Partida Rol por web

Os sorprende encontrar en vuestros bolsillos una de las llaves del cuarto de mantenimiento, bien rotulado: Cuarto B. Pero más os sorprende daros cuenta de que no estáis solos.

Una trampilla se abre y un gas de color verde amarillento sale por ella haciéndoos toser. Y cuando conseguís recuperar el aliento os dais cuenta de que tenéis un colocón del quince. De repente os sentís increíblemente amistosos y no tardáis en jurar que seréis amigos para siempre. BFF, como dicen ahora los modernos. 

Hasta tal punto llega vuestra amistad que os defenderéis entre vosotros de manera que la primera vez que uno sea despedido o traten de expulsarlo, la fuerza conjunta hará que se mantenga en el supermercado. A cambio si esto se repite una segunda vez, ambos seréis despedidos o expulsados.

Y cuando conseguís recuperar el aliento os dais cuenta de que tenéis un colocón del quince. De repente os sentís increíblemente amistosos y no tardáis en jurar que seréis amigos para siempre.

Entiendo...

Sara miró a Iker y sus labios esbozaron una sonrisa.

- Buah... Que flipada - Dijo y levantó el rostro, aspirando con fuerza el humo verdoso que salía de la trampilla. - Es la hostia - Cerró los ojos y se quedó durante unos minutos quieta, flipando con el subidón que le estaba dando, hasta que le dio tal ataque de tos que la dobló por la mitad. 

- Cof... cof... Mierda... cofff... cofff... Jajajajajaja... Coff... cof.... jajajajaja.... - Acabó sentada en el suelo, con ambas manos sobre el vientre y la cabeza echada hacia atrás, hasta que poco a poco la risa fue desvaneciéndose.

Se secó las lagrimillas que le habían saltado de las pestañas y volvió a mirar a Iker. 

- Eres un tío de puta madre. Me alegro mucho de haberte conocido - . Le confesó de corazón y, de repente, le entraron ganas de echarse a llorar. 

Con los ojos rojos y la boca entreabierta, intento articular unas palabras que no consiguen llegar a ser más que meros balbuceos.

- Es... Esto... Est.... estoo... ooo... ess... esto... -

Me froto los ojos con los nudillos de mis manos intentando que el mundo deje de dar vueltas y la realidad pierda ese color verdoso que parece haberse apoderado de todos los objetos de este universo.

- Joder Sara -

Por fin las palabras brotan de mi buzón como un arrollo en primavera.

- Tengo hambre. La hostia de hambre. ¿Y tú? ¿Tienes hambre? Joder que pedo. Mandanga de la buena es esta. ¿Qué es? ¿Lo sabes? Yo no. Pero quiero más. Joder, eres una tía de puta madre. Lo sabes, ¿no? Pero de putísima madre. Vamos, que ahora mismo llamo a mi Amona y le digo que me quite de las escrituras del Txoko y te ponga a tí en mi lugar. Ahora mismo - Hago amago de levantarme en medio de la diarrea verbal que mueve mi lengua, tan opuesta a mi comportamiento tímido y reservado habitual. - Bufff, que pedal llevo - digo calléndome de nuevo al suelo. - Oye - señalo a Sara con el dedo - A tí que no te digan que no vales, porque vales un huevo, te lo digo yo, ¿he? Que eres una tía de puta madre, RH negativo vamos - me llevo el puño al pecho - atzo, gaur, eta beti maitea -

Nunca nadie la había tratado de aquella manera y Sara no pudo por menos que dejar salir las lágrimas que se estaban acumulando en sus pupilas. Había tenido una mierda de infancia, tenía un novio que llevaba todo el día ignorando sus llamadas y sus amigos no le habían contestado al whasap. Pero Iker le estaba diciendo unas cosas tan bonitas...

Ohhhh... Quiere que herede el Txoco. Es el mejor amigo del mundo. No tenía ni idea de qué era un Txoko, pero aquellas palabras habían llegado a su corazón.

- Tío, te quieeeeeeroooo - Le dijo, con la cara arrasada por las lágrimas y se tiró sobre él para darle un enorme abrazo y un besazo en la mejilla. - Perdona por no haberte invitado nunca a casa. Cuando quieras puedes venir y quedarte lo que desees - Se sentó en el suelo, con las piernas cruzadas como si fuera un indio y enterró la cara en sus manos. - Me hubiera gustado conocerte antes - Le empezó a decir entre hipidos. - Amigos como tú son los mejores - . Apartó las manos de su rostro y volvió a mirarle, con los ojos hinchados y todavía llenos de lágrimas. Pensó en Raúl, sabía que no le haría gracia que Iker y ella fueran tan amigos, pero tendría que entenderlo. En ese momento sintió que haría cualquier cosa por Iker y se dio cuenta de que no sabía casi nada de él.

- Cuéntame cosas sobre ti. ¡Quiero saberlo todo! - . Le dijo y una suave sonrisa se formó en sus labios.

// 3 AM de la pasada noche

Una densa nube de humo rodea el corrillo de jóvenes de botellón junto a las cajas. Los porros circulan cual salmones contracorriente en el Bidasoa.

El preciado tesoro se ha acabado, y ahora la botella vacía de patxarán gira en el suelo buscando víctimas para que beban en alguno de los muchos juegos que llevamos disfrutando esta noche de pedo.

Sara está sentada y poco a poco vamos contándonos más y más cosas de nuestra vida mientras el vodka va suplantando al agua en nuestra sangre.

// 4 AM de la pasada noche

- Joder tía, ¿sss... sabes que esssstaría de puta mmmmadre? -

Pregunto a Sara con la cara roja, no por la timidez que ya se perdió con las primeras copas, sino por el monumental pedo que llevo encima.

Los ojos de Sara se vuelven hacia mí.

- ¡Intercambiarnos la ropa! - exclamo al tiempo que alzo la mano con el índice al cielo para dar más peso a mi irrefutable argumentación.

Y de esa forma fue como el sujetador de Sara acabó formando parte del atuendo de Iker. 

Horas más tarde, Sara se encontraba estirada, fumándose un peta y observando absorta el humo que subía hacia el techo. 

- Tío, no sé a quién votar - . Giró la cabeza para mirarle. - Lo he estado pensando y... joder, no se me ocurre quién puede ser - . Durante unos segundos se mantuvo en silencio. Volvió a mirar hacia el techo y se llevó de nuevo el porro a los labios. - Creo que votaré al ruso. No sé si es verdad lo que han dicho, pero aunque no lo sea, no estoy jodiendo el curro a otro. ¿Tú qué vas a hacer? -

Sentado sobre una caja con la etiqueta 'Frágil' pegada en todos los costados, sigo con los ojos las juguetonas volutas de humo que salen de la boca de Sara tras cada calada al peta.

Niego lentamente con la cabeza tras su última pregunta.

- Pffff, ni idea. La verdad es que yo tampoco lo se. Si la gente anda pululando de noche por ahí con maléficas intenciones o no, a menos que nos confiesen abiertamente cuáles eran sus motivos para tales paseillos, seguiremos estando en una situación en la que a final de cuentas, lo único que haremos será dar palos de ciego. ¿A quién votar? Pues a falta de pruebas, poco podemos hacer más que tirar una moneda al aire. -

Me llevo la mano al bolsillo y saco una moneda de euro.

- Elige - le digo con una sonrisa indicando con la mirada que escoja quién será cara y quién será cruz.

- Ten, tío, dale unos tiros - Sara le pasó el peta a Iker y cogió la moneda para tirarla ella. - Uhmmm... ¿Cara Vladimir y cruz Maricarmen? Así, si sale elegida podrá volver con sus nietos - . Le dijo, enarcando suavemente una ceja. 

Tiró la moneda y salió cruz. Sara levantó la mirada, clavándola en la de su amigo. - Parece ser que Maricarmen ha salido elegida - . La vieja en el fondo le daba lástima, pero mejor ella que un compañero. 

Volvió a echarse hacia atrás, apoyando la cabeza en ambas manos y un suspiro salió de sus labios. - Tío, tú vota a quién quieras, yo creo que votaré a la vieja -

Cojo el peta que me ofrece Sara mientras arqueo una ceja curioso.

- ¿Maricarmen? - pregunto, relativamente sorprendido por la peculiar elección de objetivo, en especial cuándo se barajaba la posibilidad de infiltrados del LIDL.

Pero acto seguido me encojo de hombros y le pego un gran tiro al porro. Tanto que casi lo dejo en la pava.

- Supongo que tan buena como cualquier otro - A fin de cuentas me da lo mismo uno que otro. Mientras Sara y yo sigamos aquí a final de mes, todo habrá salido bien.

Comento mientras seguimos fumando en nuestro peculiar submarino.

- No sé tío, es por decir a alguien - . Sara le miró y una suave sonrisa aleteó en sus labios. - Es vieja y no debe sentarle bien estar durmiendo en el suelo, entre cartones. Joder macho, es que me imagino a mi abuela - y eso que apenas la conocí - y algo se me remueve aquí dentro, ¿sabes? - Llevó la mano a su pecho. - Por eso he pensado en ella. Y puede que el puto crío tenga razón. Pero me cuesta joderle la vida a un compañero - . Se mordió el labio, indecisa.

- Pero tú vota a otro. Si nos ven a los dos votando a la misma sin ninguna prueba, sospecharán de nosotros y querrán putearnos... -

En el super estaba habiendo un jaleo del copón, por lo que Sara volvió a refugiarse en el almacén.

- Que hijo puta el Paquito ese. Ya podrían venir sus padres a recogerlo - . Se había sentado sobre una caja y fumaba un nuevo peta. - Es mala gente. Por un momento me dio pena, pero después de la que está armando. No sé, tío, no me mola nada. Además, ¿qué mierda hace un criajo aquí metio? - Le dio una nueva calada al porro y una breve sonrisa bailó en sus labios. 

- Y estoy flipando con Manu. Joder, que es amigo del Raúl y me ha hecho insinuaciones... Está fatal y esta gente son los que van a hacer que nos dejen más tiempo encerrados, ya verás - .

Me encojo levemente de hombros y niego lentamente con la cabeza al timempo que lanzo un largo suspiro.

- Pffff, esta juventud está fatal - comento escuetamente en relación al Paquito.

- Ya verás, al final nos denuncian los de Servicios Sociales a todos por maltrato a menores al tenerlo aquí metido tanto tiempo. -

Extiendo la mano hacia un botellín de Mahou que acabo de abrirme para refrescarme la garganta.

- ¿Manu? - pego un largo trago - A mi me parece más un perro ladrador que mordedor - digo guiñándole el ojo a Sara.

Una mueca se formó en los labios de Sara, que acabó convirtiéndose en una leve carcajada. Iker tenía razón, el Manu ladraba mucho pero nunca se comía una rosca.

Se estuvo un rato callada, perdida en sus propios pensamientos. Le pasó el porro a Iker y terminó levantándose, para caminar de un lado a otro. 

- Es una putada, tío. ¿Por qué habrán ido a por Joel? Él era de los pocos que quería sacar algo en claro. Seguro que se había enterado de algo y por eso lo han echao. Joder, cago en la puta - . Se mordió el labio y terminó apoyándose contra unas cajas. - Y lo que más me jode es no tener ni idea y sospechar de colegas, ¿sabes? Eso me jode mucho - .