Partida Rol por web

Shiro se encontraba hablando con Mamoru cuando este trató de tomar su mano y ella perdió el equilibrio, reposando sobre Jaycee.

Cuando este le preguntó, enderezó la postura y le miró con rostro triste - Sí... - parecía dudosa en continuar pero sabía que la situación lo apremiaba - La esencia primigenia, Jaycee. Nuestro creador, nuestro padre. Era su poder, lo que quiere decir que esa energía pertenecía a un dragón -.

Entonces, sentiste una malvada esencia cercana, la cual se encontraba cerca a la energía de Mamoru, por lo cual Shiro también pareció alarmarse.

- No puede ser. Debemos salvarlo. Puedo volar y atravesar el muro. Así llegaremos a él - la flauta de Shiro se manifestó en sus manos y comenzó a tocar, mientras su melodía te transportaba a los jardines de tu tierra natal, rememorando los instantes en que miles de los tuyos iban a escuchar su flauta, seguida de las palabras de su padre. La viste sonreírte una vez más y pudiste sentir la marca del dragón en tu mano brillar con fuerza, dándote el poder de conectarte con tu esencia primigenia.

La niebla envolvía a Shiro, mientras su apariencia se volvía feroz y la heterocromía de sus ojos brillaba a través de la espesa niebla. Sus gigantes alas aparecían, dando paso a la figura de la sacerdotisa del templo.

El muro creció entre ustedes, haciendo que te separaras de Shiro, quien te dedicó una última mirada de preocupación antes de perderte de vista.

Te encontrabas completamente solo, perdido entre las angulares formaciones de ese lugar, pero entonces escuchaste un llanto de una chica. Lo seguiste y encontraste una extraña figura, una que no esperabas ver, la de una chica de apariencia extraña que contemplaba ese lugar con curiosidad.

Te miró con los ojos llorosos y sonrió. Parecía esperar lo que le dirías.

No había señales de viento, de nada que no fuera esas paredes, incluso parecían dentro de una burbuja mágica, algo que impedía que los elementos entraran a jugar el papel importante que siempre debían hacer, pero sí escuchaste algo que golpeó contra el suelo no muy lejos de allí.

Yuuko te observó preocupada y cuando comenzó a temblar, aferró tu mano con fuerza para no ser separadas. Entonces, vio cómo parecías tambalearte y te aferró de los hombros - ¿Te encuentras bien? - era la primera vez que parecía expresar una emoción real.

Después de esto, caminaron un poco, tratando de guiar los pasos hacia ese ruido, dando con una figura, la de una chica de cabello castaño, la cual se veía enmarañada y maltratada, malherida y de cuya existencia no habías sabido en días. Se trataba de Hikaru, de alguna manera había llegado allí.

Yuuko se acercó corriendo a ella pero entonces, sentiste un mareo mucho más fuerte. Un calor recorrió tu cuerpo, haciendo que una imagen se clavara en tu mente, aquel extraño símbolo que ahora alumbraba en tu frente. Pero antes de poder decir algo, caíste inconsciente, viendo en el momento antes, la figura del presidente Kenta diciendo - Siento esto -.

Tras la terrible escena en ese lugar y la extraña obsesión de esa Reina por tu alma, te despiertas en un lugar desconocido, suelo y paredes de piedra que te asemejaba un poco al reino oscuro aquel del que creías que habías escapado, aunque viste una figura que recordabas pero que parecía distante de tanto tiempo en cautiverio, aunque no sabías exactamente cuánto tiempo había pasado. Se trataba de Yuuko, la presidenta del comité disciplinario, quien te cargaba entre sus brazos y parecía mirar atrás buscando a alguien.

Veías que sus labios se movían, diciendo un nombre, pero no comprendías sus palabras, tus sentidos aún no se recobraban. No te percataste de lo débil que te sentías hasta que trataste de moverte. Entonces, Yuuko pareció notarlo y tus sentidos parecían normalizarse. Al mirar a tu alrededor, pudiste notar que se trataba de un laberinto en donde se encontraban, pues aunque no veías mucho, los caminos parecían partirse de maneras que no podías comprender.

- ¿Puedes escucharme? ¿Misaki-san? ¿Cómo te sientes? -.

Comenzaste a caminar, tratando de conectar tu energía con la de Shiro, pero ese lugar parecía ser una gran interferencia y Arjimae tampoco se manifestaba. Comenzabas a perder la paciencia pero entonces, un gran remolino de agua se formaba frente a ti, formando una inocente figura frente a ti, la cual parecía surgir del suelo, de las paredes, del aire, de cualquier parte. Pudiste sentir una fuente oscura ser su creadora y entonces viste que tomaba la forma de una inocente chica cuyo cabello parecía agua fresca mientras ella danzaba con el remolino que la había conformado, mostrando su armonía con el agua.

Las dos avanzaron siguiendo el consejo de Shiro, pero no parecían encontrar nada más que paredes y paredes en ese lugar, caminos inconexos, la extraña sensación de estar perdido. A pesar de ello, Reimu mostraba seguridad y siguió avanzando, pero algo llamó la atención de las dos chicas, una respiración extraña y un rugido que reconocían.

Uno de esos zorros infernales que habían aparecido por la chica de cabello azul en el fatídico día del gimnasio donde todo había comenzado se abalanzó sobre Shiro, quien no pudo reaccionar lo suficientemente rápido para detenerlo y cayó al suelo. No le hizo daño pero la tenía acorralada y parecía hambriento.

Misaki parecía poco a poco recobrar sus sentidos, poco a poco empezaba a situarse.

- Yuuko-san, ¿dónde? ¿cómo? - las palabras brotaban aun sin sentido de su boca - ¿Edwin? ¿Chidori? - demasiadas cosas quería preguntar de repente, parecía alterarse y eso hacia que todo lo que quisiera decir se convirtieran en balbuceos sin sentido. Consciente de ello intentaba tranquilizarse, pero todo lo sucedido... todo lo vivido le turbaba.

¿Cuanto tiempo habia pasado desde que se formara el laberinto? Mamoru no tenia la menor idea, para el se habian sentido como varias horas, tanto que se quedo en un estado de letargo, como si hubiera dormitado estando sentado y apoyado en la pared que lo separaba de sus compañeros Shiro y Jaycee. En ese estado no podia dejar de pensar en la ultima mirada que Shiro le diriguio antes de que se separan ¿que era lo que significaba? ¿estaria preocupada o algo mas?.

No podia saberlo, no mientras estuviera ahí sentado sin hacer nada.

-Esto es ridiculo, no voy a resolver nada estado aqui parado.-Mamoru se volteo hacia la pared y le dijo-Shiro, Jaycee, voy a buscar un modo de llegar a ustedes, no se muevan.

Dicho esto se puso de pie rapidamente y empezo a caminar atravez del intrincado laberinto, por sus pasillos enredados y caminos sin salida, todo esto era nuevo para el, bueno, en parte. Vino a su mente aquella vez que sus primos lo encerraron en una casa abandonada y que se iba a demoler proximamente, aquella horrible sensación de desesperación, soledad  y perdida, era exactamente similar, solo que aqui el lugar a recorrer era mucho mayor.

Sin perder la paciencia y/o la esperanza Mamoru siguio caminando esperando bordear el laberinto y llegar hacia donde creia que estaban Jaycee y Shiro pero solo llegaba a mas difurcaciones y caminos sin salida, trato de volver por sus pasos pero acabo aún mas perdido que antes al no reconocer ninguno de los pasillos por donde habia pasado.

Cansado, Mamoru se sento en el suelo a recuperar el aliento, le dolian las piernas tal como si hubiera caminado por muchas horas y para colmo su estomago empezo a rugir como un animal hambriento exiguiendole comida, tenia hambre. Iba a echarse una cabezada para recuperar algo de fuerza cuando de pronto escucho un susurro, se puso de pie rapidamente y paro oreja, ese susurro era debil, rapidamente camino por un par de pasillos tratando de afinar sus oidos, conforme caminaba podia oirlo mas fuerte hasta que pudo definir algo: era una chica y estaba llorando.

Guiado por el sonido Mamoru camino rapido y con mucha prisa, como si casi corriera, esperaba haber llegado con Shiro y que Jaycee estuviera con ella tratando de consolarla. Su semi-frenetico recorrido lo llevo a otro camino sin salida, pero este tenia algo que dejo a Mamoru sorprendido: la que lloraba era una chica muy extraña, era muy bonita pero su apariencia singular tanto en caracteristicas como vestuario lo dejaron sin palabra.

Ella al notarlo dejo de llorar y lo miraba con una sonrisa, como si esperaba algo de el. Mamoru se acerco a ella y le hablo timidamente:

-Oye ¿tu tambien te perdiste? ¿estas bien?

No sabia que iba a pasar ahora, pero por lo menos ya no estaba solo, era algo bueno (?).

Estaban perdidas, por mas que seguían las paredes el lugar no cambiaban, mostraba la fortaleza que tenia en su cuerpo intentando alejar la imagen de la asustadiza Reimu que había perdido un poco el control en la ultima ocasión. Ademas tenia a Shiro a su lado, tenían que estar juntas, apoyarse entre ellas para salir de aquel lugar, luego ya se reirían si podían de la situación. -Tiene que ser un laberinto, si no no daríamos tantas vueltas tontas. Seguro que encontramos la salida enseguida. Comento Reimu, aunque no tardaron en encontrar un problema mayor al de unas paredes.

Casi no pudo reaccionar al ver el zorro abalanzarse contra Shiro, una vez mas se repetía la misma escena, la misma impotencia. No tenia fuerza, no usaba armas, no tenia conocimientos de autodefensa. Su primera reacción fue darse la vuelta para salir corriendo por el pasillo, mientras estuviera ocupado con Shiro no la atacaría. Pero se negó a hacer aquel acto tan cobarde. Soltó el bolso de gominolas y se coloco detrás del zorro. A modo de mordaza puso la bolsa en sus dientes y tiro de las correas desde atrás, intentando inmovilizarlo como pudo, con un pie en su lomo para que se estuviera quieto. -Deja a Shiro!

Con la mano apoyada en la pared izquierda continuó caminando. No podía conectar con Shiro y eso le ponía nerviosa, entonces se detuvo en seco. Frunció los labios, una energía oscura... Miró a aquella chica de agua, con el ceño fruncido -¿quién eres? - preguntó a aquel ser. 

Al escuchar ese único sonido en medio de esas paredes laberínticas sintió un temblor que provocó susto en Yuuko y Katherine intentó sonreírle para aliviarla. Logró esbozar una mueca débil, pero eso no ayudó en mucho para la situación.

-We are fine, calm down . Let is find that sound.

No se dio cuenta que le habló en inglés, pero aún así trató de guiarse con su compañera a ese ruido y cuando miró a su compañera desaparecida Hikaru, una especie de alegría y alivio la embargó. Notó sus heridas para luego preocuparse por ella y apenas iba a dirigirse hacia ella tras Yuuko cuando volvió a marearse. Intentó averiguar si estaba temblando de nuevo, pero ese malestar fue agravándose al punto que sintió cómo la temperatura corporal aumentaba y pensó de nuevo en ese símbolo. <<What is happening to me?>>, percibió algo en su frente y apenas iba a tocárselo con su mano libre, porque en la otra llevaba el arco, cuando sus piernas flaquearon y su mente se nubló.

Su cuerpo caía débil ante la inconsciencia y como en cámara lenta, vio al presidente Kenta expresando pesar y movió sus labios en un intento de hablar, pero sólo fue un leve susurro que se interrumpió cuando cayó al suelo y su conciencia divagó en lo más profundo de su existencia.

-Why...?

Un dragón, y una energía maligna acercándose a Mamoru, me lamenté por no haber estado más cerca de él, pero no podía desanimarme, aun estábamos a tiempo de llegar hasta él.

Cerré los ojos concentrándome en el cambio, sintiéndolo. Mi mano se movió sola, de una forma automática hasta aferrarse a la llave de mi madre. Solo sentía la llave, la llave y una especie de energía, como si la sangre me hirviera, como si quisiera escapar de mi ser pero solo encontrara una ruta desde las extremidades hasta el corazón...
Una explosión se produjo en el centro de mi ser, cambiándome, seguía siendo yo, pero ya no lo era.
Abrí los ojos de golpe y miré a Shiro... No a Shiro no, a Healing me recordé.

-Estoy listo, vamos.- Dije preparado para seguirla.

Salvaríamos a nuestro compañero, y con un poco de suerte encontraríamos al otro dragon, no le podíamos perder la pista. Estaba convencido.

La chica pareció alarmarse cuando mencionaste los nombres de Chidori y Edwin pero trató de mantener la compostura.

- ¿Sabes algo de su paradero? Todos han estado perdidos por semanas, creímos que estaban muertos - la chica parecía revisar tus heridas para ver la gravedad pero al verte tan falta de aliento, solo dice - Creo que es mejor que esperemos mientras te repones un poco. Debes contarme qué sucedió -.

Hikaru suspira

- Cuando nos atacaron en clase, alguien nos secuestró y despertamos en unas jaulas con la profesora* - cierra los ojos - Chidori fue la primera en desaparecer, habia una reina y unos secuaces... torturaron a Edwin, me pidieron mi alma para salvar a Edwin... pero... me torturaron, perdí el sentido... y ya no recuerdo nada más... ¿dónde está Sombra?

La chica pareció observarte mientras jugueteaba con la esfera de agua que había entre sus manos. Te miró y sonrió - Servidora de mi reina. Tu alma debo llevar para fortalecerla - sabías que se disponía a atacarte, podías sentir su energía crepitando, ansiosa por batalla mientras te miraba fijamente. 

La chica se levantó y pudiste ver que tenía un látigo entre sus manos, era de estatura media pero te miraba con deseo, como si realmente quisiera algo de ti. Se relame los labios y dice - Que alma tan deliciosa. ¿Me dejas probarla? - y entonces, agita su látigo contra el suelo, dispuesta a atacarte con él, o al menos eso creías.

El zorro se abalanzó sobre Shiro con rapidez y Reimu trató de liberar a su compañera pero aunque pudo colocar la bolsa en la boca del zorro, este no cedió. Le quitó la bolsa a Reimu y se disponía a morderla, aunque falló. Reimu pudo retirarse con rapidez y alejarse unos tres pasos del zorro, quien ahora tenía toda su atención centrada en Reimu.

Shiro estaba libre pero el zorro estaba en posición de caza, dispuesto a atacar a la chica de cabello verde que había intervenido con su cena.

Healing Dragon extendió sus alas y se enfocó en la energía de Mamoru para dar con él, cosa que en ese momento no lograste. Tal vez aún no te ajustabas completamente a tu transformación, ya que la habías usado solo una vez en la anterior batalla, así que era natural.

Te tomó de la mano y te elevó por los cielos - Las guerreras mágicas pueden estar cerca. Debemos evitar toparnos con ellas - dijo más para sí misma que realmente a ti. Entonces, aterrizaron detrás de una joven que amenazaba con un látigo a Mamoru. La energía de esa chica era siniestra, podías sentirla.

Escuchaste un fuerte aleteo encima de tu cabeza, aunque el látigo de la chica era lo que más te preocupaba en ese momento. Viste cómo dos figuras aladas aterrizaban detrás de la joven, una figura femenina de cabello blanco con una imponente armadura, acompañada de un humanoide masculino de grandes alas y ojos atrayentes. Estos seres parecían querer hacerle frente a esa joven, la cual se voltea hacia ellos.

La humanoide de cabello blanco saca una flauta y la pone entre sus labios pero antes de comenzar a tocar, dice - Aléjate de él - algo parecía estar pos suceder mientras la joven de las dos coletas se gira.

- Dos guerreros de Hardak... Interesante - se relamió los labios - Que así sea. Sus almas serán más valiosas que la de este chico -.