Partida Rol por web

Koichi solo había enviado un mensaje, pero al ver que lo llamaste, contestó con rapidez.

- Irisu-san... Él... No lo sé - sonaba confundido. De hecho, para ser alguien que hablaba a toda velocidad, se estaba tomando su tiempo -. Fue como si me llamara en sueños. Ya sabes, con eso de ser su guardián y todo eso. Vaya, aún tengo escalofríos con la idea - decía más para sí mismo, pero en el teléfono.

- Yo iré para allá tan rápido como pueda, pero creo que tomaré un taxi. Todavía no sé hacer cosas mágicas de guardián como teletransportarme o cosas útiles como esa. ¿Recuerdas cómo llegar? Yo no sé por qué lo sé, pero lo sé -.

Al parecer, saldrías sin un rumbo fijo, pero con la ropa necesaria para no congelarte. Sin embargo, a mitad de camino, una figura de sombras se materializó frente a ti. Un perro de apariencia un tanto intimidante, cuerpo hecho de las sombras más profundas y ojos rojos y brillantes se hizo frente a ti para detener tu avance.

- ¿A dónde vas, Nereida? Y mucho peor, sola. No tienes a tu guardián contigo. ¿Qué crees que haces? - su voz era la de un hombre adulto. Bastante serio, por cierto.

Tal vez escuchó tu grito, tal vez sintió tu mirada, pero fue cuestión de un instante después cuando escuchaste una especie de rugido venir de la habitación de Alioth. Había gritado con todas sus fuerzas y lo repetía una y otra vez. Lo cierto era que no tenías idea de qué le sucedía. En quinientos años, nunca lo habías escuchado así.

En ese momento, el guardián de Irisu, el búho Legolas, apareció junto a ti de la nada. Tal vez se había teletransportado de la casa de tu compañera allí - Creo que deberías ir por Heracles. Vive en el apartamento contiguo. No está haciendo nada importante en este momento - dijo con bastante serenidad -. Es mejor que auxilien los dos al Rey Alioth -.

Sin abrir la puerta, parecía seguir gritando en su habitación.

Era un día frío y la incomodidad del sueño seguía latente, pero todo parecía tranquilo. Claro, si no fuera por ese fenómeno extraño que estaba apareciendo por todas partes.

Como si fuera un augurio, el rostro del rey se vino a tu mente junto con una fuerte opresión en el pecho. No sabías cómo con exactitud, pero estabas seguro que algo le había sucedido al rey. Sea lo que fuera, estaba sufriendo. Podías sentirlo en los huesos. 

Estaba en el apartamento conjunto, así que no sería complicado averiguarlo, solo era recordar que Onírica también vivía allí.

Ñyankuro esperó a que le sirvieras la comida para empezar a comer, pero eso no lo diría. No admitiría que le gustaba su nueva comida aunque no dejara más que su plato vacío cada que le servías. Como cada mañana, la disfrutó mientras te miraba. Él estaba ahí para recordarte lo importante, o eso decía él. Fue por eso que cuando vio que te servirías un plato de cereal, tomó una enorme bocanada de aire que le hizo inflarse como un globo y flotó hacia ti como un enorme globo con patas, orejas y cola hasta chocar con tu cara. Era perezoso incluso para caminar hasta ti.

- No creas que comerás esa basura - y siguió rebotándote en la cara hasta que cambiaras de parecer. Sin embargo, algo hizo que detuviera sus insufribles intentos de hacer que cambiaras tu dieta. Se desinfló y bajó al suelo haciendo ese gracioso sonido al golpearlo con su estómago. Pudiste notar el porqué de su sorpresa. No muy lejos de allí, aparecía un círculo luminoso y de este, emergía un animal pequeño y afelpado. Era Hunter, el ex-guardián de Scarlet Light que ahora se había unido a Walker.

- Buenos días. Tenemos problemas - y Ñyankuro suspiró fastidiado.

El frío me hacía sentir bien. Incluso los copos de nieve. El único problema era que no tenía sentido. Y el sueño... el sueño sólo servía para aclarar las cosas, quizá no las que yo quería, pero aclararlas al fin y al cabo; había sido como tener una llamada con un relámpago, que ves primero la luz y luego el sonido, pero así era ella: una fuerza de la naturaleza. Aquello en parte, sólo en parte, me gustaba. Al menos estaba bien.

El alcance mundial sólo se podría explicar con cosas que no eran de este mundo. El Rey de la Tierra tenía que saber algo y bueno, teniendo en cuenta que tenía que hablar con su guardián, quizá lo mejor era llamar a Koichi.

Sin levantarme de la cama, con una mano aún en la frente, cogí el móvil y marqué el teléfono del rubio después de mandar algunos mensajes.*

Mamoru se encontraba "concentrado" en servirse un poco de cereal. Aún se estaba rascando la barriga mientras dejaba que las hojuelas cayesen en el bol. Pero no vio venir a la, literalmente, bola-gato que volaba hacia él. Con el primer rebote se volvió a verlo, sin dejar de rascarse la barriga y sin dejar de llenar su bol con cereal.

―¿Qué no es basura para ti? Te voy a pinchar con una aguja si sigues ―pero era evidente que el gato no dejó de molestarlo, pero Mamoru tampoco dejó de rascarse la panza y de ahora ir al refrigerador para buscar la leche. Poco le molestaba lo que hacía Ñyankuro, la verdad. Era bastante suavecito en esa forma, y en su forma normal también. No era un mal de morir. Eso, o Mamoru tenía mucha flojera.

Justo cuando cerró la puerta del refrigerador, Ñyankuro se desinfló y llegó Hunter. Aunque Mamoru no suspiró de forma grosera como su gato, sí que pudo sentir el mismo fastidio. Se dispuso a echar leche en el bol mientras miraba al conejito.

―¿Qué sucedió? ―lo único que esperaba es que no fuese... ¿En verdad podía haber un problema que no fuese grave?

La alerta de tu teléfono se activa, mostrando un mensaje de Notah.

¡Hola! ¿Esta nieve? ¿Sabes algo? ¿Estás bien?

La alerta de tu teléfono se activa, mostrando un mensaje de Notah.

¡Hola! ¿Esta nieve? ¿Sabes algo? ¿Estás bien?

La alerta de tu teléfono se activa, mostrando un mensaje de Notah.

¡Hola! ¿Esta nieve? ¿Sabes algo? ¿Estás bien?

La alerta de tu teléfono se activa, mostrando un mensaje de Notah.

¡Hola! ¿Todo bien? ¿Has tenido algún sueño raro?

Apenas unos pocos segundos después, la respuesta de Mamoru no se hizo esperar.

Hola. Si ese sueño involucra a Shiro, entonces sí.

Katherine contestó de inmediato al mensaje de Mariko con lo siguiente.

Le contaré a mi hermano y mandaré un mensaje a Aimi también. Les diré a todos que vayamos a la brevedad a tu departamento.

Cuando habló Schmella acerca de la nieve, le asintió con pesar porque ella también tenía ese presentimiento que arraigaba en su pecho de que algo pasaría, abriendo levemente la ventana para saber qué podía sentir en aquél clima.

-No, no es bueno... definitivamente no lo es. Creo que ha llegado la hora, Schmella-volteó a ver a su guardiana para después escuchar que la puerta del cuarto de Edward. Su mirada se centró en él y por un momento dejó el teléfono a un lado para observarlo, decidiendo no entrometerse en lo que quisiera ocultar en su cuarto.

-Habrá una reunión en el departamento de Mariko. Edward, algo está pasando y creo que tu también debes presentirlo, ¿verdad? -en lo que respondía, sacó su teléfono de nuevo para escribir algo rápido en los que debía mandar-. Voy a avisarle a los demás y saldré de la casa en unos minutos. ¿Crees que puedas acompañarme?

De pronto, en los móviles de cada uno, sonó o vibró algo para indicar la llegada de un mensaje por parte de Katherine. 

Debemos reunirnos en el departamento de Mariko lo más pronto posible. Algo está pasando y parece ser que Tenma se está afectando por ello.

Katherine tardó un poco en contestar, pero Notah recibió un mensaje breve.

Estoy bien, gracias, ¿y tú? 
Nosotros vamos a reunirnos con Mariko en su departamento, y de la nieve... no se qué es, pero definitivamente no es una buena señal.

Abrí de golpe los ojos, aún sentía la sensación del agua correr entre mis dedos, pero era una sensación fría. Cerré un momento los ojos tratando de recordar el sueño, las palabras de la Reina. Después, me levanté lentamente. Aquel día hacía más frío del habitual.. Con Hook a mi lado, me desperecé y retiré las mantas lentamente. Me acerqué a la ventana y me quedé sorprendida al ver que había nevado. Era algo pronto para que comenzaran a teñirse de blanco las calles.

Me puse la bata de invierno y fui hacia la cocina. Allí mi padre estaba viendo las noticias que estaban reportando las inusuales condiciones actuales. Saludé a mi padre con un beso, tomé una tostada y mientras mi padre me preparaba un huevo y un vaso de leche unté un poco de mermelada en la tostada. No me gustaba nada lo que estaba escuchando, no me cabía ninguna duda de que de alguna manera aquello tenía algo que ver con nuestros nuevos enemigos.

Fue entonces cuando sonó el teléfono con un mensaje de Katherine. Fruncí el ceño y me comí rápidamente mi desayuno.

- tosan, tengo que irme, mis amigos me esperan, no volveré tarde.

Me abrigué para salir a la calle, le di un beso a mi padre y salí corriendo en dirección a casa de Mariko.

Tan pronto como me llegó el mensaje, me preparé y salí por la puerta con Hook a mi lado.

Voy de camino.

Las palabras de Légolas la alertaron aún más. Incluso más que los propios gritos los cuál apunto estuvieron de hacerla correr hasta dónde estaba el Rey.- Iré a buscarle.-Con un suave gesto de agradecimiento entró unos segundos a casa para ponerse unas pantunflas. No era el mejor calzado para la nieve, pero al menos no iría descalza. Dando brinquitos corrió hasta el apartamento de su amigo y al estar frente a la puerta aporreó la misma con ambos puños.- ¡¡Mike!! ¡¡Mikeeee!! ¡¡Por favor ábreme, necesito tu ayuda, Mike!!-La joven parecía realmente preocupada. Dejó de aporrear la puerta para ver si sentía a alguien al otro lado de la puerta. "Heracles, se trata del Rey Alioth, por favor, abre la puerta...."

Mientras esperaba a que Koichi respondiera al teléfono, respondía, primero a Mamoru.

¿Quizá debamos quedar entonces? ¿Se te ocurre algo?

Y luego a Katherine.

Sí, todo bien, por ahora. ¿Necesitáis ayuda en algo? Por cierto, me alegra que estés bien. Me había preocupado un poco.

Irisu estaba asustada, se preparó rápidamente para salir debido a ese sentimiento y contestaba.

-Voy en camino, tratare de llegar lo antes posible, pero ¿No hay nada más? Cualquier detalle… La dirección que buscas es “XXX-XXX-XXX”

Estaba buscando cualquier pista, pero nada se le ocurría ¿Tal vez algo había pasado mientras dormía? Sin colgar al ver el segundo mensaje se quedo extrañada.

¿Nieve?

Mando un mensaje diciendo.

¿Disculpa, acabo de despertar, Nieve?