Partida Rol por web

Podias sentirte afortunado.

Estabas en una carcel saturada de presos como tu y mucho peores pero al menos tenias una celda individual que cerraba cada noche. No entendiste el motivo de este privilegio inesperado pero tampoco se te ocurrio protestar. Podian haberte confundido con el lider de una banda peligrosa de las que dominaban las mafias dentro de la carcel y aunque era un antro inhumano, altamente antihigienico no habias tenido que soportar "la bienvenida del novato" y tu culo continuaba tan intacto como cuando entraste por la puerta.

Despues de un par de semanas notaste revuelo en la planta. Los guardias hablaban mucho entre ellos, te miraban y sonreian como si supieran algo sobre ti que tu ignorabas.

Estoy en el puto paraíso

Se decía todo el tiempo. La verdad es que todo parecía mejor adentro de la cárcel que en las calles. No creo que la cantidad de cargos que levantaron contra mí y el éxito mediático, sumado a los millones de créditos, que reportó mi juicio y mi condena hayan pagado este privilegio. Algo deben estar planeando estos hijos de puta. Pero no tengo nada que perder, ya no, nunca lo tuve. Volvió hacia atrás, en el torbellino que ocupaba su mente desde que fuera líder del SASMAM, recordando cada momento que había considerado precioso y destrozándolo. Esa perra lameculos, chupapollas del gobierno, si alguna vez la encuentro de nuevo, le rajaré el coño y la dejaré como alimento de ratas y gusanos, que se ahogue en su propio pus.

Sabía que solo le quedaba su vida, ya nadie dependía de él como antes, ya había tenido tanta venganza en sus manos que se había asqueado.

Voy a vender cara mi vida, porque estas rejas no van a durar mucho. Me mancharé de sangre muchas veces, y lo voy a disfrutar. Cada vez que acabe con alguno de estas mierdas, pensaré en ella, y la mataré una y otra vez. Hasta que algún cabrón más duro que yo me mande al otro barrio.

Se puso a entrenar golpeando la pared con sus puños limpios para no perder estada físico y dureza.

Escuchaste pasos en el corredor. Pasos pesados y seguros de buenos zapatos. El olor a colonia de marca te decia que un pex gordo se acercaba. No era un abogado, al menos no uno de los que tu podias pagar.

En un par de minutos estaba ante ti.

-Buenos dias señor Marco. Soy Patrik Lembert, director de proyectos del mejor canal de television de la tierra. Vengo a informarle que mi compañia a comprado su persona al penal y en brebe sera trasladado a las instalaciones de un nuevo programa que hara historia. Es una oportunidad escelente, el mayor premio en creditos jamas entregado, podra comprar su libertad, exclavas propias, todos los lujos y caprichos que quiera, ademas tendra la oportunidad de ser una gran estrella... o morir ante una camara. ¿Que le parece?

Ahora caen todas las fichas en su lugar

Dejó de golpear la pared, el último ruido sordo de sus puños ahogó un silencio momentáneo. Sus nudillos tenían la piel levantada, pero no se veía rastro de sangre, tenía callos que había trabajado duramente contra concreto y carne.
Se movió perezosamente, se lo notaba algo sudado pero respiraba suavemente. Alcanzó las rejas que los separaban y se relajó contra ellas, haciendo que sus ojos se encontrasen, parecía estar desafiándolo con la mirada, era lo que hacía por instinto.

Espero que hayan pagado una buena suma por este cuerpo se señaló a si mismo porque van a tener un buen show señores. Esta celda es cómoda y tranquila, pero me está ablandando y dentro de poco voy a empezar a no reconocerme. se miró a el cuerpo como realizando una mímica de lo que iba comentando Tienen en su poder al terrorista más buscado, ahora sin sus implantes, pero sigue siendo una estrella. No lo desperdicien.
Mostró una amplia sonrisa, una burla, seguía retándolo con la mirada; él tenía que ser el mejor, o al menos parecerlo.

Espero no haber volado por los cielos y los infiernos algún laboratorio subsidiario de su cadena, si fue así, sepa que no me arrepiento un pelo y que volvería a hacerlo.
 

- Asi es, señor. Una suma muy elevada pero sabiamos que merece la pena y no nos decepcionara. De hecho venia a ofrecerle un papel destacado como lider del grupo.- dijo con una sonrisa cinica.- Vera, nuestro concurso esta basado en un antiguo circo romano, ustedes seran gladiadores modernos. Vencer les dara creditos con los que comprar comodidades o placeres, aparte del incentivo de poder matar al margen de toda ley. Cualquier crueldad que imagine podra llevarla a cabo, de hecho se le premiara por ello.

No obstante, como lider del grupo, tendra que asegurarse de que sus miembros esten siempre en plena forma para dar el maximo en el espectaculo. Esto se reflejara en una cantidad extra de creditos por sus victorias pero no todo es bueno. Esta la parte de los castigos. Los perdedores quedaran a merced de los ganadores y seran estos los que decidan que hacer. No podran negarse a nada... a nada.- recalco esperando una reaccion.

¿y la diferencia de eso con las calles? Nada, es lo mismo pero hecho para televisión. La gente quiere ver lo mismo que no quiere ver a la vuelta de la esquina. Cruzó los brazos Me parece una buena elección la que hizo, una buena inversión. Su cadena va a llenarse los bolsillos, se lo aseguro hizo una pausa prolongada usted no debe saber lo que es la vida en los suburbios, pero no lo culpo; no duraría ni media tarde

Se relajó, iba a ser más divertido así que esperar alguna incursión del los presidiarios acá.

Ya extrañaba a los viejos muchachos del callejón, ahora tendré carne mejor seleccionada, de exportación. Esto va a ser demasiado asqueroso.

El precio de los quince minutos de fama

- Genial señor, dentro de unas horas vendra el equipo de acondicionamiento y le prepararan para ser trasladado. Le aseguro que si da lo que le pedimos sera muy bien recompensado.- dijo Patrik con la sonrisa de un animal carroñero antes de marcharse por donde habia venido.

Cuando el barbudo se hubo retirado, Marco se puso a entrenar seriamente, usando las sórdidas paredes que tenía a mano como bolsa de arena. Sabía que necesitaba comenzar a moverse más y no estancarse. Condenada puta, así siguió hasta caer agotado en el camastro. De la clandestinidad a la televisión, estos esclavos si que saben divertirse.

Pasaron unas horas de tranquilidad, llego la noche y apagaron las luces. Pensaste que irian a por ti al dia siguiente pero en plena noche, de madrugada, un foco potente te hizo abrir los ojos cegandote dolorosamente.

- ¡Arriba, recluta!.- gruño alguien enfadado.

Alguien entro en la celda y te esposo las manos a la espalda. Te empujaron por el pasillo hasta las duchas.

Tus ojos se aconstumbraron a la luz y viste al dueño de los gritos. Iba acompañado de cuatro tipos uniformados, con la cara tapada por cascos negros.

Esos tipos te arrancaron la ropa sin miramientos y te empujaron a la ducha para suministrate un buen manguerazo a presion. El agua helada golpeo tu piel sin compasion con tal fuerza que te tiro al suelo brutalmente. Eso no les hizo parar, te dedicaron una gran cantidad de agua, hasta que quedaste adolorido, medio congelado y empapado. Te levantaron y subieron a una camilla donde eliminaron con una luz de laser GBH cada folinculo de vello que tenias de cuello para abajo. Nunca mas volveria a crecer ningun pelo por donde esa luz pasaba.

Agradeciste el agua helada de antes porque aquella luz quemaba como el infierno. Toda la piel se te quedo enrojecida e hipersensible.

El hombre que estaba al mando te tiro un uniforme, un mono negro con una cremallera hasta el cuello.-Pontelo, recluta o la piel se te caera a tiras.- gruño tras soltarte las manos.- Sin tonterias a menos que quieras que convierta tu culo en la nueva entrada del metro.

Con el cuerpo ardiendo ya estaba despierto del todo. Vaya recibimiento, yo creía que ésto era una prisión. Cuando fue soltadose se incorporó en toda su estatura, mientras iba sintiendo cada centímetro de piel que gritaba DOLOR hizo una mueca que mostraba simplemente que era un cabrón. Había aprendido adisimular esas cosas, aunque esta vez estaba costando demasiado.

Mientras levantaba el oscuro uniforme y se disponía a vestirse, miró al segundo hombre barbudo que le sorprendía desde ayer, arqueando una ceja Empieza la primera cita y ya me pides que entregue mi trasero, soy un hombre religioso, primero casamiento... intentó ahogar una risilla, pero dolía demasiado. Finalizó con la tarea  y se irguió nuevamente. Esperaba que esos cuatro guardias volvieran a esposarlo en cualquier momento. Cuando quieras podemos tener una segunda cita, pero solo tu y yo, barbitas, que con tanto guardia armado me agarra la timidez.

- Buen sentido del humor, mantenlo.- dijo el hombre haciendote un gesto para que lo acompañaras, otro tipo te esposo.

-Soy Ivan, instructor del foso. El foso es el nombre cariñoso del lugar al que te llevo. No esperes que alli se te trate con tanto mimo.- dijo con tu mismo sentido del humor.- Quien no soporta esto es descartado asi que... enhorabuena, has pasado la prueba para ir al infierno.

El hombre parecia que cumplia su trabajo, no era algo personal ni disfrutaba con ello.

Observó cuidadosamente cada movimiento que hacían, cada lugar al que entraban. Mirando fijamente al instructor cada vez que pronunciaba algo. Caminaba con pasos pesados siguiendo el camino por el cual lo guiaban. Interesante trabajo, ser instructor en este lugar, imagino que cuesta ganarse una posición así. Habrás aplastado muchos cráneos. Fue sintiendo como poco a poco el dolor se calmaba. Ya podía volver a pensar con claridad. Estaba listo para romper brazos y narices si hacía falta para adueñarse de algún lugar cómodo en su nuevo hogar.

- He sido mercenario y participado en tres guerras.- Aseguro Ivan con firmeza mientras te llevaban por pasillos que no sabias ni de su existencia.- Lo peor que vieras en tu vida, el peor infierno que puedas imaginar, es mi concepto de infantil.

 Te sacaron por la puerta de atras y te metieron en un furgon blidado. No habia que ser muy listo para darse cuenta de que la cadena no queria que nadie fuera textigo de tu salida.

Te aseguraron las esposas al asiento para que no pudieras moverte e Ivan se sento frente a ti. Tenia los ojos oscuros y profundos como pozos de oscuridad.

Escuchó silenciosamente todo lo que comentaba aquel hombre. Parecía un maldito hijodeputa que había vivido más de lo que cualquiera podría contar jamás. Lo miró tratando de adivinar que clase de cosas podía hacer en un combate cerrado en un callejón. Luego imaginó que podría estar inventando historias, para hacerse temer y tenerlos a todos como corderitos bajo su yugo. De una u otra forma, aparentaba mucha seguridad, y eso merecía respeto desde su punto de vista. Se quedó observándolo durante el viaje, con cara de póquer, a ver si en algún momento flaqueaba y mostraba que era todo una mascarada o no.

No flaqueo ni un segundo. Era un tipo duro de verdad.. un autentico demonio. Supiste sin que dijera nada que podria despedazar un bebe y comerselo sin el menor reparo, delante de su madre. Tenia esa mirada de quien a olvidado el termino humanidad. Nunca habias visto con esa mirada.

El furgon paro despues de horas de paseo. Se te vendaron los ojos y te hicieron andar y parar mil veces. Imaginaste que a causa de controles de seguridad. Oias sonidos mecanicos como de puertas abriendo y cerrando mientras tus pies pisaban algo mas duro que el asfalto.

Te quitaron el pañuelo negro de los ojos para que vieras donde te encontrabas.

El lugar tenia un toque siniestro, parecia una pelicula del medievo. Viste dos arcos. Uno conducia a un pasillo con muchas celdas los "dormitorios" supusiste.

Hogar, dulce hogar francamente no esperaba eso, abrió los ojos poco a poco, acostumbrándose a la luz escasa que reinaba. Miró a un lado y a otro, a los guardias que lo llevaban. Supongo que aquí me dejan, ¿no? Chequeó su esposas. Manga de lameculos, el lugar que se han currado, creo que he visto algo así en un peli. Ahora falta que me hagan vestir armadura de metal y usar una espada.

Te quitaron las esposas y te quedaste a solas con Ivan.

- Vamos chico, lo estas deseando...- te dijo retador y te hizo un gesto con la mano para que te acercaras. Vista la mueca burlona en su cara.- Necesitas desfogarte, necesitas luchar, lo veo en tus ojos... venga, atrevete.

Marco pudo ver perfectamente aquella primera noche peleando en La Jaula, participaba en una de las peleas secundarias, como telonero para la sangría de la noche. Su oponente era Cara de Verga Josh, un retrasado que se había puesto una verga de carne sintética en la nariz, la cual usaba para poner nerviosos a sus opnentes y ganarles. Vamos chocolatito! lo apuró justo antes de empezar, seguido a eso fue derecho con todo el cuerpo y se trenzaron en el suelo. Josh trató de tomar ventaja usando la polla en un abrazo de oso, pero Marco no lo dejó y en un descuido agarró el trozo de carne colgante con la mano derecha, la cara con la izquierda y las separó repentinamente acompañado de un grito agudo y un sonido de músculos desgarrándose. Un chorro de sangre cubrió la cara de ambos, y el forcejeo en el asqueroso suelo terminó. ¡agggghhhhglglglgllllaaahhhh...! exclamaba el deforme mientras se agarraba la cara chorreante con ambas manos. El negro levantó el miembro flácido en alto, goteando y mirando al público que aullaba fuera de las rejas.
Recordó como se sentía exactamente en ese momento cuando la adrenalina, la sangre y la aclamación lo hicieron subir a la cima de aquél antro. Buen dinero, buena noche.

Volvió a mirar los ojos de aquél asesino, no eran nada similares al feto caminante que había enfrentado esa noche tan lejana, tampoco había gloria alguna en este encuentro. Pero sabía que esto implicaba respeto. Podía sentir en sus tripas que si esa muerte encarnada no lo respetara un poco, no lo hubiera retado. Tenía que empezar a trepar a los golpes, como cuando niño; magullarse, escupir la sangre, y seguir.

Seguro, es para lo que vinimos.

Dió un par de saltitos cortos, estiró los brazos y adoptó la guardia de boxeador típica que usaba. Se acercó lentamente esperando ver su reacción.

- Soy tu entrenador, tengo que ver de que estas hecho. Dejame ver tu mejor golpe.- dijo sin moverse, con los brazos relajados... demasiado relajado y seguro de si, como si tuviera delante a un niño de corta edad queriendo igualarse a su padre.- Tranquilo, no voy a romperte nada... no esta noche. Tomalo como un calentamiento.