Partida Rol por web

Ponç se para un instante, confuso. En toda su vida, nadie le había pedido que parase.

--Creía que era lo que querías.

Mi rostro estaba totalmente rojo nuevas no dejaba de mirar a uno y otro lado.

- Si... bueno... si yo... si pero no aqui... no tan rapido.... yo... bueno...

La mente de Maria estab atribulada de muchas cuestiones y, aunque su vista ya no es lo que solía ser, habría que estar rematadamente ciega para no ver todo aquel barullo. Aquellas insignias, aquellos colores, era más que evidente quién se había personado en Alós, con solo ver aquel fasto y aquel boato. Maria casi hubiese preferido el dragón...

Me quede viendo esa legión de gente que se acercaba, o al menos eso creo. Hace tanto que no veo bien, que no sabría decir si es una legión o una serpiente gigante.

Mi señora sabéis algo, no lo veo muy bien. Se me ve intentando forzar mi cansada vista en ver algo.

Dos calderos sables sobre un campo blanco. Se trata de la casa de Lara, una de las casas nobles más grandes del poderoso reino de Castilla. ¡Álvaro Núñez de Lara, ya muerto, había llegado a ser regente de ese reino!

De repente, el blanco y el negro de las insignias te hacen tener una percepción: se trata de una legación pontificia. El Papa ha enviado aquí a sus sabuesos... y eso no pinta nada bien, como recuerdas. Es lo que hicieron con tus compañeros al otro lado de los Pirineos, sembraron muerte y destrucción después de haber hablado con bellas palabras.

Y tú, viejo cátaro, tenías mucho que esconder.

Salgo y disparo las dos veces a Ponç d'Empúries por la espalda. 

La primera en la espalda, la segunda intento que sea desde más cerca e intento que sea en la cabeza. 

- ¡¡¡NOOOOOOOO!!!

Grité con todas mis fuerzas mientras corría hacia Ponç y me ponía sobre él si estaba en el suelo.

- ¡¿Qué haces Vicenç?! ¡Ayuda! ¡Socorro!

No grites hermanita, pueden oirte y vendrá todo el mundo, lo mejor que puede pasar es que muera aquí y ahora. Sonrío de forma excesiva como saboreando el momento mientras me acerco al heredero de Empúries. 

Dos pajaros del mismo espadazo. Comienzo a reir mientras me agacho para poner mi espada en el cuello de Ponç.

Mato al prometido de mi bella Teresa y al que mi hermanita parece que se había entregado como la sucia ramera que es. 

En mitad del camino de la vida, te encuentras en una senda oscura en mitad de ese bosque. De repente, no muy lejos de ti, tu caballo alza las orejas y te pones alerta. Es entonces cuando lo oyes:

-- ¡¿Qué haces Vicenç?! ¡Ayuda! ¡Socorro!

Es Clara.

Esto es lo que puse cuando lo dije:

Antes del atardecer, unas horas antes, preparo dos ballestas y me oculto en el camino que va hacia el cementerio, una la llevo a la espalda y la otra en la mano, así si tengo que hacer dos disparos no tengo que recargar.

Saqué la daga que tenía oculta apuntando hacia Vicenç con lágrimas en mis ojos.

-¿Por qué? ¿Tanto te ha cegado la locura que eres incapaz de usar la cabeza? ¿Tanto te ciega tu orgullo? ¿Ramera? Yo sigo siendo virgen... ¿Y tú amante? ¿Cómo reaccionará su familia cuando sepan que ha sido mancillada por alguien de tan baja posición? ¿Acaso crees que no lo sabrán? Tu tienes tus contactos y tus espías, y yo, los míos...

Jajajajajajaja. A ver hermanita, si me matas ¿Qué esperas decir? ¿Cuál será tu defensa?

Si nos descubren aquí mi historia se escribe sola. Vine dando un paseo para cazar algo por los alrededores cuando descubrí a un tipo forzando a mi hermanita en el cementerio, use las ballestas para acabar con el violador quien resultó ser por desgracia Ponç d'Empúries. Nuestra casa se verá afectada por supuesto, pero, al fin y al cabo las cosas que se hacen por amor... Han sido escritas durante miles de años, ¿No conoces la historia de Helena de Troya?

Sin embargo, todo esto no tiene que acabar así. Puedes venir conmigo ahora al castillo y hacer como que no sabemos nada de esto. Lo achacarán a los bandidos que atacaron al Conde de Rosellón y tendremos no uno, dos aliados contra ellos. Sonrío.

Como ves está todo más que pensado. Pero debes de pensar rápido y tomar tu decisión.

Escucháis el sonido de un caballo galopando desbocado, yendo hacia vosotros. Por el camino aparece Manel, visiblemente preocupado, espada en mano.

En el cementerio, entre las tumbas, está Clara, empuñando una daga, defendiendo a un joven malherido de Vicenç, a unos pasos de distancia.

Nuestro tio Manel me dará la razón en todo esto, ya no hay vuelta atrás. Si se sabe lo que ha pasado la casa Mormont desaparecerá como... Cómo lo diría apropiadamente... Como lágrimas en la lluvia. Me echo a reir, la situación no es para menos.

Jajajajajaja, que vueltas da la vida, ahora los dos sois mis aliados forzosos.