Partida Rol por web

Mi señor, esa mujer era de sobra conocida, yo mismo fui atacado por ella en uno de sus ataques de ira.

Lo único que pude llegar a entender de sus palabras aquella noche fue que buscaba a su hijo y que alguien se lo había llevado. Aquella misma noche y los días posteriores hice una pequeña investigación pero nadie podía decirme nada de su hijo, de hecho, nadie parecía haber visto a su hijo nunca ni haber sabido de él en ningún momento, no había ninguna pista ni indicio que seguir. Me hubiese gustado llegar al fondo del asunto pero me quedé sin opciones y en un punto muerto. 

Si mi señor quiere volveré a llevar la investigación y esta vez seré más concienzudo.

No encuentro en la ficha ni la suerte ni la templanza

Perdona, no debió hacerlo. Suerte es la suma de Comunicación, Percepción y Cultura

Templanza es 25 + 5D10.

En cuanto a los atributos, ¿Cómo es que tengo que superar 15 con 1d100?

Fallo la suerte y supero la templanza

Bueno, eso tiene más sentido.

Los tres me habéis hecho la pregunta en algún momento. Sí, es Agilidad x3, perdón xD

Aun así las fallo XD

Saltar del caballo no había sido la mejor idea del mundo (era una de tantas cosas que salían mejor durante el entrenamiento que en la práctica real de la acción). Tropezaste con el estribo (¡malditos estribos!,  pensaste, los romanos conquistaron el mundo sin necesitarlos y ahora quizá me causen la muerte) y fuiste arrastrado por el caballo unos metros hasta que te soltaste. Y, en aquel momento en el que lo veías todo negro, tuviste un momento de suerte: una voz, algo detrás de tu cabeza, te dijo que volteases sobre tu lado derecho.

Justo entonces, cuando lo habías hecho, notaste cómo un virote se clavaba en el suelo, en ese mismo lugar donde tu corazón había estado instantes antes. Te incorporaste con presteza, y observaste el campo de batalla. La mitad de tus hombres estaba atacando la otra ladera del valle, incumpliendo así tus órdenes. Menos mal que, arropados por el efecto sorpresa, la rapidez y la suerte (justo cargasteis cuando los mercenarios empezaban a descender corriendo para acabar con los hombres del conde con sus espadas, encontrando a vuestros enemigos en un enorme estado de desorganización) los hombres de Alós estaban haciendo estragos en sus filas. 

Seguiste girando para observar el campo: abajo, en el valle, los hombres del Conde y de Alós habían formado una especie de testudo improvisada rodeada de cadáveres, a la que se dirigían los mercenarios antes de vuestra carga. Algunos ya estaban allí. Suponías que Vicenç, Pèire tu padre y el mismo Conde se encontraban dentro. Observaste las carretas de las mujeres: parecían a salvo después de vuestra intervención. Giraste, y de repente viste a un hombre a unos veinte pasos de ti, recargando una ballesta. ¿Qué ibas a hacer?

Todo sucedió de manera muy repentina. En mitad de todo el desastre de hombres caídos y flechas, Pèire tropezó con un cadáver de un joven de Alós que no había visto y cayó al suelo. La suerte quiso que en ese momento una flecha entrase por un hueco entre los escudos y, atravesando el lugar donde previamente se encontraba el pecho de Pèire, fue a clavarse en el hombro izquierdo del Nunyo Sanç, el Conde del Rosellón, ante la mirada de horror de Vicenç. El hombre cayó al suelo y se retorció de dolor, e inmediatamente fue recogido por uno de sus hombres, alterando la formación.

Vicenç era, ahora, el único capaz de liderar aquel grupo variopinto. Y, entonces, los hombres que os atacaban se abalanzaron sobre los escudos, portando espadas y hachas. La parte buena era que eso significaba que las flechas se habían acabado. Pero la lucha no.

-- ¿A su hijo? --dijo escandalizado el rey-- ¿Y las autoridades no hicieron nada?

Os miró.

-- ¿No hicisteis nada?

Todo el mundo estaba sorprendido ante aquella reacción, la reacción de un rey que no ha empezado todavía a gobernar y que por tanto no comprende exactamente cómo funciona el poder. Pero esa fue su reacción.

Apenas me he recuperador del tortazo, veo que los que me acompañaban se han tomado mis ordenes como una broma. Intento gritar un "replegaos" però el ruido es demasiado Fuertes y o bien no me oyen, o bien hoy pasan de mi.
No puedo perder ni un Segundo.
El mercenario que està recargando és el que ya ha intentado acabar conmigo, así que salgo a la carrera, espadón en mano para evitar que termine su recarga y eliminar un enemigo del Campo de batalla