Partida Rol por web

Born Under a Bad Sign [+18]

I - A Hell of a Ride

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09/09/2021, 19:24
Maverick Malone

Las pintas del hombre eran las de alguien que llevaba varios días sin dormir bien ni beber agua, lo cual en estas tierras solían simbolizar una muerte cercana. La visión de las flechas que le atravesaban el pecho dejó a Maverick paralizado durante apenas unos momentos, sin soltar el revolver amartillado que tenía en la mano. Obviaba los gritos procedentes del carromato de las meretrices para fijarse más en el inesperado visitante. 

Dedicó unos momentos también a tratar de percatarse lo que llevaba envuelto, con gran curiosidad pero claramente alarmado, ya no sólo por el aspecto que mostraba el intruso, si no por su actitud y situación. Algo olía muy mal en todo aquello. Danna había estado de charla con la gente de la caravana, atrayendo la atención y seguramente obteniendo información o contactos, cualquiera de las dos cosas eran positivas. Ante el aviso de Malone, ella vino a cubrirle, como era costumbre en ellos, aún así Maverick no soltaba el arma ni relajaba la postura. Recordaba las palabras que había pronunciado... ¿A qué se referiría con los ojos de la serpiente?. 

La niña se acercó algo más de lo debido a su parecer para una chica tan joven. Parecía que el pacífico viaje que esperaba tener hasta Deadwood iba a ser de todo menos pacífico... Después de lo de esta tarde, estaba claro que la aparición de aquel personaje iba a suponer un problema... ¿Y si buscaban lo que fuera que trajera en ese paquete?.

La intervención del doctor no relajaba la actitud de Malone ni un ápice. Había algo que le escamaba en todo aquello y no apartaba la vista del hombre más que para observar su alrededor por lo que pudiera venírseles encima. En ese momento la piedra de rasgos perfectos atrajo su atención mostrándole una escena idílica de lo que podría ser un futuro... Sin embargo rápidamente la visión se torno en pesadilla, recordándole que nunca escaparía de lo que le perseguía. Apretó con más firmeza el arma de su mano mientras sus ojos brillaban temblorosos ante lo que estaba viendo, se volvió hacia Danna preocupado por lo que pudiera pasarle en ese momento, como si ese tipo que le perseguía pudiera estar allí... Pero todo era un sueño... o una pesadilla más bien. 

Se puso junto a Deck, ayudándola a mantenerse en pie mientras no perdía de vista al extraño ni a la piedra... algo le había hecho y por la actitud de Danna a ella también. En ese momento se fijó en los demás comprobando que sino todos, al menos la mayoría estaban influenciados por lo que quiera que fuera aquello... Quizás una maldición india... no sabía lo que era, pero una cosa tenía clara... no quería tener nada que ver con ello. Tenía un brazo sujetando a Danna y en el otro su arma, dispuesta y preparada a abrir fuego en cuanto viera un movimiento sospechoso... 

- Tiradas (2)
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09/09/2021, 21:43
Danna Deck

La mirada de Danna Deck se perdía en la oscuridad mientras escuchaba de fondo a la pequeña Madison dando consejos al moribundo, pidiéndole que le dejase ayudarle, sugiriéndole que se tumbara.

Dentro de poco se acostará, pequeña, y no se levantará más. Tiene heridas mortales, semblante cadavérico y se intuye como le abandona el último hálito de vida. No será bonito, Maddie, pero terminarás aprendiendo que en esta vida, la fina línea entre morir y seguir existiendo es tan tenue, como la confianza que debes depositar en los desconocidos.

Por supuesto, Danna no había pronunciado palabra. Sus ojos castaños oteaban más allá de las personas que rodeaban al desdichado, mientras que la voz extranjera del doctor, hacía posesión del turno de palabra. Hacía cada vez más frío. ¿O eso le parecía a ella?

Deck giró su bonito rostro entonces hacia aquel tesoro que el desconocido portaba entre sus manos. No era intención suya hacerlo, pero el brillo violáceo y sobrenatural atrajo su atención, provocando que la joven abriera la boca, completamente extasiada por la belleza etérea del objeto. Era una piedra considerablemente grande, negra, como el alma de los forajidos y con vetas púrpuras palpitantes, como el propio latir del corazón de la fémina, extasiada como estaba, tan solo pudo suspirar mientras reconocía que le gustaba la joya, una pieza tan única que removía anhelos en su alma.

Sintió cómo unas manos le tapaban el rostro. Danna dio un respingo, primeramente asustada, pero al separarse de su opresor pudo comprobar como llegaba a sus oídos una risa reconocible. Manuel, su hermano, estaba allí con ella, no había desaparecido. Había dicha en ella y era feliz.

Se disponía a abrazarle cuando toda aquella visión tornó en algo incómodo de presenciar, escenas que caían con todo su peso como si derramasen plomo fundido sobre el estómago de una persona, hirviéndola por dentro para después darle una pesadez imposible de arrancar.

- ¿Qué....es....?.... - Tragó saliva. ¿Acaso podía generarla con la boca tan seca?

Iba a preguntar dónde habían estado todo aquel tiempo, pero la respuesta recibida dejaba muchas dudas en sus pensamientos. Eran libres. ¿Acaso estaban ya en Deadwood? ¿O había otro pueblo donde hubieran comprado tierras y fueran gente de bien? Aquel sería un sueño maravilloso si no fuera porque el rostro de Manuel estaba cambiado, apareciendo sobre el mismo un tercer ojo sobre su frente.

- Ahhhhhhh..... - No se escuchó chillido alguno, pues aquel ruido generado por Deck fue aspirando el aire, como si quisiera coger con sus pulmones todo el oxígeno del oeste y gozarlo a voluntad. El ojo de Manuel, aquella estructura sensorial, no debería estar allí y sangraba, derramaba vital elemento haciendo que el rostro hermoso de su hermano se tiñera, recordándole que quizás su vida, ya había acabado - ¡¡¡¡¡Ahhhhhhhhhhhh!!!!!!.... - Y expulsó todo el aire súbitamente, en un estertor que la dejó pasada, como si toda su energía se hubiera diluido de golpe y no se permitiera ni respirar, abriendo tanto los ojos como adrenalina corría por su sistema circulatorio, impulsando al corazón de manera tan abrupta, que casi podía escapársele por la boca en su frenético palpitar.

- No, tú no estás muerto. ¡No estás muerto!.... - Cayó de rodillas al suelo tras ver el cráneo destrozado de Manuel. Nadie sobrevivía a una lesión así. La mente de Danna jugaba con posibilidades, una caída del caballo, un golpe con algún objeto rígido. Lloraba, no podía dejar de llorar ni de gemir. Había pensado en más de una ocasión que su padre y hermano estaban muertos, pero una cosa era intuirlo y otra muy distinta verlo, sentirlo y lo peor, escuchar que alguien le había hecho eso a Manuel. "Él lo hacía rápido y sin dolor. Quienes llevaban su marca, no sufrían"

- Lo mataré. ¡Lo mataré!....¡¡¡¡¿QUIÉN ES?!!!!.... MALDITO BASTARDO.... - Chillaba, estaba fuera de sí, se lamentaba y por supuesto, sus lágrimas seguían el surco natural de sus mejillas, como los ríos caían por las colinas desecadas en determinadas estaciones del año. ¿Cuánto hacía que no lloraba? Pocos años. Desde que Maverick entró en su vida.

En ese instante Manuel señaló la chaqueta y Deck escuchó unas palabras preocupantes que hicieron que se girase. La consideraban un cadáver. Alguien se dedicaba a matar a la gente y cuando se giró para enfrentarle, fue cuando la mató. Y ella lo supo. Estaba fría. No respiraba. Sangraba como su hermano. Miró los ojos del Segador y supo cómo había muerto, una preciosa semiautomática de plata. 

- El hada de los dientes... Yo no... No sé a qué se refiere... - Tan extraña era la visión que intentaba hablar, a pesar de que el asesino no había tenido piedad con ella - ¿Dientes? ¿Dólares?... ¿Mis dientes? - El cetrino varón indicó que no tenían porqué ser suyos, pero las tenazas que poseía en la mano si iban dirigidas hacia su boca y Danna tan solo pudo gritar de nuevo, tan presa de miedo que era incapaz hasta de correr. Se tiró al suelo, sintiendo que el tipo se abalanzaba sobre ella, presionando con la herramienta de metal sus labios, quería que abriese su cavidad oral, mientras que la joven se empeñaba en cerrarla. Fue entonces cuando le vino un recuerdo, tan lejano en el tiempo que tuvo que desempolvarlo, como los zapatos al terminar un día de caminata.

Tenía ocho años y se había quejado varias veces de que le dolía una muela. La pieza dental estaba saliendo torcida, la encía se mostraba inflamada y a veces sentía el sabor metálico de la sangre en su paladar. Recordaba haber llorado presa por el dolor y el hambre, pues con aquel malestar no había probado bocado en días. Su madre estaba preocupada y cuando esto sucedía, su padre no tardaba en poner determinaciones para paliar su malestar.

Ordenó a su hermano que la cogiera e inmovilizara, fue así como Manuel le rodeó con sus fuertes brazos  sobre los suyos, haciéndole una presa imposible de sortear, mientras su padre cogía las tenazas que habían estado previamente en agua hirviendo. Cuando la herramienta se enfrió le mandaron abrir la boca, y ella por supuesto se negó. Retazos de imágenes venían a su mente. Tenazas, presión en la mandíbula y cómo aquel diente enganchado comenzaba a salir lentamente, como si la carne de su encía estuviera empeñada en agarrarlo y no dejarlo escapar. Babas, sangre, dolor lacerante, lágrimas y chillidos. Fue una vivencia insoportable que acabó con whisky e inconsciencia. La primera borrachera de Danna Deck fue cuando le extirparon una pieza dental. Una de las experiencias más traumáticas de su vida.

- No es real.... Esto no es real... - Quizás el influjo de la piedra se perdió cuando Madison tapó el objeto con la tela, mientras se marchaba llorando hacia alguna parte. Deck podría haberle seguido si no fuera porque estaba intentando relativizar lo que había visto, pues aquel sueño era tan real que casi había podido sentirlo - Maverick, no me encuentro muy bien es... - Se tocó las húmedas mejillas y se levantó del suelo, estaba completamente sucia, llena de polvo y sudor - Estoy muy cansada, me he debido quedar dormida. Yo he... soñado... Cosas... - Negó con la cabeza, no tenía sentido aquello que estaba diciendo, no iba a perturbar a Malone con sus tonterías - Déjalo, solo era una pesadilla, una maldita pesadilla... Tengo sed... - Y dicho esto se acercó hasta sus enseres y cogió la cantimplora, despachando una buena cantidad de líquido. Suspiró profundamente. Tras hidratarse, comenzó a sentirse mejor y mirar al resto de sus compañeros con curiosidad, pero no pudo resistirse a hacer algo que necesitaba. Fue a abrazar a Malone, necesitaba conectar de nuevo con el mundo y renovar sus energías.

 

- Tiradas (1)
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11/09/2021, 15:49
Director

Algunas pesadillas no tienen fin.

Todos parecieron compartir un breve lapso de tiempo hermanados en un extraño desasosiego. Y todos, sin excepción, parecieron recobrar en mayor o menor medida la compostura justo para ver con nítida claridad allí, en lo alto de una colina muy cercana al campamento improvisado en el que festejaban hace cuestión de minutos el arte culinario de la pequeña Maddie, las silenciosas siluetas destacadas al amparo de la luna, una luna ahora palpitante, más grande, más roja.

Una veintena de sombras asesinas ungidas en sus pinturas de guerra observan. Una veintena de jinetes armados hasta los dientes con el corazón encendido por el odio se impacientan. Una veintena de hombres con un deber sagrado que cumplir aguardan la orden del jefe para cabalgar.

¿Su objetivo?

Defender sus tierras.

Dar muerte al Hombre Blanco.

Y entonces, comienza.

La tierra amenaza con abrir sus entrañas al paso de los caballos descendiendo la colina, adentrándose en el bosque, sus armas prestas, sus afiladas hojas anhelantes de regar las colinas con vuestra sangre, de arrancar vuestras cabelleras. Una cascada formada por guerreros que no conocen el miedo cae en mitad de la noche sobre vosotros, anegando el viento con sus gritos.

Las putas chillan de terror y corren por sus vidas internándose en la espesura. El matrimonio escocés se encomienda a un Dios salvaje que esta noche solo desea matanza. Von Heizinger, ligeramente aturdido, corre a su carromato a buscar su preciado fusil Krag. Solo el viejo Lynch, su rifle ya dispuesto, amartilla su cañón y lanza un esputo para no perder las buenas costumbres, mirando desafiante a la avalancha de hijos de puta que se os vienen encima.

Tiembla el mundo. Es la hora del lobo.

- Tiradas (1)

Notas de juego

1/2

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11/09/2021, 16:08
John Lynch

¡Mierda...! ¡Tsk! —Lynch afila su mirada de búho y atisba a ver a más de una docena de pieles rojas. —¿Cómo diab...?

El viejo no acaba su pregunta. Es un superviviente. Dios puede lanzarle una manada de lobos hambrientos, pero John Lynch está dispuesto a morder con más fuerza si cabe. Apretar los dientes. Perseverar.

¡Bien, señores! ¡Todo aquel que sepa empuñar un arma con cierta decencia, cúbrase en esos tocones y prepárense para abrir fuego a mi señal! ¡Usted! —dijo mirando a Malone. —Parece que sabe manejarse. Venga conmigo. Señorita. —miraba entonces a Danna. —Guarde una bala para usted. Si llegan hasta nosotros, ahórrese el dolor. ¡Eh! ¡Doctor! ¡Doctor! ¡Mierda! Eh, muchacho. —dijo esta vez mirando a un aturdido Darius. Se quitó el cinturón y se lo arrojó con su revólver. —Que me aspen si me salva el cuello uno de los tuyos, pero es lo que hay. Si sabes disparar, aguarda a que los tengamos encima y derriba a los que puedas. Ellos no distinguirán contigo. ¡TODOS! ¡Aguarden a que estén a veinte pies de distancia! ¡Con suerte podremos abatir a la mitad antes de que nos den alcance! Luego solo quedará encomendarse a Dios... —Lynch apretó los dientes mientras se movía de forma insospechadamente ágil hasta los restos de un pino y se apostó con diligencia, agarrando su rifle con férrea determinación.

Fue entonces cuando Lynch lanzó una mirada fugaz a Marston.

No voy a mentirle. Nos vendría muy bien otro rifle, pero yo que usted no dejaría que cogiesen a la niña viva, míster.

Notas de juego

2/2

Empezamos el festival.

Tirad todos iniciativa (1D100 y le sumáis vuestra puntuación de DESTREZA), salvo Maddie, que está escondida ahora mismo. Yo haré lo propio por Lynch, Marston y Doc.

Es de noche. Todos los tiros tienen un -25% a media distancia y un -50% a larga. A corta distancia no hay penalización de ningún tipo.

Tenéis dos asaltos antes de que los indios os alcancen. Así pues, narrad vuestras acciones y, si os da por disparar a todo bicho viviente, haced dos tiradas de disparo. La primera se hace a larga distancia. La segunda, a media. Luego hablaré yo e iremos directos a resolver el entuerto.

En el off podéis consultar cualquier duda sobre el curso de acción a seguir ;-)

Ojito.

Soy rápido y furioso.

Y estoy armado con un chorro de indios xDDDD

Si queréis saber cuántos son, tirad con vuestra habilidad perceptiva con un -35%.

Darius, si te sale 5 o menos te digo hasta los nombres de los indios. ¡AJAJJAAJAAJA! ;-D

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11/09/2021, 23:33
Darius DeQuinn

Del mismo modo en que aquella visión había comenzado, se esfumó. El brillo iridiscente de la piedra se le quedó en la retina todavía unos segundos, hasta que algo lo devolvió definitivamente a la verdadera oscuridad de la noche de las Black Hills. Fueron los gritos desesperados de las putas. Casi al mismo tiempo, vio el cinturón de Lynch, con su revólver, cayendo en sus manos.

«Que me aspen si me salva uno de los tuyos», le dijo. Maldito blanco hijo de puta. Pero se concentró, pues lo que tenían allí delante era una horda de pieles rojas que amenazaban con masacrarlos a todos. Se ajustó el cinturón de Lynch y sacó el revólver. Miró hacia la hoguera. Junto a ella, estaba su escopeta recortada. ¿Demasiado lejos?

En lugar de buscar donde cubrirse, Darius decidió correr hacia su escopeta. Dos armas mejor que una. ¿Cubrirse? Que Dios y sus ángeles lo cubrieran. Llegó hasta la hoguera, pero antes de agarrar la escopeta, efectuó su primer disparo de revólver con la mano buena. Estaba oscuro y aquellos indios estaban lejos, el disparo era difícil. Sus ojos todavía parecían medio cegados por el brillo de aquella maldita piedra, pues su disparo salió volando hacia Dios sabe dónde, perdiéndose en la espesura de esas colinas malditas.

Tras ese primer disparo, agarró su escopeta con la mano buena, llevando el revólver a su mano izquierda. En su segundo intento, disparó ambas armas mientras veía a los indios acercarse. El disparo del revólver también voló zumbando por el aire y la noche. Sin embargo, su querida recortada no le falló. El disparo impactó contra uno de esos indios, que cada vez estaban más cerca.

¿Cuántos eran? Había un cúmulo que parecía inagotable. ¿Cuántos eran sus enemigos? No podía llegar a verlo. Sus ojos nunca fueron precisamente felinos, pero la oscuridad hacía de aquello una tarea imposible. Fueran los que fuesen, había que matarlos a todos.

Cuando vio que los indios estaban a punto de chocar contra ellos, buscó rápidamente con su mirada a Maddie. No la vio por ningún lado. ¿Dónde estaba la niña? Había que ponerla a salvo. Pero no estaba por ningún lado. Más valía que hubiera subido a un árbol o hubiera escapado corriendo.

Volvió a mirar a los indios, con una sonrisa en su cara.

Eso es, acercaos, malditos. Venid a Darius —dijo para sí mismo, al ver que el choque era inminente.

- Tiradas (6)

Notas de juego

Bueno, a ver si lo he hecho bien con las tiradas, que no lo tengo del todo claro. Es que me lío un poquito con estas cosas.

Eso sí, me he tomado la libertad de rolear las tiradas. Si no son correctos los resultados, pues tú cambia lo que haga falta en mi narrativa, máster.

1) Iniciativa: 21 + 65 = 86.

2) Percepción: ¡casi! Como dirían Von Heizinger: fast aber noch nicht ganz, casi pero como que no.

3) Primer disparo (revólver solo, mano buena, pero con -50%): a las nubes.

4) Segundo asalto (recortada en mano buena, con -25%): creo que acierto.

5) Segundo asalto (revólver en mano mala, es decir, -25 -25): a la mierda.

6) Daño del segundo asalto con la escopeta: 2d6, por ser distancia media, un 6.

Cartuchos: me queda 1 cartucho en la escopeta y 4 balas en el revólver de Lynch.

 

Señó Finn, me puse de pie en todas las tiradas. Esto no estaría funcionando XDDDD

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13/09/2021, 18:42
Danna Deck

El lugar que habían elegido para acampar iba a ser un sitio tranquilo, estimando que la única criatura viva que pudiera amargarles la noche fuera el desagradable zumbar de los mosquitos. Pero estaba claro que la providencia se burlaba de ellos.

La llegada del moribundo con aquella piedra fue el preámbulo de que las desgracias nunca venían solas. Primero, aquel sueño que removía lo más doloroso del subconsciente de Danna y después, un ruido intenso quebró la llanura donde descansaban. El sonido de los cascos de los caballos era atronador, así como los gritos de guerra de los indios que deseaban expulsarles de sus tierras. Las mujeres de "intensa y profunda vida social" hicieron lo más cauto, adentrarse entre los árboles para buscar cobijo, denotando su más triste realidad, no sabían defender sus vidas.

- Maldita sea... Somos muy pocos... - Y era evidente que así era. Lynch se preparaba para la orgía de sangre que estaba a punto de proceder, emitiendo oportunas órdenes a los presentes.

Danna Deck se situó en primer lugar detrás de unos maderos, protegiéndose en caso de que una avalancha de flechas cayera sobre sus cuerpos. Lo siguiente que hizo la fémina fue otear en la oscuridad, contar los indios y distinguir al jefe, pues a él sería a quien disparase, tomando paciencia eterna en que estuviera a tiro, pues su rifle era eficaz a media distancia, no a larga, así que no se sorprendió cuando el indio que parecía liderar cayó al suelo bajo una de sus balas, la única por ahora invertida.

- A morder el polvo, salvaje - Dijo la mujer con la mejor de sus sonrisas, muy pagada de sí misma porque era uno de los revólveres más rápidos de la región, lo sabía y se vanagloriaba de ello delante de Maverick, aunque ante el resto del mundo prefería actuar con prudencia y hacer parecer que era una muchacha bastante más normalita e indefensa. Aquel momento no era propicio para engaños.

- Ya llevo uno Mav - Le dijo ella a su socio con pícara actitud - Y cuando se acerquen caerán tres más... ¿Qué te apuestas, vaquero? - Mantuvo una actitud distendida mientras no perdía de vista al enemigo. Danna consideraba que el buen humor era relevante para salvar el pellejo, o al menos morir con alegría - Si te gano me quedo con tu sombrero... - Ya ella había decidido el premio que quería, Malone tendría la última palabra.

Deck dirigió su mirada hacia el negro, el tipo hizo tres disparos y parecía haber acertado solo uno. No era una buena estadística, pero lícito darle un consejo para no encontrarse con la triste realidad de ser vencidos por los pieles rojas.

- Asegure el disparo, señor. No deje que las balas se pierdan en la noche o estaremos perdidos. Mañana será un bonito día como para seguir viviendo, intentemos que así sea - Le guiñó el ojo con simpatía. Quizás los hombres blancos fueran horribles, pero aquella mujer de clara piel parecía tratarle como un igual o incluso más, con cierto grado de encanto, y no siendo prostituta sería algo que llamaría la atención, una actitud naturalmente seductora que no tenía más pretensión que dar un consejo y ánimo ante el devenir

- Señor Marston, dele un arma a Madison, y si vivimos para contarlo, ya le enseñará mañana el típico "eso no se hace, matar está mal". Pero sea práctico, hágame el favor - Y es que Deck parecía mandar casi tanto como Lynch. Era una mujer con bastante carácter - Maddie, cielo, apunta solo a corta distancia, coge el arma con firmeza y si te cargas a tres, prometo conseguirte un saquito de azúcar - Recordaba que con el azúcar, su madre hacía unas placas de caramelo que podía chupar hasta la extenuación, dejando las manos pringosas y la boca con un agradable dulzor. Su padre le premiaba siempre con saquitos de azúcar para que su madre le preparase la golosina. Sintió un peso en la boca del estómago, el maldito sueño había removido lo suficiente como para que deseara desahogarse y llorar. Suspiró fuerte como forma de autocontrol.

Soy fuerte y puedo con esto. Mañana volveré a ver amanecer

- Tiradas (4)

Notas de juego

He sacrificado un turno de disparo para esconderme bien, otear al enemigo y disparar sobre el jefe.

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13/09/2021, 18:55
Maverick Malone

El grito proveniente de Danna alertó a Maverick que trataba de sujetarla al tiempo que se ponía frente a ella y trataba de hacerla reaccionar - ¡Danna! Sólo es una pesadilla - Poco tardó en volver en si, aunque se le notaba distinta. Preocupada. Le decía que no se encontraba bien - No te preocupes, ya pasó... descansa - Le decía mientras ella bebía agua de la cantimplora tratando, suponía, de hacer un gesto común que le devolviera a la realidad... Posiblemente hubiera tenido una visión como la de él... Posiblemente por esa piedra maldita... - ¿Estás bien? - preguntaba mientras miraba hacia el tipo que había traído aquel maldito objeto. 

Por desgracia en ese momento los indios se abalanzaron a darles caza. ¡Maldición!. Con rapidez impulsó a Danna para que se agachara cubriéndose del ataque y se alegró de percibir como ya estaba buscando con rapidez un sitio donde guarecerse. Sabía que era más que capaz de defenderse pero estaba muy alterada por lo que fuera que hubiese visto, luego cogiendo su lancaster fue hacía donde estaba Lynch. Parece que sabe manejarse dijo... si usted supiera pensó Malone. Amartilló el rifle mientras Lynch daba indicaciones, a pesar de estar a su lado, decidió disparar en cuanto tuvo alguno a tiro, aunque estuviera lejos... a menudo decía que con su rifle podía llegar a cualquier lado y estaba dispuesto a demostrar porqué... Con un rápido movimiento sacó su cabeza el tiempo necesario para apuntar y disparó con precisión incluso a larga distancia impactando de lleno en uno de los atacantes. Con un movimiento fluido amartilló el arma mientras recobraba la cobertura para volver a aparecer y disparar de nuevo cuando ya se encontraban más cerca impactando de nuevo a otro de los agresores. 

No quitaba ojo a Deck en ningún momento preocupado por su bienestar en tal situación, si algún indio se acercaba a ella, le volaría la tapa de los sesos. Aunque parecía que ya había dado buena cuenta de uno de ellos - No te apresures que te llevo uno de ventaja - Respondió con una sonrisa traviesa al tiempo que se preparaba para el acercamiento de los atacantes.

- Tiradas (6)

Notas de juego

Iniciativa 170, soy más rápido que Lucky Luke jajaja.

Por cierto, me he dado cuenta que debería haber tirado con un 10% más... por suerte he impactado con todos los disparos ^^U

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14/09/2021, 21:51
Madison Maddox

Madison podía sentir la rugosidad del suelo bajo su mejilla y el murmullo del bosque a su alrededor mientras hecha un ovillo en el suelo sus lágrimas regaban la tierra que parecía acunarla. La imagen de su padre se había quedado grabada en su retina. Su sonrisa despiadada, sus ojos cargados de crueldad. Solo el murmullo de un arrollo cercano, el ulular de las aves nocturnas y su propia respiración rompían el silencio de la noche. Hasta que un retumbar surgió de la nada y comenzó a cobrar fuerza, primero como un rumor suave, más tarde como el atronar de su sueño. Por un momento, la joven creyó que su sueño había tomado tomado forma en el mundo real y el miedo le atenazó la garganta, pero entonces escuchó los gritos en el campamento. 

Desde su escondite pudo ver a su padre armado y dispuesto para la lucha. Los atacaban. La noche se llenó de gritos de guerra y del olor a pólvora. Darius, Dana y Malone disparaban sus armas contra lo que parecía un ejército salido del mismo Infierno. Asustada, Madison echó mano a su cuchillo y lo apretó con fuerza. Escuchó a Danna decirle algo a su padre y su propio nombre llegó a sus oídos arrastrado por el viento. Tuvo que esforzarse por no correr junto a Jake Marston. Si iba con él solo le distraería y ahora necesitaba toda su concentración para sobrevivir. 

Madison se agazapó en la espesura y esperó con el corazón encogido. Por un momento, miró hacia el claro buscando al hombre que portaba aquella extraña piedra y del que todos parecían haberse olvidado ante la inminente amenaza. ¿Serían estos los mismos indios que le habían disparado? ¿Los habría atraído de alguna forma hasta su campamento? Sintiendo cada surco del mango del cuchillo en su mano la joven miró al cielo e hizo algo que no recordaba haber hecho desde la muerte de su padre. Rezó. 

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17/09/2021, 16:08
Director

<Volumen a todo trapo>

Los indios avanzan raudos, en tropel. Una marea humana desprovista de la gran ventaja del hombre blanco que ha invadido sus tierras: el trueno que retumba en las manos. Solo alzan sus icónicas hachas de mano, sus lanzas y sus cuchillos. Para un indio, abatir a cualquiera de vosotros en cuerpo a cuerpo es un acto que traspasa el heroísmo, la mera hazaña. Para ellos, sois demonios de piel clara que han de ser purgados, combatidos. Aniquilados.

Hay en la mirada de estos indios una singular resolución. Casi se diría que un apasionamiento desmedido por derramar vuestra sangre. Sus rostros, cuando os resultan visibles a media distancia, resultan aterradores. Máscaras de carne que glorifican el culto a la muerte. No os temen. Nunca lo han hecho.

<Volumen medio>

Malone dispara rápido su rifle de repetición, acertando a un jinete dos veces en el pecho. El taciturno tirador es ducho con su Lancaster y no tarda en demostrarlo para responder a la bravata de Danna Deck. El indio al que abate golpea el suelo con un sonido sordo, partiéndose el cuello en la caída, aunque bien muerto segundos antes de caer.

El viejo Lynch dispara otra andanada siguiendo a la de Malone. El anciano guía ríe con ronca voz cuando atina a otro aullante infeliz que pasa a reunirse con sus ancestros en el plano espiritual, descabalgado de su montura tras encajar dos dentelladas de ardiente plomo que muerden su torso.

Danna Deck, una pistolera mortífera por derecho propio, no solo se permite la filigrana de retar a su compañero mientras enfrenta la situación con templanza, incluso con diversión; sino que trata de atisbar quién es el jefe de esta embravecida partida de guerra india. Entre las sombras de la maleza cree atisbar un tocado emplumado, una figura más imponente y feroz que el resto. Apunta su Winchester y abre fuego, su arma vomitando muerte y fuego.

Darius, más acostumbrado a las distancias cortas, sufre con el revólver en las manos. Abre fuego consumido por su ardor guerrero, pero está demasiado acostumbrado a depender de su chata. Solo su fiel recortada hiere de gravedad a un jinete indio que cae de su caballo sosteniendo aún su hacha de guerra afilada.

Von Heizinger se mueve en retaguardia, alimentando el cargador de su rifle con esmero. Descorre el cerrojo después de apostarse tras el grueso tronco de un árbol. Sujeta su fiel Krag con firmeza hasta que visualiza la cabeza del indio que ha decidido cazar. Luego, pronuncia las palabras mágicas.

Boomstick.

<Solo los 8 primeros segundos>

Las filas indias sufren tres bajas en una primera andanada afortunada de los blancos.

 

- Tiradas (6)

Notas de juego

Los indios van los últimos, así que básicamente les habéis cosido a balazos a unos cuantos de sus efectivos, pero, ahora sí, os comento que son 14... Mejor dicho... Eran 14...

11 al asalto.

¿Oléis eso?

Huelo... MUERTE.

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17/09/2021, 16:50
Jake Marston

Marston mira a su alrededor y grita presa de un frenesí descorazonador.

¡Maddie! ¡Maddieeee! —El hombre grita llamando a la niña mientras aparta al maltrecho despojo humano que ha aparecido en mitad de la noche, precediendo a la avalancha humana de los pieles rojas. Consigue ponerle a cubierto mientras Darius toma su recortada y vuelve al frente, dispuesto a matar indios con el resto.

¡Maddie! ¿¡Dónde estáááás!? —Sus alaridos resuenan por todo el bosque, sin encontrar respuesta.

Marston tensa la mandíbula y acude en ayuda del resto, su Winchester dispuesto para abrir fuego.

El padre de Madison dispara rápido, con furia. El primer disparo remata al indio que Darius ha descabalgado, alcanzándole en el corazón. El segundo se aloja en la cuenca orbital de un piel roja dispuesto a arrojarle una lanza a unos veinte metros de distancia. La bala impacta con fuerza, atravesando la parte posterior del cráneo. El indio cae muerto al instante quedando su pie enredado en el estribo y siendo arrastrado por su aterrorizada montura, que huye del campo de batalla en el que se ha convertido el bosque.

Si sigue disparando así, si sigue matándoles así, sabe que salvará a Maddie.

Es sencillo.

Matarlos a todos.

No importa cómo.

- Tiradas (3)

Notas de juego

Maldito Marston... Junto a Darius abate a uno más y él solo tumba a otro.

Para vuestras cuentas: los indios tienen 10 puntos de vida. Solo hay uno que tiene algo más.

Vamos con los pieles rojas...

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17/09/2021, 17:03
Cuervo Rojo

Los indios se os echan encima. Por cada uno de los pieles rojas que han muerto, los restantes parecen haber visto sus impulsos belígeros renovados. La lucha en el claro se vuelve sucia y cruel.

Maverick y Lynch ven volar en su dirección sendas jabalinas de punta negra. El viejo guía tiene suerte y esquiva de pura suerte la lanzada. Maverick no tiene tanta suerte, pero la lanza le pasa flotando cerca del brazo, besando su carne y dejando una fea marca a la altura del hombro. Sobrevivirá.

Lynch ríe como un poseso.

—¡JAAAAJAJAJAAAA! ¿¡Es eso todo lo que sabéis hacer, indios cabrones!?

Marston y Darius reciben la carga de dos indios que se abalanzan saltando sobre ellos, cuchillos en mano. Marston resulta herido en el abdomen por una fea puñalada, apartándose por instinto y cayendo al suelo al tiempo que desenfunda a la desesperada. Sosteniendo su revólver en mano, acribilla al guerrero indio que cae sobre él en un último alarde de tesón justo para morir siendo incapaz de hundir la hoja de su arma en la yugular del vaquero.

Darius, más fuerte, logra emplear sus brazos para arrojar al guerrero que le asalta cerca del fuego. El indio se incorpora como un felino acorralado, hacha en la diestra, cuchillo curvo en la siniestra. Su mirada declama que no aceptará una rendición. El negro tiene la opción de intentar coger su chata del suelo y descerrajarle un tiro a quemarropa. No será honorable, ¿pero quién diablos dice que la supervivencia es compañera de cama del honor en este mundo?

Sin embargo, la sonriente Danna tiene peor suerte que el resto. Concentrada en el caballo del indio al que ha disparado y al que no ha visto caer, vuela hacia ella un sibilante tomahawk cuya hoja rasga el viento. Los indios son hábiles lanzadores y adoran estas menudas hachas hasta el punto de ser una de sus armas más icónicas. Danna Deck aprende pronto por qué son tan temidas cuando el arma golpea su torso, enterrando su hoja en la clavícula. Mana la sangre y se quiebran los huesos. Embargada de un incapacitante dolor, la pistolera cae de rodillas, pero consciente. No será por mucho tiempo, pues entre el caos aún advierte la montura solitaria del jefe indio, ese con el tocado emplumado al que juraría haber descabalgado de un disparo certero. Solo que la montura no esta desprovista de jinete.

El hábil jefe de estos demonios cazadores de cabezas está herido, pero consciente de la necesidad de evitar la atención ha ocultado su cuerpo tras el torso de su caballo, guiándolo entre la maleza hasta los pistoleros. Y ahora, como un Segador Carmesí, emerge del costado del equino, garrote en mano, asestando un golpe seco en la cabeza a Danna y tumbándola en un dramático giro de los acontecimientos.

¿La ha matado?

- Tiradas (15)

Notas de juego

Y por cosas como estas es por la que me encanta el rol. ¡Nunca se sabe qué puede pasar!

Los indios han atacado con ferocidad a corta distancia con sus jabalinas. Veréis que solo han atacado los de la primera oleada porque el resto no llegaba hasta vosotros. Aun así, han hecho pupa y... ¡Danna Deck ha caído ante el ataque sorpresivo del jefe indio! O_O

Recuento de heridos:

Maverick sufre 3 puntos de daño.

Darius otros 3.

Marston sufre 5.

Lynch sufre 2.

Danna está ahora mismo en negativo. Si no resolvéis esto pronto, morirá a buen seguro.

Darius está frente a frente contra un guerrero indio que le desafía. Lanza Iniciativa de nuevo (D100 + DESTREZA) y, si le ganas, puedes elegir si coger tu escopeta a tiempo y dispararle a quemarropa o luchar con él a cuchillo. Marston igual, pero he resuelto ya su asalto, que sucede simultáneamente a la siguiente entrada de Darius ;-)

Maverick, eres el que más libertad de acción tienes ahora mismo. Me adelanto a los acontecimientos y te indico que tienes a tiro al jefe indio, si es que quieres vengar a Danna.

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17/09/2021, 23:43
Darius DeQuinn

No había terminado de maldecir a los indios cuando vio a Marston cerca de él, buscando desesperado a Maddie. Entretanto, el hombre remató al indio que la recortada de Darius había dejado malherido y se encargó de acabar con otro.

No fue suficiente, sin embargo, para impedir que dos más se les abalanzaran a cuchillo. Consiguió detener el primer impulso del indio con sus brazos, pero eso hizo que sus armas cayeran al suelo. Tanto él como el indio se pusieron en pie de nuevo. Darius miró su arma en el suelo, pero el indio fue ligeramente más rápido que él y consiguió hacerle un pequeño tajo con su cuchillo.

Darius apretó los dientes y, sin miramientos, arrojó su diestra con perfecta técnica contra la cara del indio. Un golpe limpio, sobrio, contundente. Se escuchó perfectamente: un crujido que indicaba que la nariz de aquel guerrero había sido destrozada. Si le daba otro golpe igual, el alma de aquel indio saldría escupida al paraíso de los pieles rojas como si se tratara de uno de los sucios esputos de Lynch.

Aquel combate lo tenía completamente absorbido. Darius no se había enterado aún de que Danna Deck estaba en las últimas si Von Heizinger no hacía algo por ella. Sin embargo, la horda de indios que seguían cayendo sobre ellos no auguraba un futuro mucho más prometedor para el resto.

- Tiradas (4)

Notas de juego

Puse en la tirada de iniciativa «Igual o menos que», aunque era «Más que», así que pierdo en iniciativa contra el indio. Imagino que eso significa que no hay chata para el combate. A puño limpio será.

Sobre el daño: entiendo que es 1d3+1d6 por bonificación por la Fuerza de Darius, así que lo he hecho en dos tiradas. Daño 6.

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19/09/2021, 22:09
Maverick Malone

Malditos indios... maldito ladrón... estaba convencido de que posiblemente aquel extraño objeto que había inundado su mente de pesadillas era algún tipo de artilugio mágico para los indios y por eso venía este ataque... Si salían de esta, le pegaría un tiro... no por ladrón, eso desde luego, pero si por meterles en estos aprietos. La soltura con el rifle de los vaqueros resulta no ser suficiente para detener la brutal embestida de los pieles rojas. Maverick escucha una jabalina acercarse hacia él. Apenas puede verla debido a la oscuridad que ahora mismo baña toda la situación y además en terreno desconocido... apenas llega a "morder" en el brazo el lanzamiento de jabalina... malditos bastardos... Está dispuesto a vengarse de quien le arrojó la jabalina cuando escucha el sonido de un tomahawk hendiendo carne en la dirección en la que estaba Danna, con cierto pánico en la mirada se gira hacia ella para ver aquella arma arcaica incrustada en Deck. 

Con los ojos inyectados en sangre por la rabia que siente ante tal visión deja suelto el Lancaster que gracias a la bandolera no cae al suelo para desenfundar con soltura el revolver que lleva a la derecha y apoyándose con la mano izquierda para amartillar el arma suelta una ráfaga de tres disparos sobre aquel maldito piel roja. Sólo dos de los tiros consiguen impactar mientras Malone corre en dirección a su compañera para cubrirla mientras grita en busca de ayuda - ¡DOCTOR! - Malditos sean todos, más le vale al médico salvarla... Maverick lleva buena cuenta de sus disparos, sabiendo que sólo le queda otra ráfaga antes de tener que desenfundar el otro revolver

- Tiradas (7)

Notas de juego

OFF: Asumo que puedo hacer lo de la pistola. Si no se puede, y toca perder tiempo, dispararía con el Rifle. Dejo hecha también la tirada, pero si se puede, lo que haría sería lo de la pistola. Si es el rifle, el daño serían 9 no 8, que puse +1 y es +2. 

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23/09/2021, 12:36
Danna Deck

La visión de los indios avanzando raudos hasta la posición que ostentaban, era una imagen inquietante e incluso aterradora. Posiblemente, si no fuera porque los presentes sabían que no había forma de huir, más de alguno de los que formaban la caravana, habría puesto kilómetros de distancia para encaminarse hasta Deadwood, abandonando incluso sus más preciadas posesiones, porque la pérdida era considerablemente mayor, se barajaba entre la vida y la libertad.

Malone disparaba acertando de pleno a su enemigo. Danna no quería decirlo abiertamente, le gustaba picarle, molestarle y llamar su atención. Aunque realmente lo que sentía era un profundo orgullo por su socio, el compañero de vida que a diario le acompañaba.

Lynch, Darius, Heizinger, todos hacían su función y el enemigo iba cayendo. ¿Qué podía salir mal?... Se escuchó la voz de Marston que buscaba a la niña, sonidos que procedían del bosque.

Está mejor allí. Ponte en cubierto y no salgas...

Casi imploró mentalmente a Madison, la cual no se encontraba en las cercanías. Bueno era para sobrevivir. Jake decidió unirse al resto con su Winchester, demostrando lo excelente que era como tirador, causando unos impactos brillantes sobre los indios que no cejaban en su empeño de darles caza.

No parecía irles mal, al menos hasta que el enemigo devolvió el envite. Danna Deck no vio venir el tomahack que el jefe indio le había lanzado, estaban a distancia, así que se había confiado en que el carro que tenía delante de ella le cubriría lo suficiente como para librarse de recibir daño. Pero no, justo cuando había asomado la cabeza, aquel hacha arrojadiza le impactó en la clavícula, haciendo que gritase de dolor. Manó la sangre, se escuchó un crujir nada alentador y ante aquel caos de sensaciones, la joven se puso de rodillas, suplicante de que finalizase aquel tormento.

Matadme ya. Matadme.

Dolía. Nunca había experimentado un tormento similar y quería que acabase cuando antes. No es que deseara finalizar su existencia, pero sí aquel suplicio que bombardeaba su cabeza con un claro pensamiento: Iba a morir. Esa sería su última noche. Danna miró a Malone y dejó que varias lágrimas le cayeran. ¿Le extrañaría cuando ya no estuviera? ¿La enterraría y recordaría el lugar donde sus huesos descansarían hasta el fin de los tiempos? ¿Encontraría una compañera con quien compartir su vida?... Tantas preguntas sin respuesta....

El jefe indio había ocultado su cuerpo tras su propio caballo y a pesar de estar herido, se pudo acercar hasta donde Danna estaba, dándole un golpe de garrote en la cabeza a la mujer. Danna había observado el rostro de su Segador y decidió no temer, pero sí le miraría a los ojos para llevarse al infierno el reflejo de su enemigo. Ojalá en el más allá se encontrasen y pudiera pedirle cuentas.

Escuchó las palabras "Doctor" de fondo y el resto fue oscuridad.

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28/09/2021, 10:13
Director

Con el golpe seco que abate a Danna Deck como si de un fardo se tratase sobre el terreno pedregoso, Maverick Malone entra en trance homicida, como si este taciturno vaquero que apenas se ha inmutado durante todo el trayecto hasta aquí hubiese visto sus entrañas removidas de modo repentino con la misma violencia con la que el piel roja ha caído sobre su compañera de fatigas.

Maverick desenfunda su revólver con la diestra, amartilla el arma con la zurda y escupe una andanada de plomo al rojo sobre el imponente jefe indio, que cae al suelo con una aparatosa caída justo cuando arrancaba en veloz carrera contra su adversario. Por desgracia para él, ningún hombre, aunque esté encomendado a los espíritus que protegen estas colinas, puede superar en velocidad a una bala disparada por un Colt.

Por algún motivo, el último disparo, el que apaga la vida del guerrero indio, resuena con un poderoso eco por el bosque.

* * * * *

Al mismo tiempo, a la luz de la hoguera del campamento, Darius se enfrenta cara a cara con el piel roja que saltó de su montura acero en mano dispuesto a rebanarle el cuello. Sus ojos de obsidiana están fijos en su enemigo de rostro aguileño y en el fulgor que destella en la hoja recta del cuchillo que sostiene con su diestra.

El indio es corpulento, como él. Un toro de piel atezada y melena lacia de tonalidad azabache. Tiene brazos largos, dedos nudosos. No hace alardes ni florituras. Prepara el cuchillo para una incisión profunda y mortal, se agazapa, listo para abalanzarse. Tras una pausa de tanteo, de reconocimiento, salta hacia Darius con la fuerza y la precisión de un depredador felino. Es rápido y la afilada hoja hiende con una potente estocada el abdomen del negro, haciendo restallar la sangre y obligándole a apretar los dientes para evitar mostrar dolor, debilidad. Ha faltado muy poco para que la punta entrase por el pecho y alcanzase el corazón. Este detalle anatómico poco importa al coloso de acero oscuro llamado Darius DeQuinn, que replica con un violento puñetazo que parece dirigido contra el opresor blanco. Un martillo de carne y hueso. Un tren de mercancías descarrilando a toda velocidad contra la mandíbula del indio. Suena CRACK. El indio se tambalea. El indio cae aturdido. El combate termina de forma sucia y cruel. Tal y como empezó. (*)

* * * * *

La caída de su jefe motiva a los últimos supervivientes indios a abandonar sus oscuras intenciones. Sus cantos de guerra no cesan, e incluso alguno de ellos llora la pérdida de su líder, pero eligen desaparecer al abrigo de la noche sabedores de que hoy han caído derrotados. Si hay, no obstante, algo seguro, es que los pieles rojas volverán a cobrarse su venganza. Las lágrimas que caen en estas oscuras colinas solo se vierten por la pérdida de alguien querido.

La refriega deja en vuestro bando heridas y desaliento. Habéis luchado bien, con fiereza y valor. Solo así habéis podido sobreponeros a la avalancha que amenazaba con enterraros vivos. Danna se desangra en el suelo, inconsciente. Su rostro, tenso por el dolor, muestra una muestra extrañamente plácida. Lynch resuella con gravedad, soltando alguna que otra risilla ronca mientras maldice a los pieles rojas. Maverick vuelve a gritar desesperado, pidiendo ayuda al doctor, que se aproxima con cautela con su atronador rifle mientras se atusa el mostacho. Marston jadea mientras grita el nombre de su hija. Y Darius... Darius está ungido en sangre roja. La misma que le une al malnacido que ha intentado acuchillarle.

¿Dónde está Maddie?

- Tiradas (3)

Notas de juego

Por ser justo, tenía pendiente lanzar el daño del garrotazo sabiendo que Danna también tomó The Magical Soup of Maddie Mae ^^

Como puede comprobarse, al 9 de daño que tenía ya, se suman 5 más. Danna tenía 13 puntos de vida (sus 10 de base + 3 de la sopita) y perdió 14. Inconsciente ;-)

(*) Disco Spu: Suelo agilizar en estos casos y narro el final del combate yo mismo, pero en este caso creo que te mereces darle tu toque personal ^^

Venga, retomamos dosificando, que han pasado bastantes cosas por aquí.

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28/09/2021, 10:49
Dr. Klaus von Heizinger

Echándose el Krag a la espalda, el doctor lanza un silbido mientras se aproxima a la concurrencia.

¡Mis felicitaciones, Damen und Herren! Sobrevivirrr a un ataque indio de esta virrrulensia es algo harrrto improbable. Ha sido todo un despliegue de ingenio táctico, nerrrvios de aserrro y... —El doctor arquea una deja asombrado por el estado sanguinolento de su buen amigo Darius antes de añadir. —...y todo un festival de violencia descarrrnada, ciertamente.

Advirtió el astuto Von Heizinger que Danna Deck se había llevado la peor parte de la refriega, exceptuando, claro, el actual estado del indio que le había plantado cara a Darius DeQuinn. Pobre ingenuo.

Hmmmmm... ¿Qué tenemos aquí? Ajá... Una nada sutil combinación de incisión por arma filosa en el tórax junto con un porrrtentoso trrraumatismo crrráneoensefálico... —Miró de repente muy compungido en todas las direcciones solo para cerciorarse de que la pequeña Maddie no estaba por los alrededores. —Ups... Jijiji... De ninguna manera debe decirse fálico en presencia de menores, mi taciturrrno amigo Malone. —dijo al vaquero dándole unas palmaditas en la mejilla. —Anime esa cara, mi enigmático camarrrada de marcados pómulos. Vivirrrá. Quizás necesite algunas semanas de reposo y es más que probable que tenga menos movilidad en el brazo derecho. Por lo demás, una cicatriz siempre da perrrrsonalidad a una dama distinguida como la señorita Deck, ¿ja?

Desde luego, no se podía acusar al buen doctor de hundir la moral de las tropas.

 

- Tiradas (2)

Notas de juego

Hago en oculto una tiradita para ver cuántos puntos de vida recupera Danna. Ya veremos cómo afectan las heridas a nuestra forajida en la siguiente actualización ;-D

Podéis postear todos. Me reservo a Marston para cuando hable Maddie ^^

Dadle caña, que quiero revitalizar el ritmo de esta, nuestra partida más americana XDDDDDD

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28/09/2021, 11:04
John Lynch

Que me bañen en mierda y me acicalen los cerdos... —reflexionó con elegancia el viejo Lynch en lo que parecía el preludio de un pensamiento ilustrado mientras recargaba su rifle. —Dios sabe que creí que no lo contaría. Jamás vi a los pieles rojas atacar con esa ferocidad.

Lanzó su esputo de rigor al tiempo que se mesaba la barba en una mueca en la que lucía sus cariados dientes amarillentos.

Diablos, chaval. Hace un momento parecías ser la mano de Dios. —dijo dirigiéndose a Malone. —He visto pistoleros muy hábiles a lo largo de mi vida. Pero hijos de puta que amartillen el arma a esa velocidad... —No acabó la frase. Simplemente, lanzó una risotada muy breve y sacudió la cabeza. —Mejor ellos que nosotros. Es lo que yo digo. 

Un poco de pragmatismo americano nunca viene mal.

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28/09/2021, 12:31
Darius DeQuinn

Quizás la corpulencia del indio que saltó sobre Darius podría aparentar que aquel combate era igualado. Incluso que al tener un cuchillo en su mano frente a las vacías manos del negro jinete, el indio tenía una ligera ventaja. Puras apariencias.

Las matemáticas son implacables: para igualar un puñetazo de Darius necesitarías, por lo menos, algo de pólvora. Y no cualquier pólvora. Si querías acabar con Darius de una cuchillada, más te valdría haberlo hecho de forma sigilosa, sin despertar su Leviatán interior. Hacerle una herida no letal es abrir una compuerta: al mismo tiempo que supura sangre, por esa abertura brota tu destino fatal. Ver la sangre de Darius DeQuinn es una premonición de lo que te espera.

El puñetazo que destruyó la cara filosa del indio fue sólo el preludio de su viaje al más allá. El indio cayó aturdido al suelo y Darius saltó sobre él envuelto en una furia que parecía ser una continuación de la visión que había tenido hacía unos momentos.

El señor DeQuinn, sentado sobre el pecho del indio, agarró el cuchillo del salvaje, que había quedado en el suelo, a un costado, y lo clavó brutalmente en un lateral del cuello de aquel hombre. Hasta la empuñadura. Los ojos del indio se abrieron de golpe, justo a tiempo para ver cómo llovía.

Darius movió ese cuchillo por el cuello del hombre como quien mueve una palanca atascada, con las dos manos, cercenando a su paso arterias, nervios y músculos. Esa noche llovió sobre las Black Hills, que fueron un poco menos Black y un poco más Red. La ancha herida del indio fue un surtidor que empapó el rostro de Darius DeQuinn con fuerza y también regó las cercanías.

El negro quedó sentado sobre el pecho de aquel hombre, con la respiración acelerada.

¿Quién es el piel roja ahora? —le dijo en un grave susurro, justo antes de hundirle su puño cerrado en la cara, con todo el peso de su cuerpo, aplastándole los huesos del cráneo, que hizo un ruido entre el catacroc huesudo y el chof de los blandos sesos ahogándose en un charco de sangre.

Aquello no fue bonito.

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03/10/2021, 11:41
Madison Maddox

Madison se tapaba la boca conteniendo el grito que pugnaba con salir de su garganta mientras sus ojos plagados de lágrimas observaban a Danna Deck caer al suelo con un hacha clavada en su pecho. Había muerto. Aquella mujer valiente y decidida a la que tanto había admirado horas antes yacía en el suelo y la joven creyó que estaba muerta. Oyó a su padre gritar su nombre, pero su cuerpo se había congelado. Habría querido correr hacia él. Abrazarle. Protegerle de todo mal. Pero sus músculos se negaron a moverse mientras una avalancha de emociones la sobrepasaba. Su joven mente le otorgó una cualidad sobrenatural a aquellas sombras emplumadas que habían surgido de la noche para arrebatarles la vida. No eran hombres. Eran demonios y querían mucho más que sus vidas. Querían sus almas. 

Mientras veía a Darius luchar contra el indio que le había herido sus manos comenzaron a sudar y se aferró con tanta fuerza a la roca tras la que permanecía oculta que sus nudillos palidecieron. La violencia que vino después consiguió que la joven cerrara los ojos con fuerza y se acurrucara contra la piedra asustada. Solo la voz de Von Heizinger consiguió sacarla de su trance. Poco a poco se puso en pie y dio un paso adelante. Se internó en el claro, primero andando y finalmente corriendo se lanzó en los brazos de su padre. Su respiración se intensificó en un intento por contener las lágrimas que seguían pugnando por inundar sus mejillas. — Lo siento. Lo siento mucho. ¿La señorita Deck sobrevivirá? ¡Te han herido! —Ni siquiera sabía por qué se disculpaba. Por ser pequeña. Por no saber disparar. Por haber permanecido escondida. Aunque ahora podía hacer algo. Podía ayudar. Con ágiles pasos se acercó al fuego y calentó agua. Con un paño limpio y su estuche de herramientas volvió con su padre y comenzó a tratar sus heridas. Luego podría curar a los demás. 

Con tristeza pensó en su incapacidad para hacer frente al peligro, en lo indefensa y pequeña que se había sentido en su escondite y una decisión irrevocable se abrió paso en su voluntad. Aprendería a disparar. Aprendería a defenderse. Aprendería a sobrevivir o moriría en el intento. 

- Tiradas (1)
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04/10/2021, 17:14
Jake Marston

Marston parecía estar aún entero a pesar de la carnicería, salvando un feo corte en el costado que había traspasado la camisa. En peor estado había quedado el indio que le había atacado abordándole con un imponente salto desde su montura, con tres aberturas marca Colt emergiendo por su espalda destrozada. Se mantuvo en silencio, jadeando y recuperando el resuello. Sus ojos fueron a parar a la grotesca obra de arte abstracto que habían esculpido las manos de Darius. No parpadearon. Fue ese preciso instante en el que el negro supo sin mácula de duda que aquel tipo tenía un pasado marcado por una extrema violencia.

Los ojos de Marston no miraban el cadáver, evocaban un pasado que parecía perseguirle allá donde fuera, no importaba el lugar, siempre implacable, sin mostrar flaqueza. Solo Maddie pareció traerle de vuelta de la oscuridad en la que se había sumido tras la quietud que había seguido a la refriega.

Marston rodeó con el brazo a la niña en un gesto macilento, su rostro aún azorado.

No es nada… Lo has hecho bien. —calmó a Maddie hablando en voz baja, dejándose lavar las heridas. Marston sabía que la niña tenía buenas manos. No era la primera vez que le suturaba una herida.

Ella… No lo sé. —contestó mirando de medio lado al médico mientras limpiaba y cosía la terrible herida a Danna.

Buscó con la mirada al tipo que recitaba la letanía poco antes de que apareciesen los pieles rojas. El hombre, exhausto y al borde la inconsciencia, estaba sentado en el suelo, su espalda reposando contra el tronco de un solitario árbol en el claro en el que habían montado el campamento. Las flechas aún relucían en su omoplato como si de dos astas huérfanas de bandera se tratasen.

Marston resopló con pesadez al tiempo que se levantaba y encaminaba sus pasos hasta él.

No me sigas. —dijo a Maddie con un susurro ronco y seco.