Partida Rol por web

- Mi compañero, trata de hacerle por señas la señal de un hombre, ha caido, le hace la señal de un agujero enorme y hace el gesto de caer dentro... Necesito cuerdas y lona, las señala, para sacarle del agujero, vuelve a hacerle señas para indicar que saca algo de agujero. Luego volvemos y ponemos las lonas, de nuevo señas para indicar que luego vuelven aquí (señala aquí con el dedo) y de nuevo las lonas y el gesto de ponerlas.

Lady Cottonwell necesitaba explicarle por qué estaba haciendo todo aquello, pero no podía esperar mucho más, asi que una vez habló con la anciana, que encontró preparando un fuego bajo la lona, comenzó a desatar las cuerdas que la estaban sujetando.

Lamentaba que todo hubiera ocurrido así, si Boring no se hubiera alejado... aaaaaaaaggg gritó frustrada mientras una de las cuerdas se complicaba algo más.

- No sé lo que es esto. He conseguido que se vea, antes era trasparente, pero poco más. De todas formas, puede que tengan razón en cuanto a que sea un vehículo. Trataré de investigar un poco más. - Boring se fue de nuevo hacia el extraño objeto y comenzó a manosear el panel tocando todos los botones.

Al cabo de un momento Lady Cottonwell regresa con la lona enrrollada formando una especie de cuerda. Mientras tanto Maurice se ha dedicado a trastear con algo del extraño objeto. Se dedica a pulsar sin ninguna clase de orden los extraños símbolos produciendo toda una serie de curiosos pitidos, que Molly no puede oir desde donde se encuentra.

Finalmente todo el panel empieza a parpadear en color rojo y el panel empieza a emitir un gemido lastimero bastante alto como para ser escuchado desde arriba.

Lady Cottonwell llegó corriendo sujetando la lona y las cuerdas, no las había desatado siquiera, no había tiempo.

Ayudada por Molly la lanzaron enrollada y por el lado más largo para que Boring pudiera subir.

- ¡Vamos Sr. Boring! ya puede subir. gritó mientras sujetaba la lona por detrás Molly la ayudaba también, no tenían tiempo de ponerse a atarla a un árbol ni cosas similares, pero se le había ocurrido apoyarse bien en una piedra grande para hacer de palanca y que cuando el hombre subiera ellas no fueran arrastradas por perder el equilibrio. Molly, asegurate tú también, si te caes podemos irnos los tres al fondo del barranco.

Cuando Lady Cottonwell tiende la cuerda improvisada y Boring se agarra, la dama parece demasiado nerviosa para esperar a que el hombre trepe y tira con una fuerza totalmente inesperada subiéndolo en vilo y haciendo a un lado a la sorprendida Molly

Boring ya se ve arriba cuando de repente un flash rojo justo delante de sus ojos le ciega momentaneamente y cuando recupera la visión esta cayendo de nuevo al barranco. Un rayo rojo ha cortado limpiamente la cuerda, dejando dos mitades humeantes

Cuando las mujeres se giran hacia el origen del rayo lo ven, a unos veinte metros se alza la criatura, prescindiendo de su camuflaje empieza a correr hacia ellas

- Rápido, venga hacia aquí -gritó Maurice mientras veía que el monstruo iba hacia ellas. No les iba a dar tiempo, era muy veloz. Él estaba en la nave aún, tampoco le daría tiempo a ayudarlas. Seguía probando con el disco. - Claro, el disco -pensó en voz alta. Lo alzó al aire y comenzó a agitarlo y a gritar. - ¡Eh, eh, monstruo, ¿es esto tuyo! -gritó tan fuerta como pudo. Esperaba ganar unos segundos...pero después qué iba a hacer.

Lady Cottonwell se giró para ver al monstruo correr hacia ellas, y rápidamente cogió la mano de Molly y echo a correr, hacia el barranco.

Escuchó la voz de Boring, tratando de disuadir al monstruo, así que durante un instante dudó hacia dónde correr. Pero aún así pensó que no habría dónde esconderse de aquel ser, solo se le ocurría seguir con el plan de usar su vehiculo para escapar y que se quedara atrapado él en la sabana. Una idea loca como cualquiera en aquel momento.

Tiró de Molly, por alguna extraña razón y se precipitaron por el barranco, al principio por la lona, que todavía medio sujetaba, después campo através.

Molly bajó arrastrada por Lady Cottonwell. Obviamente no podía dejarla sola en el barranco con ese monstruo acercándose, aunque esperaba que su determinación no las llevase a la muerte. Tal vez ellas tuviesen más suerte intentando activar el vehículo, porque ya estaba convencida de que eso era aquélla cosa.

El lodo de la ladera amortiguó la bajada, de modo que las dos mujeres llegaron sanas y salvas abajo donde el Sr. Boring estaba hacía rato.

- ¡Sr. Boring! ¿Se encuentra bien? ¡Vigile esa cosa mientras intentamos entrar ahí! no sabía si era buena idea o la peor de su vida, pero era lo único que se lo ocurría para estar a salvo.

Por un instante se acordó de la anciana y los niños... pero rezó para que se hubieran ocultado mejor que ellos y volvió a la realidad, a su realidad... tener que tocar aquella cosa que Molly pensaba que era un vehículo: ¡Molly ayúdame! Veamos si podemos abrirlo, o que funcione... ¡que Dios nos ayude! ¡Edmund! gimió para sí mientras se acercaba a esa cosa, enorme ahora que la veía más de cerca.

Molly rezó para encontrar el botón o la palanca que hiciese funcionar ese trasto. Tal vez fuese lo último que hiciese en la vida, así que intentó encontrar alguna lógica en la distribución de los mandos.

-¡Haré lo que pueda, Milady. No deje de rezar de todas formas! Y póngase a cubierto, esta cosa al menos nos cubrirá de los disparos.

Molly se pone a manipular frenéticamente el panel que antes detuvo a Boring, no se parece a nada que haya visto antes, y los símbolos en los interruptores son igual de extraños. En un par de ocasiones suenan unos pitidos graves y parece que está a punto de bloquearse como le paso antes a Boring, pero increiblemente, el panel se pone verde un segundo y suena un pitido agudo, no agradable pero si distinto.

Luego con un ruido silbante se abre la puerta al interior de lo que suponéis un vehículo. Del interior sale una vaharada de un aire aun mas cálido que en el exterior acompañada de un olor extraño, acre y que sois incapaces de reconocer, junto con una espesa neblina a la altura de los tobillos.

De algún lugar por encima de vosotros, en la llanura, llega un ahullido de furia

- ¿Qué vigile a esto? -dijo abriendo los ojos como platos mientras veía avanzar rápidamente a Chango. Boring sacó el disco y lo puso delante suyo, a modo de protección. No sabía si serviría de algo pero no tenía otra cosa. - ¡El rifle! -gritó sorprendido. Aún estaba en su espalda. No sabía si le daría tiempo pero era la única forma que conocía para detener al monstruo. Tiro el disco al suelo, sacó el rifle, apuntó rápidamente y disparó.

Molly dio gracias mentalmente a todos los santos al ver abrirse la puerta. Sin pensar en lo que podría encontrar detrás, se introdujo por ella mientras apremiaba a Lady Cottonwell y al señor Boring para que la siguiesen - Métanse aquí, si logramos cerrar y atrancar la puerta creo que estaremos seguros de esa criatura- dijo con todo el convencimiento de que fue capaz. Seguía confiando en la providencia; en esos momentos era lo único que podría salvarlos.

Al entrar en el extraño vehículo, buscó rápidamente algo que se pareciese a lo que había accionado en el exterior para abrir la puerta.

Lady Cottonwell siente un escalofrío al escuchar esa especie de aullido proviniente de aquel monstruo. Se gira a Boring y recoge del suelo el disco que acaba de soltar: Creo que esto nos puede ser útil, dijo mientras lo recogía.

Mientras miraba el borde del barranco para ver si se asomaba aquel ser, Molly la llamó indicándole que se había abierto la puerta. Lady Cottonwell estaba tan nerviosa que se aferraba con fuerza al disco y a su rifle, y casi ni se había dado cuenta del ruido y de la apertura de aquel vehículo.

- Sí, vamos dentro, si conseguimos cerrar la puerta otra vez puede que estemos a salvo y tal vez encontremos agua, comida o armas... o... no sabía qué pensar, sin duda era algo que jamás había visto, así que no sabía qué podrían encontrar dentro, solo rezaba porque no hubiera más seres allí dentro.

Se movió hacia dentro, temerosa, mientras llamaba al Sr. Boring: ¡Vamos Sr. Boring! ¡Entremos!