Partida Rol por web

- Bien - susurro cuando el guardia ya se ha marchado- es posible que por fin encontremos alguna respuesta a nuestras. Les ruego contengan las iras que pueda desatar la conversación con Hinojosa. Primeramente quisiera descubrir porque se ha producido todo este embrollo.

Asiendo el oxidado pestillo, lo levanto, presto a descorrerlo y abrir la puerta- Entremos.

La puerta se abre dando paso a una celda de piedra humeda y maloliente, oscura y poco acojedora que parece albergar en una de sus esquinas a una figura acurrucada con cadenas amarrando sus manos y escondida bajo unos harapos. Todo alrededor parece rezumar sufrimiento, la sangre del suelo, el orin, los arañazos en las piedras... todo... quiza no quede mucho del hombre que pretendeis "salvar".

Al acercaros con precaucion parece que ni os escucha ni se percata de que la puerta se haya abierto... quiza este muerto ya...

Entro y me situo en la puerta, vigilando que nadie este muy cerca, tosiendo de vez en cuando.
Buen Doctor, muchas gracias por tratarme no es su obligacion atender enfermos como yo... le medio susurro para que sigan creyendo nuestro ardid.

Me acerco con paso lento y calmado al despojo que una vez fuera hombre y ahora se halla postrado ante nosotros. Delante de él vacilo unos instantes mientras pienso en todo lo sucedido y como este hombre pudiera tener algo que ver con todo esto. Sea como fuere termino por acuclillarme a su lado en espera de que alce la mirada hacia mí. Viendo como hay reacción alguna por su parte, me decido a apartar los sucios cabellos que ocultan sus facciones para poder mirarle a los ojos.

- Haga vuestra merced el favor de mirarme.

Su rostro se vuelve hacia Antonio aunque hace tiempo que dejo de parecerlo debido a las heridas y sangrantes cicatrices que le marcan: Uno de sus ojos fue saltado por un golpe mientras que el otro se encuentra casi sin poder abrirse debido a la hinchazon; le faltan la mayoria de los dientes y los labios los tiene partidos e hinchados mientras que los pomulos de su cara se encuentran sesgados y cubiertos de sangre. Apenas su pelo mantiene lo que hubiese sido su color hace tiempo aunque por los conocimientos del medico parece que tan solo lleve unos dias encerrado en esta prision...

...parece que el pobre hombre ya no tiene miedo a nada y solo espera con suplicante resignacion el momento de su muerte pues no emite sonido alguno ni llega a hablar dejando sus brazos recogidos bajo los harapos que le cubren.

Gabrielle hace un paso atras, repugnada por el aspecto del reo.

- Este... este es Hinojosa? - Por un momento se imagino que ella pudiera haber acabado asi por obra y mano de la inquisición. - Es solo un despojo... - si no fuera por que los torturadores son profesionales, dudaria que pudiera siquiera articular una palabra.

Pardiez que nadie merece este tipo de maltrato...

Al igual que mis dos compañeros el horror que inspiran los resultados del arte monacal cala en mí. Pese a ello, el deber para con mi maestro, el esfuerzo y el riesgo corridos hasta el momento me fuerzan a incomodar a este pobre desdichado.
Abro el zurrón en que guardo mis enseres curativos, y saco un pequeño pellejillo de piel curada. Abriéndolo acerco su bocacha a la del hombre ofreciéndole un trago.

- Tomad unos sorbos con cuidado. Este zumo no curará vuestras heridas, pero confortará en algo vuestro maltrecho cuerpo. Si aún pudiérais hablar os agradecería que mantuvieramos una corta conversación.

El maltrecho ser que se mantiene agazapado apenas reacciona ante las palabras del medico pero en cuanto abre un poco su boca todos comprobais la precariedad de su estado...

... Una cosa es segura... no contestara a nada... veis que en el interior de su boca ha sufrido tambien la fuerza de la tortura de la Inquisicion despojandole salvajemente de su lengua (o al menos parte) y mutilando el interior como si una cuchilla se hubiese retorcido en su interior.

Sus ojos parecen mirar al vacio y su cara sin expresion ninguna. Parece ser que su pecado ha sido mas cruel que cualquiera que podais imaginaros... pero cual podria ser? Sea como fuere no podra contarlo y parece que su cabeza no ha aguantado y se ha recluido en las profundidades de su ser.

Termino de dar vino al pobre diablo cuando él lo desee. El último consuelo de un cuerpo cuya alma está en la otra vida antes que su propio cuerpo.

- No obtendremos palabra alguna de él, ni se encuentra en situación de responder en forma alguna a nuestras preguntas. ¿Recuerdo mal si vos llegásteis a ver a Hinojosa antes de acabar en estas mazmorras, Gabrielle? Si es así os ruego que forcéis vuestra memoria y me digáis si realmente este hombre es el Hinojosa a quién habíais de entregar el anillo. Miradle con detenimiento, por favor.

- Lo siento, Don Antonio, nunca llegue a ver a Hinojosa. De hecho no llegue a saber de este hombre hasta que la inquisición me trajo aqui.

El hombre sin duda no estaba en la voluntad de hablar y menos sufrir el dolor que le debía provocar articular palabra alguna por unos simples desconocidos. Pero talvez...

Gabrielle se arrodilló junto al hombre, y le tomó de la mano:

- Don Arturo, si no podeis hablar, al menos escuchadme. Hace dos noches, en una de las calles de Toledo, intente ayudar a una mujer a huir de un matarife. Gabrielle hizo una pausa, intentando hablar claro y despacio. - Al final mi ayuda fue en vano, pero la mujer me dio una cosa para usted - Gabrielle esperó a ver la respuesta del reo. - El objeto en cuestión era un anillo, que tuve que esconder para que no cayera en manos inquisitoriales. Pero por ese mismo anillo pareció que me hicieron prisionera. Podeis decirnos que ocurre?, por favor, os estariamos eternamente agradecidos.

¡¡Tal vez pueda escribir!! Si sabeis escribir caballero baje la cabeza. Es muy importante Arturo... digo mientras miro fuera si alguien nos vigila mientras toso de nuevo.

- No os molestéis en incomodarle con penurias de esa índole Armand. Miradle a los ojos.- Señalo con gesto lúgubre- Tras esa hinchazón su mirada está perdida, ensimismando su alma y protegiéndola hasta que le sea arrancada del cuerpo.- Hago una pausa mirando a Hinojosa- Ya he visto con anterioridad y en unas pocas ocasiones algo similar, y lo más que podríamos conseguir sería hacerlo enloquecer de agitación. Puede que mostrarle el anillo, o la daga o un buen dibujo de cualquiera de ambos lo hiciera reaccionar, pero solamente para ofrecernos un recital de alaridos y gimoteos. No señores, si no se les ocurre nada mejor concedámosle paz en sus últimas horas.

Gabrielle se dolió de la agonía de aquel pobre desichado.

- Don Antonio... no disponeis de ningun farmaco... de ningun veneno que pueda acabar con su agonía?.

- No daré muerte mediante mis artes o mi acero a nadie que no me prodigue perjuicio. Haciéndole semejante "favor" le negaríamos la posibilidad de recuperarse por sí mismo, si es que lo logra antes del auto.- Le miro con resignación, apretando las quijadas - No. Nada puedo hacer por él más de lo hecho.

Me pongo nuevamente en pie colgándome el morral al hombro y acercándome a la puerta:
- Creo que deberíamos encaminar nuestro andar en otra dirección antes que se descubra lo que guardamos en mis estancias y reanuden la búsqueda. Si tienen alguna idea coméntenmela de camino al exterior de las mazmorras.

El silencio sigue siendo vuestro mayor compañero en la celda mientras el amasijo de carne que se encuentra ante vosotros agradece el liquido que le brindais sin apenas un gesto mas alla de su mirada difusa. Parece que aun disponeis de tiempo pero no podriais entreveer cuando se os acabara... quiza los guardias ya esten descendiendo en vuestra busca... quiza no... sea como fuere debeis apresuraros en vuestros movimientos...

- Marchemos pues - Dijo Gabrielle, poniendo la mano sobre el hombro de Armand, buscando hacerle complice de su propuesta. - Aun tenemos que encontrar una forma de salir de esta fortaleza...

Gabrielle encaminó sus pasos hacia la salida de la celda, volviendose a tapar la cara con su atuendo, y oteo por el pasillo para asegurarse que las patrullas no habían descubierto su ardid.

Estoy de acuerdo... si no recuerdo mal tendremos la via libre ¿no? Intentemos salir tal cual vamos ahora...