Partida Rol por web

Después de recuperar el cuadro y recogida la recompensa, los dos miembros de la Forja, recorren la autovía de Luna cuando reciben una llamada de teléfono. En el identificador, indican que es Lowen.

Cobrada la recompensa, Frank reparte el botín. Como de costumbre, a partes iguales solo que La Forja entra como una parte más. Así que lo que sea a dividir entre 4. El dinero que queda en la cuenta de La Forja se utiliza para comprar material, reparaciones, etc.

-¿Lowen?-dice Frank descolgando el teléfono-Dime, ¿qué tienes para mí?
 

- ¿Que tal Frank? ¿Te acuerdas que hace unos meses me vendistes unas cosas de la banda de Luaku? Me he enterado que tienen un almacén en el muelle con mil quinientas botellas de alcohol. Las quiero.

-Ya...pero la forja no se dedica a la distribución de bebidas alcohólicas así que no me estás contando todo-contestó Frank-Estarán custodiadas ¿verdad?Supongo que lo que quedase de la banda se habrá reorganizado ¿Cuánto pagas? Espero que más que la última vez.

- Se que no es tu trabajo. Pero también se, al igual que todos, que te llevas bien con Glec. Ella se quedó con todo lo que la banda de Luaku tenía. Y no te preocupes, según mis informaciones, la banda desapareció, los pocos miembros que quedaron con vida, se distribuyeron en las demás bandas de la zona. Gracias a Glec, como bien he dicho. Si no llega a intervenir ella... En fin, habla con ella, consígueme el alcohol y yo te pagaré bien. No te preocupes. Y manda a Lyona a traer el envío. Siempre me gusta ver a esa tía. Jajaja. Está deseando ser bailarina en mi antro. Jajaja.

Conforme Frank va habando por teléfono voy diciendo a desganas... ¿ahora bebidas alcohólicas?... venga hombre...

-Lyona ya no está en La Forja, Lowen-contestó Frank-Hablaré con Glec. Estamos en contacto.

Colgó el teléfono y se dirigó a Threshum.

-¿Qué pasa?¿Tienes problemas con el alcohol? Parece dinero fácil. Sí, ya sé que el dinero fácil no existe, pero ¿qué hacemos?¿lo dejamos correr? Lo cierto es que seguimos necesitando buscar un sustituto para Lyona y me gustaría hacerle algunas modificaciones al camión con el dinero extra que sacamos. Un rato de descanso no nos vendría mal.
 

No, a ver... Frank, el dinero es el dinero... y si es facil mejor, pero nunca es fácil, seguro que alguno nos va a querer muerto después de esta noche... y creo que las cosas se nos van a poner malamente... si sería bueno buscar a otro u otra compinche, desde que falta Lyona esto esta un poco... no se... diferente...
El tema del pequeño... jajaja... unas modificaciones no le vendrían mal... eché de menos en medio del combate una escotilla en la parte superior del camión... y si ya te pones, un arma pesada en la misma...

-Lo que tiene este trabajo es que haces pocos amigos, es cierto. Por eso necesitamos con urgencia buscar sustituto para Lyona-contestó Frank-Pasemos por el Spadonna. Con suerte encontraremos algún mercenario en busca de trabajo.

>>Respecto al camión...sí, se le puede meter algún arma. Por eso nos interesa estar a bien con Lowen. Él nos puede conseguir alguna cosa interesante. Así que aunque el trabajo sea una mierda, creo que nos compensa hacerlo ¿Estamos de acuerdo?

Salís del Spadonna y os dirigís al restaurante sugerido por Threshun, especialista en pasta y pizzas caseras. Nada más llegar a la puerta, os encontráis con Willow, que se disponía a entrar. Al veros, se detiene y comienza a saludaros. 

Me acerco a Threshun y le estrecho la mano de manera afectiva. Luego, me dirijo a Frank.

- Tu debes de ser Frank. Soy Willow. Encantado. 

Me aparto un poco de ellos y señalo la puerta del restaurante.

- ¿Entramos?

El olor que salía de aquél lugar abría el apetito. Olía a pizza recién hecha. 

Frank divisó al tipo desde lo lejos. Por su aspecto, diría que era su hombre. No tardó en comprobar que así era cuando este le estrechó la mano. 

-Así es. El placer es mío. Nunca había conocido a un amigo de Treshum-dijo bromeando mientras correspondía el gesto añadiendo una sonrisa-Empezaba a pensar que no tenía ninguno. Entremos, pero te advierto que soy muy exigente con la pizza. Desciendo de italianos. 

Sonrío ante las ocurrencias de Frank. Era bueno rompiendo el hielo y quería ser simpático y agradecido a la vez que exigente. Podría llegar a ser un buen jefe, no había duda, y eso me tranquiliza. Me doy la vuelta y abro la puerta de la pizzeria y entro. Nada más entrar, me encuentro con una escena muy poco apropiada para un restaurante de este nivel. La mesa pequeña situada a la derecha estaba vacía. No había un camarero para recibirnos, y la barra, justo delante nuestra, tampoco había nadie. El silencio era perturbador. Lo que  me alcanzaba la vista, la mitad del salón, se encontraba vacío. Me giro sobre mis pies, sin moverme mucho, y miro a Frank y Threshun.

- Creo que hay problemas. Esperar un momento.

Y entro decidido, dejando caer la puerta para que se cierre.

Frank no vio nada que le llamase la atención, más que un sencillo restaurante como muchos otros que había visto.

-Vale...esperamos-contestó desconcertado-.

Cuando la puerta se cerró miró a Threshum y se encogió de hombros.

Vuelvo a salir del restaurante pasados unos veinte minutos. Estaba claro que la situación había ido bien pero para nada tranquilizadora. Cuando veo a Frank y Threshun doy un par de pasos para acercarme a ellos y comentarle lo sucedido.

- He entrado en mitad de algo así como un ajuste de cuentas. Un tal Lowen ha mandado a sus hombres para cobrar un envío que había recibido el restaurante y que aún no ha cobrado el tal Lowen. Parece ser que era algo de alcohol ilegal o yo que se. El caso es que he conseguido calmar la situación y mediar en la situación. Los dueños del restaurante han asegurado de buena voluntad que van a pagar la mercancía. Y los matones que ha enviado Lowen se han quedado conformes con la situación. Están tomando algo en una de las mesas. 

Suspiro aliviado, algo nervioso.

- No esperaba esto, pero al final se ha solucionado. Está todo el mundo un poco tenso, pero que nos importa. Pasemos, nos van a invitar a comer.

Sonrío ante la situación.

Frank se había sentado ya en la acera cansado de esperar. Miró a Threshum. Este no es lo que se esperaba como una velada distendida entre colegas. Finalmente Willow salió de nuevo.

-Tiene gracia, es el alcohol que le acabamos de vender. Ese granuja...oye, si tienes ocasión dile que se ande cuidado. Lowen es peligroso. Tendré que pasarme por su mesa a saludarlos. En fin...entremos.

Al entrar, veis un restaurante distinguido. La barra se encuentra nada más entrar por la puerta, a la izquierda y hacia dentro del local se encuentran las mesas, separadas por paredes de maderar de aproximadamente un metro y medio, que dan intimidad a cada mesa, pero que no impiden que los camareros puedan verse entre ellos y darse órdenes. La cocina está a la vista y a continuación de la barra. Al final de local se encuentran los aseos. 

Los camareros inmediatamente salen a acompañaros a una de las mesas. Mientras andáis, veis a seis hombres sentados en una mesa al fondo del local.

Nada más sentarme en mi silla, le comento a Frank.

- Los hombres de Lowen están al fondo, no se si lo has podido ver al entrar.

Frank siguió a los camareros hasta la mesa, mirando de reojo por si conocía a alguno de esos seis hombres, para luego tomar asiento donde les indicaron.

-Supongo que son aquellos seis tipos del fondo. Creo que no conozco a ninguno de ellos, así que supongo que me puedo ahorrar las formalidades.

Frank echó mano de la carta y empezó a curiosear en ella.

-Bueno, así que pizza...¿recomiendas alguna en especial?
 

- Evidentemente pizza. La masa que hacen aquí es sumamente crujiente y fina. A parte de que usan un horno de leña. Y los ingredientes son de primera. Yo me pediré una pizza de 7 quesos, mi preferida.