Partida Rol por web

¿Entonces qué narices hacemos? ¿Estáis de acuerdo en que sigamos adelante? Creo que no tenemos ninguna oportunidad contra Roberto. Bueno, desde luego que yo no la tengo. Puedo tratar de echaros una mano en lo que esté entres mis posibilidades, pero ante un ataque directo dudo que pueda hacer mucho. Pero si es vuestra elección no seré yo el que también decida echarse para atrás, como da la sensación que hizo el alemán.

Adelante entonces. 

Dijo poniendo una cara de muy pocos amigos y sin duda bastante preocupado por lo que se les venía encima.

Antes de que podáis tomar una decisión, una explosión hace que caigais al suelo. En el patio, las murallas que lo protegían han caído; Lenguas de fuego rodean el lugar. Los soldados que había en el patio están en el suelo, algunos bajo cascotes, otros desmembrados. Seguramente Octavio ha sufrido la misma suerte.

En el interior, la muralla de vuestra izquierda parece estar a punto de desplomarse. El techo parece más resistente, pero no podéis saberlo con exactitud.

Más temblores os hace pensar que otras zonas del castillo se están derrumbando. El olor a humo os impregnaría los pulmones si éstos todavía funcionasen. El olor del fuego exterior hace que un miedo os recorra.

¡¡¿¿QUIÉN SE HA ATREVIDO A DESTROZAR MI CASTILLO??!! la voz de Roberto recorre todo el lugar.

Te acercas al castillo, teniendo cuidado porque sabes que la explosión no tardará. Y así es. Sientes una onda que te impulsa hacia atrás casi antes de escucharlo. Las murallas que protegían el castillo han caído; Lenguas de fuego rodean el lugar. Los soldados que había en el patio están en el suelo, algunos bajo cascotes, otros desmembrados. Octavio y la mujer están en el suelo inconscientes.

En el interior, ves como la pared izquierda parece estar a punto de desplomarse.

Ves desde la distancia como otras partes del castillo se están derrumbando. El olor a humo impregnaría tus pulmones si éstos todavía funcionasen. El olor del fuego hace que un miedo te recorra.

¡¡¿¿QUIÉN SE HA ATREVIDO A DESTROZAR MI CASTILLO??!! la voz de Roberto recorre todo el lugar.

Al final parecía que no había sido un traidor. ¿Cristoph los estaba ayudando desde dentro? O simplemente había escapado de allí y ahora había tomado la decisión de echarles una mano. Fuera lo que fuese este era un buen momento para intervenir. 

- Id a buscar a Roberto, voy a ver como se encuentra Octavio, quizá necesite ayuda pues él está solo. Además, yo no os puedo de ser mucha ayuda en la lucha contra él. Quizá Octavio sí, así que id adelantandoos y tened cuidado. Esto puede ser ahora realmente peligroso.

El castillo se sigue derrumbando poco a poco cuando Anubis decide salir a ver cómo se encuentra Octavio. En la habitación en la que debe encontrarse Roberto, escucháis cómo alguien está destruyendo cosas, al tiempo que grita con rabia.

Recorres el patio con la velocidad que le caracteriza a tu especie, viendo como los soldados o bien están bajo cascotes o desmembrados y como las llamas arden con fuerza. Al llegar a lo que debería ser la entrada, ves a Octavio y a la mujer inconscientes, tirados en el suelo. De los dos guardias, no hay ni rastro.

Ves como Anubis sale del lugar, parece que intacto, y se queda quieto mirando a Octavio

Asiente ante las palabras de Anubis mientras camina en busca de Roberto. 

Es nuestra oportunidad, ¡vamos a por él!- sin esperar respuesta, se dirige hacia la habitación donde debiera estar Roberto.

La explosión me encoje el pecho y el grito de rabia de Roberto me infunda un temor parecido al que puedes sentir cuando de joven rompes el cristal de una tienda jugando con un balón en la calle. Experimento también un placer inocente al verle tan enfadado, sin duda esto debe ser obra de Zimbardo. Un punto para el doctor, aunque luego me gustará tener unas palabras con él hasta que me explique por qué desapareció sin más.

-No te hagas daño al escaparte, princesita cobarde- Digo risueño lanzándole una pulla a Anubis. Y sin más dilación sigo a Alexander dispuesto a toparnos con el molesto anfitrión.

-Vamos a terminar con ese cabrón supersticioso-

Miro a Anubis escondido sin mover un dedo para no ser detectado

"¡¿Este cabron también esta con Lebronch?!"

Aquello me sorprendía, pero al fin y al cabo eramos vástagos... no se podía esperar más. Aun que las cosas todavía no estaban claras. Me quedo contemplando si Anubis demostraba hostilidad o amistad frente Lebronch y según lo que viera decidiría como actuar.

Veo a Octavio y a la mujer inconscientes tirados en el suelo. Sin dudarlo ni un segundo clavo una de las estacas qu llevo encima en el corazón de la mujer y después clavo mi lengua afilada en su cuello tratando de decapitarla. Al menos sabría que así no hay posibilidades de que reviva. De conseguirlo tomaría su cabeza y me la llevaría para enseñársela a Roberto cundo le tuviera frente a mi.

Después me puse a mirar el estado en el que se encontraba Octavio, me gustaría hacer todo lo que estuviera en mi mano para recuperarle y así lo haría.

La explosión puede ser lo único que necesitamos para atacar a Roberto por sorpesa, así que, sin dudarlo, me lanzo tras alexander, desenfundando una de las pistolas mientras avanzo.

Te acercas a Octavio y le golpeas un par de veces para despertarle. Parece que lentamente vuelve en sí. Ves cómo te mira y poco a poco va enfoncando la mirada.

¿Qué ha... pasado? pregunta mirando a su derecha y viendo las llamas del patio

Anubis se acerca a la mujer y le clava una estaca en el pecho para después atacarle con la lengua.

Tras esto, se acerca a Octavio y empieza a golpearle en la cara, para despertarle

Corréis hacia la última puerta, escuchando como se siguen destrozando cosas además de varios gritos.

Al llegar, veis como una habitación que debía estar bien decorada está hecho un desastre. A parte de las diferentes llamas que le afectan, una estantería está por los suelos, al igual que un sofá de cuero.

Por el suelo, varios vástagos están con el cuello desgarrado, como si una bestia les hubiera matado. Pero no ha sido una bestia. Cerca del fuego veis a Roberto. Está con la camisa rota y la cara llena de sangre, con los ojos negros y con una sonrisa en la boca.

Os... estaba espe... esperando... El ritual debe comenzar... Esta sangre es el principio... Un poco más... Y podré hacerlo... sí...

Parece que está delirando.

No lo sé. Algo ha hecho explotar el castillo, pero no hemos sido nosotros. De verdad, quizá ese tal Cristoph realmente no nos haya abandonado y esté actuando desde dentro. El problema va a ser escapar de aquí.

¿Qué crees que debemos hacer con ella? ¿Crees que podemos deshacernos de ella? Lo he intentado pero no parece nada fácil. De momento la he clavado una estaca, así evitamos que se mueva. Aunque creo que con que simplemente la dejemos en el castillo, las llamas se ocuparán de hacer el resto. Alexander y Nkrumsh se han ido para acabar con Roberto.

Alexander observa la escena con desagrado. Desde luego, aquel tipo estaba mal de la cabeza. 

Creo que eliminándote te vamos hacer un gran favor- dice, preparado para el combate. Esta listo para la acción y solo espera el mejor momento para atacar.

La escena ante mis ojos al principio me deja descolocado. Parece que la locura de Roberto al final ha explotado, dejándole fuera de control. En este estado, Roberto puede ser incluso más peligroso que de normal, así mi voluntad no flaquea, hemos venido a acabar con él, y eso es lo que pretendo hacer.

Que te jodan. Ya no vas a hacer daño a nadie más.

Con pulso firme, levanto la pistola y disparo, aunque las balas no parecen afectarle. Parece que es más poderoso de lo que pensábamos.

Ve con ellos dice Octavio Van a necesitar mucha ayuda. Roberto es muy poderoso, no podrán solos con él. Corre, yo me encargo de ella.