Partida Rol por web

12 de diciembre de 2016  Cerca de Cleveland

 Un par de horas tras ocultarse el sol, alguien llama a la puerta de vuestro pequeño refugio. Una voz masculina suena tras la puerta.

 -Sartre! Abre la puerta! Tenemos que hablar.

12 de diciembre de 2016 Detroit

Un par de horas tras ocultarse el sol tu sire recibe una llamada, cabecea un par de veces mientras dice que si y cuelga, puedes ver la mezcla de consternación e indecisión en su cara mientras se deja caer en su butacón favorito.

 -Mierda... Tenemos problemas.

 12 de diciembre de 2016 Chicago

Un par de horas tras ocultarse el sol eres llamado a la sala del regente de tu capilla, el aprendiz que te avisa dice que no sabe porque se te requiere.

Me encontraba yendo nuevamente hacia la biblioteca pero me sorprendio mucho cuando el aprendiz me dio el mensaje que el regente de la capilla me estaba llamando,cosa rara porque no me acordaba que me hubiese pedido que buscase un nuevo libro o algun grimorio antiguo que poseía la biblioteca...me preguntaba mentalmente que era lo que el regente necesitaría de mi en esta ocasión.

Camine lo mas deprisa que podía con mis cortas y pequeñas piernas,así que tarde un rato en llegar,una vez que estuve ante la puerta del regente toque la misma esperando que me permitiese pasar,luego que recibiese su permiso para pasar entraría,cerraría la puerta para decir:

-Buenas noches Regente,con su permiso,usted me llamo por un asunto urgente,y heme aquí presente,si disculpa mi atrevimiento,¿podría tomar asiento?,es que mis piernas cortas y pequeñas no me permiten estar mucho tiempo parado.

Si me permitía sentarme,a continuación tomaría asiento,sino continuaría parado,lo que si agregue:

-Disculpe Regente,con su permiso,¿podría servirme una copa de vino?

Espere la respuesta del Regente.

Me despierto con tedio y me quedo mirando fijamente al techo durante un rato. Será mi único momento de descanso en toda la noche, así que paladeo cada segundo. La lucha en Detroit es dura y el trabajo nunca para. Podría ser que tuviésemos que desplazarnos a investigar un tiroteo, buscar y eliminar a un camello o con algo de suerte simplemente vigilar a alguien sospechoso de estar vinculado al Sabbat. Quién sabe lo que Robert tendrá entre manos.

Salgo afuera de mi habitación y busco a Robert con la mirada. Está en mitad del salón, reflexivo, mientras lee no-se-qué periodicucho local. Cada día cambia. Manías sanas.

Le saludo con la mirada, abriendo ligeramente los ojos, y le dejo con sus reflexiones, para proseguir yo con las mías mientras miro por la ventana.

De repente suena el teléfono y Robert lo descuelga. Mantiene la típica conversación monosilábica de "me estás jodiendo" durante un breve espacio de tiempo. Malas noticias.

-¿Graves o muy graves?-pregunto preocupado.

 El regente te recibe sentado tras su escritorio y te invita a tomar asiento con un gesto, aunque siempre te ha tratado bien, incluso dirias que le caes mejor que otros aprendices, su gesto es más serio que lo habitual en sus charlas contigo.

  -Miguel... Tenemos un problema, Boston está siendo atacado en este mismo momento, los salvajes del sabbat han roto la tensa tregua que se mantenia hasta ahora.

 La pirámide exige que se envien refuerzos a la ciudad, porque no debe caer, seria la entrada del Sabbat a toda Nueva Inglaterra desde los bastiones de Cánada. Y lamentablemente, han pedido que tú seas trasladado.

 El regente Johan deja unos momentos para que interiorices la información y prosigue.

 Sé que no eres un guerrero, pero creo que lo harás bien, antes de que te marches he de decirte algo más, he tramitado mi recomendación de ascenso y ha sido apobada.

 Te alarga un papel sobre la mesa en el que puedes leer.

   Por la presente comunico que el ascenso de circulo de Miguel Lara queda aprobado y será efectivo de inmediato.

 El sello hace referencia al Lord de Nueva Inglaterra pero o puedes descifrar nada más.

-Habría preferido que sirvieses en nuestra capilla como aprendiz de tercer circulo, pero el clan es lo primero. Ahora recoge tus cosas, prepararé un ritual para trasladarte a tu primera escala.

 Ve. 

 -Muy graves, sientate...

 Dice señalando el sofá frente a él. Robert se incorpora hasta apoyar los codos sobre sus rodillas y se frota los ojos.

 -Boston está siendo atacado en este mismo momento, piden refuerzos... Me han llamado para pedirme que envie a alguien con experiencia, confio en ti y en mi, pero yo no me puedo ir de aqui, esto no es una guerra abierta, pero las escaramuzas no cesan, tenemos los contactos...

 Deja de hablar y te mira unos instantes.

 -Tienes que ir tu...

Me siento en el sofá como si me quemara el culo, que Robert esté tan preocupado no es buena señal en absoluto. Es fácil verle estresado por algo, a fin de cuentas lleva media no-vida jugándose el pellejo, pero casi nunca afirma que algo sea "muy grave". No le gusta nada el drama.

Escucho con atención todo lo que me dice, al igual que él previamente me froto los ojos y me dejo caer sobre el respaldo del sofá. La gente que ha luchó por recuperar Boston caga plomo y mea petróleo. Son de lo más duro que tenemos. Si piden refuerzos la cosa tiene que estar muy jodida. Me incorporo de nuevo y me llevo las manos a la cabeza, apartándome el pelo de la cara. Después de todo lo que ha pasado y está pasando en Nueva York, Boston es una ciudad clave, no puede perderse esa punta de lanza. Es el puerto más grande y más cercano que tiene la Camarilla para conectar el Viejo y el Nuevo continentes. Si cae sería un desastre, no solo aquí, sino allí también. Miro al suelo a la par que hablo.

-Sí...-respondo con hilo de voz- no podemos tirar por la borda el trabajo de tantos años aquí. Y los contactos son tuyos, no míos. No responderían igual. Y si les están atacando allí no podemos vacilar.

Reflexiono durante un largo minuto. La guerra está allí. La guerra dura y real. Me doy unas palmadas en las rodillas a la par que me levanto como si se hubiese accionado un resorte.

-Voy a preparar mis cosas-digo a Robert a la par que voy hacia mi habitación. Comienzo a escupir palabras y preguntas como una metralleta. Hablo un poco más alto conforme me alejo, aunque espero que Robert me siga-, ¿qué necesito saber? Ya sabes, ciudades por las que puedo pasar y por las que no, Príncipes amigables, contactos... ¿hay alguien que esté controlando el reclutamiento?

Empiezo a buscar cajas o maletas en las que meter mis cosas.

La puerta se estremece ante los golpes cada vez más fuertes.

-VAMOS SARTRE!!! Tengo algo que proponerte! No me hagas entrar a las malas y reventarle la cabeza a ese engendro qué llamas hijo!!

La bisagra superior de la puerta se desencaja dejando la puerta parcialmente descolgada, otro golpe así y seguramente se acabe de descolgar.

Asiento a lo que dice el Regente y me tome la libertad de beber el vino que pedí permiso al regente para beberlo y luego de hacerlo,me fui a mi cuarto,comencé a poner las cosas que consideraba importante en orden desde ropa hasta libros y cuando termine de tener todo listo.

Me fui a de nuevo al cuarto del Regente para decir:

-Regente,ya me encuentro listo,mi valija esta hecha y no tengo nada más,mas adelante hablare con mi criada para que viaje allá ella también.

Al beber el vino, comienzas a sentir nauseas y lo vomitas en apenas dos segundos, dejando todo el vino en el suelo, enfrente del Regente.

Me asiento lo mejor que puedo y limpio el piso que ensucie para decir:

-Discúlpeme Regente,pero esta noche no había probado ni una gota de sangre de una presa traída por mi criada a mis aposentos dado que me llamo rápidamente y respondí a ello,espero que ella cuando me encuentre en la ciudad que me va a enviar me pueda traer a una mortal como lo que necesito,de nuevo mis disculpas,y ya me encuentro listo para el viaje.

Termine de decir esto una vez que concluí de limpiar el piso y tenía la valija ya hecha.

Con la disciplina y el orden que requería, estaba cumpliendo con la rutina matutina consistente en alimentar a los reptiles e ir llenando un cuadro en mi bloc de notas:

- número 12... palidez: ok, ritmo cardíaco: lento...

De repente oigo el arconte aporreando la puerta y me doy prisa a terminar de apuntar 

- temperatura... veintidós... ¡YA VA!

el bolígrafo rasga el papel con premura y suelto el bloc de notas sobre la mesa para dirigirme a la puerta.

Con el boli todavía en la mano, abro y saludo a William.

- Buenas noches Arconte D´Tourgh. Pasa por favor.

Le llevo hacia el comedor con el rostro contradicho

- ¿Qué ha ocurrido?

voy al grano, intuyendo que la agresividad del hombre y sus formas descontroladas debían ser el resultado de algún hecho inesperado del que sin duda iba a acabar pagando yo las consecuencias.

El hombre entra como una exhalación en vuestro refugio y se queda de pie dando muestras de nerviosismo.

-Buenas noches Sartre, ya estaba empezando a pensar que habías huido con tu hijo...

Lanza una mirada a la sala buscando al muchacho.

-Tengo buenas y malas noticias para ti, las buenas son que he encontrado la manera de que quedes libre de tu "pecadillo" las malas son que para que quedes libre, tendrás que ir a Boston en mitad de una puta guerra...

Sonrie malicioso.

-Eso si, si sobrevives y colaboras en la defensa, podrás quedarte alli con tu hijo, de eso te doy mi palabra.

Como siempre el Arconte resultaba intrigante, tan pronto parecía colérico, como que disfrutaba con el sufrimiento ajeno, como te daba su palabra de algo de una forma que se hacia difícil que dudases de ella.

-Oh... por cierto, no es na sugerencia...

Robert te observa unos momentos desde el sillon. De repente se levanta como movido por un resorte y te empieza a ayudar a prepararte.

-Si, si... es la única solución.

Pulula por la sala mientras sigue hablando.

-La verdad es que no conozco a nadie en Boston, nadie en quien confiar quiero decir, ten cuidado. Aquello va a ser la guerra, no es como esto, aqui hay escaramuzas, guerra de contraespionaje, aquello puede ser un infierno si todo es como me lo han contado...

Un mensaje llega al móvil de Robert, lo lee detenidamente y tras escribir algo en el bloc de notas que está sobre la mesa, arranca la pagino y te la da.

-Esta es la dirección a donde debes ir, alli se te deberian unir algunos más.

El regente te oberva arreglar el desaguisado.

-Miguel, a partir de ahora vas a representar a nuestra capilla ante el clan y al clan ante la camarilla en una ciudad en crisis. Debes evitar estas cosas, aqui has sido tratado de manera benevolente porque ese es el estilo que elegí para mi capilla, pero no puedes esperar el mismo trato en tu nuevo destino, habrás de ganarte cada favor y cada ventaja que se te dé, ¿Queda claro?

Una vez dicho esto el regente se incorpora y te acompaña a uno de los laboratorios de la capilla donde se han retirado todos los enseres y trazado unos circulos concentricos en el suelo llenos de runas y simbolos que no comprendes.

Asiento a lo que dice el Regente y respetuosamente me guardo a silencio y no digo nada mas,acompaño al Regente al laboratorio y lo veo trazar unos círculos raros de lo que no entendía nada y aunque intentase entender no serviría de nada dado que ya me encontraría en la nueva ciudad.

Espere a que el regente terminase de hacer lo que tuviese que hacer y me explicase que debía de hacer yo a continuación para viajar a la ciudad de Boston,hacía años que había leido algo acerca de Boston,ciudad donde se había firmado la carta de derechos,importante ciudad en contra de los ingleses en la revolución americana y también donde se dio la ¨fiesta del té¨,de dichos eventos estaba casí seguro que nuestro clan había participado de dichos eventos aunque no se mencionaran en los libros de historia.

Conmigo llevaba la valija y una vez que el Regente termino todos los preparativos le dije:

-Regente,por favor avisale a Evangeline donde me podrá encontrar a partir de ahora,estoy seguro que necesitare de sus servicios,e intentare ponerme lo mas rápido posible al tanto de nuestra situación actual en boston una vez que llegue a la capilla y me pondré manos a la obra a lo que se me designe,puede confiar en mí totalmente,no le decepcionare.

Dicho esto,espere nuevamente que me indicase el regente que era lo que debía de hacer a continuación.

No es que tuviera muchas alternativas precisamente, pero trato de guardar la calma.

El arconte, como acostumbraban a hacer quienes ostentan una posición de poder, tendía a pensar que todos están a su disposición listos para actuar cuando y cómo les plazca. Su plan ahora es enviar a un soldado raso en medio del campamento enemigo con una diana pintada en la cara ¿Su objetivo? Nadie podía saberlo. Pero había una clara diferencia: yo no era ningún soldado y no tenía ni la más remota idea de cómo luchar en una guerra de monstruos letales.

- ¿Cuál es la situación de la ciudad de Boston?

pregunto procurando no mostrar agrado ni desagrado ante la decisión que se me acababa de plantear.

Robert parece ponerse más nervioso a cada momento que pasa. Conforme voy preparando mis cosas me cuenta cómo de jodidas están las cosas en Boston y qué es lo que puede esperar al llegar allí. Guerra abierta.

-A ver, ¿seguro que me estás intentando convencer para que vaya?-digo intentando ser gracioso para rebajar un poco la tensión del ambiente. Rápidamente me doy cuenta de que no es un comentario especialmente divertido, así que cierro la frase con una sonrisa un poco forzada, para luego cambiar radicalmente la expresión a una mucho más seria-. Ya sabes que no me voy a arrugar por las circunstancias Robert, lo que hay es lo que hay. No es gracioso saberse en peligro de muerte las veinticuatro horas, pero menos gracioso es tener a millones de inocentes subyugados al Sabbat. Si me gustase la calma no habría sido inspector.

Cojo la dirección que me pasa y le echo un vistazo.

-Cleveland-comento mientras hago un esfuerzo por memorizarla-, creo que podría llegar antes de que acabase la noche, ¿tú que opinas? ¿Conoces a alguien allí?

Gabriel miró a Anne aterrado. Sabía que ningún humano debía ver a su padre. Eso significaba que aquel tipo era un vampiro, y éstos no debían verle a él. Sin embargo, hablaban de cambiar de ciudad de residencia, e incluso de una guerra...

- sssh, Anne, tienes que marcharte ahora mismo, rápido. Y en silencio -susurró el muchacho-.

Una vez que ésta se alejó y, por tanto, consideraba, estaba fuera de peligro, utilizó su llave para entrar en el lugar donde estaban residiendo, entrando tan sigilosamente como la puerta desvencijada se lo permitió.

- Papá ya he llegado -dijo despojándose de una pequeña mochila que contenía una bolsa de sangre-.

- Señor, nos envía a una guerra, pero yo no veo que me haya traído ningún casco... ¿Nos envía a la guerra esa contra el terrorismo de la que hablan en la tele? ¿Mataremos musulmanes? - una mezcla de terror y fanática determinación brillaban en sus ojos-.