Partida Rol por web

Una vez mas emprendéis la marcha hacia el sur, o donde esperáis que este el sur. Bajo el implacable cielo gris es difícil hablar de direcciones y sin la experta guía de Jim solo podéis confiar en que seguís en linea recta. Ya solo quedáis tres y un presentimiento funesto os acompaña

Cuando agotados montáis un nuevo campamento comprobáis con preocupación que vuestras provisiones se acaban rápidamente

Caminaban despacio, agotados, y tristes. Molly no podía dejar de mirar atrás, preguntándose cómo estaría Jim y, sobre todo, si serían capaces de regresar a por él y hallarlo todavía con vida. Por ello las lágrimas acudían a sus ojos cada dos por tres, contribuyendo a la deshidratación que pronto comenzarían a sufrir, si no llegaban pronto al pueblo y conseguían agua y alimentos.

Miró a Lady Cottonwell. Ella también se había separado de su esposo, del que no sabían nada desde hacía días, y había demostrado ser más fuerte de lo que nadie imaginara. Debía seguir su ejemplo...pero era tan difícil ser fuerte y mantener la esperanza...tan duro...

Lady Cottonwell había ocupado todo el camino en no pensar, pero no dejaba de recordar a su esposo, sobretodo en los últimos días, ya en África, cuando su relación había cambiado por completo. Habría sido más fácil sin esos días, pero esos recuerdos al menos la hacían feliz y le sacaban una débil sonrisa... seguramente deliraba mientras ponía un pie tras otro sin pensar en ello, pues si lo hacía no sabía si sería capaz de dar un paso más.

Trataba de mirar adelante, pero a veces volvía la cabeza con la esperanza de ver a su esposo y a Jim, se le había partido el corazón al dejarlo atrás, no era que hubiera entablado gran amistad con él, pero había sido honesto y amable con ella, en todo momento. No merecía aquel final, y por mucho que intentara buscar esperanza, sentía que era su final. Y tal vez el del resto también, la anciana había hablado de la guerrero y de Chango, lo que significaba que aquel horrible monstruo iba tras ellos. Allí, perdidos, si les encontraba no tendrían forma de defenderse. Si es que había defensa posible contra aquel ser.

Miró a Molly, se sentía responsable de ella, no debió haberla traido, pero nunca jamás pensaron que algo así pudiera ocurrir. Sabía que la sabana estaba llena de numerosos peligros y enfermedades, pero un dios de la guerra... ni en sus peores pesadillas durante la travesía hasta África soñó algo tan horrible.

Otro paso. Sentía el peso del mundo entero sobre sus hombros. Pronto pararon a hacer otro pequeño refugio. La comida comenzaba a terminarse. ¿Cuánto durarían si seguía todo igual?

En cuanto Boring dio el primer paso hacia el pueblo ya estaba arrepentido de haber dejado a Jim allí. Un hombre que se hacía llamar hombre, no dejaba tirado a nadie, y la excusa de salvar al resto parecía haberle valido a los otros pero a él no le hacía dejar de sentir mal. Miraba a las mujeres y veía tristeza en sus ojos y eso acentuaba más su dolor. Además estaba lo de las provisiones, pese a que estaban intentando se agotaban rápidamente. La anciana y ellos consumían poco pero los niños eran niños y necesitaban beber más a menudo. Hubiera sido una crueldad dejarlos allí con el guía, otra más.
Por si todo esto fuera poco, no sabía, siquiera, si iba en buena dirección. No le preocupaba ya tanto el dar con el monstruo, sino en ir a parar a una aldea de caníbales, como la que vieron antes. Maldijo mil veces la hora en la que no le preguntó a Jim en que dirección estaba la aldea basándose en la luna o el sol. Con eso no habría pérdida, pero fueron momentos de mucha tensión y pensó que se apañarían con el mapa. Cuando cayó en la cuenta ya estaban a varias millas y no era cuestión de volver. Solo les quedaba rezar.

- Venga, amigos - decía unas veces-. Sigamos, no podemos estar muy lejos- decía otras-. Recuerdo que pasamos por aquí en la ida- comentaba en ocasiones.

- No sabes si estás perdido, imbécil -era lo que no decía.

Cuando acabáis de montar de nuevo el campamento la anciana se sienta, aunque durante todo el día ha mantenido el paso ahora se le nota el agotamiento, a ella y a los niños

Sin embargo aun sentada parece enérgica y dispuesta a continuar, señala hacia una colina cercana

-antílopes, necesitamos carne o no podremos continuar-

En vuestra agotada marcha no recordáis antílopes, ni casi ningún animal, habéis tenido bastante con continuar la implacable marcha, pero tal vez la anciana si los haya visto

- Carne... -dijo entre dientes Boring. La anciana tenía razón, no quedaban casi provisiones y estbaa claro que no llegarían al pueblo si no conseguían algo de comer. Ella había pensado en la carne, pero Maurice opinaba que deberían probar antes con la fruta. No había cazadores expertos allí y no le parecía bien ir gastando unas balas que les podían ser necesarias más adelante. - Quizás deberíamos buscar algo de fruta o bayas. No creo que sea buena idea ponerse a disparar en mitad de la selva, el ruido podría escucharse a millas de distancia. . Voy a echar un vistazo. Dicho lo cual se dio la vuelta y con el rifle en el hombro agudizó la vista para ver si encontraba algo que pudiera llenarles el estómago.

La anciana asiente, al parecer conforme con lo dicho por Boring

-mis nietos y yo poder ayudar con eso, pero no comer nada sin que yo verlo antes, veneno en algunas plantas-

Habla brevemente con los niños, que no están demasiado animados debido al cansancio pero asienten y se van con ella con algo que casi es entusiasmo

Lady Cottonwell asiente a las palabras del Señor Boring, era demasiado arriesgado disparar ahora. Podrían alertar a demasiadas... cosas. Así que se colgó bien su arma al cuerpo y les dijo a los demás que ella también iría a buscar algo para comer, pero que tuvieran cuidado todos de no alejarse demasiado.

Dorothy aprovechó el tiempo sola para pensar en cómo saldrían de ésta. Realmente era el momento oportuno para llevar a cabo su plan inicial. Sin embargo, su esposo continuaba dando vueltas en su cabeza... ¿seguiría vivo? No debió marcharse pensó cabreada y le dio un golpecito a una rama cercana.

Al igual que los demás, Molly se puso a buscar algo de comer, al menos eso la mantendría ocupada. Desde pequeña había ido al jardín botánico regularmente con sus hermanos. Esperaba que aquéllo le sirviera de algo.

La búsqueda no es demasiado difícil, ya conoces varias plantas comestibles y muy nutritivas y no tienes ningún problema en encontrarlas tras buscar un poco, pronto tienes bastantes recogidas y puedes sentirte satisfecha de ti misma.

Levantas la cabeza y ves a Rumbidzai y sus nietos, la anciana habla en su propio idioma y señala a los niños algunas plantas comentando sus propiedades, habla de unas plantas medicinales, se ve que sabe mucho.

En eso te das cuenta de que no ves ni a Molly ni al señor Boring, deben haberse alejado buscando comida.

Las plantas de la zona son muy distintas a las plantas de inglaterra, incluso parecen diferentes a las plantas de los libros que has leido. A veces te parece que reconoces una, pero cuando la miras mejor no estas tan segura. 

Has recogido unas bayas verdes, pero no estás muy segura de si son comestibles.

Cuando miras a tu alrededor para enseñarselas a alguien te das cuenta de que no ves a nadie, perdida en la observación de las plantas te debes haber separado de los demás

Buscar alimento en estas condiciones es algo mas complicado de lo que pensabas. Nunca has hecho esto, cuando el ejercito necesitaba comida la requisaba u os mandaba a cazar. No reconoces las plantas del lugar, y ves varias que estás convencido de que son venenosas.

Cuando ya empiezas a desesperar ves a un pequeño facoquero, intentas acercarte a el con cuidado, pero cuando ya estás casi a su lado aparece la madre de unos arbustos, te sorprendes y... resbalas por una pendiente que no habías visto, cuatro metros por una empinada pared de barro, afortunadamente suficiente suave para no hacerte daño, aunque acabas al fondo rebozado en barro.

Cuando te incorporas ves que estas en un pequeño cañón, por el baja el agua de lluvia a gran velocidad.

Entonces te das cuenta

A unos veinte metros de ti el agua parece rodear algo, pero no ves nada, es como si fuera... invisible

Una gran sensación de malestar se apodera de ti, no ves a nadie cerca, solo una oscura presencia enfrente de ti

- ¡Maldita sea! No debí haberme alejado tanto - murmura Molly para sí misma. Intentando alejar el miedo a haberse quedado sola en esa sabana infernal, busca con la mirada un sitio alto desde el que poder ver mejor los alrededores y buscar a los demás.

Llevaba ya un buen montón recogidos cuando se quedó mirando a la anciana y a sus niños. Seguramente no deseaban ir a la civilización tal y como ella la conocía. Pero sabían que sería un lugar mucho más seguro que estar perdidos en la sabana.

Buscó a Molly para ver qué tal le iba, ya que sabía que estaba muy preocupada por el guía, que le habían dejado atrás. Mientras se sumía en el pensamiento de qué tal estaría el guía y si les daría tiempo a regresar a por él, se dio cuenta que no veía a Molly, ni tampoco a Boring.

Se puso algo nerviosa, se dejó de recoger comida y trató de buscar a Molly, no era momento de que el grupo se separase. Además tocó el arma por si acaso, pero solo para sentise segura de que continuaba en su hombro.

Tras buscar un rato te subes a un tronco caido en lo alto de una colina y empiezas a otear el horizonte, es complicado ver a lo lejos con la lluvia, pero distinges el salacot de Lady Cottonwell, como una mancha algo mas clara, te parece ver algo mas lejos a la que debe ser la anciana nativa y los dos niños junto a ella, y una forma oscura que se mueve en la maleza hacia ellos

Notas el frio acero bajo tu mano y eso te da un poco de confianza, pero muy poca, con la densa lluvia es dificil ver a 20 metros de distancia, no parece que Molly o Maurice estén por ningún lado, y la anciana parece bastante entretenida ahora mismo explicando algo a los niños

Lady Cottonwell comenzó a ponerse nerviosa, no quería gritar, eso alertaría a demasiados animales antes que quizás a la propia Molly.

Así que se acercó a la anciana, aprovechando sus conocimientos y con gestos, trató de hacerle entender que su joven doncella. Hizo movimientos simulando a Molly y diciendo su nombre, no estaba. Y que no la encontraba, mientras hacía gestos de mirar alrededor y no verla.

- Tenemos que buscarla, concluyo, gesticulando y diciendo la palabra que conocía para buscar, mientras daba unos empujoncitos a los tres para que se fueran con ella, ya que no quería perderles a ellos tampoco... o quizás fuese que no quería quedarse sola en aquel lugar...