Partida Rol por web

Castillos de arena

Tinta tus sueños

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04/03/2016, 04:36
Austin Garret-Jolley

Me agacho en cuanto veo que el combate entre Nicole y el traje de neopreno está comenzando. Agarro una de las perneras y cuando el pie ya está dentro del agujero empiezo a tirar hacia arriba mientras medito sus palabras. Finalmente subo la cabeza hasta encontrar su mirada.

—Te diría que es porque no me van mucho las moñadas —le digo deteniendo un instante mis manos—. Pero eso no sería justo, teniendo en cuenta que tú me has respondido a más de lo que he preguntado —expongo. Hago entonces una pausa, valorando mis siguientes palabras. No temo arrepentirme en realidad de lo que voy a decir, pero sí siento una especie de gusanillo inquieto—. La versión larga es que yo no voy buscando drogar a la gente —digo, corrigiéndole un punto que la verdad es que me ha hecho bastante gracia—. Al menos, no pensando en eso.

—Es verdad que se puede conectar más con las personas si hay drogas de por medio, pero a la larga no mola ni la mitad. Y no te voy a engañar diciéndote que no he vivido cosas parecidas antes, pero con cada persona es distinto. No era como contigo, igual que contigo no es como con esas personas. Y sobre todo —digo emitiendo un suspiro, exagerando como si ahora llegase una especie de derrota— que si entendemos por «ahora» estas últimas dos semanas, por ejemplo, eres mi fuente de momentos. La única en realidad —digo antes de bajar la mirada un instante y tirar un poco de la pernera. Luego vuelvo a mirarla un instante.

—La versión corta es que me molas un huevo.

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04/03/2016, 12:35
Nicole Nazar

Escucho sus palabras en silencio que aún dura varios segundos más cuando termina de hablar, en los que lo miro algo confusa. No es difícil percibir en mi mirada que empiezo a sentirme un poco abrumada, aunque, al mismo tiempo, una sonrisa se va instalando en mis labios. Tampoco es difícil ver que por una vez me he quedado sin palabras. Joder. Lo que pagaría mi hermana por verlo.

Busco en los ojos del chico que tengo delante, sin estar segura de si espera una respuesta a sus palabras, ni de cuál podría ser. ¿Qué se le dice a un artista famoso cuando te dice que le molas un huevo? La imagen de Ashton acude también a mi mente y, por algún motivo que todavía no tengo claro, empiezo a sentir que quizá me estoy metiendo en un buen lío, como diría June. O, más correctamente, en dos. 

—Yo... —empiezo a decir, cuando me parece que el silencio se está alargando demasiado—. Joder. Eso ha sido muy bonito, Austin. Jamás habría soñado que podría ser una especie de musa o lo que sea de alguien, aunque fuese durante dos semanas. Ni siquiera durante un día —añado, con una risa suave—. Y tenías razón —confieso entonces, bajando la mirada hacia mi pierna a medio enfundar—. No te había entendido nada. 

Aunque tal vez habría preferido seguir sin entenderlo porque eso de ser una fuente de momentos suena como a mucha responsabilidad. Probablemente más de la que puedo asumir. O no. Vaya lío. 

Empiezo a preguntarme si debería aclarar algo más, o explicarle que a mí también me mola un huevo... Aunque eso ya debe saberlo, ¿no? Si no, no habría repetido tantas veces con él. Que ni siquiera son tantas si se cuentan en días y no en veces. Pero no es mi estilo engañarme a mí misma y sé que hay veces que cuentan aunque no lleguen a ser veces, como ese día en clase o el otro en la galería. 

Por suerte, antes de que llegue a decidir si decir algo más o no, aparece el chico de la caseta, avisando de que los que vienen a recogernos están llegando y de repente todo corre mucha prisa. 

Estiro la mano para tirar yo también del neopreno, sintiendo un cosquilleo extraño cuando mis dedos se cruzan con los suyos, pero ignorándolo por completo por el momento. 

Nos cuesta un poco, pero finalmente estoy enfundada por completo. Finalmente, con el cabestrillo por debajo del neopreno, porque el traje me presionaba en la muñeca y me molestaba. Así que entonces extiendo mi única mano funcional y a la vista en dirección a Austin.

—¿Te ayudo yo ahora?

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04/03/2016, 15:06
Austin Garret-Jolley

Al acabar de hablar mantengo la mirada sobre Nicole durante los siguientes segundos, sintiendo una genuina curiosidad por qué estará pasando dentro de su cabeza. La expresión de su rostro parece contradictoria en cierta forma, y lejos de preocuparme la verdad es que me hace un poco de gracia.

Escucho su respuesta y niego levemente cuando dice que ha sido bonito. En realidad no lo ha sido tanto, me he encargado de enunciar simplemente las cosas una por una. Luego, cuando dice lo de la musa, una media sonrisa aparece en mi rostro. Me habría puesto a explicarle que no se parece en nada a lo que se supone que es una musa porque sólo en contadas ocasiones me he puesto a trabajar pensando en ella, o así, pero no creo que merezca la pena.

—Más bien lo que sea —comento con una complicidad que se extiende por mi rostro cuando me da la razón en lo de que no había entendido nada.

En cuanto aparece el chico de la caseta mis ojos lo buscan mientras tiro de nuevo del neopreno de Nicole, demostrando que le estoy ayudando aunque pueda parecer que llevamos no sé ni el tiempo parados. Paso los dos minutos siguientes ayudándola a terminar de embutirse en el traje, y para cuando se ofrece ella asiento con naturalidad. Sin preocuparme por esconderme tras la cortina saco el bañador y me cambio allí mismo, para empezar a ponerme el traje después. La ayuda de Nicole es probablemente anecdótica, porque yo sí tengo dos manos, pero no voy a ser yo quien la haga sentir inútil.

Ya listos tomo las gafas y aletas escogidas y salgo con Nicole para encontrarnos con los que nos llevarán a alta mar. Se trata de un hombre de unos cincuenta, con una barba que pasa por distintos tonos entre el negro y el blanco, y una chica mucho más joven y varios piercing y dilataciones. Al parecer él llevará la embarcación y ella se sumergirá con nosotros. No tardan en preguntarnos si tenemos experiencia con bombona y en aclarar que nos explicarán todo lo necesario de camino. Al parecer haremos distintas inmersiones conforme nos alejamos, para practicar y para ver distintas cosas, antes de llegar a la verdadera zona de tiburones, que está a dos horas, aunque con las paradas tardaremos cuatro.

No preguntan demasiado sobre el brazo de Nicole, y se puede intuir que es para no cancelar la salida y perder el dinero. Siendo día de semana debe ser normal que estemos nosotros dos, porque cuando hablan de los sábados o domingos hablan de grupos de una quincena. Mejor así, la verdad.

Estamos ya subidos en el barco a motor, sentados en la borda, cuando busco a Nicole con los ojos brillantes y le estómago un poco revuelto de todos nervios.

—De todas formas no le des muchas vueltas —digo retomando el tema, aunque no sé si ella sabrá de qué hablo. Luego me encojo de hombros mientras me ajusto las mangas del abrigo que llevo por encima del neopreno mientras estemos a bordo—. No creo que fuera nada que no te imaginases, ¿no?

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04/03/2016, 15:44
Nicole Nazar

En cuanto aparecen el hombre y la chica todo eso queda atrás porque la expectación vuelve con ganas, estimulando mi adrenalina y llenando toda mi piel de un nerviosismo agradable. Les aseguro que no me voy a ahogar y que podré moverme debajo del agua con un brazo solo, aunque la verdad es que no las tengo todas conmigo. Pero supongo que en el peor de los casos con un poco de ayuda podré hacer todo lo que haga falta y todavía tengo las dos piernas. 

Me asomo por la borda con una enorme sonrisa y me quedo así un buen rato. Me gusta sentir las gotitas de agua salpicarme la cara y el viento que huele a sal y bueno, todo. Es muy emocionante. 

Cuando Austin habla tardo algunos segundos en ubicar de qué habla así de repente. Me encojo de hombros y le sonrío, quitándole importancia al asunto.

—La verdad es que no era lo que me esperaba —respondo entonces—. Pensaba que habría muchas otras personas como yo para ti. Sólo asusta un poco porque me hace sentir especial. Pero está bien, no hace falta que te preocupes ni nada. No voy a darle más vueltas —y añado algo más, con una pequeña risa—, al menos hoy.

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04/03/2016, 21:07
Austin Garret-Jolley

Me encojo de hombros con cierta gracia cuando Nicole responde. Mis ojos se alternan entre ella y el mar, mirando el oleaje que levanta la embarcación y más allá sin saber siquiera qué estoy buscando.

—Eh, especial mola —digo bromeando, como si fuera una protesta. Después la miro a los ojos—. Bueno, por si acaso recordarte que yo ni espero nada ni busco nada, ¿eh? —enuncio antes de dar un golpe suave con mi pierna en la suya—. Que tus dedos son tus dedos, y esas cosas —después de eso le dedico una sonrisa encantada —. Más que nada porque yo sé dónde me gustaría estar esta noche —digo con un brillo en los ojos—, pero no dónde querré estar de aquí a otras dos semanas.

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04/03/2016, 23:31
Nicole Nazar

Enarco las cejas con esta aclaración que parece necesitar hacer después de lo que ha dicho antes y al mismo tiempo una sonrisa divertida aparece en mis labios. 

—Eh, eh, eh —protesto—. ¿Estás intentando darme la charla a traición? —pregunto después con falsa indignación—. ¿No fue suficiente la del otro día o qué?

Entonces estiro la mano buena para despeinarlo y me encojo de hombros antes de hablar con un tono conciliador.

—No te he pedido nada, no te preocupes. No voy a hacerme ilusiones de ningún tipo.

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04/03/2016, 23:55
Austin Garret-Jolley

Presto atención en cuanto Nicole comienza a protestar, y en cuanto lanza su pregunta una risa breve y natural escapa de mi garganta de forma espontánea. La verdad es que sí, no lo había pensado pero parece algo similar a la charla.

—Totalmente a traición —asiento antes de formular una de esas frases típicas de profesores con una media sonrisa—. Pero era sólo para ver si estabas atenta —enuncio con complicidad.

Acto seguido me aparto cuando me despeina, palmeando su brazo de manera torpe como para apartarla, pero sin hacer el más mínimo esfuerzo real. Luego asiento con una convicción exagerada.

—Eso —digo con énfasis—. Así será más sorpresa cuando la próxima excursión sea a casarnos en Las Vegas sin decirte nada.

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05/03/2016, 00:41
Nicole Nazar

Me río con su respuesta, pero después sonrío de medio lado antes de empezar a hablar con una exagerada seguridad.

—Espero que eso no sea un desafío, porque podría aprovechar para desplumarte después cuando le pida a Hugh que gestione el divorcio. 

Entonces hago una pausa y llevo mi mirada hacia el mar de nuevo. Estoy ansiosa por bajar y probablemente por eso digo tonterías. 

—Además, no podremos casarnos nunca —aseguro entonces, buscando su mirada de nuevo, con un brillo divertido en mis ojos—. Ya te dije que paso del monovolumen.

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05/03/2016, 00:56
Austin Garret-Jolley

Finjo indignación en cuanto escucho las palabras de Nicole. La verdad es que ni siquiera sé muy bien cómo funciona eso, pero creo que si me viera en una situación así por no meterme en juicios e historias creo que dejaría que se llevase el dinero que quisiera.

—Seguro que ese ha sido tu plan desde el principio —la acuso entonces entrecerrando los ojos—. Ya te notaba yo cuando viniste que tú no querías sólo un tatuaje.

Un instante más tarde escucho su referencia al monovolumen y río con ganas, recordando el momento en que lo hablamos en mi piso. Sin embargo no tardo en alzar una ceja, desafiante.

—Eh, eh —protesto con la fórmula que empieza a ser costumbre—, que lo del monovolumen era para la familia, no para quitarme mi derecho a vestirme de Elvis o de otra cosa por el estilo —entonces hago un gesto con la barbilla, anunciando una provocación—. ¿Qué pasa? —pregunto—. ¿Ya estás buscando excusas para escaquearte?

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05/03/2016, 01:09
Nicole Nazar

Me río con su acusación y mis dedos buscan el lugar en que debe estar el tatuaje de mis costillas para tocarlo por encima del neopreno. 

—Que no iba sólo por un tatuaje creo que ya lo sabemos todos —respondo, encogiéndome de hombros—. Iba a por tres. 

Y con sus siguientes palabras mis cejas se enarcan en un gesto de lo más elocuente. No es difícil ver en mi expresión que sólo necesita pronunciar tres o cuatro palabras para que termine vestido de Elvis. 

—Estoy a punto de tener la mano lista para conducir y por casarme me dan dos semanas de vacaciones en el instituto —digo, con un tono de advertencia mientras mi sonrisa se amplía—. Así que ten cuidado con tus siguientes palabras. 

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05/03/2016, 01:23
Austin Garret-Jolley

En el momento en que dice lo del tatuaje le dedico una sonrisa tranquila, recordando aquel momento. Las cosas han cambiado un poco desde entonces, pero en cierta manera también son, básicamente, lo mismo.

Luego, cuando la veo poner aquella expresión tan clara al desafiarla río un poco, negando con la cabeza, y lo hago más todavía cuando habla de las vacaciones por la boda y demás. Su advertencia me arranca una expresión parecida a la que ella había formado, y tras emitir un suspiro hinco una rodilla delante de ella, sin plantearme siquiera que esto pueda ir en serio. Tomo entonces su mano y la miro directamente a los ojos, conteniendo la risa.

Sin embargo el momento es interrumpido por el capitán Ahab, que nos anuncia que estamos llegando a la primera zona de inmersión para que nos vayamos preparando, poniendo aletas y demás.

—De esta te has librado —le digo como si sólo eso la hubiera salvado, dedicándole una mirada de advertencia, para acto seguido sentarme de nuevo en el asiento que recorre la borda y dedicarle una mirada  cómplice mientras empiezo a prepararme, divertido.

Los diez minutos siguientes son con Anna recordándonos cómo debemos proceder, ajustándonos las bombonas y explicando de nuevo cómo dejarnos caer. También nos coloca los cinturones con peso, y finalmente deciden quitar un par de kilos del de Nicole por el asunto del brazo.

Y durante la media hora posterior conocemos el fondo del mar. La visión es totalmente poética y pasamos por cerca de todo tipo de bancos de peces, desde algunos tan pequeños como mi pulgar hasta enormes carpas. Maravillado voy mirándolo todo, y casi puedo imaginar los tiburones viniendo mucho más cerca la costa de lo habitual. Anna nos va guiando por señas hacia las zonas que mejor visibilidad y más variedad tienen. Continuamente parece pendiente de nosotros, y yo de vez en cuando lo estoy de Nicole.

Para cuando volvemos a la embarcación me siento como si acabase de descubrir mi nueva vocación. Ahí abajo todo es tan apacible y perfecto que sólo puedo desear volver pronto. Anna no tarda en felicitarnos y en explicarnos cómo serán las siguientes inmersiones, y cuando habla de que quizá podamos llegar a ver un viejo barco abandonado mis ojos brillan ilusionados. Además, ahora que lo ha dicho no puede echarse atrás.

 

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05/03/2016, 01:52
Nicole Nazar

Lo miro con una incredulidad evidente cuando empieza a fingir que hace el paripé, sin creerme en ningún momento que lo esté haciendo en serio. Pero cuando nos interrumpen y habla, le devuelvo el susurro, bromeando.

—O te has librado tú. 

Escucho con impaciencia todas las indicaciones, deseando que llegue el momento y cuando por fin estamos bajo el agua, lo contemplo todo con expresión maravillada. Sigo a la chica con algunas dificultades por el brazo, pero apañándome más o menos y mis ojos se quedan prendidos de todo lo que nos señala.

Para cuando subimos de vuelta tengo que hacer un poco la croqueta para poder arrastrarme hasta la cubierta, pero finalmente lo consigo y una enorme sonrisa fascinada sigue colgada de mis labios. 

—Joder. Qué pasada —digo cuando me desprendo de la boquilla de la bombona. Y la verdad es que ya estoy deseando volver a bajar otra vez.

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05/03/2016, 02:02
Austin Garret-Jolley

Las horas siguientes son una sucesión de inmersiones, cada una más alucinante que la anterior. Lo del barco abandonado al final resulta ser de lo más alucinante. No es más que un pesquero que por lo que cuenta nuestra guía tuvo con mala suerte en una tormenta, y aunque no nos deja meternos por los agujeros de la cubierta o buscar los camarotes, acercarnos y tocarlo con mis propias manos ya es de por sí alucinante. Más de una vez miro a Nicole con los ojos desorbitados, o trato de llevarla a algún sitio determinado para enseñarle cosas que he visto, y cada vez que volvemos a salir del agua sólo puedo comentarlo todo con ilusión en la voz.

Al final por lo que dice Ahab parece que vamos bastante bien de tiempo, aunque sea por eso de ser sólo dos. Y como para entonces ya hemos hecho buenas migas tanto con él como con la submarinista no tarda en ofrecernos aprovechar ese rato para desviarse un poco de la ruta habitual y probar en tres o cuatro sitios donde suele haber delfines. El tiempo que tardo en aceptar es casi inexistente, y cuando el hombre nos pide que estemos atentos por si los vemos me paso el rato siguiente con los ojos puestos en el mar, señalando casi cualquier cosa que veo, desde una bolsa de plástico hasta un trozo de madera que flota a la deriva.

Invertimos más de media hora, pero al final Ahab lo consigue. Es una familia de cinco delfines, y por lo que Anna dice ya deben conocerlos. Ella nos da indicaciones en particular para no espantarlos, y luego no tardamos en acercarnos.

Si lo de antes parecía alucinante eso es, directamente, increíble. En la embarcación, ya en previsión de ver a los cetáceos, llevaban algo de comida para darles, y terminamos por conseguir incluso tocarlos. Anna les llega a dar de comer directamente en la boca, pero yo no tengo tanta suerte. O práctica. Sin embargo esto es algo inesperado que me llevo hoy como regalo.

Al final es cerca de la una cuando llegamos a la zona donde veremos los tiburones. Para entonces ya nos han vuelto a explicar cómo funciona el asunto de las jaulas, y la verdad es que me hace gracia ser yo el que está encerrado para ver animales, exactamente al contrario de como suele ser en el zoológico. El lugar es una estructura grande, de metal, que flota anclada en el medio del mar. Consiste en una jaula de ocho metros de largo por tres de ancho y cuatro de alto y la maquinaria necesaria para hacerla descender de forma segura. Anna se metará, claro, en la jaula con nosotros mientras Ahab la controla desde fuera.

Me siento expectante y excitado. La imagen de los delfines aún no se ha borrado de mi mente cuando tras las explicaciones y las preguntas pertinentes —como la de si habría problema en caso de que alguno de los presentes tuviera la regla— me meto en aquella jaula, y en cuanto empieza a descender fantaseo con la idea de quedarnos atrapados y tener que hacer algo disparatado para salir, como en las películas.

Hacemos cuatro inmersiones de cerca de veinte minutos, con descansos entre medias, y la verdad es que no sabría decir cuál ha molado más. En una de ellas llega a haber seis tiburones rondándonos, y aunque un brazo cabe perfectamente entre los huecos de la jaula no llego a sacarlo más que un poco, lo justo hasta que Anna me da un toque en el hombro y niega con la cabeza. Son grandes, realmente imponentes, y parecen temibles.

Ya arriba me siento totalmente alucinado. Es difícil explicar cómo la adrenalina golpea mis venas a pesar de que sólo hemos podido mirar. Pero estaban tan cerca y tenían tantos dientes que era imposible no preguntarse si podrían destrozar la jaula en caso de desearlo. En varias ocasiones le doy las gracias a Anna y a Ahab y para cuando Nicole y yo nos separamos aún tengo la expresión totalmente brillante.

—Buah —le digo—, qué alucinante —enuncio con una enorme sonrisa—. Aún estoy flipando. Tenemos que contarle esto a tus chicos. Van a flipar.

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05/03/2016, 04:08
Nicole Nazar

La experiencia es brutal por completo y mis ojos no pueden estar más abiertos y maravillados. El barco hundido me hace pensar en cuánto le gustaría a Ashton poder hacer fotos subacuáticas y tomo nota mental para sugerírselo en cuanto le hable de la excursión. Y todo el asunto de los delfines es una puta pasada. Alguna vez los había visto antes en el zoo, pero esto no tiene nada que ver porque son salvajes y aún así hasta conseguimos acariciarlos.

Sin embargo, lo mejor de todo es lo de los tiburones. Toda mi piel crepita con las oleadas de adrenalina que recorren mi sangre y me siento excitada y nerviosa ante la sola idea. Pero es que una vez bajo el agua es todavía mejor. El peligro eriza mi piel bajo el neopreno y no puedo apartar la mirada de los animales, completamente fascinada por su presencia, tranquila y peligrosa al mismo tiempo. 

Veo a Anna impedir que Austin saque la mano, incluso antes de que llegue a hacerlo, pero yo no lo puedo evitar y en un momento en que pasa uno de ellos muy cerca de mí y la chica está despistada, saco la mano y le acaricio el lomo al pasar, sin que al tiburón parezca molestarle lo más mínimo. 

Entonces me giro buscando la mirada de Austin, con los ojos completamente brillantes e ilusionados, con una pregunta clara en ellos: «¿Lo has visto?».

La emoción por ese pequeño detalle todavía me dura cuando volvemos al barco y nos quitamos las bombonas. Todavía tengo ese brillo en la mirada y toda la sangre me salta y canta dentro de las venas. 

—Ha sido una puta pasada, joder —respondo, asomándome por la borda para tratar de ver a los bichos desde fuera—. Toqué uno, ¿lo viste? —pregunto entonces, girándome emocionada para buscar a Austin.

- Tiradas (1)
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05/03/2016, 04:36
Austin Garret-Jolley

Desde el mismo momento en que vi las intenciones de Nicole supe lo que iba a hacer. A ella no le habían dicho nada directamente, así que no estaba mal que lo intentase, ¿no? Por eso cuando vi sus intenciones hice una señal a Anna, pidiéndole que se acercase como si necesitase algo de ella. En realidad era fácil fingir que no sabía cómo expresarme, porque no podía hablar debajo del agua, pero con lo que tardase en venir y poco más ya sería suficiente para que mi amiga pudiera hacer lo suyo.

Es por eso que ahora, cuando Nicole me pregunta si lo vi, sólo puedo asentir con la cabeza y los ojos brillantes.

—No podía mirar, pero lo vi más o menos —dije antes de bajar la voz, por si acaso, aunque con el ruido del motor y del viento no nos iban a oír—. ¿Quién te crees que estaba despistando a Anna? ¿Cómo es? ¿Tiene la piel dura? ¿No te dio cosa? —pregunto de carrerilla con los ojos brillantes por adrenalina y la admiración.

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05/03/2016, 04:44
Nicole Nazar

—Ohhhh, entonces gracias —respondo, con una sonrisa traviesa al descubrir que había tenido ayuda aún sin saberlo—. Casi ni me di cuenta de cómo era, de lo nerviosa que estaba. Tenía así como mil dientes o más. Y sí que estaba duro, pero era resbaladizo, tenía la piel como los delfines pero un poco más tensa. Joder, ha sido genial. 

Siento ganas de saltar o gritar o algo. Mis pupilas brillan dilatadas y mi sonrisa es imborrable. Y entonces miro a Austin con los ojos llenos de agradecimiento por toda la mañana. 

Me encanta todo esto —digo entonces, riendo de pura felicidad—. Ha sido una sorpresa genial, mejor que cualquier cosa que se me pudiera ocurrir. Luego tengo que llamar a Ted para contárselo. Va a flipar. Y los chavales también. Y June me va a decir que estoy como una cabra por tocar uno y Neil se va a morir de envidia porque él nunca se atrevería.

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05/03/2016, 04:52
Austin Garret-Jolley

Río de buena gana, echando vistazos rápidos adonde están los otros dos, al escuchar lo nerviosa que Nicole se encontraba. Me acerco a ella para escucharla mientras habla sin que tenga que subir el volumen, por si acaso, y trato de imaginar con los escasos detalles que me da cómo es la piel de ese tiburón. Ahora me da un poco de rabia no haberlo intentado yo cuando Anna no miraba, la verdad.

Luego, cuando sigue hablando de esa forma, asiento encantando. La verdad es que sí ha sido genial, sí.

—¿Sabes quién sí que fliparía? —pregunto entonces, antes de echar a reír—. Higgins —enuncio, sin poder evitar que me haga gracia la idea de imaginarme contándoselo—. Fliparía tanto que creo que voy a pasar de contárselo —aclaro luego, divertido. La verdad es que con la emoción del momento soy consciente de que las cosas que digo no tienen mucho sentido, pero ni siquiera me importa. Entonces la miro a los ojos—. Me alegro de que te haya gustado. La otra idea era coger y meternos en un tren o en un avión a algún sitio, pero ya te había dado la pista del agua —enuncio encogiéndome de hombros—. ¿Sabes que ahora te toca a ti, no? Una semana para contarme plan, o secuestrarme.

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05/03/2016, 05:04
Nicole Nazar

Suelto una carcajada cuando nombra al director y me lo imagino en la jaula, completamente acojonado y ridículo vestido con un neopreno. O a lo mejor serían los pobres tiburones los que lo temerían y se apartarían de la jaula para no verlo. Y esta segunda idea me hace soltar otra carcajada, más larga que la anterior. 

Y con las palabras de Austin me brillan los ojos y los entrecierro un poco clavándolos en los suyos al aceptar su desafío. —Cap —digo en lo que yo creo que es voz baja, pero en realidad, comparado con mis exclamaciones de antes, suena a mi tono normal. 

Entonces levanto un dedo y puntualizo algo.

—Pero si vamos a hacer estas cosas a menudo, yo no podré faltar a clase más veces sin avisar. O me terminarán amonestando. Y este finde no voy a estar en la ciudad... Tendríamos que empezar a contar la semana a partir del lunes.

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05/03/2016, 05:13
Austin Garret-Jolley

Mi mirada brilla un poco más al escuchar su respuesta. Al mismo tiempo mi sonrisa se afila un poco y mi cabeza ya empieza a pensar en qué puede ser lo siguiente que prepare. Los tiburones desde luego ya no, y el puenting tampoco. Lo del paracaidismo sería predecible... Ahora a saber. Podría ser cualquier cosa.

Escucho su advertencia entonces y alzo ambas manos, como si yo fuera totalmente inocente. Mi mente sin embargo ata a uno de esos hilos de pensamiento la idea de que ella ya lo ha tomado como recurrente, quizá de aquí al infinito. No creo que llegue a ser tanto, pero mola.

—Eh, eh, que yo no he dicho que tenga que ser por la mañana y tengas que faltar—le digo a modo de protesta—. O que no avises. Eso ya es cosa tuya. —Entonces mi sonrisa se ladea un poco—. O si no siempre puedes decirme el plan el jueves a las... —digo haciendo el gesto de mirar un reloj que no tengo—. Tres de la tarde. Estaré esperando —expongo como si se refiriera a lo de la semana que viene, cosa que parece. Sin embargo no tardo en darme cuenta de que puede estar hablando de más, de cuando me vuelva a tocar a mí—. Y para cuando te tenga que secuestrar... —enuncio—. Tomo nota. Horas de despacho mejor que de clase. Y si hace falta buscaré cómo avisar por ti —digo con una sonrisa al imaginarlo—. O pediré a Freddie justificante médico. ¿Trato?

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05/03/2016, 05:26
Nicole Nazar

—O mejor en fin de semana o por las tardes —añado cuando dice lo de las horas de despacho y después asiento con la cabeza y extiendo mi única mano utilizable ahora mismo para sellar el acuerdo. —Trato. Pero empezamos a contar a partir del lunes —insisto, ladeando mi sonrisa.