Partida Rol por web

Verónica estaba recogiendo todos los enseres que había utilizado para pintar. Estaba satisfecha ya que había acabado un cuadro que tenía un valor sentimental especial: el lugar del parque que había pintado era donde su abuela les llevaba a jugar a su hermano Javier y a ella y quería regalárselo a su hermano por Navidad. Sonreía  pensando  en la cara de sorpresa de su hermano cuando oye un crujir de ramas en el suelo detrás suyo y se gira bruscamente en dirección al origen del ruido manteniendo en sus manos los pinceles recién secados que se iba a disponer a guardar.

El apartamento no es muy grande, pero sirve perfectamente para su propósito. Un pequeño recibidor, un salón con cocina americana y un dormitorio con cuarto de baño. Tiene una magnifica terraza. Aunque el otoño casi ha llegado y hace fresco, se hace agradable el abrir ligeramente la terraza.

Entramos y le ofrezco asiento a Linda en el sofá. Me dirijo al mueble-bar y tomo dos copas, selecciono una de las botellas, un Glenfiddich 21 años, la joya de la corona de mis botellas. Sirvo dos copas.

- Whisky escoces, pura malta y destilado en un paso. 21 años de envejecimiento. Pruébalo y verás como no se parece a ningún otro que hayas probado. Obviamente si no te gusta podemos tomar cualquier otra cosa.

Tomo asiento a su lado. Mi vista se cruza con sus ojos, esos ojos profundos y maravillosos. Una leve brisa entra por la terraza refrescando el ambiente.

-No mucha gente soporta mirarme directamente a los ojos, ¿sabes? -le dijo ella mientras mojaba sus labios lentamente con el vaso de licor- magnífico...

Sonrió. Se quedó mirándolo fijamente, manteniendo su mirada. 

-¿Y bien? ¿En qué trabajas, Isaac?

Verónica se rió de sí misma. Un pavo real paseaba tras ella, pisando ramas que se rompían. Volvió a guardar sus pinceles delicadamente, pero entonces, un poco más lejos, sentada en una mesa de piedra, una figura que la había estado mirando desvió la mirada rápidamente cuando ella pasó sus ojos por ahí. 

Verónica terminó de guardar sus enseres y se dispuso a marcharse. 

Se dio la vuelta rápidamente, dispuesto a pelear contra quien fuera, pero no le dio tiempo. De pronto, uno de sus colegas se le echó encima, saltándole a caballito, tratando de subírsele encima. 

- Son unos ojos extremadamente atractivos, magnéticos. Te aseguro que me cuesta retirar la mirada, me siento como hipnotizado por ellos - Digo con una sonrisa mientras le vuelvo a mirar a los ojos.

- Mejor no te hablo de mi trabajo, hoy he perdido la empresa. - Mi cara se vuelve severa por un instante - Si encuentro al que me la ha jugado se la tengo que hacer pagar !!!!

Controlo el pequeño estallido de ira rápidamente.

- Perdona - Vuelvo a sonreír - No quiero romper la magia del momento. Linda, eres maravillosa, no se qué me pasa pero hace mucho que no me siento así.

Miro en sus ojos y quedo embelesado, lentamente aproximo mis labios a los suyos.

Jajaja me has engañado ;-). He escogido toreador, no estoy identificada 100% con ninguna pero esta es la menos mala ademas son artistas

La joven Linda o miraba embelesada, recreándose en los halagos que estaba recibiendo. Dejó que Isaac se acercara. Dejó que la besara. Cuando se retiró, le susurró al oído:

-Yo podría ayudarte -y en un susurro apenas audible, continuó- tengo formas de darte poder. Un poder con el que no habrías jamás ni soñado. Puedo quedarme contigo todo el tiempo que quieras, puedo darte tu venganza y mucho más. Te he elegido, Isaac, de entre muchos. Te he elegido a ti. Sólo pídemelo, sólo di que sí y me quedaré a tu lado y te daré más poder del que puedas llegar a sospechar. Sólo dime que sí. 

Entonces lo besó en el cuello y, poco a poco, se acercó de nuevo a sus labios. 

La figura de la mesa se levantó rápidamente. Tenía sulueta de hombre. Cuando se dio cuenta de que ella lo había mirado, dudó. Entonces se acercó, despacio, sin parecer saber muy bien cómo aproximarse. 

-Eh... esto... perdona -cuando se acercó, Verónica vio que se trataba de un joven que bien podría tener perfectamente su misma edad-, siento molestarte pero he estado observándote durante un rato... bueno, durante varios días en realidad y esto... bueno, el caso es que me encanta cómo dibujas... siempre he buscado un profesor particular pero ninguno me convence... y querría saber si... si tú... esto... bueno...

Se quedó callado mirándola, como esperando a que ella supiera lo que quería decir. 

- ¿Es que cualquier hombre en sus cabales sería capaz de negarte algo?

El beso aun le ardía en los labios. Deseaba a esta mujer, sentía de pronto un pasión que casi no alcazaba de comprender, era como un instinto animal. El mundo no existía, era un momento en el que solo existían Isaac y Linda.

- Te deseo. Deseo quedarme a tu lado. Deseo que este momento no acabe nunca.

Isaac cerró un abrazo alrededor de Linda, dejando que besase su cuello mientras un placer indescriptible iba recorriendo su cuerpo.

Verónica esperó a que ese joven acabara de hablar, notaba que tenía los ojos abiertos como platos ante la inesperada proposición del desconocido. Ostras!! me está sugiriendo que yo le de clases?..me vendría bien el dinero pero no lo conozco de nada..gracias por tu crítica pero me temo que no puedo darte clases ya que no me queda mucho tiempo libre... además no tengo experiencia dando clases, pero voy a una academia muy buena, si te interesa podrías apuntarte. Dijo Verónica, aunque todo lo que había dicho eran excusas, básicamente el motivo era que no lo conocía de nada. Después de hablar se quedó mirando al desconocido con una sonrisa forzada para no parecer tan brusca.

Rafael apenas tuvo tiempo de reaccionar, lo más que pudo hacer fue levantar las dos piernas y empujar con ellas hacia arriba para quitarse de encima al colega.

Todavia no he echo la ficha pero podemos ir emezando

Perfecto, dime qué hace tu personaje un viernes cualquiera por la tarde-noche :)

-Ehm... -el joven dudó- es que... no tengo un horario fijo como para ser capaz de acudir a una academia así... por favor, quiero dibujar como tú... si es porque no me conoces, podemos dar clases aquí, en el parque, donde haya más gente... por favor, simplemente deja que venga con mis cosas y pinte a tu lado y tú me ayudas... pagaré el precio que me digas -sonrió afablemente. 

Cuando logró quitárselo de encima, su colega le dio un puñetazo en el hombro. 

-No quería asustarte, tío -dijo riendo- ¿vamos?

Caminó en dirección a Argüelles, sin esperar a que Rafa lo siguiera. 

Linda sonrió en su cuello, él lo notó, sintió la expresión del rostro de ella contra su piel. Y entonces sintió otra cosa. Las luces titilaron, las estrellas que se apreciaban a través de la ventana parecieron perder luminosidad y una sensación de intenso placer recorrió el cuerpo de Isaac, un placer que no había sentido nunca, jamás. Aquel momento pareció durar milenios. Si existía el nirvana, desde luego era aquello. 

Eones después, aquella sensación se atenuó un poco. Entonces Isaac se sintió diferente, no se encontraba mal, pero notaba como si estuviese... vacío. De pronto ella se separó de él y el la observó, como en un trance, le parecía un ángel de luz frente a él, tan cerca... Vio vagamente cómo ella se mordía su propia muñeca, parecía tener unos colmillos más largos de lo normal, pero Isaac no se percató conscientemente de ello, sólo lo recordaría después. Entonces ella acercó su muñeca sangrante a él, a sus labios, y con una voz que parecía salida del mismo cielo, dijo:

-Bebe, mi chiquillo. Eso es...

Isaac obedeció a aquella voz maravillosa. Bebió. De nuevo la sensación de puro placer recorrió su cuerpo, sus venas, sus huesos. Una energía nunca antes conocida se descargó en su cuerpo, sumiéndolo en un estado semiinconsciente de gozo y plenitud. Y después, poco a poco, aquella sensación dio paso a la inconsciencia y la mente de Isaac se sumió en un profundo pozo de oscuridad. 

Como esta en madrid y no conoze a nadie intetara quedar con sus copañeros de clase para tratar de hacer amigos y si por el motivo que sea no puede se pone a ver una serie/peli en casa

- ¡Qué susto me has dado cabroncete! esto bien vale un mini de cerveza -digo poniéndome en pie y siguiendo al capullo hasta los Bajos.