Partida Rol por web

¿Que dices de un carcelero? Steve estaba extraado, no sabía de que hablaba la mujer. Lo del espejo llegaba a entenderlo, pero lo del carcelero no. Las bolsas... para Monique no tendrían mucho sentido probablemente, tan solo Steve llegaba a entender una milésima parte de lo que sucedía con esas bolsas. 

Las frases inconexas de la mujer, me parecían cosas muy raras. Además allí no había nadie más que ellos. Tenía que concentrarse en encontrar espejos, pero ¿donde podrían estar?. ¿A que se refería con carcelero?. Salgamos de aquí chicos.

3 habitaciones quedaban por explorar en aquel estrecho y oscuro pasillo.

Al fondo contibuaba la casa (aunque ya poco quedaba de aquella casa en la que entrasteis), y abajo dejasteis una habitación por explorar también.

Sin olvidar ese sonido incesante y molesto, aquel goteo que provenía de alguna parte cercana y cuyo eco resonaba por todo el lugar.

Bueno, Monique Puedes andar bien, ¿no? Si todos estamos bien, propongo continuar mirando por aquí o buscar un espejo a ver que pasa. Quien sabe, ya empezaba a pensar que de verdad pasaría algo con un espejo. En cualquier caso aquí parados no hacemos demasiado, ademas, ese goteo de mierda me esta empezando a poner de los nervios.

Examinemos que es el goteo... al menos nos quitaremos un peso de encima cuando sepamos de que se trata... ¿No creen? Steve se encogió de hombros, no sabía ni por done empezar y tenía curiosidad por saber que era ese goteo. Sentía como a cada segundo perdía la cabeza y sus palabras no tenían sentido... quizás examinar el goteo no era lo más acertado.

-Entonces pongámonos en marcha y tener preparadas las armas, quizás en la habitación que estuvo apunto de abrir la muchacha esté algo desagradable, yo iría a abrir esa primero. 

Con el animo recuperado, y los sentidos cada vez más en guardia MJ se conciencia de que hay que salir sea como sea.

-Da igual, entremos en todas las habitaciones, hay que buscar como sea un espejo... así saldremos de aquí... pero estad atentos... no estamos solos...- dije mirando a todas partes y avanzando hacia la puerta que iba a abrir al principio

Monique se dispuso a caminar hacia aquella puerta que momentos atrás estuvo a punto de abrir.

Tras girar el pomo la puerta cedió sin problemas, rechinando al abrirse, lo cual resonaba por todo el lugar producto de lo espacioso y vacío que estaba todo.

Hizo un gesto a Steve para que entrara primero ya que él portaba la linterna y la habitación estaba completamente a oscuras.

La habitación no era muy grande, pero daba la impresión de ser mayor debido a que en su interior no habia prácticamente nada.

Las paredes mohosas tenían marcas de arañazos y restos de sangre.

Justo en el final de aquella habitación, se encontraba algo de gran tamaño postrado en la pared. Estaba tapado con sábanas.

Podría haberse tratarse de un cuadro, pero los plieges de aquellas sábanas indicaban que había relieve, ya que un extraño bulto se encontraba a lo largo (de arriba hacia abajo) de la pared, con casi la misma altura que una persona.

¿Que es esto? susurró casi imperceptiblemente mientras alumbraba con la linterna hacia todos los puntos de la habitación. Poco a poco se acercaba con cierto temor hacia aquella figura enfundada en sabanas de aspecto extraño. No os separéis... mencionó Steve mientras su posición corporal denotaba preparación por si debía luchar o salir corriendo. Su arma seguía enfundada en su pantalón a la espera de ser usada.

Cogí con fuerza el arma que me había dado Samuel y conté mentalmente las balas que le quedaban pues no me daba buena espina aquel bulto bajo la sábana. Miré a mis compañeros y avancé con desconfianza hacia aquello sin dejar de apuntarle con la pistola -Chicos, cubridme por si hay algo peligroso ahí detrás- dije mientras agarraba con delicadeza un lado de la sábana para tirar de ella.

Esa habitación era agobiante, no solo por el bulto tapado que se encontraba en el centro, si no por sus paredes y por que simplemente estaba vacía. 

Monique se presentó voluntaria para hacer lo que todos estábamos pensando. Tenía razón en lo que podría haber peligro, así que cogí mi escopeta y apunté con firmeza hacia el bulto desplazándome hacia el flanco por si hubiese que disparar, no dar a mi compañera.

Steve no se sentía cómodo en aquella habitación, como el resto desenfundó su pistola mientras trataba de sostener la linterna entre sus manos, alumbrando a aquello que fuera que estaba cubierto por las sábanas. No temblaba, su pulso era firme, pero el miedo seguía vigente en su cuerpo y lugar, como el resto de sus compañeros.

Monique agarró uno de los pliegos de aquella sábana, con mucho cuidado, pues ella, al igual que el resto, estaba aterrorizada pensando lo que podría ocultarse tras esos trozos de tela.

Todos apuntabais con vuestras armas a aquel bulto mientras ella decidía si descubrir aquello o no.

La tensión crecía por momentos y el sonido de vuestra propia respiración os ponía incómodos.

Finalmente, Monique hizo acopio de valor y tiró con fuerza de las sábanas mientras el resto estaba espectante.

La figura que vislumbasteis con aquella linterna era grotesca. Se trataba de 2 cuerpos, unidos entre si por el torso.

Aquella cosa estaba atada con cadenas a lo que parecía ser el trozo de una verja antigua y oxidada.

Debido a la luz de la linterna de Steve, que apuntaba directamente a uno de sus "rostros", aquel ser comenzó a agitar sus brazos para intentar alcanzaros mientras daba tumbos sobre aquella verja, realizando sonidos guturales que os hacian estremecer de terror.

En el interior de la caja torácica de esa monstruosidad pudisteis observar como se encontraba colgada una pequeña llave.

¡Hostia puta!

Ese monstruo deforme intentó desgarrarnos cuando Monique lo destapó. Era un ser horrible, era cosa de locos. ¿De donde coño salen todos estos monstruos? 

Cogía mi escopeta con fuerza y lo primero que pensé fue que debía tranquilizarme por si tuviese que usarla.

El espectante momento llegó y tras la sabana roía y sucia se escondía un ser aterrador, quizás el más grotesco visto hasta ahora. Los dos seres unidos entre si por el torso se agitaban encadenados en aquella verja oxidada, gimiendo de, posiblemente, dolor. Alzaban sus manos intentando alcanzarnos, la única ventaja era alejarse de la criatura para no sufrir daño, al menos eso pensaba Steve.

Sin pensarlo desenfundó su pistola desde la parte de atrás de su pantalón y apuntó con cierto temblequeo. Los chasquidos metálicos de la pistola inundaron la habitación junto a los guturales gritos de la inmunda criatura y la escopeta de William. Todos estaban listos para actuar.

-AAAHHH... ¡Dios santo!- grité mientras me alejaba de la criatura. Apunté con mi arma pero no sabía donde apuntar, iba de una cabeza a la otra moviendo la pistola asustada mientras me apartaba. -¡¿Pero que clase de depravado pudo haber hecho esto?!- dije mientras pensaba que aquella cosa no podía ser natural. -Tiene una llave, una llave... debe ser para algo... algo importante... si no fuera importante no estaría en un sitio tan peligroso- Miré a mis compañeros y vi que todos los que tenían armas le estaban apuntando. -¿Que hacemos? Esto no puede ser un ser natural ¿habrá alguien por ahí uniendo partes de gente? Esto no tiene sentido- dije nerviosa.

-Pero que asco da este sitio, chicos darle duro y cojamos esa llave, no soporto más tensión. 

MJ pensaba en que arma podría usar aparte de su patinete, quizás esas cadenas pudieran valer, pero mejor dejar apresado el cadáver de aquel ser. Tiene que haber algo, necesito defender también al grupo. Es curioso estar más sorprendido en este tema que en la propia aparición de un engendro colgado.

Aquella perturbadora visión os puso los pelos de punta.

Steve y William estaban deseoso de descargar sus balas en él, pero debido al horror que profesaban a causa de esa monstruosidad, ambos se quedaron sin poder hacer nada, inmoviles delante suya.

Monique se derrumbó y cayó al suelo sobre sus rodillas. Agarró su cabeza con ambas manos, llorando de puro terror y acto seguido gritó con todas sus fuerzas.

No podiais saber a ciencia cierta cual de ambos gritos os ponía más nerviosos, si el de Monique o el de aquella cosa.

MJ tragó saliva al ver a sus compañeros y se dispuso a hacer lo que ellos no podian.

Casi de inmediato el miedo se apoderó de mi, noté como mi cuerpo caía al suelo y solo pude protegerme con ambos brazos. Mi cuerpo no respondía a mis órdenes y solo podía pensar en que ser despreciable había jugado así con cuerpos humanos <¿Porque esos eran humanos verdad, verdad?> pensé repetidamente mientras comenzaba a llorar descontroladamente. Agradecí enormemente que me diera tiempo a apartarme de la criatura pues ahora no podía moverme y di gracias de estar lejos del alcance de aquel bicho. Más la pregunta que repetía en mi cabeza cada vez se pronunciaba más deprisa, tanto que no cabía otra en ella <son humanos, son humanos, son personas...> No pude aguantar más y grité con todas mis fuerzas con intenciones de desahogar mi miedo y tristeza. Hasta yo misma me asusté de mi propio grito y ahí me quedé, sola en mis pensamientos sin poder reaccionar.