Partida Rol por web

Bishoujo Senshi II

Epílogo: El último vals

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09/07/2021, 06:14
Narradora

Tiempo después...

Habían pasado unos meses desde el incidente, pero para la mayoría de la humanidad ese día glacial donde el mundo casi fue destruido no existía, nunca pasó. ¿Cómo era posible? Simple. Toda la humanidad dormía mientras unos valientes guerreros luchaban por salvarla. Gracias a los esfuerzos conjuntos de los monarcas, todo había vuelto a la normalidad y los humanos habían despertado. No pasó mucho tiempo antes de que la nieve se derritiera por completo y el otoño empezara a mostrar sus vivos colores. La reina de cristal, bajo el pseudónimo de Airi Sasaki, supuesta familiar lejana de Kuroryuu, pasó a ser la profesora suplente durante el curso faltante. Con la suerte que tenían para los profesores, una profesora suplente era bien recibida... y era ella o Shinta. Sin duda, el hombretón lloró desconsolado cuando vio que no podía ser su profesor suplente, pero lo aceptó. Después de todo, podría seguir "fortaleciéndolos" en sus clases de deportes.

Sin notarlo, terminaron el curso y se habían graduado el día anterior. Alioth decidió quedarse hasta entonces para que Isabella pudiera terminar su experiencia de instituto, aunque Mike no podía haberla sufrido más. Al final necesitó de magia y mucha ayuda para aprobar. Era un guerrero sobresaliente, pero no tan buen estudiante. De Shado no habían recibido noticias desde el día que se despidieron de él, pero ahora estaban de vuelta en la playa en donde todo comenzó... y terminó.

Alioth decidió que se despedirían allí. Ese sería el punto del cual partirían hacia Sonoe una vez más, teniendo en cuenta que la energía residual de la espada les facilitaría el viaje, pero los invitó a todos para que Onírica tuviera también la posibilidad de despedirse. El ir o no ir a la reunión era decisión de cada uno, pero el rey insistía en poder rendir un último honor a los monarcas que habitaban la Tierra. Era la mínima cortesía después de que un einar fuera quien causara semejante alboroto.

La reina de cristal había manifestado su deseo de volver a Andelivian pronto, pues aún había mucho que reconstruir. Su sueño había tomado más tiempo que el de la Sacerdotisa, así que no podía perder el tiempo, y debía reconstruir su planeta, además de prepararse para el regreso de la Reina oscura. Era un ciclo sin fin que esperaba de corazón que la Tierra no tuviera que presenciar, por lo cual no forzó a nadie a irse con ella. Sin embargo, quien quisiera hacerlo y residir en Andelivian, era bienvenido. Mariko afirmó que se quedaría un poco más para enseñarle a Koichi a controlar de manera adecuada su poder como guardián, cosa que el rubio agradeció. Era inexperto, así que estuvo entrenando incansablemente con Mariko desde el día en que su planeta se salvó. Quería hacer su parte, sabiendo que todos habían estado luchando tanto por su cuenta y no pensaba permitir quejas. Seguía siendo un periodista entusiasta y planeaba seguir esa vía, pero no podía desconocer su deber con su rey.

 

- Es mejor poder controlar ese poder sin tener la necesidad de usarlo - afirmaba el rubio. Estaba convencido de su labor en ese planeta.

 

 

De Mariko supieron que tanto Trickster como Ezra habían elegido quedarse en Andelivian, al igual que Storm Angel, quien había recuperado sus recuerdos después de la trágica batalla. Aquellos que la conocían, sabían que lo hacía sobre todo tras conocer el sacrificio de Platinium. ¿Cómo podía ella ser indiferente a sus deseos cuando la había dejado sola?

El nombre de Masaru Okasaki y de Mika Usui no fueron escuchados tras el incidente ni nunca más... Nadie sabía quiénes eran o que habían estado allí. ¿Quién había sido su profesora entonces a ojos humanos? Nadie lo sabía, aunque Shinta siempre aseguraba que era él por haberlos acompañado a la playa. Claro que, si observaban detenidamente al hombretón, él se veía muy nervioso, por lo cual era fácil decir que ni él estaba seguro. Solo ustedes conocían la verdad, pero ¿para qué discutir sobre eso? Después de todo, no es como si alguien fuera a creerles.

Mientras Mariko trabajaba duramente con Koichi, Shiro Kuroryuu y la Reina de cristal trabajaban con Tenma, enseñándole a controlar su poder y desentrañar sus misterios. Llegado el momento de irse, se veían satisfechas con los resultados. Sí. La Reina de cristal partiría ese mismo día... Mientras que la Sacerdotisa dragón prometió viajar entre ambos planetas con frecuencia. ¿Tenía algún motivo en especial para hacerlo o era solo por Notah? Ella afirmaba que también debía cuidar los negocios de su familia humana, pero estaba la sospecha de que esto era solo una excusa.

Sabiendo cómo se sentían sus súbditos dragones, hizo el mismo ofrecimiento de ir con ella a Hardak para ayudarle a reconstruir su planeta, incluso teniendo en cuenta a Ruka en ello, pero ¿qué decisión tomaría cada uno? No era una imposición, después de todo. Con los cristales de vuelta a donde pertenecen, los planetas florecerían y nadie los juzgaría por querer quedarse en el planeta que los acogió en esta vida.

¡Oh! ¿Y qué había pasado con los Red Stones? La desaparición de Ruka se explicó como un secuestro, cosa que subió la popularidad de la banda hasta las nubes y eran más exitosos que nunca. La cantante desplegaba ese carisma que siempre había tenido como la reina del escenario que era, y sus compañeros rompían corazones allá donde iban. Irisu se quedó junto a Tenma en todos y cada uno de los conciertos, dedicándose a diseñar ella misma los vestuarios que usarían. Y es que era especialmente buena en ello. Mientras tanto, Edward le había propuesto matrimonio a Aimi, quien aceptó sin duda. Para ellos era una promesa hecha en una vida pasada que por fin se vería realizada en esta. Mientras eso, la rubia animaba a Katherine a salir con Koichi. El chico parecía estar tratando de acercarse a ella, aunque era tan torpe como de costumbre, así que Aimi solo planeaba ayudar un poco. A pesar de todo el éxito de los Red Stones, Edward parecía dubitativo, reflexivo ese día... ¿En qué estaría pensando?

Haruka siguió siendo un gran amigo de Koichi y Mamoru como hasta entonces, aunque ahora trataba de pasar más tiempo con Shiro Kasumi. Esa era otra promesa de otra vida que se había podido cumplir. Por su trabajo destacado en el club de atletismo, fue becado y empezaría a entrenar para representar a su país. Tendría un futuro brillante, pero quería compartirlo con su novia, quien seguramente podría brillar en los deportes también. Él manifestó abiertamente su deseo de quedarse en la Tierra junto a ella. Si alguno había buscado a Jaycee, notaron que este nunca había sido parte de sus compañeros del instituto. No había registros suyos, ni siquiera recuerdos de los profesores. Ni el mismo Shinta lo recordaba. Él había sido lo que de humano estaba destinado hacer: un jefe de la mafia. Era un humano sin recuerdos ni poderes que, aunque se lo encontraran, no podría reconocerlos. Ni siquiera a Katherine.

Y así... con mil y una historias por contar, todos llegaban a la playa a su ritmo. ¿O alguien no llegaría al encuentro?

Notas de juego

Pues eso. Este es un espacio para que narren todo lo que los personajes han estado haciendo desde que la batalla terminó hasta este momento. Si alguien decide que su personaje no irá a la playa, también es válido. Pueden usar pnjs si lo ven conveniente n.n.

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30/07/2021, 05:36
Narradora

Tiempo después...

Habían pasado unos meses desde el incidente, pero para la mayoría de la humanidad ese día glacial donde el mundo casi fue destruido no existía, nunca pasó. ¿Cómo era posible? Simple. Toda la humanidad dormía mientras unos valientes guerreros luchaban por salvarla. Gracias a los esfuerzos conjuntos de los monarcas, todo había vuelto a la normalidad y los humanos habían despertado.

Jaycee era uno de esos que no sabía lo que había sucedido. Él solo despertó una mañana siendo el jefe de la mafia y eso era todo para él. Aquella sensación de estar olvidando algo importante había desaparecido con los días, así que para este momento él seguía su vida tranquilamente. Al menos tan tranquilo como se podía esperar de un jefe de la mafia.

Zuya había sido entrenada para encargarse del papeleo, ya que no querían que se le viera fuera en el campo. Era posible que aún estuvieran buscando a quienes la habían rescatado, así que una asociación directa cuando no se conocía el enemigo no era una buena opción. Por lo mismo, ella ha estado la mayor parte del tiempo a tu lado, atendiéndote a la par con tu mayordomo. Sin embargo, ella era un poco más atrevida. En ocasiones te despertaba o se hacía la que dormía contigo. Otras veces llegaba en bikini para que "le dieras su opinión". En realidad, la sutileza no era una de sus virtudes, pero el prestarle atención o no era tu decisión. Ella era bastante perseverante.

Ese día en especial, debían ir a hacer una visita a una propiedad que habías comprado, una de las últimas. Un hotel en la playa. No recordabas las circunstancias exactas, pero sabías que eras accionista de este, así que tendrían una reunión con los miembros del consejo. Zuya iría contigo disfrazada, por lo que esa mañana llegó a ti con una peluca rubia y lentes de contacto verdes, aunque claro que su expresión seguía siendo la misma confiada y traviesa de siempre.

- ¿Cómo me veo, Jaycee-sama? - sonreía traviesa mientras se acomodaba la corbata. Parecía estar disfrutando de aquello más como si se tratara de un cosplay que de un negocio serio.

Notas de juego

Pues eso. Este es un espacio para que narres todo lo que Jaycee ha estado haciendo desde que la batalla terminó hasta este momento. Además, sí, es ese hotel en la playa.

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30/07/2021, 14:26
Jaycee Yamamoto

Jaycee llegó a sonreír un par de veces con las locuras de aquella joven, aunque seguramente de forma más sutil y poco ampliamente como cuando... Otro vez esa sensación de que falta algo, pero se había acostumbrado, después de todo iba en ese momento a un hotel que pese a no conocerlo le parecía haber visto.

- mientras lo disfrutes supongo que bien... Sé que te lo digo a menudo, pero no está mal recordarte que no nos debes nada, cuando te canses dilo y te daremos cobijo donde prefieras. ¿Van bien las clases de judo y taewkondo? Me han dicho que a veces intentas saltártelas...

¿No entendía como había acabado comprando un hotel tan alejado pero subir al vacío patio del tejado le provocaba una extraña sensación, e incluso una lágrima cayó desde su lagrimal al suelo y estiró su mano como si fuera a coger algo. Un segundo extraño que se esfumó tan rápido como llegaba. "Demasiado trabajo" decía su mayordomo, el cansancio le jugaba malas pasadas, pero Jaycee lo veía diferente, él creía que eran pequeños restos que la rueda del renacimiento había olvidado borrar de vidas pasadas... Sonaba algo más romántico y agradable en su cabeza así.

- en fin se acabaron las ensoñaciones, ¿Que podríamos hacer con este lugar? Llámame loco pero ¿Sería una locura añadir un cañón de nieve que sorprenda a los más jóvenes en la hora de más calor? Solo se conectaría en eventos del hotel... Pero no quiero pasarme de excéntrico...

¿A quien se le ocurriría tal insensatez? Quizás en una vida pasada fue ruso o vivió en Alaska... Quien sabe.

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31/07/2021, 00:30
Katherine Tempus

Mientras Katherine caminaba por aquella playa y de nuevo la brisa marina la despeinaba tal y como la última vez que estuvo ahí, sus ojos azules observaban el horizonte teniendo de fondo al resto de sus amigos y compañeros llegar mientras el Rey Alioth se preparaba para aquél viaje donde Isabella y Mike se irían de la Tierra. ¿Volvería a verlos? Eso no lo sabría con seguridad, pues ya sea que se fuese humana o andeliviana, ella viviría mucho menos que los habitantes de einar y los dragones y no sabía si habría un reencuentro que ella pudiese experimentar. Aunque no fuese muy obvio, en esos meses la inglesa maduró bastante, logrando dejar atrás los eventos que la habían marcado tanto a ella como a los demás y, con un suspiro, cerró sus ojos por un breve momento para rememorar todo lo que había vivido para lograr estar de pie ahí mientras esperaba a los demás.

Luego de que Tenma despertara y se despidiera de los demás, Katherine, Edward y Aimi partieron a la casa de los Tempus y una vez que estuvieron instalados y con un poco de merienda, las chicas procedieron a contarle al pelinegro todo lo que habían pasado y por qué habían pedido castigo a la Reina de Cristal. Por tratarse de un tema delicado y reciente, la ojiazul continuaba afectada y al ver que había decepción y culpa en la mirada de su hermano, no lo pudo soportar porque... ¿Ella había sido corrompida, no? ¿No debía ser culpa de nadie, o sí? Aún así, saber que había decepcionado a una persona importante para ella fue algo que la devastó en ese momento. Edward pidió tiempo para asimilar todo, pero antes de que él se fuera de la casa o se encerrara en su habitación, Katherine dijo que se iría a pasar la noche en casa de Kuroryuu y no fue detenida ante su decisión... Volvió al día siguiente, pero eso desencadenó un pequeño espiral descendente en el que la chica no ponía atención en clase, no dormía muy bien y prácticamente en ese instante se lamentó que la ahora profesora sustituta Airi Sasaki no quisiera volver a Andelivian en ese tiempo porque ella habría aceptado sin dudarlo; incluso consideró ir a Inglaterra con su padre para dejar Tokio... todas esas ideas rondaban en su cabeza sin querer contarlas porque ella estaba acostumbrada a no decir nada y, la gota que derramó el vaso, fue una noche en la que avisó que llegaría tarde a casa y fue a un bar con Mamoru cumpliendo una promesa entre los dos que se hicieron el día del concierto donde se habían disfrazado. Su hermano tuvo que ir por ella en la madrugada encontrándola en estado de ebriedad aunque no se veía alterada o en muy mal estado; para lo que no se hubiese esperado, aquello le sirvió para desahogarse con el rubio de muchas cosas y mientras volvía a casa le prometió a su hermano que enmendaría todo lo que hizo y prometía no volver a decepcionarlo, pero que le permitiese tener su duelo así como él pedía tiempo. La relación entre ellos no se malogró, tuvieron sus dificultades y con el pasar de las semanas se lograron limar las asperezas y retomar la confianza, yendo ella a los conciertos de los Red Stones e incluso él le apoyó cuando Katherine se decidió por estudiar Medicina y seguir los pasos de su padre; lloró un poco de felicidad al saber que por fin él y Aimi se habían comprometido y les pidió que no la hicieran tía tan pronto, palabras que provocaron pena en la pareja y claro, del reclamo de Edward a su hermana menor que solo acabó en un abrazo fuerte que indicaba que el lazo entre ellos se había fortalecido gracias al amor que se tenían.

Sin embargo... De algo de lo que Katherine se arrepentía un poco era tal vez haberse emborrachado esa noche con Mamoru. No pasó nada entre ellos, pero ella continuaba afectada y quería desquitarse, hacer algo que nunca había realizado y confiaba en él para poder realizarlo. Se encontraron en un sitio donde ella pudo comprar alcohol porque ya era mayor de edad y, sin mirar atrás, los dos bebieron conforme las horas transcurrían. Platicaron de cómo se sentían culpables por lo que habían hecho, de cómo habían sido malos amigos el uno al otro por haber dejado que uno cayera bajo el poder de Heleth y, por primera vez, la inglesa le confesó al ojiverde que Anyx existió gracias a la envidia que ella comenzó a tenerle a todos los demás: Hikari procurando a Leticia a pesar de todo, Irisu y Tenma, Isabella y su amor profundo al Rey, el propio Mamoru con Ruka, la esperanza de Kasumi por recuperar a Haruka, Zmiy y su amor eterno a Ilify y el afecto entre Edward y Aimi, incluso cómo Chidori seguía pensando en Hikaru; y claro, cómo fue que Heleth se aprovechó de eso para manipularla con más cosas y al final se corrompió. Le seguía doliendo esto porque... ¿Por qué ella debía recordar todo el daño que le hizo Jaycee y éste no? Esa noche, Mamoru y ella se abrieron a pesar de que el alcohol le dominaba el sistema, pero todo eso le sirvió como catarsis real para poder dar vuelta a la página. Por eso, cuando Edward y Ruka fueron por ellos y dejaron un establecimiento negligente por servir bebidas alcohólicas a jóvenes, le sirvió a Katherine para poder seguir y mejorar su relación con el chico: cada vez que él necesitó apoyo ella estaría para ser su hombro, darle consejos o sacarlo de algún pozo en la que el chico cayera y quisiera fingir ante Ruka que estaba bien. ¿Le habría ayudado en estos meses? Es lo que Katherine esperaba.

Ese pequeño secreto de la envidia a los demás no se lo dijo a nadie más, ni siquiera a su hermano, Aimi... ni a la propia Kasumi. La pelinegra estaba genuinamente feliz de que ella estuviese con Haruka, le ayudó una que otra vez con pases especiales para los conciertos de los Red Stones e iban a las competencias que tenían cada una: Kasumi en Atletismo y Katherine en el tiro con arco. En las semanas en las que la chica estaba decaída, se había alejado de la castaña y una vez que estuvo mejor, fueron a una heladería donde le explicó que todo había sido mucho para ella, además de pedirle perdón por todo lo que había pasado y que le prometía superar todo conforme pasara el tiempo. Y con Haruka no se quedó atrás, intentó llevarse bien con él por el bien de Kasumi y le daba consejos sobre qué cosas le gustaban a a castaña (siempre y cuando no fueran culinarios) y el chico una vez pidió que cocinaran los dos para darle una sorpresa a su novia... por poco no llaman a los bomberos y la inglesa se ofreció a pagar los gastos para reparar la cocina de la familia Kasumi. Por algo Edward le prohibía las actividades culinarias en cualquier parte. ¿La amistad entre ellas mejoró? Es lo que Katherine esperaba.

Sabiendo que Isabella se iría del planeta, la joven se prometió darle a conocer las cosas maravillosas que la Tierra tenía que ofrecer y así lo hizo, llevándola a conocer sitios históricos y culturales siempre y cuando tuviesen tiempo y disponibilidad económica, además de llevarla a museos y que conociera la historia de otros países estando atenta de intentar ayudar a comprender la percepción de unos seres que vivían menos de 100 años para alguien que podía extender su existencia como la de un árbol, incluso la propia ojiazul aprendía en el proceso sobre los Einar. También fueron a distintos eventos musicales y todas esas salidas también le sirvieron a la propia andeliviana para ir sanando su corazón, pues de vez en cuando se le podía ver cómo se perdía en sus pensamientos... y fue cuando en una caminata por el parque en el que Isabella una vez le mostró, Karherine por fin se animó a decirle algo que quería expresar desde hacía mucho tiempo: "Aunque no lo parezca, esa vez me ayudaste... no lo veas como que me ayudaras a acabar con mi vida, sino que fui liberada para volver a ser yo". Además, le dio la esperanza de que volvería a ver a Shado, así como si se iba a un bosque y se veía como las distintas ramas de un árbol parecían acercarse, así pasaría entre ella y su amigo. ¿Volvería a verla? Es lo que Katherine esperaba.

Con Hikari intentó ir por otra vía, pues lo quiso apoyar porque comprendía el dolor que debía sentir por la ausencia de Leticia y cómo él era el único que parecía extrañarla. Lo invitaba a platicar, a salir y que hablaran, pero únicamente dependía del peliazul cómo lidiar con eso; buscaba que no se sintiera solo y que si decidía quedarse en la Tierra o volver a Andelivian, debía ser por su decisión y no influido por algo más. 

Por otro lado, también acompañaba a Irisu a los conciertos cuando llegaban a encontrarse y le auxiliaba en su rol como Presidenta de la clase, pues la pobre tenía mucho trabajo con todas las actividades acumuladas; su relación con Aimi mejoró bastante y más cuando se volvió parte de la familia Tempus con el compromiso, además de agradecerle que se mantuviera al lado de su hermano a pesar de todo; y, debido a su promedio, de vez en cuando ayudó a Mike aunque consideró seriamente que sería un caso perdido. Durante todo este proceso de superación y mejoría personal siempre tuvo a su lado un pequeño pañuelo que Mariko le había regalado, el cual usó para tener la fortaleza que la Guardiana Suprema esperaba que ella encontrara en sí misma; por lo mismo, a veces iba a visitarla en su departamento junto a Schmella para ayudarse entre sí con conocimientos de Andelivian y de la Tierra, además de pedirle que no fuera tan exigente con Koichi; de vez en cuando intenótó devolver el pañuelo, pero la peliazul le decía que no con una sonrisa amable para decirle que todo estaría bien.

Tampoco podía olvidar aquellas noches en las que bebía su tradicional café con Notah, teniendo encuentros fuera de la escuela principalmente a esas horas y cuando él no estuviera con Kuroryuu pues no quería interrumpir en esa relación. Los dos, nativos extranjeros de habla inglesa, compartían de diálogos extensos en su idioma natal además de retomar temas del pasado de vez en cuando, pues la metáfora que él había expresado de ella de ser un faro en la oscuridad no era algo de lo que Katherine se sintiera orgullosa o digna dé. Aunque estuvo a punto de decirle un par de veces su pequeño secreto de la envidia que para esas alturas ya no sentía, prefirió reservarlo porque no se sentía lista y su propia actitud se lo demostraba. Aún así, confiaba mucho en el chico y se le hacía irónico cómo ella, al igual que la Animae del pasado, entrañaba más a otras razas que los suyos. También le mostró parte de Tokio, pero Katherine debía ser la guía porque si fuera por Notah... posiblemente hubiesen acabado en Kioto y casi eso pasó, saliendo de las afueras de la ciudad por tomar un autobús que iba al sentido contrario de su destino; regresaron a sus casas al anochecer con hambre y únicamente cafeína en el estómago, pero se divirtieron hasta que vieron las llamas perdidas de Edward, Aimi, Kuroryuu y los padres de cada uno, recordando los dos con pesadez que se olvidaron de usar sus teléfonos con GPS para localizarse y regresar a tiempo. Esa experiencia le ayudó a Katherine distraerse por completo, cosa que agradeció con un fuerte abrazo a Notah para luego agradecerle por ser su amigo a pesar de todo. ¿La dualidad no era mala? Es lo que Katherine esperaba.

...

La voz de Kuroryuu terminando unas cosas en la playa le hicieron regresar a la realidad, dejando de ver el mar para observar a quienes habían llegado y terminar de posar sus ojos azules en la peliblanca. Inevitablemente recordó cuando fue a dormir en su casa, abrazándola con fuerza debido a que estaba ahí y tratando de disfrutar la velada, pero conforme las horas transcurrían se había comenzado a sentir mal y la líder de los dragones tuvo que usar sus poderes para que pudiese estar en paz; además, en esas semanas complicadas para Katherine ella estuvo ahí cuidándola pero dando su espacio para que la inglesa pudiera superarlo por sí misma, confiando en que podría hacerlo. Katherine definitivamente la extrañaría cuando no estuviera en el planeta, pero confiaba en que todas las decisiones tomadas eran para lo mejor de todos. 

-¿Cómo van los preparativos?-preguntó Katherine, acercándose al grupo hasta llegar al lado de Koichi. Al arribar a su lado volteó a verlo de lado y sonrió un poco apenada. ¿Los demás sabrían que ellos dos llevaban un tiempo saliendo gracias a que... él se la llevó en su hocico volando por la ciudad? Sí, era extraño de contar, pero así sucedió. Si las cosas funcionaban entre ellos tal vez podría contarlo, pero de momento prefería descubrir si su corazón estaba preparado para algo nuevo.

Notas de juego

Bueno, perdón el tocho xDDD si alguien quiere usar mis anécdotas para su post o a Katherine como lo hice yo con los suyos, adelante :D

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01/08/2021, 17:13
Hikari Umino

El tiempo iba pasando, pero las heridas no sanaban, y aunque Katherine intentó ayudarme con mi soledad, lo cierto era que, más allá de haberla perdido, me sentía responsable por haber caído en medio de la batalla. Debía mejorar mis habilidades como guerrera.

Así fue como, cuando la reina anunció que volvería a nuestro planeta de origen, no lo pensé dos veces: Me ofrecí como voluntario para regresar con ella. Allí podría continuar mi entrenamiento sin las distracciones típicas de la tierra.

Deseaba convertirme en una guerrera fuerte que pudiera velar por la paz y la justicia en todo el universo, para que nadie más tuviera que sucumbir a la oscuridad como mi amada lo había hecho.

Notas de juego

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02/08/2021, 02:53
Mamoru Tsukaima

El tiempo era como un río… Más o menos.

Ese día Mamoru estaba en la playa junto a Ruka. Ambos vestían algo casual, y no se veía que llevasen nada extra consigo. También se veían tranquilos, quizá tan tranquilos como no habían estado en meses. Eso se debía a que después de mucho tiempo de haber hablado las cosas, ambos habían llegado a una decisión que los hacía felices.

Pero eso era adelantarse.

Mientras Mamoru tomaba la mano de Ruka por un momento, rememoró todo lo sucedido hasta estar allí.

Para el rubio, haber regresado no había sido el fin de todo.

Ruka y Mamoru partieron a su departamento apenas pudieron, lugar en donde estuvieron inmersos en un frío y pesado silencio antes de que las palabras de culpa empezasen a fluir. A pesar de todo, fue una noche en la que ni siquiera pudieron dormir juntos. Ruka simplemente no podía perdonarse todo lo que ella creía haber hecho a Mamoru. Y eso se alargó por cinco largos días en los que esos dos estuvieron a punto de terminar.

Por suerte, decidieron no hacerlo. Mamoru en especial se negó a dejar que todo lo que hizo Scarlet los terminara separando. Scarlet y Ruka eran personas distintas. Eso quiso hacerle entender a Ruka, y él mismo tuvo que entender poco a poco que había sido manipulado por Scarlet y Heleth al convertirse en Dusk.

Aunque tenía progresos respecto a eso, aún quedaban cosas en las que debía trabajar. Ambos, de hecho.

Por otra parte, al igual que Irisu, aunque sin poder asistir absolutamente a todos, aunque sí a la mayoría, Mamoru estuvo apoyando a Ruka en sus conciertos. Algunas veces tras el escenario. Muchas otras, desde la primera fila. Siempre trató de estar allí, y no solo por deber. Ver a Ruka sobre el escenario era algo que disfrutaba tanto como verla practicar en casa. Después de todo, era algo que la pelirosa amaba. Él la apoyaba completamente.

Pero no todo fue Ruka.

Pasada una semana de todo, Mamoru reunió el valor suficiente para hablar por fin con la Sacerdotisa. Sobre todo impulsado por los regaños del siempre amable Ñyankuro. Por fin pudo expresarle sus culpas y miedos a su soberana. Y como era de esperarse, fue lo correcto. Aunque eso conllevó un regaño de Shiro, uno bastante gentil que casi no parecía serlo. Eso le quitó un gran peso de encima.

Durante ese lapso de tiempo, e impulsado por Shiro, Mamoru no perdió contacto con ninguno de sus amigos. Aunque con algo de renuencia, llegó a mensajear a Notah. Y si surgió la oportunidad, lo citó para verlo. Solo entonces le pediría perdón con bastante incomodidad y timidez. Había mucho por lo que arrepentirse y disculparse.

Fue durante esos días que concertó aquel encuentro con Katherine ocultándole la verdadera razón tras este a Ruka. Y fue una noche intensa entre copas, confesiones y una que otra lágrima. Sí: Mamoru había acabado llorando por lo que Katherine le contó, y al final terminó llorando también al abrirse a ella. Sus temores; todo lo que había vivido desde niño y su miedo latente a morir que siempre había estado allí, y el que había tenido que combatir para seguir luchando. Cómo todo se acumuló y lo llevó a dejarse tentar por Heleth, y lo culpable que se sentía aún a pesar de haber hablado con Shiro.

En conclusión: acabó hecho un desastre.

Cuando Ruka llegó junto a Edward al lugar donde estaban, la pelirosa tuvo que pedir un taxi para llevarlo hasta el departamento, donde lo asistió. Lo estuvo cuidando hasta por fin acostarlo, y durante todo el día siguiente Mamoru tuvo que aguantarse ser regañado por Ruka. De verdad Ruka podía ser dura cuando quería.

En el ámbito escolar, como antaño, estuvo bastante tiempo con Haruka y Koichi. De hecho, vio nacer todo entre este último y Katherine. Aunque ninguno lo dijo, Mamoru pudo reconocer esto gracias a lo bobo que se ponía Koichi con Katherine. Hasta ese momento no había hecho comentarios al respecto (solo con Irisu, quien parecía estar de acuerdo), pero era más que evidente que algo estaba surgiendo allí. Y Mamoru estaba bastante feliz por ambos, así como por Notah y Kuroryuu. Incluso por Isabella y el Rey, Kasumi y Haruka; todos merecían ser felices.

Aunque Mamoru no fue tan feliz con la nueva profesora suplente y sus notas. Muchos sacrificios tuvieron que hacerse para que pudiese graduarse.

Pero todo lo malo había pasado ya, ¿verdad? ¿Podían dedicarse a ser felices? En eso pensaba hasta que la voz de Katherine lo sacó de sus pensamientos. Sin notarlo, se había quedando mirando fijamente los ojos de Ruka durante unos cuantos segundos. Pero esta vez había algo extraño: ambos estaban a la misma altura. La razón era simple: Mamoru había crecido unos cuántos centímetros durante esos meses, pero no se había dado cuenta aún. Y Ruka apenas caía en cuenta de ello, mirando a Mamoru con cierta sorpresa. Aunque era completamente previsible que un adolescente creciera, ¿no?

¿Preparativos? Veo que ustedes están bastante preparados también —dijo el rubio, mirando a Katherine y a Koichi con una sonrisa algo pícara, para luego suspirar y ver a los que partirían de la tierra. Mentiría si hubiese dicho que no lo entristecía eso un poco. Después de todo, se separarían. Y aunque Kuroryuu estaría entre los dos mundos, se sentía ligeramente culpable.

Pero su decisión ya estaba tomada. Se quedaría en la Tierra. Si la Sacerdotisa lo necesitaba, allí estaría. Sin embargo, mientras pudiera, acompañaría a Ruka en su camino y crearía uno para él.

Sí, así era como debía ser.

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07/08/2021, 17:23
Isabella Girelli

Tras la batalla, los primeros días fueron de desconexión con el resto. Demasiadas cosas en las que pensar y valorar. Las cosas por fortuna habían salido bien, pero y si no hubiera sido así. Aparte tenía que preparar todo para el regreso a Sonoe. Aún así no se limitó a guardar cosas, si no que aprovechó para quedar con algunos de sus compañeros. Aquellos con los que había fortalecido lazos más fuertes. Pensar en que tenía que despedirse de ellos era doloroso, pero inevitable. Aunque estaba segura de que en algún momento los volvería a ver... Aunque pasasen años hasta ese momento.

Llegado el día Onírica se preparó y dio un último vistazo a la habitación que le había acompañado durante todo aquel tiempo en la tierra. Todo estaba perfectamente recogido, por lo que con delicadeza cerró la puerta dando así por terminado aquel capítulo de su vida. Alioth y Heracles la esperaban en la puerta, por lo que esta no se hizo de rogar y fue con ellos. El camino hasta la playa fue silencioso, la joven observaba todo con tristeza. Los últimos días habían sido maravillosos, había visitado lugares que no conocía, comido cosas que jamás había probado y se lo había pasado increíble. Sus cabellos azules caían sobre sus hombros, ese día llevaba sus cabellos completamente sueltos y brillaban de un azul precioso cuando la luz los golpeaba. Su mirada bajó hasta sus manos, en ellas llevaba el colgante que le había dado la pixie en la batalla. Aunque ya no lucía completo, estaba quebrado completamente. Cerró los dedos sobre él y alzó la mirada hacia el frente.

Con suaves movimientos se bajó del coche, ese día lucía algo más elegante. Sus ropas mundanas habían pasado a ser un hermoso vestido en tonos fríos, parecidos a los que lucía con su transformación. Junto a Alioth se acercó hasta dónde estaba el resto del grupo, mostró una sonrisa a los que ya estaban allí.- Buenas, chicos.- Alzó ligeramente la mano.- ¿Preparativos? Digamos que en nuestro caso, todo recae sobre el Rey. Pero sí, se puede decir que estamos listos para partir.-Aunque ella aún debía hacer algo. Miró a su alrededor, Notah no estaba ¿No iba a venir? Pese a que había quedado bastante con él, no se había despedido...

Volvió la mirada hacia el mar, y con paso lento se dirigió hasta la orilla. Quería verlo una vez más, sentir la brisa en los cabellos y disfrutar del susurro de las olas. Alzó ligeramente la mano que poseía el colgante y lo observó una última vez. Tras eso lo lanzó lejos, mar adentro. Estaba destruido, pero también quería alejarlo de ellos. Descansaría para siempre en el fondo marino... Mientras hizo todo aquello, no sabía cuanto tiempo había pasado, pero decidió volver sobre sus pasos hasta llegar hasta dónde estaba el resto.

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07/08/2021, 18:23
Notah Haumann

Habían pasado meses completos desde aquella batalla mortal. La vida de todos había cambiado, pero no era así para los humanos... o al menos para la mayoría de ellos.

La mañana de la cita comenzó como cualquier otra, despertarme tarde, ducharme, vestirme, escuchar media docena de audios de un koichi tartamudeando sin decir nada claro que me había mandado en mitad de la noche y llamar a Hunter para que me acompañase. Cogí una bolsa con unos pasteles que había preparado el día anterior, unos baklava caseros y una versión para chocolateros en el que cambiaba el hojaldre por el producto del cacao. Había sido más complicado de lo esperado.

Ya a punto de salir de la puerta mis padres me detuvieron y me dieron un abrazo, sus ojos estaban húmedos en una mezcla de orgullo y lástima, dándome un pequeño paquete con las instrucciones "For Shiro, soon-family", lo que consiguió sacarme los colores con el mero hecho de verlo. Habían estado apoyando demasiado la relación, pero la peliblanca les había encantado, aunque supiese que se llevaría a su único vástago por largos periodos de tiempo.

Apenas estaba saliendo el sol cuando yo también salí por la puerta de mi casa. Subí al metro, me puse los cascos. La música era triste, con lo que lo primero en lo que pensé fue en cómo Hikari había terminado perdido, aunque vivo, preguntándome hasta qué punto eso era lo mejor. Sin embargo la determinación de convertirse en una de las mejores guerreras podría resultar inspiradora.

Encontré al cabo de varias canciones un hueco libre en el que poder sentarme y vi el típico mensaje de Isabella, lleno hasta arriba de emojis, stickers y un "¡No llegues tarde!". Jejeje, pero no sabía mi plan maestro: habías salido cuatro horas antes. Llegaría el primero. Quizá ella se retrasaba por estar, bueno, haciendo cositas con el Rey. Sonreí para mí mismo, conteniendo una risita. La verdad es que había merecido la pena hablar con los dos y darles ese empujoncito que les faltaba. Tarde o temprano hubiese llegado, pero ninguno de los dos se merecía seguir viviendo con esas dudas y miedo.

En ese preciso instante me di cuenta que tenía un mensaje pendiente de leer... ¡De Kath! ¡A las tres de la mañana! Yo a esas horas estaba durmiendo como un bebé, así que lo abrí con curiosidad. Era sólo una foto y una palabra. La imagen era una foto de una cafetería con dos bebidas, había una mano masculina sujetando la de ella. La palabra era "Baka!". En ese momento los audios que escuché a primera hora de la mañana cobraron sentido y reí. Reí a tal punto que varias personas me miraron como si fuese un alienígena o algo así.

Bajé del metro y seguí mi camino. Mandé un mensaje a Mamoru "Llegando el primero". Estaba orgulloso de ello. La relación con la dragona había mejorado bastante, pese a que estuvimos dos días enteros discutiendo sobre si la disculpa era innecesaria y no había nada que discutir o todo lo contrario. Al final todo terminó con un abrazo entre ambos que, estoy seguro, le incomodó bastante. Ese fue su castigo por disculparse (y no por lo que había desencadenado la disculpa).

Sequé unas gotas de sudor de mi cabeza. Me preguntaba cómo le iría a Mariko y a Airi, ambas eran realmente dos chicas astutas y se parecían bastante más de lo que podría parecer a simple vista. Esperaba que ambas fuesen a la reunión, tenía ganas de verlas por diferentes motivos: Mariko era mi cómplice involuntaria y confesora, nos conocíamos mejor de lo que podríamos reconocer. Airi era casi todo lo opuesto, no teníamos una gran relación y, a su vez, sentía que las acciones de de cada uno influía bastante en las del contrario. O así lo sentí cuando dictó sentencia.

Entré en una tienda de Shinjuku y gasté una parte de la paga en unas máquinas de pachinko bastante exclusivas. No fue hasta que mi estómago rugió que miré el móvil y... ¡Había pasado media hora desde la cita! ¡Maldición! ¡Y estaba en Shinjuku! ¿Cómo había llegado allí? Me puse nervioso, corriendo de lado a lado durante largos segundos, cargado de bolsas y... ¡Idea!

¡Huuuuuunteeeeeer!

El pobre miró asustado, hasta que entendió lo que debía hacer. Puso sus ojos rojos en blanco antes de pedir chocolate como pago. Entonces, en un callejón, se abrió un portal y saltamos hacia el interior. Sólo esperaba -en vano- no ser el último.

Notas de juego

¡Perdóóóón por el tochoooo! Gomen nasai!

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08/08/2021, 11:14
Shiro Kasumi

Los meses que siguieron a la batalla pasaron tranquilos divirtiéndome con mis amigos, disfrutando de momentos en familia con mi padre y Hook y saliendo en citas con Haruka. Cada día por la mañana miraba al cielo y sonreía. Lloviera, hiciera sol o nevara, era un día más en compañía de mis seres queridos que no iba a desaprovechar. Las experiencias vividas, recuperar mis recuerdos, mi reencuentro con Allan, todo había supuesto un nuevo comienzo en mi vida. Había recuperado algo que largo tiempo atrás había perdido y ahora disfrutaba de una vida completa.

La nueva maestra suplente resultó ser nuestra reina, algo que hizo que me alegrara y al mismo tiempo sintiera que volvía estar en nuestra vida pasada como guerreras. Se sentía extrañamente familiar. Aunque sabía que no duraría mucho me alegré de que todo hubiera acabado así. Pronto debería volver a Andelivian y me preguntaba qué papel tendríamos que desempeñar las guerreros de allí en adelante. Mientras tanto, seguía con mi vida de estudiante. Los Red Stones habían vuelto y como la presidenta de su club de fans oficial arrastraba a mi novio a cada uno de sus conciertos. Haruka pasaba mucho tiempo conmigo, tanto en citas como en los entrenamientos de atletismo, donde brilló como una estrella. No podía estar más orgullosa cuando lo becaron para representar al país. Yo era buena, pero él era extraordinario y yo estaría apoyándolo en cada uno de los pasos de su vida. 

En aquellos meses si había algo que había nublado un poco la nueva cotidianidad fue el estado de ánimo de Katherine. Me dolía verla de aquella manera, que se culpara de algo que no había podido impedir. Las circunstancias la habían llevado a corromperse y nadie la reprendería por ello, pero eso no parecía aliviar su dolor. La traté como siempre y de de mostrarme tan enérgica y alegre como siempre aparentaba en el día a día, que se olvidara de lo que había pasado y que no recordara a Jaycee. Sabía que llevaría tiempo, pero mis intentos no sirvieron de mucho. La sentía cada vez más distante y me dolía, porque no sabía cómo ayudarla. Sin embargo, pareció que un día de pronto se animó y pasó página. No sabía bien qué había pasado, pero ella misma me lo explicó mientras disfrutábamos de un helado. Por supuesto, agradecí que me lo contara todo y le prometí estar a su lado en todo momento, que podía contar conmigo para lo que fuera. También se empezó a llevar mejor con Haruka, incluso trataron de cocinar una vez juntos. Desde luego, después de que casi quemaran nuestra cocina mi padre les prohibió volver a entrar en su cocina, aunque yo me lo tomé con bastante humor. Me gustaba verlos llevarse bien y que las cosas fueran mucho mejor. Sin duda, siempre atesoraría mi amistad con Katherine, pasara lo que pasara.

Ahora, mientras caminaba por aquella playa en compañía de mi novio, miraba y sonreí a Katherine y en especial a Koichi, quien parecía haberse acercado a ella poco a poco. Al ver cómo se sentía respecto a la inglesa, lo había llevado un día aparte y le había dado muchos ánimos y algún que otro consejillo para ganarse su corazón. Todo fuera por la felicidad de mis amigos. Después, observé a los allí reunidos. Habíamos ido a despedir a nuestros amigos y compañeros. Me causaba mucha pena que se fueran, especialmente Isabella, pero debían volver a su planeta. Había quedado con ella en varias ocasiones los últimos meses para aprovechar el tiempo con ella al máximo. La saludé con una sonrisa y miré a Notah. Después de lo que había pasado en la batalla, durante los siguientes días me había sentido algo avergonzada cada vez que lo veía y lo había evitado, hasta que un día me di cuenta de que mi actitud era totalmente irracional y volví a hablar con él.

Miré una vez más a todos y tiré suavemente a Haruka para apresurar el paso. Al parecer, éramos los últimos, aunque no podía echar la culpa a Haruka, pues había sido culpa mía el retraso. Mi novio era mucho más puntual e increíble que yo. Últimamente, Haruka me había sorprendido con algunos regalos y detalles inesperados, como la cita en el santuario de zorros al que me llevó un fin de semana. Nunca le había dicho uno de mis mayores deseos era visitar un lugar donde pudiera interactuar libremente con animales salvajes, sin embargo, Haruka parecía saber todo lo que me gustaba. ¿Sería el sexto sentido de un enamorado? 

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08/08/2021, 23:35
Narradora

Zuya negó con la cabeza y cruzó los brazos frente a sí cuando escuchó tu respuesta, como si estuviera esperando algo diferente de tu parte - Usted no sabría dar un cumplido ni aunque se lo escribieran, Jaycee-sama - ajustando los puños de su traje, se acercó a ti mientras te escuchaba hablar.

La chica se sobresaltó cuando mencionaste las lecciones de artes marciales y se rascó la cabeza ligeramente avergonzada - N-no pensé que le dirían eso, Jaycee-sama. La verdad es que soy terrible en eso - se rió y suspiró -. No soy buena con los deportes, pero si es por usted, haré lo posible, Jaycee-sama -  y te abrazó, colgándose de tu cuello. Miró la lágrima que rodaba por tus mejillas y se alarmó -. ¿Sucede algo, Jaycee-sama? -.

Al escuchar tu idea del cañón, se quedó meditabunda y se acercó al borde del edificio para mirar hacia abajo. Se llevó una mano a la barbilla para luego responder - La verdad es que no lo sé. Sí sería extravagante, pero... - y se quedó pensando un momento para luego chasquear los dedos -. ¿Y qué tal que sea en una especie de fiesta temática? Sería buena forma de promover el hotel - sonrió mirándote para luego escuchar el tono de su teléfono y mirarlo.

Sus ojos se abrieron como platos un momento - Vaya, creo que debemos ir a la sala de reuniones de una vez - mas el mirar hacia la playa te causó algo de nostalgia. Un grupo se reunía en la lejanía, aunque seguramente eran turistas. Después de todo, era la época del año en que terminaban el año escolar, así que de seguro estaban disfrutando de su libertad.

- ¿Jaycee-sama? - te llamó Zuya para que volvieras a prestarle atención y te hizo una señal con la cabeza para que la acompañaras hacia la sala de reuniones.

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09/08/2021, 00:30
Narradora

Kuroryuu notó la mirada que Katherine le dedicó y la saludó agitando su mano con una amable sonrisa. Junto a la inglesa llegaron Edward y Aimi, ambos inclinándose ante su reina y esta devolviéndoles el gesto con una sonrisa sutil. Cuando esta se acercó a Koichi, el rubio se congeló en su posición y sus mejillas se colorearon al instante. Kuroryuu miró la escena sin poder evitar una risita, al igual que el hermano de la inglesa. Después de tomar el valor suficiente, el rubio por fin habló.

- Kathy-chan… E-estás… tan linda como siempre – dijo sudando tanto que por un momento se creía que inundaría la playa. Podía ser una bestia con un enorme poder y de gran tamaño, pero como humano, seguía siendo un chico bastante peculiar. Ruka tomó la mano de Mamoru y le dio un leve apretón mientras se acercaban al grupo. Ella notó que Mamoru había crecido, así que se alegró porque sabía que eso afectaba al chico. Las palabras de Mamoru hicieron que los colores se extendieran por todo su rostro del rubio hasta la punta de sus orejas y se podía ver humo salir por estas -. ¿P-preparados? – y de repente, se empezó a reír a todo volumen y a fingir estar relajado… aunque de seguro se partiría en dos si se caía de lo rígido que estaba -. P-por supuesto. ¡Listos para todo! – y alzó su puño de manera entusiasta al cielo, quedándose un momento mirando el cielo azul y luego mirando de vuelta a Mamoru apenado - ¿Exactamente para qué debemos prepararnos? – y se llevó una mano a la parte trasera de su cuello mientras sonreía incómodo.

Alioth estaba junto a Onírica, además de estar hablando también con Airi y con Kuroryuu sobre lo que harían a continuación. Después de todo, lo mejor era que entre los tres hicieran un solo viaje. Ya sabían que Kuroryuu se iría ese día por una temporada, así que era importante no levantar demasiadas miradas. Con uno viaje bastaba. El rey sonrió a la einar cuando esta respondió – Solo estamos esperando la hora ideal. Además, hay quienes deben tomar una decisión aquí – y miró a Hikari, quien ya había manifestado su deseo de regresar a Andelivian. Observó cómo su compañera parecía acercarse al mar y la dejó mientras Mike se acercaba a su rey con una sonrisa. El colgante voló y Alioth sonrió. Era simbólico, pero también era lo mejor. Un nuevo capítulo, un nuevo comienzo.

Por otra parte, un portal se abrió de repente, saliendo Notah de allí lleno de bolsas con comida que seguramente se había enfriado y uno que otro tiquete de la máquina de pachinko. Realmente parecía que lo hubieran sacado de una feria, pues cargaba banderines y bolitas de pulpo. Hunter suspiró – Ya decía yo que era extraña tanta tardanza. Si no fuera por los chocolates, te habría dejado volver por tu cuenta – dijo el conejo mientras saltaba a Mariko, quien lo recibió con un abrazo y acarició su cabeza para luego girarse hacia Notah.

 

- ¿A dónde fuiste esta vez? – le preguntó la guardiana suprema con una sonrisa burlona, mientras Kuroryuu se rio más ampliamente. ¿Acaso sabía que Notah se había perdido de nuevo? No sería tan extraño. Después de todo, era prácticamente omnipresente ahora que había recuperado todo su poder.

 

Haruka miró a su novia con ojos de amor, a pesar de ser ella quien se había tardado más de lo previsto - ¡Espera! ¡Shiro! – le dijo el rubio a la castaña mientras decidía alcanzarla y hacer una especie de competencia con ella, aunque temía que tal vez la chica se cayera. Después de todo, era un tanto torpe. Se mantuvo a su nivel para no perderla de vista, aunque claramente no le dijo eso a ella. Cuando menos se dieron cuenta, llegaron allí. Los monarcas se giraron hacia los últimos en llegar, hasta que por fin Airi cerró los ojos y su cuerpo empezó a brillar. Retornó a su forma original para luego mirarlos a todos con esos extraños ojos rosas.

 

- Creo que es el momento – y miró la puesta de sol. Parecía que quedaban solo unos minutos para que el sol se ocultara por completo. Kuroryuu y Alioth asintieron. La Sacerdotisa materializó su flauta en su mano y Alioth regresó a su forma original. Al parecer, todo estaba listo.

 

Alioth fue el primero en hablar – Irisu conservará el poder que se le concedió para ser una einar. Creemos que eso será un símbolo de una alianza con la Tierra. Después de todo, el campeón necesitará quién pueda luchar a su lado – sonrió hacia Tenma e Irisu y el pelirrojo asintió conforme.

 

- Gracias, Rey Alioth. Aunque prefiero protegerla a ella a que deba ser al contrario – sonrió de nuevo y apretó la mano de Irisu con más fuerza.

 

Kuroryuu se acercó a Mamoru y lo abrazó con cariño para luego abrazar fugazmente a Ruka – Sé que decidieron quedarse, pero sepan que son bienvenidos si en algún momento deciden partir – sonrió y miró a Notah -. Por un momento pensé que no vendrías. Volveré en dos semanas. ¿Vendrás conmigo? – le dijo al peligris esperando pacientemente su respuesta.

 

Era el momento de decir su último adiós, aunque la única que reaccionó de manera diferente fue la Reina de cristal, quien extendió su mano a Hikari – Ven conmigo – y luego se giró hacia Edward y Aimi. Los miró solo un segundo y ambos notaron esto para luego girarse hacia Katherine.

 

Aimi fue la primera en hablar – Kathy-chan, Ed y yo lo estuvimos hablando y… estaremos una temporada en Andelivian – sonrió algo triste -. No será de manera permanente, pero Ed quiere ayudar con su reconstrucción. Ya le dijimos a tu madre que nos iríamos en una gira, aunque adelantamos la fecha para que no sospechara, pero… Nos quedaremos aquí si es lo que quieres – y la rubia tomó las manos de su cuñada con cariño.

Edward se acercó luego a acariciar la cabeza de Katherine y desordenó un poco su cabello – También aceptaría que vinieras con nosotros un tiempo – y miró a Koichi, quien se puso aún más nervioso -. Incluso él podría traerte aquí cuando quisieras. La Reina aprobó que él te acompañe, pero no queremos obligarte. Sé que quieres seguir los pasos de nuestro padre, pero también sé que entiendes cómo me siento. Nunca fui un humano como tú – y besó la frente de su hermana, esperando su respuesta.

Notas de juego

Con una ronda más de posts, cierro el epílogo n.n.

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09/08/2021, 01:52
Jaycee Yamamoto

- voy - dijo mirando un segundo más a aquel grupo. Esa mañana era una de aquellas en las que te da la sensación de que olvidas algo...

Se giró siguiendo a Zuya - el judo y taekwondo si te agobian, diles que reduzcan las clases, pero sería bueno que aprendas lo básico para autodefensa, pero el tiempo que acuerdes para practicar cúmplelo, el tiempo también es apreciado por tus maestros, si faltas les haces perder tiempo que podrían estar con su familia. Diles abiertamente cuando y cuánto prefieres practicar.

El tiempo era oro, su a veces apretada agenda lo demostraba y faltar a una cita podía ser molesto no solo para los implicados, reservas; secretarías, o incluso aquellos que sin tener relación directa se cruzan con uno ese día.

Camino a la reunión solo podía pensar ¿Lo estaré haciendo bien? Aprovechar su edad para legalizar una mafia le estaba yendo bien habían movimientos que había realizado por los que podría estar en la cárcel que quedaron en simples multas justificando desconocimiento por su corta edad, esa carta no podría utilizarla mucho más tiempo.

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11/08/2021, 18:14
Hikari Umino

Tomé la mano de la reina, me acerqué a ella y miré a todos por última vez.

-Nunca olvidaré nuestro tiempo juntos. Pero ahora lo comprendo: Mi destino es luchar por la paz en todo el universo. Espero estar a la altura del desafío -Entonces sonreí- Cuidense mucho.

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11/08/2021, 23:02
Katherine Tempus

Con el comentario de Mamoru porque comprendió el doble sentido con el que lo decía, Katherine sonrió de lado mientras un sano rubor adornó sus mejillas para luego ver a Koichi de lado y bajar la vista levemente con cierta timidez. El rubio siempre le había agrado, prácticamente desde que salieron aquella vez donde ella aún no tenía memorias de su vida pasada y le describió al potencial periodista aquella guerrera rubia que después supo que se trataba de Lightning. Por supuesto, nunca pensó que llegaría a un presente donde consideraba tener algo con él luego de todo lo que había pasado. Fue en eso que pensó en Jaycee, miró a cielo para desear que le fuera bien en su nueva vida y con eso, cerrar el libro donde ella ahora sería la única lectora de un texto que albergaba tanto cosas buenas como malas. Tocaba escribir un nuevo capítulo, una nueva historia.

-Aunque todo sea obra del Rey Alioth, la preparación también implica lo mental y emocional-se encogió de hombros hacia Onírica, quien llevaba su verdadera forma y no la humana. Le sonrió  y miró cómo arrojó aquello sabiendo que era algo personal y no preguntaría-. Nos preparamos para despedirnos, Koichi, y que ellos tengan todo listo para su viaje-sin embargo, su tren de pensamiento se interrumpió con la brusca llegada de Notah y empezó a reír un poco, el chico no había cambiado y Hunter lo confirmaba. Saludó a ambos y luego miró a su amigo-. Solo te diré que nos la vas a pagar cuando vuelvas.

¿Eso era, no? Notah se iría con Kuroryuu. Miró a Koichi un momento para luego dirigirse a la sacerdotisa dragón y abrazarla. No era una despedida como tal porque volvería a verla, pero era como cuando uno quedaba con un reencuentro futuro y se esperaba que aquello pudiese cumplirse. No hubo palabras de por medio, la peliblanca entendía lo que eso significaba. Al alejarse miró de reojo a Irisu con Tenma y se alegró genuinamente por ella, luego de tanto por fin había encontrado su camino.

Y mientras caminaba a su lugar, miró a Kasumi y le devolvió la sonrisa. La castaña la había apoyado muchísimo a pesar de todo y se quedó agradecida de poder contar con ella pasara lo que pasara y claro que era recíproco. Además, la mirada de cariño que profesaba Haruka a su amiga era un indicativo que su historia continuaría mientras los dos estuvieran dispuestos a seguir, lo cual Katherine esperaba que fuese genuino y ambos se apoyasen para mejorar con el día a día. Pensó en proponerle que luego de la despedida fueran a comer algo, pues las despedidas iban a doler un poco y debían disfrutar el hoy. Igual pensó hacer una invitación general sin que nadie se viese obligado.

Cuando volvió a acomodarse en su lugar, miró cómo Hikari se acercó a la Reina de Cristal y no le tomó por sorpresa. Le asintió al peliazul respetando su decisión y ladeó su cabeza mientras le sonreía.

-También cuídate mucho, Hikari. Y por supuesto que podrás cumplir con tus metas, solo no dejes que los días nublados te quiten los ánimos-y esas fueron sus palabras para despedirse del joven que buscará su camino en Andelivian

Fue ahí que notó la mirada de su reina a su hermano y Aimi. En ese instante su corazón dio un vuelco y se tensó. Ya lo sabía, aunque nunca lo dijeron su corazón se lo advirtió todo este tiempo y, por lo mismo, cuando su cuñada le habló, los ojos azules de Katherine brillaron aunque no era de alegría o euforia y su nariz se tornó un poco roja. No era permanente, ¿pero por cuánto tiempo? Podrían ser semanas, meses... incluso años. Podría decirle a sus padres que Edward y Aimi encontraron un hogar en otro sitio y quisieron establecerse para que no se resintiera la ausencia de esos dos en caso de que se prolongara. 

No dijo nada, en realidad no pudo hablar por un pequeño nudo en la garganta que aumentó cuando su hermano le habló y dijo lo último. Y era verdad, ella siempre se vio más como humana que una andeliviana porque él técnicamente había vivido menos en la Tierra que ella. Y aunque su hermano en el pasado le pidió que fuera egoísta porque podría pedirles que se quedaran... no lo hizo. Cerró los ojos y fue por la presión de los párpados que por fin una lágrima rodó por su mejilla; pero eso no le impidió que sonriera y picara la nariz de Edward mientras reía.

-Por supuesto que te entiendo. ¿Cómo no si somos hermanos tanto en esta vida como la anterior?-suspiró hondo y abrió los ojos. Éstos continuaron brillando con intensidad, pero ya no había solo tristeza-. Como dicen, esto es temporal. Iré a verlos cuando sea posible, pues tengo mis propios objetivos a cumplir. Así como yo decidí quedarme, ustedes tienen el derecho de estar donde consideran su hogar... y no importa la distancia, seguimos siendo familia, ¿verdad?

Al decir que eran familia, otra lágrima humedeció su cara. No le gustaban las despedidas y se notaba lo fuerte que quería mostrarse.

-Además, Schmella estará conmigo y si Mariko se va antes de que yo vaya, les enviaré algún regalo. Sé que nos vamos a volver a ver, pero les pediré que por favor sigan siendo felices y se cuiden el uno al otro-abrazó a su hermano y por un breve momento el pelinegro pudo sentir lo que Katherine contenía. La conocía, sabía que una vez que se fueran ella lloraría un poco porque, aunque no quisieran, ella tenía cicatrices que sanaron pero se mantenían ahí. Pero esa misma noche ella podría ver el cielo y sonreír con tranquilidad porque era consciente que esos dos estarían bien-. No me voy a enojar si soy recibida por muchos sobrinos.

Dijo eso a propósito para romper el momento, por lo que dio un apretón más para alejarse y volver con Aimi para abrazarla. Con ella también hubo silencio, no necesitó palabras para despedirse de la rubia.

Cuando se alejó de ellos aprovechó para acercarse a Notah para tomar una esfera de un anime que eran atrapados con  un artefacto de color rojo y blanco. Katherine no consumía anime o manga, no era de su estilo; pero aún así le agradeció al americano y rió, aunque ese pequeño gesto liberó unas pocas lágrimas que limpió rápidamente. 

-Después vienes a mi casa. Conseguí un café de un país en América Latina que dicen que está muy rico-le dio unas palmaditas al peligris y guardó la esfera sin ver el contenido. No quiso mirar porque sabía que le ganarían las emociones, por lo que prefirió quedarse con la intriga. Cuando llegó por fin al lado de Koichi, instintivamente tomó la mano del rubio y con la otra sacó un pañuelo rosa que solo Mariko podría reconocer. Con ello volvió a limpiarse su rostro y, Katherine Tempus miró a todos los que se iban por última vez-. Cuídense mucho, y gracias por todo.

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12/08/2021, 02:39
Mamoru Tsukaima

Muchas cosas habían cambiado y seguirían haciéndolo. Todos habían pasado por mucho, y ahora por fin, en un periodo de paz más que merecido, podrían permitirse llorar, preocuparse y sentirse felices por cosas infinitamente más banales. El pasado dejaría marcas imposibles de borrar para algunos, pero lo importante era mirar hacia el futuro, ¿verdad? Ahora podían permitirse hacerlo.

Las reacciones de Katherine y Koichi le dieron la confirmación que Mamoru necesitaba. Sonrió con cierta picardía, de forma triunfal. Él era uno de los que creía que esos dos hacían buena pareja, y conocía a Koichi. Era un buen chico para Katherine. Esperaba que, de concretar algo, de verdad pudiesen ser felices.

Cuando Notah llegó, Mamoru rio por aquella... entrada tan peculiar que encajaba tanto con él. Durante aquel tiempo, de verdad había llegado a tomarlo como un amigo. Aunque no se le olvidaba lo del beso, y al peligris tampoco, ya que se lo sacaba en cara cada vez que podía. A pesar de todo, todos los prejuicios que alguna vez había tenido por Notah se fueron. En verdad era una de las personas más confiables que podía haber conocido.

Y para persona confiable... Sí. Al ver a Shiro acercarse, Mamoru le sonrió un poco genuinamente. Gracias a ella todos estaban allí, y agradecía infinitamente la oportunidad que le había dado, así como a Ruka.

Cuando la Sacerdotisa lo abrazó, Mamoru le correspondió soltando a Ruka por un momento. Después de que abrazara a Ruka, y de sus palabras, Mamoru le respondió.

Gracias. Si ese momento llega, te lo haremos saber —Mamoru miró a Ruka por un momento y le sonrió, volviendo a tomar su mano—. Si necesitas mi ayuda para lo que sea, cualquier cosa, no dudes en avisarme. Aunque sea por cortos periodos de tiempo, estoy dispuesto a ayudar en Hardak.

Pero no todas las despedidas podían ser tan dulces. De hecho, lo normal era que las despedidas fuesen amargas. Cuando vio a Kathy y escuchó lo que habían dicho Aimi y Ed, entendió lo difícil que sería eso para la chica. Y bueno, fue evidente. La mirada de Mamoru se tornó compasiva. Sin embargo, la forma en que Kathy se lo tomó le hizo sonreír un poco. Kathy era mucho más fuerte de lo que podría pensarse. Ya lo había demostrado muchas veces.

Entonces, miró de nuevo a Ruka. Debía sentirse agradecido por haber tenido la opción de quedarse con ella. Por lo mismo, casi por impulso, acercó su rostro al de la chica y le robó un fugaz beso.

Lo he dicho mucho, pero de verdad, gracias —la relación de ellos había comenzado de forma rara, atropellada, y habían tenido que pasar por un montón de cosas para poder estar ese día allí, juntos. Pero Mamoru estaba seguro de que estaba allí en gran parte por la pelirosa. Ella era su pilar más fuerte.

Pero no había mucho más tiempo para cursilerías.

Isabella, el rey, Hikari; muchas personas estaban a punto de partir. Mamoru los respetaba, estaban siguiendo su corazón.

Cuando llegó con Notah, después de Kathy, chocó puños con el chico y decidió tomar una de aquellas esferas. Eligió en específico una que tenía un gato regordete dentro. Le recordaba mucho a Ñyankuro.

Si irás con Shiro, cuídala por mí. Y no dudes en hablarme para cualquier cosa. Aunque no lo parezca, he levantado mi orgullo como dragón de nuevo —luego de eso, volvió a chocar puños con el chico y le sonrió de lado, dirigiéndose de nuevo donde Ruka y Koichi estaban, junto a Kathy.

Apenas llegó donde la inglesa estaba, al pasar por su lado, le dio una palmada en el hombro, y se puso al lado de Ruka—. No te cortes y pídele a este idiota que te lleve a ver a tu hermano cada vez que lo necesites. Y si te apetece, pasa por nuestro departamento cuando quieras. Eres bienvenida.

Luego de decir eso con una sonrisa, miró a Ruka y volvió a tomar su mano por última vez. Ya no la volvería a soltar. Le enseñó el regalo de Notah.

De verdad se le parece, ¿no crees? —y luego de reír un poco, miró a todos sus compañeros que partirían. No los conocía a fondo a todos, pero había luchado con ellos. Guardaba respeto por todos— Muchas gracias por todo. Espero que sean felices, y que todos tengamos muchos hijos —Mamoru sonrió ampliamente diciendo aquello último. Luego, rio un poco, levantando una mano para despedirse. Sus ojos se humedecieron un poco—. Nos veremos por allí.

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12/08/2021, 17:14
Isabella Girelli

La brisa soplaba con suavidad, lo que hacía que los largos cabellos azules de la einar se movieran traviesos. Tras volver de lanzar el colgante que walker le había dado para destruir, esta se quedó un poco ausente en sus propios pensamientos, demasiadas cosas rondaban su mente y era difícil ponerle voz a todas. La mano que tenía más cercana a la de Alioth la acercó a este para entrelazar los dedos, y le dio un suave apretón. La verdad era que la vuelta a Sonoe era algo que llevaba queriendo hacer, después de todo era su lugar natal y lo extrañaba. Pero durante su larga estancia en la tierra había hecho amigos realmente buenos. Sin darse cuenta soltó un suspiro, su mirada estaba puesta en el mar o al menos eso era lo que parecía. Aunque las palabras del Rey Alioth y Katherine la hicieron volverse hacia ambos con una pequeña sonrisa.- Despedidas...-Tomó aire, y se dispuso a empezar. Era la peor parte de todas, la más dolorosa sin duda. 

Su mano soltó la de Alioth y se acercó a la morena.- Espero verte de nuevo, Kath.-Isy abrazó con delicadeza a su amiga y cerró los ojos en un intento totalmente fallido de no llorar. Desde su posición limpió las lágrimas de manera rápida y se separó sonriente. Su mirada era triste, pero ella a la vez se veía feliz. En ese instante un portal se abrió a unos pasos del grupo, la einar miró hacia el lugar y ladeó la cabeza negando.- Nuestro Notah... No cambiará ni siquiera el último día.-El peso que tenía en el estómago desapareció casi al instante, temía que su amigo no apareciera, pero verlo allí y tan cargado... No pudo más que reírse.

La einar no se movió de posición, escuchó las palabras de los distintos líderes. Por lo que... ¿Se acercaba el momento? Miró a Mamoru y le sonrió con cariño.- Gracias por todo, espero que... Todo te vaya bien. Y que algún día podamos reencontrarnos.-Con suavidad inclinó la cabeza. Su mirada entonces se paró en la Sacerdotisa, con pasos pequeños se acercó a ella, no llegó a abrazarla por respeto, pero si cogió sus manos con delicadeza.- Cuida de Notah... Y cuídate mucho. Espero que nuestros caminos vuelvan a cruzarse en un futuro no muy lejano.-Los ojos de ella estaban anegados de lágrimas, algunas caían y otras ella conseguía retenerlas.

Ahora sólo le quedaba la peor parte. Tomó aire, mucho aire. Miró a Notah, pero antes de ir hacia él se acercó a Mariko y Hunter.- Creo que no te lo dije antes, no sabía cómo... Pero gracias por salvarme la vida en aquella ocasión. Me alegra haberte conocido.-Le dijo a Mariko con una sonrisa mientras se limpiaba las lágrimas, tras eso acarició al pequeño conejo con mimo.- Cuida de él ¿Vale? -Dijo haciendo un gesto hacia el torpe de Notah. Tras eso sacó de su pequeño bolso una cajita decorada con una nota que ponía "Hunter".- Son un par de bombones de chocolate... Te los debía.-Volvió a acariciarlo y tras eso se alejó del todo.

Con paso dudoso se encaminó hacia Notah, una vez frente a él lo miró con un gran puchero, la einar hacía lo posible por no llorar, pero las lágrimas caían por sus mejillas.- ¡Ni se te ocurra olvidarte de mí! ¡Y como no cuides de Shiro te vas a enterar! -Le daba igual lo cargado que estuviera, esta se abalanzó sobre él y lo abrazó con fuerza. No quería separarse, pero ambos tenían que regresar a sus hogares y eso era inevitable. Cuando se separó para verle, esta observó la esfera que le tendía, la cogió con ambas manos mientras hipaba por el llanto. En ese instante era cómo una niña pequeña que debía despedirse de alguien realmente importante. La movió un poco y la observó con curiosidad ¡Pero ella no tenía nada que darle! ¡NADA!.-Gracias... Prometo ir a verte ¡Y espero que tú hagas lo mismo! -La joven se guitó de la muñeca una de las pulseras que siempre llevaba con ella. No era nada especial, era una pulsera de tonos dorados y azules. Colores que caracterizaban a Onírica.-  Aunque no estemos cerca, siempre estaremos unidos ¿Si? -Lo volvió a abrazar con fuerza y tras eso se separó de él, ella debía volver con Alioth y él... Aún tenía gente con la que despedirse y debía ir con la Sacerdotisa.

Besó la mejilla de Notah y con una sonrisa decorada por lágrimas sacudió la mano mientras volvía dónde estaba Alioth y Heracles. La Einar agarró el brazo de su compañero de batalla, pues el Rey Alioth estaba ocupado. Con un leve tirón se abrazó al brazo y escondió su rostro sollozando. Odiaba las despedidas. Las odiaba demasiado.

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13/08/2021, 19:43
Notah Haumann

Obvio que iré contigo.

Dije entornando la mirada hacia la diosa de los dragones. Mordí el labio inferior, habían muchas cosas que hacer antes de partir.

Ha sido un placer compartir camino, Hikari. Que la luz guíe tus pasos.

Deseé de corazón. Dejé a mano una bolsa llena de dulces caseros, para quien necesitase quitarse un poco el amargor del momento. También saqué una bolsa con unas pequeñas esferas, mirando a Mariko para responderle.

Ya que estaba con las máquinas, aproveché para intentar conseguir una colección. No lo conseguí, pero... son unidades bastante raras, es sólo para recordar que cada uno de ustedes tiene algo mi esfuerzo. Creo que te hubiese gustado venir conmigo, lo hubieses pasado bien.

Le entregué a la guardiana la primera de las esferas.

La a segunda ellas se la di a una Kath que claramente estaba conteniendo las lágrimas. No quería provocarla, no quería hacerla llorar, así que asumí los golpecitos en la espalda y sonreí mientras asentía.

¿Un café nuevo? Sólo si es en la hora bruja, no antes, que hay que mantener las buenas costumbres -una rápida mirada a Shiro bastó para recordarme-, pero en dos semanas ¿sí? Tenemos un mundo que reconstruir.

También así le daba tiempo para adaptarse. Lancé una mirada a Koichi, dándole también una esfera, y tomando la mano de ambos. Mi rostro se tornó bastante serio y les miré del mismo modo que un padre lo hace con sus hijos, casi parecía que iba a regañarles.

Ustedes dos. Sean muy felices. ¿Sí?

No dije nada sobre si era juntos o no, sólo quería que dos de las personas más importantes en al tierra para mi fuesen, de corazón, felices.

Después giré a tiempo para chocar el puño con Mamoru, me costó contener una risita, y es que era un gesto como tan masculino que casi me pilló fuera de lugar, y sin embargo era reconfortante.

Te lo dije y te lo repito. Para mí, siempre has sido un gran dragón leal. No te preocupes -me sonrojé un poco-, juré protegerla y dedicarle mi vida. Siempre cumplo mis promesas ¿verdad?

También le di una esfera a él, asintiendo ante la pregunta de su parecido con Ñyankuro. Sentí un calor en el pecho al verlo al fin tan feliz. Aunque ese calor duró poco ya que en algún momento abajo era arriba y blando era duro.

Recibir un abrazo que terminó dando conmigo de bruces por el suelo. No podía ser de otra oni-manera, terminé por reír, pese a que ella estaba llorando. Le di aquella pequeña esfera que había ganado, no era la gran cosa, pero era algo. Cogí emocionado, eso sí, el regalo que ella me ofrecía.

Es precioso... ¡claro que si!

Respondí al abrazo y al beso del mismo modo. En realidad a estas alturas casi podría ser como mi hermana, era alguien que se merecía lo bueno que le sucediese, por eso recordé algo.

Una vez escuché -aunque hablaba con Onírica, en realidad era un poco para todos-, no recuerdo quién me lo dijo, que al principio amamos cuando somos amados, más adelante amamos esperando ser correspondidos, finalmente amamos por el mero placer de amar.

Lo mismo es con mi regalo.

Le saqué la lengua, esperando bajar un poco la tensión acumulada. En realidad no me gustaban las despedidas, pero guardaba un as bajo la manga para ello. Me acerqué a la Reina de Cristal y le di también una esfera.

¿Crees que podremos poner una señal en el cinturón de Orión por si me pierdo yendo a ver a alguien?

Bromeé de mi sentido de la orientación. Sabía que era malo, pero tampoco sabía bien cómo despedirme de ella.

Terminé de repartir las esferas. Al llegar frente a Kasumi la rodeé con un silencioso y algo tímido abrazo antes de entregarle la suya.

Y, finalmente, me detuve frente a mi amada de cabellos níveos. Para ella no había esfera, la última esfera que quedaba era nuestra, de los dos.

Sí que, sin embargo, le entregué una pequeña cesta.

Mis padres me han dado esto para ti. No sé que es... pero parecía importante para ellos.

Mientras ella lo abría hice algo bastante raro en mi: me puse a su lado y rodeé su cintura con mi brazo de un modo bastante íntimo. Saldríamos en unos segundos y entonces caí en la cuenta de algo muy importante y alcé una mano para llamar la atención, tanto de los que nos íbamos como de los que se quedaban.

¡Dentro de ocho meses espero verles a todos aquí para la presentación del nuevo miembro de nuestra familia!

No me gustaban las despedidas, sí las excusas para vernos. Antes de cualquier reacción... fssss...

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14/08/2021, 21:08
Shiro Kasumi

Le guiñé el ojo y me adelante a Haruka como en un juego de a ver quien llega antes. Era buena corriendo, pero jugando era otra cosa. Por suerte, no me tropecé con nada. Era aquel un momento solemne, de tristeza y al mismo tiempo de alegrías, de despedidas que esperábamos que fuera un "nos veremos pronto", por lo que no quería estropear el momento con una tonta caída. Cuidando donde posaba los pies, llegamos a donde estaban todos.

Al llegar, me incliné respetuosamente ante mi reina como habían hecho algunos de mis compañeros. No podía dejar que mi nueva vida me hiciera olvidar mis orígenes. Saludos y algunas risas, miradas tristes, y al fin el momento. Permanecí en silencio mientras escuchaba las despedidas y las charlas de mis amigos. En un momento dado, me acerqué a mi reina y le hablé con voz tranquila.

- Mi Reina, mi vida está ahora aquí, junto a mi familia, amigos y seres queridos - sonreí a todos, pero especialmente a Katherine y Haruka, quienes se quedaban en la tierra y eran mis grandes apoyos - pero me gustaría volver a Andelivian de vez en cuando. Sigue siendo mi hogar, mis recuerdos aún están ligados a él y yo también quiero ayudar a reconstruirlo. Quiero trabajar duro que vuelva a ser lo que era en el pasado. Si me lo permites.

Después, llegó el momento de las despedidas. Con un par de lágrimas, me despedí de Isa y de Notah, devolviendo el abrazo y cogiendo en silencio la esfera que me entregaba.

- Espero veros pronto, no os olvidéis de nosotros - dije despidiéndome.

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15/08/2021, 03:32
Narradora

La reina recibió a Hikari con gentileza, e incluso le permitió tomar su mano cuando este decidió tomarla y sonrió ante su entusiasmo. Luego observó cómo Kasumi se le acercó y asintió – Podrás viajar allí cuando quieras. Solo dile a Mariko cuando desees hacerlo – y la peliazul hizo una respetuosa reverencia a su reina tras sus palabras. Haruka esperó a que su novia se levantara y le puso una mano en su hombro como apoyo. Si ella iba, él iría también en la medida de lo posible. No quería desmentir sus orígenes. Después de todo, había pasado poco tiempo viviendo en la Tierra. Por último, cuando Notah se dirigió a ella, la Reina tomó la esfera, lo miró algo confundida y luego a Mariko. Parecía estar buscando confirmación entre si hablaba en serio o no… y para como era Notah, a la guardiana suprema no le cabía duda de que era en serio. Volvió a mirar al peligris y le sonrió – Tienes a Hunter contigo, quien es originario de mi planeta. Si te pierdes, él podrá llevarte a donde quieras – y estaba claramente descartando la petición de poner una señal en el Cinturón de Orión.

Edward esperaba la respuesta de su hermana mientras acariciaba su cabeza con cariño. Sabía lo difícil que era para ella, pero era algo que debía hacer y sentía que debía hacer. Sonrió cuando la escuchó y le dio un abrazo un poco más largo de lo usual. Sabía que su hermanita lo necesitaba y se lo dio mientras acariciaba su cabeza con delicadeza. Poco después, vino la declaración de los sobrinos. Sonrió divertido y miró a la pelinegra – Y tú tómate tu tiempo con ello – aunque Aimi sí se veía ligeramente avergonzada.

 

Los ojos de Aimi se humedecieron mientras escuchaba la respuesta de Kathy y la abrazó fugazmente – El tiempo pasará rápido. Ya lo verás – y se alejó para que Katherine pudiera volver con los demás.

 

En ese momento, Koichi se acercó y le dijo golpeando su pecho con el puño cerrado – Descuiden, yo cuidaré de ella – claro que era Koichi siendo él mismo. Dejó que Katherine hiciera lo que tenía que hacer para luego recibirla con una sonrisa y entrelazar sus dedos con los de ella. Cuando Mamoru se acercó y lo llamó idiota, Koichi hizo una aparente expresión de enojo -. Serás tú el idiota – y le sacó la lengua a Mamoru.

 

Haruka no pudo resistir la oportunidad e intervino – No, Koichi. Definitivamente eres tú – rió divertido.

 

Se hizo el lloroso y miró a Haruka - ¿Por qué tú también, Haruka? – y lloriqueaba aparentemente ofendido. Notah se le acercó y este dejó de actuar de esa manera para verse más serio. Asintió… aunque luego empezó a llorar de manera ligeramente exagerada y lo abrazó - ¡Te extrañaré, Notah-kun! ¡No te olvides de mí! – para soltarlo poco después.

 

Shiro escuchó la confirmación de Notah y sus mejillas se colorearon un poco, luego las palabras de Mamoru las recibió con agradecimiento. Sabía que así sería y asintió – Solo debes decirme cuándo vendrás conmigo. Después de todo, estaré viajando entre la Tierra y Hardak constantemente -.

 

Ruka miró a su novio con el mismo amor que lo había visto siempre y miró el gatito – Sí que se le parece. Pero Ñyankuro es más apuesto, ¿verdad? – le sonrió al gato regordete que se infló hasta parecer una pelota de aire. Se comenzó a elevar y aterrizó en los brazos de Ruka para que esta le acariciara la panza. Por supuesto ella lo hizo sin miramiento.

 

- Ruka sí sabe de lo que habla. No como tú, malagradecido – y después de sus amargas palabras, se quedó disfrutando de los mimos de la pelirrosa.

 

Mariko se acercó para echar un vistazo de más cerca a la colección de Notah. Si esa no era completa, no podía imaginarse cómo sería ya terminada – Seguramente, pero también habría llegado tarde – soltó a Hunter tras acariciar su cabeza y recibió el regalo de Notah con una sonrisa. Miró a Shiro y luego a este – Por favor, cuídala por mí -.

 

El momento de la despedida se acercaba. La Sacerdotisa recibió la canasta que los padres de Notah le habían entregado y le sonrió al peligris complacida, además de ligeramente avergonzada por su contacto, aunque no lo alejó. Solo dijo – Gracias. Agradeceré a tus padres al regresar – sonrió y llevó la flauta a sus labios para empezarla a tocar. Un círculo mágico de color blanco apareció debajo de sus pies. Poco después, un círculo similar pero que brillaba de un fuerte dorado apareció debajo de la Reina de cristal, envolviendo a Hikari, Edward y Aimi. Todos decían sus despedidas mientras esto pasaba. Por último, el anillo en la mano del Rey Alioth brilló y en una fuerte luz, la Espada Esmeralda se materializó. Este la empuñó con fuerza y empezó a recitar un hechizo en una lengua antigua. Onírica se acercó y Heracles retomó su forma normal para abrazar a Onírica con un cariño fraternal. Sabía que la chica extrañaría a sus amigos en la Tierra, pero era posible que regresaran, así que no se preocupó demasiado. Solo trató de brindarle algo de su fortaleza. Las magias se intensificaban y cada grupo se fundía en un rayo de luz que se acompasaba con el círculo bajo ellos, el cielo se oscurecía y la solemnidad del momento solo fue rota por la última declaración de Notah. La Sacerdotisa abrió los ojos mientras sus mejillas se coloreaban, y antes de poderles preguntar si era cierto… los rayos salieron hacia el infinito cielo.

El silencio fue sepulcral por un momento, hasta que Tenma habló – Creo… que ya podemos volver a casa. Aunque, ¿qué opinan si nos quedamos en la playa por esta noche? Podemos hablar con nuestro agente para que haga los arreglos necesarios para nuestra estadía. Ventajas de ser parte de una banda, ¿verdad? – miró a Ruka y esta se rió asintiendo.

Todo había comenzado en la playa y terminaría allí, con una velada de amigos. No se encontraban todos allí, pero siempre se había dicho que las despedidas eran temporales. Una última noche en esa playa y un nuevo comienzo.

Notas de juego

- FIN -

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15/08/2021, 03:57
Narradora

Zuya escuchó tus palabras y asintió - Está bien. Lo haré por usted, Jaycee-sama - sonrió y se colgó de tu brazo mientras bajaban las escaleras.

Era cierto que ese día estaba acompañado de un extraño sentimiento, pero también era cierto que la reunión era importante, así que había que intentar concentrarse lo más posible.

La sala de reuniones era lo bastante grande como para albergar unas veinte personas. Pudiste notar que todas las sillas estaban marcadas con los nombres de cada asistente, una libreta de apuntes, una carpeta que seguramente contendría reportes y balances, y por último una pluma en caso de querer tomar nota. Todo parecía estar listo para iniciar.

Zuya se comportaba a la altura de su rol, indicándote la silla e incluso corriéndola para que pudieras sentarte. Tenías el asiento junto a la ventana, lo cual te permitía apreciar el paisaje, y es que el lugar estaba bien pensado de verdad, incluso para su salón de reuniones. Sea cuales fueren las circunstancias en las cuales te hiciste accionista, había sido una buena decisión. La reunión comenzó y todo parecía ir bien, hasta que de repente el cielo afuera se oscureció y una fuerte ventisca azotaba inclemente las ventanas, haciendo que algunos de los papeles volaran por los aires. Todos se pusieron de pie para intentar alcanzarlos, tú incluido, pero algo te detuvo en seco. En la playa pudiste ver tres extraños resplandores: uno dorado, uno blanco y uno verde. Los tres rayos de luz surcaron en cielo un momento, mas tus ojos se desviaron inevitablemente hacia el blanco para luego escuchar una voz dulce en tu cabeza.

Adiós, viejo amigo.

Esa voz te hacía sentir paz por algún motivo desconocido. ¿Quién era? Por más que intentabas recordar, nada venía a ti. ¿Habría sido una ilusión? ¿Los demás lo habían escuchado? Reaccionaste sintiendo a Zuya sacudirte el hombro para entregarte los papeles de vuelta para que pudieras continuar con la reunión. El cielo se aclaró nuevamente y el viento se dispersó. Pudieron ver el ocaso en ese momento justo para luego continuar con la reunión. ¿Qué te esperaría en un futuro? Solamente aquello que labraras para ti. Lo cierto era que ahora Zuya se había sumado a la familia.

Notas de juego

- FIN -