Partida Rol por web

Sin tiempo para que pueda siquiera asustarme y con la agilidad y rapidez propias de una vida inmortal, la adorable niña se abalanza sobre mí convertida ahora en la bestia que realmente es.

Instintivamente me cubro el rostro y el cuello; tras un breve forcejeo consigo zafarme de ella agarrándola por el pescuezo y arrojándola a la distancia con todas mis fuerzas, perdiéndose, chocando y cayendo entre arboles y matorrales. Tratando de no perderla de vista, permanezco en el mismo sitio transformando las uñas en afiladas garras salvajes.

Parte de mí desearía servir al diablo por partida doble esta noche, sin embargo, aún me interesa conocer cómo averiguó mi nombre y por que está intentando acabar conmigo.

-Supongo que eso contesta a mi pregunta.- maldigo en voz alta examinándome los rasguños de su acometida y preparándome para otro posible ataque.

Las palabras de Elena descubren la encerrona, haciéndome quedar como un estúpido. ¿Cómo podía no haberme dado cuenta de que era una cainita?

A juzgar por los ruidos, no ha venido sola, así que, movido por mi instinto de conservación, intento utilizar los pocos segundos de los que dispongo para que no me pillen completamente desprevenido. Mientras mantengo la vista fija en sus ojos azules, de mis labios sale una única palabra enfatizada gracias a mis habilidades sobrenaturales - ¡Quieta!

Por desgracia, este tipo de órdenes no duran mucho, pero confio en que la distraiga unos segundos. Antes de que pueda reaccionar, la atraigo hacia mí y la sujeto entre mis brazos, dejando su blanco cuello indefenso contra mis colmillos.

Tras recibir el empujón en la espalda no puedo evitar frotármela y girarme de manera furiosa y tras echar una mirada de odio le grité a Roberto.

- ¿Setita? ¿Acaso eres tú también un vampiro? Perdona pero yo no te he mentido te dije las cosas tal y como eran, mis jefes me han mandado aquí para la exposición. Soy arqueólogo del museo de Madrid y no creo que esto tenga que ver con la gente de nuestra condición. Así que, dime, por qué esta falta de modales y qué es lo que crees que ando buscando? Eh? - Dije alzando la voz cada vez más hasta terminar mis últimas palabras en un grito.

Quedo totalmente cegado por tan hermosa melodía y por la musa de la que sale, sin pensar ni un poco en quien era o que hacía en aquel lugar sola y tocando me acerque, he intente presentarme, sabía que podía ser muy obsesivo pero intentaría dar lo mejor para dar una buena impresión, necesitaba saber más de esa musa

—Mucho Gusto me llamo Roy, ¿Y usted?, no pude evitar quedar asombrado por la forma en la que tocas, me hace sentir tan distinto, al escuchar dichas notas, siento en ellas tantas historias, ¿eres artista cierto?

Escucho atento sus explicaciones. Su forma de hablar es apasionada, levantandose para caminar alrededor de su mesa, casi teatral; eso me hace pensar que tiene unas buenas dotes de liderazgo.

Pero realmente sus argumentos no parecen llevar a ninguna parte y faltan muchos detalles que supongo que le podría preguntar y de los que discutiríamos más adelante, punto a punto ...la noche es larga.

Pero entonces termina el discurso con un cumplido de lo más amenazador.

Rápidamente me levanto de mi asiento apretando mis mandíbulas. Todas las dudas a cerca de lo que insinuaban sus palabras se materializan cuando los dos machacas aparecen por la puerta

- ¡verräterische ratte!

Gruño en un susurro

- Esta cometiendo un gran error, se lo advierto

Necesitaba ganar tiempo como fuera, aquello era un atentado contra la sexta y más sagrada de nuestras tradiciones como parte de la camarilla. "Malditos salvajes españoles..."

El combate no es mi fuerte, pero no me rendiría sin luchar. Tan rápido como puedo, concentro en mí el poder de la magia de sangre: los músculos de todo mi cuerpo se tensan e hinchan preparados para reventar a cualquiera que me ponga la mano encima. Y entonces trato de salir corriendo a toda velocidad hacia la puerta, embistiendo a cualquier vástago que se interponga.

Soy consciente de que no tendría otra oportunidad y si no consigo llevar a cabo esa improvisada huida, estaré de lo más jodido

Uno de los vampiros no llega a percibir tu reacción. Tu puñetazo va directo a su cara, pero justo a tiempo consigue protegerse desviando tu puño. Pero lo que no ve venir es tu patada. Le hubieras cortado la respiración si no fuera porque ya no necesita respirar. Pero aún así, se lleva las manos al estómago y cae de rodillas dolorido, apoyando una mano en la tierra para no caer del todo.

En tu pelea, no sientes como el otro vampiro se abalanza sobre ti. Deja caer su puño en tu mandíbula, con suficiente fuerza para hacerte casi saltar sobre tus pies. Viendo que te ha dado, se detiene, sonriéndote y burlándose de ti con la mirada, haciendo gestos de que vayas a por él

Estás en suspense esperando que la niña vuelva a atacarte.

Oyes unos movimientos desde donde la has lanzado. A los pocos segundos, ves a la niña acercándose, quitándose alguna rama del pelo y con algunos arañazos que se van regenerando poco a poco.

Se para a cierta distancia de ti y te sonríe. Mira tus afiladas garras y te dice

Yo también tengo una de esas y ves como sus manos se van transformando en garras semejantes a las tuyas.

Pero no te ataca. La inocencia vuelve a su cara, pero no ese aire de frialdad cuando te dice

Si quieres respuestas, ven ahora conmigo, te presentaré a un hombre que puede dártelas. Si no, atácame, será divertido

Elena parece obedecer tu orden, pero con una sonrisa un tanto curiosa, así que probablemente no tenía intención de moverse.

Cuando la agarras y te la acercas, aunque inmóvil, te susurra

No te conviene morderme y mucho menos acabar conmigo, querido Salvatore. Gente importante está detrás mía, pero yo sólo soy una pieza en este juego. Y tú, otra.

En tu casa cada vez oyes más ruido. Al menos, dos personas por los pasos que oyes. Un par de segundos después de sus palabras, aparecen por la puerta otros dos vástagos, estos menos encantadores de Elena y se quedan preparados para atacar ante la situación

El golpe ha sido duro, mostrando que esos vampiros sen han metido en mas peleas. Sin embargo, aún son inexpertos comparados con él. Sonríe ante las provocaciones y chulería del vampiro.

Terminaré con esto rápido- sin mas preámbulos vuelve con su rapidez habitual, pero en vez de atacar al que le había golpeado decide rematar al que se encuentra en el suelo. Su pie va directo hacia su cabeza y aprieta con toda su fuerza y potencia, destrozándole la cabeza a su paso. 

Tras esto sonríe, y va a por el otro que queda. Lanza dos rápidos puñetazos, y espera, paciente al contraataque del vampiro para terminar con el combate. Acabaría intentando detener la acometida del mismo y rompiéndole el cuello.

Muy mal, serpiente, muy mal. No me mientas. Se que has venido a por órdenes, como siempre haces. Y no me gusta, porque puedes fastidiar mis planes. Si no me lo dices...

Chasqueó los dedos, y dos vástagos aparecieron a tus espaldas. Uno de ellos no tardó nada en saltar hacia ti y lanzarte un puñetazo, golpeándote en la cara y haciéndote caer al suelo

La mujer para de tocar y te mira. Su mirada está desenfocada, como en otro mundo. Pero sí parece escucharte, puesto que habla contigo.

Mi nombre es Elena. No voy a mentirte, soy una gran artista, siempre lo fui y cuanto más tiempo existo en este mundo, en mejor artista me convierto. ¿Y tu, Roy, eres artista? ¿Qué instrumento tocas?

Levantándose, se acerca hacia ti y, a unos pasos de distancia, te dice

Realmente, no me importa en absoluto, payaso. Jamás serás tan buena como yo. 

Silba y sientes como dos hombres aparecen tras de tí. Pero antes de que te des la vuelta, ella te ataca con su instrumento, directo a tu cabeza

Al ver cómo intentabas huir, Roberto no mueve ni un músculo, en cambio, si que te dice unas palabras

No huyas. Bueno, inténtalo, pero no podrás. Sabes que sólo el mejor y más fuerte debe sobrevivir, y en tu caso, ha llegado la hora

Cuando llegas ante los dos vampiros de la puerta, uno de ellos se abalanza sobre ti, consiguiendo desestabilizarte porque da en tu pierna derecha. Al ver que estás a punto de caerte, el otro vampiro te agarra del pelo y te lanza hacia atrás. Los dos se llevan las manos hacia atrás y sacan dos bates, dispuestos a golpearte con ellos

Ya no tienes ninguna duda, no es una sensación. Al mirar al callejón, ves a un hombre perfectamente mirándote escondido tras una esquina.

Aún así, empiezas a moverte, con velocidad, ocultándote entre las sombras, pues aún notas que te están siguiendo.

Te metes en un callejón, pensando que has conseguido despistar a tu perseguidor. Pero cuando miras hacia delante, descubres que hay otro delante tuya. Y notas como tienes otro tras de ti. Un rápido vistazo te confirman que son vampiros.

Uno de ellos, con un bate en la mano, se lanza al combate, buscando golpearte en una pierna

  Loki intenta saltar para esquivar el golpe, tras eso intentará embestirlo con el hombro para apartarlo de su camino para intentar salir cagando leches de ahí....

El plan de escape había fallado.

Golpeo contra la pared contigua y trato de incorporarme lo más rápido que puedo.

Miro a mis adversarios, claramente me superaban en número y eran mucho mas competentes que yo en combate. No había nada que hacer en este terreno, y las palabras de Roberto lo pusieron más de manifiesto todavía.

Por lo tanto tenía que emplear mi ingenio si quería alguna posibilidad, lo cual veía de lo más difícil.

Actuando con la mayor presteza que puede mi cuerpo, trato de coger de imprevisto al 3º en discordia: el mismo Roberto Lebronch, apresarlo entre mis brazos y arrancarle la yugular de un mordisco.

De buen principio la niña me pareció entrañable, y aún lo sigue siendo, pero el molesto ataque y sobretodo el hecho de que parece disfrutar de su impertinencia consigue enfurecerme lo suficiente como para que me resulte ridículo y embarazoso discutir con alguien de semejante estatura y aspecto.

-Acompañarte.- Repito como si hubiera sonado ofensivo.

-¿Quién es esa persona? ¿El que te ordeno atacarme? ¿Tu amo? ¿O acaso son otros que te ayudaran con lo que no puedes terminar? No creerás que soy tan estúpido como para seguirte sin más hasta un cubil de serpientes que planea liquidarme.-

El hecho de que pelear le parezca divertido consigue enojarme aún más. Más que acabar con ella desearía que gritara desesperada por sobrevivir, mostrarle que no tengo nada de divertido, cambiar su arrogancia por verdadero terror.

-Será mejor que te expliques por las buenas o nadie irá a ninguna parte.-

- ¿Se puede saber a que viene esto? - Dije mientras me levantaba del suelo y tocándome el lugar donde me había golpeado la criatura. Mire, creo que se equivoca de persona, yo no soy ni una Serpiente ni tengo nada que ver con ellas. Usted se está equivocando de persona, yo solo vengo a ver la exposición, nada más. 

Acto seguido traté de pegar un empujón al que me había golpeado para que se apartase de en medio y así escapar por la puerta por donde había venido.

La aparición de los dos vástagos con pinta de matones termina de confirmar lo que el instinto me había indicado apenas unos segundos antes, Elena esta dispuesta a utilizar la violencia para conseguir sus fines, sean los que sean. Siendo tres contra mi, me doy cuenta rapidamente, no tengo ninguna posibilidad de salir bien parado de esta si las cosas se descontrolan, pero por lo menos parece la situación les hace dudar, así que decido aprovechar mi posición de superioridad.

- ¡¡Vosotros dos, no hagais un solo movimiento si no quereis que la cargue y las manos donde pueda verlas!!. En cuanto a ti querida, no quiero tener que hacerte daño, asi que empieza a hablar. ¿Quien eres en realidad y que quereis de mi?

Acabas con uno de los vampiros sin problemas y te vas a por el otro con gran velocidad. Tus dos puñetazos le golpean en la cara y, cargado de rabia, salta hacia ti con los colmillos por delante.

Presientes que tu rival ha perdido su concentración, así que te apartas de su trayectoria y le coges por la cabeza al mismo tiempo.

El vampiro grita por lo que va a suceder, y eso te hace disfrutar más cuando haces que su cuello cruja hasta partirse.

Justo con la caída del vampiro al suelo, empiezan las carcajadas del otro vampiro. Incluso aplausos.

Eres muy fuerte y rápido, Alexander, lástima que eso no te valga conmigo, ¿quieres probar?

Alexander deja caer el cuerpo inerte del vampiro, mientras observa a Roberto. 

Aún hay tiempo para eso. La cuestión es, ¿que haces aquí y quien eres?

Le observa con detenimiento, con su cuerpo preparado y listo en caso de que haga algún movimiento extraño.