Partida Rol por web

Que Vincent le confirmara que no había heridos pareció aliviar a Jared bastante, incluso llegó a suspirar profundamente tras tomar una bocanada de aire que parecía llevaba postergando demasiado tiempo. A pesar de ello, la noticia de que el secuestro del autobús se había solucionado sin mayores altercados no pareció cambiar su deprimido estado.

-Menos mal. Me alegro que no haya nadie malherido.  - Parecía que sabía que era culpable de algo, pero no exactamente de qué.

Jared dio una calada al cigarro que había tomado del paquete de Vincent, soltó el humo con parsimonia y arrugó la frente haciendo memoria ante la serie de preguntas de Vincent sobre el reciente altercado. 

-Lo... lo cierto es que no recuerdo mucho, agente. Sé que estaba en el autobús, y que había miedo. Yo te... tenía miedo... La... la gente tenía mie... miedo. Pe... pero... no sé por qué... - Jared dio una calada más al cigarro, pudieron ver que la mano le temblaba más que anteriormente. Vincent intuía que decía la verdad, Jared no mostraba el comportamiento típico y las microrreacciones inconscientes habituales de los mentirosos. -Re... recuerdo algo de un tal Mike y... ¿Vi... Vinnie? - Dijo de pronto mirando al inspector como si lo hubiera reconocido de inmediato, aunque Jared parecía profundamente perdido.

Jared se llevó una mano a la frente y se frotó las sienes como si le doliera la cabeza, la migraña debía ser bestial ahora que sus neuronas intentaban conectar los recuerdos correspondientes a los eventos ocurridos.

-Sé que...  sé que secuestre ese autobús. - Reconoció por fin. -Y sé que esperaba transmitir algo muy importante pero... pero no sé exactamente qué. Tenía algo que decirle a las autoridades... No sé... Pero luego... luego todo se volvió confuso y se torció. No... no recuerdo... Hice algo malo, ¿verdad?

La cara de Jared se quedó pálida cuando Vincent le recordó que pretendía hacerse volar en pedazos.

-¿De... de verdad iba a...? Po... podría haberlos matado a todos. No lo llegue a hacer, ¿verdad? Joder. Ustedes me pararon, ¿no? Recuerdo la rabia y el fuego crecer en mí, pero luego no sé si... - Alzó la vista hacia Vincent preocupado y luego se calmó. -No.. no lo hice... usted dijo que no había víctimas. ¿Verdad?

-Sí, tío. Algo recuerdo. Recuerdo hablar contigo de... ¿de algo de la tele? - Dijo arrugando la frente de nuevo y frotándose las sienes para mitigar la migraña. Las palabras tranquilizadores de Vincent habían logrado calmar los nervios de Jared ligeramente.

Jared abrió la boca para contestar la siguiente pregunta de Vincent pero se mostró dubitativo. Algo tan simple como contar qué había hecho esa mañana, si había tomado café con bollos en su casa o en la cafetería de enfrente, si había cogido el autobús que pasaba por su casa o se había desplazado a por una línea en concreto, sí había pagado el billete o ya le había dado por amenazar a todo el mundo, eran cosas simples de recordar, especialmente en un día tan señalado como aquel. Pero a Jared le costaba recordarlo. Umbridge aprovechó el momento para lanzar su pregunta.

-Eh.. no, señora. - Contestó llevando sus migrañosos ojos hasta ella. La llamó señora porque no sabía su nombre. -No que yo recuerde. Tomo la... la medicación que... que la doctora Worten... -Se detuvo de nuevo dubitativo. -¿Me habré olvidado de tomarla? La verdad es que no recuerdo... - Miro a Vincent y volvió a frotarse la frente al recordar.

-Recuerdo desayunar y... Estaba en el autobús y... Argg joder. - Se llevó la mano a la cabeza con gesto de dolor. 

La rabia que había sentido Mackenzie hacia Jared empezó a diluirse mientras observaba la escena que se desarrollaba antes sus ojos. O aquel tipo era un actor digno de un Óscar o verdaderamente no había sido dueño de sus actos... Todo el mundo había oído hablar del control mental. Antes de que existieran los mejorados ya era posible, pero ahora era una realidad. Todos los delincuentes solían tirar de aquella triste posibilidad del control mental para eludir las consecuencias de sus actos. Era una excusa jodidamente carente de originalidad. Sin embargo, algo en la actitud de aquel tipo había encendido las alarmas de la detective Valenti.

Ella sabía lo que era ser utilizado como instrumento para satisfacer las necesidades animales de un degenerado y no poder hacer nada al respecto. La sensación de impotencia y desconcierto. Si verdaderamente lo habían sometido a control mental era posible que Jared no fuera aún consciente de esta situación, tal vez nunca llegara a serlo, pero desde luego ya estaba sufriendo las consecuencias...

Mackenzie salió de la sala de observación y se dirigió a la máquina de refrescos más cercana. Con el refresco en la mano se aproximó a la sala de interrogatorio y se dispuso a entrar. Por un momento, respiró profundamente y dudó. Puede que aquel tipo estuviera fingiendo. Puede que fuera un chalado más que había tenido su minuto de gloria y que ahora iba a pagar por ello justamente. Pero la duda se había instalado en su mente como una mala semilla.

Abrió la puerta y entró. - Hola, Jared. Me llamo Mackenzie. Yo estaba allí, cuando saliste del autobús. ¿Me recuerdas? ¿Estos dos te están tratando bien? - dice con cordialidad mientras señala a Vincent y a Adele con un gesto de cabeza. Deja la lata de refresco en la mesa y se aparta un poco, dejándole espacio - ¿Te apetece un refresco? He supuesto que probablemente tendrías sed.. Son muchas preguntas... Todo esto ha sido un poco extraño, ¿verdad? Verás, he estado dándole muchas vueltas y yo tampoco termino de comprender lo que ocurrió. Porque ¿sabes? Pareces un buen tipo, Jared... Me han dicho que estuviste en tratamiento. ¿Hace mucho que acudes a la consulta de la doctora Worten? Todos hemos pasado por épocas jodidas. ¿Qué te ocurrió para acudir a la doctora Worten? ¿Estabas pasando una mala racha?

La repentina entrada de Mackenzie provocó que los ojos de Jared se desviaran hacía la puerta de entrada y se quedara mirando a la segunda Valenti de igual manera que un cervatillo que cruza la carretera mira las luces del camión que se le echa encima. Afortunadamente para Jared, Mackenzie venía en son de paz.

-Hola señori.... digo... agente... inspectora.... - Jared se turbó ligeramente, pues no sabía muy bien como dirigirse a Mackenzie. No mostró signos de reconocerla del incidente del autobús aunque asintió con la cabeza suponiendo que eso era lo que Mackenzie esperaba. También asintió para indicar que tanto Umbridge como Vincent estaban tratándolo bien. Después miró el refresco y lo cogió con la misma mano temblorosa con la que había aceptado un cigarro de parte de Vincent un rato antes. -Gra... gracias.

Tiró de la anilla de la lata y el gas concentrado en el interior se liberó con el clásico sonido siseante cargado de burbujas que en el colectivo imaginario, y tras decenas de miles de dólares en publicidad por parte de las marcas, se asociaba a una bebida refrescante. Después Jared le dio un largo trago a la lata sin importarle todo el glutamato monosódico, el azúcar y todo lo que pudiera llevar aquella bebida carbonatada contra la que pocas horas antes había estado blasfemando. Sintió que tres pares de ojos se clavaban en él mientras lo hacía y dejó de beber con gesto asustado, ofreciéndoles un trago. -¿Qui... quieren?

Tras aquello respondió a las preguntas de Mackenzie sobre la doctora Wortman y su tratamiento.

-Sí, llevo yendo allí durante bastantes años. Ha... hace... no sé... cua... cuatro o cinco. Desde que... los poderes... Desde que los poderes... aparecieron... Ya sabe. Me... me sentía deprimido... - Reconoció con cierta vergüenza. Umbridge, que había estudiado la anamorfología y el diagrama de Quade con bastante detalle, sabía que la depresión estaba asociada al tipo de poderes que Jared poseía. - Mi padre... bueno, él era un tipo duro... - Whitten parecía más incómodo. -¿Sa... saben? Prefiero no... no hablar de esto.

-Tre... treinta y dos... - Respondió Jared tras dar un sorbo a la lata. No pareció dudar en esta respuesta. -Sí, ahora vivo solo. N... no tengo pareja ni nada de eso. -  Bajó la cabeza con algo de vergüenza, y después dio otro sorbo a la lata para intentar pasar un poco de puntillas sobre aquellos temas, en especial sobre su padre y familia.

-No tengo hermanos... y que yo sepa soy el único con... po...poderes de mi familia. Co... conozco a otros mutantes pero... ya sabes, algún conocido.

A aquellas alturas de la conversación, Vincent podía confirmar con total seguridad que el caso de Jared Whitten arrojaba un clarísimo positivo en EMAT. Lo cual indicaba que alguien había manipulado la mente de Jared recientemente. Whitten había reaccionado a las sutiles modificaciones que Vincent había hecho en su manera de expresarse, los cambios de ritmo y de entonación, como cabría esperarse en alguien que había sufrido una interferencia mental mutante continuada. Aquello significaba que había un nuevo delito que investigar, había que encontrar a quien había jugado con la mente de Jared, pues además de un posible cargo por interferencia mental ilegal, el culpable podría ser cómplice del secuestro del autobús, o directamente el principal culpable del asunto. Vincent sabía que algunas personas que habían sido influenciadas mentalmente recordaban partes de esa influencia, o al menos recordaban haber estado en ese estado.

Mackenzie conocía bien a su hermano, lo bastante bien como para percibir que había detectado algo. Aunque ella no tuviera una formación específica en el tema era bastante obvio que aquel chico estaba muy confundido. Tan confundido que era difícil de creer que pudiera ser el mismo tipo que horas antes había secuestrado un autobús. No daba el perfil. No tenía sentido... 

De repente la semilla de la sospecha que se había implantado en Mackenzie empezó a florecer. A florecer con intensidad. La pregunta del millón era ¿POR QUÉ? ¿Por qué alguien querría que Jared Whitten entrara en ese autobús y creara un caos de aquellas proporciones? ¿Por qué alguien invertiría tiempo y esfuerzo en manipular a otra persona? Si verdaderamente hubieran querido volar Nueva York ya estarían todos muertos. Podrían simplemente haberle manipulado para que hiciera KABOOM!, pero no parecía ser ese el objetivo. Pero ¿y si...? ¿Y si todo aquello no hubiera sido más que una distracción? ¿Una manera de que todos los ojos miraran hacia Jared... y no miraran hacia donde deberían haber estado mirando? ¿Se habría cometido algún delito mientras Jared estaba en aquel autobús? ¿Algún delito que hubiera pasado desapercibido tal vez? 

De repente, Mackenzie sintió un impulso irrefrenable. Aquella idea no dejaba de darle vueltas. ¿Es posible que alguien hubiera usado a Jared como distracción? Pero ¿para qué? No parecía que Jared fuera a serles de mucha ayuda y era lógico pensar que el que le hubiera hecho aquello habría cubierto bien sus huellas. Se inclinó junto a su hermano y le susurró al oído. - Tengo que investigar algo... Jared, ha sido un placer conocerte. ¿Necesitas algo más? ¿Algo de comer tal vez? -  La joven fue retrocediendo hacia la puerta y salió de la sala dispuesta a investigar si mientras Jared estaba encerrado en aquel autobús había llegado alguna denuncia, alguna llamada extraña a emergencias, si podía haber algún indicio de que su instinto tuviera razón. 

Mackenzie abandonó la celda de Jared con la mosca detrás de la oreja, y con la sospecha de que aquello había sido simplemente una distracción para ejecutar un plan mayor y que cualquier cosa había pasado mientras ellos perdían el tiempo con Jared. Pero no fue así.

Consultó las noticias en su teléfono móvil mientras volvía a la sala contigua desde la que podía ver la conversación de sus compañeros con Jared sin ser vista, y desde ahí llamó a las oficinas de la UDIM para preguntar pero no había nada relevante en las pocas noticias que escapaban a la gran noticia del día sobre el secuestro del autobús. Tampoco en la oficina hubo más suerte. Nadie había reportada ninguna llamada que se saliera de lo habitual. Nada extraordinario: un ladrón que había robado en una tienda de ultramarinos que ya llevaba tres atracos en aquel mes, una pequeña pelea entre dos conductores siendo uno de ellos un mejorado, y sucesos de aquel estilo, que sucedían eventualmente con bastante normalidad en una ciudad tan grande como Nueva York,

-No, gracias, señora... agente. - Respondió Jared a la pregunta de Mackenzie antes de que se fuera. -Estoy bien. Gracias.

Después asintió a la pregunta de Umbridge y se dispuso a contestarla. Era bastante sencilla. Pues se refería a su día a día. Pero Jared se quedó con la boca abierta y se detuvo sin contestar. Tartamudeó ligeramente y se llevó una mano a la frente mientras hacia memoria, masajeandose las sienes y el puente de la nariz.

-No... No lo recuerdo. -Dijo angustiado.

A base de ir haciéndole preguntas, llegaron a la conclusión de que Jared tenía lagunas bastante evidentes en sus recuerdos. No recordaba la mayor parte de sus actividades durante aquel último año. Tampoco recordaba noticias y eventos televisivos de gran trascendencia en la cultura pop de aquel tiempo, ni siquiera aquellos que él mismo había mencionado aquella mañana en el autobús cuando hablaba con Vincent. No recordaba nada del tema de Justin Bieber ni el remake de Friends, y juró y perjuró que no tenía nada en contra de Stallone. Hasta se declaró fan de Rambo y todo.

-Recuerdo a la mujer. - Dijo de pronto, con la mirada perdida en un punto indeterminado del suelo de la habitación. -Hay una mujer desmembrada sobre su cabeza...

Jared respondió al abrazo de Vincent con cara de circunstancias, era algo que no se esperaba para nada y que no sabía muy bien si estaba permitido. No dijo nada, pues ellos eran los detectives y de todos modos no sabía qué podía decir. De pronto, una voz distorsionada sonó sobre sus cabezas desde algún altavoz oculto.

<<NADA DE CONTACTO FÍSICO>>

Tanto Jared como los propios agentes se sobresaltaron ante la inesperada voz. Luego se recordaron que había un agente controlando el botón del pánico por si a Jared le daba por hacer de Fukushima de nuevo. McKenzie, desde la otra habitación, pudo ver la cara de pocos amigos del guardia por la ocurrencia de Vincent.

Después de eso, sucedió que Jared empezó a recordar algo sobre una mujer desmembrada que le angustió mucho. Tanto Vincent como Umbridge trataron de pedir explicaciones al respecto, ponerle pausa al relato atropellado y caótico de Jared y conseguir que explicara con tranquilidad aquello. Pero Jared recuperó el ritmo normal de la respiración, se frotó las sienes de la cabeza dolorida y negó con la cabeza.

-No... No puedo recordarlo. Era... era una mujer pero... pero el recuerdo ya no... Se ha ido. No sé qué... No entiendo qué significa.