Golpeas con tu sable sobre el pecho de Maotr justo en el momento en el que desenvaina la espada, este suelta un leve bufido cuando lanza su estocada.

*Acto seguido Thalas saltó en acrobática figura cayendo con el sable sobre su enemigo:*

*Maotr esquiva con gracia el golpe de Thalas, mientras hace volar la hoja de su arma en el aire intentando golpearle* Peleas bien, pero no lo suficiente. *la alargada cuchilla es evitada por Thalas en el último instante*

Haces una cabriola en el aire y tu sable se dirige directamente hacia el pecho del clawdite penetrando en el y dejando un buen hueco cuando lo retiras.

La cara desencajada de Maotr sufre un desmayo y el cuerpo entero se desploma a tus pies.

Puedes notar como la Fuerza abandona su cuerpo, lentamente, tu caza ha concluido.

*En el preciso instante en que el cuerpo de Maotr cayó al suelo sin vida, Thalas sintió un leve estremecimiento en la Fuerza y sintió orgullo por haber dado caza a su primer enemigo del lado oscuro y sintió amargura por haberse visto obligado a matar. Con un gesto lento y ceremionoso devolvió el sable láser a su funda situada en el cinturón, al costado izquierdo del cuerpo y, acto seguido, se secó el sudor de la frente, se echó la capucha de la túnica sobre la cabeza y se dirigió allí donde el taxista le esperaba con el speeder para devolverle a la capital de Phindar.*

Al llegar a la puerta de la nave ves una imponente silueta apoyada sobre uno de los lados de la puerta abierta. Al acercarte más puedes ver a tu Maestro que te mira con la misma seriedad de siempre y agita su brazo, puedes oír el leve zumbido de los micropistones.

El trabajo es inmejorable, me ha dicho que aún se tiene que engrasar junto con mis fluidos, pero que en unos días lo tendré listo, ¿que te parece? *mira a su padawan* Has tenido que acabar con el, he sentido como te llevabas su vida, a veces es necesario y lo sabes, nadie le echará de menos era un ente independiente que no se había asociado jamás, no tenía muchas más aspiraciones que la de extorsionar y poco más. *se separa de la puerta, y apoya la mano en el hombro del Thalas* Tenemos que partir a Nar Shaddaa, viniendo hacia aquí he recibido un comunicado.

Partís del espacio puerto de Laressa donde llegasteis con un transporte rápido. El piloto os informa que Nar Shaddaa está a unos tres días y poco más, mientras acaricia los paneles del transporte con cara de orgullo.

Pasas los tres días recuperándote de la pelea y meditando sobre la verdad del lado luminoso y reflexionando sobre tus actos en Phindar. Ayudado por tu Maestro logras apartar de tu mente los pequeños remordimientos por acabar con Maotr Versio, y arribáis al espacio puerto de Nar Shaddaa sin problemas.

Al salir las luces de neón molestan a tus ojos de Jedi. Piensas que cualquiera que esté acostumbrado a vivir en un mundo lleno de negocios debe estar hecho para aguantar este tipo de iluminaciones, pero tu no.

Exatech te guía por calles y avenidas, y finalmente llegáis a una plataforma donde hay atracada un carguero ligero. Tu Maestro se aproxima a la entrada y golpea con el puño de su mano nueva.

FIN DE PRÓLOGO