Partida Rol por web

En un momento que sus compañeros descansaban de darle golpes a la puerta, Morgan aprovechó para mirar con detenimiento la estructura de esta y comprobar que realmente no parecía haber sufrido daños importantes. Se retiró un par de pasos para opinar sobre el asunto.

- Realmente esta puerta es dura. No parece haber notado nada. Opino como Sir Landuin, necesitaremos algo para usar como ariete.- Tras lo cual, se giró hacia las camas, apoyó en la pared su ballesta y se dispuso a desarmar la cama en que él se tumbo. Separó las mantas, sabanas y colchón de la parte más útil para utilizar como ariete y observó la mejor manera de agarrarla.

-¿Alguien me ayuda? - preguntó a sus compañeros esperando a levantar el armazón entre varios.

-Venga, vale -dijo cogiendo el armazón junto a Morgan a modo de ariete- vosotros cogerlo también y a la de tres -dijo el enano- una.... dos.... ¡TRES! -y se lanzó con la esperanza de que trabajando en equipo pudieran atravesar esa maldita puerta de los cojones.

Con gran estruendo, la puerta cruje, para después partirse y quedar apenas un par de maderos colgando de los goznes. Sois libres. Pero lo que recibe a todo ese estrépito es el silencio sepulcral y los pasillos tenuemente iluminados de Schloss Vonreuter. 

Éstos condenados y laberínticos corredores parecen estar desiertos, al menos por lo poco que podéis apreciar. La pregunta es, ¿qué haréis a continuación?

Victoria...

El caballero bajó el ariete con sus compañeros, desenvainando la espada y preparando el escudo antes de clavar la rodilla en el suelo, rezando -  Bénie sois-tu, ma Dame... -

En cuanto se hubo desecho del ariete, se apremió para recoger su ballesta y la revisó para dejarla cargada y preparada para disparar.

Mientras el caballero rezaba, Morgan salió por la puerta con su arma levantada, observando a ambos lados del pasillo. No pretendía andar sigilosamente, pues el sonido de la puerta ya habría alarmado a quien procediera, solamente anvanzó un par de pasos con cuidado y vigilando todo a su alrededor. No quería ser sorprendido y por eso escudriño lo poco que veía del pasillo en donde se encontraba sin avanzar mucho más.

- ¡Bien! ya estamos fuera.- Miró a un lado y otro del pasillo. - ¿Alguna idea de cual es la dirección a tomar?

Otto siguió el ejemplo de sus compañeros. Soltó el ariete al acabar de empujar y se equipó rapidamente con sus armas.

- Ni idea Morgan, esto es un laberinto, recuerda cuando nos guiaron hasta aquí...habrá que escoger un camino, e intentar no perdernos la vista unos a otros... -

Dijo mientras se apoyaba en uno de los lados de la pared mientras se cubría con su escudo por cualquier cosa que pudiera pasar.

Acto seguido comenzó una oración en su mente a Ulrich, esperando que, gracias a su favor, adivinara el camino correcto. Sino, debía fiarse de que la Dama hubiera orientado al caballero, o que el ímpetu de Magnar les llevara, por suerte, por buen camino.

-Pues quietos no vamos a solucionar nada, así que -señaló a un pasillo cualquiera y era uno situado más a la izquierda- por allí mismo -se echó el martillo al hombro y se dispuso a caminar como si fuera el rey de la casa y él viviera allí desde hacía décadas.

Al finalizar la oración el caballero se levantó avanzando junto al enano - Así es... no hay mal camino cuando la justicia nos guía, encontremos al hechicero y acabemos con su vida, si la familia es cómplice deberán unirse en su condena... - le apenaba la idea de que aquellas pobres mujeres fueran parte de todo esto, caminando con el escudo alzado un paso por delante de Magnar

Madame Vonreuter parecía afectada, Anya... triste y dolida... pobres criaturas

Morgan avanzó con los demás con su ballesta levantada preparada para disparar. Iba mirando tanto adelante como atrás pues no quería ser sorprendido. Estaba totalmente desorientado, no sabía si habían elegido correctamente el pasillo adecuado, pero no era momento para discutir con Magnar. Mejor dejar que su ira la expulse con ese maldito brujo.

Otto decidió cerrar la marcha después de Morgan, manteniendo un escudo en retaguardia por si les sorprendían desde atras.

Sin embargo no estaba seguro de si su escudo bastaría para parar los posibles ataques de un hechicero. Otro más, que debían eliminar.

Vagáis sin rumbo por los siniestros pasillos y corredores de Schloss Vonreuter. A pesar de sus palabras, no habían acordado ningún lugar al que intentar llegar, así que su tarea se vio reducida a una exploración de la vetusta mansión. Desde luego es antigua, y su arquitectura es anárquica, fruto sin duda de muchas reformas y obras con diferentes estilos, que se han ido superponiendo hasta lograr formar aquel enorme laberinto. 

Tras un buen tiempo, el vagabundeo de los aventureros les acaba llevando a un descubrimiento. 

Al torcer una esquina, llegáis a una corta y empinada escalera. Al final hay una puerta asegurada con varios cerrojos de hierro. No hay cerradura, pero está claro que la puerta sólo puede abrirse desde este lado. El aire aquí es frío y húmedo, y las lámparas que hay en las paredes titilan, cubriéndolo todo de sombras en movimiento. 

Podéis oír unos débiles arañazos tras la puerta, y luego una voz, ronca y apenas perceptible. 

-¿Hay alguien ahí? Por favor, ayúdenme... Por el amor de los dioses, ayúdenme...

Aquella laberíntica mansión tenía completamente desorientado al mercenario. Se limitaba a seguir a sus compañeros sin bajar la guardia ni la ballesta, la cual asía con fuerza y decisión.

Ahora estaban a los pies de una corta y empinada escalera que llevaba a una puerta, la cual se habían esmerado mucho en bloquear. El cambio de temperatura y humedad del ambiente hace que a Morgan se le pongan los pelos de punta y un ligero escalofrío le recorre la espalda al escuchar el susurro ronco que proviene de la puerta.

Sin decir nada mira a sus compañeros preguntando a los demás si han oído lo mismo que él y entonces se acerca al pie de la escalera, donde observa más detenidamente las escaleras y la puerta, intentando conseguir más información de lo que allí esta encerrado.

El enano había caminado en un hosco silencio, a veces interrumpido por gruñidos o murmullos entre dientes en su lengua natal, que si alguno conocía entendería como "malditos humanos, no te puedes fiar de ellos". Entonces llegaron a otra puerta y, para colmo, escucharon la voz de alguien pidiendo ayuda.

-¡QUIÉN ESTÁ AHÍ! ¡IDENTIFÍCATE!

La puerta impide ver nada más allá. Y parece una voz normal. 

-¡Alabados sean los dioses, de verdad hay alguien ahí! ¡Por favor, sáquenme de aquí! Mi nombre es Jonah Vonreuter, tengan piedad por favor...-dijo la voz, igual de ronca, pero ganando algo de fuerza al constatar que verdaderamente había gente al otro lado. Esto quedó acompañado con un par de golpes desesperados a la puerta, intentando llamar más la atención de los aventureros. 

Brujería... nigromancia...

El caballero avanzaba con distintas teorías en la cabeza, cada cual más extraña, Ondurin Vonreuter era sin duda alguien terrible, aquella mansión de ser así debía tener no pocos secretos, algunos en forma de criaturas fieles y seguidores sumisos, para el caballero las prioridades eran claras, algo le hacía pensar que la familia estaba condenada o incluso peor parte de todo aquello, fue repasando miembro por miembro. Seguramente todos formaran parte de esto salvo aquella pobre y castigada Anya, quizá se equivocase con Wilhelmina pero no le había inspirado demasiada confianza, demasiada mirada pícara, algo impropio para una joven honrada.

Ese chico Sothelin... tampoco me daba buena espina... y la madre... seguramente sea otra víctima... debemos encontrar al hechicero y hacerle pagar por sus fechorías, debemos encontrar a Anya y liberar al pobre fantasma que nos ha advertido.

La petición de auxilio llegó hasta sus oídos, su primera reacción fue acercarse a la puerta sin dudarlo, observando la puerta con detenimiento y cuando decía aquel infeliz, aquella mansión era más de lo que parecía, un movimiento en falso los condenaría.

Mató a un hijo... y encierra al otro... de ser así el que queda libre en la casa es cómplice... pero si fue capaz de matar y esclavizar a Gustav para que tendría vivo y encerrado a este... ¿sería también un hijo problemático para sus terribles planes y lo utilizó para algo? Si un monstruo como parece ser Ondurin no lo mató, como a Gustav, tendría un motivo, el chico del camino nos trajo hasta aquí, quizá este sin quererlo también tenga otra funesta misión... y la puerta... no se necesitan todos esos cierres para mantener a un hombre famélico encerrado, menos si eres un brujo... salvar a ese hombre sería el impulso de cualquiera mas en todo esto algo no acababa de cuadrar...

No compartió sus teorías por el momento aunque si miró a sus compañeros esperando sus reacciones.
 

-¿Eres hermano de Gustav? -preguntó el enano muy suspicaz. Si por él fuera salía a martillazos y solo se libraban los que habían estado con él de invitados en la otra casa.

Malditos humanos

-Sí... ¿Le conocéis? ¿Cómo está Gustav?