser eliminado uno a uno y las pocas basestar supervivientes huyen con graves daños. Muchas vidas se perdieron y algunas naves necesitan reparación más allá de lo posible. Es momento de salvar lo posible y tomar nuevos rumbos. El sistema Hydra62 pronto será un hormiguero revuelto y no querrán presenciar el contra ataque Cylon.

Una vez la Flota Cylon desaparece y veo la destrucción de nuestras naves y los graves daños de la Nazara, conecto la comunicación con todo el grupo E, diciendo:- Quisiera hablar con el Comandante Sonnenzorn, si es posible, sino tomare el mando del Grupo E hasta que sea relevada.