Partida Rol por web

El comentario acerca del porque nunca pude ser un guerrero de Élite en verdad si me dolió un poco. "Auch, eso fue más cruel de lo que esperaba" fue lo primero que pensé por dentro, eso fue grosero de su parte pero intente no hacerlo notar bajo la máscara que de por sí traigo. — Desgraciadamente nunca me interesó eso de acreditarme un título... Ahora mucho menos, pero una cosa es segura; y es que les demostraré a todos quién es Trickster. — Y en mi voz se sentía un mayor peso del normal, una seriedad potente en cada una de las cosas que decía; ahora es una nueva vida, y de mis errores de mi vida pasada yo lograré conseguir ahora todos mis objetivos, y proteger a quienes amo cueste lo que cueste...

Mi truco la había engañado, cosa que causó mi satisfacción ya que podré mantener por un momento más mis demás ilusiones, las palabras que emitió me hicieron sentir triste. — ¿Moriste? ¿Que te ha sucedido, Scarlet...? — Era triste ver su estado, y seguramente la Reina si la viese también se pondría muy triste... Deprimente era la única palabra que podía pensar al ver su estado, ¿Quién le habrá hecho esto...?
— ¿Quién te otorgó esa oportunidad, Scarlet? ¿Porque te vendiste a la desesperación y le diste la espalda a nuestra amada Reina...? — algo era entendible, y es que con lo que dice, si no la detengo ahora no podré hacer nada. Incluso si la quiero liberar la tengo que debilitar mucho, además de significar luchar contra una Élite, pero no tengo tiempo para ello. — Y una vez está levanto su báculo, sentí un poco de agonía disfrazada con cólera al saber que tendré que hacerle daño a una antigua aliada y amiga...
— Tu me has obligado a ello. Tendré que debilitar tu fuerza antes de liberarte de lo que te aprisiona. — Y alzando mi mano en su dirección, chasquee los dedos. Un chasquido sonoro y muy agudo que en realidad iba transmitido hacia ella directamente con una potencia física comparada a un proyectil; un proyectil invisible, rápido y contundente creado con la potencia del chasquido de mis dedos yendo a impactar directamente contra ella. — Perdóname, Scarlet. No me dejas alternativa, no quisiera lastimarte. — Era lo único que decía mientras mis clones hacían lo mismo, aún cuando solo era yo el que atacaba repetidas veces para mermar su resistencia.

La mirada de la joven ni siquiera se suavizaba, parecía cada vez más consumida en su propio dolor. Apretaba con fuerza su báculo mientras te escuchaba. En parte, parecía que no daba crédito a nada de lo que le decías.

Rió - ¿Morí? Me asesinaron por intentar salvar a Arjimae. ¿Sabes quién lo mató? ¡SU PROPIA HERMANA! - el viento se arremolinaba a su alrededor haciendo que la tormenta creciera en intensidad.

Su voz rugía por entre la ventisca, escuchándose a la perfección, casi como si el viento transportara las palabras de su ama hasta tus oídos - Quien me ha traído de vuelta posee el poder para adueñarse de este planeta. No te diré su nombre... Pero sé que le conocerás tarde o temprano - levantó su báculo y el viento le rodeó poco a poco, localizándose sobre él en su totalidad.

El chasquido de tus dedos se escuchó suave al inicio, pero apenas terminó, una onda de se expandió a gran velocidad, causando un chillido que podría desorientar a cualquiera. El ultrasonido chirriaba en los oídos de la chica, quien parecía costarle mantener su técnica, pero logró sostenerla y con la cara desfigurada por su mueca de dolor, gritó - ¡Lo pagarás! - y apuntó el báculo en tu dirección, liberando ese viento que te envolvió. Trataste de correr, pero no pudiste escapar y sentías cómo la velocidad de ese viento cortaba tu piel, dejándote múltiples heridas por todo el cuerpo. Caíste al suelo y a pesar del dolor, aún tenías energías para seguir luchando.

La mirada de Scarlet me daba mucho temor. Antes, una grandiosa guerrera de Andelivian ahora reencarnada en algo que no es ni la sombra de lo que fue anteriormente. Sentía lastima y me compadecia del final que había tenido ella, y al mismo tiempo me preocupaba. ¿Acaso habrán todavía más como ella, que acabaron en ese estado por todo lo sucedido en la Guerra...? Seguramente fue en una vida pasada, pero así como yo aún mantengo firme mi voluntad e ideal, así algunos aún tendrán presentes esa oscuridad que nació en sus corazones al pelear en esa terrible y desastrosa batalla.
Cuando ella menciona lo del asesino de Arjimae, mi mirada se volvió sombría. Quién diría que ella lo iba a eliminar, pensé que la oscuridad y la luz podían coexistir, pero ese ejemplo me dejó todo el sabor contrario. — ... Ya entiendo. Tuvo que haber sido duro, Scarlet. Lo siento. — Compadecerme de ella era lo único que podía hacer. Al final, ambos habíamos muerto en situaciones dolorosas, y desgraciadamente a mí me encontró a tiempo la Reina antes de que yo... Me hubiese convertido en algo como ella.
En todo caso, existe un culpable a su situación actual, y esa persona es mi actual enemiga sin duda alguna. — Será muy poderosa esa persona... Pero no importa. Jamás le perdonaré el hecho de que te halla convertido en lo que eres actualmente, Scarlet. Firmaste un pacto oscuro por volver a vivir, abandonando todo lo que una ves fuiste... — Era claro de que para liberarla, me costaría más si es que apenas tengo oportunidad, pero ya no es momento de dudar.
Así como recibió mi ataque, intente evadir el suyo pero fue por gusto. El corte del aire y el impacto me hicieron emitir un grito de dolor mientras era azotado contra el piso, adolorido. La sangre brotaba de mis heridas, pero a pesar de ello, estaba dispuesto a seguir luchando. — Yo... Te librare de tu tormento. — Dije con los ojos encendidos en llamas, mientras me ponía de pie una vez más, decidido a luchar con todo lo que tengo. Al colocarme de pie, estaba dispuesto a luchar contra ella de frente.
— ¡Está vez haré las cosas bien, y daré todo de mí para defender mi hogar! — Y empezaba a embestir directamente hacia ella. La idea era intentar evadir claramente cualquier ataque que venga hacia mí, y no solo ello, acercarme lo suficiente. Independientemente lo logré o no, abriría las palmas de mis manos de manera extendida y haciendo el ademán de un fuerte aplauso, el sonido y el impacto creado por la colisión sería amplificado ampliamente para aturdir con un fuerte impacto y intentar mandar a volar a Scarlet, con la esperanza de que la debilite poco a poco.

Scarlet rió de manera desquiciada mientras te veía elevarte por los cielos y caer de manera brusca gracias a su poder.

- ¿Viste eso? Fue increíble. No pudiste hacer nada y habrá más como esos - seguía riendo.

No contaba con que te incorporaras tan rápidamente y al darse cuenta de tus intenciones, ya era demasiado tarde. Aplaudiste y una onda sónica expansiva salió disparada de tus manos, haciéndole retroceder involuntariamente de su posición para luego elevarse por los aires, aunque logró parar su vuelvo enterrando su báculo en el suelo. Le tomó unos cuantos metros, pero pudo volver a una posición de equilibrio.

- ¡Maldito! ¡Te mostraré mi nuevo poder! ¡Te daré una muerte lenta, Johann! Tanto así que ¡me rogarás para que te mate! - rió mientras su báculo brillaba y otro vendaval como el anterior se formaba a su alrededor para salir hacia ti. Silbaste para generar una onda que contrarrestara el remolino y aunque al inicio pareció funcionar, pero una parte del ataque logró traspasar, arrojándote por los aires por segunda vez. Ahora parecían estar más parejos, pero comenzabas a sentir el dolor de tus heridas.

- ¡No puedes ganarme! ¡No mientras pienses en salvarme! - casi rugía diciendo eso.

El caer estampado contra el piso en verdad no fue agradable, mucho menos el observar como ella lo parecía disfrutar con tanto éxtasis. — Attatai... Maldición, no sabía que te iba lo sádico... Que mujer... — Comenté de manera divertida, intentando quitarme un poco la presión de encima siendo cómico, cuando por dentro en realidad estoy muy en duda de cómo debería de proceder. Ella no tiene control de ella misma, esa oscuridad le nubla su juicio... No la deja pensar bien, y yo no puedo salvarla en ese estado pues es algo que va más allá de lo físico, es algo que controla su mente.
En todo caso, tampoco me iba a andar con juegos y aquel impacto que le mande pareció darle a entender de qué claramente no iba a darle una pelea fácil, pero aún así... Mi deseo es salvarla, no acabar con ella. Tenía claramente muchas dudas alrededor de como proseguir, pero no sabía cómo proceder teniendo en cuenta que se está resistiendo con todo lo que tiene, tanto que con su represalia a pesar de intentar contrarrestarla... No fue suficiente. Fui azotado una vez más por ese aire violento, mientras me volvía a levantar una vez más de manera rápida, escuchando sus palabras fijamente. — Algo está mal en ti... ¡Déjame ayudarte, Scarlett! ¡Déjame darte la luz para librarte de lo que sea que te controle, déjame ser tu luz! — Le gritaba esta vez haciendo aparecer una vez más la ocarina. — ¡Escucha lo que hay en tu memoria, escucha a la verdadera Scarlet Light, escucha mi voz llamando tu nombre y libérate, LUCHA, PELEA, NO TE DEJARE SOLA! — Y al decir esto... Empecé a tocar una vez más la misma melodía, pero está vez con un efecto todavía mayor; era mi ataque especial, enfocado y adaptado para mermar en lo más profundo de su alma, de su psique, de su pureza como guerrera de Andelivian y buscar que esta misma pelee con lo que la controla, que sea la verdadera Scarlet Light quien luche ahora contra su actual y corrupta existencia... ¡Ella se puede salvar, solo tengo que enseñarle la luz en lo profundo de su alma y hacer que vuelva en si!

Lamió sus labios al escuchar tu comentario - Solo espera y verás todo lo que haré. Planeo divertirme contigo en grande - su rostro seguía siendo bastante maniático.

Extendió su báculo hacia ti una vez más, pero la melodía que tocaste, caló fuertemente en su cerebro, haciendo que soltara el báculo de sus manos, siendo absorbido por haber perdido contacto con su ama. Llevó sus manos a su cabeza y trataba de cubrirse sus oídos, pero no podía evitar el dolor.

Viste que el extraño símbolo alumbraba en su mano cuando gritó desesperada - ¡Detente! ¡No puedo soportarlo más! - lágrimas caían de sus ojos mientras era presa de aquel intenso dolor. Cayó al suelo de rodillas, derrotada por una agonía interna que no le permitía seguir la lucha. Bajó sus manos mientras sus ojos perdían todo su brillo y parecía entrar en un estado catatónico.

Te acercaste a ella con despacio, pero antes de que pudieras tocarla, escuchaste un fuerte rugido que te advirtió no acercarte. Obviamente lo omitiste y cuando menos lo pensaste, fuiste embestido por una bestia enorme que parecía una mezcla entre fuego azul y hielo. Tomó a Scarlet, la subió a su espalda y después de rugir una segunda vez, se marchó con la pelirrosada al costado.

Pasado el revuelo, la tormenta comenzaba a dispersarse, lo cual llevaría a dejar tu identidad al descubierto. No muy lejos de allí, pudiste ver a Sombra tirado en el suelo aún más malherido y sin ánimo de moverse.

De tiempos antiguos en Andelivian, recordaste una leyenda de tierras de Hardak cuando recibieron algunos inmigrantes de otros planetas y les permitieron asentarse ahí, llevando a la diversidad de dragones que se conocían en tu tiempo. Todas estas razas se entrmezclaron y fortalecieron a su población con diferentes tipos de habilidades que antes no tenían. Esto llevó a que rumores se extendiera. En Andelivian.

Entre esas razas, había un grupo de criaturas de hielo que habían tomado formas humanoids para poder coexistir sin causar temor y con habilidades extraordinarias para manejar su elemento. Su fuerza se hacía mayor cuando estaban en bestia, pero eran muy competentes en batalla también como humanoides.

Lo extraño de todo esto era que no se había visto una incluso en setecientos años, incluso doscientos años antes de la destrucción de los tres planetas. ¿Motivo? Había rumores sobre su extinción o que el linaje se había debilitado a tal punto que sus descendientes habían perdido la capacidad de transformarse en su forma bestial. No recordaba el nombre de esa raza, pero algo era seguro, ya conocías su origen. 

La verdad es que en una pelea yo había iniciado en desventaja al querer no dañarla. Era mi compañera y antigua hermana de armas, y verla en ese estado era desalentador, pero a pesar de las palabras bizarras que me decía y mi sexto sentido que me decía que iba a ser violado de manera salvaje, sádica y dolorosa, no me iba a rendir hasta liberarla de esa desgracia que la atormentaba. Al tocar está melodía con mayor intensidad para reconectarla con su mente finalmente parecía que había calado, aún cuando ella se suponía que era la que me iba a hacer gritar por "piedad", ahora ella gritaba para que me detuviese. No pare de tocar la melodía aún cuando observaba que era un gran dolor para ella en su interior, y esa extraña marca vibraba mientras más empeño le ponía a mi tonada.
— ... Eso estuvo cerca. Si hubiese continuado la batalla de este modo seguramente no hubiese acabado bien para mi... — Comenté con un poco de sudor en mi rostro, aliviado. Me acercaba a Scarlet para ver qué podía hacer en orden de "extirpar" esa marca de su cuerpo, mientras escuché un rugido. Me quedé quieto un segundo antes de avanzar, y volviendo a agarrar valor seguí caminando hacia ella... Cuando algo que no me esperaba apareció y me embistió de manera no muy amable.
— ¡Ugh, y ahora qué...! — al subir la mirada, estaba algo que recordaba en mis tiempos de Andelivian, y claramente se suponían estar extintos. — ¡Pero que gatito más entrometido, demonios...! — Se había llevado a Scarlet, y ahora mi identidad estaba siendo revelada. Claramente me destransforme y acabe con la misma ropa que andaba antes, además de los magullones, raspones y golpes que obtuve en la batalla. — Se supone esa raza estaba extinta o débil... ¿Porque aparece en un momento como este...? Hmmm... ¿Su raza y Hardak estarán envueltas en el hecho de que ella acabo así...? — Estaba analizando las posibilidades, pero ahora tenía un objetivo claro en la mente; debía investigar a algún habitante que encuentre de Hardak reencarnado o pistas de esa misma raza, encontrar a Scarlet y liberarla. Suena fácil, eh ...
En todo caso, el ojo de la tormenta ya se fue, y el huracán va desapareciendo. Por ahora tengo que asegurarme que los demás estén bien, y pensar en una buena excusa que decirles del porque me fui directo a la tormenta sin sonar como un demente, o algo peor. Tengo mucho que pensar, una búsqueda que realizar, y sobre todo mantenerme bajo perfil. ¿Encontraré a algún compañero de Andelivian que no halla sido corrompido por ese símbolo extraño, o tenga a algún ser de Hardak encima? Hmmm...
Camine rápidamente hacia Sombra mientras la ilusión que había creado se desvanecía. Él estaba allí todavía más malherido, y no sabía exactamente qué hacer. — ... Lamento mucho la espera, Sombra. Fuiste muy valiente. — Y le acaricie la cabeza en señal de alivio, mientras lo tomaba entre mis brazos. — Por ahora, descansa. Ya pasó lo peor, y debes de recuperarte. — Y una vez más me dirigía a mi habitación, para dejarlo en la cama y abrigarlo bien. De allí, mis padres y los demás afuera ... ¿Que les voy a decir...?

El perro solo chilló levemente cuando sintió que lo levantaste y no dijo nada. Tal vez estaba muy cansado para batallar contra quien lo llevaba en brazos o tal vez confiaba en Lucian.

Sombra seguía siendo tan pesado como la primera vez que lo encontraste y era más difícil porque ahora tú te sentías agotado. Comenzaste a caminar hacia la casa cuando la primera en interceptarte fue el ama de llaves - Joven Lucian, ¿está bien? Se ve... Malherido. ¿Qué pasó? ¿Por qué corrió así? - parecía que aún no podía ver a Sombra.

Otras criadas se acercaban preocupadas y te ayudaron a caminar. Fue difícil para ti acomodar a Sombra de modo que no se cayera, pero lograste hacerlo. Al pograr la proeza, caminaste a casa con las mujeres.

Justo en la entrada, estaban tus padres con sus cabellos desordenados y sin zapatos. La casa estaba desordenada, pero no era algo que no se pudiera arreglar. Solo estaban allí, esperando a que llegaras y parecían un tanto enojados.

- ¡Lucian! ¿Cómo haces eso? Nos preocupamos mucho - tu madre te abrazó con lágrimas en los ojos y visiblemente preocupada. Parecía importarle poco el porqué lo habías hecho, le importaba más que estuvieras bien. Tu padre sacudió tu cabello con un gesto gentil.

- No vuelvas a preocuparnos así - esta vez su sonrisa era real.

Subiste a tu habitación y dejaste a Sombra descansar. El ama de llaves te sirvió un plato de comida tan grande como para un ejército, ya que decía que los jovensitos debían comer bien para poder crecer y más después de lo que habías pasado. Al oler la comida, Sombra parecía reaccionar.

El chillido que emitió Sombra fue una advertencia para actuar de manera más gentil en la manera de cargarlo. No podía ir haciendo movimientos bruscos que lo lastimasen así que claramente me movía más lento y con paciencia. Agravando el hecho de que tampoco estoy con heridas aunque no tan graves como el, pero Scarlet me hizo en verdad un daño considerable como para hacer que se me notase en mi postura, mis lentes mal puestos y mi cabello desordenado más allá del huracán. La primera en recibirme fue la ama de casa, a la cual sonreí con amabilidad mientras me acercaba. — Digamos que tenía que rescatar algo importante del huracán... Me alivia de todo corazón ver que se encuentra bien. — Fue lo único que dije mientras seguía caminando. El caminar con la ayuda de las criadas y llevando a Sombra en mi lomo era complicado, pero le encontré una buena postura que me ayudase mejor gracias a la ayuda de ellas. Mis padres esperaban allí, y trague saliva al saber que seguramente iban a estar muuuuy enojados... Pero el ver a mi madre preocupada y con lágrimas en los ojos, y a mi padre aliviado por verme me sorprendió tanto que me dejó anonadado, pero... En el fondo me daba más tristeza, porque al saber mi verdadera naturaleza y lo que estaré enfrentando dentro de poco, yo... Me estaré enfrentando al peligro, y esto seguira pasando más seguido, y con mayor intensidad...
— ...Lamento asustarlos, papá, mamá. Les prometo que no volverá a suceder, perdón por eso... Subiré a mi cuarto, me siento... Cansado. — Y al decir esto, subí inmediatamente a mi cuarto. Me sentía mal por mentirles a mis padres de esa manera sabiendo a lo que me estaré enfrentando de ahora en adelante, pero era algo que tendré que manejar de ahora en adelante y no se pueden enterar, ni mucho menos preocupar.
Al llegar, me sirvieron un alimento increíblemente abundante. Era deliciosa, variada y sobre todo olia increíble. Pero lo que me sorprendió, es ver qué Sombra reaccionó a ella. — Anda... Has de estar hambriento, ¿No es así? Comamos juntos. — Dije, llevando la comida cerca de Sombra para que pudiese comer directamente el con su hocico y yo con mis cubiertos, ignorando eso de la salubridad y demás, siendo un ser de sombra, no creo que me pase la rabia o algo así. — Come despacio, hay abundante comida para los dos... Resististe muy bien los ataques de Scarlet Light en mi llegada, Sombra. En realidad eres muy fuerte. — Y acariciaba su cabeza un instante y proseguía a seguir comiendo ya que igual yo necesitaba alimento para recuperar energía.

Las múltiples cortadas que te había hecho el ataque de Scarlet las habían atribuido al haber entrado a ese huracán y los objetos flotantes con los que te pudiste haber encontrado. Tal vez no era la mejor versión, pero tampoco desmentiste. El ama de llaves te llevó la comida, pero no sin antes decirte.

- Joven Lucian, debe tomar una ducha y cambiarse de ropa. Un señorito siempre debe estar bien presentado - sonrió amablemente y se marchó.

Ya con Sombra, cuando este olió la comida, alzó el hocico. Se veía agotado y se le dificultaba moverse, pero el hambre era más fuerte que su dolor. Extendió su lengua hasta el primer líquido que encontrara, el cual era una sopa de verduras y la comenzó a beber con afán. Había escuchado perfectamente tu sugerencia, pero no parecía importarle mucho. La terminó rápido y de su boca salió un débil - Gracias -. Ya con mejor semblante, siguió comiendo con despacio.

Te escuchó y refunfuñó suavemente - Si fuera fuerte, la habría detenido sin ayuda. No quería... que tuvieras que regresar todavía - su rostro se veía apesumbrado.

- Lo mismo pasó con Storm Angel, mi antigua dueña. Por mi debilidad... Ella sufrió un destino aún peor que la muerte - suspiró.

- Además, Scarlet Light sigue allí afuera. Sea lo que fuera esa bestia que la sacó de allí, seguirá causando problemas - pausó para comer un pedazo de carne que tenía cerca.

- Si no comes, me lo comeré todo, niño - su voz sonó más gruesa que antes.

Entonces, sentiste un leve golpeteo en la ventana de tu habitación y pudiste ver a una mariposa blanca revolotear por allí insistentemente. Oías un hilo de voz venir de alguna parte, pero no tenías claridad. Sombra suspiró algo hastiado y te miró - Te recomiendo que abras la ventana o no nos dejará en paz... -.

Sinceramente una ducha no me caería nada mal para pensar mejor al respecto de todo esto. En un abrir y cerrar de ojos de igual forma ha cambiado mucho, al parecer... Pero no es como que me afectase de más, soy consciente con totalidad de todo ahora y difícilmente me lo puedo tomar tan mal siendo que todas las memorias de mi yo pasado se asimilaron tan bien a mí cuerpo como sus habilidades. Mire mi mano por un segundo algo asombrado, poder mágico, algo nuevo...
En todo caso, Sombra empezó a comer al igual que yo que claramente comía con mucha más lentitud que este. — No seas tan pesimista, Sombra. Puedes decir que no, pero aguantar ese tiempo más en tu estado es algo que he admirado, pero... Si gustas algún día comentarme de tu antigua dueña y lo sucedido estoy para tí, Sombra. — Y volví a acariciar su cabeza una vez más. Parece que algo tiene en su corazón al haber perdido a su dueña, y seguramente se atribuye la culpa hacia el, ha de ser un peso doloroso para una criatura como el en verdad, ¿Habrá sido también Scarlet Light la culpable? Parece ser que logré defenderme bien, quién sabe si hubiese tenido el mismo destino, huh...
Cuando mencionó a la bestia, me ajuste las gafas pensativo. — Esa bestia es de Hardak. Una raza bestia que puede tomar incluso forma humana, pero según recuerdo yo... Se habían extinto hace más de 700 años, incluso dos siglos antes de la destrucción. Lo cual no me deja nada tranquilo... — Comenté, volviendo a retomar mi hilo de pensamiento del "porque y quién está detrás de esto".
Mientras pensaba me dijo que se lo iba a comer todo. Me quedé perplejo por un segundo mientras una leve sonrisa amable apareció en mi rostro y con un ademán con la mano derecha le dije — Oh, claro, come, come~ no te preocupes por mí, puedo ir por más luego. Tu recuperación es importante. — Y en realidad también tenía algo de hambre, pero al mismo tiempo no estaba de ánimos para comer tranquilamente después de todo aquello.
Lo extraño es que parece ser que no podré pensar tranquilamente por ahora al escuchar el revoleteo de una mariposa, así como el hilo de una voz en la lejanía mientras afinaba más mi oído para alcanzar a escuchar mucho mejor. — ¿Abrirle a la mariposa...? Oh, bueno, si, ha de estar asustada por la tormenta... — Dije algo confundido mientras me levantaba a abrir la ventana amablemente. — Vamos, mariposa... Aquí adentro no te pasará nada. —

Sombra bajó la mirada un tanto triste ante la nueva mención de su antigua dueña - Ella está mejor como está. No recuerda lo que pasó y así... Así está bien... - dijo tranquilamente.

No pudo ocultar su sorpresa cuando hablaste con tanta propiedad sobre esa bestia y comenzó a reflexionar mientras dejaba de devorar el filete que había tomado entre sus fauces. Su mirada parecía perdida.

- Si es lo que creo, ya sé de qué se trata. Es solo que es un mito que ronda el origen de los guardianes. Hace miles de años, existía un planeta de metamórfagos que eran conocidos por su capacidad natural de cambiar de forma: los Yuudai. Se dice que su origen data al de la Estrella Primigenia que dio origen a nuestros mundos. Los Yuudai se dividían en dos tipos: aquellos que controlaban su forma humanoide (Hitogata) y los que controlaban su forma bestia (Kemono). Solo un grupo de animales pudo controlar las dos, considerándose los más fuertes entre ellos: los zorros. Por eso, se les consideró los líderes de ese planeta. Sin embargo, esta diferencia hizo que hubiera cruentas batallas entre su gente, cosa que aprovechó la Reina Oscura para ganar poderío y así, llevó a ese planeta a la destrucción.

Al haber sido en parte responsabilidad de Kal'Ahd, tanto Andelivian como Hardak les ofrecieron asilo, pero la decisión fue estricta con los Yuudai. Se vieron obligados a separarse y los líderes servirían de consejeros a la Reina de Cristal, mientras que los Hitogata Yuudai permanecerían en Hardak. La Sacerdotisa dragón de ese tiempo se encargaría de ayudarles a adaptarse y aunque eran humanoides, algunos Kemono Yuudai nacieron en Hardak. Se cree que ese es el origen de los guardianes y la razón por la cual ambos países poseían aquellas bestias poseedoras de habilidades diferentes como somos nosotros. Sin embargo, los guardianes ya no podemos asumir nuestra forma humanoide. Solo permanecemos como animales y necesitaríamos de mucha magia para poder cambiar a voluntad. Lo mismo se suponía que había sucedido con los Hitogata Yuudai, pero si aún hay uno... O sufrió mucho para lograrlo o posee un poder inmenso - te miró con algo de temor en sus ojos, pero con la sombra de la severidad que sabía que significaba eso.

Al ver que no tenías muchas intenciones de seguir comiendo, gruñó levemente - Chico, acabas de despertar y usaste gran cantidad de energía en la pelea. Si no comes, podrías no recuperarte rápidamente y es necesario que estés en buena forma porque te aseguro que volverán -.

Siguiendo la indicación de Sombra, abres la ventana y escuchas un fuerte suspiro - ¡Gracias a la Reina! Moría de frío - la mariposa voló con rapidez hacia dentro de la casa y parecía que la delgada voz provenía de ella. Era delicada y dulce, casi como la suave brisa marina, pero agitaba sus alas con tal velocidad que podrías apostar que estaba molesta.

Sombra alzó la cabeza y suspiró profundamente para luego decir - Hola, Schm... - y aunque parecía que diría algo más, la mariposa voló hacia él y cayó en picada sobre su cabeza, dándole algunos golpes.

- ¿Hola? Eso. Es. Todo. Lo. Que. Se. Te. Ocurre. Perro. Estúpido - y con cada palabra, caía para golpearlo nuevamente -. ¿Sabes por cuánto tiempo te hemos buscado? Y luego... ¡Boom! ¡Resultas envuelto en una batalla que casi te cuesta la vida. ¡Perro estúpido! - se giró para volar hacia ti y siguió agitando sus alas para permanecer a la altura de tus ojos.

- Perdona la descortesía, pero llevamos seis meses buscando a este insensato - suspiró profundamente y su cuerpo se puso en posición horizontal -. Soy Schmella, guardiana de Commutatus Animae. Sabes de quién hablo, ¿verdad? - Commutatus era un apellido reconocido en Andelivian porque Commutatus Ephorus era el comandante del ejército y Commutatus Animae era parte de las guerreras de élite. Tal vez no habías hablado con ella nunca directamente, pero sin duda sabías quién era.

- Y ese ¡Perro tonto! nos ha hecho buscarlo por cielo y tierra. Cuando Mariko se entere... - y entonces, Sombra le interrumpió.

- ¡No! Yo hablaré con ella, pero no le digas nada. Eres tan molesta como siempre - resopla molesto.

- Ni siquiera puedes moverte con libertad, tonto. Tienes suerte de que se encuentren cerca de aquí. Es urgente que nos reunamos con ellas... - y se quedó en silencio por fin después de hablar sin parar por un largo tiempo. Parecía que su rostro era triste mientras que Sombre la observaba aún confundido.

Mire con simpatía a Sombra al mencionarme que ella parecía haber olvidado todo. Para algunos seguramente no sea mucho, pero para el ser olvidado seguramente es muy triste, doloroso diría yo... En todo caso, al parecer Sombra reaccionó a lo que dije con sorpresa. Parece ser incluso mucho más consciente del tema de lo que yo era, a lo cual me ajuste mis gafas escuchando con interés, mirando al piso. — Yuudai, ¿Eh? Que interesante, pero... Que extraño haberlo visto en este caso entonces, extraño y nada prometedor... — La verdad es que pensar en todas las variables que pudo llevar a ese ser a estar protegiendo a Scarlet Light... Todo eso no me cuadra claramente y me deja muy intrigado, pero seguramente las preguntas se irán esclareciendo mientras más me vuelva a acercar otra vez a los peligros. Solté un suspiro leve al pensar esto, pues ahora sí tendré que estar en la primera línea de combate... — Bueno, Sombra. Entonces parece que la siguiente vez me tendrás que ayudar, parece que vamos por el camino difícil... Pero todo sea por averiguar qué sucede y mantener la paz, ¿No crees? Espero estés preparado. — Le dije, pues claramente yo me encontraba listo y dispuesto a todo lo siguiente que se venía. Peligros, daños, heridas profundas, un camino lleno de piedras y de cristales rotos que me perforaran hasta decir ya no más... El camino que tuve que haber caminado hace mucho tiempo para ser más fuerte y haber evitado aquel desenlace con mis compañeros...
— Ya, ya. Sé que debo comer. Tú solo come tranquilo, ¿Si? Te has llevado la peor parte. Yo iré a pedir más comida solo para mí, así que no te preocupes por ello. — Le dije mientras abría la ventana y... Una mariposa blanca como la nieve entraba a mi habitación. Y no solo eso, podía hablar... — Una mariposa... Si no hubiese recuperado mi memoria, en verdad que estuviera sorprendido. — comenté al aire con algo de diversión, mientras observaba el desenlace. Iba a preguntarle a Sombra que si conocía a la mariposa, pero claramente el verla tan enojada como atacaba a Sombra me hizo quedarme callado. — Vaya... Seguramente te hizo pasar molestias, mariposita, pero... No creo que sea momento de picotearlo así, digo... La ha pasado muy mal, eh... — Dije con una gota de sudor en mi rostro intentando que dejase de atacarlo. Luego de eso, se explica y me comenta que ella es la guardiana de la hermana menor del comandante del ejercito. — Vaya, la hermana menor del comandante y guerrera Elite. Que sorpresa, es un placer, Schmella, soy Lucian. Un placer. — Le dije mientras esos dos seguían con su discusión.
En todo caso, al ver que terminaron, prosegui. — Eso suena a que hay un grupo de Andelivianos por aquí, ¿Eh? Estaría bien reunirse con ellos, Sombra. Pero el necesita descansar, estuvo a punto de morir y claramente no se puede mover bien. En mi caso no habría problema, pero me gustaría mantener el secreto de quién soy también, al menos por ahora. Seguramente en su momento podré decir quién era, pero las fuerzas del mal acechan y debo mejor mantenerme al margen y trabajar independiente, por ahora. — Comenté expresando mis inquietudes y mi idea.

- ¡Basta, Schmella! - decía el can un tanto adolorido. Cuando la mariposa desvió su atención hacia el chico, este respiró aliviado.

Escuchó la explicación de su compañera y la respuesta subsiguiente del joven y bajó sus orejas.

- Niño, yo estaré bien pronto. Y aunque odie admitirlo, Schmella tiene razón. En solitario eres un blanco fácil. No es necesario que reveles tu identidad, pero Mariko es nuestra líder y ella te protegerá - se intentó erguir aunque sus piernas aún temblaban.

- Encontrarte con tus compañeras te llevará más cerca de nuestro objetivo porque si eso es solo el comienzo, el mismo Arjimae podría atacarnos - suspiró.

- ¡Oh, por la Reina! - dijo la mariposa cuando Sombra terminó de hablar -. Dices eso porque estás acostumbrado a estar solo, pero no imaginas el peligro latente que corremos. ¿Recuerdas a Scarlet Bat, la titánide? - era aquella que había hecho que tus compañeros te mataran. ¿Cómo olvidarse de ella?

- Ella ha reencarnado junto con algunos andelivianos, dragones y titanes. Tenemos la fortuna de que aún no recuerda su pasado como titánide ni su poder, pero no sabemos cuánto más vaya a durar ese sello intacto. Ya hubo un ataque y muchos de los que no recordaban, fueron obligados a hacerlo, así que ella podría ser la próxima. La última vez tuvimos suerte. Esta vez no sabemos qué pasará - su voz era severa.

- Si quieres permanecer incógnito, ponte en contacto solo con Mariko y ayuda a tus amigos desde las sombras, pero te necesitan y tú los necesitas a ellos. Apenas Sombra se recupere, es necesario reunirnos con ellos. Hay una oscuridad terrible rondando a los demás - se posó en tu hombro para descansar del constante aleteo.

"En solitario eres un blanco fácil". Me dejó en que pensar. ¿Me estará diciendo que mis enemigos serán más fuertes, o yo aún soy débil? Sea cual sea la respuesta, el resultado tiene que ser el mismo; volverme más fuerte para ser un verdadero reto a cuántos se vengan por mi cuello, da igual todo lo demás. En realidad dudo mucho que si hay más Andelivianos me recuerden como Trickster, mucho menos como Johann. ¿Será que alguno me recordara? No creo, nunca me metía con los Élites, a excepción de mis mejores amigos. 

— Mariko, ¿Eh? Dicen que los guardianes se parecen a sus protegidos, me preguntó qué tan cierto será. — Dije rascándome la cabellera luego de conocer a Schmella, estipulando una idea de cómo podría ser en mi mente, sin saber si es correcta o no. Lo que no me gustó fue escuchar la idea de que el mismísimo Arjimae podría atacarnos. — ¿Hasta el? Vaya cosa... No estoy seguro de lo que sucede en realidad, pero claramente las sombras están muy alborotadas. — Dije pensativo al respecto de todo este tema después de que Sombra hablara. 

Mi rostro estaba relativamente calmado y pensativo mientras Sombra hablo, pero cuando Schmella hablo me dejó con la ceja enarcada... Hasta que menciono un nombre que me hizo revolverme el estómago, mientras una mueca completa de disgusto y enojo se formaba en mi rostro. — ¿Scarlet Bat, dices? ¿Reencarnada? — Era imposible no disimular todo el enojo y rabia que había aparecido con solo mencionar ese nombre. La mujer que me engañó, que hizo que lastimara a mis amigos, que peleará en su contra y los asesino así como a mí... Había reencarnado. Me recosté en mi silla con la mirada sombría en un estado pensativo pero claramente emanando lo que es una mala vibra. 

— ... Ya veo. Que bueno que me lo dijeses, Schmella. — Dije, ajustando mis gafas, con una mirada tenebrosa en mi rostro viendo a la nada. En realidad lo que ella dice es cierto, ellos me necesitaran y yo así de ellos. Pero el pensar en formar lazos una vez más como lo hice en mi vida pasada hizo que en mi mente viniesen imágenes de mi último momento en vida, luchando contra mis seres queridos y claramente no pudiendo luchar bien al no desear lastimarlos... Esos lazos tan fuertes que se convirtieron en mi propia muerte, esa agonía y desesperación de lastimar a tus seres amados... ¿Es eso lo que en verdad debería hacer? — ... Tienes razón, Schmella. Pero por ahora solo hablare con Mariko. Es lo mejor para mí, y para ellos en un futuro. — Dije determinadamente. Quizás es una excusa barata claramente para evitar volver a sentir algo así y en dado caso, luchar con toda mi fuerza contra Scarlet sin que vuelva a utilizar su mismo truco nefasto y caótico. — Scarlet Bat es fuerte, lo digo por experiencia. Pero esta vez no será como en aquella última pelea. Está vez yo me encargaré de hacer las cosas bien, por todos. — Y al decir esto, solo pensé en mis amados amigos y familia. Ha pasado mucho tiempo en verdad, pero por muchos milenios o pase una eternidad, como Johann así como Trickster o como Lucian Mallow, no descansaré hasta dar justicia a todas esas personas que cayeron ante esa monstruosa mujer... 
No hasta completar mi venganza.

La mariposa suspiró aliviada al saber que su petición había sido escuchada. Volvió a volar y se hizo frente a ti.

- Yo misma iré a notificar a Mariko, pero le extenderé tu petición de guardar el secreto - su voz era dulce.

- En cuanto a ti... - y hasta ahí había llegado su dulzura -, tendrás que rendir cuentas con Mariko - alzó vuelvo otra vez y te miró antes de girarse y volar nuevamente.

- No estás solo, Johann - y voló lejos.

Sombra miró a Schmella marcharse y posó su mirada en ti.

- Comprendo por lo que estás pasando, Lucian. Pero recuerda que la reencarnación de Scarlet desconoce lo que fue. Por el momento es solo una humana más. Y ella ha matado a muchos de los nuestros, no solo acabó contigo. Debes ser sabio, antes de cualquier cosa. Ya viste a Scarlet Light, ella no era dueña de sí misma. A eso nos enfrentamos - su tono era severo.

Se recostó nuevamente y dijo - Ella pondrá a Mariko al tanto. Y ella no es solo un guardián, Lucian. Ella tomó el lugar de Arjimae al morir este. Ella es la guardiana suprema y tiene un poder equivalente al suyo, solo que ahora puede manejar el poder oscuro por haber sido tanto tiempo esclavizada. Al verla, es mejor que le cuentes todo lo sucedido. Yo iré contigo. No te preocupes - dijo sencillamente para luego seguir comiendo en tranquilidad.