Partida Rol por web

- ¡Eh! Tranqui tía, que lo has hecho de puta madre - Sara empezó a acariciar con suavidad el pelo de la Eva mientras intentaba animarla con suaves palabras. Suaves porque las susurraba, pero la pobre era incapaz de soltar dos frases seguidas sin meter algún taco o insulto de por medio. 

- Ha estado genial verles las caras, no se lo creían. Y tía, sí, estabas en lo cierto, pretendían quitarles las putas hojas al Iker - . Se sentía tan orgullosa de ella. Se alegraba tanto de la oportunidad que tenía con los del lidl, que la sacarían de toda esa mierda y entonces podría volar como un pajarito. 

- Por cierto, tía, que no te lo conté - Mientras hablaba no había dejado de abrazarla. - Tengo las llaves de los baños y puedo llevarme a alguien para hablar con él en privado - Le confesó y una mueca se formó en sus labios. - He estado pensando en invitar al Manuel para camelármelo y nos apoye más. Pero no sé, tía, el tío es un puto salido - . Suspiró y se quedó unos segundos en silencio. - A los viejos ni de coña. Esos tienen que ser los próximos en ser pateados... ¡Hostia! ¡Lo que dijo la Justi! ¿Puede que sea la MariCarmen quien les proteja? - Cambió radicalmente de tema al recordar las palabras de la vieja.

Poco a poco gracias a los cuidados de Sara me fui calmando, y cuando nos separamos una sonrisa nerviosa bailaba en mis labios. Mis ojos estaban un poco enrojecidos, pero rebosaban felicidad por las palabras que me había dedicado. Joder, qué distinta hubiera sido mi vida si la hubiera conocido a los diez años.

- Ostia, cómo mola. - Le dije mientras me frotaba los ojos con el dorso de la mano. - ¿Y luego puedes quitársela a esa persona y dársela a otro? ¿O qué pasa si le echan? Porque a la hora de escoger puede depender bastante de eso.

- ¡Oh! Sólo puedo hablar un rato con él - . Se mordió el labio y se rascó detrás de la oreja. - Por ejemplo, si lo hiciera después de las votaciones, sería sólo por la noche tía, que luego la gente sospecha mucho - . Se encogió de hombros y una sonrisa aleteó en sus labios.

- Tía, creo que voy a votar al Paquito - . Sara sabía que aquello no le gustaría a la Eva, pero tenía que decírselo. Si no lo hacía sentía como si la estuviera traicionando. 

- Tienen razón, se ha contradicho mucho y creo que alguno más lo va a votar. Hostia, puede haber suerte y el Iker se libre esta vez - . De ilusiones también se vivía, ¿no? Sara todavía no quería tirar la toalla y, aunque el Iker estaba muy raro, no podía darle la espalda e ignorar todo lo que le estaba ocurriendo. Tenía que apoyarle en lo que pudiera.

- Ya, tía. - Respondí un poco fastidiada. - Paquito la ha cagado pero bien. Vótale si quieres: sería una putada que saliera elegido, pero lo prefiero antes de que votes en blanco.

- De todas formas, caiga o no caiga, se me ha ocurrido una cosilla para demostrar mañana que es inocente, así que no te preocupes. - Le dije acercándome a ella.

- Oye, de lo otro que decías, ¿has pensado en alguna otra opción que no sea Manu? La verdad es que ese tío no se entera de mucho y podría ser desperdiciar la oportunidad.

Sara asintió con un suave gesto de cabeza. Sí, votaría a Paquito, era mejor opción que la vieja. En el fondo sabía que si votaba a la Justi pensarían que lo hacía por venganza. Y razón no les faltaría.

- ¿A otro? - Preguntó y se quedó un momento pensativa. ¿Con quién podía hablar?

- Los viejos ni de coña. Me dan un mal rollo que flipas. La Aicha es una cotilla, pero no sé en qué podría ayudarnos hablar con ella en privado. Sí, podríamos fumarnos unos petas juntas, que hace días que no lo hacemos. El Lejía es un cerdo y no se entera de nada. El Shakiro está de la olla, joder, antes me entraron unas ganas de partirle la jeta... ¿La Asun? Pero ¿Qué le puedo decir? También están el Damián y el Mauricio. El primero no se moja con nada y Mauri no creo que quiera hablar mucho conmigo - Los fue enumerando según iban viniéndole a la cabeza. Se encogió de hombros y volvió a mirar a la Eva. - ¿Quién crees que es mejor? También podemos esperar a mañana. Pero no sé... -

Valoré cada persona que Sara me iba contando por unos instantes. Y finalmente, cuando respondí, lo hice con convicción.

- O Manu o Mauricio. - Afirmé. - Estaría bien que él empezara a confiar también en ti. Además, así podrías explicarle que estamos juntas y así fijo que te escucha.

- La verdad es que ya sea hoy o mañana, será una oportunidad perfecta para que alguien más sepa que Saray es una infiltrada. Entre el paripé que está montando y que Paquito la haya acusado cagándola tanto puede ser complicado que lo crean sino. - Dije al final. Luego inspiré con fuerza. Me gustaba el aroma de este lugar, y aunque sabía conscientemente a qué se debía ahora que me había ido acostumbrando no podía evitar disfrutarlo, en vez de tomarlo con reservas como habría hecho en otros momentos.

- ¿Sabes lo que molaría, tía? - Pregunté de manera retórica. - Que acabásemos El Mauricio, tú y yo, y que a todos los demás les dieran. Por molar molaría también Iker, pero ese lo veo complicado. ¿Sabes si le pasa algo a Aicha con nosotras? ¿Está cabreada, o algo?

Sara alzó levemente las cejas.

- Pero, ¿cómo vamos a terminar juntos el Mauri y nosotras? ¿En tu contrato no pone que tenéis que echar a todo el mundo? - No estaba segura de cómo iban esas cosas. 

- No sé tía, al Mauri nunca le he hablado muy bien. Además, tú ya lo tienes embobao. Pero si crees que es mejor, no tengo ningún problema en reunirme con él - . Le dijo, asintiendo con la cabeza.

- Ni idea con la Aicha. Está yendo mucho a su puta bola. Si no hay una botella de whisky o unos porros parece que no le importe nada una mierda - . Se encogió de hombros. Hasta que había pasado todo aquello era con la que mejor se había llevado. Para las fiestas era una tía de puta madre, pero en momentos de crisis estaba demostrando que no valía. Lo mejor de todo aquello era que le había dado la oportunidad de conocer mejor a la Eva y había descubierto que era la mejor tía del puto super. Y la mejor actriz que he visto en mi puta vida, joder.

Me encogí de hombros cuando Sara me preguntó por mi contrato, despreocupada. - No sé, no puse mucha atención a esa parte. Me importaba más lo de que cuando todo acabe fichen a mis colegas. - Expliqué. - Pero eso es lo de menos: Paquito parte el bacalao con los del Lidl. Si él les dice que contraten a otra gente ya, la contratan. Por ahora sólo lo han hecho conmigo, pero ya le he convencido para que tú seas la siguiente. - Afirmé satisfecha. - Vas a flipar, tía, no has visto tanta pasta en tu vida.

Luego me quedé unos segundos pensativa, dándole vueltas al tema de Mauricio. - Bueno, si queremos acabar Mauicio tú y yo seguro que podemos. Basta con otro contrato. - Valoré. - O con otro par de ambientadores. - Dije antes de soltar una risita. - Fumado tiene que ser la polla.

- Jajajajaja Sí, tiene que ser la polla - . Sara confirmó las palabras de Eva con una explosión de risa. - Aunque ya cuesta entender cuando habla, como para que encima esté fumado, joder, mira que habla mal el tío. Y tú lo imitas de puta madre - . Le reconoció con una sonrisa bailando en sus labios. 

- ¿Pero cuantos contratos puede pasar el niñato ese? - Preguntó de repente, cuando reaccionó ante lo que Eva le acababa de explicar. - Tía, entérate bien, porque si los del lidl quieren que todos nos vayamos a la puta calle, a los otros les importará una mierda que seamos colegas e irán a por mi -

Vuestra amistad dio fuerzas a Eva para hacer La Mirada por segunda vez en el mismo día, salvando así a su amiga del despido. Sin embargo, el Bulldog al marcharse las fulminó a ambas con la mirada, como si notase que algo raro había ahí entre ellas. Probablemente no podrían repetirlo una segunda vez.

Cuando nos volvimos a reunir aún tenía en el pecho el nudo que se había formado después de haber tenido a Sara llorando así entre mis brazos. Por un lado me había gustado ser su consuelo, pero por otro no me había gustado verla así. Joder, ya le valía al puto Iker. Por su culpa Sara se había jugado el curro dos veces y seguro que el otro ni siquiera se lo había agradecido.

Sin embargo traté de pensar en positivo, y desde luego el aroma de este sitio ayudó. Poco a poco formé una sonrisa antes de hablar.

- Paquito me ha hecho lo mismo que me hizo Lourdes. - Le informé. - Así que puedo fijarme en cualquier otro otra vez. Y voy a volver a escogerte a ti. Después de lo que acaba de pasar no quiero que te la juegues, así que voy a intentar que Mauricio te cubra como yo he hecho, y como hiciste tú con Iker. - Expliqué. Probablemente otros lo habrían usado para sí mismos, pero ese no era mi estilo.

- En el otro cuarto supongo que meteré a uno de los viejos con alguien, así ya tenemos cómo hacer que al menos uno se pire y dejen de dar la coña.

- Por lo de los contratos del Lidl no te preocupes: el primer contrato que pueda hacer va a ser el tuyo, así que nadie va a querer ir a por ti. Así que no importa si puede hacer uno, diez, o trescientos. Tú vas a estar con nosotros y te van a pagar el sueldazo que te mereces.

¿Cómo?

Sara no tuvo tiempo para reaccionar. Cuando quiso darse cuenta ya tenía la llave del otro almacén en el bolsillo. Miró a Eva con los ojos como platos, sin todavía saber cómo reaccionar.

- ¡Pero tía! Haberlo usado contigo y te hubieras protegido tú - . Era su amiga y ahora ya no tenía quién la protegiera. - Por cierto, gracias por lo que hiciste antes, joder tía, se me fue la puta cabeza y solo veía que me quería ir con el Iker - . Un escalofrío recorrió su espalda al recordar el momento en el que los gorilas del Bulldog cogieron a su amigo y se lo empezaron a llevar a rastras. Ha sido muy jodido.

- ¿A quiénes has enamorao? - Le preguntó tras un rato de silencio. Estaba algo más tranquila y, aunque todavía le costaba sonreír, al menos ya no se echaba a llorar a la mínima.

Cuando Sara me dijo lo de usarlo conmigo simplemente me encogí de hombros con cierta resignación. Luego la miré a los ojos con un brillo ligeramente derrotista.

- Tú acabas de separarte de un amigo. - Le dije un poco triste al recordar cómo se había puesto. - Te mereces que alguien te anime un poco. - Expliqué antes de quedarme callada, en silencio. Nunca había sentido celos, y ahora tampoco lo hacía, pero me daba un poco de miedo que Sara se olvidase de mí ahora con la novedad de Mauricio. Él era noble y bueno, sólo había que verlo.

- He juntado a la Asun con Justina. - Expliqué. - Así tenemos una forma de separar a los viejos, y a Asun no le quedará mucho tiempo por si ve a Paquito. Me sabe mal, pero cuando todo acabe le decimos a los del Lidl que la fichen para limpiar. La tratarán mejor que el Bulldog, seguro.

Una sonrisa se formó en los labios de Sara cuando Eva le dijo que había juntado a la Justi y a la Asun. 

- Tía, me tienes que contar qué han hecho cuando las feronomas esas han salido del techo - . Al imaginárselo una carcajada brotó de su boca. - Joder... La puta Bimbambum jajajajajajaja... - Se secó la lagrimilla que se formó en el rabillo de sus ojos y suspiró mientras negaba con la cabeza. 

- ¿Iréis esta noche a por la Asun? - Le preguntó, arqueando ambas cejas. - Sí, tía, cuando puedas habla con los del lidl que la Asun es una tía mazo competente - .

Cuando Sara empezó a reír me contagié un poco, aliviando durante unos instantes la presión que sentía en mi pecho. Sin embargo negué con la cabeza suavemente. - Es una pena, pero sólo puedo espiarlas durante el día.

- No creo que vayamos por la noche a por Asun: Como Pascual está prometiendo que pronto readmitirá a todo el mundo no creo que sea lo mejor. Seguro si vuelve está tan perdido que antepone a los que hayan sido despedidos por los infiltrados porque Manuel no les cuenta nada. Así que es mejor hacerlo durante el día, con una de las hojas de Mauricio, aunque no lo haré a la vista.

- Oye, si me echan o algo esta noche es súper importante que no me readmita nadie pronto, ¿vale? - Expliqué. - Tengo un plan.

- ¿Pero quién va a hacer volver al Pascual? - Hasta ese momento parecía que a nadie le había importado que el sindicalista estuviera en la calle. Sara metió la mano en el bolsillo y sacó dos chupa chups de fresa. Le ofreció uno a la Eva y el otro lo desenvolvió y se lo metió en la boca. 

- A ver... Parece que ahora todos confían en ti. Es posible que la hija puta de la Saray busque jugártela - . Se sacó el chupa chups de la boca y tragó saliva. - Puedo decir que el Iker me confesó que ella era la otra infiltrada y así llamar su atención y te deje en paz por la noche - . Volvió a meterse el chupa chups en la boca y le dio varias vueltas, pensativa. - ¿O tú quieres que te expulsen para algo? - 

Cuando Sara me ofreció un chupa chups lo tomé con naturalidad y comencé a desenvolverlo. Luego me lo metí en la boca y me fijé en cómo ella le daba vueltas para hacer lo mismo.

- El problema es que si dices que es Saray ya no ganarán nada sacándote de aquí. - Respondí. - Por eso yo lo he dejado a medias.

- De lo otro... - Empecé, antes de poner una pequeña mueca, como si estuviera a punto de reconocer algo que no quería decir en voz alta. - A ver, no es que quiera que me echen, ni mucho menos dejarte sola, - Aunque por algo ahora estás con Mauricio... - pero tengo un plan por si lo hicieran. Aún tengo que explicárselo a Paquito, pero gracias a lo que me ha hecho Paquito podré tener otros papeles como los de Mauricio mañana, esté fuera o dentro. Así que le quiero proponer fingir que me readmite él y que así la gente empiece a fiarse más.

- En realidad es una mierda. - Sentencié un poco triste. - Y demasiadas cosas pueden salir mal. Pero con todas las cosas que he estado haciendo irán a por mí tarde o temprano, así que, bueno... - Dije apretando un poco los labios, intentando que no me temblara la voz. - Me estoy preparando.

Sara arrugó el ceño y negó con la cabeza.

- No tía, no me jodas. No quiero que te echen a ti. Joder, si quieren tocarte deberán pasar por encima de mi cadáver - . La joven se había sacado el chupa chups de la boca y señalaba con él a la Eva. Volvió a meterse el caramelo en la boca y empezó a darle vueltas al palito y a jugar con la lengua, mientras pensaba en lo que su amiga le había dicho.

- El Mauri todavía no ha usado sus papeles, ¿verdad? Si te hacen algo estoy segura de que él hará lo que pueda para que te readmitan. Le caes de puta madre y tampoco permitirá que te hagan nada - .

Me sentí un poco mejor al escuchar a Sara y ver cómo me señalaba con su chupa chups, casi como si fuera una amenaza. Una sonrisa entre nerviosa y tímida se formó en mi rostro, ocultando la mezcla de sensaciones que me invadían en ese momento. Antes de seguir emití un suspiro. En el fondo había tenido mucha suerte con todo esto. Con poder contar con Sara.

- No debería hacer falta. - Le dije. - Si me despiden esta noche me iré con una carta de readmisión y una de despido. Y en ese caso no quiero que te metas, ¿vale? - Pregunté retóricamente, a pesar de estar segura de que lo haría igualmente. Al fin y al cabo éramos amigas. Yo también lo haría. - Aún así hay otra cosa que puedo hacer. - Empecé a explicar. - Desde hace unos días estoy convencida de que si hablo con el Bulldog podría convencerle de que digan lo que digan las cartas de despido de los infiltrados no eche a alguien de los que sean despedidos durante la noche. Estaba reservándome esa oportunidad para ti, para Mauricio o para Joel si volviera... Pero también puedo usarla conmigo. Aunque sólo funcionará una vez.