Partida Rol por web

Al ver esa forma oscura acechando en la maleza, Molly se apresura a bajar y se dirige hacia el lugar corriendo, gritando para que se alejen y se dispongan a defenderse de la nueva amenaza. La anciana y los niños no entenderán sus palabras tal vez, pero seguro que el tono sí. Y Lady Cottonwell tiene un rifle y está más cerca de ellos. 

Lady Cottonwell reune a Rumbidzai y los niños unos gritos a su espalda le hacen girarse. Molly corre hacia ellos agitando los brazos y corriendo aunque con la distancia y la lluvia no se le entiende nada

- ¡Mierda! -gritó Boring al agarrar la enésima planta venenosa en menos de viente minutos. Comenzaron a salirle una especia de sarpullidos en las manos. Eran como los granitos que le salían de pequelo cuando tocaba las ortigas. Comenzó a sacudir la mano y, tras ver el poco alivio que le proporcionaba el meneo, la levantó y dejó que la lluvia la bañara. En ese momento se dio cuenta de que enfrente suyo había un pequeño facoquero. Si fuera un especimen adulto se habría marchado lentamente hasta perderlo de vista, pues sin usar un arma de fuego sería imposible de cazar; pero siendo tan pequeño, un buen tajo con el machete le podía bastar. Fue hacia el animal muy lentamente hasta que si situó a un par de pasos de él. Entonces, con mucho cuidado, sacó el cuchillo cogiéndolo con la mano izquierda. Tenía menos fuerza y precisión con esa mano, pero la derecha estaba demasiado dolorida. Levantó el arma y dio otro paso. En ese momento el facoquero se acercó un poco olisqueándole. Era el momento de matarlo.

Pero un instante antes de que pudiera bajar el cuchillo sobre la garganta del animal, apareció, de unos arbustos situados a la derecha de ambos, la que Boring supuso que sería su madre. Iba embalada hacia él. Se giró hacia la izquierda para echar a correr cuando se dio cuenta de que sus pies no pisaban tierra...sino aire. Coemenzó a caer por un terraplén. No era muy profundo, pero eso no evitó que se llevara un buen golpe. Se levantó con dificultad, completamente lleno de barro.

Estaba en un pequeño cañón que parecía ser el pantano de toda aquella maldita zona de selva. Miró a un lado y aotro para ver por dónde podía salir para volver al campamento. Pero antes de que pudiera decidirse por una ruta de escape, notó algo raro... algo inusual...algo imposible. En una zona por donde caía el agua a raudales había una figura. Pero no era una figura opaca, era transparente. No se veía, pero estaba allí. Era como un espíritu y eso fue lo que Boring dedujo. No creía en ellos, igual que no creía en otras tantas cosas antes de ir a aquel maldito safarí. Antes el Chango, ahora esto. Contra aquello no podía combatir, porque aquello era invisible. Tan lleno de barro como estaba trató de permanecer lo más quieto posible mirando a su alrededor. Buscaría una ruta de escape lo más rápido posible e iría hacia ella.

Molly baja a la carrera hacia Lady Cottonwell y compañía, demasiado rápido en un terreno irregular y embarrado, lo que lleva a que su bota se atasque un un agujero llena de agua, apenas siente el dolor en su tobillo cuando cae hacia delante hasta dar de bruces en el barro dejándose la bota atrás y quedándose sin resuello

Lady Cottonwell ve todo esto con pasmo, y sin saber todavía la causa de la alarma de su asistenta. Sin embargo la anciana si grita y señala algo entre la dama y la doncella

-¡¡algo en los arbustos, delante!!-

Advertida por la anciana la dama inglesa se da cuenta que un grupo de arbustos a unos cuatro metros de ella se agita ahora como si un secreto ocupante se dispusiera a aparecer

Paralizado ante la extraña presencia buscas una vía para salir del pequeño cañón en que has caido, sin mucho éxito. Las posibles vías de escape son también pequeños torrentes de agua que sin duda harán cualquier ascenso extremadamente complicado

Sin embargo, mientras buscas como escapar con desesperación empiezas a darte cuenta de algo, algo muy raro e incluso mas sorprendente que la posible presencia del monstruoso Chango

Lo que tienes delante... invisible a tus ojos y delineado por la constante lluvia... es muy grande, no es para nada la criatura que has visto antes.

Cuando sabes lo que has de ver la imagen se va formando ante ti con mas claridad. Es tan grande como una casa, lo primero que viste es algún saliente que bajo la lluvia destaca como una pequeña cascada, pero el objeto en total es tan grande como una casa pequeña

- Pero...¿qué es eso? -dijo Maurice con los ojos abiertos de par en par. Aquello era gigantesco para ser cualquier clase de espíritu o de monstruo. Además, durante el tiempo que había estado observando, no se había movido en absoluto. Entonces el terror producido por aquella primera visión demoniaca se convirtió en curiosidad. Una curiosidad que le podía costar muy cara pero que venía de serie con su profesión de periodista.

Cogió el disco de Chango que se había clavado en la arena y, lentamente, se dirigió hacia ese objeto transparente. Alzó el disco según se iba acercando en señal de amenaza. Quería...no, tenía que tocar aquello con sus propias manos y saber si todo era un raro efecto óptico que aún no se conocía.

- ¡MOLLY! grité sin poder evitarlo al verla caer, entonces la anciana gritó señalando una zona de arbustos.

Sin pensarlo dos veces, cogí el arma de mi hombro y apunté al arbusto mientras me acercaba a Molly sin dejar de mirar o apuntar ese arbusto, que seguramente tenía algún animal escondido.

- Maldita sea, ¿y ahora qué es? pensé mientras me cabreaba por haber gritado, aquello habría atraido más animales seguramente, o peor, al monstruo que les acechaba.

Molly maldijo su torpeza. En un momento como ese, lo último que necesitaba era que la atención se centrase en ella. Menos mal que la anciana advirtió el peligro y avisó a Lady Cottonwell. Se incorporó en cuanto pudo y recogió su bota, sin parar de mirar a los arbustos, temerosa de lo que les esperase ahora.

De repente los arbustos se abren y aparece lo que ha causado tanto temor a Molly.

Es un facoquero, y pese a sus grandes colmillos pensáis que no es un animal demasiado peligroso a no ser que se sienta amenazado.

Se encara a Lady Cottonwell y luego sale disparado en otra dirección

Te acercas con precaución hacia la forma invisible, poco a poco vas distinguiendo mas detalles de la forma delineada por la llúvia. Parece redondeada por arriba aunque con algunas aristas puntiagudas, te resulta muy dificil hacerte una idea de esto, lo que sea.

Cuando finalmente el metal del disco toca la forma el sonido y tacto es metálico, y unos rayos azules serpenteantes recorren la superficie.

Te das cuenta que la forma es también curvada por abajo, curvada y alargada, como el casco de un navio, por ridícula que suene tal idea en un lugar tan lejos del mar

- ¡Qué demonios! -exclamó vivazmente Boring. Aquello era totalmente imposible, una forma que nunca había visto y un material que no habría imaginado ni en un millón de años. Al ver la reacción que tuvo lo que fuera eso con el disco a Maurice se le ocurrió una idea. Cogió el disco y comenzó a pasarlo por toda la superficie...quizás descubriera algo. Si no conseguía nada con aquello intentaria volver al campamento para que el resto viera aquello. A lo mejor podría sacarle también una foto.

Molly respiró con alivio, al ver que el animal no suponía una amenaza.

- Lo siento, Milady, vi algo que acechaba entre los arbustos y me temí lo peor - se disculpó mientras se acercaba a Lady cottonwell cogeando ligeramente e intentando limpiarse el barro.- Y encima me caí en ese maldito charco.- En otras circunstancias habría cuidado más sus palabras, pero Molly estaba agotada, mojada, embarrada, triste y en continua tensión, y lo de menos eran los modales en ese momento. 

Lady Cottonwell dio un respingo hacia atrás al ver al animal y sus colmillos, comprendió que no era amenazador, pero también recordó lo que dijeron hacía ya horas: Sin comida no llegarían a un lugar seguro.

Se descolgó el arma y apuntó al animal, en aquel momento le dio igual hacer ruido o descubrir su posición, solo quería llegar a un lugar seguro y si tenía que comérselo crudo, pues lo haría. Tenía hambre y sabía que los demás también.

Una vez hubo apuntado, disparó el arma.

Vas tanteando la superficie metálica, delienándola de forma bastante efectiva con el extraño fenómeno eléctrico. Y curiosamente cada vez parece mas el casco de un navio

De repente golpeas con algo no metálico, pero el efecto eléctrico se produce igual, parece una especie de panel

El disparo acierta al animal que intenta huir