Partida Rol por web

Blancanieves y sus pupilos

Capítulo III: Cinco por la plata, Seis por el oro

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21/09/2019, 15:31
Narración

Hiciste memoria, tratando de invocar los recuerdos de vidas pasadas, antiguas, tratando de sondear millares de experiencias y entonces, la fortuna te sonríe, o quizás los nervios te ayudasen.

* * *

-¡Un basilisco! ¡No dijiste que estaba guardado por un basilisco!- dijiste al observar la forma enorme de una criatura mitad serpiente, mitad ave monstruosa, a través del espejo por debajo de la pesada puerta de madera.

-Dos, de hecho- respondió la Pooka con forma de un gato blanco de pelaje esponjoso y peludo. ¿Cuál era su nombre? A... Anna... Annabelle... ¡Arabella! Era increíblemente bien parecida y casi una copia de Deanna, salvo por el hecho de que sus ojos no eran de diferentes colores. Recordabas sentir un respeto reverencial por ella. No recordabas bien el por qué.

-Nunca dijiste que habría dos basiliscos. ¿Cómo se supone que vamos a robar el rubí sin poder abrir los ojos?- tu voz estaba llena de inseguridad y miedo en esa vida.

-Oh, claro, porque los basiliscos te matan con la mirada y no es como si eso fuera un muy extendido mito para ocultar la verdad, que inyectan su veneno mirándote cuando ellos quieren- dijogirando los ojos impaciente. -¿Recuerdas lo que te pedí que robas y que hicieras?- te preguntó.

-¿Qué tiene que ver con esto?- preguntaste alarmado, pero su mirada te empujó a sacar un gramófono de mediano tamaño de tu maleta. -Todavía tengo sabor a plumas. A decir verdad, a veces creo que has perdido la cabeza. ¿Para qué quieres justo ahora la grabación de un gallo cantando?-

-¿Trajiste lo otro?- te preguntó mientras se pone unos guantes negros, lo que te indica que está lista para hacer su magia. La más hábil ladrona del Reino de las Manzanas.

-Un espejo- respondiste.

-Escucha con atención, te lo voy a decir muy claramente- te dijo Arabella, con seriedad. Sabías que cuando iniciaba una frase así, suprimía su impulso Pooka. -Los basiliscos odian el canto de los gallos. Es como escuchar uñas rasguñando una pizarra o algo así. Vas a entrar sosteniendo el fonógrafo y a distraerlos. Y si intentan envenenarte con su mirada, usa el espejo. Es la manera más fácil de acabar con ellos. Pero si no puedes, sólo mantenlos ocupados unos minutos. ¿Lo has entendido?- te dice y tú la miras con los ojos bien abiertos.

-Pero... ¡me van a matar!- protestaste, muy cerca a orinarte en los pantalones.

-Suerte que eres un Cluricháun- dijo tu mentora mientras abría la puerta de repente, y te empujaba, estando tú aún pasmado. -Ah. Y si puedes sacarle un poco de sangre, mejor. Se vende a buen precio. Sirve para fabricar oro- añadió con una sonrisa, sin que supieses si era verdad o alguna de sus cosas de Pooka. No pudiste pensarlo demasiado, un siseo amenazante revela que estás en aquella habitación con dos agresivos basiliscos y el ruido de la puerta cerrándote detrás de ti te indicó que tenías que correr.

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22/09/2019, 21:48
Errol Nelson

La verdad es que después de hacer mi oferta tenía bastante claro que el basilisco no iba a aceptar, pero necesitaba ganar tiempo. Aunque claro, existía la posibilidad de que el bicho fuera lo suficiente fan de Marvel como para que la mención al Ojo de Agamotto hiciese que le cayésemos en gracia y aquello se zanjase con unas risas. No tenía mucha fe en que eso sucediera... Pero era una posibilidad al fin y al cabo. Después de todo, cosas así pasaban continuamente en televisión.

Sin embargo, cuando Neakail empezó a jurar sin esperar la respuesta de la criatura, ya tuve claro que daba igual lo mucho que al basilisco le gustase el Doctor Strange: me iba a tocar sumarme. Salvo que otros se echasen atrás, claro. En ese caso quizá me podía librar. Vi que la gótica rara también juraba, y puse mi fe en el sátiro... Y luego en la pooka... Y... Vale, lo de poner la fe en otros no iba a salir tampoco bien del todo.

Mientras ellos hablaban y hablaban analicé pros y contras. La lista era corta. Pro de jurar: vivir unos días más. Contras: morir pronto, cuando no trajésemos eso a tiempo o el basilisco se saltase el contrato. Y había otro contra más. Si le traíamos la égida, nos quedábamos sin ella.

Suspiré. Tenía que haber otra salida. Tenía que haberla. No quería jurar aquello, y no quería hacerlo por un lado porque pasaba de atarme a un bicho como aquel, y por otro porque era lo que Neakail mandaba. Hice memoria... Y pronto una idea empezó a gestarse en mi cabecita de tío listo. ¿Era arriesgada? Sí. Pero ¿qué era lo peor que podía pasar? La muerte estaba echada.

—Venga, vale, yo también juro —dije asintiendo, como si aceptase—. Aunque bueno, como soy un gran recuperador de cosas, también puedo intentar... —enuncié como si pensase en voz alta.

Entonces tragué saliva y me froté las manos. Empezaba la parte complicada. Sentía el sudor frío en la frente. Era consciente de que esto podía acabar muy mal. De que era probable que lo hiciera. Pero si salía bien... Si salía bien iba a coronarme como el nuevo rey del inframundo, por lo menos. Además, como decía el mejor personaje de la película de Aladdin, problemas desesperados requieren medidas desesperadas.

Tracé el contorno de una puerta con los dedos1, y en ese momento esta apareció a mi lado. La abrí sólo un poco, lo justo para meter la mano y tantear algo al otro lado.

—Espere, señor Mordraugh. Puede que alcance la égida justo... —Sabía que no podía dejar aquello así. Sabía muy bien que iba a tener que enfadarlo si pretendía que aquello funcionase. Dejé que mi rostro se mostrase menos solícito en cuanto agarré lo que buscaba y lo miré cerca de los ojos—. Está bien, no es la égida. Ni tampoco la buscaba. Pero creo que he encontrado un gallo dispuesto a cantar sobre tu puta madre justo...

Y entonces desaparecí2, tal y como había hecho un minuto antes, apareciendo justo a la espalda del basilisco y poniendo delante de mí lo que había cogido un realidad: un espejo traído directamente del mejor lugar del mundo.

—... Aquí —completé, esperando que me mirase. En ese punto, ya, que sucediese lo que tuviera que ser. Aquello ya había funcionado una vez... ¿O no?

- Tiradas (1)

Notas de juego

1: Uso el nivel 3 de viaje a través de Desatar.

2: Vuelvo a usar En un abrir y cerrar de ojos.

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23/09/2019, 15:43
Errol Nelson

La verdad es que después de hacer mi oferta tenía bastante claro que el basilisco no iba a aceptar, pero necesitaba ganar tiempo. Aunque claro, existía la posibilidad de que el bicho fuera lo suficiente fan de Marvel como para que la mención al Ojo de Agamotto hiciese que le cayésemos en gracia y aquello se zanjase con unas risas. No tenía mucha fe en que eso sucediera... Pero era una posibilidad al fin y al cabo. Después de todo, cosas así pasaban continuamente en televisión.

Sin embargo, cuando Neakail empezó a jurar sin esperar la respuesta de la criatura, ya tuve claro que daba igual lo mucho que al basilisco le gustase el Doctor Strange: me iba a tocar sumarme. Salvo que otros se echasen atrás, claro. En ese caso quizá me podía librar. Vi que la gótica rara también juraba, y puse mi fe en el sátiro... Y luego en la pooka... Y... Vale, lo de poner la fe en otros no iba a salir tampoco bien del todo.

Mientras ellos hablaban y hablaban analicé pros y contras. La lista era corta. Pro de jurar: vivir unos días más. Contras: morir pronto, cuando no trajésemos eso a tiempo o el basilisco se saltase el contrato. Y había otro contra más. Si le traíamos la égida, nos quedábamos sin ella.

Suspiré. Tenía que haber otra salida. Tenía que haberla. No quería jurar aquello, y no quería hacerlo por un lado porque pasaba de atarme a un bicho como aquel, y por otro porque era lo que Neakail mandaba. Hice memoria... Y pronto una idea empezó a gestarse en mi cabecita de tío listo. ¿Era arriesgada? Sí. Pero ¿qué era lo peor que podía pasar? La muerte estaba echada.

—Venga, vale, yo también juro —dije asintiendo, como si aceptase—. Aunque bueno, como soy un gran recuperador de cosas, también puedo intentar... —enuncié como si pensase en voz alta.

Entonces tragué saliva y me froté las manos. Empezaba la parte complicada. Sentía el sudor frío en la frente. Era consciente de que esto podía acabar muy mal. De que era probable que lo hiciera. Pero si salía bien... Si salía bien iba a coronarme como el nuevo rey del inframundo, por lo menos. Además, como decía el mejor personaje de la película de Aladdin, problemas desesperados requieren medidas desesperadas.

Tracé el contorno de una puerta con los dedosmientras susurraba unas palabras muy, muy bajito —Hazme alcanzar mi tocador— y en ese momento esta apareció a mi lado. La abrí sólo un poco, lo justo para meter la mano y tantear algo al otro lado.

—Espere, señor Mordraugh. Puede que alcance la égida justo... —Sabía que no podía dejar aquello así. Sabía muy bien que iba a tener que enfadarlo si pretendía que aquello funcionase. Dejé que mi rostro se mostrase menos solícito en cuanto agarré lo que buscaba y lo miré cerca de los ojos—. Está bien, no es la égida. Ni tampoco la buscaba. Pero creo que he encontrado un gallo dispuesto a cantar sobre tu puta madre justo...

Y entonces desaparecí2, tal y como había hecho un minuto antes, apareciendo justo a la espalda del basilisco y poniendo delante de mí lo que había cogido un realidad: un espejo traído directamente del mejor lugar del mundo.

—... Aquí —completé, esperando que me mirase. En ese punto, ya, que sucediese lo que tuviera que ser. Aquello ya había funcionado una vez... ¿O no?

- Tiradas (1)
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23/09/2019, 18:32
Basilisco
Sólo para el director
- Tiradas (1)

Notas de juego

Glamour para 1+2 heridas. (6 para el Basilisco).

El basilisco queda a -5.

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25/09/2019, 05:37
Narración

El basilisco ignoró en primera instancia a Errol, y cuando Neakail y los demás se dispusieron a jurar, la criatura escuchó con un silencio casi digno. Sus ojos eran rojos y cuando Neakail los encuentra, al principio siente una mezcla de temor y náuseas. Pero no sucede nada, continúa recitando y la enorme serpiente emplumada estaba allí, como una estatua gigante, juzgándole. Todo iba bien, cada cuál recitaba su juramento ante la mirada atenta de la criatura, quien guardaba silencio.

Es entonces cuando Errol irrumpe. Su acto casi no llama la atención más que hasta el finalcuando entre harto y violento, la enorme serpiente se gira. -Ssssilencio- dice, pero el último insulto cala y al tiempo que vuestro compañero murmura algo por lo bajo, las alas de aquella criatura se abren amenazadoramente. El Ensueño vibra con fuerza y un olor fuerte a whisky y césped inunda el lugar. Un olor a caos y a calidez que junto con la reacción a vuestro alrededor os dicen que el Clurichaun está desatando alguna de sus artes, en lo que parecería una movida increíblemente astuta... o increíblemente estúpida.

El brillo del rostro del basilisco aumenta, y en un instante Errol logra producir un espejo que mueve justo y a tiempo para cubrir su rostro. Si hubiese tardado una milésima más habría sido muy tarde para el pelirrojo. Todos véis un destello rojo que llena la oscuridad de aquel pasadizo durante un instante y escucháis un chillido que retumba en todo el túnel mientras Mordraugh se agita con gran violencia, en fuertes espasmos que hacen temblar hasta las rocas mismas bajo vuestros pies

-Traidoresssss... me habéisssss engañadooo... malditossss Kithaiiiiin... ossss maldigoooo...- dice con voz forzada, cargada de agonía, mientras se mueve violentamente, y su forma se hace nebulosa, como una mancha difusa. La fuerza de su cuerpo todavía se siente a vuestro alrededor y fácilmente su enorme dimensión podría todavía aplastaros en un instante. No parece que el juramento vaya a terminar, mientras los gritos siseantes de la criatura, que ya no emite fulgor rojizo alguno, os llenan los oídos, con una mezcla de terror y sorpresa.

- Tiradas (6)

Notas de juego

Orden de Iniciativa:

Deanna
Kyran
Leonore
Basilisco
Errol
Neakail

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27/09/2019, 04:45
Kyran Ó Conaill

La mirada del sátiro se dirigió hacia Errol con el ceño ligeramente fruncido. Podía reconocer a un liante a la legua, al fin y al cabo se había relacionado con ellos toda la vida. Incluso había quien diría que el mismo Kyran era un liante. O lo había sido, cuando tenía la edad del muchacho, según a quien se le preguntase. 

Abrió los ojos con sorpresa al ver aparecer el espejo y escuchar el chillido de la criatura después. El pelirrojo, además de un liante, había resultado ser un temerario y cualquier posibilidad de cerrar aquel juramento se acababa de esfumar ante sus ojos en un suspiro. Tampoco es que Kyran lo lamentase, lo mirasen como lo mirasen el juramento era un suicidio. 

Aquel bicho le daba escalofríos, pero no había tiempo para pensar o para dudar. Era el momento de actuar. Así que se agachó para recoger su arco y la flecha que había dejado caer. Se giró apuntando hacia donde le parecía que estaba el basilisco y apuntó, preparándose para disparar. 

Notas de juego

No me dan los dados para hacerlo en este turno, así que me preparo para el siguiente.

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27/09/2019, 21:51
Leonore Walsh

No sé qué había hecho el pelirrojo, pero no le había gustado mucho al señor dragón. Las cosas se ponen feas, hasta yo lo intuyo. Todo iba bien cuando tratábamos de ser amigos del dragón y ayudarle, pero al señor pelirrojo no le ha parecido bien que no le dieran nada y ha hecho algo que al dragón no le ha gustado.

¿Será que al dragón no le gustan las cosas que brillan?

Me doy prisa mientras el dragón nos maldice de tratar de avanzar hacia donde creía que había ido mi fuego fatuo. Al fin y al cabo habíamos venido para ello. Corro tanto como puedo en esa dirección. Se suponía que venir al Ensueño iba a ser divertido, que íbamos a conocer a muchas quimeras y ser amigos. Yo no esperaba que una acabara enfadándose y que nos tirara aquel túnel abajo o a saber. Era tan grande que lo veía capaz de eso y más. Todo por no querer compartir su tesoro… Y porque el pelirrojo le exigía hacerlo.

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28/09/2019, 16:52
Narración

Deanna se hizo detrás de Kyran, casi que cubriéndose con su cuerpo, mientras decía, más para ella que para el resto. -No me da miedo, nada de nada- sin atreverse a obrar, mientras el sátiro intentaba nerviosamente alistar su arco. Leonore desapareció corriendo hacia el otro lado del túnel sin detenerse a mirar atrás. La serpiente alada se retorcía, mientras su cuerpo se agitaba y golpeaba las paredes secamente.

La criatura siseó -Moriréeeeeissssss- dice, y empezó a moverse con inusual rapidez por el camino que habíais venido, arrastrándose y serpenteando, alejándose prontamente en la oscuridad, podéis escuchar sus gritos y maldiciones, podéis escuchar su furia, y la vitalidad que le resta mientras todos sus músculos la empujan hacia adelante y su cuerpo. No parece estar concentrándose en nadie, ni siquiera en Errol. Los ecos de su desplazamiento parecen horribles rasguños sobre la piedra fría y rugosa de las paredes de aquel pasadizo.

Hay movimiento a vuestro alrededor al mismo tiempo. Pequeñas quimeras comienzan a salir de entre las grietas y las muescas en las rocas, moviéndose intranquilas y alejándose del sitio, y algunas cuantas observan curiosas la escena. No las podéis ver con precisión pero sabéis que están allí, pues impregnan todo el lugar de glamour y ocasionalmente alguna roza vuestros pies en su errático movimiento.

- Tiradas (1)

Notas de juego

El basilisco está a 2 éxitos en una tirada de correr (Destreza+Atletismo dif 6) para Errol, y 4  para todos los demás.

Debido a sus movimientos, atacarla cuerpo a cuerpo requiere una tirada de Des+Atletismo para evitar perder el equilibrio. La dificultad es 8, +2 por estar en la oscuridad.

La misma penalización de +2 a la dificultad aplica a cualquier tirada de ataque (que no de daño).

 

Turno de: Errol, Neakail y luego Deanna, Kyran y Leonore pueden tomar su turno.

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29/09/2019, 16:30
Errol Nelson

Me puse a jadear de la emoción, ni siquiera por cansancio, al ver que lo del espejo había funcionado. No me pasaba a menudo lo de hiperventilar de la alegría, pero seguir vivo después de aquello, bueno... Era algo como para celebrar. La verdad es que ya me lo imaginaba: el basilisco cayendo a plomo, una nube de polvo levantándose, y yo posando como un héroe cuando esta se rebajase. Al final todo había salido bien.

O no. No tardé en darme cuenta de que las cosas no iban a ser tan sencillas. Tardé, básicamente, lo mismo que tardó el basilisco en hablar. Joder, no se había muerto con eso. Joder, joder, joder. Eso sí podía ser un problema. A ver, que nos maldijese... Lo entendía. Y que nos odiase un poco también. Bueno, siendo sincero, entendía incluso que nos quisiera matar. O a mí, al menos. Y eso no me gustaba nada. Así que al ver que huía supe lo que tenía que tenía sólo dos opciones: huir también, como la bruja gótica, o prepararme para luchar, como el sátiro. Y viendo que seguro que pedía a su madre y a toda su familia basilisquera, lo mejor era lo segundo.

De inmediato llevé una mano al bolsillo, buscando mi daga, y seguí al basilisco con la mirada. Lo seguí con la mirada... Y con mi presencia. Había semanas enteras en que no hacía el truco de aparecerme, y ahora llevaba tres veces seguidas. Y esta, desde luego, iba a sacarle partido. Traté de quedar frente a él, en el lugar justo al que la criatura se dirigía, y me preparé para atacarle en cuanto se acercase. En el último momento, sin embargo, me acobardé un poco. Sólo había que ver cómo se movía para darme cuenta de que iba a arrollarme. Así que en lugar de esperarle decidí lanzarle la daga y rezar por tener suerte. ¿Había un plan mejor? Sí, claro, cualquiera que empezase por entrenar un poco en casa cada día. Pero era demasiado tarde para eso, o para cualquier cosa que no fuese intentar salvar la situación momento a momento.

- Tiradas (4)
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29/09/2019, 20:32
Neakail

Siempre había tenido su propio sentido de la ética. Nunca el más correcto para otros, ni el mas justo... Simplemente era propio. No estaba allí por sentido del deber. Ni siquiera le importaba realmente la niña. Lo que le movía por dentro, lo que se retorcía como una sierpe, era una mera mochila sentimental que le impulsaba a hacer todo lo que estaba haciendo. Por Orsi, por la Baronesa… El temor egoista de defraudarles y que le mirasen con ojos cargados de decepción. No quería que le mirasen así, no ellos.

Ese sentido particular de la ética, era el que justo en ese momento estaba deseando visceralmente la muerte del pelirrojo. Deseo, justo en el momento en que jodía su plan de acabar con todo esto por las buenas, que el basilisco le arrancara la cabeza de cuajo. Que lo reventara de una mirada. Pero no, todo pareció apuntar a que aquella criatura iba a perecer frente a sus ojos… hasta que no lo apreció tanto.

No tuvo mucho tiempo para pensar. Ni en las consecuencias de lo que acababa de pasar y en nada más que no fuera ir a la zaga de lo que habían venido a buscar. Los movimientos erráticos del basilisco hacían que todo temblase y él, con su propio sentido de la ética, simplemente corrió tras Leonore.

¿La prioridad aquí no era la misión? Que cada cual eligiera su propia suerte. Ya había soportado bastante tontería. Ya había tragado demasiado y tratado con gente que le reventaba por dentro. Si salía de esta, daría cuenta de todo lo que había pasado y rodarían cabezas. Se lo habían buscado ¿no?

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29/09/2019, 22:50
Narración

Errol usa sus dones para desvanecerse en la oscuridad nuevamente y aparecer frente al basilisco. Un brillo delata que ha sacado un arma de sus ropas y antes de que pueda decir algo, con un rápido movimiento lanza una daga contra el basilisco. El aire es cortado rápida y brutalmente, y al chocar con el cuerpo del basilisco, se oye un *clang* metálico, un brillo que proviene de la hoja y de las escamas de su piel. El arma había chocado y rebotado, cayendo en algún lugar de la oscuridad en el túnel, sin que la adolorida criatura lo notase o dejase sus lamentos y síseos.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Turnos de: Deanna, Kyran y Leonore.

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30/09/2019, 01:44
Kyran Ó Conaill

Notó que los chiquillos escapaban hacia el interior del túnel e incluso tuvo el impulso de soltar el arco y seguirlos de inmediato. Pero la amenaza del basilisco mientras huía en la dirección contraria había dejado un escalofrío descendiendo desde la nuca de Kyran. Si había aprendido algo en aquella lid era que el pasado siempre volvía para joder el presente. Y si dejaban que el basilisco se fuese en aquel momento, sin duda regresaría para joderles el futuro antes o después. Ya temía a su madre, no quería temer también al hijo.

El sátiro se irguió un poco al notar que Deanna se escondía tras él.

—Tranquila, preciosa —murmuró en su dirección, recuperando su tono de voz grave y vibrante. 

Y tensó el arco para dejar salir la flecha. 

- Tiradas (2)
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30/09/2019, 01:46
Narración

En medio de la oscuridad, el sátiro se paró con firmeza. A pesar de su miedo, a pesar de sus errores, a pesar de que hasta hacía unos minutos había estado bajo la garra de aquel poderoso enemigo, usó todo lo que había en él para disparar una flecha en medio de la oscuridad reinante hacia aquella masa sin forma que se movía violentamente. Sus ojos captaron el destello de la daga de Errol y aquello fue suficiente.

Soltó la flecha y esta rasgó el aire con un silbido profundo, y se estrelló a gran velocidad contra algún punto de la criatura, pues Deanna, Errol y Kyran pudieron escuchar un gemido ahogado, mientras el cuerpo escamoso se quedaba sin fuerzas y caía pesadamente sobre el túnel, sin más, en un golpe grande y sordo que retumbó en medio de las tinieblas. Sólo quedó en su lugar un atronador silencio y el aroma del glamour húmedo y tenebroso que empapaba las paredes de aquel sitio. Todo parecía indicar que habían triunfado... y contra todas las posibilidades, habían derrotado a Mordraugh.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Actualización grande el martes.

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30/09/2019, 14:15
Kyran Ó Conaill

Kyran no se lo podía creer. Escuchó cómo caía la criatura y se quedó quieto, tenso como un resorte, a punto de saltar para salir corriendo o para disparar otra flecha... le costó asimilar que todo había acabado, al menos por el momento. 

El alivio fue aligerando el peso de sus hombros a medida que la idea de que el basilisco estaba kaput del todo iba calando en su mente. Pero con el movimiento de las quimeras que contemplaban curiosas la escena se dio cuenta de que había algo que debía hacer. Los rumores corrían como la espuma en el Ensueño y cuanto más confusos fuesen, mejor. Si, de paso, podía salpicar algo hacia un objetivo mejor que él mismo... bueno, por intentarlo no perdería nada.

JAJAJA —impostó la voz en una carcajada—. ¡Que a todos les quede claro que yo soy el kithain Sir Andreas y he vencido a este basilisco con la única ayuda de mi inseparable amigo Magog! —señaló hacia donde esperaba que estuviese el pelirrojo.

Dicho eso, miró hacia Deanna y cuchicheó.

¿Estás bien?

No quería meter prisa, pero tenían que continuar la búsqueda de Alice. Y Neakail y Leonore se estaban alejando solos.

- Tiradas (1)
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01/10/2019, 01:11
Deanna O'Connor

Deanna se había quedado inmóvil, tras haber intentado prestar juramento y haber presenciado la hazaña imprudente del pelirrojo ¿Imprudente? Vaya, Que al final había sido magnífica, aunque terrorífica. La bestia había amenazado con aplastarla. Con masacrarla. Con hacerla miles y miles de bocaditos pequeños convirtiéndola en comida de quimeras. O en comida para las quimeras de las quimeras. 

Se había quedado paralizada, encogida, tras Kyran, como una maldita princesa en apuros. ¿O más bien como una dama que se dejaba ayudar? Sí, más bien así. Eso sonaba mejor. Como una dama gata que se dejaba ayudar, y que temblaba sólo porque tenía frío. Después de todo, ¿qué era un basilisco que casi la aplastaba? Eso le pasaba constantemente. Y estaba acostumbrada, ¡acostumbradísima! A meterse en aquella clase de lugares oscuros en los que podía acabar cerrando los ojos en alguna esquina para no ver a Arabella nunca más. 

Su corazón palpitaba, deprisa y encogido en un puño, al contemplar cómo el sátiro tensaba su arco, sobreponiéndose al miedo que parecía haberlo dominado anteriormente. Quizá ayudaba un poco su increíble actuación, para nada concordante con la realidad, en el papel de damisela en apuros. Los hombres que se sentían hombres, lo hacían todo más como... Como hombretones asquerosamente atractivos que te hacían, finalmente, sentir que realmente habías sido una maldita damisela en apuros, pensó Deanna, mientras procesaba la pregunta de Kyran, un hombre, bien lo sabía ella, que tras la muerte del basilisco gritaba algo que no terminaba de entender, mientras ella notaba cómo le temblaban los labios, y cómo se le estrangulaba la garganta. 

La pooka no respondió con palabra alguna. Sentía que su papel había sido al final demasiado realista como para acabar sollozando como una niña asustada. Aquello habría sido bordarlo demasiado. Y sin embargo, sentía la necesidad de expresar de alguna manera lo rápido que le latía el corazón, y lo sobrecogida que estaba. De expresar que la había hecho sentir como una maldita princesa. Una princesa con orejas preciosas. 

Así que símplemente tomó su rostro, en un arrebato, apoyando las manos sobre sus mejillas y poniéndose de puntillas. Respirando su olor almizclado durante un breve instante, antes de suspirar y fundirse con su boca, exaltada y aterida. Lo besó. Lo besó con la misma intensidad con la que su instinto de supervivencia le había gritado que se escondiese. Que huyese. Que no jurase. Que olvidase. Y todo a la vez. 

Y se separó de él, cuando el aire se volvió escaso, boqueando y contemplándolo, fijamente, con las mejillas sonrojadas y las pupilas felinas dilatadas- Voy a odiar que me llames cuando todo esto termine...-dijo, antes de separarse, y echar a correr, en la misma dirección en la que se habían alejado Neakail y Leonore. No había muerto. No había jurado. No había perdido ninguna extremidad. Ni siquiera un pedacito de oreja. El olor almizclado de Kyran le aturdía el olfato y el sonido de sus propios pasos retumbaba en sus oídos. Estaba aturdida, y también eufórica. Y le dedicaba un guiño al pelirrojo antes de pasar junto a él. 

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02/10/2019, 01:48
Errol Nelson

No me sorprendió que Neakail huyese. Otro cobarde más. Lo que no iba a reconocer era que me daba un poco de envidia. Quizá fuese lo mejor, después de todo. Al fin y al cabo, mi intento no había salido como había esperado...

Aunque entonces sí llegó una sorpresa. Una sorpresa en forma de flecha, y disparada con bendita precisión.

—¡Sí! —exclamé no al oír al basilisco caer, sino al no oír nada después. El dulce silencio de que el peligro había pasado. Si hubiera podido embotellar ese silencio, me habría bañado en él día sí, día también, el resto de mi vida. Joder, qué bien sabía.

Lo que sí miré fue un poco extrañado al sátiro cuando dijo aquella chorrada. Joder, acabábamos de matar un punto basilisco, qué menos que gritar a los cuatro vientos lo que acabábamos de hacer, que se enterasen todos. Que se enterasen hasta en China. Que nos hicieran nuestro propio capítulo de Grimm, joder.

Entonces fue cuando caí en mi error.

—¡Eso! —coreé tras las palabras del arquero un instante después—. ¡Magog y Sir Andreas, campeones del subsuelo!

¿Estaba acostumbrado a dar nombres falsos? Sí. ¿Estaba acostumbrado a hacerlo cuando hacía algo bien? Ni de coña. Pero tendría que servir. Y entonces se me ocurrió una idea. Sonreí de medio lado al señalar a la pooka.

—Aunque no habríamos logrado nada sin Fawda al-Hamasa. —¿Había querido quedarse sin hacer nada, haciéndome pringar a mí para quedarse el mérito? Pues el mérito para él—. Fawda, gracias por todo, eres la caña.

Después de decir aquello busqué mi daga por el suelo y la volví a guardar. Joder, no podía parar de sonreír. Ni yo terminaba de creerme que hubiera salido bien. Aunque claro, eso no lo iba a demostrar. Para los demás todo estaba controlado, desde el principio.

Caminé hacia los otros, y devolví una media sonrisa al guiño de la chica. Si es que podía enrollarse con el sátiro todo lo que quisiera... Pero ante un héroe como yo era imposible resistirse.

—Bueno, un basilisco menos. Hemos hecho lo mejor —dije, y aquella vez no quería convencerme a mí, lo cual ya era un avance. Dicho aquello fui hacia la puerta que había invocado antes y volví a dejar el espejo en su lugar. En ese momento no pude aguantarme más y les hice un gesto con la cabeza.

—¿Habéis flipado con lo del espejo, eh? —les pregunté, esperando recibir sus felicitaciones, como mínimo—. El muy idiota no se lo vio venir... Hasta que se vio. —Vale, sí, aquel chiste no merecía ni llamarse así, pero era lo que tenía en ese momento. Coño, que intentaba aparentar entereza cuando aún estaba más nervioso que un monaguillo en su primera visita a la sacristía. Me temblaban las piernas y todo.

—Oye —enuncié antes de mirar a Deanna—. Una tía igualita que tú me dijo una vez que la sangre del basilisco valía pasta, que servía para fabricar oro. ¿Sabes si es verdad? Porque a la vuelta podríamos aprovechar. —O no tan a la vuelta, que dividir entre tres es mejor que dividir entre cinco, y los otros no se lo habían ganado ni un poco. Y dividiéramos como dividiéramos, yo me había ganado una parte mayor.

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02/10/2019, 02:23
Errol Nelson
- Tiradas (1)
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02/10/2019, 02:25
Narración

Las palabras de Kyran y Errol rebotaron y generaron toda suerte de reverberaciones, que se perdieron en medio de los ojos invisibles. El Ensueño era un lugar místico y caótico, y ambos tenían la certeza de que sus actos y los nombres que habían dado no iban a quedarse simplemente en meras pantomimas. Sin embargo, ninguno de los dos tenía la menor idea de lo que aquello podría poner en movimiento. Habían salido con vida y con su libertad intacta, por el momento, gracias a la fortuna. ¿Qué otras cosas les esperaba más allá de este nefasto sitio? 

En la oscuridad, quedó revelada tan sólo la silueta de la enorme criatura y una solitaria flecha clavada en su nuca. Inmóvil, como una montaña escamosa, los ecos del túnel parecen todavía cargar sus siseos y las pequeñas quimeras que yacían escondidas se mueven con rapidez de forma aleatoria y excitada. Incluso en este rincón del Ensueño, había un ciclo, un orden natural, y hasta las quimeras se descomponían en glamour que permitía que otras quimeras florecieran. Pero en este lugar, húmedo, oscuro y corrupto, es probable que no encontráseis cosas agradables nacer del cuerpo de Mordraugh.

Los pasos de Neakail y Leonore se escuchaban lejanos, apenas audibles, habiendo tomado distancia entre vosotros y los restos de la corta batalla. El aire parecía algo más soportable, y la oscuridad menos profunda. Pero varias preguntas flotaban en el aire, y algunos interrogantes se quedarían sin las respuestas que aquella serpiente alada se había llevada a su inesperada tumba.

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02/10/2019, 02:38
Narración

Echas en falta algo en tu bolsillo, pero cuando revisas y palpas, no encuentras nada. Mest no está, y si conocías a tu "compañero" (a falta de un mejor adjetivo), habría aprovechado para huir desconfiando de que pudieses ganar el encuentro. El hacia dónde era algo que no podías saber con exactitud, y lo peor del asunto es que se había perdido tu actuación. Ese incrédulo...

Notas de juego

Recuperas 1 punto de FdV por un acto increíblemente egoísta que salió bien por suerte y trastocó el Status Quo. Enhorabuena.

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02/10/2019, 02:41
Narración

Corréis en dirección opuesta. Cada uno se hacía responsable de su vida, y tras algún tiempo, encontráis un destello pequeño y azulado crepitando en la oscuridad. A medida que os acercáis, os queda claro que se trata del fuego fatuo de Leonore, quien descansa a escasos centímetros flotando sobre el piso, esperándoos y bailando de manera inquieta.

A unos escasos metros de él, el fuego reanuda su marcha pero atraviesa la pared a su derecha, sólida como el resto del túnel. Casi al mismo tiempo, escucháis un golpe seco que retumba por todo el lugar, y que trae consigo un siniestro silencio, seguido de extraños ecos que parecen susurros en la oscuridad, o quizás burlas y palabras deformes. Sea como sea, es imposible ver nada o sacar nada en claro.

Las tinieblas se disiparon un poco, un destello azul cerca al suelo llamó vuestra atención, y una voz familiar os recibió, apareciendo de improvisto.