Partida Rol por web

Born Under a Bad Sign [+18]

I - A Hell of a Ride

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24/08/2021, 17:57
Jake Marston

Jake Marston rio con cautela. La risa de un hombre desconfiado. Hacía tiempo que no hablaba con una mujer tanto tiempo. No quería estropearlo tan pronto.

Me ha calado, Miss Deck. Se me dan mal los cuchillos. —dijo dedicando a Miss Deck una mirada amusgada y una sonrisa taimada. Siguió la broma, pero si a ese hombre se le daban mal los cuchillos, a Danna le gustaba el celibato.

Danna observó que lo que parecían marcas de cuchillo en sus antebrazos presentaban trazas irregulares, de cierto grosor. Como fuera, las cicatrices eran aterradoras.

Gracias. Aprecio sus palabras. —dijo cuando la pistolera salió en defensa de su paternidad. Volvió a saludarla con el sombrero, cortés.

Marston escuchó en silencio ese fragmento de historia personal que Danna le regaló al hablarle de su padre y de su hermano. No pareció inmutarse. Tardó un poco en contestar, no sin antes intentar atisbar qué tramaba Madison y el europeo del mostacho.

Deseo que les encuentre, Miss. —dijo al fin, consciente de que no había mucho más que añadir al anhelo de aquella mujer. Le había resultado palpable que había añoranza en sus ojos al mencionar a su padre.

Marston echó una ojeada a Malone mientras este espoleaba a su corcel hasta tomar posiciones en vanguardia, con Lynch y el negro que acompañaba al doctor que conspiraba con su hija sobre Dios sabía qué.

Entonces es su socio. —dijo volcando una mirada cómplice en Danna. —Si me permite el atrevimiento, Miss, diría que es usted muy capaz de llegar a donde ha llegado por sí misma. Aunque comprendo lo que quiere decir. No está mal tener a alguien que te guarde la espaldas… —fue a añadir algo más, pero se lo guardó para sí mismo.

Will. —respondió cuando Danna le preguntó por su hermano. Lo soltó como un disparo a quemarropa. Como si le quemase por dentro. —Me espera en Deadwood, eso es. Y conociéndole, seguro que es el centro de atención. —añadió con una sonrisa que destilaba amargura y misterio.

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24/08/2021, 17:58
Dr. Klaus von Heizinger

El doctor Von Heizinger se encorvó con el ceño fruncido mirando de un lado a otro adoptando una mueca confabuladora e intrigante.

Mi joven Madison, ¿crrrees acaso que te estoy dando gato por liebrrre? ¿Hm? Qué dislate…—inquirió el europeo frunciendo su labio inferior sobre su indómito mostacho al tiempo que se fingía ofendido. —Bueno, queda fuerrra de toda duda que no era este el deseado inicio para tan magna amistad, peeeerrrro… Verrrás, si te rrrocías con esta pócima, se rrrevelará tu auténtica naturrraleza interrrior. Puede que te crrrezcan las orejotas. Incluso, que tu narrricilla se alarrrgue y se convierta en el pico de un pájaro carrrpintero. ¡Podrrrían crecerte alas! ¡O que te salgan dientes de conejo! O bien… —El doctor Von Heizinger adoptó entonces un tono susurrante. —…que huelas como una princesita, ¿ja? ¿Pero sabes dónde reside la verdadera magia de este pequeño frasco? En que solo hay una forma de averiguar lo que hace… ¡Jijiji!

El teutón había calibrado que era mejor retar a la imaginación fantástica y soñadora de aquella pequeña criatura que explicarle la composición química de un perfume.

Solemne, Von Heizinger atrapó la manita de Madison entre sus manos enguantadas mientras daba instrucciones a sus dos caballos –Odín y Loki- para que no se torciesen en su trayectoria.

—¡Ajá! ¡Ha llegado el momento de marrrcar un nuevo hito en nuestrrra sociedad conspirrrradora, pequeña Madison! —dijo muy alegre el doctor. —Un amigo confía en un amigo. Si no hay confianza, no hay amistad. Así pues, asentado en perrrfecta, qué digo, ¡Prrrrístina clarrrridad los térrrminos de nuestrrro contrrrato, yo, Klaus von Heizinger, te prrregunto a ti, Madison…! —el doctor carraspeó entrecerrando su mirada glauca.

—¿Cuál es tu apellido, pequeña?

Una pregunta inocente, hecha por un zorro a una cría de lobo.

—¿Confías en mí?

Sonrisa vulpina. Sonrisa irrechazable.

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24/08/2021, 17:59
Director

De repente, una detonación colma el aire.

Un disparo resuena por el valle.

Notas de juego

Ustedes hablan.

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24/08/2021, 23:08
Darius DeQuinn

Antes de separarse de las prostitutas, Darius había dirigido una sonrisa ladeada a la veterana mientras la escuchaba. Esta mujer había omitido decirle su nombre, pero le daba consejos como si se tratara de una madre.

Por desgracia, señorita, un negro que no se deja avasallar por el hombre blanco no suele pasar desapercibido en estas tierras.

Mientras se dirigía hacia Lynch, escuchó a las mujeres cantar aquella hermosa canción e intuyó que, de algún modo, estaban cantando sobre sí mismas, pero también se sintió identificado. «Quiero comprarme algo de libertad». Él había comprado su libertad décadas atrás, unos años antes de que la 13ª enmienda fuera aprobada; pero no la había comprado con dinero, sino con sangre y cólera.

«Ni la esclavitud ni la servidumbre involuntaria puede existir en los Estados Unidos». Quizás el papel de la Constitución dijera eso desde el final de la guerra, pero Darius sabía que las formas de esclavitud eran todavía diversas y que muchos hijos de puta se resistían a aceptar el cambio. Él no había sido el tipo de hombre que hubiera esperado que las leyes y las fuerzas federales vinieran en su rescate. La libertad había que conquistarla.

*****

Lynch era seco en el trato, mucho más seco que su esputadora boca, eso sin duda. Pero se lo notaba curtido. El tipo de guía que querrías llevar por esos lares.

Bien —dijo Darius al escuchar las explicaciones sobre los indios y su forma de combatir—. Quizás el hombre blanco domine el trueno. Pero yo no soy blanco.

Oh no, él no era blanco y, al igual que esos indios, prefería el combate cuerpo a cuerpo. La cercanía y la intimidad de los combatientes. Ese tipo de combate en el que podías verle las arrugas a tu rival, ver las gotas de sudor cayendo por su piel y sentir el calor que emanaba de su cuerpo antes de hacerlo caer al suelo como un pesado saco de patatas. No sólo cuando de pegar puñetazos se trataba, sino también cuando había que apretar un gatillo. Por eso, su arma de fuego era una escopeta recortada. Un arma manejable, perfecta y demoledora para la cantina y para las distancias cortas de las polvorientas callejuelas. Y para una carga a caballo.

La primera vez que había visto usar una recortada fue a la caballería de la Confederación durante la guerra. Aquellos cabrones disparaban desde su montura con mucha destreza: una mano en las riendas, otra en sus recortadas. Desde que había despojado de su arma a uno de esos desgraciados tras desmontarlo de su caballo de un brutal salto y degollarlo en el suelo, le había tomado cariño a ese tipo de arma. Para las distancias largas ya estaba Von Heizinger. Formaban un buen equipo.

*****

Entonces resonó un disparo. Un solitario disparo como si fuera el solitario aullido de un lobo. Pero los disparos, como los aullidos de los lobos, en raras ocasiones quedan sin respuesta.

El primer instinto de Darius al escuchar el disparo fue mirar a sus alrededores más inmediatos, para ver si, a primera vista, veía algo. No fue el caso. Su segundo instinto fue mirar hacia atrás, a todos los componentes de la comitiva, para asegurarse de que todos estaban ilesos. Parecía ser el caso.

A continuación, agarró con fuerza las riendas de su caballo y le hizo darse vuelta para posicionarse rápidamente entre el carromato de las prostitutas y el del matrimonio escocés. En la vanguardia, Lynch y el otro hombre tenían pinta de saber defenderse muy bien, no lo necesitarían junto a ellos. Del mismo modo parecía protegida la retaguardia con el padre de la niña y el doctor, quien ya le había mostrado sobradamente sus dotes en muchas ocasiones, e incluso seguramente con la mujer de rasgos hispanos, quien no tenía aspecto de ser una simple damisela. Las prostitutas y el matrimonio escocés, en cambio, parecían los puntos débiles de esa comitiva y, por lo demás, los que mayor botín prometían para posibles bandoleros. Por ello, Darius se posicionó entre ambos.

¡Doc! Tenga su rifle preparado —le gritó a Von Heizinger con voz firme.

Escupió la apagada colilla que pendía de sus labios y sacó su recortada con la mano derecha, dejando la mano izquierda firmemente agarrada a las riendas de su caballo.

Ustedes agáchense, señoritas —les conminó a las prostitutas—. Y usted también, señora —le dijo a la mujer del escocés—. En cualquier momento podrían volar las balas por todas partes.

Una vez posicionado entre los dos primeros carromatos y con su arma lista, Darius llevó su mirada a los alrededores por si llegaba a atisbar algo*. Se fijó en los alrededores más próximos con especial atención, por si lograba ver algún movimiento llamativo. Si era cierto lo que había dicho Lynch sobre los indios, ese disparo no anunciaba la presencia de Lakotas, pero Darius no descartaba nada.

- Tiradas (1)

Notas de juego

*Desconozco si caminamos entre vegetación. Deduzco que sí, si estamos en las Black Hills. En tal caso, Darius posa su no muy perceptiva mirada sobre los arbustos y árboles del alrededor. No tiene mirada de lince, así que no se pone a mirar a lo lejos.

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25/08/2021, 08:37
Director

La suave brisa arrastra el eco de la deflagración de la pólvora, llevándoselo hacia ninguna parte en particular, lejos de su punto de origen.

Crees que el disparo provenía de una colina escarpada que queda a la derecha de vuestra visión, una en la que se extiende una pequeña formación boscosa con árboles altos. No puedes asegurarlo pues tu oído no es tan fino y agudo. 

La colina no está demasiado lejos y parece poder remontarse a caballo tomando un desvío del camino que seguís liderados por John Lynch.

Pasan los segundos. No hay más disparos.

Notas de juego

Eres libre de postear de nuevo.

With my blessing.

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25/08/2021, 08:45
Seamus Fletcher

El escocés, un tipo de abundante cabellera pelirroja y un bigote encrespado, no parece un tipo de acción.

Tras escuchar a Darius se dirige a su esposa con evidente nerviosismo.

Holy Cow! Lorraine, cariñou, ya has escuchadou al caballerou. Escóndeche atrás con el pequeñou Marchy al amparou de los archilugious.

La mujer, que parece tener una templanza proverbial, asiente y se refugia en el interior del carromato con el pequeño Marty, su vástago de apenas unos meses.

El escocés no va armado. Tampoco parece ser la clase de hombre que sabe usar un arma.

Oiga, amigou, ¿sabe de dóunde provienen esous disparous? —pregunta a Darius bajándose del carromato y ocultándose tras él mientras se asegura de tener el sombrero -y la cabeza- en su sitio.

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25/08/2021, 13:43
Darius DeQuinn

Aquel varón rubicundo de acento escocés no iba a ser de gran ayuda para enfrentarse al peligro que pudiera estar acechándolos. Eso estaba claro. Después de que este hombre le preguntara si sabía la procedencia de los disparos, Darius levantó la mirada hacia la escarpada colina que tenían a su derecha.

No pondría mi mano en el fuego, pero creo que provienen de esa colina —dijo apuntando a la colina con su barbilla.

Darius no iba a seguir el camino bajo la incertidumbre de si volverían a sonar disparos en cualquier momento o si, incluso, esos disparos podrían estar dirigidos contra ellos. Así pues, arreó a su caballo para dirigirse hacia un desvío que se abría desde el camino que ellos seguían, un desvío que dirigía a la colina. Cuando hubo entrado en el camino, se detuvo y dio vuelta a su caballo:

Señores, quizá uno de ustedes podría venir conmigo. El resto será mejor que se quede, por protección.

Volvió a dar vuelta a su caballo y, todavía con la recortada en su mano derecha, lo arreó camino arriba sin esperar a que alguien lo siguiera, con intención de subir esa colina y ver si encontraba el origen del disparo.

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25/08/2021, 16:05
Maverick Malone

La conversación con el guía, aunque no le dejara muy tranquilo por la cantidad de posibles problemas que podrían tener, al menos si le tranquilizó el hecho de saber que el guía era un hombre preparado y que no subestimaba los posibles riesgos de la zona. Durante un momento estrechó los ojos en dirección a una zona arbolada cerca de la base de las colinas y junto al río. 

El resto parecían confiados y tranquilos manteniendo charlas distendidas entre ellos, en ese momento observó con interés al guía y al negro que estaba hablando con él cuando llegó esperando a que le mirasen y en ese momento les hizo una seña en la dirección en la que hace un momento se había quedado mirando, señalando la zona con el dedo y luego señalando su propio ojo. 

Luego se escuchó un disparó. Maverick estaba ya preparado para algo que pudiera ocurrir desenfundando su rifle y echando marcha atrás hacía la caravana, buscando colocarse entre dos carromatos para estar resguardado de posibles disparos en caso de un ataque. Buscó con la mirada a su compañera, mientras estaba de espaldas al lugar en el que había vislumbrado aquel destello durante un momento y señaló en esa dirección haciendo el gesto entre ellos de que estuviera alerta, aunque el hecho de llevar su lancaster desenfundado ya podría ser suficiente aviso. 

El hombre llamado Darius parecía querer ir a explorar, aunque a Malone le parecía mala idea en ese momento el dividir los pocos efectivos que pudieran tener. - Como quiera, sin embargo no lo veo muy prudente... Creo que lo mejor sería buscar el primer lugar que pudiéramos defender con facilidad y esperar allí... aunque nuestro guía será quien tenga la última palabra - No iba a impedir a nadie hacer nada, aunque desde luego él no correría el riesgo de separarse y menos ante un posible enemigo que no sabían ni donde estaba ni el número de enemigos. Además, pensó echando un vistazo al matrimonio escocés. Tampoco había suficientes miembros hábiles con las armas como para andar perdiendo a dos, contando con que DeQuinn fuera uno de ellos, algo que se podía asumir con facilidad. 

Por ahora, sólo podía estar atento, precavido y resguardado, preparado para cualquier problema y confiando en que el guía fuera tan hábil como parecía. 

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26/08/2021, 08:32
Jake Marston

Madison, quédate aquí. —ordenó Marston al tiempo que clavaba la vista en Von Heizinger. No añadió nada más, pero pareció pender en el aire un implícito quid pro quo, pues el europeo de robusto acento asintió con un rictus serio, alejado de la simpatía que había mostrado hasta entonces. Al dirigir su propio y extravagante carromato, no podía permitirse tomar el desvío que había salvado Darius con su caballo al trote.

¡Jiaaah! —Marston espoleó a su mestizo hasta la cabeza de la caravana e intercambió unas rápidas palabras con Lynch.

¿Puede ser un cazador? —preguntó urgiendo al guía a contestarle.

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26/08/2021, 08:41
John Lynch

El viejo Lynch cargó un salivazo, negó con la cabeza despacio, la vista perdida en la escarpada colina que había comenzado a remontar el brioso Darius y lanzó un escupitajo al suelo mientras su zurda acariciaba el armazón de su rifle.

No lo creo, no, señor. —Lynch señaló al cielo despejado que amparaba su trayecto, sin mirar a Marston. —Los pájaros, Mr. Marston. Ellos reconocen mejor que nosotros el rugido de un rifle. ¿Ve algún pájaro sobrevolándonos? No... No creo que sea un cazador. Quizás un viajero se ha topado con un puma... Condenados demonios felinos... O quizás alguien se ha encontrado con el Diablo... Je. Todos terminamos encontrándonos con él.

Lynch esbozó una sonrisa siniestra y rio por lo bajo acrecentando las tribulaciones de Marston.

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26/08/2021, 08:50
Jake Marston

Marston desvió la mirada del guía, un tipo que evidenciaba que no iba a abandonar su posición al frente de la caravana. Buscó con ella a Darius y ordenó a su mestizo iniciar la persecución tras el negro desenfundando su rifle.

No volvió la vista atrás.

Notas de juego

Aquí separamos a Darius del resto del grupo.

No lo marquéis en vuestros mensajes hasta nueva orden, vaqueros ;-)

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26/08/2021, 09:27
Danna Deck

La conversación con Jake Marston fluía bastante bien, ella alababa las acciones que el hombre desempeñaba con la pequeña Madison, mientras que él se interesaba por la relación que le unía a Malone, determinando que era su socio y que entre ambos se guardaban las espaldas.

La palabra socio se queda bastante corta, pero la aceptaré por simplificar...

Marston comenzaba a explicar cómo se llamaba su hermano, informaciones que la mujer ansiaba tener para utilizarlas en el mejor de los instantes. Iba a preguntar el motivo por el que decía que Will seguramente sería el centro de atención de Deadwood, una frase que determinaba su carácter. Irónicamente era inevitable que Danna pensara sobre una gran verdad, normalmente el hombre que más llamaba la atención en un pueblo era el futuro ahorcado.

Ser el centro de atención implica que eres el mayor de todos los forajidos o el más rico de los mercaderes...

La bonita mujer iba cavilando cuando un disparo sonó, quebrando el silencio de la zona desértica por donde caminaban, praderas que requerían mucha más agua para la estación en la que se encontraban. 

La primera reacción de Danna no se hizo esperar, movió su caballo y se posicionó detrás de un carromato, justo al otro lado de donde se encontraban las colinas. No es que hubiera visto nada específico, pero estaba claro que nadie les iba a atacar desde el llano, siendo las elevaciones montañosas el sitio preferido para los bandidos y, para qué engañarse, las caravanas eran una perita en dulce, normalmente portaban muchas posesiones y pocas estaban bien defendidas. Podían ser carne de cañón, aunque ¿quién en su sano juicio atacaba a la gente que iba hacia Deadwood? Fácil, alguien más jodido que ellos mismos.

Una única detonación... Uno, dos, tres, cuatro.... Muchos segundos de por medio y no hay un segundo disparo. ¿Por qué gasta balas si no ha apuntado a matar?... Nos está avisando o puede que ese tiro ni siquiera sea para nosotros...

La mujer analizaba la situación mientras mantenía el rifle de medio alcance entre las manos, oteando la lejanía, molesta por no poder localizar el foco del conflicto, al menos hasta que Maverick le hizo una señal inequívoca de que había sido mucho más perceptivo que ella misma. Seguro que luego se burlaría por ese hecho, aunque la idea de soportar sus pullas siempre era algo que le incitaba a avivar su propio ingenio. Le agradaba.

Y allí estaba Danna Deck con rifle en mano y subida al caballo oteando el horizonte, a la espera de una nueva señal. Era una mujer calmada cuando de estrategias se trataba. No iría con Darius para acercarse al foco de un problema imaginario. Sin muerto no había contratiempo ni ataque. No era una heroína y solo una persona de las que allí estaban le importaba lo suficiente como para jugarse el tipo. Podía ver caer muerto a cada miembro de la caravana sin derramar una sola lágrima, aunque pobre de ella si Maverick era alcanzado. Le buscó con la mirada, él permanecía en espera, ella haría lo propio.

- Mucho tiempo desde el primer disparo. Señor Lynch, ¿alguna idea? - Ceder la decisión al guía, al fin y al cabo quien mejor conocía el terreno, mientras ella no dejaba de visualizar las colinas y a controlar con paciencia de acero, una posible agresión.

Danna Deck era una mujer fría y calmada. No se dejaba llevar por impulsos y su autocontrol determinaba que, en ocasiones, pudiera ser considerada como una fémina temerosa más que una muchacha que buscaba la mejor oportunidad para no fallar un disparo. Y es que en un mundo de hombres, a veces pasar desapercibido era mejor arma que un puñado de balas.

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26/08/2021, 15:57
Director

Cabalgas raudo serpenteando el sendero que asciende la escarpada colina, atravesando una vegetación que te resulta frondosa hasta un punto engañoso. Desde el camino, no parecía tan tupida, tan impenetrable. Tu caballo jadea con pesadez, maldiciendo su suerte al contar con un jinete tan impetuoso como tú. El terreno presenta trazas pedregosas que, por experiencia propia, sabes que pueden suponer una inoportuna torcedura para el corcel. En estos parajes, perder el caballo es perderse a uno mismo. Otro motivo para que viajes junto a Von Heizinger. El tipo sabe sanar a animales y a hombres por igual. Quizás por eso cuando alguien le pregunta por su nombre de pila responde muy rimbombante: «Mi nombrrre es Doktorrr».

Tras de ti resuena el galopar del mestizo húngaro montado por el hombre que responde al nombre de Jake Marston.

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26/08/2021, 16:09
Jake Marston

Es usted muy osado, amigo. Con esa escopeta tendrá difícil sorprender a alguien. Necesitará artillería. —saluda mientras se toca el ala del sombrero. Porta su rifle de repetición en la diestra, listo para cualquier eventualidad. —Mr. DeQuinn, ¿verdad? Marston. Jake Marston. Tanto gusto. ¿Ha visto algo?

Darius no tiene información suficiente para contestar de una forma satisfactoria esa pregunta, así que prefiere avanzar agradeciendo para sus adentros que este tipo, Marston, se haya prestado a acompañarle.

Juntos, ambos jinetes cabalgan un largo trecho en silencio, vigilantes. Darius nota a su caballo fatigado, así que afloja la marcha. Marston le chifla, llamando su atención instantes antes de que el sendero ascendente se torne impracticable para los caballos. El camino termina en un angosto desfiladero en el que se aprecia una pequeña covacha.

Mr. DeQuinn, desde estos arbustos puede otearse la caravana. Hemos ascendido bastante. Desmontemos. Vayamos a inspeccionar.

Marston baja del caballo con la agilidad de un felino, su rifle dispuesto y la mirada fija al frente, pero con el oído atento a todo lo que sucede a su alrededor. Camina entre los arbustos hacia el desfiladero con paso cauteloso. No habla, no con palabras al menos. Su mirada es lo suficientemente elocuente cuando se vuelca en el negro.

Darius no tarda en comprobar que Marston dirige el cañón de su rifle hacia algo, algo que permanece inmóvil, acurrucado entre las rocas que parecen fortificar un nido de tirador en el desfiladero. Una figura gris, yerta. 

Un cadáver.

Notas de juego

Te dejo esta pieza de Mr. Morricone para que te sirva de inspiración. La usaré en mi siguiente entrada, que será tan pronto como me respondas ^^

Aplaudo su bravura, Mr. DeQuinn.

;-)

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26/08/2021, 16:18
Madison Maddox

Bueno, queda fuerrra de toda duda que no era este el deseado inicio para tan magna amistad, peeeerrrro… Verrrás, si te rrrocías con esta pócima, se rrrevelará tu auténtica naturrraleza interrrior. Puede que te crrrezcan las orejotas. Incluso, que tu narrricilla se alarrrgue y se convierta en el pico de un pájaro carrrpintero. ¡Podrrrían crecerte alas! ¡O que te salgan dientes de conejo! O bien… que huelas como una princesita, ¿ja? ¿Pero sabes dónde reside la verdadera magia de este pequeño frasco? En que solo hay una forma de averiguar lo que hace… ¡Jijiji!

Los ojos de Madison se abrieron llenos de interés ante las afirmaciones de Von Heizinger. ¿Sería verdad? ¿Aquel líquido sería capaz de revelar la verdadera naturaleza de alguien? ¿Era eso posible?  Y ¿qué ocurriría si se lo echaba a sí misma? ¿Cuál era su verdadera naturaleza? Una mezcla de miedo y fascinación pareció adueñarse de la joven mientras aferraba con fuerza el frasco. Desde luego nadie podría negar que Von Heizinger era un magnífico vendedor.

— Así que esto podría mostrarme de qué madera estoy hecha... — musitó más para sí misma que para el doctor. Aquella era una cuestión que había rondado mucho por su cabeza en los últimos tiempos. Ya no era una niña y sabía que no podía dar nada por sentado. En aquella tierra las cosas cambiaban tan rápido como viajaba el sonido de una bala. Su padre había sido un héroe. Un hombre valiente y hábil con la pistola. Y aún así había muerto. Lo cierto es que Charlie Maddox nunca había sido cariñoso con su hija y que su instinto paternal siempre brilló por su ausencia, pero estas eran cosas en las que la joven Maddie no había tenido tiempo de reparar. ¿Podría ella ser tan valiente como su padre? Sintió más que vio las manos de Von Heizinger rodeando las suyas y, como si una fuerza irresistible tirara de ella, alzó los ojos hacia el hombre. 

¿Cuál es tu apellido, pequeña? ¿Confías en mí?

— Maddox. Madison Maddox. — dijo la joven mientras alzaba la barbilla orgullosa. Iba a responder a su nuevo e inesperado amigo cuando una detonación surcó el aire. Madison se soltó de las manos de Von Heizinger y se incorporó sobre los estribos para otear al horizonte a su alrededor e intentar averiguar qué estaba ocurriendo.

Madison, quédate aquí. 

— Pero... — Su réplica murió tan pronto como salió de sus labios. — ...quiero ir contigo. No debemos separarnos. No me dejes sola.—  Al frente de la caravana el compañero del doctor espoleó su caballo y su padre se alejó tras él mientras la alarma se extendía como fuego por las venas de la joven. Los segundos parecían arrastrarse con lentitud insoportable mientras Chester se movía nervioso de un lado a otro junto al carromato, como reflejo a la inquietud de su dueña. No podía perder a su padre. Otra vez no. — Shhhh... Tranquilo, chico. Todo irá bien. susurró Madison más para tranquilizarse a sí misma que a su montura mientras palmeaba cariñosamente el cuello del caballo. 

- Tiradas (1)
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26/08/2021, 17:05
Director

Tu padre y Darius ascienden por un desvío del camino que serpentea por una colina que queda a vuestra derecha. El terreno parece escarpado y tiene una espesa vegetación, hasta el punto de que no tardas más de un minuto en perder de la vista ya no las figuras de los dos jinetes, sino también la polvareda que levantan en su cabalgada, arrastrada por la suave brisa que sopla a esta hora, bordeando el mediodía.

Al disparo que resuena solo le sigue el silencio.

La detonación te ha resultado lejana, pero más propia de un arma corta. Los rifles, las escopetas, emiten otro tipo de sonido. Tiene un oído fino. Se te da bien distinguir esta clase de matices, Madison Maddox.

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26/08/2021, 18:55
Darius DeQuinn
Sólo para el director

Darius emprendió la marcha sin dudarlo, sin saber si alguien lo seguiría o no. No había esperado, sino que se había lanzado rápidamente colina arriba. Pero, al cabo de un rato, notó a sus espaldas la cabalgadura del padre de la niña, lo cual —debía reconocerlo— le alivió. No porque tuviera miedo, sino porque conocía sus propias limitaciones y sería bueno contar con alguna mirada perceptiva en su labor de inspección. Miró con atención al hombre, entrecerrando los ojos.

Efectivamente, Darius DeQuinn es mi nombre. Un gusto, Mr. Marston —dijo asintiendo con la cabeza, pero sin dejar de mirarlo con ligera desconfianza mientras seguían subiendo esos escarpados caminos. La habitual desconfianza de Darius con el hombre blanco. No todos eran iguales, pero se parecían bastante—. ¿Osado? Créame que, para alguien que ha vivido lo que yo he vivido, subir una colina siguiendo el sonido de un disparo no es lo que se podría considerar un acto de osadía. Sólo un acto natural.

Siguieron cabalgando en silencio, hasta que Marston le chifló y lo invitó a desmontar para investigar. Darius descabalgó. Vio la caravana desde la altura. Todo parecía tranquilo allí abajo. Mientras avanzaban despacio, acercándose al desfiladero, Marston le señaló un cadáver.

Darius se aproximó hasta él para inspeccionarlo y comprobar que tuviera una herida de bala: no estaba de más asegurarse que ese hombre había muerto por el disparo que habían escuchado. Se fijó también en la ubicación de la herida, para tratar de adivinar de dónde podía haber venido el disparo. ¿Un disparo a traición por la espalda? ¿Un enfrentamiento cara a cara? Al agacharse junto al cadáver y tras mirarlo detenidamente, le dijo a Marston:

Un solo hombre. Un solo disparo. Y, sin embargo, no estamos solos.

Miró a su alrededor. El disparo, según le parecía, había sonado en esa misma colina, así que el tirador que había matado a aquel hombre no debía andar lejos. Comprobó que el finado estaba en lo que parecía un nido de tirador. Miró a Marston para compartir impresiones con él:

¿Un francotirador? ¿Asaltantes de caminos? ¿Por qué dispararse entre ellos y no a nosotros que estábamos a su vista? —preguntó mientras echaba una ojeada de nuevo a la caravana desde la altura.

Después, se levantó y observó los alrededores, para ver si observaba algún rastro que le permitiera deducir el camino que hubiera podido seguir el posible asesino.

Notas de juego

No hago tirada, por lo que me has dicho de concentrarme en la narración. Pero si debo hacer una de astucia (percepción), me dices y la hago. O la haces tú por mí, si quieres, no me importa :P

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27/08/2021, 20:50
Director

El muerto es un hombre. Uno delgado, más bien bajo y enclenque. Viste un elegante traje gris perla de tres piezas, ahora perdido de sangre y polvo. A juzgar por su cabello revuelto y ensortijado en el que se atisba una incipiente calvicie en la parte posterior de su cráneo, llevaba un sombrero. Uno que ya no está. Habrá volado asustado por el estruendo, como un pajarillo atribulado.

La causa de la muerte es evidente: disparo por la espalda. Un único disparo dirigido a la cabeza desde una corta distancia. Entrada por la nuca, salida por la frente. Dos, tres, quizás cuatro metros. No más. El desfiladero hasta la covacha es tan angosto que no da demasiado margen de maniobra a una asesino para un ataque furtivo.

El suelo en esta zona está sembrado de pequeños guijarros que han expulsado a la vegetación asegurándose de quedar aislados. Esos redondos y lisos bastardos habrán castigado las plantas de los pies del asesino, pero le han cubierto el rastro. ¿Quid pro quo?

Todo lo que rodea el encuentro del difunto con la Parca resulta extraño.

El cadáver yace bocabajo, su rostro besando el polvo gris. Sonríe. ¿Por qué?

Darius queda turbado al comprobar que los ojos del muerto, abiertos de par en par, parecen estar a punto de escapar de sus órbitas. Son unos ojos enormes, de un iris celeste muy claro, casi comparables con los de una rapaz. Ojos de búho.

Hay algo extraño en los brazos del tipo. La posición no es natural. Parecía sostener algo, algo que ahora no tiene. ¡Pero atención! ¡Algo parece sobresalir de su chaqueta!

Un panfleto.

Marston, silencioso y alerta, no parece haberse percatado de este detalle. Aún.

Notas de juego

Let's rol.

Dos tiradas:

1) Una perceptiva. Es difícil, ergo aplicaría un -25% a tu Astucia, pero como estás con Marston, la dejamos a dado limpio con tu puntuación en Astucia. Si la pasas, premio. Si no, no tiene perjuicio. Sin miedo y a ver si hay suerte.

2) La segunda es optativa. ¿Quieres coger el panfleto sin que te vea Marston? Una tirada de Destreza.

Cuanto me des tu respuesta, Marston te replicará ;-)

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27/08/2021, 22:27
Darius DeQuinn
Sólo para el director

Mientras inspeccionaba el cadáver, Darius había guardado un circunspecto silencio. Le llamó la atención la elegancia con que iba ataviado. Pero no, aquello no fue lo único que llamó su atención, ni siquiera lo que más llamó su atención. El hombre había sido muerto a traición, un certero disparo en la nuca. Sin embargo, por la topografía del lugar nada parecía apuntar a que un hombre pudiera haber hecho un ataque sorpresa. ¿Desavenencias entre socios, entre bandoleros?

La cara del fallecido resultó ser otro enigma indescifrable, con aquella sonrisa y aquellos ojos desorbitados. ¿Qué estaba viendo cuando recibió aquel disparo? ¿A ellos avanzar en caravana? Poco probable, aunque no imposible. Más bien parecía que hubiera visto a un fantasma. Y aquella extraña posición de sus brazos… Demonios… El recio Darius debía confesar que aquella visión casi le provocó que se le erizara el vello.

Fue entonces cuando atisbó un panfleto sobresaliendo de la chaqueta del muerto. Casi sin darse tiempo de pestañear, miró de reojo a Marston y, viendo que este todavía no se había percatado del detalle, agarró aquel panfleto rápidamente, pero con disimulo. Todo lo que podía decir de Marston era que se dirigía a Deadwood y que, aparentemente, viajaba con su hija. ¿Por qué fiarse de aquel blanco ni de nadie en esa caravana exceptuando a Von Heizinger? Darius ya tendría tiempo de mirar con detenimiento el panfleto cuando estuviera solo o cuando volviera a la caravana. En casos así, era una bendición que el bueno de su padre le hubiera enseñado a leer.

Cuando, tras ponerse en pie, Darius buscó un posible rastro, se dio cuenta de que aquellos guijarros imposibilitaban esa labor. Miró serio y con cara interrogante a Marston, por si acaso aquel hombre tenía alguna opinión mejor formada de lo que podría haber ocurrido. Lo que realmente inquietaba a DeQuinn, más allá del misterio que parecía envolver al cadáver, era que el asesino anduviera suelto y supusiera un peligro para ellos. Esa era su principal preocupación. No había soltado su escopeta en ningún momento y por todos los demonios que no lo iba a hacer.

- Tiradas (2)

Notas de juego

La tirada de percepción te la dejo for your eyes only, para fomentar el suspense. La de destreza, sin embargo, la hago visible para así rolear el... ¡éxito! Well, well, well, so unexpected...

Muy adecuado el tema de Morricone, por cierto.

Cargando editor
28/08/2021, 19:20
Director

Darius DeQuinn, you stealthy mothefucker...

Consigues agenciarte el legajo que sobresalía del bolsillo interior de la chaqueta del infeliz. Marston no se da cuenta de tu argucia, aunque su vigilante mirada no te permite inspeccionar el papel con la debida atención. Un simple vistazo instala en ti la sensación de que se trata de un bando. ¿Querrás compartir el hallazgo con Marston? ¿O quizás debieras guardar el secreto por el momento?

Meditabundo, obvias un singular detalle que no pasa inadvertido a Marston.