Partida Rol por web

La maldad parecía surgir de los ojos de tu lacayo. Con una sonrisa un tanto enigmática, asiente

Hay una gasolinera cerca. Creo que allí podremos obtener la gasolina que necesite. A las afueras de la ciudad está una empresa de bombonas de butano, si nos puede ser útil.

Pero... ¿qué va a hacer con... los otros? preguntó haciendo clara referencia a tus antiguos compañeros

Vayamos a mi coche para acercarnos a la gasolinera

Colocáis las bombonas frente a las escaleras, visibles desde la puerta. Dejáis el gas de la cocina abierto y os vais de la casa. Podéis escuchar perfectamente cómo el gas salía de la casa, impregnando la casa con su olor.

Os alejasteis todo lo posible de la casa, dejando la puerta abierta. Os girasteis y Salvatore sacó las pistolas. Un par de balas rápidas volaron por los aries hasta las bombonas de butano.

Una explosión retumbó en vuestros oídos. Los cristales estallaron y alguno llegó a vuestros pies. La casa comenzó a arder y las llamas llegaban hasta las otras cosas que estaban al lado.

Empiezo a caminar hacia su coche

- ¿los otros?

me sorprende la pregunta. Como si me importara un comino lo que les pasara a los demás. Es mas si morían en el incendio, tendría una traición menos de la que preocuparme. Nunca está de más que desaparezca la gente que te quiere ver muerto.

- Serán buena distrakzión para que pueda hacer lo que me propongo

De camino a la gasolinera

- Si tienes amigos dispuestos a no hacer preguntas, ahora es el momento de llamarlos

A pesar de haber sido el causante del fuego, la vista de las llamas hace surgir de mi interior un fuerte instinto de conservación que me insta a salir corriendo y esconderme en un agujero oscuro. Necesito toda mi fuerza de voluntad para mantenerme frente al edificio el tiempo suficiente para comprobar que el fuego se está extendiendo a la suficiente velocidad.

Con esto, la primera parte del plan está completa, pero ahora queda lo más dificil. ¿Sobreviviremos para ver la luna surgir una noche más?

- Venga, pongámonos en camino antes de que aparezcan la policía y los bomberos

Compruebo como las llamas hacen arder la casa y como poco a poco se va consumiendo. CUando empiezo a ver que se están ampliando hacia las demás, comienzo a preocuparme y llevo mis manos a mis bolsillos en busca de mi teléfono móvil para avisar a los bomberos.

Entonces Salvatore me interrumpe y me hace darme cuenta de la realidad de la situación. Debíamos ponernos en marcha y cuanto antes.

Asentí con la cabeza a él y al resto de mis compañeros.

¡En marcha!

Por fin iban a ponerse en camino. ¡Ya era hora!. Alexander esperaba este momento. Ya no había necesidad de contenerse: era luchar y morir, y a eso él estaba preparado. Observó (a una distancia muy prudencial) como se quemaba la casa. Tras las palabras de Salvatore ya solo quedaba irse de allí. Y eso hacían en estos momentos.

Cuando el incendio engulle con avidez la casa principalmente de madera me retiro continuamente de la ola de calor que desprende incluso a gran distancia de la calle.

El fuego incontrolado y desatado de forma salvaje siempre ha sido uno de mis principales temores. Todas las bestias temen a las llamas, pues son la herramienta del hombre sobre la cual ha fundado su imperio y civilización. En el bosque, la hoguera me calentaba y ahuyentaba a los lobos pero ahora ya no formo parte del bando del cazador, no al menos en ese sentido por lo que las llamas se han vuelto en algo indeseable y lejano.

Claro que es agradable sentir la tibieza de la temperatura en el rostro y las manos pero me cuesta disfrutarlo cuando ello me recuerda continuamente la sensación de mi cuerpo abrasado y huesos burbujeantes a una temperatura infernal. Prefiero sin duda aquellas estufas eléctricas de energía mucho más limpia y segura.

-Vamonos ya a no ser que queráis poner a prueba la rapidez del servicio de bomberos de este país-

Carlos comienza a llamar con su movil mientras os dirigís hacia su coche.

Tres amigos se reunirán con nosotros en la gasolinera en 15 minutos. Iremos primero allí porque ellos traen también coches, podremos cargar más gasolina y más bombonas de butano.

No tardáis en llegar a la gasolinera y os toca esperar unos cinco minutos a que sus amigos lleguen. Comparados con Carlos, tiene pinta de mala gente y problemáticos, dispuesto a pelear contra cualquiera que tengan a tiro.

Piden bidones al dependiente de la gasolinera que, aunque escéptico, os los da vacíos y los vais llenando. También compráis mecheros. Al llenar los dos coches, os vais directos a la empresa de bombonas de butano.

No es difícil entrar, ya que el guardia está dormido. Cargáis las bombonas hasta que la furgoneta está llena, y de allí os dirigís al castillo.

Allí, los amigos de Carlos se bajan de sus coches y hablan contigo directamente

¿Qué quieres que hagamos? Carlos dijo que se nos recompensaría bien

Carlos te mira. Estaba claro que de eso se encargaría él si fuera necesario.

Manteniendo la distancia prudencial para que los dos centinelas no nos vieran, me dispuse a hablar bajo con mis compañeros.

- Hay que estar bien atentos y no actuar los cuatro juntos. Creo que lo mejor será que nos dividamos en dos grupos, yo soy mejor con las pistolas. Me siento más seguro con ellas que en una lucha cuerpo a cuerpo. No sé si desde aquí tengo ángulo con esas criaturas, pero está claro que habrá que enfretarse a ellas, a no ser que se os ocurra otra opción.

Además no estaría de más, estar precavidos por si nos han visto ya y Roberto nos tiende alguna emboscada.

Que Roberto nos estará esperando es seguro- replica- la idea de separarnos no se hasta que punto es buena idea. Es mejor ir todos juntos, al menos por el momento. En cualquier caso debemos pasar por esa puerta, y para ello debemos eliminar a los vampiros que la custodian. Lo mejor es un ataque directo y sin perder mas tiempo.

Estoy de acuerdo con lo de ir juntos, pero no creo que un ataque directo sea la mejor idea. Si los vigilantes consiguen dar la alarma no tardaremos en tener a todo un ejército entre nosotros y Roberto. Nuestra mejor opción sería intentar entrar sigilosamente y no llamar la atención.

En mi intenrior, me doy cuenta de que colarse en la fortaleza es más dificil de hacer que de decir, pero por si acaso, estudio el contorno del edificio con atención buscando una forma de conseguirlo.

La mejor opción parece ser unos arboles que crecen en la parte exterior de las murallas, bordeando la acera. Un claro ejemplo de como la utilidad original de los edificios históricos se pierde al integrarse en la ciudad. Unos siglos antes, esos árboles habrían sido arrancados para no entorpecer la visión desde la muralla, pero por suerte para nosotros, las ciudades modernas valoran más el aspecto estético que la funcionalidad.

Me parece que podríamos escalar el muro desde esos árboles de ahi y entrar sin que nos vean los guardias. ¿Que creeis?

- Solo necesito descargar muy rápidamente las bombonas en casa de un amigo y que todo huela un poco a gazolina

Especifico mirando a los dos chicos muy fijamente

- Cuando os de la señal. No antes.

Daríamos un par de rodeos con el coche para ver donde se escondían los guardas de seguridad de Roberto, y luego aparcaríamos escondidos en algún rincón a esperar que vinieran el grupo de mis compañeros a por Roberto. Si mi gohul no había transmitido erroneamente el mensaje, Lebronch lo había dejado muy claro: los estaría esperando en el castillo. En cuanto ellos llamaran la atención de toda la guardia, entonces entraríamos nosotros a hurtadillas a hacer saltar todo por los aires.

Antes de que decidáis hacer nada, un sonido de espadas os hace mirar hacia arriba.

Unos rápidos movimientos entre dos personas hace que os quedéis quietos, sin saber qué ocurre. Pero no tardan mucho en caer hacia el suelo, justo delante de los guardias. Éstos se empiezan a reír a carcajadas. Cuando os fijáis bien, reconocéis a una de las figuras. Es Octavio.

Con un rápido gesto, se quita a una mujer muy bella de encima, lanzándola por los aires con un movimiento de piernas. Ella gira en el aire para caer apoyándose perfectamente. Se echa el pelo hacia atrás mientras se ríe

Octavio, Octavio, Octavio. La venganza no es buena. Eurídico era majo, pero está mejor muerto. ¡Tenías que haber visto cómo gritaba mientras el fuego le quemaba, jajaja!

¡Maldita zorra! ¡Mi espada va a atravesar tu estómago y después descuartizaré a Roberto!

Haciendo un rápido movimiento con la espada, se lanzó contra Elena mientras los guardias estaban divirtiéndose con el entretenimiento

Sólo viste un par de guardias y estaban en la puerta por la que entraste con anterioridad. De los otros no hay rastro, al menos de momento.

Antes de que decidas hacer otra cosa, un sonido de espadas hace que mires hacia arriba.

Unos rápidos movimientos entre dos personas hace que te quedes observando, sin saber qué ocurre. Pero no tardan mucho en caer hacia el suelo, justo delante de los guardias. Éstos se empiezan a reír a carcajadas. Cuando te fijas bien, reconoces a una de las figuras. Es Octavio.

Con un rápido gesto, se quita a una mujer muy bella de encima, lanzándola por los aires con un movimiento de piernas. Ella gira en el aire para caer apoyándose perfectamente. Se echa el pelo hacia atrás mientras se ríe.