Partida Rol por web

Cuando se pierden,vuelvo presto a la habitacion del doctor.
Ya podeis salir... pero solo tenemos media hora antes de que vengan a relevarme... no tenemos mucho tiempo. Si vos lo deseais, esperare aqui haciendo este papel el tiempo que necesiteis que espero no sea mucho... por nuestro bien.

- Mejor partamos todos juntos. Por lo que se oía tras la puerta no creo que éste sea rincón seguro. Como sea, si preguntan al capitán de la guardia descubrirán esta treta.- Salgo de la habitación, mirando a ambos lados del pasillo guiado por la precaución, y envaino mientras hago gesto a Gabrielle para que nos acompañe.- Vayamos a buscar a Hinojosa a las mazmorras.

Siguiendo las instrucciones de Antonio salis juntos de la estancia y os encaminais por las escaleras que descienden al patio en busca de la entrada a las mazmorras del castillo pero rapidamente veis que las patruyas son dificilmente franqueables... al menos los dos guardias que se apostan en la entrada a ellas y que se cobijan bajo las luces de unas antorchas. El resto de guardias que se encargan del porton y de las murallas no os veran mientras que os mantengais alejados de las luces que producen estas iluminaciones dispuestas para minimizar los espacios de oscuridad en el interior del castillo.

- Señores. No aparenta ser tarea fácil la que nos espera... Tal vez podriamos planear algun método disuasorio, pero con el nivel de alerta actual no nos iba a servir de mucho. Y no me parece una brillante idea abrirnos paso por la fuerza

La preocupación de Gabrielle era evidente. Examinaba los claroscuros en busca de una opción alternativa.

Tal vez ir a por un atuendo de monje no sea mala idea

- ¿Qué sugerís? Nuestro plan inicial para engañar a los guardias debería bastar para sortearlos, pero si no creen lo que decimos tendremos problemas igualmente. Como sea, no tenemos demasiado tiempo antes que se descubra al difunto guardia de mis habitaciones y comiencen a buscarnos.

- No lo se... Armand ya va cubierto de sangre, no creo que la treta funcione muchas veces más. Si usted va con Armand, aun sonara medio convincente, pero no se con que excusa podría atravesar yo la vigilancia.

Gabrielle se removio inquieta... no sabía si estaba segura de volver a bajar a las mazmorras.

- Hablad vosotros con ellos don Antonio, sereis más convincente.

- Cubríos con el embozo de los hábitos que lleváis Gabrielle, y preparad esa navaja que usáis para destripar. Llevad los utensilios sobresaliendo algo del morral para que sean visibles. Intentaremos que nuestro plan inicial nos lleve al interior de la mazmorra, vivos y sin grilletes. Recordad que vos sois el torturador, que yo voy para garantizar la asistencia de Hinojosa al auto de mañana tras vuestras atenciones y que Armand es el encargado de escoltarnos allí mientras no se haya dado muerto o capturado a los fugitivos. Se nos ha encomendado dar una oportunidad más al condenado a fin de liberar su alma y purgarla de las intenciones que han llevado a los demás pecadores a convertirse en prófugos para condenación de sus heréticas almas. ¿Han comprendido vuestras mercedes?.

Compruebo que mi espada no se atasca en su vaina antes de continuar.- Armand hablará, y si es preciso hablaré yo. Vos guardad silencio. En caso de que los guardias no nos permitan pasar y nos veamos descubiertos habremos de acabar con ellos y escapar. Tampoco podemos permitirnos un duelo prolongado, así que seamos diligentes o escapemos escaleras arriba y al igual que Gerard recurramos al bosque.

- Si alguno de ustedes piensa que podemos averiguar algo en cualquier otra parte del alcázar, le ruego encarecidamente que no se lo calle.

Armand les mira y asiente.
Sera lo mejor... vamos... aunque no se muy bien que conseguiremos...

Os acercais con tranquilidad al grupo de guardia y estos rapidamente se percatan de vuestra presencia echando mano a sus hierros pero al ver tan variopinta congregacion se detienen.

- Quien va! - grita uno de ellos mientras se adelanta con la mano aun en la ropera.
- No son horas ni lugar para paseos nocturnos... - el otro de ellos se mantiene atras cubriendo la escalera que desciende a las mazmorras del castillo pero parece mas relajado ante vuestra presencia sin embargo con una mano sostiene una de las antochas que reposaban en el suelo para iluminaros mejor ante la cercania de su compañero.

- Eso mismo comentaba yo cuando tuvieron a bien hacerme levantar de la cama a hora tan temprana.- Refunfuño con aspecto malhumorado para el cuello de mi camisa como si no quisiera que me oyeran bien Armand o Gabrielle, aunque mi intención es que los guardias me oigan.

Gabrielle hacía ver que buscaba alguna cosa incesantemente en la bolsa de instrumentos, sin prestar atención a los guardias. La cabeza baja le permitía cubrirse mejor la cara para evitar que los guardias percibieran que era una mujer.

Esperaba que la intervención de Armand fuera suficientemente convincente.

Coooooof Cooooof... toso mientras me llevo la mano a la boca. Lo siento compañeros, veniamos a guarecernos un poco en esta noche... el buen doctor cree que necesita explorarme en un lugar mas calido...[B] ¡cuidado! a lo mejor se contagia[/B] digo mientras trato de avanzar

El guardia os mira con recelo y luego parece revisar con la mirada a Armand pero finalmente se rasca la cabeza y sonrie mostrando una dentadura nada sana.

- Maldita sea, y por que decidisteis bajar a las mazmorras? Acaso no habia lugar mas insano? Creo que el doctor podria examinarte en los barracones, ya sabes, ademas ahora no hay demasiada gente alli como para importunarlo, verdad Julian?

Mira a su compañero que sigue retrasado y asiente con la cabeza.

¿Que lugar mas seguro que aquel en el que entras por donde pretenderas salir? Ademas... no me gusta el ambiente arriba... ¡¡coof coof!! parece como si creyesen que los cautivos aun siguieran aqui... ¡absurdo! ¡¡Cooooooof cooooof!! No os preocupeis,sera un instante... ¡o eso espero! ¡COooooooooof!

Te mira con gesto extrañado.

- Vas a pillar algo malo ahi dentro pero vamos... Doctor, no cree que en su habitacion podria evitar la humedad de las mazmorras y tratar al compañero mejor?

El guardia de atras parece mirar mas fijamente a GABRIELLE //perdon// y su disfraz mientras sigue con su mano apoyada sobre la ropera.

- Si es por seguridad no deberiais preocuparos...

Se abre un poco dejandoos entreveer el camino a la entrada de las carceles del subsuelo mientras el otro sigue en su posicion.

Gabrielle aguantaba la respiración, la tensión del momento la angustiaba. Entre sus dedos, hundidos en la bolsa del material médico bailaba el bisturi ensangrentado, pidiendo a gritos no tener que volver a ser utilizado. Cuando el guardia les abrio paso, Gabrielle hizo amago de mirar a sus compañeros, temerosa de ser descubierta. Espero para avanzar tras los pasos de Armand.

- No, señores, pero tuve que dejar cierto material en la celda de un tal Hinojosa, y con él olvidé algunos ungüentos curativos que no pensaba fuera a necesitar nadie por aquí. Lamentablemente me equivoqué - y señalo con la mano abierta a Armand a modo de explicación- y parece que su compañero los precisará. Seremos breves, bueno al menos si sus compañeros pueden guiarme hasta la celda. Me resultaría imposible encontrarla por mi mismo a la luz del día, imagínense en mitad de la noche.- Continúo gesticulando mientras invento el pretexto, de forma que atraiga la atención de los guardias sobre mí lo más posible.- Durante el día me sirvió de guía un hombre bastante peculiar, un tal Julián. Supongo que ahora estará descansando, ya que mañana tendrá mucho de lo que ocuparse para tener a punto a los reos antes del auto de fe. ¿Quizás pudieran indicarnos como llegar? A pesar de todo lo que he visto como médico, estas mazmorras me resultan sobrecogedoras.

Yo creo que podre guiaros buen doctor... Agghh ¡¡Cooooooof!! ¿nos dejais pasar compañeros? No tardaremos...

- Hinojosa? no es ese el...?

El guardia de mas atras le corta sin que pueda terminar la frase:

- Venga, dense prisa ya hemos perdido bastante tiempo y empieza a refrescar; yo mismo puedo acompañarles hacia alli aunque crei que esa mazmorra se encontraba ya limpia...

El primer guardia os cubre las espaldas mientras que el otro se encamina delante vuestro al interior de las mazmorras mientras aferra en una de sus manos una antorcha cercana. Sus pasos os conducen con pasos tranquilos pero inquietos al interior nuevamente de vuestro cautiverio temido donde volveis a recorrer los pasillos de las torturas y los lamentos para dirigiros hasta una de las celdas de un pasillo lejano de la entrada por la que minutos antes acababais de descender.

- Esta es.

Durante el camino apenas os habias cruzado con dos guardias mas y no parecia precocuparles demasiado que los presos fuesen a irse a algun sitio.

- Les dejo, cuando terminen dejen todo cerrado... debo empezar la guardia del patio y relevar a un compañero, no creo que vayan a perderse, verdad? - sonrie ironicamente.

El soldado se aleja dejandoos en frente de una de las celdas cuya puerta solida de metal y madera os cierra el paso sin que podais llegar a ver nada mas de su interior y con tan solo un pestillo para asegurar su confinamiento.