*con mucho cuidado, manipula los cristales para extraerlos*

*al terminar, al no ver ninguna otra salida, vuelvo sobre mis pasos hasta la encrucijada donde me separé de mi maestro, y tomo el sendero por el que se fue*

Vuelves sobre tus pasos, y antes de llegar a la bifurcación, te encuentras a tu maestro

He encontrado esto - te dice mostrándote un dodecaedro de color blanco, con glifos como los de los datacrones en todas sus caras - Estaba rodeado de estas plantas, te he traído un trozo, pensé que querrías echarle un vistazo -te alarga un trozo de planta - . En cuanto he recogido esto todo se ha marchitado.

*asiente y recoge el pedazo de planta que le tiende su maestro* Gracias Maestro Kenobi *alcanza los cristales que ha guardado en su cinturón* la otra habitación contenía pilares con formaciones cristalinas a su alrededor. Recogí unas muestras y pienso que pueden servir para nuestros sables láser. He cogido uno verde para mí y dos amarillos para tí, el resto eran de color rojizo oscuro y no me parecían afines a nosotros *le tiende los cristales a su maestro* Has tenido tiempo de examinar el artefacto? Deberíamos estudiarlo antes de salir de aquí por si hay relación con este lugar? o estaremos mejor en la base?

*Recoge los cristales* Gracias, tendré que examinarlos, luego me dejas tu sable para montarlo. *Suspira dubitativo* De lo poco que he podido ver, no hay peligro de retirar el artefacto del lugar, parecía como caído del cielo. Estudiémoslo en la base.

*asiente* Vámonos de aquí entonces *sale de las cuevas siguiendo a su maestro*

Volvéis al campamento, donde investigáis el artefacto que habéis encontrado.

Tanto el Maestro como el Padawan, en el momento de trabajar con el dodecaedro no lográis identificar que es lo que hace el artefacto en si, pero sí que al parecer cada lado desprende un aura de Fuerza diferente, con lo que suponéis que cada lado debe desencadenar una forma diferente de Fuerza al interactuar con el.

Al día siguiente, tu Maestro te informa que tenéis que poner rumbo a Coruscant de inmediato, y salís ese mismo día en un transporte hacía ahí.

Dentro del transporte, el consejo Jedi se comunica con vosotros informándoos que tenéis que dirigiros al Senado una vez ahí, donde os recibirá una Maestra Jedi.

Tu Maestro se dedica a montar en tu sable, el cristal verde pantano, como lo ha bautizado el, cuando se enciende, parece que el humor de su casi apagada luz esté fluyendo como el cieno del pantano de donde venía.

El trozo de planta es un cacho de planta curativa de Felucia, todas las explicaciones que encuentras, y que te ofrece tu Maestro son que, debido al artefacto, han podido crecer plantas de otros ecosistemas sobre el cenagal, de ahí que se marchitasen al quitar el dodecaedro del centro de la caverna. Concentrándote en ella sientes una fuerte aura que sale de ella, lo cual potenciará cualquier cura que se haga con un preparado, calculas que para este trozo de planta tendrás para hacer unas 10 aplicaciones del preparado.

El raro artefacto tiene todas sus caras marcadas con las doce primeras letras del aurebesh, el lado que contiene la aurek está marcada con marcas que otros lados no tienen.

Cada lado desprende un tipo diferente aura que no puedes identificar, pero el Maestro Yosi-wan apunta que los objetos imbuidos con Fuerza a veces se activan con Fuerza, pero que de no saber el poder que contiene, era mejor no andar dando pruebas, más vale esperar a encontrarse en Coruscant y preguntar a la gente de la academia.

Cuando enciendes tu sable con el cristal montado puedes notar como este se torna más ligero y manejable, algunos remotos sufren tu práctica cayendo troceados a tu alrededor.

FIN DE PRÓLOGO