Partida Rol por web

Ishaya leyó la pizarra y no pudo más que sonreír de forma ligera ante la ocurrencia de Zolkar. Aunque la no-muerte no era un asunto para tomárselo a risa aplaudió internamente la iniciativa del tabernero. Pero muchas veces el humor también escondía el miedo.... Entró en el Demonio Sonriente y se dirigió hacia donde estaba Zolkar.

Saludos Zolkar. Que tal has pasado la noche? Ayer no fue un buen día y no tuvimos tiempo de hablar.... Venimos a enmendar esa falta....

El clérigo enano seguiría el consejo de Jarik y sería precavido durante las investigaciones.... Lástima que todo el cuidado que pusiese se iría al traste en cuanto uno que él se sabía abriera la boca....

De nuevo Sicarius se cruzó de brazos y se apoyó en la pared al lado de las puertas. Sabía que si la parte más cerebral del grupo estaba presente, su misión sería exclusivamente la defensa física. Así que cogió una de sus cerillas y se la puso en la boca para entretenerse jugando con ella entre sus dientes y sin dejar de prestar atención a la conversación que acababa de iniciarse, el guerrero se convirtió en portero.

Cuando Lyria cruzó las puertas el guerrero le comentó:

Si vas a la barra acuérdate de pedirme un algo con alcohol, me vendría bien para aderezar la mañana. Parece que hoy va ha ser un dia tranquilo para mi.

Lyria pasó al lado de Sic como sin hacerle caso. Se dirigió hacia la barra dónde se encontraba Zolkar y le saludó con una amplia sonrisa:

- Buenos días maese Zolkar. Podría ponerme un vaso pequeño del licor más fuerte que tenga. - Para evitar malos entendidos añadió rápidamente - No es para mí. - Y retomando la línea principal de la conversación y apoyándose en la lista de los platos que acababa de ver comentó con aire gracioso e intencionado - Un buen "mataliches", o bebida similar, irá bien.

El rechoncho tabernero dejó el vaso sobre la barra, una vez su atención fue requerida por Ishaya. Una amplia sonrisa, se dibujó de forma sincera bajo el tupido mostacho del hombre. Rápidamente salió de detrás de la barra, mientras secaba sus manos en el mandil de su delantal.

- ¡¡Lady Lorrimor!!... Es un gran placer recibirla junto a sus invitados... ¡¿Acaso se quedarán a comer?!- preguntó el bueno de Zolkar con el rostro repleto de júbilo e ilusión. - Para mí sería un placer tenerlos en el Demonio Sonriente...-prosiguió al tiempo que se aproximaba al sacerdote enano.

- Pues la tormenta ha durado hasta horas intempestivas, pero por suerte acabo mi trabajo agotado...- respondió a Ishaya de manera cordial. - En cuanto a lo de ayer, hermano Isahya... no le des más importancia. Esos supersticiosos ignorantes no creo que se sientan con corazón de enfrentarse a ustedes nuevamente. No sé cómo alguien puede llegar a pensar que el bueno de Petros pudiera ser un brujo malévolo...- refunfuñaba sonoramente sólo de pensarlo. - Si no fuera por él, mi taberna no gozaría de la originalidad que ostenta actualmente. Él fue el que me aconsejó que usara esta temática tan macabra para mis deliciosos platos.-  continuó explicando, cuando Lyria se acercó para pedirle un licor fuerte.

- ¡¡Mataliches!!... ¡¡Es fantástico jovencita!!... ¡¡Mataliches!!...- y como si de un genio loco se tratara, se acercó hasta una hielera de madera y extrajo una botella entelada por el cambio de temperatura, cuyo interior almacenaba un licor dorado. Acto seguido, le sirvió un vaso a la cambiante y le dijo al oído:

- Gracias por encontrale nombre a mi nuevo licor...-

Lyria le susurró a Zolkar:

- Un placer.

Lyria cogió el vaso con el extraño licor de propiedades desconocidas y se fue hacía la posición de Sic y le tendió el vaso para que lo cogiera. Sin esperar los comentarios de Sic, Lyria se volvió de nuevo a la barra con el simpático Zolkar, y continuó hablando con el:

- Dígame maese Zolkar, parece que Petros pasaba tiempo con usted, no es así?

La intención de Lyria era que Zolkar continuase hablando para ver que más podían descubrir.

Acodandose en la barra de la taberna, Erodel, situado al lado de Ishaya, trató de llamar la atención de Zolkar. Cuando lo consiguió, haciendo tintinear su bolsa del cinto, le habló, sin llegar a susurrar pero sin elevar demasiado la voz:

- Maese Zolkar, no tendrá entre su surtido por un casual algo capaz de mitigar la fatiga de una noche de insomnio? Y cuando digo mitigar, me refiero a que no quisiera notar en absoluto esa fatiga...no se si me explico...

El chiquillo acompañó la frase con un gesto de los ojos que no admitía duda para quien supiese de lo que se hablaba. En aquel pueblucho condenado era dificil el saber si tales "tonicos" eran conocidos, pero valía la pena probar.

Cuando Lyria le ofreció el licor, Sicarius asintió con la cabeza, sacó de su boca la cerilla y saboreó un primer y liviano trago del licor. Sus labios ardieron de placer y su paladar murió abrasado por la potencia del licor. Se relamió e hizo los típicos ruiditos de lengua y labios de cuando se saborea algo fuerte o excesivamente empalagoso.

Acto seguido alzó el vaso como si brindara con un fantasma y acabó con el liquido contenido de un solo trago.

Por ti Petros

bluooorrrg

Un eructo contenido dio a entender que le había sentado como un trueno y a la vez le había satisfecho gratamente.

Zolkar miró con ojos de sorpresa a Erodel. Estaba claro que la noche había sido demasiado larga para el pícaro, pero su gesto quedó cariacontecido ante la petición del joven pelirrojo.

- Lo siento muchacho, pero sólo dispongo de bebidas sin capacidades tonificantes.- mientras se encogía de hombros - Creo que deberías acercarte hasta la tienda de Jominda, la apotecaria de Ravengro. Quizás ella sí pueda ayudarte.- recuperando la sonrisa y poniendo su mano ancha de gruesa palma sobre el hombro de Erodel - En caso de no encontrar lo que buscas, siempre puedes recurrir a los brebajes mágicos del Templo...- dejando la frase en el aire.

El niño memorizó el nombre: Jominda. Pensó que luego debería visitar a la apotecaria para ver si podía ayudarle.

- Gracias Señor, muy amable por su parte. No me sentaría mal una zarzaparrilla, a estas horas, las bebidas espirituosas son... demasiado para los pequeños, jejejeje.

Sonrió socarronamente al tabernero. Luego miró a Sic engullir el bravo licor como si fuese zumo de arandano y trató de sonreirle del mismo modo que había hecho con el tabernero. recostandose de espaldas a la barra, Erodel apoyó los codos en esta y no perdió de vista la puerta de entrada, mientras esperaba su bebida.

Ishaya consideró que el tiempo de charla trivial tocaba a su fin. Era el momento de meterse en harina...

Lorrimor tenía un humor......especial, y me agrada que aquí, en Ravengro, encontrase a alguien que lo entendiera... Parece ser, maese Zolkar, que nuestro padre confiaba en usted.... Así que, en principio, nosotros nos fiaremos del buen juicio de Petros....

Estamos interesados en saber por qué los lugareños estaban tan beligerantes con Lorrimor, también nos gustaría conocer hasta que punto confiaba en usted Lorrimor y si, por ello, le contaba algunas cosas de sus idas y venidas.... Que opina de las circunstancias que han rodeado la muerte de nuestro amado padre?

Normalmente no sería tan directo, pero le daba la impresión de que el tiempo jugaba en su contra y no le gustaba perderlo en patochadas....

Jarik entendía la manera directa de Ishaya. Sabía que no había otra manera de empezar lo que tenían que hacer. Sus sospechas eran una cosa, pero tenían que empezar por alguna parte. Y este era un riesgo que tenían que correr si querían conocer las circunstancias que habían rodeado la muerte del profesor.

Pero eso no hacía que fuese más fácil para la desconfianza que esta gente le había causado. Así que se situó en una parte donde tuviese una buena visión de toda la sala, y donde pudiese escuchar y participar si fuese necesario, tanto en la conversación como en cualquier escaramuza...

El tabernero miró directamente a los ojos del sacerdote enano. Su sonrisa continuaba brillando bajo su bigotazo, en su ancha y redonda cara:

- Pues al principio, la gente respetaba mucho al profesor. Sabían que era un erudito algo excéntrico, pero gracias a su bondad y su buen trato con la gente, pronto se hizo un hueco en el corazón de todos.- tomando un ligero descanso continuó  - Lo que no le pareció tan bien a la gente es que Petros fuera a Harrowstone. Hay muchas historias de que el lugar está maldito y embrujado. Muchos han sido los que allí han ido por la noche y ni siquiera se han atrevido a cruzar sus murallas, tras oír los gemidos y sollozos de sus fantasmas...- nuevamente hace una pausa -Luego, Petros fue hallado allí en la parte de la historia que ustedes ya conocen..-

El tabernero quedó profundamente apenado al recordar el terrible desenlace del que había sido su amigo, pero aun así prosiguió.

- No sé en que trabajaba, pero siendo Petros, en algo que beneficiaría a toda la comunidad... o eso quiero pensar.- finalizó Zolkar con un rostro menos alegre que a la llegada del grupo. - ¿Se quedarán a comer?

Ishaya escrutó el relato de Zolkar, intentando leer en el lenguaje no verbal, para averiguar si el tabernero se guardaba información para él. De normal no hubiese desconfiado de él pero en aquella situación cualquier cautela era poca...

Desde su posición, Jarik giro la cabeza para mirar al tabernero mientras explicaba su historia. Su naturaleza le instaba a pensar que hasta esta persona a la cual Petros le había confiado su amistad podría estar mintiendo... incluso involuntariamente. Aśi que apresto el oído a su explicación.

Es extraño que solo por ir a investigar a Harrowstone, todo un pueblo crea que es un nigromante... Sobre todo sabiendo su inclinación natural a ayudar a los demás... No hablo de algo que nos pudieses explicar sobre esa salida a la antigua cárcel?

Su mirada estaba atenta a su cara para no perderse detalle de los gestos de este...

- Bueno... Ahora que lo comentáis... Explicó algo sobre unos extraños glifos, pero no profundizó en el tema.- se apresuró a contestar al joven Jarik - En cuanto a lo de nigromante. La gente no entiende, sólo teme. Vosotros habéis nacido y crecido en esta tierra, sabéis que a cada recodo del camino, un oscuro peligro aguarda...- se limitó a responder - Cuando el cuerpo de Petros fue hallado en Harrowstone, Gibs Hephenus acusó al profesor de ser el culpable de que las almas errantes de la antigua prisión no pudieran descansar en paz, con lo que acto seguido lo tildó de nigromante... el resto viene solo en un pueblo como éste, con demasiados miedos. - finalizó el tabernero.

La explicación era plausible. En un pueblo que su historia estaba plagada de fantasmas y almas en pena, una pequeña chispa podría hacer saltar el fuego del odio... Por otro lado estaban los glifos.

-¿Podría decirnos donde encontró el profesor esos glifos? -No quería decir nada que comprometiese más su misión. Así que esperó pacientemente la respuesta de Zolkar.

Gibs. Otra vez aquel alborotador. Parecía que sus palabras envenenadas surgían efecto en los oidos de aquellos palurdos ignorantes. Había que saber quien era ese tal Gibs.

- Maese Zolkar...quien infiernos es ese tal Gibs, que hace que sus embustes calen tan profundo en las mentes de los aldeanos para llevarlos a revelarse de ese modo? Que clase de poder ostenta en este pueblo?

preguntó Erodel con suspicacia. Era claro como el agua limpia de los arroyos que el tal Gibs debía de recibir una "dura" visita por parte del grupo, y con suerte, acabar en el suelo pidiendo clemencia con su cuello desgarrado por una daga del niño de pelo de fuego...

Al igual que el niño pelirrojo, Sicarius se alteró al escuchar el nombre de Gibs. Seguro que simplemente era un cabeza de turco de la Senda, pero era también la única pieza visible en el tablero de momento y al guerrero le sacaba de quicio no poder ir a por él de inmediato. Pero la voluntad del grupo era la que era y ya se había revelado demasiadas veces en un dia ante la voluntad de la mayoría.

Frunció el ceño y un ronroneante gruñido slaió de su garganta. Cual perro rabioso, el guerrero contenía su furia al venirle a la mente la imagen del alborotador mancillando el buen nombre de Petros Lorrimor.

- Estaban alrededor de la estructura me comentó...- respondió el tabernero de forma casi instintiva, pero de repente, Erodel se irrumpió en la conversación - No es nadie especial. Tan sólo un veterano soldado que acabará sus días aquí, en Ravengro. No tiene familia y siempre ha sido un viejo aislado. - contestó con voz sosegada - A raíz del accidente, comenzó a decir que los difuntos de la antigua prisión podían hablarle... Y que esa circunstancia había sido causada por Lorrimor, al introducirse en Harrowstone y no permitir el descanso de las almas.- finalizó con tono escabroso.